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UNIVERSIDAD ALAS PERUANAS

FACULTAD DE MEDICINA HUMANA Y CIENCIAS DE LA


SALUD
ESCUELA PROFESIONAL DE PSICOLOGÍA HUMANA

CURSO: PSICOLOGÍA DE PAREJA Y FAMILIA

DOCENTE: MARLUBE BALLIVIAN CASTILLO

TEMA: INTERVENCIÓN EN TERAPIA DE PAREJA

ALUMNA: GUTIERREZ GUTIERREZ, MARILUZ

SEMESTRE: 8° ´´A´´

AREQUIPA-PERÚ

2017
INTERVENCION EN TERAPIA DE PAREJA
1. Qué es la Terapia de Pareja
El ser humano es complejo. Desde que nace, nace en un mundo de palabras.
Además, desde Freud, sabemos que cualquier acto humano tiene participación
inconsciente. Lo que hace que cualquier relación entre seres humanos goce de
esa complejidad, también las relaciones de pareja.

Uno de los problemas por lo que más se consulta es por las relaciones
amorosas. Ocupan una parte importante de vida de todo ser humano y junto al
trabajo y las relaciones con los otros son fuente de grandes satisfacciones así
como de buenas dosis de frustración.
La Terapia de Pareja, también denominada Psicoterapia de Pareja, es el
tratamiento psíquico que un profesional debidamente formado en este campo
específico, proporciona a la pareja, ya sean éstos enamorados, amigos, novios,
esposos, convivientes, separados y/o divorciados. Este tratamiento puede ser
realizado tanto a la pareja conjuntamente, como en ocasiones a uno de los
miembros.
Lo importante es la concepción de tratamiento y de la pareja y las relaciones entre
los seres humanos que tenga en cuenta el Terapeuta de Pareja que en ese
momento esté ejerciendo esa función. Por eso que es importante la formación
teórica, porque de ella se desprende la técnica, el cómo se hace. Depende de
cómo concibo el tratamiento, así se va a desarrollar éste.
El otro, la pareja tiene la complejidad de ser para cada uno de nosotros objeto de
amor, objeto de deseo y objeto de goce.
Si se reduce esa triplicidad a una sola vertiente, es cuando empiezan los
problemas de pareja.
Lo importante es el verbo amar, el ejercicio de ese verbo y no tanto el objeto. Lo
importante es tener a quien amar, más allá de ser correspondido o no. A veces
uno no se enamora de una persona porque tiene la idea de que el amor es
complementario, que si uno ama a una persona, esa persona lo tiene que amar a
uno, tiene que ser correspondido. Pero eso es una idea o un prejuicio acerca del
amor muy arraigado, cuando uno también puede ejercer ese amor sin exigir nada
a cambio. Mucha gente se priva de este ejercicio del verbo amar.
La necesidad no puede confundirse con el amor. Cuando lo necesito a él o a ella y
no puedo vivir sin él o ella, eso no es amor, aunque todo el mundo piense que sí lo
es. Eso es necesidad, dependencia emocional, adicción al otro.
2. Qué problemas suelen llevar a una pareja a terapia
Los problemas por los que una pareja decide acudir a terapia suelen ser diversos,
como falta de comunicación, desacuerdos y discusiones frecuentes, problemas
sexuales, domésticos o afectivos, insatisfacción con uno o varios aspectos de la
relación, desilusión, frustración porque la relación no es como esperabas,
conflictos sobre la educación de los hijos, problemas financieros que afectan la
relación, infidelidad o problemas en el manejo de emociones como ira o celos.
3. En qué consiste la terapia
En primer lugar, el psicólogo realiza una evaluación de la situación (tanto en
pareja como de manera individual) para conocer cuáles son los problemas
existentes y los objetivos que desean alcanzar con la terapia y determinar el tipo
de intervención más apropiada.
La duración de la terapia suele ser limitada en el tiempo, aunque el número de
sesiones dependerá de cada pareja, del número de conflictos a tratar, etc.
Puede requerirse desde unas pocas sesiones para tratar un problema puntual
hasta varios meses en casos de relaciones muy deterioradas.
Durante la terapia se analizan los conflictos para tener una mayor comprensión de
ellos, aprendes a resolver problemas y discutir las diferencias de manera racional,
a reconocer cuáles son tus ideas y creencias que debes modificar por ser poco
realistas o erróneas, a detectar qué comportamientos debe cambiar cada uno y
aprender cómo hacerlo, a escuchar, comprender y aceptar a la otra persona así
como aceptar las diferencias entre ambos.
4. Características del terapeuta
Un terapeuta de pareja debe estar dispuesto a abandonar los prejuicios frente a
las interacciones entre los participantes, a los diferentes modos de convivencia
(que pueden chocar con sus propios valores) e, incluso, a los motivos de consulta
novedosos.
Se debe ser respetuoso de los valores y creencias, al igual que tener especial
sensibilidad con respecto a temas como la etnia y el sexo.
5. Tipos de terapia de pareja
Existen varios enfoques en cuanto a la realización de la terapia de pareja. Lo ideal
es que el psicólogo que os trate tenga conocimientos de todas las terapias de
pareja existentes y utilice una u otra o una combinación de todas ellas, según la
pareja que tenga delante, sus preferencias y el tipo de problemas.
4.1 Terapia cognitivo conductual de pareja
Enseña a las personas modos efectivos de comunicarse, entrenamiento en
resolución de problemas, aumento del intercambio de conductas positivas y cómo
tu modo de pensar influye en tus emociones y en tu conducta, ayudando a realizar
cambios en las ideas, atribuciones y expectativas cuando están siendo
contraproducentes, irracionales o no constructivas.
4.2 Terapia integral de pareja
Este tipo de terapia combina técnicas de la terapia cognitiva con nuevas
estrategias para fomentar la aceptación. Ayuda a tener un mayor conocimientos
de las emociones del otro. Esta terapia considera que las personas tienen una
reacción emocional a las diversas conductas de su pareja y trata de conseguir una
mayor aceptación e intimidad entre ambas personas. Cuando hay una mayor
aceptación, las personas están más dispuestas a realizar los cambios necesarios,
adaptarse el uno al otro, comunicarse de una manera más clara y solucionar
conflictos.
Tras la evaluación, el psicólogo comenta con la pareja cuáles son los problemas
que están planteando y explica cuáles son las razones por las que tienen esos
problemas, por qué sus esfuerzos para resolverlos no están funcionando y cómo
la terapia puede ayudarles.
4.3 Terapia focalizada en las emociones
Esta terapia procede de la teoría del apego, que estudia cómo las personas están
biológicamente programadas para establecer fuertes lazos de amor entre ellos y
cómo estos vínculos pueden ser seguros o inseguros. Según la terapia focalizada
en las emociones, las parejas tienen problemas cuando sienten una desconexión
emocional entre ellos en determinados momentos, que da lugar a ciclos de
críticas, ira, resentimiento y otras emociones negativas. El objetivo de la terapia
consiste en ayudar a las parejas a superar estos ciclos, volver a establecer esa
conexión emocional y fortalecer el vínculo entre ellos, aprendiendo a identificar,
experimentar, explorar, entender y expresar mejor sus emociones, así como
manejarlas de manera apropiada.
4.4 Intervenciones sistémicas
Si bien existen muchas escuelas de terapia de pareja, con diversos enfoques,
presupuestos, técnicas y definiciones, todas hacen hincapié en la importancia de
la comunicación y la necesidad de desarrollar estrategias de resolución de
conflictos. Los objetivos generales de la terapia de pareja son:
• Manejar la queja motivo de consulta, que en muchas ocasiones requiere una
mayor exploración.
• Promover un cambio que favorezca la meta comunicación y que siempre respete
los valores y creencias de sus integrantes.
• Permitir redefiniciones y evitar las interacciones rígidas.
• Aunque no se reconoce como un objetivo general, intentar mantener la definición
de los integrantes como pareja luce coherente con la expectativa de los miembros
que la organizaron dentro de un proyecto vital compartido.
• De no ser posible, mantener la unión o procurar una separación con el menor
grado de traumatismo.
4.4.1 Fases de la terapia de pareja
Si bien se puede tener una estructura diferente, podemos resumir las fases de la
terapia de pareja así: en evaluación, intervención y seguimiento.
 Evaluación
En esta fase se incluye la entrevista inicial, con la definición del motivo de
consulta, los intentos previos de solucionarlo y sus resultados; la creación de una
vínculo terapéutico; la definición de las expectativas reales de la terapia (incluida
la motivación para mantener la unión), y la catarsis emocional. Es necesario
disminuir las ansiedades de los participantes acerca de la terapia; por ello el
terapeuta debe mostrarse neutral, al permitir a ambos participantes la expresión
de sus puntos de vista, además de reconocerles los esfuerzos realizados
previamente y la asistencia a la terapia. En esta etapa se debe realizar la historia
de la relación y ampliar la información a las familias de origen. Se recomienda, al
menos, conseguir la información de tres generaciones y consignarla en el
genograma. Además, se ha hecho hincapié en ubicar a la pareja dentro del ciclo
vital propio.
 Intervención
Esta etapa está centrada en las características de la comunicación de la pareja y
se intentan cambios en los patrones rígidos. Se pueden incluir estrategias como el
entrenamiento, el juego de roles y las tareas. Es necesario intentar incrementar los
intercambios reforzadores gratificantes, reconocerlos y disminuir o evitar las
interacciones adversas o pautas rígidas de interacción.
 Seguimiento
En esta fase se verifican las tareas, se trata de obtener pruebas de los cambios,
se introducen nuevas estrategias de solución (partiendo de las estrategias ya
utilizadas) y se refuerza el compromiso por el cambio. En la terapia sistémica se
acostumbra dejar un intervalo prolongado entre sesiones para evidenciar el
cambio y permitir que la pareja utilice estrategias propias. El terapeuta sistémico
puede actuar solo, aunque es recomendable en algunos casos el uso de un
coterapeuta, no necesariamente de equipo terapéutico. Tampoco es mandatario el
uso de recursos como la cámara de Gessell.

4.5 El enfoque cognitivo-sistémico


Dentro de la evolución de la epistemología psicológica ocupa un lugar privilegiado
el modelo cognitivo, debido a la profundidad teórica y a los resultados óptimos de
su aplicación en distintas áreas del quehacer psicológico. El principal postulado
del modelo cognitivo señala que el aprendizaje es producto de “las actividades
involucradas en el pensamiento, razonamiento, toma de decisiones, memoria,
solución de problemas y todas las otras formas de procesos mentales superiores”
(Baron, 1996). Desde esa perspectiva, la psicopatología deberá abordarse desde
las formas de construcción cognitiva que el paciente le da a la realidad (Ellis,
1987), serán las distorsiones ocasionadas por pensamientos irracionales que
ocasionen la desadaptación de la persona y por lo tanto la aparición de síntomas
que plasmen un cuadro psicopatológico. El enfoque cognitivo de la psicoterapia
(Huber y Baruth, 1991), pone énfasis en la racionalidad como filosofía, pues el
quehacer humano es una constante toma de decisiones, las mismas serán
acertadas en la medida en que correspondan a un adecuado análisis racional de
la realidad. Durante una psicoterapia racional emotiva individual, dirigida a resolver
problemas conyugales, lo que generalmente ocurre es un alivio notable del
paciente en detrimento del cónyuge que se queda en casa. Muchas veces la
terapia individual dirigida a problemas conyugales destruye lo poco que quedaba
de la relación de pareja (Grove y Haley, 1996). Emplear el enfoque cognitivo
individual durante una terapia de pareja convierte a uno de los cónyuges en
espectador del proceso terapéutico de su compañero, el terapeuta no logra
resolver los problemas relacionales y por ello la terapia está dirigida al fracaso. El
enfoque sistémico posibilita una visión más compleja de las relaciones humanas,
al introducir como factor de análisis a las relaciones interpersonales como
prioritarias durante la construcción de la realidad. (Pinto, 1995) Se trata de un
enfoque proveniente de la Teoría General de Sistemas, la Cibernética, la Teoría
Matemática de la Información y la Teoría de la Comunicación. La persona es parte
de un conjunto mayor más que un todo en sí misma (Huber y Baruth, 1991), se es
un subsistema a la par que sistema parcialmente abierto (Betalanffy, 1978), un ser
en interacción.
Se trata entonces de un enfrentamiento entre realidades construidas: la de los
cónyuges y las del terapeuta (Pinto, 1996). Se procura una reestructuración del
nosotros desde recursos dialogales y comportamentales; los primeros dirigidos a
la modificación de la lógica y de los pensamientos, los segundos desde el análisis
de las interacciones comportamentales y ambos desde la comprensión de los
procesos comunicacionales de la pareja.
 Cambio y resistencia al cambio en la terapia de pareja
Debemos recordar que cada uno de los cónyuges trae a la relación su propia
enajenación mental (creer que pienso cuando en realidad me lo pensaron) y
ambos confrontan las realidades ajenas a la relación, es como que se diera una
complementación entre las configuraciones previas, así el alcohólico se casa con
la codependiente, el desamparado con la protectora, la fóbica social con el celoso
patológico. Dichas complementaciones ofrecen durante el proceso terapéutico una
resistencia notable al cambio (Watzlawick, Weakland, Fisch, 1984) porque el
sistema relacional patológico es producto de un extraordinario equilibrio que
imposibilita el cambio (Watzlawick, 1986). 83 Revista número 8 • diciembre 2000
Al enfrentamiento de las realidades inventadas que traen los amantes se deberá
sumar la realidad inventada que posee el terapeuta quien no está exento de haber
sido influido por su propia experiencia personal (Guy, 1995) a lo que se suma el
modelo teórico que utiliza (Watzlawick, 1995a). En algunas ocasiones el sistema
relacional de la pareja enlaza con el modelo relacional del terapeuta,
ocasionándose entonces un estancamiento en el proceso terapéutico, debido al
aporte personal del terapeuta para mantener la homeostasis relacional. Esto
puede pasar por coincidencia en la enajenación mental, parcialización del
terapeuta con alguno de los cónyuges, similitudes en la problemática de la relación
con las propias relaciones del terapeuta, inflexibilidad del modelo teórico,
incapacidad emocional para recibir el dolor de la pareja, incapacidad profesional o
simplemente tedio. A diferencia de otras posturas, el fenómeno de la resistencia
desde la perspectiva sistémica no se concibe como un fenómeno exclusivo del
consultante, sino que es producto de todo el sistema terapéutico: pacientes y
terapeuta.
 El lenguaje terapéutico de la terapia de pareja
La terapia generalmente tiene éxito cuando se ha definido con precisión el objetivo
terapéutico, de tal manera que sea posible identificar la solución acorde con las
expectativas de los pacientes, situación muy difícil de efectuarse en la TP debido a
la constante lucha de poder inmersa en las relaciones patoló- gicas, a pesar de
ello no es aconsejable iniciar el camino de la psicoterapia sin saber a dónde uno
esta yendo. De ahí que la TP cognitiva sistémica sea una terapia rigurosamente
dirigida a la solución de problemas. Las parejas patológicas son parejas con
graves dificultades en la concreción de sus metas, usualmente la meta es ganar al
otro en lugar de consensuar, por ello, el sólo hecho de establecer un problema en
el cuál ambos cónyuges estén de acuerdo es de por sí terapéutico.

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