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Trabajo Abstracto

El trabajo abstracto se vincula orgánicamente con el valor (valor de cambio), la razón es


sencilla, y se entiende apenas se analiza el intercambio entre mercancías que son
reproducibles mediante trabajo por ejemplo, que en una cantidad de álbumes
Panini y otra cantidad de relojes nos preguntamos ¿Qué característica tienen en común
estas dos cantidades?, la ecuación está denotando que existe algo común entre los
álbumes y los relojes, que hace posible la comparación. Esta propiedad común, según
Marx, no puede ser una propiedad física de las mercancías; la propiedad física se
relaciona con los valores de uso, y estos son cualitativamente distintos, y por lo tanto
incomparables desde lo cuantitativo. Si se pone entonces de lado el valor de uso, la
propiedad que queda es que las mercancías son productos del trabajo.

Ahora, si hacemos abstracción del carácter determinado, específico, del trabajo en tanto
productor de valor de uso, nos queda que todos los trabajos son “gasto productivo del
cerebro, músculo, nervio, mano, etcétera, humanos, y en este sentido uno y otro son
trabajo humano” (Marx k. , 1999, pág. 54).

Se trata de diversas formas de gastar fuerza humana de trabajo. El valor entonces


representa gasto humano puro y simple, gasto de trabajo humano en general.

“El gasto humano de energía es el contenido cualitativo que determina el valor; de la


misma manera, lo que sirve de fundamento para determinar la cantidad de valor es la
duración de ese gasto de energía, de trabajo humano general.” (Marx k. , 1981, pág.
87). Por lo tanto, así como cuando consideramos los valores de las mercancías
hacemos abstracción de sus valores de uso, cuando consideramos los trabajos
representados en esos valores hacemos abstracción de las formas útiles de esos
trabajos y los trabajos que los determinan solo valen en tanto gastos humanos de
energía.

Como explicamos en el párrafo anterior no debería deducirse que sea suficiente con
que exista trabajo, gasto humano de energía, para que exista valor. Para empezar, el
trabajo empleado en la producción de la mercancía debe ser el socialmente necesario.
“El tiempo de trabajo socialmente necesario es el requerido para producir un valor de
uso cualquiera, en las condiciones normales de producción vigentes en una sociedad y
con el grado social medio de destreza e intensidad del trabajo” (Marx k. , 1981, pág. 48).
Si un productor emplea 10 veces más del tiempo de trabajo que emplean el resto de
los productores de la rama, no habrá generado por ello 10 veces más de valor.

También en la sociedad mercantil los productores recién entran en contacto social


cuando intercambian sus productos, y es solo entonces cuando los “atributos
específicamente sociales de esos trabajos privados” se manifiestan (Marx k. , 1981, pág.
89). Solo en el momento de la venta el productor sabrá si su trabajo privado es
sancionado como trabajo socialmente necesario, y por lo tanto, como trabajo que ha
generado valor. Y es a través de la venta que el gasto humano de trabajo se objetiva
como valor

La fuerza de trabajo humana en estado líquido, o el trabajo humano, crea valor, pero
no es valor. Se convierte en valor al solidificarse, al pasar a la forma objetiva, en otros
términos, a través de la venta de la mercancía el trabajo abstracto, esto es, el trabajo
considerado como puro gasto de energía, se solidifica convirtiéndose en valor de
cambio.
Trabajo abstracto y capital

La producción capitalista, sin embargo, no es solo producción de mercancías, sino


producción de plusvalía. Por lo tanto, para el capitalista el valor de uso del trabajo
consiste en la valorización del capital adelantado. Esto es posible porque la propiedad
privada del capital supone una relación de poder del propietario sobre el no propietario.

En el modo de producción capitalista el trabajo abstracto adquiere otra realidad práctica,


a saber, la indiferencia del trabajador frente al carácter concreto, determinado, de su
actividad. Es que solo en la sociedad capitalista el trabajo se ha convertido, para miles
de millones de personas, en un gasto humano de energía indiferenciado, en cantidad
de trabajo simple. (Izquierdo, 2018)

Para el trabajador, los diferentes trabajos concretos representan gasto de energía. Y a


medida que, con el desarrollo del modo de producción capitalista, avanza la
proletarización de sectores sociales, y la mecanización, el trabajo abstracto adquiere
más entidad real.

Trabajo abstracto, trabajo enajenado

La indiferencia con respecto al carácter particular del trabajo, su transformación en


actividad puramente mecánica e indiferente, remite naturalmente a la crítica del trabajo
enajenado realizada por Marx en 1844. En los Manuscritos económico-
filosóficos plantea que el obrero se encuentra enajenado con respecto al objeto que
produce. Es que lejos de ver objetivadas sus potencias creativas, el objeto que produce
se le enfrenta “como algo ajeno, como una potencia independiente”

Esto es, el trabajo es experimentado por el obrero como trabajo forzado, como una
actividad que le es impuesta, no como un medio para la autorrealización. En
consecuencia, hay también una alienación con respecto a lo que es más propio del
género humano, la realización a través de la actividad productiva, central en el proceso
de hominización y con respecto a los otros seres humanos, a los que solo considera
como medios. La superación de la escisión entre trabajo abstracto y concreto es así la
condición para acabar con el carácter enajenante del trabajo.

El elemento liberador en el trabajo abstracto

En la “Introducción a la crítica de la Economía Política” Marx sostiene que el trabajo


considerado en su universalidad abstracta, es la expresión de la relación más simple y
antigua en que entran los seres humanos. Por eso señala que Adam Smith había
realizado un enorme progreso cuando redujo el trabajo manufacturero, el trabajo
comercial, el agrícola, simplemente a trabajo, sin otras determinaciones. Pero no se
trata solo de un resultado intelectual, ya que la abstracción corresponde a un
determinado grado de desarrollo, ya que solo en una sociedad en la que se generaliza
la indiferencia frente a los diversos tipos de trabajo, el trabajo abstracto adquiere una
realidad práctica.

El proletariado moderno, en cambio, no se preocupa por el trabajo que hace; o se


preocupa mucho menos, y por esta razón esa indiferencia contiene un elemento
liberador. Es en este respecto que el trabajo abstracto encierra la posibilidad de la
ruptura revolucionaria con toda forma de esclavitud en el trabajo.
Medios de producción colectivos y superación del trabajo abstracto

La crítica del trabajo abstracto se vincula con la perspectiva de una organización


colectiva, consciente y democrática, del trabajo. Así, en El Capital, después de referirse
a la especificidad social del trabajo abstracto, Marx considera una eventual “asociación
de hombres libres que trabajen con medios de producción colectivos y empleen,
conscientemente, sus muchas fuerzas de trabajo individuales como una fuerza de
trabajo social” (Marx k. , 1999, pág. 96)

Por otra parte, Marx precisa que la forma de distribución de lo producido variaría según
el tipo de organización de la producción y el nivel que históricamente hayan alcanzado
los productores.

Esto significa que en una sociedad en la que no domine la producción mercantil no se


trabajará para producir valor, sino valor de uso. Por lo tanto, no se empleará el trabajo
en el sentido abstracto, como gasto de energía.

La abolición del trabajo abstracto es un objetivo del socialismo

La abolición del trabajo abstracto, sin embargo, no es una especulación teórica, sino un
principio constitutivo del programa socialista. Por eso no es casual que Marx dedicara,
en la Crítica del Programa de Gotha, un extenso párrafo a la perspectiva de la
organización del trabajo sobre la base de la propiedad colectiva de los medios de
producción. Esto es, considera que es una cuestión central a tratar en un documento en
el que los socialistas presentan su programa a la sociedad. Escribe:

“En el seno de la sociedad colectivista, basada en la propiedad común de los medios de


producción, los productores no cambian sus productos; el trabajo invertido en los
productos no se presenta aquí, tampoco, como valor de estos productos, como una
cualidad material poseída por ellos, pues aquí, por oposición a lo que sucede en la
sociedad capitalista, los trabajos individuales no forman ya parte integrante del trabajo
común mediante un rodeo, sino directamente” (Marx K. , 2000, pág. 15)

Se trata por lo tanto de un intercambio de equivalentes, el mismo principio que regula el


intercambio de mercancías. Aquí se eliminó el valor y el mercado, pero se mantiene el
intercambio sobre la base de una medida igual, el trabajo. Este principio de a cada cual
según su trabajo regiría entonces la sociedad socialista. Se trata del derecho igual, ya
que se mide a todos por el mismo rasero, el trabajo. (Astatarita, 2018)

Bibliografía
Astatarita, R. (30 de 04 de 2018). /olandoastarita.blog. Obtenido de
https://rolandoastarita.blog/2016/10/09/trabajo-concreto-y-trabajo-abstracto-
conclusion/

Izquierdo, S. C. (30 de 04 de 2018). webs.ucm.es. Obtenido de


http://webs.ucm.es/info/ec/jec8/Datos/documentos/comunicaciones/Fundamentos/C
amara%20Sergio%202.PDF

Marx, k. (1981). Contribución a la critica de la Economía Politica. Mexico.

Marx, k. (1999). The Capital. Mexico.

Marx, K. (2000). Crítica del Programa de Gotha. Buenos Aires.

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