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Universidad Nacional de San

Agustín
Facultad De Ingeniería Geológica

“Primer año”
Curso: Mecánica
Presentado Por:
Adonis Jeison Huahuacapa Bernedo
Tema:
Investigación sobre “Origen del Sol, La Tierra y
La Vida”
Arequipa – Perú
2014
¿Cuándo se forma el Sol?
El Sol se formó hace 4650 millones de años y tiene combustible para 5500 millones
más. Después, comenzará a hacerse más y más grande, hasta convertirse en
una gigante roja. Finalmente, se hundirá por su propio peso y se convertirá en
una enana blanca, que puede tardar un billón de años en enfriarse. Se formó a partir
de nubes de gas y polvo que contenían residuos de generaciones anteriores de
estrellas. Gracias a la metalicidad de dicho gas, de sudisco circumestelar surgieron,
más tarde, los planetas, asteroides y cometas del Sistema Solar. En el interior del Sol
se producen reacciones de fusión en las que los átomos de hidrógeno se transforman
en helio, produciéndose la energía que irradia. Actualmente, el Sol se encuentra en
plena secuencia principal, fase en la que seguirá unos 5000 millones de años más
quemando hidrógeno de manera estable.

Cada segundo se transforman 700 millones de toneladas de hidrógeno en cenizas de


helio, este proceso transforma 5 millones de toneladas de materia en energía, lo que
da como resultado que el Sol cada vez se vuelve más liviano.
Llegará un día en que el Sol agote todo el hidrógeno en la región central al haberlo
transformado en helio. La presión será incapaz de sostener las capas superiores y la
región central tenderá a contraerse gravitacionalmente, calentando progresivamente
las capas adyacentes. El exceso de energía producida hará que las capas exteriores del
Sol tiendan a expandirse y enfriarse y el Sol se convertirá en una estrella gigante roja.
El diámetro puede llegar a alcanzar y sobrepasar al de la órbita de la Tierra, con lo
cual, cualquier forma de vida se habrá extinguido. Cuando la temperatura de la región
central alcance aproximadamente 100 millones de kelvins, comenzará a producirse la
fusión del helio en carbono mientras alrededor del núcleo se sigue fusionando
hidrógeno en helio. Ello producirá que la estrella se contraiga y disminuya su brillo a la
vez que aumenta su temperatura, convirtiéndose el Sol en una estrella de la rama
horizontal. Al agotarse el helio del núcleo, se iniciará una nueva expansión del Sol y el
helio empezará también a fusionarse en una nueva capa alrededor del núcleo inerte -
compuesto de carbono y oxígeno y que por no tener masa suficiente el Sol no
alcanzará las presiones y temperaturas suficientes para fusionar dichos elementos en
elementos más pesados- que lo convertirá de nuevo en una gigante roja, pero ésta vez
de la rama asintótica gigante y provocará que el astro expulse gran parte de su masa
en la forma de una nebulosa planetaria, quedando únicamente el núcleo solar que se
transformará en una enana blanca y, mucho más tarde, al enfriarse totalmente, en
una enana negra. El Sol no llegará a estallar como una supernova al no tener la masa
suficiente para ello.

Si bien se creía en un principio que el Sol acabaría por absorber a Mercurio, a Venus y
a la Tierra al convertirse en gigante roja, la gran pérdida de masa que sufrirá en el
proceso hizo pensar por un tiempo que la órbita terrestre -al igual que la de los demás
planetas del Sistema Solar- se expandiría posiblemente y salvaría a nuestro planeta de
ese destino. Sin embargo, un artículo reciente postula que ello no ocurrirá y que las
interacciones mareales, así como el roce con la materia de la cromosfera solar, harán
que nuestro planeta sea absorbido. Otro artículo posterior apunta en la misma
dirección
¿Cuándo se forma la Tierra?

Es necesario situarnos hace más de 4.500 millones de años en el tiempo, en un


momento en el que el Sistema Solar estaba en formación. Obviamente, no podemos
disociar la Tierra del Sol y el resto de planetas del sistema, pues su origen está
estrechamente relacionado con éstos, tal como sus movimientos en el día de hoy.
Hace unos 4.600 millones de años, el Sistema Solar estaba en formación y era una
nebulosa de polvo y gases que se había condensado en una parte de la Vía Láctea.
Parte de esta masa se convirtió en una esfera incandescente, el Sol, y otras masas se
formaron a su alrededor, comenzando a orbitar alrededor de él: los planetas. Entre
ellos, por supuesto, encontramos la Tierra.

La Tierra se formó hace unos 4.650 millones de años era una inmensa bola
incandescente… Después, poco a poco, se fue enfriando y sus elementos se unieron en
capas que posteriormente constituyeron la corteza. El interior continuó caliente y los
volcanes entraron en erupción arrojando gases que originaron la atmósfera; En la
atmósfera había gran cantidad de vapor que se convirtió en lluvia, formando así los
primeros océanos y los continentes. Con la presencia de estos componentes
aparecieron las primeras formas de vida, las primeras plantas y animales,
principalmente en el mar.

Al multiplicarse las plantas terrestres, aumento el oxígeno de la atmósfera, lo que


provocó que el planeta fuera más apto para la vida. Así las plantas comenzaron a
diversificarse. Muchísimos años después aparecieron sobre la Tierra los primeros seres
humanos.
¿Fueron las Bacterias las Primeras Formas de Vida en la
Tierra?

Desde que se ha sabido acerca de ellas, los científicos han pensado que las bacterias
simples son el eslabón con las formas de vida más tempranas. Sin embargo, una
evidencia cada vez mayor sugiere que lo tenemos al revés – ¿sería posible que los
secretos acerca del origen de la vida estén escondidos dentro de nosotros?

Cuando la mayoría de nosotros pensamos acerca de la evolución, nos inclinamos a


pensar en ella en términos de organismos simples que evolucionan hacia organismos
más complejos. Reacciones químicas simples que evolucionaron hacia células simples,
las cuales más tarde evolucionaron hacia organismos más complejos, y así
sucesivamente hasta llegar a los humanos. Ya no se cree más en que los humanos
están en la cima de la escala evolutiva, pero la evolución sí tiene tendencia a dirigir a
los organismos hacia una complejidad mayor, ¿o no?

Sin embargo, este no es siempre el caso. Más bien, aquellos organismos que producen
la mayor cantidad de descendencia, simple o compleja, son más exitosos. Una mayor
complejidad es a veces resultado de la evolución, pero la simplificación también puede
ser una estrategia exitosa – todo depende del medio ambiente. Sin embargo, la
mayoría de los científicos sostienen que los primeros organismos de la tierra fueron
muy similares a las bacterias de hoy en día. Pero varias características de la
bioquímica de la vida sugieren que después de todo, las bacterias no son tan antiguas.
De hecho, en cierta forma, las células de nuestros propios cuerpos nos dicen más
acerca de la evolución de la vida que lo que lo hacen las bacterias. La clave está en el
descubrimiento que llevó a que Sidney Altman y Tom Cech se ganaran el Premio Noble
de Química en 1989.

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