Hay un lugar común en el que coinciden las más diversas fuerzas políticas, desde la
derecha hasta la izquierda, todos reconocen que el gobierno está aplicando un durísimo
ajuste económico. Todos admiten que las medidas adoptadas perjudicaron a gran parte de
la población, especialmente a los más humildes. Sin embargo, cada sector político
sostiene una explicación diferente sobre las razones del ajuste. En este artículo nos
proponemos examinar los argumentos del macrismo y el kirchnerismo, finalmente
presentamos una explicación alternativa.
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en el consumo interno está agotado” (Telam, 10/12/2016). Esta transición, entre un
modelo basado en el consumo a otro sostenido en la inversión, sostienen, resulta
inevitable y dolorosa. Pero sería la única forma de promover un crecimiento sostenible y
crear empleo de calidad.
Los defensores de la gestión anterior dicen que el gobierno de Macri está llevando
adelante una política económica típicamente neoliberal. El kirchnerismo sostiene que la
crisis fue generada por el mismo gobierno, porque alentó una distribución regresiva del
ingreso y realizó una apertura indiscriminada de las importaciones. La pérdida del poder
adquisitivo y el ingreso de productos extranjeros, perjudicaron a los trabajadores y a las
pymes, destruyendo el mercado interno.
Para salir de la crisis, argumentan, hay que recomponer el poder de compra de los salarios
y frenar el ingreso indiscriminado de productos importados, para insuflarle vida
nuevamente al alicaído mercado interno, fuente de toda riqueza. Si aumentan los salarios,
aumenta la demanda interna y por ende aumenta la producción nacional, entrando
nuevamente la economía en un círculo virtuoso, circuito que el gobierno desarticuló,
ocasionando el quiebre de empresas y comercios, generando hambre y desocupación. El
gobierno destruye cualquier “brote verde que pudiera surgir por el lado del consumo y la
producción nacional” (Página 12, 4/2/2017).
Las crisis económicas se originan cuando los capitalistas dejan de invertir. Entonces, la
economía se detiene. ¿Por qué los empresarios toman esa decisión? Porque las ganancias
descienden por debajo del mínimo que consideran deseable. ¿Cómo se sale de la crisis?
Incrementando nuevamente el margen de ganancias. En ese caso, los capitalistas
encuentran apetecible volver a invertir, así vuelve a girar la rueda de la economía.
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Entonces, los capitalistas sólo invierten cuando consideran que la tasa de rentabilidad es
“razonable”, de lo contrario no lo hacen y se ingresa en un ciclo recesivo, donde
disminuye la producción y se despide personal.
Desde hace 5 años, por diversos motivos, las ganancias capitalistas se fueron erosionando,
en consecuencia, la inversión fue cayendo. ¿Cómo se recupera la rentabilidad?
Reduciendo el costo de la mano de obra, es decir, bajando los salarios reales.
Más allá de cierta pirotecnia verbal, todas las fracciones de la burguesía coinciden en este
diagnóstico. Este es el motivo, por el cual, las medidas económicas que proponían los
principales candidatos burgueses eran muy similares, esto también explica el
transfuguismo.
Para relanzar el ciclo de la acumulación capitalista, se deben generar las condiciones para
recuperar la tasa de rentabilidad, sólo entonces, el capital vuelve a invertir y se reinicia el
ciclo de crecimiento económico.
El ajuste que está llevando adelante el gobierno actual, responde a necesidades profundas
del capital, no se debe a sus ideas neoliberales, ni a al origen gerencial de sus ministros,
ni a su educación en escuelas privadas, ni por mera maldad. Las medidas gubernamentales
tienen como objetivo recomponer la tasa de ganancias de los empresarios. Su contraparte
inevitable es el deterioro de las condiciones de vida de las masas.
La quita de las retenciones, la devaluación del peso, el aumento de los servicios públicos,
los estrictos topes salariales, las cláusulas de productividad, las buenas relaciones con las
potencias imperialistas, el disciplinamiento del movimiento obrero, estos elementos
tienen por objetivo incrementar las ganancias capitalistas y generar un clima confiable de
negocios, para incentivar la inversión capitalista y reiniciar un nuevo ciclo de
acumulación. Las denuncias de corrupción, verdaderas o falsas, apenas encubren estos
objetivos de fondo.
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La única solución definitiva en favor de los trabajadores consiste en terminar con el
trabajo asalariado, expropiar a los empresarios y socializar los medios de producción. En
caso contrario, el capital siempre encontrará la forma de recuperarse, disminuyendo el
salario de los trabajadores, recomponiendo sus ganancias y reiniciado un nuevo ciclo de
acumulación.
La crisis económica deja en evidencia una característica central del régimen capitalista.
La decisión de invertir se encuentra en manos de privados, es decir, está reservada a una
pequeña porción de la sociedad. El conjunto de la población está pendiente y sometida a
las decisiones que adopte este sector diminuto, al cual se nos invita a complacerlo para
que no se disguste, para que invierta y genere trabajo.
Los empresarios son los únicos que resuelven si se produce, qué se produce y cómo se
produce. Son ellos los que verdaderamente votan todos los días y no cada dos años,
decidiendo la suerte de millones de seres humanos. Son sus pareceres los que determinan
la vida de la inmensa mayoría de la población.
Ese gigantesco poder de decisión está vedado a las grandes mayorías populares, lo ejerce
una pequeña minoría de la sociedad. Los socialistas proponemos que ese poder debe pasar
a manos del pueblo trabajador, socializando los medios de producción, única manera de
construir una sociedad verdaderamente democrática, terminando con la dictadura del
capital.
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Las elecciones que se avecinan, cualquiera sea su resultado, no torcerán la lógica
implacable del capital, la crisis seguirá su curso, sin que pueda ser resuelta en favor de la
clase obrera, dentro de los límites de este sistema.
Palabras finales
Tanto el macrismo como el kirchnerismo han generado cierto sentido común entre sus
seguidores y franjas importantes de trabajadores. Por ese motivo, resulta fundamental
analizar los sistemas de ideas que defienden estas corrientes políticas burguesas, porque
sus explicaciones se han hecho carne en amplios sectores de la población. Las
experiencias cotidianas de millones de personas son procesadas por el tamiz de estas
interpretaciones de la realidad.