Fecha 1898–1901
Lugar Bolivia
Victoria liberal y traslado de dos poderes a La Paz volviéndose la sede de
Resultado
gobierno.
Beligerantes
Partido Liberal con apoyo indígena Partido Constitucional
Comandantes
Cnl.José Manuel Pando
Severo Fernández Alonso Caballero
Willka
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Índice
1 Antecedentes
o 1.1 Sucre, capital de la República
o 1.2 Intentos de federalizar Bolivia
o 1.3 Ley de Radicatoria
2 Comienzo de la guerra civil
3 Fin de la guerra
4 Bibliografía
5 Enlaces externos
Antecedentes
La derrota en la Batalla del Alto de la Alianza, que fue el fin de la Guerra del Pacífico (para
Bolivia ya que no volvió a participar en ella), dividió a la población boliviana entre “los
guerristas”, que eran partidarios de recobrar, por lo menos, un buen espacio en el litoral
perdido y tener un paso autónomo al mar, y “los pacifistas”, que deseaban el fin de la
guerra y un acuerdo pacífico con Chile.
Ello originó el nacimiento de dos partidos políticos antagónicos: los guerristas con el
Partido Liberal y los pacifistas con el Partido Conservador.
Los conservadores, a la cabeza de Aniceto Arce y Mariano Baptista, entre otros personajes,
tenían a Sucre como su asiento y habían ganado las últimas elecciones del siglo XIX:
Gregorio Pacheco (1884-1888), Aniceto Arce (1888-1892), Mariano Baptista (1892-1896)
y Severo Fernández Alonso (1896-1898).
Los liberales, encabezados por Narciso Campero y Eliodoro Camacho, comandante y jefe
de Estado Mayor respectivamente, de las fuerzas Perú-Bolivia derrotadas en el Alto de La
Alianza en 1880, tenían a La Paz como su plaza fuerte tras el triunfo obtenido en las
elecciones municipales de ese distrito.
La tesis para asentar la sede de gobierno en La Paz fue la necesidad de “atender las
relaciones internacionales y la administración interna”.
Hasta el fin de la Guerra del Pacífico, en el año 1880, la sede del Poder Ejecutivo
funcionaba donde el presidente de turno se encontraba. Inclusive se llegó a decir que “la
Presidencia de Bolivia tenía su sede en la cabalgadura del mandón de turno y en el lugar
donde el mandatario sofocaba una revolución o asonada”. De ahí que la historia relata que
el Congreso desde 1825 hasta 1900 se reunió en 29 oportunidades en Sucre, 20 en La Paz,
siete en Oruro, dos en Cochabamba y una en Tapacarí.
Esos motivos, entre muchos otros, y el triunfo de los liberales en las elecciones municipales
de La Paz, desconocidas por el gobierno de Severo Fernández Alonso, fueron el detonante
de una corriente incontrolable de disturbios en La Paz, el posterior decreto de un estado de
sitio y el desconocimiento a las actuaciones del gobierno municipal “impuesto por la
fuerza”.
El problema de la capitalidad —término utilizado por primera vez por el historiador Julio
César Velásquez— surgió desde el mismo nacimiento de Bolivia a la vida independiente,
tras el traslado de la sede del Congreso de Oruro a Sucre —a partir del Decreto Supremo
del Mariscal Sucre, del 9 de febrero de 1825—, donde finalmente se resolvió el destino de
las provincias del Alto Perú.
Mediante Ley del 1 de julio de 1826, el Congreso entregó al “Padre de la patria y fundador
de Bolivia, Simón Bolívar”, la facultad de designar el lugar donde se erigirían los edificios
necesarios para el funcionamiento de los tres poderes del Estado.
“Mientras se levanten los edificios necesarios para el Gobierno y cuerpo legislativo,
Chuquisaca se declara capital provisoria de la República”, añadió la norma en aquel
entonces.
Para el efecto, en esos años se aceleraba la construcción del palacio de gobierno, además de
puentes y carreteras, en el afán de cohesionar una obra de política nacional. A partir de ello,
nació la idea de la “Ley de Radicatoria”, que era considerada como hostil e irritaba al
pueblo de La Paz.
De esa manera, la histórica rivalidad entre norte y sur, se acentuó entre la brigadas
parlamentarias de Chuquisaca y La Paz, tensionando al extremo el ambiente político, pero
la hábil pericia propia de políticos añejos permitió que esta iniciativa pasara a la comisión
respectiva para quedar en el archivo temporalmente.
Ramiro Condarco señala en su libro Zárate. El "Temible" Willka (1983:62) que ese
proyecto federalista es de autoría del Cochabambino Lucas Mendoza de la Tapia y fue
discutido en 1871, no en 1889.
Ley de Radicatoria
El Palacio de Gobierno de Sucre, usado solamente entre 1896 y 1899; actual prefectura de
Chuquisaca.
La rivalidad entre ambos bandos hizo crisis en los últimos meses de 1898, más propiamente
en la sesión matinal ordinaria cuadragésima sexta del 31 de octubre de 1898, cuando la
representación de Sucre integrada por José María Linares, Isaac Vincenti, Fanor G.
Romero, Napoleón García Romero, José María Urdininea, Juan María Fernández de
Córdoba, Nicolás Ortiz, N. Rojas Estensoro y Julio M. Trigo, propuso el proyecto de “Ley
de Radicatoria”, que establecía por disposición legal que la permanencia fija del Poder
Ejecutivo quedaba en Sucre. La reacción no fue la esperada. A contrapropuesta, la brigada
de La Paz planteó otro proyecto de ley para el traslado del Poder Legislativo a
Cochabamba.
Del otro lado, en Sucre, hubo manifestaciones públicas de apoyo al régimen unitario en
medio de condenas a las proposiciones norteñas.
En Challapata se enteró que más de 2.000 armas habían sido adquiridas por los rebeldes
paceños, lo que le hizo comprender que la tarea de apaciguamiento sería dura y difícil.
Desconfiando de la lealtad de los paceños al interior del Ejército, los retiró. En cambio,
para reforzar las fuerzas leales al gobierno, pidió a las autoridades de Sucre que reclutasen
voluntarios.
Entre tanto los pueblos de Bolivia, o negaban, como Potosí, entre mofas y silbidos su
cooperación al sud, o permanecían impasibles como Santa Cruz y Tarija, o se apresuraban a
secundar la revuelta como Cochabamba, Camargo y Tupiza.
El segundo y decisivo encuentro bélico se concretó dos meses más tarde, el 10 de abril de
1901. En el Segundo Crucero de Paria, se encontraron las fuerzas de Alonzo y del Coronel
Pando, después de una valiente lucha en la que ambos bandos se batieron con valentía el
ejército paceño salió victorioso. En la refriega murieron 117 hombres y cayeron 120
heridos de ambos bandos tras cuatro horas de combate.
La derrota del ejército chuquisaqueño fue contundente. Según refieren los libros, 36
prisioneros chuquisaqueños fueron trasladados a La Paz, los derrotados retrocedieron a
Oruro, el presidente Fernández Alonso huyó a Chile dejando tirada la Presidencia de la
República en el campo de batalla. Los integrantes de las fuerzas chuquisaqueñas retornaron
a sus hogares con la amargura de las dos derrotas.
Fin de la guerra
La noticia de la derrota y la huida del Presidente Alonzo a Chile obligaron a las fuerzas
chuquisaqueñas a pedir se detenga esta fratricida contienda.
Bibliografía
Roberto Querejazu C. “La mal llamada Guerra Federal”.
Julio César Velásquez A. “Acerca de la capitalidad de la República de Bolivia”.
Alberto Rodríguez F. Documentos para la Historia de la Guerra Civil 1898-1899.
Carlos Ponce S. y Ana M. Montaño D. “La Revolución Federal de 1898-1899”.
Joaquín Loayza:. “Agua del Ministerio Número Cuatro”. Biblioteca de la Casa de la
Libertad.
Archivo y Biblioteca Nacionales de Bolivia.
Historia de Bolivia,5º edición, editorial Gisbert.
Enlaces externos
Periódico Los Tiempos - Portada de la edición digital
Mira Bolivia - Foro: Breve historia de la Guerra Civil 1898-1899
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Poder Ejecutivo
Desde los principios de la humanidad, el Ser Humano supo relacionarse con otros
individuos aprendiendo que de este modo podía tener mayor acceso a Mejores Bienes y
Recursos, y es así que formó lo que abrió paso a las primeras Aldeas o Tribus y a distintas
comunidades que derivaron en las Sociedades Primitivas, que crecieron a pasos agigantados
y sumaron cada vez más miembros a un Grupo Social, requiriendo actuar entre distintos
conflictos y funcionar mediaciones.
Es así que las primeras voces de Autoridad fueron comprendidas por los Más Fuertes de
una tribu determinada, quienes realizaban distintas proezas para poder mostrar su Poderío o
Maestría, teniendo la elección de este líder en forma arbitraria y autoritaria, fundamentada
en su Fuerza o Destreza Física, mientras que por otro lado continuaron los modelos en los
que este rol era ejercido por el Consejo de Ancianos, donde la sabiduría y la toma de
decisiones se fundamentaba con la edad.
En el mundo moderno esto fue dejado de lado con el surgimiento de la Política y las
distintas corrientes filosóficas que se fundamentaban en distinta formas de Gobierno y
Poder, estableciéndose además la aplicación del Estado como consecuencia de una
Constitución Nacional donde se asienta no solo los límites y derechos de los ciudadanos,
sino también la Forma de Gobierno y los alcances que ésta tiene.
Es allí cuando aparece la figura del Poder Ejecutivo, siendo una de las tres facultades que
tiene el Estado y el organismo que se encarga de ejecutar el Cumplimiento de las Leyes, a
través de la figura que tiene como Jefe de Estado, siendo elegida por el voto popular o por
designación de lo que está estipulado en la Carta Magna o Ley Fundamental anteriormente
mencionada.
Como cabeza visible y director de todas las funciones que rigen al país, el Jefe de Estado es
además el órgano que impulsa y gestiona la correcta aplicación de las leyes, exigiendo su
cumplimiento tras el rol del Poder Legislativo en la promulgación de las mismas, y por otro
lado el Poder Judicial que se encarga de hacerlas respetar, ratificar o invalidarlas, por lo que
se encarga de cordinar y ejecutar el final del recorrido de este proceso.
Entre las distintas incumbencias y roles que éste poder conlleva está el dictado de Normas
Especiales que son potestad del mismo, como lo son los Decretos de Reglamentación que
permiten definir la forma en la cual es aplicada una ley en particular y los instrumentos que
tendrá disponibles, los Decretos Instructivos como también la promulgación de
Resoluciones del Poder Ejecutivo sobre las promulgaciones que son llevadas a cabo en el
Boletín Oficial y ponen al conocimiento del pueblo las leyes aceptadas.
Este poder lo suele ejercer el gobierno por parte del Jefe del Estado. Se distingue así del
poder legislativo, que promulga o revoca leyes, y del poder judicial, que interpreta, hace
respetar o invalida las mismas.
Índice
1 Derecho público
2 Divisiones del poder ejecutivo
3 Situación por países
4 Véase también
5 Referencias
Derecho público
La doctrina jurídica del Derecho Administrativo y del Constitucional plantea una
disyuntiva de tipo nominal para designar a este poder del Estado.
1. Función Política: tiene por objeto dirigir al conjunto de la sociedad por el camino
que permita satisfacer en mejor forma sus fines específicos, tomando decisiones
ante situaciones nuevas que no están reguladas por la ley, como por ejemplo:
nombrar ministros de Estado, aprobar o no tratados internacionales, realizar
intercambios comerciales en uno u otro país, etc.
2. Función Administrativa: por esta función se desarrollan los fines específicos del
Estado, sujetos a la ley (las actividades que realizan los ministerios, gobernaciones,
intendencias, empresas del estado, etc.)
3. Función Reglamentarista: por vía de decretos y resoluciones. Para poder realizar
su trabajo el Ejecutivo dispone de potestad reglamentaria, en virtud de la cual puede
dictar reglamentos, decretos de instrucciones que deben ser cumplidos por los
ciudadanos.
Establece la forma en que se cumplirán las leyes.Provee de los recursos económicos para que las
leyes se cumplan.Supervisa el cumplimiento de las leyesProvee los servicios públicos como son
educación, servicios de salud, carreteras, puentes, cuidado ambiental, fuentes de energía,
etc.Garantiza el bienestar de todas las personas que habitan en el territorio peruano, a través de
programas sociales, de vivienda, de seguridad social, promoción del empleo, etc.Promueve el
desarrollo económico.Vela por la seguridad nacional y el orden público.La mayoría de sus
funciones las debe realizar en coordinación con los Gobiernos regionales.