Teorías de la Intervención
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Arquitectónica
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yuxtaposición quede claramente expresada sin pre- dentemente, éste es el momento arquitectónico por
tender que la nueva estructura haga desaparecer a excelencia en la medida en que la nueva arquitectu-
la anterior, o por el contrario, provocando una pura ra, la nuova maniera tiene todas las posibilidades, tie-
colisión; el refinamiento de esta intervención está en ne toda la potencia y toda la seguridad, al menos
el superpoder con. toda su contundencia, con todo hasta que las dudas manieristas o las angustias ba-
el rigor, el nuevo modelo al edificio existente, evi- rrocas vengan a complicar las cosas. La arquitectura
dentemente modificándolo, cambiándole el sentido tiene toda la seguridad de un proyecto establecido
pero sin aniquilarlo, sin negarlo del todo. en un principio y que en cualquier caso se permite
dialogar más o menos con lo existente pero sin re-
Lo que interesa sobre todo es ver en este ejemplo nunciar nunca a la unidad de este proyecto con el
una manera de inter vención extraordinariamente cual se encara a la ciudad gótica. Una situación ab-
potente que se produce en un cruce de problemas. solutamente diferente, en cambio, es la situación
Por un lado, el problema de la mímesis, es decir, el que nos ofrece el momento en el que la inter ven-
problema de la recreación de una arquitectura que ción se convier te en restauración. En su definición
es llamada en auxilio de la nueva operación. Esta es de lo que es la restauración, Viollet-le-Duc compara
la arquitectura clásica, como un gran bloque unita- el problema de la restauración con el desarrollo que
rio, que es citada a través del tema de la cúpula, de en su tiempo tenían las ciencias positivas como la
la fachada interpretada como un arco triunfal, etc. anatomía comparada, la lingüística, la antropología, la
Pero, por otra par te, es necesario ver la operación geología, la arqueología; todas ellas son para Viollet
creativa concreta, la traducción de una manera de- trabajos de disección de diferentes áreas de la reali-
terminada de esta operación mimética, en el mo- dad con el fin de clasificarlas y ordenar el conoci-
mento en que esto se ha de producir sobre una rea- miento a par tir de operaciones de taxonomía, es
lidad previamente existente . Digamos que nos decir, clasificación morfológica. También la arquitec-
encontramos ante un tipo de inter vención que se tura tiene la posibilidad de realizar operaciones simi-
produce desde la seguridad de un nuevo lenguaje. lares a través del conocimiento positivo de su pasa-
De un lenguaje que se presenta como absolutamen- do. Pensamos que detrás del pensamiento de Viollet
te cerrado en sí mismo, que tiene su propio sistema hay todo el hegelianismo que en la cultura del posi-
connotativo, que tiene su propia sintaxis, pero que tivismo del siglo XIX significa entender la historici-
en el momento de intervenir no interviene en el va- dad de toda la realidad y la posibilidad de entender
cío sino que inter viene sobre las arquitecturas de sólo históricamente esta realidad.
una ciudad existente con el fin de someterlas y sub-
sumirlas en este proyecto unitario que la arquitectu- ¿Cómo se plantea entonces la relación con los edifi-
ra del Clasicismo compor ta. Me parece que el pro- cios previamente existentes? No se plantea desde la
blema general que en la arquitectura del Clasicismo seguridad de un proyecto previamente establecido,
y en su intervención sobre los edificios se plantea es sino desde la neutralidad del planteamiento positivo;
la de una inter vención hecha desde la seguridad y es decir, desde la polivalencia, desde la multiplicidad
desde la congruencia de un proyecto bastante defi- de las lógicas internas que este conocimiento positi-
nido como para saber qué objetivos se propone. vo de las arquitecturas del pasado ofrece. Según
Evidentemente esto se puede decir de una manera Viollet, nuestra relación con los monumentos de la
máximamente radical en ejemplos como el citado, antigüedad o con cualquier edificio existente, ha de
mientras que seguramente la historia del Clasicismo partir de una operación lógica que entienda su pro-
nos ofrecerá un conjunto de situaciones más diversi- pio discurso. No un discurso que se le pueda impo-
ficadas que ésta, que quizás debería considerarse ner desde el exterior sino, al contrario, que sea el
como una situación limite. No sólo los casos como resultado de escuchar la voz que en una determina-
el de esta intervención tan contundente y casi, diría- da arquitectura se encuentra materializada. La inter-
mos, tan totalitaria de la nueva estructura sobre la vención en el edificio desde el concepto de restau-
vieja, sino también las situaciones de mayor contami- ración se produciría no como una invasión a par tir
nación, las situaciones de hibridez, por así decirlo, de un proyecto previamente establecido, como el
que se producen en ejemplos contemporáneos o que era propio de la intervención renacentista, sino
posteriores, en los cuales el diálogo con el gótico es que se par tiría de una especie de suspensión previa
un diálogo mucho menos acaparador, mucho menos a todo juicio, de una situación de neutralidad abso-
potente, llegando en algunos proyectos a dejarse luta del arquitecto respecto al edificio existente para
penetrar por la vieja estructura de una manera más que el edificio se manifestara por sí mismo y hablara
fuer te. Todo este diálogo, sin embargo, se produce desde su propia lógica. Este seria el camino, el mé-
siempre desde una postura que tiene un universo y todo, para alcanzar una justa posibilidad de sacar el
unos objetivos definidos, que son la construcción de máximo par tido de cualquier edificio previamente
una ciudad homogénea. Así, el objetivo propio de la existente. Como se sabe, Viollet dice aquello que
operación renacentista nos definiría un primer me- tanto ha irritado a los restauradores posteriores:
canismo en el cual la arquitectura es un instrumento que la restauración propiamente no es limpiar el
de inter vención que tiene en sí mismo si propia edificio o volver lo a hacer tal como era, sino en
congruencia, encarándose y debatiéndose contra las cualquier caso acabarlo de hacer tal como debería
estructuras existentes, pero no para respetarlas en haber sido. El problema de la restauración para Vio-
su diversidad, sino para. subsumirlas en un proyecto llet no es tanto un problema de fidelidad historio-
de ciudad que ha de tener una unidad propia. Evi- gráfica, con el fin de volver a colocar las piedras
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donde estaban o de acabar el proyecto tal como se distante respecto a toda posible intervención activa
había proyectado, sino de dejar que el edificio desde en el edificio con los planteamientos de un contem-
su propia lógica, la lógica de estilo, se acabe a sí mis- poráneo de Viollet que es John Ruskin. La actitud de
mo, manifieste su congruencia interna a través de Ruskin significa ya no sólo la negación de que haya
una operación de restitución de aquella transparen- una contrapropuesta con la que enfrentarse al edifi-
cia interna que los estilos compor tan o han com- cio existente, sino incluso la negación de cualquier
portado en el transcurso del tiempo. acción como una acción positiva frente a los edifi-
cios existentes. La obra de arte es una obra intangi-
Esta concepción, a pesar de los abusos y las posibili- ble y es una supervivencia de un gran naufragio que
dades de arquitecturas pastiche que ha producido, debe preservarse de la mejor manera posible. Nada
tiene un elemento enormemente interesante que es hay que hacer ni para completarla, ni para mejorar-
el de la introducción de la cultura positiva y el de la la, ni para ponerla de manifiesto. Lo único que es
comprensión de que el edificio existente tiene ya posible es guardar sus restos, guardarlos hasta que
por sí mismo una lógica y que lo que conviene es sobrevivan, pero en absoluto tocarlos ni intentar
dejar hablar a esta propia lógica sin intentar super- prolongar su vida más allá de lo que sus propias
poner un discurso diferente. En cualquier caso, los fuerzas puedan ofrecer.
problemas que se plantean en la restauración serán
los del conflicto cuando se trate de edificios que son El planteamiento de Ruskin es enormemente impor-
simultáneamente cosas diversas, porque entonces tante porque tal como explicaré seguidamente es el
será preciso averiguar y decidir cuál es la estructura que ha marcado con más fuerza la concepción de la
dominante, cuál es la matriz fundamental sobre la intervención arquitectónica en los tiempos contem-
que se levanta el edificio, para prescindir de aquellas poráneos.
cosas que serían sobrevenidas o secundarias, que-
dándonos pues con la ley interna más potente, que La obra de arte se presenta como un vestigio de un
sería la que tendría que dominar la operación de momento en que la creación artística aún existía. En
restauración. lo que Viollet y Ruskin coincidieron sería en la luci-
dez de saber que el tiempo de la creación ar tística
Restauración, por lo tanto, en este momento es to- es un tiempo periclitado, y con esto ambos serían
do lo contrario de la inter vención activa del arqui- profundamente hegelianos. Pero lo que en un caso
tecto; es dejar hablar al edificio por sí mismo y creer se necesitaría seria una especie de forceps, una ayu-
que en el edificio ya hay una lógica que de algún da para que lo que aún quedara de aquella creación
modo tiene una potencia su posibilidad determina- acabara fructificando, mientras que en el otro caso
ción y plenitud. Evidentemente, ésta es la actitud de- ya no es un forceps sino más bien un preser vativo
sarmada que la estética hegeliana caracterizó justa- –es decir, algo que únicamente evite la destrucción
mente como del fin del ar te como producto de los gérmenes que puedan quedar de aquella
creativo del espíritu. Si Hegel había hablado de la obra de ar te que la historia ha hecho llegar hasta
muer te del ar te como una característica de la mo- nosotros– es lo que debe instrumentalizarse.
dernidad, de alguna manera Viollet sería el mejor
testimonio de ello en la medida en que, más que de Estos dos planteamientos que pueden parecer ideo-
una operación de creación ar tística, o de nueva lógicos o muy generales, tienen en realidad traduc-
aportación arquitectónica, de lo que se trataría en la ciones muy concretas en la formulación de la teoría
restauración sería de hacer de comadrona del pro- de la conservación de los edificios históricos tal co-
pio edificio diga lo que lleva dentro y, por lo tanto, mo desde finales del siglo pasado se ha entendido
una operación fundamentalmente técnica, más que en la cultura arquitectónica. La formulación de la te-
creativa; una operación puramente de ayuda, de cla- oría de la conser vación es en realidad un proceso
rificación, de distinción, un trabajo analítico para que que arranca de la confluencia entre las enseñanzas
el edificio hable por sí mismo y de alguna manera él violletianas y las enseñanzas ruskinianas, es decir, de
solo explique cómo acabarlo. Esta, repito, es una las teorías de la restauración y de las teorías de la
condición de todas maneras enormemente significa- preservación, con el fin de llegar a la formulación de
tiva de la distancia y de la dificultad en que puede los criterios con los cuales la cultura más o menos
hablarse aún de creación arquitectónica. Porque oficial de nuestro siglo ha entendido que era necesa-
aquí la creación arquitectónica se retira como tal rio afrontarse a los edificios históricos existentes.
creación, no ofrece una contrapropuesta sino que,
al contrario, se ofrece sólo como una posibilidad ¿Cómo se ha formulado la teoría de la conservación
técnica para desarrollar lo que ya existe previamen- tal como nos llega a nosotros y tal como hoy los or-
te. Es la angustia histórica ante la imposibilidad de ganismos internacionales para estas cuestiones lo
disponer de un programa colectivo vehiculado a tra- plantean aún? Fundamentalmente a través de la for-
vés de la arquitectura, y que la justifique, lo que en mulación de unas escolásticas de la valoración de los
este caso hace de la restauración una facultad pura- edificios del pasado, a través del concepto de con-
mente técnica. servación como concepto central. A finales del siglo
pasado Camilo Boito, primer especialista en estas
Pero es curioso que casi simultáneamente o con po- cuestiones, que formula una síntesis entre las posibi-
ca frecuencia en el tiempo asistimos a un plantea- lidades que el viollentismo y el ruskinianismo ofrecí-
miento aún más dificultoso o más angustiosamente an, define el código para la restauración que funda-
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mentalmente afirma lo siguiente: por un lado, debe origen bastante bien definido que es el del urbanis-
preferirse, en principio, la conservación a cualquier mo historicista, especialmente el de Camilo Sitte.
operación más compleja, es decir, que en los edifi- Por otra parte, Giovanoni, que fue de los que tuvie-
cios históricos son preferibles siempre las operacio- ron un peso más decisivo en la elaboración de la
nes más sencillas o las operaciones más complejas; Car ta de Atenas, era un defensor acérrimo del ur-
de manera que si es posible, para decirlo de manera banismo historicista como instrumento imprescindi-
caricaturesca, una simple repintada, que no se hagan ble en la formulación de una teoría, que se denomi-
obras; y si es necesario hacer obras Jebe evitarse, si nó “científica”, de la conser vación. Según este
se puede, que sean de estructura; y si lo son que principio, el edificio queda desdibujado en su perfil y
afecten lo menos posible a las componentes más ge- queda incluido en un ámbito más amplio que es el
nerales, etc, etc. Es decir, la ley de la mínima inter- del contorno, de manera que lo que se plantea en-
vención en el edificio como primer criterio de con- tonces lógicamente es la permanencia de estos con-
servación. Un segundo criterio será el de conservar tornos.
no sólo la matriz esencial del edificio, y con esto se
separa claramente de las doctrinas de Viollet, sino Esta es una doctrina que se ha transformado mo-
que debe conser varse todas las apor taciones que dernamente en un estereotipo y que, enunciada en
tengan una mínima consistencia a lo largo de la his- la Car ta de Atenas, fue recogida casi sin cambios
toria del edificio. En tercer lugar, y ésta es la manifes- sustanciales en el texto de Venecia de 1964. Efecti-
tación de esta inseguridad ante la historia del propio vamente en la llamada Car ta de Venecia del año
edificio, toda nueva intervención si ha de producirse 1964 de la conservación, hay diversas cosas significa-
tiene que ser absolutamente neutra respecto al edi- tivas. Primera, que el término restauración proce-
ficio existente. Deberá ser diferenciada para que se dente de Viollet desaparece definitivamente y en
note que ha sido una intervención a posteriori y por cambio toma más y más importancia el concepto de
lo tanto deberá hacerse con materiales diferentes, conservación. La segunda cosa es que esta conser-
con texturas diferentes, con todos los recursos que vación se hace finalmente conservación del ambien-
permitan, en principio, diferenciar absolutamente lo te y que de lo que se trata es de mantener, de con-
que sean nuevas apor taciones al edificio de lo que ser var los ambientes en su totalidad y por lo tanto
sea su existencia anterior. de no modificar, no sólo ya las grandes arquitectu-
ras, sino también las arquitecturas menores que se
De estas características se deriva posteriormente consideran componentes tan necesarios como los
una escuela, fundamentalmente en Italia, especializa- otros del ambiente total. Evidentemente esto signifi-
da para la conservación y que será la que tendrá un ca cambios muy impor tantes en las maneras de in-
peso decisivo cuando, en el ano 1931 se formule: la ter venir, porque significa que en absoluto puede
Car ta de Atenas, dedicada al problema de los edifi- avanzarse hacia el aislamiento del edificio singular o
cios históricos. En este documento se repetirán bas- del monumento, sino que casi es necesario conser-
tante exactamente los argumentos de Boito aña- var las áreas completas en su intangible forma tal
diendo, quizás, otra cuestión que es la de cómo se como se presentan tan históricamente. Toda idea de
compagina el problema de la conser vación de los intervención que tienda a cambiar esto es, en princi-
edificios existentes respecto a dos cuestiones impor- pio, una idea tremendamente peligrosa.
tantes. Una respecto a las nuevas tecnologías; la res-
puesta a este punto es la siguiente: las nuevas tecno- ¿A qué situación hemos llegado hoy a partir de todo
logías son útiles siempre y cuando sir van par a esto? Yo creo que hemos llegado a una situación ab-
mantener el carácter del edificio existente y siempre solutamente inviable en las actitudes de conser va-
y cuando no alteren, no adulteren, este carácter ción. Debe señalarse que seguramente una dificultad
previamente existente, lo cual significa que, en prin- grave, pero también un alivio, ha dado posibilidades
cipio, si más o menos a escondidas los pilares que de subsistir a los conservadores: la ausencia de plan-
eran de piedra pueden ser de hormigón, no hay nin- teamientos explícitos en el Movimiento Moderno
gún problema; si más o menos a escondidas se pue- respecto a estos problemas. El origen debe buscarse
den pasar los tubos de una calefacción, no hay nin- en la historicidad del Movimiento Moderno. En la
gún problema; si más o menos a escondidas se medida en que el Movimiento Moderno era insensi-
pueden sustituir las piedras por piedras ar tificiales, ble al discurso histórico, la vanguardia arquitectónica
tampoco hay ningún problema, pero eso siempre y del siglo XX se presenta como absolutamente im-
cuando estas modificaciones técnicas de la estructu- permeable a estos problemas. Puede hacer se el
ra de hormigón o de las instalaciones más sofistica- ejercicio de pensar en los grandes personajes de la
das, o de la piedra no alteren el "carácter". La segun- arquitectura del Movimiento Moderno y adver tir
da característica nueva de la Car ta de Atenas del hasta qué punto han dicho muy pocas cosas respec-
1931 respecto a las primeras formulaciones de Boi- to a este problema o, en cualquier caso, las que han
to sería la del tema del contorno. En realidad el edi- dicho han sido tremendamente distantes. Esto segu-
ficio no es tal edificio solitario, sino que es un ar te- ramente ha dado más larga vida a la actitud de la
facto colocado en un contor no. El edificio conservación y, por otra parte, las políticas respecto
propiamente no es una arquitectura sino que es al patrimonio arquitectónico que se están llevando a
par te de un "ambiente" y lo que debe preservar, lo cabo por toda Europa, en realidad, están dominadas
que debe conservar no es propiamente los edificios por los estereotipos de la conservación. En principio
sino los “ambientes". Como sabemos, esto tiene un la literatura de los periódicos, las preocupaciones
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