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AGRICULTURA Y CRECIMIENTO ECONOMICO EN LA EUROPA OCCIDENTAL MODERNA Manuel Ardit Lucas e EDITORIAL SINTESIS 26 2. Sefiorio, propiedad y explotacion 2.1. El seftorio inglés Aunque notablemente erosionade, el régimen seflorial mantuvo una vigencia desigual en toda Europa a lo largo de la Edad Moderna. Muchos historiadores, haciéndose eco del uso del término adoptado durante la Revolucién Francesa, hablan de régimen feudal, feudalidad o feudalismo, concepto que juega, asimismo, un papel central en la interpretacién marxista de la historia, aunque con un significado mas general, referido a una formacién econémico-social 0 modo de pro- duccién Otros historiadores, especialmente medievalistas, consideran abusiva esta interpretacién del término, que creen ha de restringirse a las relaciones propiamente feudovasallaticas, caracteristicas de la Edad Media (J. GODECHOT, ed., 1971). Este capitulo se refiere basicamente al sefiorfo, es decir al territo- rio sobre el que los sefiores ejercian un complejo conjunto de prerro- gativas, que iban desde las facultades jurisdiccionales hasta diferen- tes derechos de propiedad. pasando por otras de innegable origen feudal. Aun reconociendo la mayor precisién del término feudo y de sus derivados en su acepcién estricta, probablemente sea también abu- sivo ignorar una larga tradicién juridica y politica, consagrada en la at Revolucién Francesa y en las revoluciones liberales europeas, que utiliz6 el término feudalismo para referirse al viejo mundo de privilegio y dispersién de la soberanfa contra el que la burguesia y las clases populares estaban luchando, Parece aconsejable utilizar preferente- mente los términos sefiorlo y régimen sefiorial, eservando feudo y feu- dalismo para las supervivencias propiamente feudales o para carac- terizar a la sociedad del Antiguo Régimen en su conjunto, en la linea de la tradicién historiogréfica marxista A pesar de su diversidad, tanto en la Europa continental como en la insular el régimen sefiorial compartfa toda una serie de carac- terfsticas comunes. Dentro de esta profunda unidad hay que resaltar, sin embargo, la peculiaridad inglesa. Como resultado, en parte de una evoluci6n medieval diferente y en parte de una temprana contra- lizacién monérquica, especialmente durante el reinado de los Tudor, los sefiores ingleses habfan visto muy mermadas sus facultades juris- diccionales, Ninguno de ellos posefa la alta jurisdiccién, tan comin en la Europa continental, ¢ incluso la baja estaba muy disminuida, Exis- fan tribunales sefioriales (courts-baron, courts-leet), con facultades que variaban notablemente de un seftorio a otro, pero que general- mente eran muy limitadas. En la préctica puede afirmarse que tanto Ja jurisdiccién como el gobierno local estaban en manos de funciona- ios reales (justices of the peace). Tan insignificante era el poder Jurisdiccional de los sefiores ingleses que fue abolide mas de cien afios después de que le Revolucién lo hiciera en Francia, en 1922. Sin embargo, la aristocracia ejercia un fuerte control indirecto sobre la vida local, tanto por su riqueza y ascendiente social, como por el hecho de monopolizar practicamente las asambleas de justices of the peace y el gran jurado (grand jury) de los condados, que era quien decidia qué causas habian de elevarse a un tribunal superior A pesar de ello la fuerza de la aristocracia inglesa no descansaba en el control del poder local sino en su control del Parlamento y la admi- nistracién central y en su poder econémico Las concesiones feudales (tenures-in-chief), aunque ya entonces habian perdido toda importan- cia, fueron abolidas en 1660. Sin embargo, como veremos més ade- lante, las tenencias consuetudinarias en copyhold tenfan claras con- notaciones feudales, como en general las tenencias de tipo entfitéutico en la Europa continental, Como en toda Europa el monarca era al mismo tiempo rey y sefior Enrique VI Tudor acumulé en su persona un importante patri- monic feudal, como conde de Richmond, duque de York, conde de March y duque de Lancaster A pesar de las enajenaciones realizadas por los monarcas posteriores, el patrimonio real, aunque disminuido, continué siendo muy importante en el siglo XVil| La alta nobleza, tanto laica (peerage) como eclesidstica, aunque muy diversificada, era 28 duefia de sefiorfos (manors) y de grandes propiedades risticas. La baja nobleza o gentry, sin sefiorfos, se comporié a menudo con un mayor dinamismo, acumulando propiedades y rentas que no siempre provenian de la tierra, sino también del oficio, la profesién o el comer- cio. La comunicacién entre ambos estratos nobiliarios, aunque dificil, fue relativamente fluida: muchos nuevos pares proventan de caballe- yos que ascendieran a los niveles superiores de Ja aristocracia. A diferencia de los sefiores continentales (con algunas notables excep- ciones), los ingleses utilizaron todos los mecanismos a su alcance para acabar con las formas consuetudinarias de cesi6n de la tierra, redondeando asi el conjunto de propiedades que disfrutaban de for- ma plena (demesne), que explotaron generalmente mediante arren- damientos. Este proceso, que se examinaré con mayor deteni en un préximo apartado, condujo a un notable debilitamiento del cam- pesinado inglés, aunque no a su desaparicién, como a menudo se ha afirmado, Algunos miembros del estrato superior del campesinado (yeomanry) consiguieron ascender a la gentry, mediante procedi- mientos muy diversos que daban acceso a los rangos de la baja nobleza (knight, esquire 0 gentleman) En tanto que grandes propietarios, cuyas rentas provenfan de la tierra o de los negocios, los sefiores ingleses, al contrario que mu- chos de sus colegas continentales, quedaron a salvo de las conse- cuencias de la abolicién de las tenencias feudales o de la jurisdiccién Aunque existian mecanismos jurfdicos que pretendian evitar la disgre- gacién de los patrimonios nobiliarios, similares a los fideicomisos 0 mayorazgos continentales (strict settlement), factores demograficos, ‘como extincién de lineas sucesorias o alianzas matrimoniales, y eco- némicos, condujeron a la pujanza o decadencia de muchas casas nobi- liarias, con una clara tendencia a le concentracién de la riqueza. A fines del siglo xx la sociedad inglesa estaba todavia dominada por una cdpula de grandes propietarios nobles, entre los que sobresallan los cuatro mayores terratenientes del pais los duques de Northum- berland (186000 acres), Devonshire (139000 acres), Cleveland (104.000 acres). y Bedford (86.335 acres). Hacia 1870, 1.680 propieta- ios de la alta nobleza con mas de 3000 acres posefan 14 millones de acres (56 millones de Ha): el 02 por 100 de los propietarios de tie- tras posefan el 43 por 100 de la superficie cultivada; si sumamos los miembros de la gentry con patrimonios agrarios entre 300 y 3000 acres (el 12 por 100 de los propietarios y el 26 por 100 de la tierra), ‘obtenemos unos porcentajes que revelan el extraordinario nivel de concentracién de la propiedad en el campo inglés el 1,4 por 100 de los propietarios eran duefios del 69 por 100 de la tierra (JV BECKETT, en G.E MINGAY, ed, 1989). 23 2.2. El seftorio continental Una caractertstica fundamental de la nobleza seflorial en el conti- nente europeo fue la posesién y ejercicio de la alta justicia, o justicia criminal, asi como de la baja 0 civil. Con la excepcién de Suecia, la alta nobleza continental poseia generalmente la jurisdiccién plena (merum ac mixtum imperium et potestas gladii) en sus sefiorfos Durante la Edad Moderna la alta justicia sefiorial sufrié algunas limitaciones, per- diendo el conocimiento de causas reservadas a la justicia real, como los crimenes de lesa majestad o aquéllos que comportaban pena de muerte, Asimismo se introdujo de forma progresiva la posibilidad de apelaci6n a los tribunales reales. La jurisdiccién otorgaba el derecho a controlar el gobierno local Generalmente los sefiores nombraban, por procedimientos diversos, a los oficiales de gobierno, imponian contribuciones (tailles en Francia) y cobraban multas gubernativas Las facultades jurisdiccionales no s6lo proporcionaban poder sino que también eran una fuente de rentas No se trataba tan sOlo de las penas judiciales, contribuciones y multas, sino también de los dere- chos de monopolio derivados de la jurisdiccién y de la facultad de gobierno. A parte de los ya examinados, los més importantes eran los monopolios sobre los aprovechamientos del suelo y del subsuelo, as{ como sobre el tréfico y establecimientos industriales o comercia- les Como derivados de la jurisdiccién o ban, en Francia se les lla- maba banalités, en Espafia regalias y generalmente en toda Europa monopolios. Los relativos al uso del suelo y del subsuelo eran los més complejos y variables. En ocasiones tropezaban con el dominio eminente del monarca, como en el caso del subsuelo o el agua de riego. En otros casos con la costumbre y los usos de la comunidad campesina, como en el caso de los pastos, recursos forestales, caza y pesca. Més faciles de controlar eran, cuando se posefan, los dere chos sobre el tréfico y comercio (aduanas, derechos de paso, tien- das, pesos y medidas) o sobre las industrias rurales, especialmente los molinos, bastante generales en todos los sefiorfos del continente europeo. La servidumbre habia desaparecido précticamente en Europa occidental desde el comienzo de la Edad Moderna Los campesinos, durante la Baja Edad Media, habian rescatado su libertad de movi- mientos a cambio de pagos en dinero o en especie Quedaban, sin embargo, algunas bolsas residuales de servidumbre, que de todos modos tendieron a desaparecer, en el Franco-Condado, Borgofia 0 Espafia (remences catalanes que no redimieron los malos usos, mo- riscos valencianos hasta su expulsion en 1609). Un residuo servil eran también las prestaciones en trabajo (corvées en Francia, sernas en Cas- tilla), asf como muchas otras, muy diversas, arcaicas y por lo general 30 poco gravosas. Las prestaciones en trabajo, presentes en casi toda Europa, habfan quedado reducidas, sin embargo, a algunos dias de trabajo al afio o para tareas especificas E] dominio territorial de! sefior se dividia en dos partes radical- mente distintas: aquellas tierras y edificios que posefa en propiedad absoluta (la reserva o domaine proche, como era conocida en Fran- cia) y las tierras y casas que poselan los vasallos (tenencias, tenures en Francia y en Inglaterra). Sobre las primeras el dominio era pleno, similar al de cualquier propietario comin. En Europa continental gene- ralmente las reservas sefioriales eran poco exiensas, aunque con ex- cepciones, Esto no quiere decir que los sefiores no tuvieran a mo- nudo grandes propiedades, pero muchas veces se trataba de tierras © casas que hablan adquirido independientemente de su sefiorfo. En estos casos no se trataba de propiedades sefioriales, sino de propie- dades privadas nobiliarias. Sobre los bienes de sus vasallos los sefio- res poselan un dominio superior que les facultaba para exigir un variado conjunto de prestaciones Este complejo conjunto de derechos, en realidad parte insepara- ble del complexum feodale, tal como fue definido por algunos juris- tas franceses durante la Revolucién, se habla conceptualizado jurl- dicamente mediante Ja figura romana de la enfiteusis. Esta contem: plaba la concurrencia sobre un mismo bien de dos derechos de pro- Piedad jerarquizados: un derecho de propiedad superior (dominium directum), que posefa el sefior, y otro derecho de propiedad subal- terno (dominium utile), que pertenecia al vasallo. Aunque podia esta- blecerse este tipo de relacién mediante contrato entre particulares fuera del ambito del seftorfo, era sin embargo esencialmente feudal, En virtud del dominio directo superior, el sefior tenfa derecho a exi- git una variada gama de tributos. Probablemente los mas importan- tes eran los pagos 0 censos, generalmente en dinero, generaimente también muy devaluados por el paso del tiempo. En algunas regiones, sin embargo, se exigian pagos en especie, o bien fijos 0 bien propor- clonales a la cosecha (champart en Francia, terrage en Flandes) Estos eran normalmente més gravosos. Eran comunes en el Franco Condado, Lorena, Borgofia, Galicia, Portugal, Catalufa, Pafs Valen- ciano, Sur de Italia, entre otros territorios. Su cuota y, por lo tanto, su Tepercusi6n econémica, eran muy variables Junto @ éstos existian pagos irregulares que se exigtan con las trans- misiones patrimoniales, bien mortis causa (entry fine y heriot ingle- ses, mainmorte francesa) o inter vivos (laudemium, droit de quint y Jods et ventes en Francia). Estos pagos, as{ como el derecho de com- iso en caso de incumplimiento de las condiciones de la concesi6n o el de prelacién concedido al sefior en el caso de una compraventa (droit de relief y retrait lignager en Francia, fadiga en Espafia), le daban a 31 6ste una cierta capacidad de maniobra para afiadir a su reserva las propiedades de sus vasallos. Sélo los sefiores ingleses y, en menor medida, los de la Italia centro-septentrional, utilizaron de forma sis- tematica estos medios para engrandecer sus propiedades plenas y volverlas a ceder mediante contratos temporales. Hay que tener en cuenta que el dominio util, por lo general, aunque no siempre, perpe- tuo, era un derecho de propiedad que, con las limitaciones que se acaban de exponer, podla ser objeto de compraventa o transmision hereditaria, En muchos territorios de Europa continental, como vere~ mos seguidamente, los sefiores no pudieron deshacerse de los dere- chos de propiedad de sus vasallos, con lo que se consolidé una pro- piedad no sefiorial, de la nobleza menor, la burguesfa y el campesi- nado, Con el fin de controlar los variados, y generalmente complejos, pagos y prestaciones vasalléticas, los sefiores confeccionaron a me- nudo catastros de propiedad en sus estados (Ilamados terriers y compoix en Francia, capbreus en los territorios espafioles de lengua catalana, apeos en Castilla). Estos instrumentos eran necesarios para clarificar y, en ocasiones, actualizar, los derechos de sefiorio. Los vasallos, aprovechando la complejidad de las prestaciones, as! como el absentismo y la ineficiencia de la administracién sefiorial, aprovechaban todos los medios a su alcance para oscurecer sus obli- gaciones o incluso relegarlas al olvido. Los sefiores, por su parte, en muchas ocasiones enfrentados a una dificil situacién econémica, intenta~ ron, sobre todo en Francia durante la segunda mitad del siglo xvi resucitar obligaciones olvidadas o exigir con mayor eficacia las exis- tentes. Se trata del fenbmeno que ha recibido el nombre de reaccién sefiorial, que forma parte del conjunto de tensiones sociales que ‘acabé estallando de forma abierta durante la Revolucién Francesa. No hay que pensar que la sociedad europea del Antiguo Régimen estu- viera formada por sefiores feudales y vasallos campesinos, ya que la realidad era mucho més compleja El vasallo o amo atil podia ser, y efectivamente era asi muchas veces, un campesino, Sin embargo en muchas otras ocasiones se trataba de grandes terratenientes rureles, burgueses urbanos, instituciones eclesiésticas e incluso de otros sefiores, generalmente de la baja nobleza, que posefan propiedades en dominio stil, Las tensiones entre sefiores y vasallos fueron provo- cadas generalmente por estos notables, para los que el poder sefio- rial era un peligroso antagonista Aunque este planteamiento de la oposicién antisefiorial fue general en toda Europa, aparece con una especial nitidez en la Lombardia del siglo xvi. En el ducado de Mildn durante el periodo de dominacién espafiola, los seftores eran principalmente sefiores jurisdiccionales y aun as{ con atribuciones muy limitadas, tanto por la extensién de la justicia ducal como por la inmunidad de que gozaban los cittadini de las nueve grandes ciuda- 32. des del estado de Milén. Fl poder de los sefiores lombardos era, como el de los ingleses, fundamentalmente poder econémico, deriva- do de sus propiedades En esta situacién, la creacién de sefiorfos duran- te el Seiscientos, impulsada por los monarcas de la casa de Austria, tropezé con una escasa oposicién por parte de los campesinos, quienes incluso en algunas ocasiones los aceptaron de buen grado, en tanto que les podian proporcionar proteccién en las frecuentes guerras. La ‘oposicién vino més bien de los grandes propietarios (D. SELLA, 1979). Estos terratenientes, tanto nobles como plebeyos, raramente utlli- zaron formas de cesién consuetudinarias para la explotacién de sus propiedades résticas, salvo en aquellos casos en que circunstancias concretas asf lo hacfan aconsejable o necesario. As! lo fue, por ejem- plo, en los frentes de colonizacién o tierras fronterizas, donde la repo- blacién s6lo podia realizarse si se otorgaban condiciones ventajosas 2 Jos colonos, o allf donde la fuerza y cohesién de la comunidad campe- sina situaba a ésta en una posicién de fuerza frente a los sefiores. Cuando no se daban estas condiciones, tanto los nobles en sus pro- piedades plenas como los terratenfentes plebeyos, notables rurales 0 burgueses urbanos, utilizaron formas de cesién temporales y renova- bles, como el arrendamiento o la aparcerfa, que no transmitian ningtin derecho de propiedad. Esto ocurrié asi en toda Europa, pero muy es- pecialmente en aquellas zonas més urbanizadas, como los Pafses Ba- Jos 0 la Italia centro-septentrional, donde la burguesfa urbana invirtié notmalmente gran parte de sus ganancias, fuera cual fuera su origen, en la adquisicién de tierras, especialmente en las éreas de agricul- tura intensiva, Aunque ficticia en buena medida, la distinci6n entre las facultades jurisdiccionales de los sefiores o sefiorfo jurisdiccional (Gerichtherrs- chaft en alemén) y sefiorfo territorial (Grundherrschaft), consagrada en Espafia por las Cortes de Cédiz, es stil al fin de clarificar las modificaciones que las revoluciones burgueses introdujeron en el estatuto de la propiedad de la tierra La jurisdiccién, con todas sus prerrogativas y derechos, fue abolida totalmente. No as! los derechos de propiedad, que se consolidaron como propiedad plena capitalista Allf donde los sefiores habfan establecido dominios plenos, como en Castilla 0 en la Italia centro-septentrional, éstos se mantuvieron como grandes terratenientes. Donde la propiedad enfitéutica tuvo relevan- Cia, la situacién se resolvié generalmente en beneficio de los duefios ltiles, campesinos 0 burgueses. Asi ocurrié en Francia, donde la Revo- lucién permitis que éstos rescataran el dominio directo de los sefio- res sin indemnizacién (ley de 17 de julio de 1793). Este fue también el resultado final en Alemania occidental, donde los campesinos se habian visto beneficiados durante el siglo Xvi por la politica de proteccién desarrollada por los soberanos prusianos o austriacos 33 (Bauernschutz). Una evolucién parecida tavo lugar en la Espafia orien- tal y en Italia, donde los enfiteutas pudieron redimir los censos enfitéu- ticos, pero en este caso pagando alos duefios directos el precio de la redencién, Ni que decir tiene que a fines del siglo xvit y comienzos del Xx, el feudalismo era ya en buena medida una superestructura por debajo de la cual se habla desarroliado una sociedad notable- mente compleja Su abolicién, bien por la via mAs revolucionaria, sin indemnizacién, seguida en Francia, bien mediante el rescate oneroso del dominio directo, no hizo sino poner al descubierto una estructura social muy diferenciada y no exclusivamente campesina, Tanto la propia nobleza como la burguesfa, rural y urbana, habian acumulado propiedades agrarias durante el Antiguo Régimen, convertidas ahora en propiedades plenas capitalistas, sagradas e inviolables. 2.3. Propiedad consuetudinaria y propiedad plena En toda Europa occidental pervivieron en mayor o menor medida, alo largo de la Edad Moderna, formas de propiedad y tenencia de la tierra de tipo consuetudinario En el continente este tipo de propie- dad se tipificé mediante la figura romana de la enfiteusis, aunque veces en época muy tardfa, como fue el caso del foro gallego. En virtud de su regulacién por la mayor parte de los ordenamientos lega- les, la cesién enfitéutica podia realizarse por cualquier particular, y de hecho asi ocurrié en muchas ocasiones, pero esta figura juridica en realidad escondfa realidades mas complejas, de claro origen feudal, en la medida en que implicaba algin tipo de dominio y no un simple derecho de propiedad Esto no sélo oscurece el fendmeno, sino que ncluso originé alguna confusién y controversias en la propia época y, sobre todo, durante el proceso de abolicién de los sefiorfos, En Inglaterra, pais en el que se sintié menos la influencia del dere- cho romano, existfa un tipo de propiedad que puede asimilarse a la propiedad plena o propiedad quiritaria romana, llamada freehold. Propietarios plenos eran los sefiores en sus reservas 0 demesnes, ast como propietarios no sefioriales, que podian ir desde pequefios, me- Gianos y grandes campesinos, hasta propietarios burgueses. El estra. to superior del campesinado (yeomanry) posefa una buena parte, si no todo su patrimonio ristico, en este régimen La tenencia consuetudi- naria 0 copyhold, era una propiedad subalterna (asimilada al dominio Util enfitéutico como en Europa continental), que garantizaba una gran estabilidad a sus beneficiarios Las tenencias en copyhold eran, en una gran parte de Inglaterra (especialmente la Inglaterra oriental) perpetuas, mientras que en otras regiones tenfan una duracién limi- tada, aunque larga, medida por vidas (normalmente tres) de sus be- 34 | I | | j | | | } | neficiarios, En todos los casos eran transmisibles por donacién, venta © herencia. Las rentas que pagaban eran por lo general monetarias jas y muy devaluadas; el sefior no tenla posibilidad de elevarlas. Sin embargo disponfa de algunos mecanismos que le permitian ejercer un cierto control sobre sus copyhoiders Si la tenencia estaba limitada a varias vidas, naturalmente se extingula con la titima de éstas, de modo que el sefior podia renovarla o no. En los casos de transmisién de la propiedad los sefiores tenfan el derecho de exigir el pago de una cantidad en metélico (fine, entry fine) y a menudo también un pago en especie (heriot, normalmente un animal). Su cuantia era muy va- tiada en algunas zonas estaba fijada por la costumbre, en otras la fine era arbitraria y el sefior podfa exigir normalmente la cantidad que quisiera Todo este conjunto de prerrogativas posibilitaban la reabsorcién en la reserva de las tenencias campesinas, pero los sefiores ingleses hicieron uso de ellas en funcién de las circunstancias. En muchos casos el cobro de fines elevadas podla ser atractivo. Ademas habia que considerar la ventaja de disponer de cultivadores estables, so- bre todo en periodo de rentas estancadas o decrecientes, como lo fue en general el anterior a 1760, En esta situacién el paso a un sistema de cesién mediante arrendamientos de corta duracién no tenfa demasiadas ventajas. Sin embargo, siempre que les fue posible, utilizando los mecanismos resefiados anteriormente, los sefiores ingleses reconvir- tieron, entre 1640 y 1760, las tenencias en copyhold en arrendamien- tos de larga duracién, que no otorgaban ningiin derecho de propiedad a sus titulares. Se trataba de cesiones por 99 aflos o por tres vidas, en cuyo cémputo se tenfa en cuenta también a las viudas, que fueron nego: ciadas mediante sustanciales rebajas de las fines. El campesino pa- gaba menos por las transmisiones pero perdia la propiedad, el sefior renunciaba a los derechos de transmisién elevados, pero adquitia la propiedad plena de las tenencias El proceso de desaparicién de las tenencias en copyhold no se verificé siempre, sin embargo, en el sentido indicado, en tanto en cuanto la correlacién de fuerzas no siempre jugé a favor del sefior. En ‘ocasiones los copyholders eran ricos campesinos (yeomen), propie- tarios urbanos e incluso nobles, especialmente miembros de la gen- try. En muchos de estos casos fue el propietario en copyhold quien rescat6 el dominio superior y convirtié su tenencia en propiedad plena (freehold), Sea como sea, el hecho es que durante el perfodo mo- derno la tenencia consuetudinaria tendié a desaparecer en Inglaterra, aunque no fue abolida legalmente hasta comienzos del siglo Xx. Lo que caracterizé al campo inglés fue la escasa incidencia de este tipo de propiedad consuetudinaria y su sustitucién progresiva por la pro- piedad plena Esto, a su vez, favorecié la generalizacién de las formas 38 | | | | | de cesién contractuales, especialmente los arrendamientos de corta Guracién, No ha de pensarse, sin embargo, que la desaparicién de las tenencias consuetudinarias fuera requisito indispensable para la ge neralizacién de los arrendamientos De hecho muchos copyholders acomodados, como los campesinos ricos, burgueses urbanos 0 caba- eros, a los que anteriormente se ha aludido, cedfan a su vez la tierra a cultivadores en régimen de arrendamiento, Sin embargo, en la medida en que provocé la desaparicién de mu- chos pequefios y medianos campesinos, a los que la copyhold garan- tizaba derechos de propiedad y una gran estabilidad en sus tenen- clas, favorecié el proceso de diferenciacién y de concentracién de la propiedad, poniendo las bases de la generalizaci6n de las relaciones de produccién capitalistas en el campo. Este fue un proceso lento, iniciado en la Baja Edad Media y continuado durante la Moderna, especialmente entre 1780 y 1850, pero que todavia no habia culmi- nado en esta dltima fecha. M4s que una desaparicién del pequefio campesinado, que todavia tenia cierta importancia numérica a media- dos del siglo xix, lo que se dio fue una profundizacién de las diferen- cias entre los grandes terratenientes y los propietarios modestos El proceso incidié también de forma diversa en las diferentes regiones inglesas: hacia fines del siglo xvil las grandes explotaciones predo- minaban en las tierras calizas del sur, Northumberland y Norfolk y en las tierras mixtas (de caliza y limo) del East Riding, mientras que en Jos Midlands, el noroeste, Devon, Cornualles y alrededor de Londres la pequefia propiedad campesina se mantenla mucho mejor (G. E MINGAY, 1969) Tradicionalmente se ha pensado que la debilidad del campesi- nado es una de las caracterfsticas fundamentales de la estructura so- al del campo inglés. Este ha sido uno de los temas centrales en las iscusiones historiogréficas en torno a la transicién del feudalismo al capitalismo, especialmente del segundo debate abierto en 1976 por Robert Brenner (T.H. ASTON y C. HE. PHILPIN, eds. 1988) Segtin este autor la transicién siguié caminos divergentes en Inglaterra y en la Europa continental debido a que las relaciones de propiedad, una vez establecidas, imponfan unos lfmites muy estrictos al desarrollo econémico y social. En Inglaterra, como en toda Europa occidental, los campesinos consiguieron acabar con la servidumbre y conquistaron su libertad en el siglo xv. Sin embargo no pudieron hacer desapare- cer los impuestes sobre las transmisiones patrimoniales, especial- mente las arbitrary fines, con lo que sus tenencias quedaron en una situaciéa precaria que no pudo resistir la ofensiva sefiorial A fines del siglo xvu los landlords ingleses controlaban en torno al 70 por 100 de Ja tierra cultivada en propiedad plena, libres de cercar sus posesio- nes, de consolidarlas en grandes explotaciones y de cederlas a 36 | arrendatarios capitalistas Esta era una condicién indispensable para el progreso agricola, en la medida en que se necesitaba de unidades de produccién de escala suficiente, que permitieran inversiones signi- ficativas de capital y la introducoién de nuevas tecnologias, que las economfas campesinas dificilmente hubieran podido acometer. La evolucién seguida por Francia, que puede considerarse representa- tiva de la de Europa continental en su conjunto, fue radicalmente distinta, En este pafs las tenencias campesinas se reforzaron constan- temente durante el perfodo moderno, ya que el campesinado conté con el apoyo del Estado centralizado, principal antagonista de los sefiores por su interés en captar, bajo la forma de impuesto, una fracci6n significativa del excedente agrario, Los campesinos franceses genaron su libertad y derechos de propiedad consolidados sobre sus tierras, en lucha contra los sefiores, sustituyendo la explotacién sefio- Hal por la explotacién fiscal de la monarquia Asi, no sin clerta ironta, la desaparicién del campesinado inglés facilité el desarrollo, mientras que en Francia, la consolidacién de la propiedad campesina condujo al atraso econémico La importante contribuci6n te6rica de Brenner simplifica en exceso los contrastes sociales anglo-franceses, al mismo tiempo que olvida, © minimiza la incidencia de algunos otros factores que podrfan consi: derarse relevantes. Ni el campesinado inglés desaparecié por com- pleto ni las arbitrary fines fueron el mecanismo fundamental de ex- propiacién. Los sefiores ingleses tenfan a su disposicién procedimientos diversos, y a veces més simples, para hacer desaparecer las tener- cias campesinas, como también los tenfan los sefiores continentales Sin contar con los instrumentos legales (comiso, retrait o fadiga), el ‘endeudamiento de los campesinos en dificultades fue un mecanismo fundamental que utilizaron desde notables rurales hasta propietarios urbanos, pasando por los propios sefiores, para redondear tenencias plenas, si existia la posibilidad y la voluntad de hacerlo. Si efectiva- mente la concentracién de la propiedad en manos de los sefiores pro- gresé en Inglaterra més que en ningiin otro lugar de Europa, como de hecho ocurri6, ello se debié probablemente a un conjunto més amplio de clrcunstancias, tanto econémicas como sociales, y no sélo a la del lidad jurfdica de los campesinos frente a la ofensiva sefiorial Esta misma debilidad la podemos encontrar en otros lugares, don- de no se dio una evolucién econémica a la inglesa Quizés el caso mas tipico sea el castellano. En la Corona de Castilla existié, como en toda Europa, la propiedad consuetudinaria y en algunos territorios, como Galicia, estuvo incluso muy extendida. Sin embargo, en las dos Castillas y en Andalucia la enfiteusis tuvo por lo general poca rele- vancia, aunque esta afirmacién habria que matizarla en sentido geo- grAfico norte-sur. Los sefiores posefan en propiedad plena sus domi- 3t nios, a menudo anteriores ala adquisici6n del sefiorfo, que cedfan en arrendamiento corto. Sus ingresos procedian fundamentalmente de la renta de la tierra y de la percepcién de impuestos reales enajenados, en especial la alcabala Sin embargo no puede hablarse de propie- dad capitalista, ya que no existia un mercado libre de factores. Los sefiores no s6lo gozaban de privilegios fiscales sino que la parte vin- culada de sus patrimonios quedaba protegida por la institucién del mayorazgo. Un estatuto similar tenfan las propiedades de la Iglesia, amortizadas, y los comunales. Todo ello, unido a otro tipo de razones mas propiamente econémicas, como la estrechez del mercado inte- rior a causa del bajo poder adquisitivo de las familias campesinas, obstaculizé la inversi6n productiva y el desarrollo econémico. Otro tanto podrlamos decir del reino de Napoles y de Sicilia, donde los sefio- es, que perdieron sus derechos de justicia en 1806, habfan conse- guido consolidar derechos de propiedad plenos y un sistema gene- raligado de arrendamientos. La propiedad plena nobiliaria también fue predominante en otras regiones europeas en las que, al contrario que en Castilla o en el Mezzogiorno italiano, existia una agricultura desarrollada, similar a la inglesa, pero donde no culminé el proceso que condujo a la Revolucién Agricola y a la Revolucién Industrial, Este serfa el caso de la Italia centro-sep-tentrional, las llanuras del norte de Francia y los Paises Bajos. En todos estos casos, el fracaso de una via de desarrollo a la inglesa parece ser que se debié a un conjunto complejo de razones econémicas, que en todo caso analizaremos més adelante, y no al papel desempefiado por las estructuras sociales agrarias ‘Tampoco ha de pensarse que en aquellos territorios europeos en los que la propiedad consuetudinaria mantuvo una cierta vigencia, como serfa el caso de Galicia, los paises de la Corona de Arag6n, Italia meridional, la mayor parte de Francia o la Alemania occidental, la sociedad rural estuviera formada por sefiores y pequefios campesi- nos con propiedades consolidadas. Aunque esta situacién se dio en ocasiones, también es cierto que la sociedad rural habla avanzado notablemente por el camino de la concentraci6n y la diferenciacién, aunque faltaran los mecanismos juridicos que caracterizaron a la so- ciedad inglesa. En ocasiones fueron los grandes sefiores los que con siguieron consolidar sus dominios, de forma muy similar a como lo habla verificado la aristocracia inglesa. Este fue el caso de las llanu- ras septentrionales francesas, donde podemos encontrar extensos patrimonios nobiliarios, cedidos para su explotacién a grandes arren- datarios (fermiers généraux), el valle del Po, Toscana, Umbria o las Mar- cas italianas, donde podemos observar un sistema similar. En todas partes habia avanzado una nobleza menor, que con cierta libertad podrfamos asimilar a la gentry inglesa, con un comportamiento eco- 38 némico muy dinamico, que acumulé propiedades, y a veces también sefiorios, pero concediéndolas para su explotacién mediante contratos temporales con renta renovable, singularmente aparcerlas 0 arrenda- mientos, aunque a veces utilizé las formas de cesién consuetudinarias, Este serla el caso de la pequefia nobleza hidalga gallega, que utilizé las cesiones en subforo, mientras ella misma se beneficiaba de fora- les devaluados. No fue éste, sin embargo, el sistema preferido por la pequefia nobleza catalana, valenciana o mallorquina, que utiliz6 siem- pre el arrendamiento de corta duracién. En todas partes también, el proceso de acumulacién y concentracién provocé la desposesién campesina, de manera muy desigual seguin zo- ‘nas geogréficas, en beneficio de notables rurales y burgueses urba- nos, los cuales también utilizaron siempre formas de cesién contractua- les El endeudamiento, como se ha sefialaco anteriormente, fue el mecanismo basico de le expropiacién campesina En el continente europeo, aunque en menor medida que en Inglaterra, los campesinos més débiles, especialmente en los momentos de crisis, perdieron sus tenencias en beneficio de comerciantes y prestamistas. En Francia, y en general en toda la Europa continental, la tenencia consuetudinaria significaba una cierta protecci6n del patrimonio campesino, pero nun- ca una garantfa frente a la desposesi6n. Lo mismo podriamos decir de la propiedad plena o alodio, asimilable a la freehold briténica. Estos dominios plenos eran bastante frecuentes en Europa, incluso en las regiones de enfiteusis. Por ejemplo, en Francia, esta propiedad pre- dominaba en los palses de derecho escrito, los paises meridionales. Hay que insistir en que estos dominios no quedaban al abrigo de los mecanismos econémicos de desposesién campesina, aunque pro- porcionaban una mayor fortaleza a las tenencias de los cultivadores, Por todas estas razones el campesinado se mantuvo mejor en el con- tinente, pero no quedé a salvo de una fuerte erosién de sus propieda- des y derechos En la Francia de fines del siglo xvill los campesinos posefan un 40 por 100 del suelo cultivable, proporcién muy superior a la inglesa, pero el 60 por 100 restante pertenecfa a la nobleza (28 por 100), la Iglesia (10 por 100) y la burguesfa urbana (25 por 100). La propiedad campesina tenfa una importancia desigual segiin las regio- nes: era débil en las ricas tierras del norte, noroeste y oeste, pero muy importante en las zonas de bosque © de bocage (A. SOBOUL, 1974) Situada en este contexto, la sociedad rural inglesa, aunque singular, no fue tan excepcional como podrian hacer creer algunas interpreta: ciones excesivamente simplistas. Lo que caracterizé a Inglaterra fue la existencia de una nobleza terrateniente que aproveché todos los me- canismos a su alcance para consolidar dominios en plena propiedad, que cedié en arrendamiento a medianos y grandes arrendatarios em- Prendedores, que invirtieron capitales e introdujeron mejoras agra- 39 rias. Esta situacién también se dio en algunas 4reas continentales, en las que podemos observar desarrollos similares. Pero éstos, o bien no aleanzaron la misma escala que en Inglaterra o bien no pudieron superar limitaciones de tipo més general, de orden econémico y social interno o por razones de periferizacién dentro del ordena- miento econémico mundial, que impidieron la consolidacién de un mo- delo de crecimiento autosostenido Pero los procesos de acumulacién y de desposesién campesina, de generalizacién de las relaciones con. tractuales, de desarrollo de sistemas agricolas intensivos y comercia- les, no son una exclusiva inglesa 2.4, Las formas de explotaci El arrendamiento, como queda dicho, fue la forma més generali- zada de cesign de la tierra en Inglaterra, debido a la diferenciacion de la sociedad rural y a la progresiva desaparicién de las tenencias con- suetudinarias, En ocasiones se trat6, como también se ha especificado anteriormente, de arrendamientos ‘muy largos, por $9 afios o tres vidas. Sin embargo, durante la segunda mitad del siglo xvi! comen- zaron a desaparecer, sustituidos por arrendamientos de corta duracion y rentas renovables (rack-rent leases). Los términos de estos contratos eran generalmente de tres afios, aunque a menudo eran més largos, incluso mucho més largos. La presién de la renta, en lineas generales, puede decirse que no fue muy fuerte, de modo que los arrendatarios (leaseholders), en muchas ocasiones grandes y medianos empresa- rios, podfan obtener beneficios y destinar capitales a la inversién. Las condiciones no solian ser muy explicitas, limiténdose en muchos casos a la obligacién de cultivar siguiendo the usual course of hus- bandry, {6rmula equivalente a la espafiola de «a uso y costumbre de buen labrador». Las cldusulas fueron haciéndose mas explicitas detalladas con el tiempo, pero nunca llegé a ejercerse un control muy estricto por parte de los propietarios. Por lo general estos contratos se renovaban en el momento de su expiracién y en muchas explota- ciones se perpetuaron grandes dinastias de arrendatarios. Salvo en situaciones muy especiales el interés del propietario estaba en la con- inuidad del cultivo y el mantenimiento de la infraestructura, mas que en un alza constante de la renta Més precaria era la situacién de los arrendatarios beneficiarios de las llamadas tenancies at-will, con- tratos orales de arrendamiento por un afio, generalmente pequefios cultivadores Aunque la duracién de estas tenencias era muy corta, el propietario tenia que anunciar el deshaucio tres meses antes de su finalizacién (normalmente en la fiesta de San Miguel), cosa que rara- mente ocurrla En la practica estos arriendos solfan perpetuarse inde- 40 finidamente y en algunos casos incluso llegaron a hacerse heredita- tios de facto Aunque los pequefios arrendatarios explotaban la tierra con la fuerza de trabajo familiar, los grandes y medianos utilizaban mano de obra jornalera, Tanto los agricultores duefios de pequefios patrimo- nios rurales (cottagers), como aquellos que habian realizado rompi- mientos en los comunales, a veces sancionados por la costumbre (squatters) o los absolutamente desposeidos, necesitaban los ingre- 505 del trabajo asalariado El proceso de acumulacién de la propiedad incrementé este proletariado agricola, que perdié ademas, como con- secuencia de los cercamientos (enclosures), la posibilidad de explo- tar los recursos de los bosques, baldios y comunales, incrementando su dependencia del trabajo en las explotaciones de los grandes pro~ ietarios. Asi se formé la tipica estructura tripartita de la sociedad rural Inglesa, tal como fue descrita por los economistas clAsicos, los tres grandes érdenes de la sociedad segtin Adam Smith: los terratenientes, los empresarios capitalistas y los asalariados. En Europa continental no se generaliz6 el arrendamiento tan am- pliamente como en Inglaterra, aunque esta forma de cesién fue utili- zada corrientemente por todos aquéllos, nobles, burgueses urbanos y terratenientes rurales, que posefan tierras en propiedad plena. En los Pajses Bajos interiores (Gelderland, Overijsel, Drente) predominaban las explotaciones campesinas, a veces en enfiteusis, pero en otros casos en arrendamiento de corta o larga duracién En la zona occiden- tal, sin embargo, densamente urbanizada (Holanda, Zelanda, Frisia), territorio de agricultura intensiva, las propiedades de la burguesia eran considerables y predominaban los arriendos de corta duracién. En las lanuras limosas de la Francia del Norte (Picardia, Normandia oriental, Brie, Beauce) existian grandes explotaciones arrendadas a empresarios capitalistas. En NApoles y Sicilia, la gran propiedad aristocrética, administrada por gabellotti, era explotada mediante arrendamientos. Lo mismo sucedia en Andalucia, donde el nivel de concentracién de la propiedad alcanzado en el siglo xvii era notable, especialmente en Andalucia occidental. Una élite que no llegaba al 02 Por 100 de la poblacién andaluze controlaba cerca del 14 por 100 de la superficie cultivada y una proporeién cercana del producto agrario. En el resto de Europa el arrendamiento a poderosos empresarios era mas raro, aunque no inexistente. Predominaba, al contrario, el pe- quefio arrendatario, que no siempre disponia del capital suficionte para una gestién de su explotacién guiada por el beneficio Satisfechos Jos gastos de cultivo y pagada la renta, apenas le quedaba a menudo més que lo indispensable para su subsistencia. Pero esta situacién no se daba siempre, sobre todo en las zonas de agricultura intensiva, generalmente situadas en la proximidad de grandes centros urbanos 4a 0 en zonas densamonte urbanizadas. En estos casos la cesi¢n a peque- fos arrendatarios podifa ser una estrategia determinada por la intensi- dad de! cultivo y las complejas habilidades técnicas que éste exigta En algunas zonas de Europa fueron predominantes contratos de cesién con pagos en especie proporcionales a la cosecha, contratos de aparcerfa (meierrecht en Alemania, métayage en Francia, mezzadria en Italia), con plazos de cesién cortos, como en el arrendamiento, En ocasiones, como en la Francia central y occidental, la aparceria era la tinica alternativa, dada la pobreza de la tierra y la escasa capacidad ‘econémica de los campesinos En Francia, donde le aparcerfa era la forma de cesién predominante en las dos terceras partes, 0 quizas incluso las tres cuartas partes del territorio, los métayers eran general mente pequefios campesinos que practicaban una agricultura de subsistencia y que vieron degradarse su condicién durante el siglo XVI. Aunque en algunos casos el conjunto de aparceros de un mis- mo propietario eran controlados por un fermier général intermediario, esta no fue le situacién habitual. El reparto de frutos entre el propieta- io y el aparcero solia ser al 50 por 100, aunque en ocasiones se utilizaban otras proporciones, como, por ejemplo, en una de las re- giones clisicas de la aparceria francesa, la Gatine del Poitou. La conexién entre aparceria y agricultura de subsistencia no se dio, sin embargo, en la Italia centro-septentrional, el dominio privilegiado de la aparceria en Europa. Aqui, como era habitual en este tipo de relacién, el propietario proporcionaba el capital fijo (la tierra con sus plantaciones y edificios) y el aparcero el capital operative (ganado, semillas, abonos), aunque este filtimo a veces se repartia entre ambos ala mitad A veces, incluso, como en el caso de las aparcerfas a schiavenza 0 a economia dei valle del Po, todo el capital circulante era proporcionado por el propietario. Las formas de la aparceria eran, pues, muy variables, Los frutos se distribufan siempre al 50 por 100 entre el propietario y el cultivador El sistema se extendié fundamen- talmente por la Italia central (Toscana, Emilia, Umbrfa, Marcas), pero también fue importante en la llanura del Po, aqui en competencia con el arrendamiento. Instrumento de los propietarios urbanos, facilité la expansién agraria, basada en los cereales, la vifia y los cultivos arbus- tivos, desde el siglo XVI La burguesta urbana prefirié un sistema de explotacién basado en las unidades familiares campesinas, como me- dio mas adecuado para mantener una agricultura intensiva y comer- cial, en lugar de la cesién a grandes arrendatarios. Sin embargo los propictarios urbanos organizaron el conjunto de explotaciones de sus aparceros en unidades mas amplias llamadas fattorie, bajo la direccién de un administrador 0 fattore, que en el siglo xvi llegaron a convertirse en complejas unidades de trabajo agricola, transformacién y distribucién, 42 E] esquema trinitario de la sociedad rural era, como se ha dicho, el caracteristico de Inglaterra, pero no podemos afirmar que en el conti- nente el campo estuviese dividide exclusivamente entre rentistas, sefiores o no, y campesinos. En algunos lugares, como los Pafses Bajos occidentales, la Francia septentrional o el norte de Italia, exis- ‘fan esos mismos empresarios capitalistas que fueron el motor del desarrollo agrario briténico. Los campesinos con propiedades insufi- cientes, 0 absolutamente desprovistos de tierras (journaliers, bras- siers, manouvriers en Francia), habian aumentado en nimero en todas partes, como resultado de los procesos de desposesién y de concen- tracién de la propiedad. Pero, en parte debido al menor {mpetu de los procesos de cambio agrario, en parte también como consecuencia de su mayor fortaleza social y jurfdica, el campesino propietario de te- nencias alodiales o tenencias consuetudinarias, se mantuvo mejor en el continente, Lo mismo cabria decir de los campesinos parcelarios, pequefios arrendatarios o aparceros Sin embargo, por un lado, como ya se ha insistido, la pervivencia del campesinado habria de ser matizada regionalmente. Por otro lado tampoco hay que ligar de modo determinista el desarrollo agricola a la conformacién de una estructura social concreta, es decir a una sociedad dividida entre terratenientes, capitalistas y asalariados, En ocasiones, como en el caso de ciertos modelos agricolas superinten- sivos ligados a la produccién para el mercado, como los que podemos observar en los Pafses Bajos, la Italia centro-septentrional o las huer- tas mediterréneas, la pequefia propiedad o la pequefia tenencia campesina podian ser un instrumento idéneo del progreso agrario. La presién de la renta, lejos de ejercer un papel parasitario, podia en ocasiones impulsar transformaciones positivas, aunque a costa de fo- mentar la autoexplotacién de la fuerza de trabajo campesina, que de- bia producir lo necesario para su subsistencia y al mismo tiempo excedentes que situar en los circuitos comerciales para satisfacer el precio del arriendo. Donde la presi6n de la renta no fue opresiva, 0 donde surgié un campesinado medio duefio de propiedades plenas 0 consuetudinarias, esta élite de cultivadores directos con amplios ex- cedentes jugé también un papel relevante en los progresos agricolas. Existié una via campesina al capitalismo, que pasaba por la sumisién de las economias familiares al sistema y su integracién en el mercado, convirtiéndolas en productoras de mercancfas y no de productos des- tinados a su propio consumo. El campesinado continental, en pocas palabras, no siempre desempefé un papel retardatario (E. J. HOBS- BAWM, 1978). 43

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