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El pecado de la división

I. Dios aborrece a quien la causa:

Prov. 6:19. "El testigo falso que habla mentira, y el que siembra la discordia entre los
hermanos".

II. Las facciones y sectas clasificadas como obras de la carne:

1. Gál. 5:19-20. "Y manifiestas son las obras de la carne que son: enemistades,
pleitos, celos, iras, contiendas, disensiones herejías".

2. Rom. 2:8. "Pero ira y enojo a los que son facciosos y no obedecen a la verdad".

3. Sant. 3:13, 18. Los celos y contenciones pertenecen a la sabiduría terrenal y son
seguidas de toda obra perversa.

4. 2 Pedro 2:1,2. Los falsos maestros con sus herejías destructivas traen una rápida
destrucción y son causa de que la verdad sea blasfemada.

5. 1 Cor. 11:17,18, "no os congregáis para lo mejor sino para lo peor ... porque
cuando os reunís como iglesia hay entre vosotros divisiones".

III. La iglesia instruida para "marcar" y "evitar" a los que causan división:

1. Rom. 16:17,18. Apartarse de ellos, porque ellos no sirven al Señor Jesucristo.

2. 2 Juan 9-11. Saludar y recibir a una persona así, es compartir de sus malas obras.

3. Tito 3:10,11. Primero amonestar, luego rehusar el compañerismo.

IV. La división destruye y derrota el propósito de la iglesia:


1. Luc. 11:17. Dividida contra sí misma (como el denominacionalismo presenta a la
iglesia) no puede permanecer.

2. Heb. 12:28. La iglesia de Cristo es un reino que no puede ser removido.

V. La unidad y las obligaciones individuales del Cristiano:

1. Efes. 4:3. Dad importancia y guardad la unidad de Espíritu.

2. Fil. 2:3. No haciendo nada faccioso.

VI. Cómo se puede evitar la división:

1. Tito 2:7. Por la sana doctrina y una conducta limpia.

2. Tito 1:9. Por ser los ancianos retenedores de la palabra fiel tal como ha sido
enseñada, exhortando con doctrina pura y convenciendo a los que contradicen.

3. Tito 3:9,11. Por evitar cuestiones necias y desechando a los que causen divisiones.

4. 2 Tim. 2:14-18. Por usar bien la palabra de Dios, rehusando contender sobre
palabras, lo cual para nada aprovecha, y evitando profanas y vanas palabrerías.

5. 2 Tim. 2:23-25. Por rehusar cuestiones necias e insensatas, pero tratando con
mansedumbre y resignación con todos.

6. 1 Pedro 2:4,7,11. Por mostrar el amor y la hospitalidad hacia todos, pero hablando
como hablan las palabras de Dios.

7. 2 Pedro 1:16 al 2:2. Por rehusar enseñar las "profecías" que vienen de la mente
humana.

8. 1 Cor. 1:1-10. Por limitarnos a la enseñanza de las materias de la fe para poder


hablar todos la misma cosa.
INTRODUCCION:

Muchas veces las personas rehúsan convertirsen en miembros de una iglesia


sobre la base de que "hay demasiados hipócritas en la iglesia". En otros casos,
la gente que ha sido reprendida por sus pecados podrían tratar de evitar la
seriedad de su propia culpa por medio de nombrar los pecados que afirman son
culpables los que están en la iglesia. Parecen sentir que, puesto que otros han
sido culpables de pecado, ellos mismos no necesitan el arrepentimiento y que
no deben ser reprendidos por los pecados que cometan. Algunas veces
miembros sinceros, trabajadores fuertes de la iglesia se desaniman tanto por
los miembros pecadores e indiferentes, que ellos mismos son tentados a
desistir.

El propósito de este estudio es considerar los problemas causados por el


pecado y la hipocresía en la iglesia.

Todos nosotros necesitamos estar interesados acerca del pecado en las vidas de
los miembros de la iglesia. ¿Qué dice la Biblia acerca de estas personas? ¿Cuál
es su condición y que consejo deberíamos darles?

Pero también debemos considerar a las personas que están tan interesadas por
los pecados de otros que ellos mismos llegan a ser culpables de pecado. ¿Qué
dice la Biblia acerca de estas personas? ¿Cuál es su condición, y que consejo
deberíamos darles?

Parte I: Consejo para los Pecadores en la Iglesia

A veces los miembros de la iglesia son culpables de pecado e hipocresía. ¿Qué


dice la Biblia acerca de esto?
A. Dios Requiere Dedicación y Servicio Obediente

Santiago 1:21-27 - La religión verdadera no es simplemente venir a los


servicios, escuchar la palabra, y pensar que somos religiosos. Por sí misma, es
una religión vana. Debemos ser hacedores de la palabra, quitando lo malo de
nuestras vidas, guardándonos sin mancha del mundo, refrenando nuestra
lengua, y sirviendo activamente a otras personas.

1 Juan 2:3-6 - Si afirmamos que tenemos una correcta relación con Dios, pero
no guardamos Sus mandamientos, somos mentirosos (nótese el destino de los
mentirosos - Ap. 21:8). Para conocerle verdaderamente y estar con El,
debemos guardar Sus mandamientos y andar como El anduvo.
1 Juan 3:6-8,10 - No dejarnos engañar. Si queremos morar con Jesús, no
debemos pecar, pero sí debemos practicar lo que es justo. Aquellos que pecan,
son del Diablo, no de Dios. Así es como se conoce un hijo de Dios de uno del
Diablo -- por sus prácticas, no por sus afirmaciones.

No es suficiente simplemente declarar la dedicación a Dios, debemos vivirlo.

Nunca debemos intentar excusar o tolerar nuestros pecados o estar contentos


por continuar en la práctica de ellos. Debemos ser "firmes y constantes,
creciendo en la obra del Señor" (1 Cor. 15:58). ¿Muestra tu vida que eres un
Cristiano consagrado?

[Véase también Mat. 7:21-28; 16:24; 6:33; 28.20; 22:37-40; Jn. 14:15; Ec.
12:12; Rom. 12:1-2; 6:1-18; 2:6-10; Col. 3:5-10; Ap. 3:14-16; Hch. 3:22-23].

B. Dios Reprende y Condena la Hipocresía

Mateo 15:7-8 - Las personas que dicen con sus labios que honran a Dios, pero
no tienen esa intención en sus corazones, son hipócritas. ¿Está usted incluido
en este número?

Mateo 6:1-2,5,16 - Hipócritas son las personas que pasan a través de rituales
de adoración y servicio, pero su propósito no es dar honor a Dios, sino recibir
el honor para sí mismos y satisfacer los deseos de otros. ¿Describe esto su
servicio a Dios?

Mateo 23:25-28 - La gente es hipócrita cuando exteriormente pretenden ser


justos, pero realmente no están deseando hacer las obras de justicia. Son como
un cementerio: un paisaje hermosísimo en la superficie, pero llenos de
podredumbre y corrupción debajo.

Cuando la gente declara ser hijo de Dios, se les requiere que obedezcan a Dios
sinceramente cada instante del día. Algo menos es hipocresía, y ninguna
persona recibirá reprensiones más fuertes de Jesús que las que hizo a los
hipócritas. ¿Está dando a Dios el servicio genuino que El requiere?

[Véase también 1 Ped. 1:22; 2:1; Luc. 8.15; Stg. 3:17].

C. Dios Requiere un Buen Ejemplo

Tito 2:7-8 - Debemos ser buenos ejemplos en todas las áreas de la vida.
Algunas veces rechazamos acusaciones contra nosotros porque las personas
que las hacen no son Cristianos. Pero ni aún debemos dar a estas personas base
para hablar mal de nosotros.

Romanos 2:21-24 - Debemos practicar lo que predicamos. Fallar en hacerlo


así es pecado, pero esto también deshonra a Dios y lleva a las personas a
apartarse de El. Nótese que Dios reprende firmemente a aquellos que
declaran ser Sus hijos, pero por sus pecados impiden que otros le sirvan.

1 Corintios 10:32-33 - Nuestra vida no debe llevar a otros a pecar o ser


obstáculos en su servicio a Dios. Muchos miembros dicen, "Como yo viva es
mi problema. Si los demás pecan, esa es su culpa y no mía". Si, Dios coloca en
los demás la responsabilidad si pecan, pero también nos tendrá como
responsables si es nuestra influencia la que lleva a los demás a pecar.

Debemos estar interesados acerca del efecto que nuestras vidas tienen en los
demás. Nuestra vida debe resplandecer con buenas obras para que otros las
vean y sean llevados a glorificar a Dios -- no a rechazarle (Mat. 5:16). ¿Habrán
personas que rehúsen convertirse en Cristianos o que apostaten de Dios porque
fueron rechazados por sus pecados? ¿Hay miembros cuyo trabajo por el Señor
es estorbado porque su indiferencia pecaminosa los ha desanimado? Si es así,
esté seguro que Dios no lo tendrá libre de culpa.

[Véase también 1 Tim. 4:12; 1 Ped. 2:11-12; 3:15-16; Mat. 18:6-7; Pr. 28:10;
22:1; Fil. 2:15-16; Heb. 12:15; 1 Tim. 5:14; 6:1; Tito 2:5; 2 Cor. 6:3].

C. Dios Perdonara Si Usted Se Arrepiente

1 Juan 1:9 - El es fiel y justo para perdonarnos y limpiarnos si confesamos


nuestros pecados.

Proverbios 28:13 - No prosperaremos si encubrimos nuestras transgresiones.


Pero si las abandonamos y las confesamos, recibiremos misericordia.

Lucas 18:13 - Debemos orar como el publicano, "Dios, sé propicio a mí,


pecador".

La palabra de Dios contiene un mensaje real para los miembros de la iglesia


que pecan. Ese mensaje es que necesitamos "limpiar nuestros actos". No
debemos excusarnos de cualquier pecado en nuestras vidas ni continuar
practicándolo. No debemos permitir que nuestras vidas se conviertan en un
impedimento para que otros sirvan a Dios. Si hemos sido culpables de tales
cosas en el pasado, Dios está deseando perdonarle, pero debemos
arrepentirnos, hacer las cosas correctas con Dios, y cambiar nuestras vidas.
[Véase también 2 Cor. 7:10; Hch. 8:22; Sal. 38:18; 51:1-4; Mat. 6:12; Ap.
2:5,16].

Parte II: Consejos para Aquellos Que Son Ofendidos por


Miembros de la Iglesia

La hipocresía y el pecado entre los miembros de la iglesia no deben ser


excusados. ¿Pero que de aquellos que están fallando en obedecer a Dios,
usando a los pecadores en la iglesia como la razón para su propia
desobediencia? ¿Qué dice la Biblia acerca de ellos y qué consejos le da?

A. Recordar Que Estamos Supuestos A Servir

Cuando usted se da cuenta de las personas que pecan, esto le da sentido para
decir no adorar y servir a los pecadores, obedeciendo sus reglas y
mandamientos. Pero en religión, no estamos supuestos a adorar a los hombres
en ninguna forma. Es a Dios a quien adoramos (Jn. 4:24; Mat. 4:10; Hch.
10:25-26).

Pero ¿por qué rehúsa servir a Dios sólo porque hay gente malvada? ¿Es Dios
el culpable de los pecados de los hombres? ¿El hecho de que los hombres
pequen prueba de alguna manera que Dios no ha sido amoroso,
misericordioso, poderoso y sabio? ¿Hay algo acerca de los pecados de los
hombres que haga a Dios indigno de nuestra adoración y servicio? ¡Claro que
no! Suponga que tuvo un ser amado muy cercano que lo trató con bondad,
decencia y respeto en todas las formas. ¿Sería correcto rechazar la amistad y
cuidado de este amor simplemente porque sabe de alguien mas que sea áspero
y falso?

Dios no aprueba la conducta de los pecadores en la iglesia. En realidad, El es


el más herido por esto que lo que usted lo está. Si le desobedece, simplemente
hiere mas a Dios. ¡pero esto no hiere a los pecadores! La gente que peca a
causa de los pecadores en la iglesia, necesita comprender que usted no ha
regresado a los pecadores, ¡usted ha regresado al Señor!

B. Considere a los Justos en la Iglesia

¿Cree usted que hay gente buena en la iglesia? Dios dice que la hay (Ap. 3:1-
5). ¿Será usted mejor juez de justicia que Dios? Elías pensó que era la única
persona justa viva en sus días, pero Dios le reveló que habían 7000 (1 Rey.
19:10,18).
En realidad, Dios dice que las personas justas se encuentran únicamente en
la iglesia -- ¡no están afuera! Jesús murió para salvar a la iglesia (Ef. 5:23,25;
Hch. 20.28). El añade los salvos a ella (Hch. 2:47). Cierto, algunos en la
iglesia apostatarán y se perderán. Pero algunos en la iglesia son justos y se
salvarán. ¡Y no hay esperanza para todos aquellos que están fuera de la iglesia!
[Véase también 1 Cor. 12:13; Hch. 2:38; 22:16; etc.].

Ahora, ¿qué sucedería si todas estas personas buenas fueran a actuar como
la gente que desiste de servir a Dios porque los demás eran pecadores? Dios
no hace acepción de personas (Hch. 10:34-35; Rom. 2:11). Si usted puede
correctamente rehusar obedecer a Dios a causa de los pecadores en la iglesia,
entonces, por la misma razón, toda la gente buena en la iglesia puede desistir.
Entonces, las únicas personas que quedarían en la iglesia serían los pecadores
y los hipócritas - ¡debe haber alguno de todos que sea fiel a Dios!

Pero si la gente buena en la iglesia puede estar agradando a Dios a pesar de


los pecadores en ella, entonces ¡usted también puede! Por tanto, ¿qué excusa
tendrá usted para no servir a Dios? ¡Ninguna! Nótese Ap. 3:1-5. Cada persona
será juzgada por su propia conducta (2 Cor. 5:10; Rom. 14:12). Usted no será
condenado por los pecados de otros mientras no participe en nuestra
condonación de aquellos pecados (Ez. 18:20; Ef. 5:11). Pero ciertamente será
condenado mientras permanezca fuera de la iglesia o ¡infiel a Dios!

(Nota: No estamos diciendo que usted debe ser parte de una iglesia que esté
practicando el error como un cuerpo, porque entonces estará teniendo
comunión con el error. Pero mientras la iglesia sea Bíblica en sus prácticas,
usted puede adorar y agradar a Dios aún cuando pudiera haber pecado en la
vidas personales de otros miembros individuales).

El punto es, si no quiere estar con los pecadores, entonces necesita estar en la
iglesia porque fuera de la iglesia no hay nada sino pecadores -- ¡al menos
hay alguna gente justa en la iglesia! Si no quiere estar con los pecadores,
entonces necesita servir a Dios fielmente porque de otra manera estará con un
pecador las 24 horas del día de toda su vida --¡usted será un pecador!

C. Juzgar con Justo Juicio - Juan. 7:24

Cuando usted acusa a un miembro de pecado, ¿está seguro de que hizo


aquello de lo cual lo acusa, o simplemente está repitiendo rumores? No
debemos calumniar, traer falsos testigos, o difundir desconfianza y sospechas
que no podemos probar (Ex. 20:16: 23:1; Rom. 1:30-32; 1 Tim. 5:13; 6:4; Lev.
19:16). ¿Ha escuchado ambos lados de la historia? ¿Es para con los demás lo
que quiere que ellos sean para usted? (Véase Pr. 18:13,17; Mat. 7:12; 22:39).

¿Está seguro que la conducta de los miembros es pecaminosa acorde a la


Biblia, o simplemente es su propia opinión la que ha sido violada? Sólo la
Biblia determina lo que es correcto o no (2 Tim. 3:16-17; 1 Cor. 14:37; Jn.
12:48). Si condena a la gente que no ha violado la Biblia, ¡usted es el que ha
pecado! (Véase Pr. 17:15; Mat. 12:7).

Cierto, no debemos excusar a los miembros de la iglesia cuando pecan. Pero


algunas veces es verdad que la gente es acusada de pecado cuando realmente
no han sido culpables. ¿Está seguro que las acusaciones que hace son justas?

C. Aprender la Paciencia y el Perdón

¿Es posible que los miembros de la iglesia se hayan arrepentido de sus


pecados? Todas las personas pecan, incluyendo los miembros de la iglesia,
pero Dios perdonará si reunimos Sus condiciones (como ya se describió). Si
Dios perdona, ¿tiene usted el derecho de continuar viendo a una persona como
un pecador? Si no estamos deseando perdonar a la gente que se arrepiente,
entonces Dios no nos perdonará a nosotros (Mat. 6:12,14-15; 18:21-35; Luc.
17:3-4; Ef. 4:32).

¿Si la iglesia no es el lugar para los pecadores arrepentidos, entonces, cuál


es? Todo el propósito de llegar a ser miembro de la iglesia de Jesús es para ser
perdonados por la sangre de Jesús y para ser salvos del pecado (Ef. 1:7;
5:23,25; Hch. 4:12; 2:47; 20.28; Luc. 19:10). La gente que nunca cometió
pecado no necesita a Jesús o Su iglesia. Jesús vino a llamar a los pecadores
(Luc. 5:31-32).

¡Dios quiere que todos los pecadores se arrepientan y entren a la iglesia! Pero
no deben continuar en el pecado; deben esforzarse para vencerlo. Y las demás
personas no deben resentirse del pasado pecaminoso de estos miembros, sino
que deben apreciarlos y animarlos en sus esfuerzos ¡de vencer su pasado!

Si está seguro que estos pecadores no se han arrepentido de sus pecados,


entonces ¿ha tratado de ayudarlos a ver su error y corregirlo? Si ama a esta
gente, entonces debe tratar de ayudarlos. Si no lo hace así, pero continua
resintiéndose por los pecados de ellos, entonces usted está pecando (Lev.
19:17-18; Pr. 28.23; Gál. 6:1-2; Luc. 17:3-4; Stg. 5:19-20). ¡Mucha gente
murmura y refunfuña y se lamenta de los pecados de las personas a quienes
nunca le han hecho el menor esfuerzo por ayudarles!
¿Ha considerado su propia conducta pecaminosa? ¿Tiene usted una vida
pecaminosa? Rom. 3:23 -- Todos hemos pecado. Si espera que Dios y los
demás sean pacientes con usted, ¿no deberá ser paciente con los demás? Luc.
18:9-12 -- ¡Rehusar reconocer el peso de nuestros propios pecados es ser
Fariseo!

¿Está buscando una iglesia donde los miembros no sean siempre pecadores?

Si es así ¡nunca la encontrará! Ciertamente las iglesias locales en el Nuevo


Testamento nunca fueron sin faltas (lea 1 Corintios y Ap. 2 y 3). Y si usted
encontró una iglesia faltante y se unió a ella, ¡inmediatamente debería dejar de
ser faltante -- porque usted no lo es!

¿Cuál sería nuestra condición si Jesús hubiera toma la misma actitud que
algunas personas toman hoy día hacia los pecadores? Suponga que hubiera
pensado que en vista de que las personas alrededor de El eran pecadores, que
¿El podría pecar también, o que podría rehusar servir a Dios? ¡Nosotros
estaríamos perdidos porque El nunca se habría ofrecido como sacrificio por
nuestros pecados! O supongamos que Jesús, quien ciertamente nunca hizo
pecado, ¿hubiera rehusado estar con los pecadores? Nunca habría dejado el
cielo para vivir en la tierra -- y ¡todos nosotros nos hubiéramos perdido
eternamente! Pero El vino para salvar a los pecadores (Luc. 5:31-32; Fil. 2:5-
8). ¿Somos nosotros mejores que El? Si El, quien realmente no tenía pecado y
quien estuvo en un lugar donde no había pecado -- Si pudo venir a vivir entre
los pecadores por amor a nosotros, entonces nosotros -- quienes somos
culpables de pecado y que no tenemos elección sino vivir en alguna parte entre
los pecadores -- ¡ciertamente podemos estar entre los pecadores en la iglesia
por Su amor!

No, no debemos excusar o tolerar el pecado. Pero comprendiendo que hemos


sido pecadores, podemos ayudarnos para ser pacientes y desear perdonar los
pecados de los demás.

D. Considere Honestamente Si Usted es en Algo Mejor Que los


Pecadores en la Iglesia

¿Los pecadores que hay en la iglesia son realmente la razón por la cual usted
no sirve a Dios, o son simplemente una excusa para buscar explicación al
hecho de que usted nunca QUISO realmente servir a Dios? Uno de los
métodos más comunes de excusarse uno mismo es el de encontrar faltas en las
personas que están tratando de hacer lo correcto. Hacemos esto para sentir
menos culpa acerca de nuestros propios pecados, o al menos para probar que
ellos están tan mal como nosotros.
*Gén. 3:6,9-13 -- Adán culpó a Eva, y Eva culpó a la serpiente. Pero Dios los
castigó a todos.
*1 Sam. 15:3,9,13-15 -- Saúl culpó al pueblo por su pecado. ¡Pero Dios
castigó a Saúl!

*1 Rey. 18:17-18 -- Acab acusó a Elías de causar problemas. ¡Pero Dios culpó
a Acab!

*Mat. 11:18-19 -- La gente aún criticaba y encontraba faltas en Jesús. Pero era
inocente y ellos eran los pecadores. (Mat. 12:22-25; 26:59-65; Jn. 7:7; Luc.
6:22-23; Gál. 4:16; Jn. 9:16,24,34).

¿Por qué la gente que vive en el pecado quiere hablar acerca de todos los
pecadores e hipócritas en la iglesia? ¿Por qué no quieren hablar acerca de las
personas justas en la iglesia? ¡La única respuesta posible es que simplemente
están buscando una excusa para justificar sus propios pecados!

¿Piensa usted que los pecadores y los hipócritas en la iglesia están


equivocados? ¿Piensa que tienen el deber moral de cambiar y de hacer lo que
es correcto? Si es así, le pregunto, ¿está deseando cambiar y hacer lo que usted
sabe que debería hacer para estar bien? ¿Qué clase de persona es aquella que
puede ver los pecados de los demás, y piensa que deben hacer lo que es
correcto, pero él mismo no desea hacer lo que es correcto?

*Mat. 23:3-4 -- ¡Esperar que los demás hagan lo que es correcto mientras
nosotros mismos no queremos hacer lo que es correcto es simplemente otra
forma de hipocresía!

*Mat. 7:3-5 -- Quitando la paja de los demás mientras nosotros mismos no


corregimos nuestros pecados, es sencillamente hipocresía como cualquier otra
forma.

Si usted puede ver la hipocresía tan claramente en los miembros de la iglesia,


¿por qué no puede ver que al esperar que los demás obedezcan a Dios mientras
usted mismo no le obedece se convierte en un hipócrita tal como ellos lo son!

E. Considere Su Destino Eterno

Muchos pasajes requieren que los miembros de la iglesia sean obedientes a


Dios -- estamos de acuerdo con esto. ¡Pero estos mismos pasajes requieren que
usted y todos los demás obedezcan a Dios también! Además, los mismos
pasajes que muestran que los miembros de la iglesia se perderán por la
desobediencia a Dios, son los mismos pasajes que le muestran y a todos los
demás que también se perderán si continúan en desobediencia a Dios.

Santiago 4:17 -- Si sabe lo que es bueno y no lo hace, usted es un pecador. Y


el pecado conduce a la muerte eterna (Rom. 6:23). Esto se aplica a los
miembros pecadores de la iglesia, pero también se aplica a aquellos que son
ofendidos por los pecados de los miembros de la iglesia. Aparentemente usted
debe saber que es bueno hacerlo, puesto que espera que los miembros de la
iglesia lo hagan. Entonces, si no hace lo bueno por usted mismo, es un pecador
y está tan perdido como los miembros pecadores de la iglesia.

Lucas 12:47 -- Si conoce la voluntad de su amo y rehúsa obedecerle, recibirá


muchos azotes. Esto indica que los miembros pecadores de la iglesia se
perderán. Pero si usted continua en pecado, ¡entonces estos versículos lo
condenarán tal como a ellos!

El fondo de esto es: Si realmente quiere evitar a los hipócritas y pecadores,


necesita convertirse en uno de los miembros de la iglesia de Jesús y servirle
fielmente. De otra manera, ¡pasará la eternidad en tormento, en compañía de
los pecadores y los hipócritas que tanto quiso evitar!

Conclusión

Estamos de acuerdo en que ningún pecado, de quien sea, será excusado o


pasado por alto. Las personas en pecado necesitan arrepentirse si quieren la
esperanza de la vida eterna. Esto significa que los pecadores la iglesia no serán
excusados -- ¡deben arrepentirse! Esto también significa que señalar los
pecados de los miembros de la iglesia no excusará tampoco a nadie --
recuerde, no hay excusa para el pecado. Por tanto, aquellos que son ofendidos
por los miembros de la iglesia, ellos mismos deben arrepentirse y cesar de sus
pecados. ¿Qué acerca de usted? ¿Dónde quedará?
LEGALISMO RELIGIOSO O FARISEISMO MODERNO
LEGALISMO RELIGIOSO

“A unos que confiaban en sí mismos como justos, y menospreciaban a los otros,


dijo también esta parábola: Dos hombres subieron al templo a orar: uno era fariseo,
y el otro publicano. El fariseo, puesto en pie oraba consigo mismo de esta manera:
Dios, te doy gracias porque no soy como los otros hombres, ladrones, injustos,
adúlteros, ni aún como éste publicano; Ayuno dos veces a la semana, doy diezmos
de todo lo que gano. Mas el publicano, estando lejos, no quería ni aún alzar los ojos
al cielo, sino que se golpeaba el pecho diciendo: Dios, sé propicio a mí, pecador.
Os digo que este descendió a su casa justificado antes que el otro; porque
cualquiera que se enaltece, será humillado; y el que se humilla será exaltado.” Lucas
18:9-14

Los fariseos eran legalistas religiosos que habían logrado desarrollar un método de
interpretación de los libros de la ley, la cual requería prácticas minuciosas y
detallistas para llegar a la santidad. Los fariseos confiaban en su conocimiento
meramente intelectual, en su interpretacion tradicional de las leyes de Dios y se
consideraban a sí mismos justos, exáltandose por creerse más buenos, o más
santos o más religiosos o más sabios que los demás.

Jesús les llamó hipócritas porque “aparentaban” ser justos, pero su corazón estaba
lleno de maldad. Los legalistas creen que poseen la verdad, y atacan a todo aquel
que disienta de sus interpretaciones, o defienden su verdad a capa y espada.
Nosotros sabemos que la Palabra de Dios no necesita que nadie la defienda, la
Palabra de Dios se defiende sola. La Biblia es un libro que esta vivo y que habla a
cada cual según sus necesidades personales, y habla además a diferentes grupos
de personas, gentiles, cristianos, y judíos en lo general. La Biblia va mucho más alla
de interpretaciones religiosas. No se puede encajonar, porque la verdad no se
puede encerrar. La Palabra de Dios va hasta donde Dios quiere y hace lo que Dios
quiere que haga, sin tomar en cuenta nuestra volición.

“Cuando vió esto el fariseo que le habia convidado, dijo para sí: Este, si fuera
profeta, conocería quién y qué clase de mujer es la que le toca, que es pecadora...
Y a ella [Jesús] le dijo, tus pecados te son perdoandos. Y los que estaban
juntamente sentados a la mesa [fariseos], comenzaron a decir entre sí: ¿Quién es
éste que también perdona pecados? ” Lucas 7:39 y 49

Los fariseos se caracterizan por criticar y después juzgar todo lo que los rodea,
creyendo que son mejores que los demás. Ven la paja en el ojo ajeno, pero no ven
la viga en el propio.
Murmuran entre sí e inyectan dudas a los que los rodean respecto a determinada
persona. Pueden perjudicar grandemente a una persona creyendo firmemente que
estan sriviendo a Dios, creen que los motiva la justicia, cuando en realidad Satanás
está detrás de cada una de sus murmuraciones, contiendas y dudas. Los fariseos
son como "aves de mal agüero", su presencia presagia peligro.

“Pero algunos de ellos decían: Por beelzebú, príncipe de los demonios, echa fuera
los demonios. Otros para tentarle, le pedían señal del cielo.” Lucas 11:15-16

Aparte de creer que saben todo, que son justos, sabios y santos, los fariseos no son
capaces de reconocer cuándo Dios está actuando con poder en la vida de alguien,
sino que, sin empacho alguno, emiten su juicio: Está endemoniado. También y por
la misma naturaleza corrupta de sus corazones son personas que pueden ser
usadas por el diablo para tratar de tentar a los hijos de Dios. El legalista trabaja
sutilmente, sabe usar las palabras con los acentos adecuados para provocar las
reacciones deseadas, y actúa creyendo sinceramente que lo que hace lo hace para
servir a Dios. También autojustifican diciendo que son buenos porque nunca han
matado a nadie, porque van a la iglesia, ayunan, oran, pero no se dan cuenta que
sus lenguas se mueven con la velocidad de la serpiente, para fluminar a otros. Los
fariseos levantan el dedo acusador para desviar la atención de los demás, para que
nadie se de cuenta de sus propios pecados, de la triste condición de su pobre
corazón entenebrecido.

“Ahora bien, vosotros los fariseos, limpian lo de fuera del vaso y del plato, pero por
dentro estan llenos de rapacidad y de maldad. Necios, el que hizo lo de afuera, no
hizo también lo de adentro? Lucas 11:39

En este pasaje de la escritura, los fariseos se alarmaron porque Jesús no se lavó


las manos antes de comer. ¡Hasta en eso se fijaban! Los legalistas buscan los más
mínimos defectos en los siervos de Dios, los juzgan, levantan contienda y division
en contra de ellos, hasta despedazarlos. Lo hiceron con Jesus, al cual asesinaron
por no sopartar que fuera diferente, que predicara la LIBERTAD de alabar a Dios
por sus maravillas, porque predicó a los pecadores y se sentaba a comer y beber
con ellos. ¡Los fariseos no pueden sentarse a comer y beber con pecadores, porque
los juzgarán por sus pecados!

“Más ¡ay de ustedes, fariseos! Que diezmas la menta, y la ruda, y toda hortaliza, y
pasan por alto la justicia y el amor de Dios. Esto os era necesario hacer sin dejar de
hacer aquello.” Lucas 11:42

Los legalistas cuidan mucho las apariencias, pero se olvidan facilimente del amor y
la justicia de Dios. Si Dios fuera legalista, desde cuando todos nosotros
estuviéramos muertos. Pues la palabra de Dios dice que POR CUANTO TODOS
pecaron están destituidos de la gracia de Dios. Y que aquél que se dice libre de
pecado, aparte de estar mintiendo, hace a Dios mentiroso. Ese es el primer paso
para NO SER legalista. Tener compasión por los pecadores, y reconocer que
nosotros estamos o estuvimos ahí, y por LA GRACIA DE DIOS, y no por nuestras
obras, fuimos salvos. Y si Dios lo hizo conmigo, y contigo, lo puede hacer con todos
los pecadores que se arrepientan. Por lo tanto, tenemos que amarlos como Cristo
amó a su iglesia, y dio su vida por ella. Nosotros debemos predicar arrepentimiento
en amor, y la justicia debemos dejársela a Dios.

¡Ay de ustedes, fariseos! Que aman las primeras sillas en las sinagogas, y las
salutaciones en las plazas! ¡Ay de ustedes, escribas y fariseos, hipócristas! Que son
como sepulcros que no se ven, y los hombres que andan encima no lo saben. Lucas
11: 43-44

Desgraciadamente, los fariseos están activos y vivos en la iglesia de hoy, como lo


estuvieron hace mas de dos mil años cuando crucificaron a mi Señor. Se esconden,
espían, levantan sus oídos para oír pláticas ajenas, y luego esparcen rumores
falsos. Dejan que los incautos confien en ellos y en cuanto éstos se equivocan,
abren sus fauces para acusarles y luego devorarles. Confrontar a un legalista es
participar de legalismo. Lo primero que dirán es, perdóname, no lo volveré a hacer,
pero inmediatamente después toman ofensa, y actúan en consecuencia, preparan
planes de destruccion, y los ejecutan. Solo la gracia y el Poder y la proteccion
sobrenatural de Dios pueden librarnos de sus maquinaciones. Pero sabemos que lo
hicieron con mi Señor, y lo siguen haciendo con los siervos y siervas de mi Señor,
hoy en día. ¡Que el mismo Señor les reprenda!

¡Ay de ustedes también, intérpretes de la ley! Porque cargas a los hombres con
cargas que no pueden llevar, pero ustedes ni aún con un dedo las tocas! Lucas
11:46

¡Ay de ustedes, intérpretes de la ley! Porque habeís quitado la llave de la ciencia;


vosotros mismos no entrastes, y a los que entraban se los impedistes! Diciendoles
él estas cosas, los escribas y los fariseos comenzaron a estrecharle en gran
manera, y a provocarle a que hablase de muchas cosas; acechándole y procurando
cazar alguna palabra de su boca para acusarle. Lucas 11:52-53

¿Te es Familiar? A mí si. Los fariseos legalistas te critican como haces tu servicio
al Señor, pero no son capaces de comprometerse ellos mismos en ningun servicio
al Señor. Envidian el ministerio que tienes, pero no le piden a Dios que los use en
Su servicio. Imponen cargas que uno apenas puede llevar mientras ellos de lejos
miran sin intentar ayudar. Si alguno se atreve a crecer en el Señor, de inmediato lo
bajan. Ponen trampas y esperan con la paciencia de cazadores a que los incautos
o simples caigan en ella, para luego acusarles a gran voz. Los fariseos odiaban a
Jesus porque Él era libre, y hablaba con libertad y denuedo la VERDAD. Porque no
se sometía a la religion ni vino a imponer una religion nueva, SINO QUE VINO A
MOSTRARNOS EL CAMINO AL CIELO por Gracia, no por obras, por eso lo
mataron. ¡Demonio tiene, dijeron!

“Guardaos de la levadura de los fariseos que es la hipocresía. Porque nada hay


encubierto, que no haya de descubrirse; ni oculto, que no haya de saberse. Por
tanto, todo lo que habeís dicho en tinieblas, a la luz se oirá; y lo que habeís hablado
al oído en los aposentos, se proclamará en las azoteas.” Lucas 12:1ª-3

Ponerse al tu por tu con una persona que vive bajo el yugo del legalismo, además
de ser peligroso, es desgastante y futil. Nosotros no somos el espíritu Santo para
convencer a nadie de sus pecados. Pero sí podemos pedir al Espíritu Santo en
nosotros que les convenza. Debemos orar cada día pidiéndole a Dios que toda obra
oculta dentro de la iglesia se manifieste, y que todo lo que se hable en tinieblas se
proclame en las azoteas. El cuerpo de Cristo no puede cargar con el peso de los
fariseos a cuestas, los fariseos tienen que ser expuestos y removidos, por el propio
peso de sus hipocresías, por la justicia de Dios, y porque Él lo prometió. Si tu has
sido víctima de estas aves rapaces dentro de tu iglesia, lo primero que debes hacer
es PERDONARLOS porque no saben lo que hacen, nunca lo han sabido, y si Jesús
perdonó a los fariseos de su tiempo que a gritos proclamaban ¡Crucificadle!
Nosotros tenemos que perdonarles para que LA SALVACION verdadera llegue a
ellos. Tenemos que liberarlos de la ofensa y entregarlos en las manos de Dios.
Nosotros sabemos, porque la Biblia dice que ¡Terrible cosa es caer en las manos
del Dios vivo! Por lo tanto, y por amor a Cristo, ora pidiéndole a Dios que esos
fariseos puedan ver el amor de Cristo en ti, y se arrepientan y se conviertan a Él. Si
tu has participado de legalismo en contra de mis hermanos en Cristo, y tienes el
espíritu de fariseo en ti, arrepiéntete de tu pecado pues el Señor Jesucristo viene
pronto, y separará la cizaña del trigo, pónte a cuentas con todos aquellos que hayas
ofendido, y pídeles perdón por haber hablado contra ellos. Dios te perdonará y
cambiará tu vida, si tu reconoces que habia orgullo, legalismo e hipocresía en ti. Y
Satanás no se enseñoreará de ti, no más. Te lo digo en el nombre de Jesús, mi
Señor y Salvador. Así sea, amén

¡Cristo Jesús Viene!

SAL DE ELLA PUEBLO MIO

"En cualquier casa donde entréis, primeramente decid: Paz sea a esta casa. Y si
hubiere ahí algún hijo de paz, vuestra paz reposará sobre él; y si no, se volverá a
vosotros." Lucas 10:5-6

El Diccionario Larousse define la palabra celo de la siguiente forma:


“Cuidado y esmero que se pone en el cumplimiento del deber”, “Gran actividad
inspirada por la fe religiosa o por el afecto a una persona”. Pero por otra parte dice
que el celo es un sentimiento de “inquietud que teme que aquella persona a quien
ama dé la preferencia a otra”. También se puede decir, que el celo, en su expresión
mas baja, es una envidia carnal que mueve a una persona a manifestarse incómoda
y disgustada cuando ve el progreso de otra persona o se le da la prioridad a otra
persona en un trabajo o responsabilidad.
En estas descripciones de la palabra celo, podemos notar que el Diablo bien puede
manipular ese sentimiento a su antojo, si como hijos y siervos de Dios no permitimos
que su Espíritu domine y controle nuestras vidas espirituales. El apóstol Pablo pone
de relieve que los problemas de división dentro de la Iglesia de los corintios se
producían por un tipo de celo al cual él le llamaba “celo carnal”. Este tipo de celo
producía contiendas y disensiones dentro de ellos. Santiago, exhortando a los
cristianos en relación a los efectos desastrosos del celo carnal, nos escribe diciendo:
“¿Quién es sabio y entendido entre ustedes? Que lo demuestre con su buena
conducta mediante las obras hechas con la humildad que le da su sabiduría. Pero
si ustedes tienen envidias amargas y rivalidades en su corazón, dejen de presumir
y faltar a la verdad. Esa no es la sabiduría que desciende del cielo, sino que es
terrenal, puramente humana y diabólica.
Porque donde hay envidias y rivalidades, (“celos amargos” R.V.60) también hay
confusión y toda clase de acciones malvadas” (3:1-2)
Hay otro tipo de celo mal encaminado al cual Pablo llama “celo sin ciencia”. Usa
este término para aplicarlo a todo Israel que en su terquedad no quiere reconocer
al Evangelio, y rechaza la verdad de Dios para aferrarse a las antiguas tradiciones.
Él nos dice de la siguiente forma: “Hermanos, ciertamente el anhelo de mi corazón,
y mi oración a Dios por los israelitas es que lleguen a ser salvos. Puedo declarar a
favor de ellos que muestran celo por Dios, pero su celo no se basa en el
conocimiento. No conociendo la justicia que proviene de Dios y procurando
establecer la suya propia no se sometieron a la justicia de Dios”.(Rom. 10:1-3)
Este tipo de celo sin conocimiento ha sido uno de los factores que más problemas
ha traído dentro de la Iglesia. El asunto no ha estado en el celo en sí mimo, sino en
la forma poco sabia de dar manifestación constructiva de ese sentimiento. Este
fenómeno se produce cuando el celo se transforma en un sentimiento que limita la
actividad del Cuerpo, que impide el desarrollo espiritual de los creyentes, que limita
las actividades espirituales de la Iglesia, y toda actividad y manifestación espiritual
de ésta viene a ser controlada por una persona súper espiritual, súper perfecta,
súper santa, que llega a creer que ella es la guardiana exclusiva y permanente de
todo lo que se mueve dentro de la obra de Dios. Como resultado, la Iglesia cae en
un estado de enquistamiento y estancamiento producto de una sobreprotección
infundada por parte del líder. Éste pierde de vista los principios que rigen la actividad
interna del Cuerpo; ignora que el Dueño, que es más celoso que él, sin embargo,
ha sido capaz de tomarlo a él con todos sus defectos de y también lanzar a la Iglesia
con todas sus falibilidades a la conquista del un mundo necesitado de Dios.

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