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UNIVERSIDAD RURAL DE GUATEMALA

MAZATENANGO, SUCHITEPEQUEZ

SEDE 025

CARRERA: FACULTAD EN CIENCIAS JURIDICAS Y SOCIALES

CATEDRA: DERECHO CIVIL IV

ESTUDIANTE: ROCKY ALFONSO PELICÓ MARTÍNEZ CARNET: 160250011

SEMESTRE: QUINTO

CATEDRATICO: LIC. PABLO RODAS

PRCIMER AVANCE

TEXTO PARALELO DE

DERECHO CIVIL IV

MAZATENANGO, SUCH, 17 DE MARZO DE 2,018.


INTRODUCCIÓN

En base a lo visto en clase y al programa, se realiza el presente trabajo sobre el tema de las
OBLIGACIONES en el Derecho Civil, donde nos permitirá ampliar los conocimientos
relacionados a este curso mismo donde estudiaremos algunos aspectos importantes
relacionados, tales como concepto de obligaciones, la clasificación y los elementos de
Negocios Jurídicos, la nulidad, las clases y el cumplimiento de las obligaciones; por ello es
de suma importancia estudiar a profundidad este tema, para así comprenderlo y ponerlo en
práctica en la vida, ya que este curso es una base fundamental en el desarrollo de nuestra
carrera.
1ra. SEMANA.
1. OBLIGACIONES
Conjunto de normas, y principios e instituciones que disciplinan las relaciones jurídicas
en las que una persona se compromete a determinadas conducta de dar hacer o no hacer
(deudor) frente a otra persona (acreedor) que tiene la potestad de exigencia en caso de
incumplimiento del obligado.

CONCEPTO: Obligación: vinculo o relación Jurídica en virtud de la cual una persona


(acreedor) tiene la facultad de exigir de otra (deudor) un determinado comportamiento
positivo o negativo (prestación), de cuyo cumplimiento responderá en última instancia el
patrimonio deudor.

2. EL NEGOCIO JURIDICO.
Puede definirse el negocio jurídico como toda manifestación de voluntad humana, que se
encamine a conseguir un fin práctico y legal, protegido por el Derecho.
El concepto de negocio jurídico, construido sobre una voluntad necesaria y suficiente para
producir efectos jurídicos, satisface simultáneamente y realiza, con esa simultaneidad, la
igualdad formal del derecho, el interés del comerciante comprador y el interés del
propietario vendedor. Sin embargo, es evidente que esta filosofía que exalta la voluntad
individual, la fuerza creadora de la voluntad, es en alguna medida, una filosofía simulada,
no sincera. La Voluntad creadora, que la filosofía del negocio jurídico exalta, es la voluntad
de la clase social que dirige el proceso histórico: La exaltación de la voluntad, como la sola
causa suficiente del cambio jurídico, apoya a la burguesía comerciante en su proyecto de
apropiación de los recursos.

CLASIFICACIÓN DE LOS NEGOCIOS JURÍDICOS


Unilaterales y Bilaterales.
Negocios jurídicos personales y patrimoniales.
Negocios de atribución patrimonial y no atribuidos.
Negocios a título oneroso y a título gratuito.
Negocios intervivos y negocios mortis causa.
Negocios solemnes y no solemnes Dícense formales o solemnes.
Negocios causales y abstractos.
Unilateral: Negocio Jurídico puesto en existencia por la voluntad de un solo sujeto, como
sucede, con el testamento, la aceptación de herencia, la emancipación.

Los unilaterales pueden ser: Recepticios, que es el dirigido a un determinado destinatario:


despido, aviso, etc. y No Receptación, su eficacia no depende del hecho de que vaya
dirigido a un destinatario determinado: testamento, promesa al público.

Bilateral: El creado por las voluntades de dos sujetos en sentido contrapuesto, en cuanto
venidas a concierto, es decir, a acuerdo consensus, como la compraventa, la adopción, el
matrimonio.

Negocios jurídicos personales y patrimoniales: Según cuál sea el objeto o contenido


sobre el que versan: Negocios relativos al derecho de personas, se refieren a relaciones
jurídicas familiares por ejemplo: matrimonio, divorcio, adopción, reconocimiento de hijo;
Negocios relativos al derecho patrimonial, como su nombre lo indica se refieren a
relaciones jurídicas patrimoniales, entre los que cabe distinguirlos de disposición, que
entrañan una alteración económica en el patrimonio de una persona, como la transmisión de
la propiedad o la constitución de servidumbres o hipotecas, de los negocios obligacionales,
que tienen el efecto de engendrar derechos personales de un individuo frente a otro, como
un contrato de compraventa y negocios relativos al derecho sucesorio, por ejemplo, el
testamento.

Negocios de atribución patrimonial y no atribuidos: Son aquellos mediante los cuales


una persona enriquece el patrimonio de otra, mediante el ingreso en el mismo de un nuevo
derecho o mediante la supresión de un gravamen que pasare sobre ella. Ejemplos,
compraventa, condonación de una deuda, concesión de un derecho de usufructo o la
renuncia del mismo. No atributivos, son los que no hacen ingresar derecho alguno en el
patrimonio de otro. Ejemplo, otorgamiento de un poder.
Negocios a título oneroso y a título gratuito: Los primeros importan la adquisición de un
derecho o de una ventaja económica mediante una contrapartida. Se trata, en todo caso, de
un cambio de prestaciones, de un recíproco desprendimiento patrimonial, como ocurre, con
la compraventa. En los negocios gratuitos, la adquisición se verifica sin una pérdida
correspondiente, como en la donación. Dígase también que los negocios onerosos son
aquellos en que la parte que adquiere un derecho suministra a su vez a la otra una
contraprestación, como ocurre en la venta, en tanto que en los negocios jurídicos gratuitos o
lucrativos la adquisición se produce sin que exista contraprestación, por lo cual hay
enriquecimiento de una persona por el acto de otra, como acaece en la donación. Los
negocios jurídicos de atribución patrimonial son onerosos o gratuitos según que ésta se
realice con o sin sacrificio por el adquirente; es decir, que vaya o no acompañada de una
contraprestación a cambio.
Negocios intervivos y negocios mortis causa: Atendiendo a si los efectos del negocio se
van a producir en vida de los otorgantes o si dependen del fallecimiento del autor, se
clasifican en intervivos, como el contrato, y en mortis causa como el testamento. Negocios
mortis causa son aquellos que tienen por objeto regular el destino del patrimonio o de
particulares bienes después de la muerte del disponente. De modo contrario, los negocios
inter vivos gozan de eficacia en vida de ambas partes.

Negocios solemnes y no solemnes: Dícense formales o solemnes aquellos negocios


respecto de los cuales está prescrita por el ordenamiento jurídico, la observancia de una
forma precisa y taxativa. No formales o no solemnes son los negocios en los que la
manifestación de voluntad puede tener lugar de cualquier modo. En el ámbito del ius civile,
todos los negocios están dominados por el imperativo de la forma.

Negocios causales y abstractos: En los negocios causales, el fin práctico que, de modo
inmediato, persiguen las partes, se unimisma con el negocio, dotando a éste de una
estructura y de una función uniforme. El negocio causal, no produce efecto alguno cuanto
resulte probada la ilicitud del fin o su propia falta; El negocio abstracto, en iguales
circunstancias, es llevado a sus últimas consecuencias, si bien sea dable neutralizar o
paralizar con remedios particulares sus efectos.

3. PRINCIPIOS DE CONTRATACIÓN
Es aquel acuerdo de voluntades divergentes anteriormente por medio del cual las partes
crean, modifican o extinguen una relación jurídica de carácter patrimonial. El C.C. en el
Art. 1517 norma lo relativo al contrato. Hay que tomar en consideración que el C.C. no
diferencia al contrato de convención.

La trascendencia del contrato como fuente de obligaciones, es la materia de contratos


importantísima en el derecho de obligaciones desde el momento que el contrato es la causa
más frecuente, la única fuente ordinaria y normal de las obligaciones.

Trascendental para la vida social y económica, hasta tal punto que contratación y progreso
siguen en la historia una curva ascendente paralela, habiendo llegado a sostener Suimmer
Maine que la sociedad moderna se distingue principalmente de las que le precedieron por el
gran puesto que en ella ha obtenido del contrato, importantísima, por último, para los
profesionales jurídicos y, sobre todo, para el notario, una de las características con más
funciones es presidir y autorizar la celebración de los contratos.

3.1. CONSENSUALISMO
En el derecho moderno rige el principio según el cual basta el acuerdo de voluntad entre
dos o más personas para que nazcan las obligaciones y derechos, sin que tenga ya vigencia
aquella distinción, propia del derecho romano, entre el pacto o convención y el contrato.
Art. 1261 y 1280 C.C. Además este principio se fundamenta en el derecho canónico.
3.2. FORMALISMO
Este principio básicamente nos indica que no basta sólo con el consentimiento de las
partes para que exista un contrato; se debe de tener ciertas características de tipo formal
(esenciales) que lo hagan válido. Que se adecue a las formas válidas.

4. AUTONOMIA DE LA VOLUNTAD
Este principio subsiste hasta la fecha, aunque más limitado día tras día pues la libertad
de acción del individuo se encuentra restringida por los intereses comunes, por los intereses
de la sociedad. Art. 1575 C.C. Posición del Código Civil Guatemalteco: Nuestra legislación
adopta un sistema de tipo Ecléctico.

5. NEGOCIOS JURIDICOS CONDICIONALES


En los negocios jurídicos condicionales, la adquisición de los derechos, así como la
resolución o pérdida de los ya adquiridos, dependen del acontecimiento que constituye la
condición. El negocio condicional surte efectos desde el cumplimiento de la condición,
salvo estipulación en contrario.

El Artículo 1274 del Código Civil regula lo siguiente: “El negocio jurídico sujeto a la
condición de que se verifique un acontecimiento dentro de un término, caduca si pasa el
término sin realizarse la condición, o antes si hay certidumbre de que no puede cumplirse”.
El Artículo citado señala que el negocio jurídico que se encuentre bajo la sujeción de que se
tenga que verificar un acontecimiento dentro de un tiempo estipulado, caduca cuando dicho
término transcurre sin llevarse a cabo la condición.

6. PLAZON EN LOS NEGOCIOS JURIDICOS


El plazo es el que se encarga de la fijación del día y de la fecha de la ejecución o bien
de la extinción del acto o negocio jurídico contractual. No se puede exigir que se cumpla la
prestación del vencimiento del plazo, pero si el acreedor que pagó ignoraba la existencia de
dicho plazo en el momento que efectuó el pago, tiene el derecho de reclamarle al acreedor
los intereses que éste hubiere percibido debido al anticipo prestado. El Artículo 1281 del
Código Civil regula: “Perderá el deudor el derecho de utilizar el plazo:

1. Cuando después de contraída la obligación resulte insolvente, salvo que garantice la


deuda;
2. Cuando no otorgue al acreedor las garantías a que se hubiere comprometido; y

3. Cuando por acto propio hubiese disminuido las garantías y cuando por caso fortuito
desaparecieran, a menos que sean inmediatamente sustituidas por otras, a satisfacción del
acreedor.
El Artículo citado señala los casos en los cuales el deudor pierde su derecho de poder
utilizar el plazo. El plazo es presumido como convenido en beneficio del deudor, a
excepción que el mismo resulte del tenor del instrumento o bien de otras distintas
circunstancias.

2da. SEMANA.
7. ELEMENTOS DEL NEGOCIO JURIDICO
Son esenciales, naturales y accidentales. Los primeros son aquellos sin los cuales el
negocio jurídico no puede ocurrir. Los segundos son los que normalmente llevan consigo
cada negocio jurídico, a no ser que sus autores los eliminen. Los terceros son aquéllos que
solamente existen cuando las partes los determinan y agregan de forma expresa al negocio
jurídico.

Entre los elementos accidentales del negocio jurídico es de importancia anotar y explicar
los siguientes:

a) Condición: Consiste en el acontecimiento futuro e incierto del cual depende el


nacimiento o la extinción de un derecho y la obligación que le es correlativa, y la misma
puede ser:
Resolutoria: Es aquella condición que pone fin a un derecho o bien a una obligación.
Suspensiva: Es la condición que suspende el nacimiento de la obligación.

b) Plazo: Es el tiempo que se fija para el cumplimiento de una obligación o el hecho futuro
y cierto del cual depende la exigibilidad o extinción de una obligación y el derecho que le
es correlativo.
c) Modo: es la forma de ejercicio de un derecho ya adquirido.

7.1. CONSENTIMIENTO
Es el acuerdo o concurso de voluntades que tiene por objeto la creación o transmisión
de derechos y obligaciones. Elementos: Capacidad y voluntad. Oferta y Aceptación: El
consentimiento dado su naturaleza, se forma por una oferta y por la aceptación de la misma.
Como es el acuerdo de dos o más voluntades, necesariamente una voluntad deben
manifestarse primero y es la oferta; es decir, que una parte propone algo a la otra respecto a
un asunto de interés jurídico. La aceptación implica la conformidad con la oferta.

7.2. OBJETO LICITO


Son actos jurídicos lícitos, voluntarios, conscientes y libres, constituidos por una o más
declaraciones de voluntad, dirigidas de manera deliberada y específica a: crear, modificar,
transmitir o extinguir obligaciones.

7.3. CAPACIDAD LEGAL


La capacidad legal está íntimamente relacionada con la voluntad, entendiéndose esta
como la facultad psíquica que tiene el individuo o persona para elegir entre realizar o no un
determinado acto, y depende directamente del deseo y la intención de realizar un acto o
hecho en concreto. Tiene relación también, con la capacidad que tiene la persona para
tomar decisiones sin estar sujeto a limitaciones; libremente, sin secuencia causal ni
imposición o necesidad.
-Es la capacidad de goce y de ejercicio, es decir, la capacidad que tenemos de ser sujetos
de derechos y obligaciones.
-Todas las personas por el hecho de ser mayores de edad tienen esta capacidad, por lo que
no hay necesidad de acreditarla para comparecer a un juicio, ya que el juez tiene la
presunción de que así es, salvo que la parte contraria nos demuestre lo contrario. Por eso,
cuando formulamos una demanda o la contestamos, no hay necesidad de presentar nuestra
acta de nacimiento, pasaporte o credencial de elector; basta con mencionar nuestro nombre,
señalar un domicilio y firmar el documento.
-Desde luego que hay casos de excepción. Personas que aun siendo mayores de edad no
tienen capacidad jurídica o se les ha suspendido, tal es el caso de: incapaces; personas
declaradas en estado de interdicción (se le nombra un curador o representante); los presos
(que se les suspenden sus derechos mientras dura la condena); en el caso de comerciantes
declarados en quiebra y se les condena a no realizar actos de comercio, por ejemplo.
-Los menores de edad tienen a sus padres, quienes ejercen la patria potestad y por tanto
legalmente son sus representantes legales, por lo que éstos menores pueden
ejercitar acciones o celebrar actos jurídicos a través de los mismos.
-La Capacidad jurídica (o simplemente, capacidad) es, en Derecho, la aptitud para ser
titular de derechos y obligaciones; de reclamar los primeros y contraer los segundos en
forma personal y comparecer a juicio por propio derecho.
-También pueden clasificarse en capacidad de goce y capacidad de ejercicio; la primera
constituye: 'la capacidad de ser titular de derechos y obligaciones'; en tanto que la segunda
se compone por 'la capacidad de ejercitar los derechos y, contraer obligaciones en forma
personal y comparecer a juicio por propio derecho.

7.4. CAUSA
En el Derecho de obligaciones la causa constituye la finalidad directa e inmediata que
se persigue con la celebración de un contrato. Tradicionalmente, se ha distinguido la causa
o motivo personal que induce a una persona a comprometerse, pues es un móvil puramente
subjetivo, de la causa propia del negocio, que es objetiva y es la misma para
cada categoría de actos; ej.: en los contratos sinalagmáticos la causa para una de las parte es
contraprestación de la otra.
En el derecho de las obligaciones la causa de obligación del deudor es el fin inmediato y
directo que lo induce a comprometerse. Se opone a la causa, así definida, el motivo, que es
un móvil personal, subjetivo y lejano. La causa, por el contrario, es objetiva; necesaria para
la validez de los actos jurídicos, es siempre la misma para cada categoría de actos (por
ejemplo, en un contrato sinalagmático, la causa de la obligación de una de las partes es
la obligación de la otra; en un acto de título gratuito, la causa es la intención generosa),

8. VICIOS DEL CONSENTIMIENTO


Con el término de la voluntad se hace referencia a los defectos que puede sufrir la
voluntad interna en su proceso de formación. Aquí se presenta una voluntad que existe y
que coincide con la declarada, sin embargo se ha formado anómalamente por incurrir en un
error el sujeto, o sufrir una amenaza o violencia o haber padecido una actuación dolosa de
la otra parte, con el resultado de verse vinculado por un contrato que no quiso, o al menos
no exactamente como se ha celebrado.

La disciplina de los vicios de la voluntad está regulada en el Código Civil en los Artículos
1257 al 1268, en los que se fijan los requisitos que deben concurrir para su relevancia, y su
ineficacia. Respecto a la relevancia de los vicios, cabría entender desde una perspectiva
estrictamente dogmática, que, en la medida que el contrato debe responder a una voluntad
libre y consciente del sujeto, de cualquier vicio que abarcara esa voluntad, debería
trascender al contrato para proclamar su ineficacia pues sería una contradicción que alguien
contra de su deseo quedara vinculado por un contrato, que por esencia es expresión de la
autonomía de la voluntad.

Tales vicios están mencionados en el Artículo 1257 del Código Civil. Si la premisa es que
el contrato exige un puntual conocimiento de lo que se estatuye y la necesaria libertad de
decisión, a la vista del Artículo 1257, es legítimo cuestionar si es posible algún otro vicio
distinto.

8.1. ERROR
El error es una equivocada o inexacta creencia o representación mental que sirve de
presupuesto para la realización de un acto jurídico.

El error de motivo surge en la formación de la voluntad, antes de que ésta sea manifestada
al exterior y consiste en una falta de representación de la realidad presente que induce al
sujeto a declarar una voluntad que en otro caso, no habría declarado. “Es una falsa
representación de la realidad presente porque el error sobre la realidad futura, es decir el
error de previsión, no es un error en sentido técnico y no da lugar a la anulabilidad del
contrato”.

Y es esa naturaleza del error la que dificulta la búsqueda de una solución general a todos
los problemas que se derivan del mismo, que ha hecho afirmar que es un punto no aclarado
en la ciencia jurídica, porque en esta figura repercuten varias dificultades que plantean los
problemas centrales del negocio jurídico.
La esencialidad del error reside en su importancia para la formación de la voluntad
negociar, de tal manera que debiendo recaer sobre la substancia o condiciones del objeto
del contrato, e incluso sobre la otra persona, ha de ser determinante, lo cual lleva a tener a
precisar este carácter determinante del error padecido.

8.2. DOLO
Este vicio, parte de una conducta ilícita o antijurídica que reúne sobre una persona a la
que se induce a contratar, pero aquí no se actúa sobre la libertad, sino sobre el
conocimiento, ya que con el mismo se produce un engaño.

La doctrina distingue entre el dolos malus y dolos bonus, entendiendo por este último el
engaño que es admitido en el tráfico, como por ejemplo la exagerada ponderación de las
excelencias de un producto, que sería irrelevante desde el punto de vista jurídico, no
produciendo, en consecuencia la anulación del contrato”.

Para que el dolo sea invalidante se requiere, además que dicho comportamiento produzca
un engaño o error en el otro contratante, lo que lleva a diferenciar esta figura del error vicio
analizada con anterioridad. Para el engaño que da lugar al dolo, no es necesario que
concurran los mismos requisitos exigidos para el error.
Ello no impide que puedan concurrir en un mismo supuesto los dos vicios, el dolo y el error
con lo que el contratante que los ha padecido puede impugnar el contrato por uno u otro.

Asimismo, el dolo ha de ser determinante para la celebración del contrato, como lo estipula
el Artículo 1262. El dolo de una de las partes y el dolo que proviene de un tercero,
sabiéndolo aquélla, produce la nulidad si ha sido la causa determinante del negocio
jurídico.

8.3. VIOLENCIA O INTIMIDACION


Será ineficaz el consentimiento prestado por violencia, intimación o intimidación. La
violencia o intimidación deben ser de tal naturaleza que cause impresión profunda en el
ánimo de una persona razonable y le inspire el temor de exponer su persona o su honra a la
de su conviviente de hecho, ascendientes, descendientes o hermanos, un mal grave o a la
pérdida considerable de sus bienes.

Indudablemente la violencia a que se hace referencia, es la violencia moral, que es


considerada como vicio del consentimiento y que consiste en arrebatar el consentimiento a
un sujeto bajo la amenaza de que, sino presta el consentimiento, se inferirá un mal a su
persona o a sus bienes o a la persona o a los bienes de sus familiares.
Cabe señalar que la invalidez del negocio no excluye otras responsabilidades civiles y
penales en las que se puede incurrir como consecuencia de la acción sobre el contratante.
No es causa de anulación del contrato el simple temor reverencial regulado en el Artículo
1267 del Código Civil: “La amenaza del ejercicio regular de un derecho y el temor
reverencial, esto es, el solo temor de desagradar a las personas de quienes se debe sumisión
y respeto, no anularán el acto o negocio”.

Intimidación: Para que se dé la intimidación se requiere le concurrencia de dos elementos,


uno externo, que sería la amenaza, y el otro interno consistente en el temor que se infunde
al contratante, entre los que tiene que haber un nexo de causalidad de tal manera que la
amenaza este diferentemente relacionada con la celebración del contrato.

El Código Civil en el Artículo 1266 establece que para calificar la violencia o intimidación
debe atenderse a la edad, al sexo a la condición de la persona y demás circunstancias que
pueden influir sobre su gravedad.

8.4. SIMULACION
Representa ésta una divergencia entre la voluntad interna y la declarada, pero a
diferencia de otros vicios de la declaración de voluntad, viene provocada por un acuerdo de
ambas partes contratantes, que se denomina acuerdo simulatorio, por el que deciden emitir
su consentimiento que no corresponde a lo realmente querido.

Dicho acuerdo no se manifiesta al exterior, creándose con ello una apariencia de contrato.
Existen, así pues dos declaraciones: la simulada que es la que se exterioriza y la disimulada
que puede consistir en el acuerdo en el cual no se celebra ningún contrato o en celebrar otro
diferente al manifestado o con otras condiciones.

La primera o de la declaración simulada, se llama simulación absoluta. Su intención puede


obedecer a diversas razones de la simulación absoluta y recurre principalmente en los casos
de alguien que desea ocultar sus bienes a sus acreedores para sustraerlos de sus
pretensiones procesales o quien quiere esconderlos del fisco para evitar el pago del
impuesto.
Es claro que en la simulación absoluta las partes celebran un contrato y en un acuerdo
distinto y secreto, o sea declaran no querer efecto alguno de aquel contrato. Su intención es
crear, frente a terceros la apariencia de la transmisión de un derecho de una parte a la otra o
la apariencia de una asunción de una obligación por la parte respecto de la otra.

La segunda denominada declaración disimulada se denomina simulación relativa y se


produce cuando las partes crean la apariencia de un contrato distinto del que efectivamente
quieren.

Aquí hay dos contratos, siendo los mismos el contrato simulado que es el destinado a
aparecer solo exteriormente y el contrato simulado que es el realmente querido por las
partes.
El primero puede ser distinto del segundo por el tipo contractual que se simula, por
ejemplo, una compraventa, cuando en realidad se otorga una donación. El Artículo 1284 del
Código Civil regula: “La simulación tiene lugar:

1. Cuando se encubre el carácter jurídico del negocio que se declara, dándose la apariencia
de otro de distinta naturaleza;

2. Cuando las partes declaran o confiesan falsamente lo que en realidad no ha pasado o no


se ha convenido entre ellas; y

3. Cuando se constituyen o transmiten derechos a personas interpuestas, para mantener


desconocidas a las verdaderamente interesadas”.

El Artículo citado señala los casos en los cuales tiene lugar la simulación, siendo los
mismos: al encubrir el carácter jurídico del negocio que se declara, cuando las partes
declaran falsamente lo que realmente no ha ocurrido y cuando se constituyen o transmiten
derechos a personas interpuestas.

El Artículo 1285 regula que: “La simulación es absoluta cuando la declaración de voluntad
nada tiene de real y es relativa cuando a un negocio jurídico se le da una falsa apariencia
que oculta su verdadero carácter”.

Por su parte el Artículo 1286 regula: “La simulación absoluta, no produce ningún efecto
Jurídico. La simulación relativa una vez demostrada producirá los efectos del negocio
jurídico encubierto siempre que su objeto sea licito”.

El Artículo citado señala que la simulación absoluta no es productora de ningún efecto


jurídico y que la simulación relativa después de que es comprobada produce los efectos de
un negocio jurídico encubierto.

Con la simulación no se anula el negocio jurídico si no se tiene un fin ilícito ni se causa


perjuicio a ninguna persona. La acción de simulación es imprescriptible entre las partes que
llevaron a cabo la simulación y para los terceros perjudicados con la simulación.

3ra. SEMANA.
9. INEFICACIA DE NEGOCIO JURIDICO
Se califica de “eficaz” el negocio cuando, por reunir todos los requisitos exigidos por la
ley, es apto para producir los efectos que le correspondan según la regla negocial, formada
ésta por la declaración de voluntad y complementada por las reglas jurídicas aplicables.
Debido a la diversidad de terminología para explicar este tema, resulta difícil definir la
ineficacia, la cual indica que las diferentes modalidades o casos enumerados por la doctrina
y el Código Civil guatemalteco, las obligaciones provenientes de los contratos no llegan a
nacer o no obstante luego de nacidas son eliminadas por la voluntad de los contratantes o
por la ley, por no cumplir con las exigencias de todo negocio jurídico o contrato. El negocio
jurídico es ineficaz cuando carece totalmente de efectos o consecuencias que normalmente
deberían haberse producido en virtud de la celebración del negocio, la ineficacia es una
sanción que se impone como consecuencia de la infracción de los preceptos contenidos en
la norma jurídica.

9.1. LA NULIDAD.
Se trata del supuesto más grave de ineficacia. Por ello, suele ser adjetivado como
nulidad absoluta o nulidad de pleno derecho. Los negocios jurídicos nulos, pues, no
merecen para el Derecho más que rechazo; no puede reconocer el Ordenamiento jurídico
ningún efecto del negocio jurídico nulo, ni siquiera su admisibilidad como tal negocio
jurídico.
La nulidad parcial: Frente a la relativa escasez práctica de casos de nulidad negocial (que
conllevan, además, problemas de prueba muy difíciles de superar y, por tanto, en
numerosas ocasiones no llegan a plantearse judicialmente), son cada día más frecuente los
casos de nulidad parcial.
Se habla de nulidad parcial cuando el negocio jurídico contiene una o varias cláusulas o
determinaciones ilegales, pese a la validez y adecuación al ordenamiento jurídico del
conjunto esencial del mismo. Esto es, el consentimiento, la causa, el objeto (en el caso de
contratos) y en su caso, la forma, son intachables, pero algunos aspectos del negocio
jurídico son contrarios a una norma imperativa (por ejemplo se concede un préstamo
superando el tipo de interés el máximo fijado por el Banco de España).

La coexistencia de cláusulas nulas, por ilegales, con los restantes pactos válidos del negocio
jurídico plantea el problema de determinar si la invalidez de la cláusula debe afectar a todo
el conjunto negocial.

9.2. RESCICION
Es la forma de ineficacia de un contrato válidamente celebrado, pendiente total o
parcialmente de cumplimiento, originada de la decisión de uno de los contratantes a quien
la ley faculta expresamente, del acuerdo de los contratantes, de la declaración de juez
competente fundada en un motivo específico previsto en la ley o de la imposibilidad de
ejecución por causas fortuitas o motivos insuperables no imputables al incumplido.

Es el procedimiento que se dirige a hacer ineficaz un contrato válidamente celebrado y


obligatorio en condiciones normales, a causa de accidentes externos, mediante los que se
ocasiona un perjuicio económico a alguno de los contratantes.
La regulación legal se encuentra en el Código Civil guatemalteco, que exige que cumplan
los siguientes presupuestos para que exista, contenidos en el artículo 1579 que indica: “Los
contratos válidamente celebrados pendientes de cumplimiento, pueden rescindirse por
mutuo consentimiento o por declaración judicial en los casos en que establece este código”.
Las clases de rescisión están contenidas en el Código Civil y se explica cada una:
1. Rescisión voluntaria unilateral: Los casos en que procede la rescisión de un contrato el
cual contiene la voluntad de uno solo de los contratantes se encuentran en los siguientes
artículos que contiene los Contrato de:

a) El arrendamiento señalado en el artículo 1939 “El arrendatario podrá poner fin al


arrendamiento dando aviso por escrito al arrendador, por lo menos con treinta días de
anticipación si se tratare de vivienda y con sesenta días de anticipación si se tratare de
locales de negocios u oficinas, salvo lo dispuesto en el artículo 1888”,
b) El depósito contenido en el artículo 1992 indica: “No habiendo plazo, el depósito puede
devolver la cosa depositada avisando al depositante con prudente anticipación si el caso lo
requiere”, c) La sociedad que indica en el artículo 1768 “se disuelve totalmente el contrato
de sociedad:

Rescisión contractual: En esta clase de rescisión, ambos contratantes de pleno acuerdo


deben decidir desvincularse del contrato.
Los casos en que procede la rescisión previstos en el Código Civil:

a) Artículo 1579: Los contratos válidamente celebrados, pendientes de cumplimiento


pueden rescindirse por mutuo consentimiento.

b) Artículo 1584. En la rescisión por mutuo consentimiento ninguna de la partes podrá


reclamar daños y perjuicios, frutos ni intereses, si no lo hubieren convenido expresamente.
Rescisión judicial: El artículo 1579 del Código Civil, que indica: “Los contratos
válidamente celebrados pendientes de cumplimiento, pueden rescindirse por declaración
judicial en los casos en que establece este código”, los casos de rescisión debe ser probada
en juicio los motivos de la rescisión para que el juez dicte sentencia firma que declare
disuelto el negocio jurídico.

Puede ejercitar la acción de rescisión, la parte que sufre el perjuicio patrimonial y esta
acción para pedirla dura un año, contado desde la fecha de la celebración del contrato, salvo
que la ley fije otro término en casos especiales, tal y como lo regula el artículo 1585 del
Código Civil.

9.3. ACCION REVOCATORIA O PAULINA


Llamada por la doctrina como acción revocatoria o paulina, tiene por objeto procurar y
lograr la revocación de los negocios jurídicos realizados por el deudor con el propósito de
reducir sustancialmente su patrimonio a tal manera que el acreedor no pueda hacer efectiva
la prestación a que tenga derecho.
Se define a la revocación como: “Una declaración de voluntad, acto jurídico unilateral por
el que se deja sin efecto otro cuya existencia o subsistencia depende de la misma voluntad”.
Clases de revocación del negocio jurídico:
1. La revocación unilateral: Potestad que concede la ley al otorgante de un negocio
autorizado a retirar o dejar sin efecto lo concedido ya sea en forma voluntaria o por alguna
causa prevista en la ley. Se analizan alguno de los casos regulados en el Código Civil sobre
la revocación unilateral, siendo los siguientes contratos:

a) Mandato, esencialmente revocable exclusivamente por el mandante sin justificación


alguna y el mandatario no puede oponerse a la revocación, lo anterior en base a los
artículos 1699, 1704, 1717, inciso 3º., 1718, 1719, 1720,
b) Donación entre vivos, la facultad es del donante en base a las causas de ingratitud
señaladas en la ley, dicha facultad debe accionarla en el plazo de seis meses y en esta
revocación no se incluye las donaciones remuneratorias, artículos aplicables a esta clase se
revocación son; 1866, 1867, 1868, 1869, 1870, 1871, 1872, 1873, 1874,

c) Comodato, regulado en el artículo 1963: “Si el comodante necesita con urgencia


imprevista la cosa prestada, o si ésta corre peligro de perecer si continúa en poder del
comodatario, podrá exigir que se le devuelva antes de cumplido el plazo o antes de que se
haya usado de ella, y el juez según las circunstancias, resolverá lo que proceda”,

d) Depósito, de conformidad con el artículo 1974. “Por el contrato de depósito una persona
recibe de otra alguna cosa para su guarda y conservación, con la obligación de devolverla
cuando la pida el depositante, o la persona a cuyo favor se hizo o cuando lo ordene el juez”.
En tal sentido la facultad de revocar es personal del depositante y el depositario no puede
oponerse tal y como lo indica el artículo 1995.

2. La revocación judicial o revocación por fraude de acreedores: “La facultad que el


ordenamiento jurídico concede a todo acreedor para proceder por derecho propio a
impugnar los actos válidamente celebrados por el deudor que, por el carácter fraudulento,
produzcan un perjuicio y éste no pueda cobrar de otro modo lo que se le deba”.

La acción Paulina se regula en el artículo 1290 del Código Civil, indica que “Todo acreedor
puede pedir la revocación de los negocios celebrados por el deudor en perjuicio o fraude de
sus derechos. Sólo los acreedores cuyos créditos sean anteriores al negocio impugnado,
pueden ejercitar la acción revocatoria”.

Los requisitos exigibles para que sea ejercida la revocación por parte del acreedor, se
regulan en los artículos 1290, 1291, 1293, 1294, 1297 del Código Civil, de donde se
enumeran los siguientes:
1. Existencia de un contrato válido sin la constitución de una garantía real a favor del
acreedor,
2. Que ese contrato este pendiente de cumplimiento,

3. Que el deudor celebre posteriormente un contrato con tercera persona de mala fe y


efectúe pagos fraudulentos,
4. La acción revocatoria le corresponde a los acreedores cuyos créditos hayan sido
anteriores al contrato que pretende revocar,
5. Que el contrato perjudique al acreedor al dejar insolvente al deudor,
6. Que el acreedor ejerza la acción correspondiente ante juez competente.

4ta. SEMANA.
10. CLASES DE LAS OBLIGACIONES

Obligaciones: Civiles y Naturales o Imperfectas:

Obligaciones civiles: Las obligaciones civiles son aquellas que derivan de las relaciones de
las personas entre sí, aquellas que se originan de las contraprestaciones entre dos o más
personas, pero dentro del ámbito del derecho civil, lo que antiguamente los romanos los
denominaban "jus civile". Las obligaciones derivadas del derecho civil son imperativas, es
decir, se puede exigir su cumplimiento coercitivamente. -

Obligaciones naturales: Son aquellas que emanan de la naturaleza misma del hombre, las
que provienen de la divina naturaleza, el acreedor puede solicitar su cumplimiento pero el
deudor puede cumplir o no, depende de su voluntad para hacerlo, pero si lo realiza, la
prestación inviste el carácter de legítimo y el deudor no puede acogerse el derecho de
repetir lo que hizo o lo que había dado. Se lo conocía como el "jus gentium

Las obligaciones imperfectas: Nuestro código civil legisla en forma aislada en algunos
pasajes sobre los derechos naturales, no las enumera ni se ocupa en forma especial sobre la
materia. Únicamente podemos encontrar vestigios de derechos naturales, en el art. 1820 del
Codigo Civil, el cual dispone: "no procede la repetición de lo pagado espontáneamente
cumpliendo deberes morales o sociales, salvo caso de incapacidad del que pagó". La
cátedra entiende que nuestras leyes civiles, laborales, etc. Se hallan basadas en el derecho
positivo y por ende sus disposiciones se hallan basadas en leyes de carácter civiles, empero
existen algunas normas de características naturales como la que hemos visto anteriormente.

10.1. DAR
La obligación de dar cosa determinada comprende su entrega y la de sus accesorios
y pertenencias, así como los frutos que produzca desde que se perfecciona el convenio. El
deudor es responsable asimismo, de su conservación, hasta que verifique la entrega.

En las obligaciones de dar cosa determinada únicamente por su especie, la elección


corresponde al deudor, salvo pacto en contrario. El deudor cumplirá eligiendo cosas de
regular calidad, y de la misma manera procederá el acreedor, cuando se le hubiere dejado la
elección.

10.2. HACER
En las obligaciones de hacer el incumplimiento del obligado da derecho al acreedor para
hacer por sí o por medio de tercero, a costa del deudor, lo que se hubiere convenido, si la
calidad del ejecutante fuere indiferente.

Si el acreedor prefiere la prestación por el deudor, pedirá que se le fije un término


prudencial para que cumpla la obligación, y si no la cumpliere, será obligado a pagar daños
y perjuicios.

Si la obligación de hacer resultare imposible sin culpa del deudor, la obligación queda
extinguida. El deudor debe devolver en este caso al acreedor lo que por razón de la
obligación hubiese recibido.

10.3. NO HACER
Si la obligación es de no hacer, el obligado incurre en daños y perjuicios por el solo hecho
de la contravención.
El acreedor tiene derecho para exigir que se obligue al deudor a destruir lo que se hubiere
hecho contraviniendo lo pactado, o a que se le autorice la destrucción por cuenta del
deudor.

Si no fuere posible destruir lo que se hubiere hecho o si la prestación fuere indestructible


por su naturaleza, como la divulgación de un secreto industrial, el acreedor tendrá derecho
de exigir daños y perjuicios por la contravención.
La obligación personal queda garantizada con los bienes enajenables que posea el deudor
en el momento de exigirse su cumplimiento.

10.4. OBLIGACIONES ALTERNATIVAS


El obligado alternativamente a diversas prestaciones, cumple ejecutando íntegramente una
de ellas. El acreedor no puede ser compelido a recibir parte de una y parte de otra.
La elección corresponde al deudor, a menos que expresamente se concediere al acreedor.
La elección no puede recaer en prestaciones que resultaren imposibles, ilícitas o que no
hubieran podido ser objeto de la obligación. La elección no producirá efectos sino desde
que fuere notificada.
El deudor perderá el derecho de elección cuando de las prestaciones a que alternativamente
estuviere obligado, sólo una fuere realizable.

El acreedor tendrá derecho a la indemnización de daños y perjuicios cuando, por culpa del
deudor hubieren desaparecido todas las cosas que alternativamente fueron objeto de la
obligación, o se hubiera hecho imposible el cumplimiento de ésta. La indemnización se
fijará tomando por base el valor de la última cosa desaparecida o el del servicio que
últimamente se hubiere hecho imposible.
Cuando la elección corresponde al acreedor, la obligación cesará de ser alternativa desde el
día en que haya sido notificada al deudor. Mientras no se hubiere hecho la notificación, las
responsabilidades del deudor se regirán por las reglas siguientes:

1. Si alguna de las cosas se perdió sin culpa del deudor, cumplirá entregando la que el
acreedor elija entre las restantes o la que haya quedado sin una sola subsistiera;

2. Si la pérdida de alguna de las cosas sobrevino por culpa del deudor, el acreedor podrá
reclamar cualquiera de las que subsistan, o el precio de la que, por culpa de aquél, hubiera
desaparecido; y

3. Si todas las cosas se hubieren perdido por culpa del deudor, la elección del acreedor
recaerá sobre su precio.
Las mismas reglas se aplicarán a las obligaciones de hacer o de no hacer, en el caso de que
algunas o todas las prestaciones resultaren imposibles.

Cuando la elección debe ser hecha por varias personas, el juez concederá un plazo para que
se pongan de acuerdo. Si no hubiere acuerdo decidirá la mayoría, y si no hicieren la
elección o no hubiere mayoría, elegirá el juez.

Si el deudor es omiso en hacer la elección, el juez le señalará un plazo para que cumpla,
con hacerla, y si vencido este plazo el deudor se mantuviera en la omisión, la elección
corresponderá al acreedor.

10.5. OBLIGACIONES FACULTATIVAS


Obligación facultativa es la que, no teniendo por objeto sino una sola prestación, da al
deudor el derecho de sustituir esa prestación por otra.
La naturaleza de la obligación facultativa se determina únicamente por la prestación
principal que forma el objeto de ella.

La obligación facultativa será nula por un vicio inherente a la prestación principal, aunque
la prestación accesoria no tenga vicio alguno.
La obligación facultativa se extingue cuando la cosa que forma el objeto de la prestación
principal perece sin culpa del deudor, antes que éste se haya constituido en mora, o porque
se hubiere hecho imposible su cumplimiento, aunque el objeto de la prestación accesoria no
hubiese perecido y fuese posible su entrega.

No tendrán influencia alguna sobre la prestación principal, ni la pérdida o deterioro de la


cosa ni la imposibilidad del hecho o de la omisión que constituye el objeto de la prestación
accesoria.

10.6. SIMPLES
Es una relación jurídica. Pueden existir varios acreedores o varios deudores a la vez, o
de igual manera cuantos deudores posea un acreedor y cuantos acreedores tenga un
deudor. Cada pago establece un objeto autónomo.
En este tipo de obligaciones existe la pluralidad, funcionando de una manera
muy independiente una de otras.

En estas obligaciones los acreedores y deudores no tienen relaciones entre sí. En la


obligación el crédito o deuda se divide en partes iguales como acreedores o deudores haya.

No hay garantía para el acreedor, por el motivo de que cada porción es independiente y
separada. En caso de insolvencia de un codeudor simple no puede obligar a los demás.

Cada uno de los acreedores sólo puede exigir o reclamar del deudor la parte que le
corresponde en el crédito (mancomunidad activa)
Cada uno de los deudores sólo está obligado a cumplir la parte de la deuda que le
corresponde. Si uno de ellos es insolvente, los demás estarán obligados a suplir su falta
(mancomunidad pasiva)

ARTICULO 1348.- (Mancomunidad simple). Por la simple mancomunidad no queda


obligado cada uno de los deudores a cumplir íntegramente la obligación, ni tiene derecho
cada uno de los acreedores para exigir el total cumplimiento de la misma. En este caso, el
crédito o la deuda se consideran divididos en tantas partes como acreedores o deudores
haya, y cada parte constituye una deuda o un crédito separados.

10.7. MANCOMUNADAS
Hablamos de obligación mancomunada como aquella obligación en la que están
implicados una pluralidad de sujetos y que los une un acto jurídico el cual les va a asignar
una obligatoriedad/responsabilidad sobre ella. En este caso de obligaciones mancomunadas
existe la relación de acreedor-deudor, no obstante, en las mancomunadas al
ser características por su pluralidad, pueden existir más de dos acreedores y un solo deudor,
o más de dos deudores y un solo acreedor.

ARTICULO 1347. Hay mancomunidad cuando en la misma obligación son varios los
acreedores o varios los deudores.

10.8. DIVISIBLES
En el derecho romano el carácter divisible o indivisible de la obligación tenía especial
importancia por cuanto que con ello se determinaba el régimen especial en el dado caso de
que en la obligación haber varios deudores o varios acreedores. De tal suerte, que si la
obligación era divisible cada uno de los codeudores debía pagar en la medida de su cuota.
Por el contrario si se trataba de una Art. 1373 a 1379 c.c.
Obligación indivisible cada uno de los acreedores tenía derecho a pretender la prestación
completa y cada uno de los codeudores tenía el deber de ejecutarla por entero.
Por otro lado, la obligación es Divisible O Indivisible según sea susceptible o no, de ser
cumplida por partes lo cual no solo depende de la naturaleza de la prestación que constituye
el objeto, sino también la intención de las partes, de tal suerte que la Divisibilidad O No de
la prestación no constituye un concepto meramente económico en sí mismo más bien,
obedece a un sentido jurídico. ART. 1374 C.C. Por cuanto que la referencia fundamental de
la división no está dada en relación del bien o del servicio que constituye la prestación, sino
más bien a lo que se haya pactado entre las partes, obviamente atendiendo a la naturaleza
de la prestación.

10.9. INVIDUALES
Es la obligación que cada una de los acreedores que debe de realizar conscientemente lo
puede extrajudicial y judicial.

5ta. SEMANA.
11. CUMPLIMIENTO DE LAS OBLIGACIONES
Es la plena y absoluta realización en la vida de lo convenido por las partes al contraer la
obligación. El cumplimiento dependerá en su configuración material de la naturaleza de la
obligación, según consista ésta en un dar, hacer o no hacer. La esencia propia del
cumplimiento consiste en una actitud. El deudor debe realizar el acto principal en que
consista la obligación. Este acto principal se realice según el tenor de la obligación, en el
tiempo, lugar y modo convenidos.

El cumplimiento de la prestación puede ser ejecutado por un tercero, tenga o no interés y ya


sea consintiendo o ignorándolo el deudor.
En las obligaciones de hacer, el acreedor no puede ser compelido a recibir la prestación o el
servicio de un tercero, cuando la calidad y circunstancias de la persona del deudor hubieren
sido motivo determinante al establecer la obligación.

El que pague por cuenta de otro puede repetir lo que pagó, a no ser que lo hubiere hecho
contra la voluntad expresa del deudor.

Para hacer pago válidamente en las obligaciones de dar en que se ha de transferir la


propiedad de la cosa, es necesario ser dueño de lo que se da en pago y tener capacidad para
enajenarlo. Sin embargo, si el pago hubiere consistido en una cantidad de dinero u otra cosa
fungible, no habrá repetición contra el acreedor que la hubiere gastado o consumido de
buena fe.

ARTICULO 1384. El pago debe hacerse al acreedor o a quien tenga su mandato o


representación legal. El pago hecho a quien no tuviere facultad para recibirlo, es válido si el
acreedor lo ratifica o se aprovecha de él.

ARTICULO 1385. No es válido el pago que se haga directamente al menor o incapaz. Sin
embargo, si lo pagado se invirtió en su beneficio personal o en la conservación de su
patrimonio, se extingue la obligación en la parte invertida en esos fines.

No se puede obligar al acreedor a aceptar cosa distinta de la que se le debe, aunque el valor
de la ofrecida sea igual o mayor, salvo disposición especial de la ley.

ARTICULO 1387. El pago deberá hacerse del modo que se hubiere pactado, y no podrá
efectuarse parcialmente sino por convenio expreso o por disposición de la ley. Sin
embargo, cuando la deuda tuviere una parte líquida y otra ilíquida, podrá el acreedor exigir
el pago de la primera sin esperar a que se liquide la segunda.

ARTICULO 1388. No extingue la obligación el deudor que paga a su acreedor después de


estar notificado judicialmente para que no lo verifique.

12. INCUMPLIMIENTO DE LAS OBLIGACIONES


El incumplimiento de la obligación, no derivado de fuerza mayor o mora del acreedor
hace responsable al deudor de tal manera que a falta de su oportuna y precisa manifestación
de voluntad tendiente a la realización de la prestación se acuda a otros medios que la suplan
al objeto de dar debida satisfacción al interés legítimo del acreedor.

El incumplimiento de la obligación por el deudor se presume por culpa suya mientras no


pruebe lo contrario.

La culpa consiste en una acción u omisión, perjudicial a otro, en que se incurre por
ignorancia, impericia o negligencia pero sin propósito de dañar.
ARTICULO 1425. La responsabilidad por culpa debe graduarse atendiendo a la naturaleza
de la obligación y a las circunstancias de las personas, de tiempo y de lugar.

ARTICULO 1426. El deudor no es responsable de la falta de cumplimiento de la


obligación por caso fortuito o fuerza mayor, a no ser que en el momento en que ocurriere,
hubiere estado en mora.

ARTICULO 1428. (Mora). El deudor de una obligación exigible se constituye en mora


por la interpelación del acreedor.

ARTICULO 1429. El acreedor también incurre en mora cuando sin motivo legal no acepta
la prestación que se le ofrece, o rehúsa realizar los actos preparatorios que le incumben para
que el deudor pueda cumplir su obligación.

13. TRANSMISION DE LAS OBLIGACIONES


El traspaso de la deuda significa la transmisión de la situación de deudor de
una relación obligacional que se mantiene; en ella cambia únicamente el sujeto deudor.

El acreedor puede ceder sus derechos sin el consentimiento del deudor, salvo que haya
convenio en contrario o que no lo permita la ley o la naturaleza del derecho. En la cesión se
observarán las disposiciones relativas al negocio jurídico que les dé origen, en lo que no
estuvieren modificadas en este capítulo.

ARTICULO 1444. La cesión comprende todos los derechos accesorios cuando no se pacte
lo contrario. Cuando la cesión hubiere sido por menor valor del monto del crédito, el
deudor podrá extinguir su obligación reembolsando al cesionario.

El negocio jurídico como se ha manifestado son actos jurídicos lícitos, voluntarios,


conscientes y libres, constituidos por una o más declaraciones de voluntad, dirigidas de
manera deliberada y específica a: crear, modificar, transmitir o extinguir obligaciones.
CONCLUSIÓN

Es importante resaltar que las Obligaciones son una potestad en el Derecho Civil, ya que es

un vínculo Jurídico entre dos partes determinas en virtud del cual una de ellas se denomina

acreedor y está facultada para exigir de la otra, denominada deudor, el cumplimiento de una

prestación, la que puede consistir en dar, hacer o no hacer una cosa, por ello encontramos

que las obligaciones se clasifican según sus elementos.

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