Personajes:
Cántame mucho.
Las Noticias.
-El subcomandante de la policía estatal…
-El sub comandante de la…
- … apodado El gordo…
-…mejor conocido como…
-El gordo, sub comandante de la policía del…
-…Gordo, ha desaparecido.
-…del estado, apodado el gordo…
-…que se encontraba en plena guerra contra…
-…Crimen organizado…
-…se sospecha del NARCOT…
-Ha desaparecido esta madrugada…
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Tijuana (Desde la frontera de su norte con el sur de otra persona.): (Señala.) Tú.
-Aparece una silla de madera tallada, de esas que venden en las carreteras desoladas.
Tijuana: (Sentada en la silla. Habla hacia el frente y evade hacia los lados. Tiene
hinchada la boca por tanto mordisquearse los labios.) Ya te digo que no sé nada…
¿Cómo?... No… ¿No tienes un chicle?...
¿Cómo?... No.
Ya te digo que no sé nada.
No tenemos.
Es comunal.
¿Ya buscaste si traes un chicle?
¿Cómo?... Sí.
Pues depende de los clientes.
De la quincena.
En fin de quincena nos va mal.
Principios de mes, excelente.
Esa pregunta no se pregunta.
Pues empecé a trabajar a los 15.
En esto.
En la calle.
No. Te digo que hasta después pusimos el negocio.
¿La tarde de qué día?... No. No recuerdo.
Entre todas, por así decirlo.
Que entre todas lo pusimos.
No. No recuerdo ese día, ¿qué pasó?
No. Nada.
Bueno, sí. ¿Qué pasó ese día?
No pues yo menos. ¿No deberías de saber las respuestas de las preguntas que me
haces?
…
¿Ya tendrás mi chicle?
Perdón, papi, pero pues me tienes aquí perdiendo el tiempo y…
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No sé. Hay un reloj en la sala pero no le checo la hora a cada cliente que llega.
Papi.
En la cama les decimos papis si son jóvenes, guapos si son viejos, flacos si son
gordos y gordos si son flacos… (Coqueta.) ¿A poco no sabes?
-Se mete un dedo en la boca.
(Desesperada.) Ya, consígame mi chicle. Tengo como… nervios.
¡¿Cómo?!
No. (Asustada.) No voy a ir...
¿Cómo se le OCURRE?
-La jalan del brazo.
¡NO! Déjeme. No voy a ir, me dan miedo los muertos.
Además no lo conozco, me va a poner enfrente a cualquiera.
-La sueltan.
Ya, ya (Agitada.)… creo recordar algo…
¿Hombre y gordo, dice?
Ah… claro.
Sí, mediorecuerdo algo…
-Nebulosa de un recuerdo.
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Sinaloa (Desde su orilla que para ella es un fin y para el otro es el principio): No.
No me toco.
Si me toca grito…
Sí. Toca. Toco. Tocar. Tocándome.
¿Tocarme?
No. No. No. ¡NO!
Tocando. Tomando.
Si me toma.
No. No me toco.
Tanta mierda se puede volver costumbre.
La costumbre con cigarros es menos peor.
Los cigarros con alcohol saben mejor.
Con alcohol uno se acostumbra a la costumbre.
Tocando, tócame, tómame.
Úsame. Bésame. Písame. Escúpeme.
Toca. Toca. Tú. Toca.
Me toca. Sí.
Que me toque.
Si me toca que me pague.
Si no paga ya no hay toque.
Si ya no hay ni paga ni toque se cambia de comprador.
Como se cambia de droga.
Como se cambia de distribuidor.
-Semiobscuro.
Sinaloa: Ya le dije.
Yo no sé nada.
Sí. Sí trabajo ahí.
-El Policía, sin voltear a verla comienza a caminar de lado a lado.
No hay… Todas.
Pues como cooperativa.
¿Quiere que le explique? (Se pasa la lengua por los labios.)
También a veces, entre todas atendemos al cliente.
…
-El Policía sigue caminando.
Sí.
A veces bien, otras de la jodida.
No se crea que una da el culo y ya se vuelve millonaria.
34.
Ay, ni me acuerdo.
Mi papá me hacía que le “atendiera” a sus amigos… Y ya de ahí…
Pues el negocio éste no es tan grande, re fácil se conoce a las demás.
Ya después nos pusimos en la casa.
¿De qué día?
No. No me acuerdo.
-El Policía se detiene, la sujeta del cabello.
(Grita.) ¡No! No me acuerdo bien, creo que estábamos en la casa. Un día de trabajo
normal. Además, tiene como dos días y usted me habla como si ya hubiera pasado
mucho. Me confunde.
Yo qué sé.
¡Déjeme!
-La arroja a la silla.
…
¿Ya me puedo ir?
No sé.
No me acuerdo.
Vivo al día y todos los días son iguales.
-La sujeta por atrás.
(Comienza a llorar.) Le digo que no.
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…
Además ni me acuerdo del tipo ése.
No.
No. No quiero ir.
(Grita.) ¡Le digo que no quiero!
-La levanta.
¡Nunca pensamos encontrar un muerto en ese cuarto!
Es eso. Ya. Ya lo dije. (Respira agitada.)
Ahora me siento. (Lo hace.) Y no… voy. No voy. Ya le dije.
-La levanta de nuevo.
¡No! Déjeme. Sí, era 21 de Enero, hace dos días…
Eran las ocho de la noche…
Hacía un calor de mierda. Ya. (Se jalonea.) Ahora suélteme.
-La jala hacia él y empuña la mano.
Ya recuerdo más, pero déjeme…
-Neblina recordatoria.
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-Semiobscuro.
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Golfa: Déjeme.
Policía: (La sujeta del cabello.)
Golfa: Le digo que no… ¿Me va a soltar?... Si me da un infarto por la presión o un paro
respiratorio…
Policía: (La sujeta del cabello.) ¿Se va a acordar o que?
Golfa: (Se sacude.) ¡Me ---ahogo!
Policía: (La sujeta del cabello.) ¿Se va a acordar o que? Le estoy hablando.
Golfa: ¡Me ahogo!
Policía: ¿Cómo le va a dar un infarto?
Golfa: Estoy perdiendo el… se me… estoy perdiendo la visión… (Se sujeta el pecho.)
Me sofoco…
Policía: ¿Cuál respiración?
Golfa: Suélteme. (Se jalonea con fuerza.)
Policía: ¿Cuál visión, cuál garganta? ¡Ya me hartaron!
Golfa: (Cae en la silla.)
Policía: (La empuja.) ¡Hijas de la chingada!
Golfa: ¡Ya me quiero ir!
Policía: (Se acerca a la silla.)
Golfa: No sé.
Policía: ¿A dónde estabas la noche… (Busca su libretita que se le ha caído. La busca.)
la que ya te dije?
Golfa: No me acuerdo.
Policía: Tiene que acordarse.
Golfa: Estaba en otro estado.
Policía: ¿Estaba en la casa esa?
Golfa: Tuve un dolor horrible en el estómago.
Policía: No se haga tonta, ¿en qué estado estaba?
Golfa: Le digo que no sé, no recuerdo.
Policía: ¿21 de Enero?
Golfa: …
Policía: Esa es la fecha, ¿no?
Golfa: ¡Ya no me toque!
Policía: (La sujeta del brazo.) No me quieras ver la cara…
Golfa: ¡Que me ahogo cuando me jala!
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-Negrura mentirosa
.
16
-Doña Equyz entra tomada del brazo del Mozo. Se paran junto a la silla.
-El Policía luce desesperado, cansado y harto.
Doña Equyz: ¡Ya!... (Se levanta.) ¿Ya acabaste? (Se le acerca.) A ver… ¡El que sigue!
-Se sale.
-Entra el Mozo.
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Doña Equyz: (Desde afuera.) ¡Te apuras! (Entra.) Quiero irme a cambiar a mi casa…
(Al Policía.) Sí. A mi casa, pendejo. La que pusimos entre todas. (Se sale.)
Policía: …
Mozo: ¿Ya?
Policía: Siéntese.
Mozo: (Asustado se sienta.) Sí.
Confesión sospechosa.
Doña Equyz: ¿Quién hizo esto? (Al Mozo.) Trae unos trapos para limpiar la sangre.
Mozo: ¿Ya no está vivo?
Mozo: No.
Doña Equyz: ¿Qué tiene en la rodilla?
Mozo: Sangre.
Doña Equyz: ¿Por qué?
Mozo: (La mira.) ¿Limpio?
Doña Equyz: Sí. Y ahí también. (Le señala con el bastón la cabeza del Gordo.)
Tijuana: Pensé que Sinaloa: Creí que era bueno Golfa: Yo creí que
debíamos llamar a la llamar a la policía. teníamos que llamar a la
policía. policía.
Tijuana: Pues no sé. Ahí Sinaloa: Que no había pala. Golfa: No pudo haber una
estaba. pala junto al muerto.
Doña Equyz: (Hacia donde se fue el Mozo.) ¿Y los jodidos trapos?... (A las
muchachas.) Pues entonces con los vestidos que se sigue desangrando y me va a
manchar la alfombra.
Tijuana: Por eso, por la Sinaloa: Y fue cuando Golfa: Pero que conste
pala tengo sangre en el limpié con esto. que yo me ofrecí, nadie me
vestido. mandó.
-Tijuana, Sinaloa y Golfa limpian con sus vestidos. Doña Equyz les va diciendo en
dónde.
-El Mozo llega con los trapos.
Tijuana: Fue cuando llegó Sinaloa: Y llegó usted. Golfa: Y usted entró.
usted.
-Dejan de limpiar.
Policía: Quedan todos detenidos por el asesinato de… (Se acerca y queda pasmado.)
¡EL GORDO!
-Obscuro.
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Autoconfesión.
-Entra el Mozo.
Policía: …
Mozo: ¿Ya?
Policía: Siéntese.
Mozo: (Asustado se sienta.) Sí.
Policía: (Cansado.) ¿Qué recuerda?
Mozo: …
Policía: Lo tienen amenazado.
Mozo: Es que…
Policía: Puede confiar en mí. Si me dice todo lo que pasó no le va a pasar nada.
Mozo: Pues… Bueno…
Policía: (Al escuchar la voz del Mozo, recuerda.)
Mozo: ¿Bueno?
Policía: ¿Sí?
Mozo: Llamo de Vistalegre. Hay un muerto en la casa...
Policía: ¿Qué?
Policía: No. Te digo que están de vacaciones. ¿Pero te das cuenta? Ahora voy a ser un
héroe…
Mozo: Es que me dejaron que llamara.
Policía: (Sorprendido.) ¿Quién?
Mozo: (Le hace señas para que se acerque.)
Policía: (Se acerca.)
Mozo: (Le dice al oído.)
Policía: ¡Doña…!
Mozo: (Lo calla.)
Mozo: Nada.
Policía: Usted no puede…
Doña Equyz: (Al Mozo.) ¿Qué estás haciendo?
Policía: No puede entrar así…
Doña Equyz: Eso lo decido yo… ¿Quiere que le llame al Gobernador? Somos muy
buenos amigos…
Policía: No. Usted no me va a arruinar mi oportunidad de ser un héroe.
Mozo: Pero… Yo…
Doña Equyz: (Le da un bastonazo.) ¡Tú cállate!
Policía: Señora, por favor, salga.
Doña Equyz: ¿Qué quiere? ¿Dinero? Tome dinero. (Le arroja un puño de dinero que se
saca del pecho.) Y tú. (Al Mozo.) Vámonos.
Mozo: Pero… (Al Policía.) Es que…
Doña Equyz: (Lo amenaza con el bastón.) Te digo que…
Mozo: Sí. Sí. Sí.
Policía: (La toma del brazo.) Le digo que se salga.
Doña Equyz: Yo te digo que te calles. (Trata de darle un bastonazo.)
Policía: No tiene por qué ponerse así, Señora.
Doña Equyz: ¿Quiere la verdad? (Al Mozo.) ¡Salte!
Mozo: Es que yo… (Al Policía.) Pero usted…
Policía: (Sacando al Mozo.) ¡Sí, salte!
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Doña Equyz: Mire, (Lo barre con la mirada.) señor. Me arruina el “negocio”, me
asusta a los clientes… (Lo mira con lástima.) No me haga hablarle al Gobernador.
Policía: Hable, a ver.
Doña Equyz: (Balbucea.) El gordo éste, me hacía relajos a cada rato… En resumen: oí
un balazo, la música se detuvo, porque ya le dije que hay música en vivo; ponemos
de todo, ten una tarjeta, luego de esto deberías de ir. Ponemos de todo: regional,
inglés, regional inglés… cancán, ése, fíjate, es el que más gusta…
Policía: (Revisa la tarjeta.) Entonces la música se detuvo. (Se guarda la tarjeta.)
Doña Equyz: Ajá… Me quedé pasmada. Se oían gritos, sillas, la pianola… no, no, la
pianola no tocaba en ese momento, porque sí tenemos pianola; pero sonaba cada que
algo le caía encima. Luego se oyó otro tiro.
Policía: (Checa en su libreta.) Sí, dos balazos.
Doña Equyz: Pues bajé. Mis muchachas llorando… el que se acaba de ir, aterrado.
Llegando al lugar, casi choco con un hombre que creo que hasta llevaba un arma.
Policía: (Interesado.) ¿Cómo era?
Doña Equyz: Pues yo creo que acá, (Se sienta.) con tu perdón, se parecen; bueno, el
otro tenía más pantorrillas y… pues, más cuerpo.
Policía: (Apunta.) Más cuer…po.
Doña Equyz: Y eso es lo que recuerdo.
Policía: (Sigue escribiendo.) ¿Él la molestaba entonces?
Doña Equyz: A todas. Iba a molestarnos, a ocasionar problemas. Sobre todo el día al
que hemos llamado “variedades” que es cuando las chicas bailan, deberías ir te
digo…
-Penumbra.
-Luego se iluminan diferentes áreas en donde están Tijuana, Sinaloa, Golfa y quizá
algunas otras chicas para las que alcance el presupuesto.
-El Mozo pasa de lado a lado con una charola en la que lleva cigarros, copas, vasos,
botellas, y demás pequeñeces que sólo un buen ojo verá.
-Las muchachas bailan mientras se pasan droga que les recibe el Mozo, desde
la entrada hasta donde hay una especie de bodega.
Confesión en masa.
Policía: Entonces…
Doña Equyz: Después de eso lo llamé al cuarto porque ya estaban listas las muchachas
y pasó lo que ya te dije. Por supuesto que no lo quería ni ver en ese momento.
Policía: Lo creía, más… honorable… respetable, pues…
Doña Equyz: Todos aparentamos otras cosas… ¿Ya me puedo ir?
Policía: (Busca en su libreta.) ¿Había una pala cuando llegó?
Doña Equyz: ¿Pala?
Policía: ¡Sí! ¡Pala! ¡Pala! Para enterrar, para desenterrar, cuchara gigante… ¡Pala!
¡Pala!
Doña Equyz: No. De eso no me acuerdo. Oí dos balazos.
Policía: Pero encontré una pala… ¡Ahí había una pala! ¿Cómo es posible? (Se asoma
por la puerta.) ¡Pasen todos!
Doña Equyz: (Harta se agarra la cara.)
-Entra el Mozo.
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Policía: A ver, ¿Todos estaban en la escena del crimen? Digo, todos estaban en la
escena del crimen…
Doña Equyz: (Rápida.) Sí.
Policía: (A Tijuana.)… y sólo usted vio la pala.
Tijuana: ¿Pala?
Policía: ¡No puede ser! (La señala.) No me quiera ver la cara… Cuando llegué había
una pala… ¡alguien usó esa pala y fue uno de ustedes!
Doña Equyz: Ya te dije que había muchos clientes, era noche de “Variedades”, te la
recomiendo…
Policía: (Al Mozo.) A ver tú… ¿Para qué llamaste? ¿Qué viste?
Mozo: Yo… este, ¿yo?
-Todos se alteran.
Policía: ¿Quién?
Mozo: (Escondido entre sus piernas.) ¡La idea fue de ella!...
-Tijuana y Golfa se voltean a ver. Doña Equyz empuña con odio su bastón. El
Mozo prepara su dedo para señalar al autor intelectual. El Policía forcejea con su
libreta de notas. Claro que para ver estos detalles, todo se ha vuelto muy lento.
-El Policía salta sobre Sinaloa. Tijuana y Golfa saltan sobre el Mozo para callarlo.
Policía: ¡Está detenida! (Aún sobre ella, le pone unas esposas.) Repita lo que dijo. (La
levanta.)
Sinaloa: Fui yo. Pero no lo quería decir… mire mi falda.
Policía: Tiene sangre como la de las demás.
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-Doña Equyz, el Mozo, Tijuana y Golfa se disponen a salir. Golfa regresa con Sinaloa.
Policía: (Se asoma para ver si ya están lejos. Regresa.) ¿Algo más que quieras decir?
Sinaloa: Que fue por mi cuenta… ellas no sabían nada…
Doña Equyz: (Al Mozo.) Pon música. Ustedes acomódense esas faldas.
Mozo: (Se asoma.) Está afuera.
Doña Equyz: Nadie quita la música, ¿Entendido?
-Asienten todos.
-Tocan la puerta.
Doña Equyz: A ver, pues bailen como pide aquí el… el señor. (Se sienta.)
Confesiones simultáneas.
-Sinaloa en su celda.
Policía: Pues vas a hablar… y tiene que ser antes de que lleguen todos,
para que yo… (Suena el teléfono.) ¿Sí?... No… No, mi comandante.
Nadie sabe. Así como me dijo… Agarré a las que estaban. No. En el
rancho nadie sabe todavía… ¿Usted tampoco le ha dicho a nadie?... A
una. (Voltea a ver a Sinaloa.) ¡Confesó todo! (Discreto.) Pero para mí
que tiene cómplices. Sí. ¿Sí me oye?... Ahorita la estoy viendo…
(Asustado.) ¿Cómo dice?
Sinaloa: Todo está planeado, siempre desde antes. No hay nada que no
esté planeado por alguien más. A todos nos toca servir de algo… pero
casi nadie es leal en estos días.
Sinaloa: Pero yo no voy a decir nada. Doña Equyz: Pues ya no tienes por qué
(Se saca del liguero un revólver.) tener miedo. (Saca su pistola.)
Sinaloa: Pero yo no voy a decir nada. Doña Equyz: Ya no tienes por qué tener miedo.
(SE Dispara.) (LE Dispara.)
-Obscuro en los dos lugares.
-Entran Tijuana y Golfa. Traen la nariz, la boca y las manos llenas de polvo
blanco. Miran asustadas al cadáver, luego a Doña Equyz y comienzan a jalar al
Mozomuerto de los pies y las manos.
Tijuana: (Nerviosa.) ¿Ya viste cómo lo que se muere primero son los ojos?
Golfa: (Mirando de reojo y con miedo a Doña Equyz.) No. Son los pies, si no, no se
cayeran…
-Suena el Teléfono.
Güero Mal Blanco: Eso está muy bien, mi Doña. Eso le pasa por andar metiéndose al
negocio, el pendejo… ¿Nadie va a rajar, verdad?
Doña Equyz: Nadie. Ya te dije.
Güero Mal Blanco: La felicito, mi Doña, es usted una cabrona.
Doña Equyz: Mientras pueda seguir acá, te ayudo… Todo con tal de no regresar al
Norte.
Güero Mal Blanco: Ya te dejaron de buscar, bato. Pero luego me emparejo con usted.
Doña Equyz: Eso espero. Pero por lo pronto, manda a tu gente por el cargamento, por
si llegan de nuevo los federales… O si no me la acabo. (Ríe.)
Güero Mal Blanco: (Ríe.) El martes.
Doña Equyz: El martes.
Güero Mal Blanco: Nos estamos viendo, Doña.
Doña Equyz: (Cuelga. Se sienta.)
-Suena el teléfono.
-En otra pieza que se alcanza a ver desde ahí, está el Gordo sentado en una
silla. Tijuana, Golfa y Sinaloa le bailan.
-Llega hasta Doña Equyz el Mozo. Trae una botella y una funda.
-El Mozo voltea a ver a Doña Equyz, ella asiente. El Mozo Avanza.
-Le da en la pierna. El Gordo grita más. Empuja a Sinaloa y al Mozo que caen por la
violencia y fuerza del Gordo.
-El Gordo se intenta levantar. Se queja. Trata de quitarse la funda de la cabeza.
-Golfa corre y saca de algún lugar una pala. Sí, una pala.
-Tijuana sigue pasmada con el arma en ambas manos, pero sigue cantando.
-Doña Equyz corre hasta Tijuana y le quita el revólver.
-Todos quedan rodeándolo, con la adrenalina de quien acaba de cumplir una venganza.
-Sinaloa llena de espasmos se incorpora por completo y empieza a tallar las manos en
su vestido.
-Golfa llena de sangre empuña con fuerza la pala y respira agitada sin perder de vista
la cabeza del Gordo.
-El Mozo vacío de todo no puede ni ponerse de pie.
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