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Clinnutrivet

Revista clínica
de nutrición
veterinaria

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Correlaciones etiológicas
de la obesidad canina y humana.
Dietas caseras para perros y gatos:
cuando usarlas y como conseguirlas.
Alergia alimentaria en perros y gatos,
desarrollo, diagnóstico y manejo nutricional.

[1
Correlaciones etiológicas
de la obesidad canina y humana.

José Alberto Montoya-Alonso

Medicina Veterinaria e Investigación Terapéutica, Universidad de Las Palmas de Gran Canaria.


Real Academia de Ciencias Veterinarias de España.

INTRODUCCIÓN como una enfermedad y se cambió el sim-


ple criterio estético.
Los perros y gatos son considerados La obesidad resulta de un desequilibrio
como buenos modelos experimentales prolongado entre un aumento en la inges-
para la obesidad humana. Hay un nota- ta de energía y una disminución del gasto
ble paralelismo entre la obesidad humana energético, que a menudo se asocia con
y la obesidad de los animales de compa- una actividad física baja (Osto et al., 2015).
ñía y esto se debe al hecho que ambas Hoy sabemos que la obesidad es una
especies comparten el mismo entorno enfermedad crónica, de origen multifac-
ambiental. Así los factores etiológicos torial, en cuyo desarrollo están implicados
que contribuyen al desarrollo de la obe- determinantes tanto genéticos como am-
sidad en las tres especies son similares y bientales. Se manifiesta por una alteración
están relacionados (German, 2015). en la composición corporal, con aumento
Obesidad viene del griego “OB” del compartimento graso. Este aumento
exceso y “EDERE” comer, o sea, co- en los depósitos de tejido adiposo, en la
mer en exceso, definiendo así uno de mayor parte de los casos, se acompaña de
los principales factores etiológicos de la incremento del peso corporal y supone un
enfermedad. considerable aumento del riesgo de apa-
La obesidad se ha convertido en un rición de co-morbilidades que afectan la
grave problema de salud en los países de- calidad y la esperanza de vida de los pa-
sarrollados y en vías de desarrollo, siendo cientes (Flegal et al., 2013).
definida por la Organización Mundial de La obesidad, se considera un estado
la Salud (OMS) como la primera pan- clínico de alteración de salud general, que
demia no infecciosa de siglo XXI, con está asociada con trastornos metabólicos
importantes implicaciones sociales, sani- como diabetes mellitus tipo 2, hiperlipi-
tarias y económicas. La OMS anuncia demia, hipertensión y enfermedades car-
que de seguir esta tendencia, la sobrecar- diovasculares, en lo que se ha denominado
ga ponderal afectará a toda la población síndrome metabólico y más recientemen-
europea en el año 2040, lo cual tendrá te, disfunción metabólica relacionada con
sin duda unas gravísimas consecuencias la obesidad (Tvarijonaciute et al., 2012).
en todos los indicadores de salud y en Además, la OMS reconoce el impacto de
el tejido social del mundo desarrollado. la obesidad en el desarrollo de cada vez
Si bien en la década de los 80, con más tipos de cáncer (WHO, 2012).
la instauración de la cultura de la ima- Por otra parte, los perros y gatos son
gen corporal, se consideraba la obesidad susceptibles de padecer enfermedades me-
un problema estético, afortunadamente tabólicas similares y comparten mucho de
a principios de los 90 se empezó a con- los efectos negativos asociados a la obesi-
siderar la obesidad, con mucho acierto, dad humana (Osto et al., 2015).

2]
Por ejemplo, en países como EEUU, ambiental, vinculado a un estilo de vida
se estima que el 69% de los adultos pre- sedentaria, baja actividad física y a unos
sentan sobrepeso u obesidad y que apro- hábitos dietéticos que favorecen el balance
ximadamente el 35% de la población total positivo de energía y, como consecuencia,
es obesa (Flegal et al., 2012). En el Reino el depósito paulatino de masa grasa, (Hill,
Unido, más del 20% de sus ciudadanos son 2012; Varela-Moreiras et al., 2013).
obesos. En este panorama internacional, Probablemente, como enunciábamos,
con los datos que hemos citado, España se el problema sanitario más importante
sitúa en una posición intermedia, al menos del hombre y las mascotas en los países
en prevalencia de obesidad en población occidentales es la epidemia compartida
adulta. Países como China, Japón y algunos de la obesidad, por lo que es importan-
africanos presentan tasas de prevalencia in- te conocer más sobre la etiopatogenia del
feriores al 5%, pero incluso en estos países, sobrepeso y obesidad y más específica-
en algunas ciudades o zonas “occidentali- mente sobre la interacción de los factores
zadas” el problema puede alcanzar hasta el medioambientales y estilos de vida de los
20% (IOTF, 2004). pacientes (Day, 2010)
En el perro la definición matemática La obesidad en humanos, perros y gatos
considera que existe obesidad cuando el tiene muchos factores clínicos y genéticos
peso corporal excede un 10-20% el peso parecidos (Osto et al., 2015). Los perros y
establecido como ideal para la raza, sexo gatos suelen compartir el mismo entorno
y edad del animal (Burkholder et al., 2000; ambiental obesogénico que el hombre, in-
Laflamme, 2001, Toll et al., 2010, Bjornvard cluyendo la abundancia en la comida. Esto
et al., 2011, de Godoy et al., 2013). Es defi- condiciona la exposición a factores fisio-
nida también la obesidad en el perro, igual patológicos similares en el entorno que
que en el hombre, como una condición favorecen la expresión de ciertos rasgos
de un balance energético positivo con una genéticos (Lindblad-Toh et al., 2005).
excesiva formación de tejido adiposo en el En 1926, Gregorio Marañón publica-
cuerpo (Burkholder et al., 2000) que reduce ba en uno de sus libros titulado “Gordos
la longevidad (Kealy et al., 2000). y flacos” la siguiente reflexión: La palabra
En las últimas décadas, la incidencia de “gordo” resume multitud de conceptos de he-
la obesidad en los animales de compañía en rencia, de costumbres, de carácter, de modali-
general y en los perros y gatos en particu- dades de la sensibilidad y de la inteligencia.
lar, ha aumentado de manera espectacular, Esta línea de pensamiento de D. Gregorio
quizás incluso de una manera más extrema reconoce la multiplicidad de factores res-
que en los seres humanos, y se ha converti- ponsables de la obesidad.
do en una preocupación seria en medicina Dicho esto, en función de su etiología
veterinaria. En países occidentales, la obesi- se distinguen, tanto en medicina humana
dad en perros y gatos es considerado como como veterinaria, dos tipos de obesidad:
el desorden nutricional más común en los Primaria o esencial y Secundaria.
animales de compañía (German, 2006).
Algunos estudios recientes afirman
que en los países desarrollados, entre el Ob e sidad secu n dar ia
17-44% de los perros sufren sobrepeso u En un menor porcentaje de casos, tanto
obesidad (Robertson 2003; Mao et al., 2013). en medicina humana como en animales
de compañía, se diagnostica la denomi-
nada obesidad secundaria con un origen
ETIOPATOGENIA DE LA OBESIDAD que obedece a procesos endocrinos e hi-
potalámicos y/o a causas iatrogénicas o
Como hemos indicado, la obesidad es una terapéuticas.
enfermedad crónica, compleja y multifac- En el ser humano, algunos proce-
torial, que suele iniciarse en el hombre en sos endocrinos y lesiones hipotalámicas
la infancia y la adolescencia y que tiene su pueden producir obesidad por diferentes
origen en una interacción genética y am- mecanismos, aunque sólo representan una
biental. Existe evidencia de que un gran proporción muy pequeña del total de los
porcentaje de los casos de obesidad tie- casos. Entre ellos, los más frecuentes son
nen en su desarrollo un claro componente el hipotiroidismo, los trastornos del me-

[3
tabolismo de los corticoesteroides y al- los de padres delgados, al margen de los
gunos tumores y lesiones del hipotálamo, hábitos alimentarios y entorno comparti-
que producen trastornos del control del dos (Bouchard C, & Perusse L, 1988) y que
apetito (Jebb, 1997). reconocemos que hay individuos some-
En el perro, una de las enfermedades tidos a la misma actividad física e ingesta
más frecuentes que pueden originar una calórica y que ganan o pierden peso de
obesidad secundaria es el hipotiroidismo, forma muy distinta, tenemos que admitir
ya que cursa con una disminución del me- que los factores genéticos deben ser deter-
tabolismo basal y por tanto del consumo minantes de esta variación interpersonal
energético (Orera, 2000). En esta línea, el componente
También en el hiperadrenocorticismo genético afectaría a la respuesta a los otros
canino se induce la aparición de polifagia factores externos desencadenantes de la
(Zoran, 2010). obesidad de cada individuo (inactividad
La obesidad secundaria también puede física, sobreingesta, etc.), bien alterando
estar relacionada en el perro al exceso de el apetito, el gasto energético o ambos
insulina, tanto por un mal manejo iatrogé- (Grundy, 1998).
nico, como a su hiperproducción por un No obstante, la historia reciente nos
insulinoma. También las lesiones en el hi- pone de manifiesto que la susceptibilidad
potálamo ventro-medial causan polifagia genética de forma aislada no es suficien-
y en consecuencia obesidad (Brown FD et te, si no se añaden otros factores. Esto se
al., 1984). ha comprobado en campos de concen-
Algunos fármacos como los gluco- tración, en países del África subsahariana,
corticoides, progestágenos, fenobarbital y etc., donde encontrar el problema de la
benzodiazepinas, pueden inducir polifagia obesidad es una quimera (SEEDO, 1996).
ocasionando obesidad en el perro. En el caso veterinario se admite que
Está ampliamente reconocido que la cualquier perro puede desarrollar sobre-
esterilización es un factor de riesgo en el peso u obesidad, no obstante en la prácti-
desarrollo de la obesidad canina. (Edney, ca se demuestra que hay ciertas razas pre-
1974). Algunos estudios han podido cuan- dispuestas a obesidad (Parker et al., 2004).
tificar que los perros esterilizados tienen Por ello, varios autores mencionan la raza
un riesgo entre 2 y 3 veces mayor de de- como un factor de riesgo de obesidad en
sarrollar obesidad que los perros no este- el perro (McGreevy et al, 2005; Ishioka et al,
rilizados (Edney & Smith, 1986; Robertson 2007; Jeusette et al, 2009).
ID, 2003; Colliard et al., 2006). Así se ha encontrado una predisposi-
ción a la obesidad en ciertas razas caninas
como Labrador Retrevier, Boxer, Cairn
Ob e s i d a d pr imar ia Terriers, Scottish Terriers, Shetland Sheep-
Básicamente cuatro grupos de factores dogs, Baseet Hounds, Cavalier King Char-
intervienen en el origen de la obesidad les Spaniels, Cocker Spaniels, Dachshunds,
esencial o primaria: 1) factores genéticos/ Beagles (Edney et al., 1986, Lund et al.,
hereditarios 2) factores hormonales, 3) 2005, 2006) Border Collie, Staffordshire
factores socio-demográficos y 4) factores Bull Terrier (O´Neill, D.G., et al., 2014).
obesogénicos. Incluyendo en estos últimos Un último trabajo recientemente pu-
los hábitos de alimentación, la actividad blicado Such et al., en 2015, se concluyó
física y el modo/tipo de vida y, en el caso también que el estado de sobrepeso en pe-
de perro, la influencia del propietario. rros estaba asociado positivamente a tres
razas: Basset Hound, Labrador Retriever
y Pugs, y encontraron una curiosa corre-
F a c t o re s g en éticos/ lación positiva entre la obesidad y el color
h e re d i t a r i o s del pelaje del animal, siendo más significa-
Aceptando que la obesidad en última ins- tivos el sobrepeso en aquellos perros que
tancia se debe a un desajuste de control presentaban un color de pelaje más claro.
entre la energía ingerida y la consumida
en los procesos metabólicos (SEEDO,
2000), que los hijos de padres obesos tie-
nen un mayor riesgo de obesidad, que

4]
F ac to re s ho rmo n a l e s Similar a los seres humanos, en perros
En los últimos años se han publicado estu- y gatos la secreción de adipocinas del teji-
dios que han puesto de manifiesto la im- do adiposo parece estar desregulada en las
portancia de factores genéticos de modula- mascotas obesas (Radin et al., 2009; Davis
ción molecular/hormonal que determinan et al., 2013).
la susceptibilidad a la obesidad. Posiblemen- Sin embargo, en perros el incremento
te el descubrimiento de la leptina, de las de masa grasa está correlacionada positiva-
proteínas desacoplantes (UCPs), del neu- mente con la concentración de leptina en
ropéptido Y, la resistina, la grelina y alguna suero (Appleton et al., 2000; Sagawa et al.,
otra y la definición de sus receptores están 2002) mientras que la pérdida de peso pro-
siendo claves en el conocimiento de la ho- voca una disminución de la leptina circu-
meostasis energética en los mamíferos. Son lante, (Hoenig et al., 2007). Se ha comproba-
varios los aspectos a considerar, todos ellos do que las comidas altamente energéticas o
interrelacionados. Primariamente, posibles con un contenido rico en grasa, incremen-
alteraciones en el control central integra- tan la concentración de leptina tanto en
do de la ingesta y el gasto energético, pero perros como en gatos (Ishioka et al., 2005).
también, secundariamente, alteraciones en Otra importante adipocina de recien-
el reparto de nutrientes entre los tejidos y te descubrimiento es la adiponectina, que
su tasa de oxidación y en el desarrollo y es producida exclusivamente por adipoci-
metabolismo del tejido adiposo. tos maduros y circula en plasma en forma
La adipsina, los estrógenos y andróge- multimérica. Esta secreción está estimulada
nos, los retinoides, el angiotensinógeno, el por la insulina y constituyentes dietéticos
TNF-alfa y la leptina son algunas de las como aminoácidos. Los niveles de adipo-
proteínas y moléculas que son producidas nectina están inversamente correlacionados
y secretadas por el tejido adiposo, deno- con la masa grasa, con el contenido lipídi-
minadas colectivamente adipocitocinas o co hepático y con la dislipemia, pero está
adipocinas.Ya sea directa o indirectamen- positivamente correlacionada a la sensibi-
te modulan muchos procesos metabólicos lidad a la insulina. Los niveles plasmáticos
(Pickup & Crook 1998). de adiponectina son inferiores en sujetos
Aunque la función de muchas sus- con obesidad, diabetes mellitus tipo 2, en-
tancias adipocitarias no se conoce bien, fermedades cardiovasculares, hipertensión y
es sabido que algunas de ellas son seña- síndrome metabólico comparados con pa-
les que contribuyen a la regulación de cientes sanos. (Ziemke & Mantzoros, 2010)
la homeostasia energética, y así al propio La adiponectina tiene también efectos an-
crecimiento del tejido adiposo, vía efectos tiinflamatorios y antiaterogénicos
sobre los circuitos neuronales que con- La concentración de adiponectina en
trolan de manera integrada la ingesta y el plasma presenta una correlación negativa
gasto energético o vía efectos periféricos con el incremento de masa grasa. La ma-
sobre la distribución de nutrientes, la pro- yoría de los estudios confirman que los
liferación de preadipocitos, la adipogéne- niveles de adiponectina circulante son sig-
sis o el metabolismo del tejido adiposo y nificativamente más bajos en perros y gatos
otros tejidos. La producción de muchos obesos que perros y gatos con peso nor-
de estos compuestos está alterada en los mal. (Hoenig et al., 2007; Ishioka et al., 2009;
sujetos obesos, lo que puede contribuir al Grant et al., 2011; Muranaka et al., 2010).
desarrollo de las complicaciones médicas
de la obesidad.
El tejido adiposo blanco produce y F a c t ores sociodemogr áficos
secreta leptina, una adipocina, cuya con- E d a d y S ex o
centración en plasma esta correlacionado En casi todos los estudios realizados en
con la masa grasa corporal (Considine et al., adultos, en diversos países, la prevalencia
1996) que se incrementa o disminuye en de obesidad humana es más elevada en el
respuesta a la ganancia o pérdida de peso subgrupo masculino y aumenta a medida
respectivamente, pero la leptina además se que avanza la edad. Estas diferencias en
incrementa extremadamente en respuesta las distribuciones en función de la edad,
a la ingesta de alimento (Weigle et al., 1997; el sexo y el nivel de instrucción también
Romon et al., 1999). se han podido apreciar en España a partir

[5
del estudio ENRICA (Gutiérrez-Fisac et N i vel cul t ural
al., 2012) y en las Encuesta Nacional de En la mayor parte de los estudios epide-
Salud del 2012. Los índices ponderales y miológicos sobre la obesidad humana se
la prevalencia de obesidad aumentan con ha observado una relación inversa entre el
la edad en hombres y en mujeres, obte- nivel cultural y la prevalencia de obesidad,
niendo un valor máximo en torno a los de manera que a menor nivel de instruc-
60 años. La composición corporal también ción la prevalencia de obesidad era más
cambia con un aumento en la grasa cor- elevada. (Hermann et al., 2011). Éstos re-
poral y una disminución de la masa mus- sultados concuerdan con los encontrados
cular a medida que el individuo tiene más en un estudio realizado en España, donde
edad. (Colliard et al., 2006). se determinó una alta prevalencia en la
En los perros, las necesidades energé- obesidad abdominal en individuos con un
ticas de un animal de edad avanzada, sin bajo nivel cultural en comparación con los
actividad física, son un 20% inferior a las que tenían un alto nivel educativo (León-
de un perro adulto joven y activo. Se es- Muñoz et al., 2014).
tima que la prevalencia de obesidad y so- En un estudio nuestro realizado en
brepeso son mayores en perros de mediana 2007 sobre dueños de perros obesos, estos
edad, entre 6 y 10 años (Lund et al., 2006; tenían mayoritariamente bajo nivel de es-
Mao et al., 2013). En un estudio reciente tudios o no tenían estudios. Sin embargo,
se establece que la aparición de obesidad los dueños de perros normoponderales
en perros se da con más frecuencia a partir tenían en un 98% estudios medios o su-
de los 9 años. (Courcier et al., 2010). periores (Bautista et al., 2007).
El riesgo de obesidad de los perros se
incrementa también con el aumento de la N i vel soci oeconómi co
edad de los dueños (Courcier et al., 2010). La prevalencia de la obesidad humana es
Asimismo en una investigación realizada diferente en los países en vías de desarrollo
por, Heuberger et al., en 2011 se describe en relación a los países desarrollados, se-
como a medida que los dueños envejecen, gún su nivel socioeconómico. En general,
tanto los dueños como sus perros tienden en los países desarrollados, la prevalencia
a aumentar el porcentaje de sobrepeso. de obesidad es mayor en los grupos so-
A pesar de esto, en un estudio de cioeconómicos más deprimidos; por el
Nijland, et al., en 2010, no se encontró contrario, en los países en desarrollo es un
ninguna correlación significativa entre el problema que afecta con mayor frecuen-
grado de obesidad y la edad del perro, lo cia a los grupos sociales más acomodados
que sugirió que el efecto de la edad en el y especialmente a aquellos colectivos que
perro es menos importante que el efecto han incorporado estilos de vida occiden-
de exposición a un estilo de vida particu- tales, tal como avala el estudio realizado
larmente obesogénico. en la India, donde se muestra una rela-
En la especie canina la obesidad tiende ción de sobrepeso/obesidad con el nivel
a ser más prevalente en hembras (McGree- socioeconómico y el lugar de residencia.
vy et al., 2005), que constituyen un 60% de El sobrepeso surgía entre las personas ricas
los perros obesos (Colliard et al., 2006; Mao y urbanas de la India antes de extenderse
et al., 2013), datos que coinciden con los entre la población rural y los pobres (Sen-
resultados del estudio llevado a cabo por gupta et al., 2015).
Sallander et al., 2010 donde las hembras En los perros, el riesgo de obesidad y
tenían 2,17 veces más de posibilidades de sobrepeso tiene una asociación significativa
ser obesas que los machos. con los ingresos de los dueños. Los dueños
Algunos autores apuntan que tanto en que tienen ingresos altos, no alimentan a
perros machos como en hembras, la obe- sus perros con restos o sobras de comidas.
sidad tiene una prevalencia similar, aproxi- En un estudio se encontró que los propie-
madamente del 40% cuando los animales tarios con ingresos altos, consideraron la
tienen más de 12 años de edad (McGreevy condición corporal de sus perros más que
et al., 2005, Zoran, 2010). En otro estudio los dueños de menos ingresos (Courcier et
más reciente, tampoco se encontró asocia- al., 2011). Esto también se comprobó en
ción entre el sobrepeso del perro y el sexo otro estudio llevado a cabo en Reino Uni-
del animal (Such et al., 2015). do en el año 2014, donde el 90% de los

6]
propietarios de buen nivel socioeconómico sumo de comida rápida, siendo esto un
eran conscientes de las implicaciones ne- factor importante en el desarrollo de la
gativas de la obesidad para la salud de sus obesidad juvenil (Joseph et al., 2015).
mascotas (Rebekah et al., 2014). Otro importante motivo de sobre in-
Nuestro grupo también ha comproba- gesta es el estrés. La capacidad individual
do que los dueños de perros obesos tienen para controlar los niveles de estrés puede
significativamente un nivel socioeconómi- jugar un papel en la etiología de la obe-
co menor, que los dueños de perros nor- sidad. Es bastante frecuente que muchos
mo ponderales (Bautista et al., 2007). individuos utilicen la comida como forma
de liberar la tensión nerviosa y el estrés
producido por la sociedad moderna y ur-
F ac to re s o b e s o g é n i c o s / banizada, lo que favorecería el desarrollo
h áb ito s d e vid a de la obesidad (Jebb, 1997; Hill, 1998). Por
Como hemos citado repetidamente, el se- otra parte, las emociones tienen un pode-
dentarismo, los malos hábitos alimenticios roso efecto sobre la conducta alimentaria.
y el modo de vida, parecen ser las prin- Se conoce que existe una relación direc-
cipales causas de un balance energético ta entre la elección de alimentos (tipo y
negativo y del exceso de peso corporal. cantidad), las emociones y el aumento de
la ingesta de energía (Pontes et al., 2015).
Há bit o s a lim e n t a ri o s /f a c t o re s
nut r ic io na le s G ra sas y comi d as caseras
En el 377 a.C. Hipócrates de Cos pro- e n p erro
clamaba: ¡Que la comida sea tu alimento En el perro, el contenido de grasa cor-
y el alimento tu medicina!, posiblemente poral también está más estrechamente
una acertada aportación sobre prevención relacionado con el consumo de grasa en
de la obesidad en relación a los hábitos la dieta que con el consumo de hidratos
alimentarios. de carbono o proteínas. La mayoría de los
Debemos tener en cuenta, que en los estudios, sugieren que cuanto más alto sea
últimos años se ha producido un incre- el contenido de grasa en la dieta, mayor
mento en el aporte calórico de la dieta, será la acumulación de grasa corporal en
concretamente en España es actualmente los animales de compañía y por lo tanto
superior en un 50% al de hace 30 años de obesidad. (Nguyen et al., 2004; German
(Gutiérrez Fisac, 1998). et al., 2006; Backus et al., 2007; Serisier et
Por otra parte, se ha estimado un ma- al., 2008; Heuberger & Wakshlag, 2011).
yor riesgo de obesidad en las personas con Algunos dueños alimentan a sus perros
bajo consumo de frutas y verduras y una con comida casera y sobras de comida que
dieta con un contenido elevado de gra- contienen altos niveles de hidratos de car-
sas. Aunque otros estudios no muestran bono y ácidos grasos saturados, excedien-
ninguna diferencia sobre el peso cuando do las necesidades nutricionales del animal
comparan dietas con alto contenido graso (Sallander et al., 2010). Por tanto, es más
respecto a dietas con alto contenido en probable que los perros alimentados con
carbohidratos si el contenido calórico es estas dietas preparadas en casa se vuelvan
el mismo (Liebel et al., 1992). obesos que los alimentados con piensos
Respecto a los hábitos de alimenta- comerciales. (Serisier et al., 2008; Courcier et
ción actuales, merece la pena subrayar al., en 2010; Heuberger & Wakshlag, 2011).
que la mayoría de los países desarrollados Por último, en la experiencia de Mao
ha creado un ambiente que conduce con et al., en 2013, se confirmó que tomar co-
gran fuerza hacia un balance energético mida no comercial es un factor de riesgo
positivo, ya que existe una fácil accesibi- para la obesidad en perro respecto al ali-
lidad a alimentos apetitosos, de alto valor mento comercial.
energético y en contenido graso y de bajo
precio, disponible casi en cualquier lugar, y S o b reconsumo
que apenas necesitan preparación. En estu- El sobreconsumo es una importante
dios recientes, se muestra que desde edades causa de obesidad en perros. A veces, el
muy tempranas existen desequilibrios en la propietario alimenta a su animal porque
dieta con una elevada incidencia del con- piensa que eso le gusta y le parece que no

[7
hay mejor forma de demostrarle su afecto 2012). La salud del perro, en muchas oca-
que sobrealimentándole. Las personas que siones refleja la salud y el grado de acti-
sobrealimentan a sus animales lo hacen vidad de sus propietarios (Courcier et al.,
por otros varios motivos, interpretan el 2010, Nijland et al., 2010).
hecho de comer como un signo de buena Es muy importante destacar que va-
salud y no tienen en cuenta las calorías rios estudios han demostrado la poca im-
aportadas por las golosinas o cualquier portancia que le dan los dueños obesos,
otro alimento suministrado fuera de las al ejercicio físico de sus perros (Kienzle
horas de comida. Lo pueden hacer tam- et al., 1998; Cutt H et al., 2008 Christian
bién por remordimientos por haber de- et al., 2013).
jado al animal solo y en general por an- Aunque el ejercicio moderado y regu-
tropomorfismo en las relaciones hombre/ lar es defendido en prácticamente todos
perro (Kienzle E et al., 1998) los programas veterinarios de control de
Sin embargo, algunos estudios (Robert- peso (Banning, 2005), son necesarios más
son, 2003), afirman que las casas donde ha- estudios para investigar el tipo y duración
bía un solo un perro tendía a ser más obe- de actividad física para la prevención y
so que en casas donde había más perros y manejo de la obesidad en los animales de
que cuando los perros eran alimentados compañía porque la cantidad óptima de
en hogares con varias personas, estos eran actividad física para prevenir o manejar la
más obesos. obesidad en perros y gatos no ha sido aún
determinada (Roudebush et al., 2008).
S e d e n t a ri s mo en humanos.
La obesidad es más frecuente en las per- Rel aci ones con el p rop i et ario.
sonas sedentarias, en relación con las que S ob re- humani z aci ón.
practican habitualmente ejercicio físico. Según la literatura existente (Cavanaugh
Estudios recientes muestran que la obesi- et al., 2008) se sugiere que las relación
dad está asociada a personas que ven más humano-mascota doméstica representa
tiempo la tele y dedican menos tiempo a una unión única y duradera en el tiem-
hacer ejercicio. (Takken et al., 2012; Serra- po con una calificación completamente
Majem & Bautista-Castaño, 2013; León-Mu- distinta que las relaciones interpersonales.
ñoz et al., 2014; Bell et al., 2015). Los dueños de perros obesos, creen que
sus perros son sustitutos de las relaciones
E j e rc i c i o f í s ico p erros. humanas y los consideran como miembros
El riesgo de sufrir obesidad en perros es de la familia, consintiéndoles caprichosos e
inversamente proporcional a la cantidad incluso cada miembro de la familia adop-
de ejercicio semanal realizado, ya que ta un rol y unas responsabilidades con su
cada hora de ejercicio semanal hace re- mascota tratándoles como si se tratara de
ducir la tasa de obesidad (Robertson, 2003). sus hijos (Maharaj et al., 2015). Además
Los perros obesos pasan significativamente gastan más tiempo en determinadas acti-
menos tiempo en actividades físicas de in- vidades como es estar durante las comidas,
tensidad vigorosa que los perros de peso preparárselas y hablar con ellos a cerca de
ideal (Morrison et al., 2013; Roudebush et varios temas (Kienzle et al., 1998). Ellos
al., 2008) y es que, la obesidad en perros además perciben que el ejercicio, el traba-
se asocia con una menor intensidad de jo o la protección proporcionada por sus
actividad vigorosa, tal y como ocurre en perros son menos importantes.
los seres humanos (Robertson et al., 2003).
Jeusette et al., 2006, demostraron que los P ercep ci ón d e l os d ueños sobre
perros que se sometían a una dieta pobre l a cond i ci ón corp oral d e sus
en alimentos energéticos ad libitum, per- p erros.
dían peso si realizaban más ejercicio. Según Rebekah et al., en 2014, en una
Por tanto, realizar actividad física, de experiencia realizada en Reino Unido, la
manera regular, es beneficioso para la sa- mayoría de los dueños estimaron incorrec-
lud de los perros y de sus propietarios y tamente la CC de sus perros tendiendo a
además juega un papel importante en la normalizarla. Lo que sugiere que los pro-
prevención y tratamiento de numerosas pietarios no están dispuestos a aceptar que
causas de morbilidad y mortalidad (WHO, su perro es obeso, similar a los padres en

8]
las actitudes hacia la obesidad infantil. Los mente relacionadas en sus factores etio-
dueños de perros con sobrepeso aparentan patogénicos que gravitan sobre el exceso
“normalidad” a la hora de tener una per- de consumo y la falta de gasto energético.
cepción del estado corporal de estos. Esto En ambas especies y en el desarrollo de
ha sido encontrado en estudios humanos esta enfermedad influyen factores genéti-
(Johnson-Taylos, 2008) cos, pero sin duda los condicionantes pe-
White et al., en 2011, publicaron un ristáticos obesogénicos tienen una mayor
trabajo donde la mayoría de los propie- influencia. Los avances que se hagan en
tarios informaron que habían discutido el conocimiento íntimo de estas variables
la cuestión de peso de su perro en algún serán muy beneficiosos para el control
momento con un veterinario. También de esta pandemia, que afecta por igual al
encontraron que la valoración que el ve- hombre y a sus animales de compañía.
terinario hace acerca de la CC del perro,
en comparación con la que hace su dueño, (Extracto del discurso de ingreso en la Real
varía dependiendo de la categoría de CC: Academia de Ciencias Veterinarias de España,
para los perros con bajo peso, no existió tal pronunciado por el Excmo. Sr. Dr. D. José Al-
diferencia, sin embargo, cuando se trataba berto Montoya Alonso, en el acto de su toma
de valorar a perros con sobrepeso u obe- de posesión como académico de número electo
sos, el desacuerdo fue mayor que cuando el día 20 de Febrero de 2017)
ellos lo valoraban como peso normal. Los
datos muestran claramente que algunos
propietarios expresan un punto de vista
diferente al veterinario con respecto a lo
que constituye un peso saludable, o lo que
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es apropiado para el animal. Los propie-
tarios son reacios a aceptar este juicio y 1. Appleton, D.J., Rand, J.S., Sunvold, G.D., 2000.
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tores peristáticos que influían en el desa- 191-199.
rrollo de la obesidad canina, como la zona 2. Backus, R.C., Cave, N.J., Keisler, D.H., 2007.
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perro y los miembros de la familia que in- high dietary carbohydrate induce gains in body
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bles estaban asociados significativamente 3. Banning, M., 2005. Obesity: pathophysiology
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