Américanistes
Rubén Romero Galván José. La historia según Chimalpahin. In: Journal de la Société des Américanistes. Tome 84 n°2, 1998.
pp. 183-195;
doi : 10.3406/jsa.1998.1722
http://www.persee.fr/doc/jsa_0037-9174_1998_num_84_2_1722
Résumé
L'histoire selon Chimalpahin Domingo Francisco de San Antón Chimalpahin Cuauhtlehuanitzin, auteur
chalca qui naquit à la fin du XBI siècle, a laissé une œuvre importante qui est conservée à la
Bibliothèque nationale de France. Dans la huitième de ses Diferentes Historias Originales, il fournit des
informations sur les ouvrages d'origine chalca qu'il a utilisés pour composer ses propres travaux, mais
il s'explique aussi sur la conception de l'histoire qui était la sienne. C'est là un fait assurément
inhabituel de la part d'un auteur indigène de cette époque. Le présent article, en s'appuyant sur la
version espagnole des textes en question, cherche à dégager la conception de l'histoire de
Chimalpahin, qui modela l'œuvre si riche qu'il nous a transmise.
Abstract
History according to Chimalpahin Domingo Francisco de San Antón Chimalpahin Cuauhtlehuanitzin, a
Chalca author born towards the end of the 16 th century, left an important work now kept in the
manuscript section of the Bibliothèque nationale de France. In the eighth Relación of his Diferentes
Historias Originales, in addition to providing information on the Chalca sources he used in the creation
of his texts, he puts forth a series of ideas concerning his own concept of history. Such texts are quite
unusual for indigenous authors of that time. This article, based on the Spanish version of the texts
under consideration, seeks to work out Chimalpahin's concept of history that laid the foundations for his
exceptionally valuable historiographical work.
LA HISTORIA SEGUN CHIMALPAHIN
Palabras Cla ves : historia indígena de Mexico, historia de las ideas, historiografia, historio-
grafía hispánica, Chimalpahin.
Mots Clés : histoire indigène du Mexique, histoire des idées, historiographie, historiographie
hispanique, Chimalpahin.
quite unusual for indigenous authors of that time. This article, based on the Spanish version of
the texts under consideration, seeks to work out Chimalpahin's concept of history that laid the
foundations for his exceptionally valuable historiographical work.
antiguos acontecimientos, nos coloca ya frente a una manera de conciencia del pasado
como parte intégrante de la fisonomia de un pueblo 1 .
Profundizando un poco más en lo que ataňe a la existencia de una conciencia
histórica, haremos referencia a un hecho especialmente significativo para entender
algo de esta idea que sobre el quehacer histórico poseyó el mexica. Se trata del ya
conocido pásaje relatado por los informantes indigenas de Sahagún. Sucedió que
en tiempos de Itzcóatl, el huey tlatoani mexica de linaje culhua, la nación que
habia sido la ultima en llegar al Valle de Mexico dio un paso definitivo en la
consolidation de su poder politico, al veneer a los tepanecas de Azcapotzalco. El
camino a seguir para llegar a ser el seňorío más importante de Mesoamérica era la
guerra de conquista. Sin embargo, los calpulli mexicas se negaban a admitir el
conflicto bélico ; lo consideraban asunto de interés unicamente para el grupo de
origen culhua que los gobernaba. Por ello, Itzcóatl y Tlacaélel, su consejero, sintieron
la necesidad de poner las bases de lo que vendría a ser la mexicanidad, concebida
como unidad entre los calpulli y la clase en el poder. Y entendiendo la importancia del
pasado como fundamento de lo que sucede y lo que ha de suceder, pensaron que acaso
las historias propias de los calpulli impedirian el surgimiento y consolidación de la
unidad, tan necesaria para la nueva nación 2. En estas condiciones se dieron a la tarea
de quemar los antiguos libros donde estaba registrado el pasado de los mexicas, e
hicieron una historia unica y oficial.
Este hecho muestra claramente la importancia que en el Mexico prehispánico se
daba a la historia como fundamento de la identidad de los pueblos. De haber sido lo
contrario, Itzcóatl de ninguna manera habria considerado la posibilidad de trastocar
los relatos que aludian a tiempos pasados en los que seguramente existian referencias
a hechos que podían ser tenidos como contrarios a la nueva conciencia que este
gobernante pretendia crear en su pueblo.
El mundo en el que vivia el nombre prehispánico habia sido creado y destruido
cuatro veces consecutivas. El lapso entre cada creación y cada destrucción correspon-
dió a un sol o edad cósmica. Cuatro soles se habian sucedido y en ellos cuatro deidades
nacidas de Ometéotl, seňor de la dualidad, encontraron su turno de enseňorear la
tierra. Estos dioses correspondieron a los cuatro elementos naturales : el agua, la
tierra, el fuego y el aire, que por una interminable lucha cósmica, se sucedieron en el
predominio del mundo.
El quinto sol fue creado en Teotihuacan gracias al sacrificio de los dioses. Era el sol
de movimiento, que de manera similar a los anteriores, debía terminar en un gran
cataclismo cuando el equilibrio cósmico fuera destruido una vez más. Cada cincuenta
y dos aňos, cada vez que se concluia una atadura de aňos, el hombre prehispánico
corria el peligro de ya no ver aparecer el sol por el oriente, seňal de que el ciclo del sol
de movimiento estaba concluido. Esta era la fatal sentencia que se cernia sobre el
mundo prehispánico.
El mesoamericano vivió en ese mundo repetidas veces creado y destruido, por lo
tanto ciclico y condenado a desaparecer una vez más. En este escenario fatal y ciclico
actuaban continuamente las deidades, dotándolo del más profundo significado
divino. El hombre no se olvidaba de esta perpétua action de los dioses ; asi es que en
todo momento revivió, por medio del estricto ritual, aquello que referían los antiguos
mitos cósmicos.
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El temor a vivir el fin del quinto sol condujo al mexica a echarse a cuestas la tarea
de preservar el equilibrio cósmico, la vida del sol. El medio idóneo para hacer perdurar
la existencia de este era alimentándolo con sangre, líquido precioso, fuente de la
vitalidad humana. Se vieron entonces los mexicas en la necesidad de proveerse de
victimas para el sacrificio ritual e idearon la guerra florida, xochiyáoyotl, que desde ese
momento ocupó un lugar importante en la vida politica y religiosa del hombre
prehispánico.
Рог otro lado, el deseo de saber cuándo el mundo corría peligro de desaparecer,
vino, entre otřas cosas, a propiciar el perfeccionamiento y la preservación de los
calendarios. El registro del pasado no sólo se hizo en lo concerniente al devenir
cósmico, sino que enmarcado en este, se llevó la cuenta de todo lo que ocurria en el
mundo : la sucesión de los seňores, las conquistas, los fenómenos astronómicos, etc.
Esto es, todo lo que de alguna manera conformaba el rostro de cada pueblo.
El devenir como fundamento de lo présente y lo futuro, inmerso en un marco
geográfico-temporal de profundo significado cósmico-religioso y generador de la
identidad de cada pueblo ; tal fue la historia para los hombres que habitaron Meso-
américa antes de la llegada de los espaňoles.
Pero esta conciencia histórica también sufriría, después de la Conquista, algunos
cambios relativos a la reconciliación de esta manera de pensamiento con la historia de
la salvación, concepto medieval del devenir que los espaňoles tenian como propio.
En los aňos que van de 1 521 hasta los últimos del siglo xvi y primeras del xvii, los
trabajos historiográficos que se referian al pasado prehispánico, y cuyo origen estaba
en los antiguos códices, pueden englobarse en dos grandes grupos, cada uno regido
por la conciencia histórica peculiar del grupo al que pertenecía el autor. En primer
término contamos con las historias del Mexico antiguo elaboradas por los misioneros
con un fin meramente pragmático, esto es, dejar constancia para sus hermanos de
orden acerca de las antiguas tradiciones de los pueblos a los que debían evangelizar ;
de esta manera la labor misional resultaría más efectiva. Obras como la Historia
general de las Cosas de Nueva Espaňa del padre Sahagún, la Historia de las Indias de
Nueva Espaňa de fray Diego Durán, asi como las de Motolinia y Mendieta, se
incluyen dentro de este grupo de historias elaboradas por espaňoles, basadas en
antiguas pictografïas y relatos de informantes indigenas. Si bien el fin de estos trabajos
historiográficos es enseňar, explicar la historia del Mexico anterior a la Conquista,
existe en ellos, de alguna manera, el deseo de integrar en la historia de Viejo Mundo,
el devenir prehispánico. Es en siglo xvn, cuando autores como Torquemada mostra-
ron de manera más clara inquietudes que apuntaban a hacer de la historia prehispá-
nica y la europea, una sola de salvación, esto es, una historia verdaderamente
universal.
A la par que este tipo de producción historiográfica, se dio entre los indigenas y
mestizos otra manera de historiar, teniendo asimismo como fuentes originales los
antiguos códices y la tradition oral. En primer término, algunos indigenas que
llegaron a conocer el alfabeto se dieron a la tarea de apuntar los antiguos códices, o de
informar a algun glosador, con el fin de que lo registrado en ellos fuese évidente y
estuviera preservado del olvido ; asi es como encontramos antiguos libros o amoxtli
donde los elementos pictográficos están combinados con textos en lengua náhuatl que
los explican. Otros indigenas, que asimismo conocian nuestro alfabeto, transcribieron
Romero Galván, J. R.] LA HISTORIA SEGÚN CHIMALPAHIN 187
las informaciones contenidas en los libros antiguos y dieron a la luz obras como los
Anales de Tlatelolco o la Historia tolteca-chichimeca. Hubo, рог ultimo, algunas
historias de sintesis, relatos escritos presentados a la antigua manera de anales, pero
producto no de la interpretation de un solo códice sino de varios cotejados entre si.
Entre estos trabajo debe citarse a los Anales de Cuauhtitlan. Sin embargo, es pertinente
aclarar que las anotaciones de los antiguos libros, las transcripciones de los mismos y
las obras, sintesis de varios de ellos, coexistieron en la historiografïa del siglo xvi, a la
par que la elaboration de codices en los que se hacia uso exclusivo de pictogramas.
Hemos planteado la existencia de dos maneras de concebir la historia : la prehis-
pánica y la espaňola. La sintesis de ambas se dio en los primeros aňos del siglo xvn,
cuando una generción que no habia presenciado la conquista se entregó a la tarea de
escribir la historia de sus ancestros. El historiador indígena, o mestizo, habiendo antes
asimilado la conception histórica cristiana-medieval, caracteristica de la Espaňa
conquistadora, al elaborar sus trabajos se planteó problemas relativos a la situation de
la historia del Mexico antiguo dentro del devenir universal entendido como historia de
la salvation. Pero también entre los religiosos historiadores se creó una nueva concien-
cia sobre la historia, y es asi como Torquemada, por ejemplo, emprende la tarea de
integrar a la historia universal al hombre del Mexico antiguo, al conquistador, sus
culturas y su sintesis.
En cuanto a los historiadores indigenas y mestizos, su quehacer respondia a una
nueva problemática, pero siguió conservando algunas de las caracteristicas propias de
la antigua conciencia y forma de historiar prehispánicas. Consideraban, por ejemplo,
que la historia, lo ocurrido, es el fundamento y el principio de la identidad de un
pueblo. Dicha manera de concebir la historia, se manifiesta en el interés que tuvieron
estos cronistas por conservar el recuerdo de los hechos pasados y en las exhortaciones
que hicieron, en sus obras, a las nuevas generaciones para que a su vez guardaran, con
orgullo, la historia de sus ancestros.
He aqui un texto de la Crónica mexicáyotl de Fernando Alvarado Tezozómoc,
muy similar a uno que Chimalpahin incluye en su Octava relation al que después
haremos referencia, en el que se muestra, de alguna manera, este interés por conservar
la memoria de acaecer, por reafirmar la identidad de los mexicas.
« Nunca se perderá, nunca se olvidará, lo que vinieron a hacer, lo que quedó asentado en el
libro de pinturas, su renombre, sus palabras-recuerdo, su historia. Asi en el porvenir, jamás
perecerá, jamás se olvidará, siempre lo guardaremos nosotros, hijos de ellos, nietos, hermanos,
bisnietos, tataranietos, descendientes, quienes tenemos su sangre y color. Ahora lo vamos a decir,
lo vamos a comunicar a quienes todavía vivirán, a los que habrán de nacer, los hijos de los
mexicanos, los hijos de los tenochcas. Aquí, tenochcas, mexicanos, aprenderéis cómo empezó la
renombrada, la gran ciudad, México-Tenochtitlan, en medio del agua, en el tular, en el
Canaveral, donde vivimos, donde nacimos. »
Esta idea, si bien es indudable que guarda algún paralelo con la conciencia
histórica europea, al hablar de una conciencia histórica entre indigenas y mestizos que
apela a la tradition existente, pensamos que su raiz no debe situarse en el Viejo Mundo
sino en el pensamiento prehispánico. Por otra parte, estos historiadores siguieron en
ocasiones haciendo uso de la antigua manera indígena de relatar la historia en forma
de anales ; y aunque esta forma de historiar era también conocida en Europa, es casi
seguro que los historiadores indigenas y mestizos la tomaran de los antiguos códices.
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Alva Ixtlilxóchitl sintió que la historia del pueblo de sus ancestros, y la del Mexico
prehispánico toda, eran una manifestation de la voluntad divina. Historia « de
pueblos precristianos, ya que el sentido y verdadero aunque oculto significado de su
devenir no le es inmanente en cuanto que dépende del inevitable y trascendental
desenlace 5 », esto es, de la llegada de los espaňoles.
Pero donde Ixtlilxóchitl reconcilió fmalmente las dos conciencias históricas, a las
que varias veces nos hemos referido, es en la biografía de Nezahualcóyotl, su antepa-
sado, que esta incluida en su obra. A este respecto O'Gorman dice que alli : « Donde
se ejemplifica cuanto acabamos de decir es en la biografía de Nezahuacóyotl en cuya
vida el autor préfigura el destino sobrenatural que la divina providencia ténia reser-
vado a los pueblos aborigènes de America 6 ».
Chimalpahin, contemporáneo de los dos autores citados, también se vio envuelto
en la problemática de buscar el vínculo que uniera la historia que se habia desarrollado
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mino, itlahtollo, que hemos traducido como « lo que se dice de... », présenta cierto
interés. Proviene de tlahtollotl, que Miguel León-Portilla traduce como « palabras
recuerdo 8 », abstracto de tlahtolli, palabra o discurso, que aparece repetidas veces en
la Octava relation vinculada con los radicales de otros términos. Como ejemplos
citaremos los siguientes casos : huehuetlahtolli, vocablo que Josefina Garcia ha defi-
nido como « la antigua palabra 9 » ; huehuenemiliztlahtolli, literalmente la palabra o el
discurso de la antigua forma de vida о de la vida en antiguedad, es decir, la antigua
tradición ; y altepehuehuetlahtolli, la antigua palabra de la ciudad. En estos casos el
término tlahtolli, « palabra о discurso », alude al relato del acaecer trascendente. Sin
embargo, existen algunos otros casos en la Octava relation donde el abstracto de
tlahtolli, tlahtollo, por estar en composición con otros elementos y por el contexto en
que aparece, transforma su significado de « lo que se dice » о « palabras recuerdo » en
« gobierno ». Por ejemplo tlahtolloyan que se traduce en la Octava como el lugar
« donde se gobierna ».
Itlahtollo aparece pareado con ipohualloca, « lo que se cuenta acerca de... ».
Aquello que por la importancia que tiene para el grupo, se ha conservado en la
tradición. El pueblo solamente guarda en su memoria, sólo dira y contará lo que
habiendo sido importante en su tiempo, cobra mayor realce por los efectos que en
épocas posteriores llega a producir. Esta série de hechos integran la llamada « antigua
forma de vida », la huehuenemiliztli propia de cada pueblo, donde están contenidos el
fundamento, la base, el principio y la fama.
El concepto del quehacer histórico al que Chimalpahin alude en lengua náhuatl,
tiene una equivalencia en castellano : Crónica. Vale la pena recordar que en el
siglo xvii, crónica e historia, en tanto hacian referencia a hechos pasados, se entendian
como sinónimos.
La historia que Chimalpahin relata alude, como hemos dicho, « al fundamento, a
la base, al principio », a los acontecimientos importantes del devenir chalca. La
rememoración de ellos, a fin de que cumpla la función de integrar el ser del indígena,
debe estar fundamentada. Asi el discurso que la contiene deberá hacerse in yuh
nelhuayotica in yuh tzintitica in yuh peuhtica, esto es, precisamente « según el
fundamento, según la base, según el principio » que están contenidos en el huehuetlahtolli, la
antigua palabra о el discurso de los ancianos, y en el huehuenemiliztenonotzaliztli, « el
discurso de la antigua forma de vida » ; según también « la suma de la fama » in
icemihtauhca, y la suma de todo lo que se dice y cuenta in icemtlahtollo in icempohual-
loca. Conceptos, todos estos, que apuntanmuy concretamente a la veracidad. Si lo que
« se dice y cuenta » es la historia y se relata siguiendo con precision los hechos del
pasado, « según el fundamento, la base », etc., luego entonces lo que se referirá sera
veridico.
Otro texto de la Octava relation que viene a completar lo que hasta aqui hemos
dicho del concepto de historia de Chimalpahin, es el siguiente :
« Pero esta antigua vida senorial, este libro del antiguo discurso senorial que aqui se dira, se
referirá, se contará, no es solamente fabula, ni invento, ni hablillas, es cosa bien ordenada,
puesto que todo es verdad, todo fue dispuesto, ya que asi lo dijeron precisamente, asi nos dejaron
establecido su antiguo discurso los viejos, las viejas, los tlahtoque, los pipiltin tenancas de
Tzacualtitlan, nuestras abuelas, nuestros abuelos, nuestros bisabuelos, nuestros tatarabuelos, que
aqui vinieron a vivir ; de esta manera vendra a cumplirse la disposición que nos dejaron. Estas
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pláticas de la ciudad y el linaje seňorial, que con negro y rojo están escritos, están representados
en el papel, jamás desaparecerán, jamás se olvidarán, рог siempre serán guardadas 10. »
La sucesión de los seňores, los grandes logros de sus gobiernos, sus conquistas, en
suma, la historia política, ocupó un lugar prépondérante en las tradiciones y antiguos
discursos históricos que fueron las fuentes que Chimalpahin usé para elaborar su
obra. Рог ello nos dice, refiriéndose concretamente a lo que se tratará en su historia,
que esta versará sobre la « antigua vida seňorial », la huehuetlahtocanemiliztli, conte-
nida precisamente en el « libro del antiguo discurso seňorial », el huehuetlahtocateno-
notzalizamoxtlahtolli. Chimalpahin, noble indígena por los cuatro costados, no pudo
eludir el relatar la historia de su linaje, « la antigua vida seňorial », cuyo recuerdo,
parte intégrante del ser chalca, no debia caer en el olvido. Por su parte, sus parientes,
con cierto interés en probar su nobleza a fin de que la Corona les concediera mercedes,
mucho insistieron a Chimalpahin para que se diera a la tarea de escribir la historia
chalca.
Chimalpahin manifiesta que en su obra « se dira, se referirá, se contará » el acaecer
seňorial, ye mitoz ye motenehuaz in ye mopohuaz ; frase similar a aquélla del primer
párrafo que dice : itlahtollo in ipohualloca, « lo que se dice y cuenta de... », que alude
al relato del pasado conocido por la gente. Aqui, dos términos que provienen de las
mismas raices de itlahtollo e ipohualloca, mitoz y mopohuaz, « se dira, se contará »,
apuntan concretamente a la historia que el autor prétende relatar, producto del
conocimiento de « lo que se dice y cuenta ».
La historia que « se dira, se referirá, se contará » debe ser ante todo verdadera.
Chimalpahin manifiesta la certeza de las informaciones que, extraidas de las fuentes
que tuvo a su alcance, están contenidas en su trabajo historiográfico, diciendo que este
« no es solamente fabula, ni invento, ni hablillas », ca ото zan zazanilli, ca ото zan
tlapipictin, ca amo zan tlahtlaquetzalli. Si lo que Chimalpahin prétende es dejar
constancia en su obra de todo aquello que constituye la base, el principio y el
fundamento, en suma, la historia de la nación chalca, es necesario, que entre las
cualidades del relato se encuentre la veracidad.
El autor ha ponderado la veracidad de su historia negando que sea un invento, una
fabula ; en seguida lo réitéra, diciendo que su relato « es cosa bien ordenada, puesto
que todo es verdad, todo fue dispuesto », inic tlatecpantli, ca mochi neltiliztli, ca mochi
omochiuh. El orden de los antiguos libros, el relato veraz en ellos dispuesto, es seguido
por Chimalpahin en la elaboración de su obra. Le hace confiar en este orden el que
precisamente los viejos, quienes vivieron momentos trascendentales de la historia,
dejaron constancia de ellos en los antiguos códices, cuyas transcripciones utilize para
elaborar la Octava relación, « ya que asi lo dijeron precisamente, asi nos dejaron
establecido su antiguo discurso los viejos, las viejas, los tlahtoque, los pipiltin... »,
aquellos nobles en quienes precisamente recaia la tarea de registrar los acontecimien-
tos trascendentes.
La actividad que debe desempeňar el historiador, en este caso Chimalpahin, es
hacer que se cumpla lo dispuesto por los antiguos seňores : transmitir el conocimiento
de la historia, « de esta manera vendra a cumplirse la disposición que nos dejaron ».
Asi, una de las preocupaciones del historiador indígena del siglo xvii, era que todo
aquello que conformaba el ser del pueblo del que descendía, no se perdiera. La
disposición que los viejos habian dejado consistia en que lo registrado por ellos en los
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La historia, lo que fue dispuesto por los antepasados, es de tal manera importante
para entender la identidad de indígena contemporáneo suyo, que Chimalpahin, como
otros historiadores mestizos e indigenas, se afanó por conservarla, y se dio a la tarea de
escribir aquello que constaba en los códices pictográficos, en los códices anotados y en
las transcripciones de los mismos. Sólo el haberse preocupado por conservar tal
cumulo de conocimientos históricos, llevó a Chimalpahin a escribir : « Nunca se
perderá, nunca se olvidará, por siempre sera guardado » el antiguo discurso, ayc
polihuiz ayc ilcahuiz, mochipa pialoz.
La manera como Chimalpahin se refiere a quienes con él se encargarian de hacer
perdurar las glorias de sus antepasados, es, además de bella, comprometedora. Como
contestando a la imaginaria pregunta de quién se daria a la tarea de conservar el
antiguo discurso dice : « nosotros lo guardaremos, nosotros los hijos, los nietos, los
hermanos menores, los que somos tataranietos, bisnietos, los que somos hiel [de
nuestros ancestros], sus barbas, cejas y unas, los que somos el color y la sangre,
nosotros los que somos los hijos de los tlailoque ».
Chimalpahin no déjà lugar a dudas. Ellos, los descendientes de los antiguos
pobladores de Chalco, deben conservar la historia de sus ancestros. Es un deber
ineludible, es la clave para no perder su ser en el conflicto ideológico que fue la
Conquista. Asi,
« sera muy util cuanto se sepa y se escriba, puesto que los hijos y los nietos de la gente que
ahora crecen y se crian y ha poco vinieron a nacer, no lo conocian ; en ello verán y sabrán, en ello
tomarán y alcanzarán, como fue la naturaleza del tlahtocayotl, el linaje sefiorial, de donde viene
el que en verdad fue el primer tronco del gobierno que vino a formarse aquí ; allí sabrán como
comenzó y principió la sangre, el color, la tinta negra de los viejos tenancas de Tzacualtitlan que
aquí vinieron a vivir, en el venerable mundo de la persona de Nuestro Seňor Jesucristo 12. »
hijos y los nietos de la gente que ahora crecen y se crían y ha poco vinieron a nacer, no
lo conocían ; en ello [en la historia] verán y sabrán, en ello tomarán a alcanzarán,
como fue la naturaleza del tlahtocayotl ». Conocer su origen, saber de los hombres que
gobernaron la nación donde nacieron y se criaron sus abuelos, sus ancestros, saber de
dónde salió su linaje, son conocimientos que emergen del pasado a través de la obra
historiográfica y que vienen a dar fundamento a la identidad del indígena del
siglo xvii.
Es en la historia donde conocerán el origen de su linaje, de su familia, « allí sabrán
como comenzó y principió la sangre, el color ». Aquilatarán también la sabiduría de
sus ancestros ; « la tinta negra de los viejos tenancas de Tzacualtitlan », en suma,
sabrán рог pluma del historiador, todo aquello concerniente al pasado, al
fundamento, a la base y al principio de su pueblo, de su ser.
Podría pensarse que Chimalpahin buscaba, al elaborar su obra, algún reconoci-
miento de la Corona espaňola. Es difícil precisar si ello entró en sus objetivos.
Podemos pensar, por lo que en este párrafo y en los anteriores ha expuesto, que sus
intenciones estuvieron muy lejos de tratar de conseguir para si algún beneficio de la
Corona. Sin embargo, como ya lo hemos dicho, sus familiares seguramente tuvieron
intenciones de este tipo y el conocer en sintesis la historia de su linaje, pudo acaso
permitirles gestionar ante la Corona algún beneficio alegando su ascendencia de
tlahtoque y pilpiltin, encontrando asi un fin más pragmático para la historia que aquél
que seňaló Chimalpahin en el párrafo que acabamos de comentar y que se compléta
con la opinion que externó el autor respecto a las actividades del juez Andrés de
Santiago Xuchitototzin en Amaquemecan.
El juez Xuchitototzin se habia enfrentado a un serio problema de sucesión en el
seňorío de Panohuayan y dudó respecto a si un hombre cuya nobleza le venía por linea
materna podia ocupar el gobierno, « la estera y la silla ». A fin de cuentas, después de
haber tornado parecer a otros nobles chalcas, Xuchitotozin ratificó para el noble en
cuestión el gobierno del senorío de Panohayan. Chimalpahin criticó esta actitud
aduciendo que en la época prehispánica los seňoríos chalcas habian sido gobernados
en dos ocasiones por damas nobles ; por otro lado, también fundamenta su critica en
la historia de Espaňa donde repetidas veces gobernaron mujeres.
Si el juez hubiera conocido la historia no habría caído en esta actitud dubitativa
tan deplorable desde el punto de vista de Chimalpahin. Asi pues, el conocimiento del
pasado viene en auxilio de la solución acertada a problemas contemporáneos. La
historia se plantea, por lo tanto, como un quehacer pragmático.
En cuanto a la forma como Chimalpahin escribe historia, podemos decir que en
ella se encuentran ciertos resabios de la antigua cultura. Podríamos citar aquí el hecho
de que su obra esté escrita en lengua náhuatl, y algunas de sus relaciones, a la antigua
manera de anales, forma de relato cuyo origen se encuentra en los antiguos códices.
Es interesante preguntarse ^por que Chimalpahin redactó su obra en náhuatl,
conociendo, como en efecto conocia, la lengua castellana ? Pregunta de difícil res-
puesta. Sin embargo, sobre esto algo aquí apuntaremos. Cabe la posibilidad de pensar
que lo haya hecho por estar su obra dirigida a los indígenas, quienes a su juicio no
debian olvidar el acaecer prehispánico sobre el que se sustentaba su ser. Asimismo
podemos considerar que fue por un cierto orgullo de su pasado, de la historia de sus
ancestros, que se decidió a escribir en náhuatl su obra. Pudo haber sido también que
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por haber aprendido las antiguas historias en náhuatl, la redaction de las mismas se le
facilitara más en esta lengua que no en espaňol. No es intention nuestra dar aquí
solution a este problema. Sólo nos conformaremos con mencionar estas posibles
respuestas.
Pasada la Conquista y el enfrentamiento de las culturas espaňola e indígena, el
asombro dio paso a la reflexion. Hispanos e indigenas, cada uno desde su position, se
abocaron a la busqueda de una nueva conception histórica que teniendo como base
los esquemas cristianos del plan de salvation, explicara el acaecer prehispánico. Los
historiadores indigenas y mestizos, profundos conocedores de la historia anterior
a 1521, con base en antiguos libros pictográficos, en viejas tradiciones orales y
habiendo estudiado la historia del Viejo Mundo, iniciaron la afanosa búsqueda de un
vinculo que les permitiera explicar la historia de sus ancestros en aquel devenir cuyo
eje era, según la conception cristiana, la voluntad divina.
El hallazgo de dicho vinculo significaria ante todo tranquilidad espiritual, ema-
nada de saberse hijos de Dios, participes de la redención y descendientes de Adán y
Eva sin haber perdido conciencia de poseer una peculiar tradition cultural e histórica
sólo en apariencia desvinculada del devenir de la salvation.
Asi pues, dos cuestiones atenderían los historiadores indigenas y mestizos en sus
obras : cimentar su position de hijos de Dios, redimidos por Jesucristo, y fundamentar
su ser peculiar de hombres descendientes de los antiguos mesoamericanos.
Esta fue en simples términos la problemática que Chimalpahin vivió en el
siglo xvii, centuria en la que transcurrió la mayor parte de su existencia.
La labor de Chimalpahin no fue apuntar los antiguos códices para que lo que en
ellos estaba contenido fuera évidente ; tampoco se dio a la tarea unicamente de
transcribirlos ; su obra fue un intento de sintesis de la historia prehispánica de los
pueblos del Valle de Mexico en la que destacó el devenir chalca y el acaecer mexica.
Historia elaborada con base en diversas fuentes comparadas y cotejadas entre si.
Orgulloso de su pasado, de sus ancestros, consciente de que en la historia
prehispánica se encontraban las raices de su ser de indígena, Chimalpahin enmarcó este
devenir anterior a la conquista en la gran historia de la salvation y lo pensó con base
en una série de ideas que en verdad no dejan de recordar la manera como la Europa de
esa época concebia a la historia. Todas estas ideas conforman el concepto que del
pasado y su conocimiento tuvo Chimalpahin.
NOTAS
BIBLIOGRAFIA