UNIVERSIDAD
Una universidad es una entidad orgánica o sistema de unidades operativas de enseñanza superior, investigación
y creación de cultura científica, humanística y artística. Se puede ubicar en uno o varios lugares llamados campus.
Otorga grados académicos y títulos profesionales a nombre de la nación.1 Las universidades fueron creadas por
monjes cristianos durante la Baja Edad Media.
ORIGEN
Una Universidad es una institución de enseñanza superior donde se discute y difunde el saber. El término
“Universidad” se deriva del latín universitas, universitatisn o universitas magistrorum et scholarium, que
aproximadamente significa ‘comunidad de profesores y académicos’.
En principio las universidades no tuvieron tal nombre ya que partiendo de las escuelas catredalicias pasaron a
denominarse studium generales creándose en principio como un gremio de los dedicados al saber. En el año 533,
en la obra jurídica publicada por el emperados Justiniano, aparece ya la palabra universitas, significando
agrupación, corporación, gremio, comunidad, colegio o sociedad. Posteriormente se denominó “Universitas
Magistrorum et Scholarium”.
Los primeros en lograr un ordenamiento educativo curricular fueron los monasterios benedictinos. Estudiaban en
ellos los hijos varones de la nobleza, hijos de los aldeanos y artesanos que aspiraban a la vida monástica.
Entre las organizaciones que precedieron a las universidades se encuentran:
Las Escuelas Monásticas
Las Escuelas Palatinas
Las Escuelas Catedralicias.
El Estudio General de Salamanca fue instituido en 1218, año que hoy es tomado como fecha oficial de fundación.
En 1253 se convirtió en la primera institución en recibir oficialmente el título de universidad por un edicto de
Alfonso X. En sus casi 800 años de existencia ha conocido a personajes tan ilustres como Fray Luis de León,
Fernando de Rojas, Hernán Cortés, Góngora, Calderón de la Barca o Miguel de Unamuno (rector en varias
ocasiones). Actualmente tiene más de 30.000 estudiantes y se sitúa en el ranking QS entre los puestos 440 y 450
del mundo.
5. Universidad de Padua, Italia (1222)
También en Italia se dieron escisiones. En 1222 un grupo de estudiantes y profesores de la Universidad de Bolonia,
que demandaban mayor libertad de expresión , se trasladaron a Padua y allí fundaron una nueva universidad. Uno
de sus profesores más conocidos fue Galileo Galilei, que impartió clases de geometría, mecánica y astronomía
durante 18 años. Hoy en día tiene más de 60.000 estudiantes y se sitúa en el puesto 267 del mundo.
6. Universidad de Nápoles Federico II, Italia (1224)
Fundada por Federico II en 1224 (aunque su nombre no fue añadido al de la universidad hasta 1987), la
Universidad de Nápoles fue la primera universidad laica del mundo. Actualmente cuenta con casi 100.000
estudiantes matriculados y ocupa la posición nº 397 del ranking QS.
La mayoría de fuentes consultadas toman las universidades europeas como las más antiguas del mundo por
considerar que fueron las primeras instituciones en adaptarse a la definición de lo que hoy entendemos por
universidad y en adoptar dicho título. Dependiendo de los criterios este listado puede variar mucho. Algunos
incluso sugieren que la primera universidad -aún en activo- sería la de Atenas por tener cierta relación con la
Academia de Atenas, fundada por Platón hacia el 388 aC. Algo más de consistencia tiene la argumentación de los
que sitúan a la Nanjing University (China) como la universidad más antigua del mundo. Se tiene constancia de la
existencia de esta institución desde el año 258, sin embargo, distaba mucho de funcionar como universidad y, de
hecho, no se estableció como tal hasta 1920. Ni siquiera en su web reclaman el honor de ser la universidad más
anciana en funcionamiento.
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El debate se pone realmente caliente al hablar de la University of al-Karaouine (Fez, Marruecos), fundada en el
año 859. Para muchos la Universidad de al-Karaouine es la universidad más antigua del mundo, y esto incluye a la
UNESCO y al libro Guinness de los Records. Pese a estos reconocimientos, muchos académicos consideran que la
universidad moderna evolucionó directamente de las universidades medievales europeas y se fue expandiendo
al resto del mundo, donde podían existir centros educativos de toda índole, pero nunca algo parecido a lo que
hoy entendemos por universidad. De hecho, la Universidad de al-Karaouine no recibió el título de “universidad”
hasta 1963, abandonando entonces su anterior status de madraza. En un caso similar se encuentran la Universidad
Al-Azhar (El Cairo, Egipto) fundada en el 975 y otras instituciones educativas del mundo árabe cuyos orígenes
están casi exclusivamente relacionados con la enseñanza de la religión.
También en Europa hay varias ausencias que pueden resultar polémicas. Una de las más notables omisiones de
este listado (tomado al 90% de la Wikipedia inglesa) es la Universidad de París, popularmente conocida como La
Sorbona. Su fundación se sitúa entre el 1160 y el 1250, lo que podría colocarla como la tercera más antigua del
mundo. Sin embargo, ha sido excluida de la lista porque entre 1968 y 1971 la antigua Universidad de París fue
dividida en 13 nuevas universidades como consecuencia de una reforma educativa. Es decir; no sigue en activo
como tal. Además, todas las universidades francesas fueron suprimidas durante la Revolución Francesa por más
de 100 años, obligándolas a refundarse desde cero. Por estos dos motivos también han sido descartadas la
Universidad de Toulouse (1229) y la Universidad de Montpellier (1289).
Otros casos que podrían suscitar cierto debate son los de tres universidades italianas; la Universidad de Salerno
(establecida en 1968, pero funcionando como Escuela de Medicina desde el s.VIII), la Universidad de Módena (que
funcionó de 1175 a 1338, pero desapareció y pasó por varias etapas hasta reestablecerse en 1680) y la Universidad
de Macerata (que podría haberse fundado en 1290, pero de cuya existencia y oficialidad no se tiene certeza hasta
1540). Del listado original he descartado ésta última y la he substituido por la Universidad de Coímbra, que
pertenece a la misma época y sobre cuyos orígenes no existen tantas dudas.
TRIVIUM Y QUADRIVIUM
Trivium y Quadrivium designa a las sieteartes liberales (la gramática, "la lengua"; ladialéctica "la razón"; la retórica
"lasfiguras"; la aritmética "los números"; lageometría "los ángulos"; la astronomía "losastros"; la música, "los
cantos") que seenseñaban en la Edad Media para ofrecerconocimientos generales e intelectualesantes de enseñar
materia especializadapara las profesiones.
EL LICEO Y LA ACADEMIA
Finalmente estaba allí. Llevaba días escondiéndose pero finalmente lo encontré. En pleno centro, al final de la
calle Riguilis, detrás del Museo Bizantino y el Palacio Saroglión, a pocos pasos de la estación Evanguelismós del
metro de Atenas. Más abajo está el Conservatorio Nacional y la Avenida Rey Constantino, que hoy ciega lo que un
día fue el río Iliso. En la entrada, un sencillo cartel anuncia: “Sitio arqueológico del Liceo. Horario de visitas…” Se
trata de unas ruinas muy mal conservadas, apenas unos cimientos, y sin embargo, ¡cuánto significa este lugar para
la historia del pensamiento, para la historia de la humanidad!
Se cree que los jóvenes atenienses venían a este lugar a ejercitarse desde tiempos muy remotos. Al este de la
ciudad, pasando la puerta de Diochares a través de las murallas, cruzado el viejo camino a Mesogía, había un
pequeño bosque y un templo dedicados a Apolo Licio, “protector de los lobos”. El lugar ofrecía ventajas a los
deportistas, frente a la colina del Licabeto, a pocos pasos del río Iliso, debió ser un sitio fresco y con abundante
agua para estar en verano, que es cuando el tiempo se pone bueno para ejercitarse al aire libre. Aquí los atletas
practicaban el boxeo, la lucha y el pankration, una mezcla de ambos en el que el vencedor debía derribar tres
veces a su contrincante. Parece que el primero en construir aquí un gymnasion fue Pisístrato. Poco a poco el lugar
fue frecuentado más y más, no solo por los jóvenes que venían a ejercitarse, sino por maestros y filósofos, de
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modo que el Lykeion fue convirtiéndose también en un espacio cultural y educativo. A Sócrates le gustaba
visitarlo, dice Platón, y Gorgias y Aristófanes dan cuenta de su importancia como lugar de enseñanza. Aquí poco
a poco se fue materializando ese ideal de educación de los antiguos griegos que conjuga la excelencia del cuerpo
y del alma.
No fue por tanto un azar el que Aristóteles escogiera el Lykeion para fundar su escuela. Hijo del médico personal
del rey Filipo de Macedonia y él mismo preceptor de su hijo Alejandro, Aristóteles había sido enviado a estudiar
a Atenas a los 17 años y había seguido a Platón durante veinte años más. Ahora que el maestro había muerto y él
era un hombre inmensamente rico, no le debió ser difícil hacerse con el predio. Al viejo edificio hizo añadir otras
habitaciones que albergaran su inmensa biblioteca. Por las mañanas caminaba por el bosque conversando con
sus discípulos, que era su manera de enseñar, y por las tardes dictaba conferencias públicas. Si la Academia de
Platón era de carácter místico y sus alumnos destacaban en las matemáticas, Aristóteles fue el primero en
desarrollar un método verdaderamente científico para estudiar al hombre y la naturaleza. Por eso debió
acondicionar también habitaciones para los laboratorios y las colecciones de conchas marinas y animales
disecados, así como un huerto para sus experimentos de botánica. De esta manera se fue configurando nuestro
modelo de Universidad como lugar de cultivo del cuerpo y el alma: un sitio retirado y tranquilo, espacios para el
estudio, instalaciones deportivas para el cuerpo y la salud, y sobre todo una gran biblioteca que atesore todo el
conocimiento precedente y producido como corazón del edificio. Se sabe que la biblioteca del Liceo sirvió de
modelo para las que después se fundaron en Pérgamo y Alejandría.
En 1996, un proyecto para construir el Museo de Arte Contemporáneo de Atenas escogió aquel terreno baldío. A
los primeros movimientos de tierra afloraron los restos y los arqueólogos sospecharon de inmediato que se
trataba del Liceo. Allí estaba todo como lo describió el romano Vitruvio en su De architectura dos siglos después:
en torno al patio central donde se ejercitaban los atletas (la palestra de 50 x 48 mts. orientada de norte a sur), un
pórtico de unos 3 mts. de ancho da paso a los diferentes espacios. Al norte están los vestuarios y las salas donde
los atletas se untaban el cuerpo con aceite y se lavaban. A los lados están la biblioteca y los laboratorios. Aquí
escribió Aristóteles sus obras más importantes, aquí se abrió la primera biblioteca para uso de la primera
comunidad científica, aquí se fundó, estrictamente hablando, la primera universidad. Junto a las ruinas, los
restauradores tuvieron el gusto de plantar un bosque con especies mediterráneas. Olivos, cipreses, higueras y
granados nos recuerdan el viejo bosque de Apolo, pero también rinden homenaje al primer tratado de botánica
que aquí escribió Teofrasto, el discípulo de Aristóteles. Hoy, los cimientos del Liceo se conservan para recordarnos
que aquí comenzó a edificarse el conocimiento de la humanidad. En estos días, cuando el pensamiento y la ciencia
aristotélica están más vigentes que nunca, conmueve mirar las ruinas del Liceo destrozadas por el tiempo. Será
porque las palabras y el conocimiento son mucho más resistentes que la piedra.
LA ACADEMIA
La Academia fue la escuela filosófica fundada por Platón alrededor del 387 a. C. en los jardines
de Academos en Atenas. Destruida durante la primera guerra mitridática y refundada en el 410 d. C., fue
clausurada definitivamente por el emperador Justiniano en el 529 por ser un foco de paganismo. Dedicada a
investigar y a profundizar en el conocimiento, en ella se desarrolló casi todo el trabajo matemático de la época.
También se enseñó medicina, retórica y astronomía. Sin embargo, su inclinación por los estudios matemáticos le
llevó a poner en el frontispicio de la Academia la siguiente inscripción: «Ἀγεωμέτρητος μηδείς εἰσίτω» (‘Aquí no
entra nadie que no sepa geometría’). Puede ser considerada como un antecedente de las universidades.
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La Universidad Católica Santo Toribio de Mogrovejo (USAT) es una universidad promovida y patrocinada por el
Obispado de Chiclayo, en el departamento de Lambayeque, Perú.
Fue fundada por Mons. Ignacio María de Orbegozo y Goicoechea en el año 1998 y es una universidad de derecho
privado, sin fines de lucro y de duración permanente al servicio de la comunidad.
El principal propósito de la USAT es alcanzar una síntesis entre la fe y la cultura, que conduzca a la formación
integral de las personas, y al desarrollo de la sociedad. Su comunidad universitaria está integrada por profesores,
estudiantes y graduados, consagrados al estudio, la investigación y la difusión de la verdad.
En ese sentido, la universidad forma profesionales y personas que demuestran, en todo momento y en todo
ámbito, respeto a la persona humana y a su libertad, con tolerancia y capacidad de diálogo; amor a la sabiduría,
aprendiendo a compartir y enseñando con humildad; y pasión por la investigación, siendo contemplativos y
profundos en su quehacer universitario.
Esta universidad lambayecana abre sus puertas a todos los que compartan sus fines y a quienes hagan suyos los
principios que la inspiran.
VISIÓN: Ser una Universidad líder a nivel nacional, reconocida por su excelencia académica, que de modo riguroso
y crítico, contribuye a la tutela y desarrollo de la dignidad humana y su herencia cultural, cumpliendo sus funciones
eficazmente dentro del sentido cristiano de la vida, la verdad y el bien común.
MISION: Contribuir al desarrollo y progreso de la sociedad mediante la formación integral de los estudiantes, la
responsabilidad social universitaria y la investigación e innovación, respetando la libertad de conciencia y los
principios de la Iglesia Católica.
PRINCIPIOS: Búsqueda de la verdad, la afirmación de los valores y el servicio a la sociedad a la luz de la revelación
divina.
Desarrollo social, respeto a la naturaleza y a su transformación al servicio del bienestar del individuo, la familia y
la sociedad.
FINES: La Universidad Católica Santo Toribio de Mogrovejo se orienta en los siguientes fines:
La consecución de una síntesis entre fe y cultura, que armonice la dispersión especializada del saber con la unidad
de la verdad humana, iluminada por la fe cristiana.
La formación integral mediante la enseñanza y la investigación de la realidad, a fin de contar con profesionales
capaces de formular alternativas solidarias, responsables y sostenibles a los problemas de la sociedad.
LOGO:
ESCUDO: El escudo contiene la figura de Santo Toribio, «Nuestro Patrón», y en el marco oval que lo circunda
aparece una división con cuatro símbolos: el castillo, las flores de lis, la serpiente y el león rampante.
El castillo significa la justicia; la flor de lis, la virtud; la serpiente, la prudencia; y el león rampante, la fortaleza.
Cualidades que se armonizan con nuestro lema: Discite bene facere («Enseñen a hacer el bien»)
HIMNO:
Faro de fe y armonía
Guíanos a la verdad
Santo Toribio de Mogrovejo
Un haz de luz y lealtad.
Faro de fe y armonía
Guíanos a la verdad
Santo Toribio de Mogrovejo
Un haz de luz y lealtad.
Faro de fe y armonía
Guíanos a la verdad
Santo Toribio de Mogrovejo
Un haz de luz y lealtad.