ESTER BAUTISTA
Sin nombre (2009), ópera prima del cineasta californiano Cary Joji Fukunaga, se suma a una
serie de largometrajes que narran las historias de migrantes latinoamericanos que arriesgan su
vida al cruzar no solamente fronteras geográficas, sino también culturales, sociales, políticas y
personales con la firme idea de llegar a Estados Unidos.
Existen varios estudios de la cinematografía realizada sobre la frontera entre México y
Estados Unidos. Por ejemplo, David Maciel y María Rosa García-Acevedo en “El inmigrante
de celuloide: Las películas de la migración mexicana” (1999) examinan el género de cine de
migrantes desde la década de los veinte hasta los años noventa. Consideran que hay tres
narrativas cinematográficas que se han ocupado de la experiencia migrante mexicana: el cine
mexicano, el estilo Hollywood y el cine chicano. Los autores clasifican las series de películas
mexicanas en dos categorías: las del período entre 1920-1970 y las filmadas durante 1980-1995.
Según Maciel y García-Acevedo, el mensaje ideológico encerrado en estas películas es el de
desalentar la emigración mexicana a Estados Unidos mientras que el mensaje principal en los
filmes hollywoodenses es la necesidad de controlar la frontera sur de Estados Unidos y regular
mejor o frenar la migración ilegal desde México. Por otra parte, las películas de migración
chicana (El norte –1983y My family/Mi familia, 1995, de Gregory Nava, y Born in East L.A.,
Cheech Marin, 1987 por ejemplo) son el único género cinematográfico que muestra
complejidad, humanismo y una profunda sensibilidad hacia la experiencia de la migración
mexicana de acuerdo con los autores.
Norma Iglesias (2006) presenta una taxonomía de los diversos tipos de cine que han
representado la frontera. Estos son el mainstream de Hollywood, el cine fronterizo (mexicano y
comercial), el Nuevo Cine Mexicano, el cine chicano y el cine y el video hecho en la frontera.
La Frontera (The Border, 1982) de Tony Richardson y Traffic (2001) de Steven Soderbergh
son ejemplos del mainstream hollywoodense donde la frontera es lo exótico, lo incivilizado, lo
impredecible e inhóspito. El cine fronterizo se refiere a aquellas producciones de “bajo
presupuesto y de baja calidad técnica y narrativa” y que, por lo general, reproducen los
estereotipos de esa zona fronteriza. Algunos títulos en los que la frontera se representa como
una ciudad de paso son Pito Pérez se va de bracero (1947), Tres veces mojado (1989) y La
pizca de la muerte (1990), entre otros. La ilegalidad es otra forma de mostrar la frontera en
películas como Frontera norte (1953), Contrabando y traición (1976) o Tijuana caliente
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“There was no way I could have written Sin Nombre without seeing what I was writing about.
So, in the summer of 2005, I went down to Chiapas and Tapachula, Mexico with a couple of
friends who had worked on the short, to do firsthand research. We spoke to police. We went to
jails to meet with gang members who were part of the immigrant smuggling trade. We went to
the borders, and saw rafters on the Suchiate River between Guatemala and Mexico. We visited
immigrants at train stations and yards and also at shelters, including one that is designated for
immigrants who have been injured on trains...” (2009)
There is something post-apocalyptic about some of the locations in the film, this post-industrial
decay. You have these train lines run by U.S. companies and Mexican companies. They used to
be nationalized and run by the Mexican government, but now they are completely abandoned.
You can go through the whole journey [of these characters] and almost not cross normal
civilization. You’re just on these trains with bandits. The law and civilization in the form of rules
don’t seem to exist. ( Macaulay, 2009).
Sobre lo transnacional
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(profesionales o no) y los productores ejecutivos, que le dan su ‘sello de autenticidad mexicana’
son Gael García Bernal, Diego Luna y Pablo Cruz. Es decir que hasta en su propio génesis es
una película que cruza fronteras, mezcla identidades e influencias” (Coudassot-Ramírez, 2012).
Por otro lado, muestra algunos de los efectos de las migraciones contemporáneas de
Centroamérica a Estados Unidos; recorrido que forzosamente tiene que pasar por México.
En Sin nombre, Fukunaga centra su mirada en la Mara Salvatrucha como un fenómeno
transnacional. Una parte discursiva se centra en contar la historia de los migrantes
centroamericanos que desean llegar a Estados Unidos. El director menciona que realizó su viaje
en tren con dos migrantes hondureños: “We all jumped on and traveled across Chiapas; a lot of
what happened on that 27-hour trip –within the first couple of hours– formed the basis for what
happens on top of the train in Sin Nombre” (Focus Features, 2009). Otra parte narrativa de esa
ficción filmográfica se interesa en mostrar la forma de vida de los Maras Salvatruchas.
Fukunaga considera que:
“This movie is about people in our day, in our time, at this very moment. They are living their
lives and they have made the decision to try to look for something better. Smiley is looking to be
part of a community. Having been raised by his grandmother, he had no male images of role
models. Casper, as a member of the Mara, is his example. There may be standard stories of why
kids join gangs, yet every case is an individual one.” (Focus Features, 2009).
“…implica el vínculo entre una o más naciones, la idea de estado nación; esto es, los aspectos
relacionados con lo territorial, lo social y las culturas están referidos a ciertas naciones y no a
todas en el sentido universal (por ejemplo, las violencias y las pandillas). Así, las dimensiones
más importantes del término de lo trasnacional, al estar anclado en la idea del estado nación,
están ubicadas y son trazadas en el proyecto de lo cultural y de lo político (Kearney, 1995).
Siguiendo con esta discusión, Robert Courtney (2006: 17) hace una clara diferencia entre los
procesos trasnacionales y la globalización, haciendo visible un nuevo elemento, la migración, en
el entendido de que la trasnacionalización implica a poblaciones migrantes y estados nación
específicos y los procesos globales [...] implican cambios económicos, institucionales, culturales
y de otros tipos que reconfiguran el poder en una escala mundial”. (2010: 92)
Nateras Domínguez señala los orígenes y significados del término mara diciendo que: “El
término mara, en Centroamérica, en una de sus denominaciones significa ‘grupo’, de tal suerte
que estamos frente a una configuración de la grupalidad múltiple y trasnacional, es decir, hay
distintos tipos de maras: estudiantiles, deportivas, laborales, de amigos, de ancianos y la
Salvatrucha (la MS-13) (p. 89)” Y añade:
“Si descomponemos el nombre Mara Salvatrucha, tenemos que Mara es una contracción de
marabunta (aquellas hormigas gigantes que van destruyendo todo a su paso),2 en otras palabras,
es una metáfora que emula los flujos migratorios de ese grupo; y Salvatrucha viene de El
Salvador y trucha, ponerse listo/avispado, es decir, alude a un salvadoreño abusado/inteligente
(identidad nacional)”. (2010: 89)
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Algunos críticos, describen a ciertos grupos de población latina y caribeña que viven en
Estados Unidos así como a los africanos del norte, gente de Europa del Este que viven en la
Europa más “occidental” como transnacionales (Pessar, 1997; Glick Sc hiller y Fouron, 1998;
Koser y Lutz, 1998; Levitt, 1998; England, 1999; Roberts, Frank y Lozano-Ascencio, 1999).
Por ejemplo, Wim Savenije en “Las pandillas trasnacionales o ‘maras’: violencia urbana en
Centroamérica” señala que los maras son “agrupaciones formadas mayoritariamente por
jóvenes, quienes comparten una identidad social que se refleja principalmente en su nombre,
interactúan a menudo entre ellos y se ven implicados con cierta frecuencia en actividades
ilegales. Expresan su identidad social compartida mediante símbolos o gestos (tatuajes, grafiti,
señas, etc.), además de reclamar control sobre ciertos asuntos, a menudo territorios o mercados
económicos”. (Savenije, 2007: 638)
Savenije afirma que esas agrupaciones “transcienden los límites entre lo local, la nacional y
lo internacional: forman redes transnacionales de grupos que se establecen como clikas locales,
unidas bajo el nombre e identidad de la Mara Salvatrucha…” (Savenije, 2007:639)
Fronteras discursivas
Sin nombre tiene una narrativa lineal. Se inicia con los créditos que dan paso a una imagen
de un paisaje otoñal que es observado por un joven que está sentado justo en ese paisaje que
resulta ser un poster que cubre toda una pared de una casa. Sabine Coudassot-Ramírez señala
que “Esta primera escena introduce una tonalidad diferente a la que sigue pero al mismo tiempo
prefigura cómo la película se juega de las fronteras, todas las fronteras: geográficas, sociales,
reales o imaginarias. Esta primera escena, todavía no lo sabe el espectador, es una pausa, un
momento de descanso, antes de hundirnos en la violencia de la realidad”. (Coudassot-Ramírez,
2012). Dicho paisaje otoñal nada tiene que ver con el paisaje local de Tapachula, Chiapas. Y
mucho menos con las imágenes de “La bombilla” presentadas por el megamostrador. En esas
imágenes, vemos “la vida cotidiana” –si es que así puede llamarse a ese ‘estar’ en un lugar”de
varios migrantes que están a la espera de la “gran bestia”: el tren que los llevará al norte.
A lo largo del texto fílmico, hay varios momentos más en los que el meganarrador ubica
geográficamente al espectador mediante la utilización de subtítulos que especifican el lugar en
el que se desarrollará la acción. De allí, se obtienen las primeras secuencias que quedarían de la
siguiente manera:
Dicha narrativa cronológica y de lugar se reafirma de manera visual cuando, por ejemplo, el
papá de Sayra le muestra un mapa de México y le explica el trayecto que ya han realizado y
todo el camino que les falta por hacer. Menciona que, tal vez, llegarán a su destino en dos
semanas o, posiblemente, tres. Es obvio que esta explicación, como muchas otras, está dirigida
al espectador ajeno a la travesía de los migrantes centroamericanos. El destino final de Sayra –
como el muchos migrantes salvadoreños– es Nueva Jersey. Bailey y Wright en “(Re)producing
Salvadoran Transnational Geographies” señalan que la migración salvadoreña se incrementa a
partir de los años ochenta. De acuerdo al censo realizado en Estados Unidos en 1990, las cinco
principales ciudades con mayor densidad salvadoreña eran Los Áng eles (con un estimado de
275.000 salvadoreños), Nueva York (62.000), Washington, D.C. (52.000), San Francisco
(40.000) y Houston (40,000). Para 1998, ya se registraban aproximadamente 40.000
salvadoreños en el noreste de Nueva Jersey lo cual significa que en las ciudades anteriormente
mencionadas habría habido también un incremento.
He dicho anteriormente que estamos frente a una narrativa clásica porque la historia (lo qué
se cuenta) parte de esta salida de los personajes de su lugar de origen: una en búsqueda de una
supuesta “mejor” vida y el otro trata de huir, de alejarse de su familia –los Mara Salvatrucha–
aun cuando sabe que no logrará escapar y ya sabe que él no logrará cruzar la frontera
MéxicoEstados Unidos. De esta manera estos relatos se entrelazan y corren de manera paralela
a lo largo del texto cinematográfico.
En este trabajo al utilizar el título de narrativas transnacionales me refiero a la utilización de
distintos recursos para contar las diversas microhistorias. Por un lado, se presenta la
investigación realizada por Fukunaga sobre la travesía realizada por los migrantes. Ésta puede
corroborarse por el recorrido trazado por el tren –“la gran bestia”– y a través del diálogo de dos
personajes en particular: el padre de Sayra y El Casper. Ambos son los guías de este viaje. El
primero porque ya ha realizado varias veces esa “aventura” como les dice a Sayra y al tío. El
otro porque está informado en qué pueblo están los controles de la migra.
Otro discurso narrativo es el narrar a través de la cámara fotográfica. El Casper se queda
con una cámara robada por el Smiley y toma videos de su novia. Este hecho que podría parecer
tan insignificante, se recupera cuando El Casper va huyendo escondido en uno de los tantos
autos que va siendo transportado por un camión. En ese trayecto –casi al final de la película–
volvemos a ver algunos momentos compartidos entre ambos.
La crítica-recepción de la película se centró en señalar que la historia narrada ya es bastante
conocida y es tema común. Sin embargo, se realza la excelente fotografía. Algunos de los
paisajes mostrados y que se supone que son los que están viendo los protagonistas mientras van
subidos en el tren tienen un tinte bastante romántico, en el sentido, de exaltar la contemplación
como una vertiente estética.
Este viaje podría también considerarse un bildungsroman para Sayra, ya que podría
analizarse desde una narrativa de aprendizaje en la que este personaje tiene un desarrollo
psicológico y social entre otros muchos.
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Las imágenes fronterizas que se muestran en el largometraje de Fukunaga forman parte del
imaginario público. Al tratarse de una narrativa sobre migrantes, la película se detiene en “La
bombilla” en Tapachula (Chiapas) para filmar la espera del tren que los acercará a Estados
Unidos. La frontera México-Guatemala se cruza en una balsa mientras que el río Bravo se
atraviesa en una llanta inflada. Es importante mencionar que la narrativa no se centra en
presentar las dificultades de cruzar estas fronteras, sino lo que importa es ese largo trayecto de
los dos protagonistas. La representación de las ciudades locales también muestra imágenes muy
emblemáticas. Por ejemplo, hay una toma desde arriba que va siguiendo a Sayra cuando llega
caminando a territorio estadounidense. Se detiene la cámara justo frente a las tiendas globales
de Sam´s, Sears y Wal-Mart.
Fukunaga, hay que insistir, hace énfasis en la narrativa sobre la Mara Salvatrucha y su
transnacionalidad dado que puede verse que hay una red muy fuerte desde Centroamérica hasta
Estados Unidos. La comunicación que se da entre los integrantes de la Mara Salvatrucha
desborda las concepciones de frontera. Es importante señalar que Sin nombre presenta rasgos de
su producción binacional México-Estados Unidos al ser hablada en español con subtítulos en
inglés pensando en un público angloparlante.
Referencias
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Filmografía
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