Anda di halaman 1dari 11

¿En qué momento se consuma el

delito de falsedad documental?


Sumario: 1. Introducción, 2. Del bien jurídico protegido, 3. De las conductas
típicas, 4. La posibilidad de causar perjuicio, 5. Tipo subjetivo, 6. Consumación
del tipo de falsificación (primer párrafo), 7. Tentativa explicación 8.
Consumación del delito de uso (segundo párrafo), 9. Conclusiones.

1. Introducción

Los delitos de falsificación material de documentos[1] son, en general, tipos


delictivos con estructuras típicas muy complejas. De ahí que el estudio sobre
estos sea objeto de un amplio debate doctrinario; amén de ello es, además, uno de
los delitos de más común realización, configurando un gran porcentaje de causas
que se tramitan en el Poder Judicial.

Lea también: Curso taller de redacción para abogados y estudiantes de derecho


[Segunda edición]

Este trabajo tiene el limitado objeto de centrarse solamente en el aspecto tan


discutido del momento de su consumación. La postura que expondré, con
seguridad, no estará exenta de críticas, sin embargo, espero superarlas con las
armas de la lógica y de las razones. No pretendo extenderme en un comentario
genérico sobre este tipo, partiré pues de la breve referencia acerca del bien
jurídico protegido, las conductas típicas, para luego pasar al abstruso asunto de
la consumación, eso sí, haciendo una descripción de sus elementos para, al final,
extraer algunas conclusiones. Así trazada esta empresa, en adelante tendré a bien
exponer su escueto desarrollo.

Lea también: El delito de plagio y usurpación de derechos autorales y conexos.

2. Del bien jurídico protegido

Este delito está ubicado bajo el título de los “delitos contra la fe pública”, de lo
que se entiende que el legislador ha optado por establecer que el bien
jurídico protegido aquí es la fe pública (lo que, como veremos más adelante, es
coherente con la construcción típica del delito). Podría señalarse aquí el criterio
dualista de Carrara, para quien lo directamente atacado, vulnerado o
desconocido por este tipo de delitos es la fe constituida en cada uno de los
miembros de la comunidad, por el valor de veracidad que el Estado (el derecho)
otorga a determinadas formas instrumentales de su propia actividad[2].

Lea también: Casación 258-2015, Ica: No es indispensable pericia grafotécnica


para condenar por delito de uso de documento falso

No puede dejar de mencionarse, además, que en el desarrollo doctrinal de este


delito, se ha hecho la propuesta de que el bien jurídico es pluriofensivo[3]; o
también que el mismo atenta con un sentido de más concreción y especificidad
en contra de la fiabilidad y seguridad del tráfico jurídico[4], lo que merece
especial atención, dado que con este bien jurídico se pretenderá proteger algo
que, si bien en definición es más tangible y menos genérico que lo que se
entiende por fe pública, es también una forma de asumir un determinado
momento de consumación (lo que se verá más adelante).

Lea también: Casación 258-2015, Ica: No es indispensable pericia grafotécnica


para condenar por delito de uso de documento falso

3. De las conductas típicas

El ataque directo de estas conductas se da en contra de las características de


autenticidad o genuidad del documento[5], el mismo que se entiende como el
objeto material de este delito; refiere García Cantizano que un documento es
auténtico cuando procede de la persona que figura como su autor. Por lo que
debemos descartar de entrada cualquier ataque en contra de la veracidad de la
realidad contenida (por medio de la escritura) en el documento, puesto que esto
es materia de tipificación por la falsedad ideológica[6].

Lea también: Hurtado Pozo denuncia haber sido víctima de plagio en una
tesis.

De acuerdo al texto de este dispositivo normativo tenemos que las conductas


típicas son las siguientes:
 Hacer en todo un documento; llamada también imitación total, esta conducta se
realiza de dos formas: la primera es imitar copiando un documento verdadero
(preexistente) en otro soporte material, de tal manera que en él se introduzcan
modificaciones sustanciales y deformantes del documentos verdadero que sirviera
de modelo; y la segunda forma consiste en crear un documento sin tener ningún
modelo pre-existente, de tal forma que su surgimiento se origina con la creación del
mismo[7].

 Hacer en parte un documento; llamada también imitación parcial, esta forma de


falsificación se identifica con el verbo “agregar”, dado que en este caso se partirá de
la existencia de un documento verdadero, al cual se le agregarán líneas de palabras o
párrafos (supóngase pues el caso donde el documento verdadero contenga espacios
en blanco), los mismos que darán a conocer una nueva idea no existente en el
documento hasta realizada aquella acción.

 Adulterar un documento verdadero; el verbo adulterar se identifica con el


verbo “alterar”, el mismo “que ha sido entendido como sinónimo de modificar o
cambiar la existencia material de un documento auténtico ya formado”[8], de tal
manera que su consecución se da mediante las acciones
de “supresión” y “sustitución”; de ahí que la realización de las mismas sobre la
escritura del documento se da alterando lo ya existente, mediante la modificación o
sustitución de palabras, siendo que lo que se cambia y deforma es su sentido, sin
llegar a crear parcialmente un documento como se viera en el anterior caso.

4. La posibilidad de causar perjuicio

Existe gran debate doctrinario a propósito de este elemento común en diversos


tipos de falsedad documental en el derecho comparado, de ahí que lo que a mi
juicio mejor se ha plateando es su configuración como un elemento del tipo
objetivo, y no como una condición objetiva de punibilidad, como tal vez se ha
querido confundir[9]. En consecuencia, el doloabarcará el conocimiento de este
elemento también.

«Lea también: «Si el proceso inmediato fuera facultativo los fiscales no lo


usarían». Texto completo de la ponencia de César Nakazaki en el II Pleno
Jurisdiccional.
En esta misma disyuntiva se han visto también confundidos los conceptos de
posibilidad y probabilidad de causar algún perjuicio; así García Cantizano,
citando a Moliner, advierte que, “lo que puede ser es posibilidad, lo que tendría
que ser, aunque eventualmente no sea es probabilidad”[10].

Aquí será, pues, de suma importancia la característica de idoneidad (capacidad


y/o potencialidad) que tenga el documento falsificado para poder engañar
(piénsese pues en el documento tan burdamente falsificado que de ninguna
manera pudiera causar engaño), de tal manera que no podrá configurarse el
delito si este documento no tiene la aptitud para poder engañar (para estos casos
se utiliza siempre el parámetro del ciudadano común).

Así pues, debe entenderse que el recurso de la ley que fluye de la frase “si de su
uso puede causar algún perjuicio” constituye un elemento integrante del tipo
objetivo, cuya utilización es propia de la técnica legislativa empleada en la
construcción de los delitos de peligro y pretende remarcar la idoneidad que la
conducta de falsificación (la llamada acción falsaria) debe cumplir para ingresar
al tráfico jurídico, afectándolo[11].

5. Tipo subjetivo

Además del dolo[12] (que implica el conocimiento de la significancia y la


voluntad de realizar la conducta típica descrita), encontramos también otro
elemento subjetivo del tipo, el propósito de utilizar el documento, que puede
igualarse con la intención de querer usar el documento (sea introduciéndolo en
el tráfico jurídico o presentándolo al sujeto que se quiere perjudicar), lo que no
implica que esto se deba llevar a cabo.

6. Consumación del tipo de falsificación (primer párrafo)

En el primer párrafo se tipifican las conductas arriba mencionadas, que re-caen


sobre los documentos públicos[13] y los documentos privados[14].

Así, la consumación del delito de falsedad documental se da en el momento


mismo de la realización de cualquiera de las conductas típicas unido con el
ulterior propósito subjetivo de hacer un uso de él, sin necesidad de un uso
efectivo del documento en el plano objetivo ontológico, sucediendo que, de darse
este uso posterior (exigencia no típica), estaríamos en la fase de agotamiento
delictivo (lo que implica la irrelevancia de este posterior uso, dado que quedaría
impune)[15]. Por lo mismo, como no se requiere el uso externo del documento
falsificado para la perfección del delito, lo que sí se exige es la aptitud e
idoneidad del mismo para que potencialmente pueda producir efectos en el
tráfico jurídico, sin que sea necesaria la comprobación del perjuicio[16].

Lea también: Casación 258-2015, Ica: No es indispensable pericia grafotécnica


para condenar por delito de uso de documento falso

La doctrina contraria se inspira en la necesidad de una lesión o perjuicio objetivo,


la que malentiende pues lo que el legislador ha tipificado en este delito, donde es
evidente que ha optado por un desvalor de la acción y no por una desvaloración
del resultado, siendo pues un delito de peligro que se configura mediante una
acción y no un delito de lesión. Esta posición ha sido asumida pues por un sector
jurisprudencial de forma errónea (lo que ha dejado impunes no pocas de estas
conductas):

“En el caso del artículo 427 si no se da el perjuicio resultante del acto delictivo
y siendo inexistente la condición objetiva de punibilidad, es decir, el perjuicio
ocasionado al agraviado, el hecho consumado no constituye delito y por ende no
es justiciable penalmente (…)” (Ejecutoria Superior de Lima del 05.09.97).
También “No obstante ser típica, antijurídica y culpable la conducta de la
acusada, sin embargo, estando a la condición objetiva de punibilidad contenida
en el art. 427 del C.P., así como por razones de política criminal, para la
punibilidad de la referida conducta se requiere que del uso de documento resulte
un perjuicio, caso contrario esta no se castigará (…)” (Ejecutoria Suprema del
01.12.97)[17].

Distinto de lo que entiende la anterior jurisprudencia señalada respecto del


momento de la consumación de este delito, es afirmar que al Poder Judicial sólo
llegan los casos en los cuales se han llegado a utilizar los documentos
falsificados. Ciertamente es muy complicado probar este delito antes del uso
externo que le pudiera dar su falsificador, amén de los problemas que surgirían
de la ubicación en el tiempo de su real consumación; por lo mismo, se puede
entender también que por cuestiones pragmáticas y de utilidad probatoria se
tenga que la consumación se realiza en el momento de la introducción del
documento falseado en el tráfico jurídico. Esto a efectos de determinar el
momento exacto de la comisión delictiva y en consecuencia el inicio cierto del
plazo prescriptorio. Esta práctica posición ha sido también asumida por cierta
jurisprudencia:

“En el delito de falsificación de documentos, el momento de la consumación se


produce desde que el sujeto conociendo la falsedad del documento realiza un
acto material de utilización del mismo (…)” R. N. 4036-2004-Lima, p. 1574, El
Código en su Jurisprudencia, p. 447.

Lea también: R.N. 2279-2014, Callao | Uso de documento falso: La condición


objetiva de punibilidad es la posibilidad de causar perjuicio y no perjuicio
efectivo

Además:

“(…) el delito de falsedad es de comisión instantánea y se consuma, en todo


caso, cuando a sabiendas se utiliza el documento falso, un supuesto típico
distinto de la confección, alteración o modificación falsaria del documento y
que, asimismo, puede concurrir con él y ser perpetrado por el propio autor de la
elaboración del documento falso o por un tercero (…)”. Corte Superior de
Justicia, Sala Penal Permanente, Queja núm. 1678-2006, Lima, Precedente
Vinculante, fundamentos del 4 al 6. El texto que señalamos aquí es parte del
fundamento 5.

7. Tentativa explicación

La jurisprudencia anotada que exige el perjuicio objetivo para la consumación


del delito que venimos comentando, obedece a ciertas consideraciones entre
nuestros jueces, las cuales podrían ser: 1) La seguridad y fiabilidad del tráfico
jurídico como bien jurídico protegido; se traslada entonces el momento
consumativo del delito al momento en que éste se introduce objetivamente en el
tráfico jurídico; 2) La consideración de la posibilidad de perjuicio como una
condición objetiva de punibilidad[18]; exigiéndose para la perfección del delito
la consecución y probanza de un perjuicio; y 3) La necesidad de un perjuicio
objetivo; habiendo entendido este delito no como uno de peligro sino como uno
de resultado.
Lea también: ¿Puede el juez ordenar al condenado leer un libro como regla de
conducta?

8. Consumación del tipo de uso (segundo párrafo)

Al ser un delito de mera actividad se consuma con el uso externo del


documento falsificado(ya sea procesal o extraprocesalmente). Nuestra
legislación sanciona con las mismas penas la conducta de falsificación (siendo
que si después –como ya mencionara– deviene el falsificador en el uso, esto es
sólo un agotamiento de la conducta falsaria que nada agrega al acto ya
consumado, quedando en este extremo impune la conducta sobreviniente del uso)
y la conducta del estricto uso del documento falseado. Además sólo pueden ser
sujetos activos los agentes que no hayan tomado parte en la conducta de
falsificación de aquel documento (ya sea a título de autoría o de participación).

Lea también: Diez cosas que debes saber de de Claux Roxin y de su teoría del
dominio de la voluntad en aparatos organizados de poder.

Una crítica a esta tipificación apuntaría a la desproporción penal que existe


cuando el legislador ha previsto la misma pena para el agente falsificador como
para el agente que solamente se limita a utilizarlo; siendo que la conducta del
primero implica un mayor desvalor de la acción (lo que equivaldría a decir que
contiene una mayor carga de antijuridicidad) que el del segundo, quien por
limitarse al estricto uso, su acción tiene un menor desvalor[19].

Lea también: ¿Puede anularse la sentencia si los jueces estuvieron distraídos


con el celular en la audiencia?

Lea también: R.N. 2279-2014, Callao | Uso de documento falso: La condición


objetiva de punibilidad es la posibilidad de causar perjuicio y no perjuicio
efectivo
9. Conclusiones

 El delito de falsificación de documentos es de peligro, basta para su consumación


la sola conducta falsaria idónea y capaz de engañar; de tal manera que no es
necesaria la causación de un perjuicio objetivo para la perfección de este delito.

 La posibilidad de causar perjuicio es un elemento del tipo objetivo y no una


condición de punibilidad, la misma que deviene de la potencialidad de producir
efectos en el tráfico jurídico.
 Cierto sector jurisprudencial entiende que la consumación de este delito se da
cuando se causa un perjuicio objetivo; otro sector entiende que lo propio se
realiza con la introducción del documento falsificado en el tráfico jurídico. La
postura aquí expuesta es la que se hace de una interpretación que no excede el
sentido literal del texto normativo (el mayor límite de legalidad y seguridad
jurídica), en contrapartida a las tantas interpretaciones extensivas, lo que no me
impide abogar por la reforma del tipo penal bajo comentario.

Lea también: R.N. 2279-2014, Callao | Uso de documento falso: La condición


objetiva de punibilidad es la posibilidad de causar perjuicio y no perjuicio
efectivo

Actualización

Hace pocos días la Corte Suprema adoptó la posición expuesta en este artículo.
Pueden leer la sentencia casatoria haciendo click aquí.

Lea también: Casación 1121-2016, Puno: Configuración del delito de


falsificación de documentos no exige materialización de un perjuicio
(doctrina jurisprudencial)

[1] Los mismos que se ubican en el artículo 427 del Código Penal y cuyo texto
normativo declara:
“Art. 427.- El que hace, en todo o en parte, un documento falso o adultera uno
verdadero que pueda dar origen a derecho u obligación o servir para probar un
hecho, con el propósito de utilizar el documento, será reprimido, si de su uso
puede resultar algún perjuicio, con pena privativa de libertad no menor de dos ni
mayor de diez años y con treinta a noventa días-multa si se trata de un
documento público, registro público, título auténtico o cualquier otro trasmisible
por endoso o al portador y con pena privativa de libertad no menor de dos ni
mayor de cuatro años, y con ciento ochenta a trescientos sesenticinco días-multa,
si se trata de un documento privado.

El que hace uso de un documento falso o falsificado, como si fuese legítimo,


siempre que de su uso pueda resultar algún perjuicio, será reprimido, en su caso,
con las mismas penas.”

[2] Citando a Carrara; Carlos Creus; Falsificación de Documentos en General;


Editorial Astrea; Buenos Aires; 2004; p. 4.

[3] En este sentido la tesis mantenida por Cobo del Rosal, Esquema de una
Teoría General de los delitos de Falsedad, CPN, 1995, p. 1995; quien
admitiendo la fe pública, no obstante, declara que “al mismo tiempo comportan,
cuando menos, una puesta en peligro de concretos bienes jurídicos (propiedad,
honor, objetividad e imparcialidad en la administración de justicia, etc.)”.

[4] Castillo Alva; opus cit.; p. 33, quien la define como “la certeza, firmeza o
consistencia, en que se desenvuelven el conjunto de las relaciones jurídicas como
consecuencias de la corrección y autenticidad de los actos que las crean,
modifican o extinguen”.

[5] Al que se le puede definir como “todo soporte material que exprese o
incorpore datos, hechos o narraciones con eficacia probatoria o cualquier otro
tipo de relevancia jurídica”; García Cantizano, Falsedades Documentales; Tirant
lo Blanch; Madrid; 1997; p. 45.

[6] Código Penal, artículo 428.

[7] En este mismo sentido Carlos Creus; opus cit.; p. 59 y ss.


[8] García Cantizano, citando a Carrara; opus cit.; p. 114.

[9] Así también lo asume Carlos Creus; opus cit.; p. 95.

[10] Sigue diciendo además que “la posibilidad es lo que cabe en un orden
material o lógico, lo probable es lo posible que es más fácil que ocurra, que deje
de ocurrir”.

[11] En este sentido Castillo Alva, José Luis; La Falsedad Documental; Jurista
Editores; Lima; 2001; p. 194; de forma similar también Soler,
Sebastián; Derecho Penal Argentino; Tomo V; p. 345.

[12] En este delito debe entenderse que sólo pueden aceptarse el dolo directo de
primer grado y de segundo grado; mas no el dolo eventual. Entendiéndose por
esto que en las dos formas de dolo directo existe un conocimiento actual y sin
dubitaciones respecto de los elementos típicos y además de la intención de
engañar implícito en el propósito de utilizar el documento falsificado, lo que no
se da en el dolo eventual.

[13] El art. 427 es una ley penal en blanco, así pues, la definición de documento
público la encontramos en el artículo 235 del Código Civil, el mismo que ad
litteran declara: “Artículo 235.- Es documento público:

1. El otorgado por funcionario público en ejercicio de sus atribuciones; y

2. La escritura pública y demás documentos otorgados ante o por notario público,


según la ley de la materia.

La copia del documento público tiene el mismo valor que el original, si está
certificada por Auxiliar jurisdiccional respectivo, notario público o fedatario,
según corresponda. Esta definición además ha sido asumida por el Tribunal
Constitucional, en la sentencia recaída en el Exp. núm. 03742-2007-PHC/TC,
fundamento 3.

[14] Su definición también se remite al Código Civil, así se declara: “Artículo


236.- Documento privado.- Es el que no tiene las características del documento
público. La legalización o certificación de un documento privado no lo convierte
en público”. Esta definición además ha sido asumida por el Tribunal
Constitucional, en la sentencia recaída en el Exp. núm. 03742-2007-PHC/TC,
fundamento 4.

[15] Nuestro Código Penal no tipifica la conducta de falsificar y posteriormente


usar; tipificando sí, las conductas de la estricta falsificación (art. 417, primer
párrafo), y el estricto uso (art. 427, segundo párrafo).

[16] Es de esta opinión Arroyo de las Heras; opus cit.; p. 225 y ss. También
Carlos Creus, para quien “cuando se trata de un documento público el delito se
consuma con la sola acción de la creación total o parcial, o con la adulteración,
ya que con esos hechos surge la posibilidad de perjuicio”.

[17] Con esta misma línea y consecuencias pueden verse las ejecutorias supremas
del 28.08.97 y la del 06.10.97.

[18] Son de esta posición Bramont Arias y García Cantizano; citados por Castillo
Alva; opus cit.; p. 628.

[19] De este mismo parecer es Arroyo De las Heras, Alfonso; Editorial Bosch;
España; 2005; p. 207 y ss., al considerar correcto que la modalidad de uso del
documento falso tenga menor pena que la del falsificador, siendo que de esta
forma es como está tipificado en los artículos 391, 392 y 393 del Código Penal
Español.

Anda mungkin juga menyukai