Exordio:
La mayoría de nosotros esperamos cada día ver cosas gloriosas de Dios.
Anhelamos que llegue el tiempo de bendición, tener en nuestras manos
algo de gran valor o llegar a estar en una situación que nos cause alegría.
Introducción al texto:
Hay una boda en Caná de Galilea, y Jesús y sus discípulos asistieron.
Jesús le había dicho Natanael que vería el cielo abierto y a los ángeles
de Dios subir y bajar sobre él (1:51). Ahora van a Caná, ciudad de
Natanael (21:2), ahí este nuevo discípulo vería la gloria manifiesta de
Jesús y, junto con sus condiscípulos, creería en él (2:11).
Proposición:
Ver la gloria de Jesucristo para afirmar nuestra fe en él, requiere que
estemos cercanos y atentos a él para percibir el sentido que le otorga a
los tiempos, a las cosas y a los eventos u ocasiones.
Confirmaci|ón:
I. Percibir el sentido que Jesús da a los tiempos
Cada uno de nosotros procuramos hacer las cosas a tiempo, lo cual
presupone que cada cosa tiene un tiempo para ser realizada, y cuando
es ejecutada antes o después, decimos que aún es o ya no es tiempo.
En la boda de Caná el vino se acabó, pero la boda continuaba,
por lo tanto, era tiempo (cronos) de comprar vino, al parecer es lo que
María sugiere a Jesús (2:3,5); por otro lado, ya no era hora de sacar el
mejor vino, es la reacción del maestresala (2:10). Sin embargo, Jesús
tenía su tiempo (Kairós), es lo que sugiere a María (2:4). El tiempo de
Dios es diferente al nuestro.
Ver la gloria de Jesucristo para afirmar nuestra fe en él, requiere
que estemos atentos al sentido que él tiene del tiempo y de lo que en
éste acontece. Tenemos que aprender a vivir en el tiempo de Dios.
II. Percibir el sentido que Jesús da a las cosas
Cultural y socialmente nosotros le asignamos un sentido a las cosas,
pensamos que el trabajo es para la adquisición de bienes materiales, la
familia es para la conservación de la sociedad, etcétera.
Los judíos empleaban ciertos utensilios para sus celebraciones
religiosas, entre ellos las tinajas que servían para purificarse para las
ceremonias religiosas; sin embargo, Jesús usa estas tinajas para mostrar
el sentido apropiado para el cual estaban ahí, mostrar que el que purifica
al hombre, el que muestra el poder y la abundancia de Dios se había
acercado (2:6,7).
Ver la gloria de Jesucristo para afirmar nuestra fe en él, requiere
que estemos atentos al sentido que él asigna a las cosas, tales como a la
familia, al trabajo, a la iglesia, a los amigos, etcétera.
III. Percibir el sentido que Jesús da a las ocasiones
Para todos nosotros algunos eventos u ocasiones son más importantes
que otros, y muchas veces no coincidimos en ello. Dependiendo de la
importancia que les demos es la calidad con que las experimentemos.
Jesús transformó el agua en vino, pero no solamente para salir
del apuro, para eso habría dado cualquier cantidad de vino sin importar
su calidad; sin embargo, fueron seis tinajas (2:6) de 80 litros cada una,
y de mejor calidad que el que habían servido (2:10). Era una boda,
celebración de la primera institución que el Señor formó. Jesús se dio
en abundancia y calidad en aquello que era importante para el Padre.
Ver la gloria de Jesucristo para afirmar nuestra fe en él, requiere
que estemos atentos al sentido que él le da a los eventos u ocasiones,
pues no veremos su gloria en aquello que para él no tiene importancia.
Epílogo:
Para ver la gloria de Jesucristo y afirmar nuestra fe en él, se requiere
que estemos muy cerca de él para percibir el sentido que le otorga a los
tiempos, a las cosas y a los eventos u ocasiones.
Resolución:
Queridos hermanos, debemos estar muy cerca de Jesús para aprender a
vivir conforme a los tiempos de Dios, preguntarle cómo ve el las cosas
que tenemos y valorar lo que él valora.
 IGLESIA BAUTISTA CASA BLANCA
Pastor Abraham Banda Robles
Sermón Dominical
25 de febrero de 2018

1
Al tercer día se hicieron unas bodas en Caná de Galilea; y
estaba allí la madre de Jesús.
2
Y fueron también invitados a las bodas Jesús y sus discípulos.
3
Y faltando el vino, la madre de Jesús le dijo: No tienen vino.
4
Jesús le dijo: ¿Qué tienes conmigo, mujer? Aún no ha venido
mi hora.
5
Su madre dijo a los que servían: Haced todo lo que os dijere.
6
Y estaban allí seis tinajas de piedra para agua, conforme al
rito de la purificación de los judíos, en cada una de las cuales
cabían dos o tres cántaros.
7
Jesús les dijo: Llenad estas tinajas de agua. Y las llenaron
hasta arriba.
8
Entonces les dijo: Sacad ahora, y llevadlo al maestresala. Y
se lo llevaron.
9
Cuando el maestresala probó el agua hecha vino, sin saber él
de dónde era, aunque lo sabían los sirvientes que habían sacado
el agua, llamó al esposo,
10
y le dijo: Todo hombre sirve primero el buen vino, y cuando
ya han bebido mucho, entonces el inferior; mas tú has
reservado el buen vino hasta ahora.
11
Este principio de señales hizo Jesús en Caná de Galilea, y
manifestó su gloria; y sus discípulos creyeron en él.
12
Después de esto descendieron a Capernaum, él, su madre,
sus hermanos y sus discípulos; y estuvieron allí no muchos
días.

Juan 2:1-12