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República de Colombia

Corte Suprema de Justicia

CORTE SUPREMA DE JUSTICIA


SALA DE CASACIÓN LABORAL

CARLOS ERNESTO MOLINA MONSALVE


Magistrado Ponente

Radicación n° 40541
Acta No. 09

Bogotá, D.C., veinte (20) de marzo de dos mil trece


(2013).

Decide la Corte el recurso de casación interpuesto por


el señor HERMENEGILDO RIVERO GALVIS, contra la
sentencia proferida el 10 de noviembre de 2008, por la Sala
Laboral del Tribunal Superior del Distrito Judicial de
Bucaramanga, en el proceso adelantado por el recurrente
contra la sociedad INGENIEROS TÉCNICOS
ELECTRICISTAS –INGELTEC LTDA- y, solidariamente, la
EMPRESA COLOMBIANA DE PETROLEOS – ECOPETROL.

I. ANTECEDENTES

El señor HERMENEGILDO RIVERO GALVIS, llamó a


juicio a la sociedad INGENIEROS TÉCNICOS
ELECTRICISTAS –INGELTEC LTDA- y, solidariamente, a
Radicado N° 40541

la EMPRESA COLOMBIANA DE PETROLEOS –


ECOPETROL-., con el fin de que se declare que son
responsables del accidente de trabajo que sufrió el 11 de
noviembre de 1999 y, en consecuencia, sean condenados a
reconocerle y pagarle, debidamente indexada, la
indemnización total y ordinaria de los perjuicios materiales,
morales, fisiológicos, según las voces del artículo 216 del
Código Sustantivo del Trabajo.

En lo que rigurosamente concierne al recurso


extraordinario, al actor fundó sus pretensiones en que
estuvo vinculado con la sociedad Ingenieros Técnicos
Electricistas – INGELTEC LTDA, mediante contrato de
trabajo, en el cargo de técnico electricista, en la modalidad
de “obra o labor contratada”, desde el 3 hasta el 14 de
noviembre de 1999; que la firma Ingenieros Técnicos
Electricistas – INGELTEC LTDA- celebró con ECOPETROL
S.A., el contrato SPV-MTO-092-99 cuyo objeto era la
“Ejecución de labores de rocería y mantenimiento de las
líneas de alimentación eléctrica de 13.200 voltios en la
Estación Santos”, contrato que debía ejecutarse en la Vereda
Provincia del Municipio de Sabana de Torres; que estuvo
vinculado con la firma INGELTEC LTDA, como técnico
electricista, precisamente para la ejecución del contrato en
precedencia; que el salario diario ascendió a la suma de
$27.009,00 pero “habiéndose retirado el 14 de noviembre de
1999 con un salario promedio diario de $31.337, equivalente
a un salario promedio mensual de $940.110,oo”; que el 11
de noviembre de 1999, los representantes de INGELTEC
LTDA y ECOPETROL, acordaron desenergizar el circuito

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entre las 1:30 y 5 P.M., para que dentro de este horario


trabajaran los funcionarios de INGELTEC LTDA; que ese
mismo día, cuando se encontraba realizando
mantenimiento a los circuitos eléctricos, un supervisor de
Ecopetrol, sin cumplir las formalidades de seguridad
pertinentes, procedió a energizar el circuito, recibiendo la
descarga que le dejó pérdida total de uno de los miembros
superiores y graves secuelas en varias partes del cuerpo,
para toda la vida; que el accidente de trabajo ocurrió por
falta de coordinación entre el operador de Ecopetrol y las
personas involucradas directamente en la obra, pero
especialmente por el incumplimiento, por parte el empleado
de Ecopetrol, de las medidas de seguridad previstas en las
“Tarjetas de PERMISO PARA TRABAJO ELECTRICO y de
OPERACIONES”, y que, ante Ecopetrol S.A., agotó la
reclamación administrativa.

II. RESPUESTA A LA DEMANDA

La EMPRESA COLOMBIANA DE PETROLEOS S.A.,


ECOPETROL S.A., al contestar el escrito iniciador de la
contienda, se opuso a la viabilidad de las súplicas y
propuso como excepciones las de buena fe, genérica, pago y
prescripción.

Por su parte, la sociedad INGELTEC LTDA, no


contestó la demanda.
III. SENTENCIA DE PRIMERA INSTANCIA

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La primera instancia la desató el Juzgado Laboral de


Barrancabermeja, que condenó solidariamente a las
demandadas a reconocer y pagar al actor la indemnización
total y ordinaria de perjuicios materiales por valor de
$380.934.999, que corresponden a $134.210.737,61 por
concepto de indemnización consolidada y $246.724.261,94
a título de indemnización futura; por perjuicios morales 230
salarios mínimos legales para el momento en que cobre
ejecutoria la decisión, y las absolvió del pago de la
“indemnización fisiológica y de la indexación”.

IV. SENTENCIA DE SEGUNDA INSTANCIA

El Tribunal Superior del Distrito Judicial de


Bucaramanga, al conocer del recurso de apelación
interpuesto por Ecopetrol S.A., mediante sentencia
calendada 10 de noviembre de 2008, revocó la decisión de
primer grado en cuanto “a la responsabilidad solidaria que
motivó la condena para Ecopetrol”, para en su lugar
absolverla de las condenas impuestas por el juez de primer
grado. Sin costas.

El juzgador inicialmente adujo que en el proceso


constituyen aspectos marginados del debate la existencia de
la orden de trabajo SPV-MTO-092-99, suscrita entre
Ecopetrol S.A. y la firma Ingeltec Ltda, cuyo objeto fue la
“ejecución de labores de rocería y mantenimiento de líneas de

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alimentación eléctrica de 13200 votios en la estación Snatos”,


el contrato de trabajo suscrito entre Ingeltec Ltda y el actor,
así como la ocurrencia del siniestro que causó graves
secuelas al trabajador demandante.

Posteriormente, tras referirse al artículo 34 del Código


Sustantivo del Trabajo, asentó que no basta que el ejecutor
sea un contratista independiente, sino que entre el contrato
de obra y el de trabajo medie una relación de causalidad, la
cual consiste en que la obra o labor pertenezca a las
actividades normales o corrientes de quien encargó su
ejecución, pues si es ajena a ella, los trabajadores del
contratista independiente no tienen contra el beneficiario
del trabajo la acción solidaria que consagra el nombrado
texto legal.

Enseguida el juzgador copió el artículo 1º del Decreto


3164 de 2003, que establece, para los efectos del artículo
1º del Decreto 284 de 1957, las labores propias y esenciales
de la industria del petróleo y sostuvo que “las normas
preinsertas indican sin lugar a equívocos la taxatividad de
las labores que quedan inmersas dentro de las propias y
esenciales de la industria del petróleo. Por lo tanto, no se
requiere ningún esfuerzo para concluir que la ejecución de
labores de rocería y mantenimiento de líneas de alimentación
eléctrica, su encuentran excluidas de esta particular
connotación. Incluso, en el texto del Decreto Legislativo 284
de 1957, no se encuentra contemplada la labor que la parte
actora desde la instauración de la demanda pretendió

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Radicado N° 40541

adecuar a las propias de la actividad petrolera, en su


estrategia para edificar la solidaridad respecto a la estatal
petrolera. En efecto, la citada normatividad en su artículo 1o
determinó que “son labores propias de la exploración
explotación, transporte y refinación de Petróleo, los trabajos
geológicos, geofísicos, de perforación con taladro, de
extracción y almacenamiento del crudo, y los de construcción,
operación y mantenimiento de oleoductos y refinerías y todas
aquellas otras que se consideren esenciales a la industria del
petróleo”.

Refiriéndose a la declaración rendida por el señor


Gerardo Pinilla Rueda, dijo el juez de apelación que al
explicar el significado de la labor de “rocería”
(fi. 134), aseveró que “es una limpieza que se hace para las
líneas eléctricas de alta tensión al lado de donde pasa la
línea, se limpia de monte, árboles y acondicionamiento de
pararrayos, línea que suministra energía al campamento y
polideportivo, campamento en donde estamos alojados las
personas que trabajamos en Ecopetrol y la polideportiva
queda dentro del mismo campamento’, labor que indica en las
líneas siguientes, “no tiene nada que ver con la parte
operativa de la industria petrolera”.

Concluyó el Tribunal que “La conformidad de lo


expuesto por este testigo, con las previsiones normativas que
determinan, reitera la Sala, el tipo de actividades que se
adecuan (sic) a las propias del industria del petróleo,
desnaturaliza contundentemente, la pretendida solidaridad
entre el contratista INGELTEC y ECOPTROL,(sic) toda vez que

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como quedó visto con suficiencia, la responsabilidad solidaria


se predica legalmente cuando la naturaleza o finalidad de la
obra contratada sea inherente (fórmula empleada en la
legislación laboral argentina), o también conexa (fórmula aún
más amplia de la legislación venezolana) con la actividad
ordinaria del beneficiario. Refuerza lo anterior, la
consideración expuesta por el ejecutivo en el Decreto citado
motivación que no deja duda alguna sobre el carácter taxativo
o exclusivo de las labores propias de la actividad petrolera,
entre las que no su (sic) encuentra, la desarrollada por la
codemandada INGELTEC LTDA con su trabajador
HERMENEGILDO RIVERA GALVIS”.

V. RECURSO DE CASACIÓN

El señor HERMENEGILDO RIVERO GALVIS,


pretende, según lo manifestó en el alcance de la
impugnación, que la Corte CASE la sentencia proferida por
la Sala Laboral del Tribunal Superior del Distrito Judicial
de Bucaramanga el 10 de noviembre de 2008, en cuanto
revocó las condenas impuestas a la EMPRESA
COLOMBIANA DE PETROLEOS ECOPETROL S.A. y, en su
lugar, la absolvió, para que, en sede de apelación, confirme
la sentencia pronunciada por el Juzgado Laboral de
Barrancabermeja el 10 de septiembre de 2007, condenando
en costas como corresponda.

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Radicado N° 40541

Con ese propósito invoca la causal primera de


casación laboral contemplada en el artículo 87 del Código
Procesal del Trabajo y de la Seguridad Social, y formula dos
cargos, que fueron replicados por Ecopetrol S.A., los cuales
serán estudiados conjuntamente, tal como lo autoriza el
artículo 51 del Decreto 2651 de 1991, convertido en
legislación permanente por el artículo 162 de la Ley 446 de
1998, habida cuenta que, a pesar de estar dirigidos por
distinta vía y modalidad de violación, denuncian similares
normas legales, persiguen un objetivo común y se valen de
argumentos complementarios.

VI. PRIMER CARGO

Ataca la sentencia del Tribunal de violar la ley


sustancial, por vía directa, en la modalidad de
interpretación errónea, de los artículos “1º del Decreto
Extraordinario 284 de 1957, adoptado como Ley permanente
por la Ley 141 de 1961; en aplicación indebida del artículo 1º
del Decreto 3164 de 2003; y en infracción directa (falta de
aplicación o inaplicación) del artículo 34 del Código Sustantivo
del Trabajo, modificado por el artículo 3° del Decreto
Extraordinario 2351 de 1965, adoptado como legislación
permanente por la Ley 48 de 1968. En relación con los
artículos 216 del Código Sustantivo del Trabajo y 63 del
Código Civil”.

Afirma que el Tribunal se equivocó porque dejó de


aplicar el artículo 34 del C.S.T. que consagra la solidaridad
entre ECOPETROL e INGELTEC, toda vez que consideró

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que las actividades ejecutadas por el contratista, son


extrañas a las actividades normales de ECOPETROL, “nada
más alejado de la realidad. Pues el mantenimiento de las
líneas eléctricas es una actividad ordinaria, inherente o
conexa con las actividades propias del beneficiario del
servicio, o sea de ECOPETROL. Y si bien el inciso segundo del
artículo 1° del Decreto Extraordinario 284 de 1957 señala
que; “Son labores propias de la exploración, explotación,
transporte y refinación del petróleo, los trabajos geológicos,
geo físicos, de perforación con taladro, de extracción y
almacenamiento del crudo, y los de construcción, operación y
mantenimiento de oleoductos y refinerías y todas aquellas
otras que se consideren esenciales a la industria del
petróleo”, lo cierto es que no hace una relación exclusiva o
limitada de las labores propias y esenciales de ECOPETROL,
como para que se diga acertadamente, como lo dice el
Tribunal, que las “normas preinsertas —el Decreto 284 y el
Decreto 3164- indican sin lugar a equívocos la taxatividad de
las labores que quedan inmersas dentro de las propias y
esenciales de la industria del petróleo”.

Para el recurrente el juez de segunda instancia limitó


los alcances del artículo 1° del Decreto 284 de 1957, y luego
aplicó indebidamente el Decreto 3164/03, ya que aquella
disposición establece en su inciso primero “la solidaridad
entre las empresas petroleras y los contratistas
independientes. Por eso dice claramente que los trabajadores
de los contratistas “gozarán de los mismos salarios y
prestaciones a que tengan derecho los de la empresa
beneficiaria”. Y aunque en su inciso segundo indique cuáles

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Radicado N° 40541

son las labores propias de la industria del petróleo, no las


señala taxativamente, pues también se refiere a “todas
aquellas otras que se consideran esenciales a la industria del
petróleo”. Y dentro de esas otras labores esenciales no
pueden descartarse aquellas inherentes o conexas con las
actividades ordinarias del beneficiario, como lo señaló la
Corte en la sentencia del 25 de mayo de 1968. Es decir, que
el Decreto 284 fue limitado en su alcance o contenido, puesto
que no señala taxativamente cuáles son las actividades
exclusivas de ECOPETROL”.

Asevera que cuando el colegiado citó el artículo 1º del


Decreto 284 de 1957, para afirmar que en este se señalan
las actividades propias de la industria del petróleo, no
advirtió que allí también se dice que son labores propias
todas aquellas otras que se consideren esenciales. Por lo
que al limitarlas, cuando la norma no se hace, le dio una
inteligencia equivocada a esa precisa norma.

En sentir del impugnante, deben tenerse en cuenta


además de las actividades reseñadas, todas las inherentes y
conexas a las ordinarias ejecutadas por ECOPETROL, y sin
lugar a dudas dentro de esas actividades ordinarias se
encuentra la de mantenimiento de las líneas de
alimentación eléctrica contratada.

A renglón seguido expresa “Que tal que no fuera una


actividad ordinaria o normal de ECOPETROL el
mantenimiento de sus redes eléctricas. Sin energía eléctrica
no sería posible el cumplimiento de ninguna de sus

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actividades propias, esenciales u ordinarias. Se paralizaría


toda su actividad petrolera, las plantas, las estaciones y los
oleoductos, puesto que todo se mueve con energía eléctrica.
De manera que la actividad contratada, no sólo es esencial,
sino inherente o conexa con las propias de la industria del
petróleo”.

Expone que el Decreto 3164 de 2003, fue expedido el 6


de noviembre de 2003, esto es mucho después de ocurrido
el accidente de trabajo, que lo fue el 11 de noviembre de
1999, por lo que lo aplicó indebidamente.

VII. SEGUNDO CARGO

Acusa el fallo por violar de manera indirecta, en la


modalidad de aplicación indebida, los artículos “1° del
Decreto Extraordinario 284 de 1957, adoptado como Ley
permanente por la Ley 141 de 1961; 1° del Decreto 3164 de
2003; y 34 del Código Sustantivo del Trabajo, modificado por
el artículo 3º del Decreto Extraordinario 2351 de 1965. En
relación con los artículos 216 del Código Sustantivo del
Trabajo y 63 del Código Civil”.

La violación de las precedentes normas sustanciales se


origina de los siguientes y evidentes errores de hecho:

“1. Dar por demostrado, siendo lo contrario, que “el


mantenimiento de las líneas de alimentación eléctrica” es una
actividades (sic) extraña a las ordinarias de ECOPETROL
.
2. No dar por demostrado, estándolo, que ECOPETROL tuvo la

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culpa en el accidente de trabajo ocurrido al demandante.

3. No dar por demostrado, estándolo, que ECOPETROL, como


beneficiario de los servicios prestados por INGELTEC,
concretamente en el mantenimiento de las líneas de energía
eléctrica, es responsable solidariamente de la indemnización total
y ordinaria por los perjuicios ocasionados al demandante”.

Los anteriores errores de hecho, a su vez, se derivaron


de la falta de apreciación del informe del accidente de
trabajo elaborado por ECOPETROL (Cuaderno anexo) y de
los documentos de folios 30, 123 y 124; así como de la
apreciación errónea del testimonio de Gerardo Pinilla Rueda
(fis. 133 a 140).

Acota que el mantenimiento de las líneas eléctricas es


una actividad ordinaria de ECOPETROL y, por tanto, no se
trata de una actividad extraña a las normales. Y si bien “los
Decretos 284 y 3164 señalan las labores propias o esenciales
de la industria del petróleo, también es cierto que la labor
contratada es inherente o conexa a las actividades ordinarias
que desarrolla ECOPETROL. Entonces, siendo que un
funcionario de ECOPETROL energizó el circuito donde estaba
laborando el demandante, tal como quedó consignado en el
resumen de los hechos de folio 4 del anexo, no puede
deducirse otra cosa distinta a que hubo descuido o
negligencia de dicho funcionario. Si se observa el permiso de
trabajo de folios 30 y 123, es fácil advertir que la corriente
debía ser desconectada, que debía colocarse la tarjeta y el
candado a los interruptores, y que evidentemente se hizo,
pues así Id (sic) demuestra el documento de folio 124".

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Concluye el impugnante que “como quedó demostrado


con la prueba calificada que el accidente ocurrido por culpa
de ECOPETROL,(sic) pues uno de sus funcionarios energizó el
circuito de 13200 voltios, sin la respectiva autorización del
contratista, tal como se corrobora con la propia declaración
del supervisor Gerardo Pinilla Rueda (…) no queda duda de
quien (sic) operaba los controles de la energía dentro de las
instalaciones de ECOPETREOL. El señor Pinilla.
También afirma que el permiso fue firmado por él, y que
además debe agregársele la tarjeta al breake que suministra
energía de 13.200 voltios. Permiso que se tramitó entre
GERARADO PINILLA por ECOPETROL y ALFONSO CHEVEZ
de INGELTEC (fI. 137). 0 sea que tampoco queda duda
alguna de la negligencia o descuido del funcionario de
ECOPETROL en la ocurrencia del accidente de trabajo que le
ocasionaron señas lesiones al demandante”.

VIII. LA RÉPLICA DE ECOPETROL S.A.

Asevera, en esencia, que los cargos adolecen de los


requisitos de la técnica del recurso de casación y, además,
el Tribunal hizo una exégesis y aplicación acertada de los
artículos primeros de los Decretos 284 de 1957 y 3164 de
2003, en torno a la numeración taxativa de las labores
propias de la industria del petróleo, “para no engendrar los
efectos de (sic) la solidaridad demanda”.

Afirma que en las normas citadas en la proposición


jurídica ninguno de sus apartes hace referencia al
transporte de energía o mantenimiento de redes de

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alimentación eléctrica y el Tribunal no puede “hacerle decir


a la norma lo que no dice”.

VIII. SE CONSIDERA

Se comienza por advertir que no incurre el censor en


ningún yerro al incluir en el primer cargo dos submotivos
de violación, como lo reprocha la réplica, toda vez que éstos
hacen referencia a diferentes normas. Al respecto cabe
recordar lo adoctrinado en sentencia del 10 de noviembre
de 1994, radicación 6874, en la que se puntualizó:

“Nadie ha dicho jamás que no puedan en un mismo


cargo acusarse diferentes normas por distintos
conceptos de violación de la ley. Lo que contraría la
lógica y por ello no lo ha aceptado la jurisprudencia, es que
respecto de una misma norma se acuse, por ejemplo, su
infracción directa o, lo que es lo mismo, su falta de aplicación,
y simultáneamente su aplicación indebida o su interpretación
errónea, quebrantos normativos que suponen ambos su
aplicación por haberle hecho producir efectos al precepto el
fallador. Tampoco, como es obvio, se puede acusar la
sentencia por aplicar indebidamente una norma, lo cual
requiere que se aplique a un hecho o situación no prevista o
regulada por ella, y, al mismo tiempo, plantear que se
interpretó erróneamente, porque esta modalidad de infracción
de la ley ocurre cuando se aplica la norma pertinente pero
contrariando su genuino sentido.”

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Radicado N° 40541

Pues bien, como quedó dicho cuando se hizo el


itinerario procesal el basamento primordial de la sala
sentenciadora para revocar el fallo de primer grado y, en su
lugar, absolver a Ecopetrol S.A. del pago solidario de la
indemnización plena de perjuicios del artículo 216 del
C.S.del T. estribó en que “las normas preinsertas [artículo 1º
del Decreto 3164 de 2003, que establece que para los efectos
del artículo 1º del Decreto 284 de 1957] indican sin lugar a
equívocos la taxatividad de las labores que quedan inmersas
dentro de las propias y esenciales de la industria del
petróleo. Por lo tanto, no se requiere ningún esfuerzo para
concluir que la ejecución de labores de rocería y
mantenimiento de líneas de alimentación eléctrica, su
encuentran excluidas de esta particular connotación. Incluso,
en el texto del Decreto Legislativo 284 de 1957, no se
encuentra contemplada la labor que la parte actora desde la
instauración de la demanda pretendió adecuar a las propias
de la actividad petrolera, en su estrategia para edificar la
solidaridad respecto a la estatal petrolera. En efecto, la citada
normatividad en su artículo 1o determinó que “son labores
propias de la exploración explotación, transporte y refinación
de Petróleo, los trabajos geológicos, geofísicos, de perforación
con taladro, de extracción y almacenamiento del crudo, y los
de construcción, operación y mantenimiento de oleoductos y
refinerías y todas aquellas otras que se consideren esenciales
a la industria del petróleo”.

El descontento del recurrente con la sentencia


fustigada gravita, sobre los siguientes ejes: (i) que el Decreto
284 de 1957 “no señala taxativamente cuáles son las

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actividades exclusivas de ECOPETROL”; (ii) que el Decreto


3164 de 2003 “fue expedido el 6 de noviembre de 2006, esto
es mucho después d ocurrido el accidente de trabajo, que lo
fue el 11 de noviembre de 1998”, y (iii) que el “mantenimiento
de las líneas de alimentación eléctrica”, corresponde a una
actividad ordinaria de la sociedad Ecopetrol S.A., por lo que
es solidaria en el pago de la condena.

1º) El Decreto 284 de 1957, “no señala


taxativamente cuáles son las actividades exclusivas de
ECOPETROL”.

El inciso primero del artículo 1° del Decreto 284 del 7


de noviembre de 1957, que valga decir fue declarado
exequible por la Corte Constitucional mediante sentencia C-
994 del 19 de septiembre de 2001, que sirvió de báculo al
tribunal para adoptar la decisión impugnada, estatuía que:
“Cuando una persona natural o jurídica dedicada a los ramos
de exploración, explotación, transporte o refinanciación de
petróleos realice las labores esenciales y propias de su
negocio o de su objeto social mediante empleo de contratistas
independientes, los trabajadores de éstos gozarán de los
mismos salarios y prestaciones a que tengan derecho los de
la empresa beneficiaria, en la respectiva zona de trabajo, de
acuerdo con lo establecido en las leyes, pactos, convenciones
colectivas y fallos arbitrales”.

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Radicado N° 40541

Así mismo, el inciso segundo estableció que las labores


propias de la exploración, explotación, transporte y
refinación de petróleo eran las que constituyeran “trabajos
geológicos, geofísicos, de perforación con taladro, de
extracción y almacenamiento de crudo, y los de construcción,
operación y mantenimiento de oleoductos y refinerías y todas
aquellas otras que se consideren esenciales a la
industria del petróleo”.

De la lectura desprevenida de la disposición en


precedencia emana palmariamente que las labores allí
relacionadas no son taxativas, sino enunciativas, habida
cuenta que del análisis de las expresiones “y todas aquellas
otras que se consideren esenciales a la industria del petróleo”
se infiere la posibilidad de ampliar el marco que por vía de
ejemplo se consagró.

Todo hasta aquí indica que el recurrente tiene


absoluta razón en discreparle al tribunal el haber concluido
que el artículo 1º del Decreto 284 del 7 de noviembre de
1957, tiene un carácter taxativo.

2º) El Decreto 3164 de 2003, no es aplicable al


asunto bajo escrutinio.

Al no haber discrepancia alguna en cuanto a que el


promotor del proceso estuvo vinculado con la sociedad
Ingenieros Técnicos Electricistas – INGELTEC LTDA,
mediante contrato de trabajo, en el cargo de técnico
electricista, en la modalidad de “obra o labor contratada”,

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desde el 3 hasta el 14 de noviembre de 1999, y que el 11 de


noviembre de la misma anualidad sufrió un accidente de
trabajo, por culpa del empleador, brota palmario el segundo
de los yerros jurídicos que el casacionista le achaca a la
sala sentenciadora, puesto que aplicó una disposición, esto
es, el Decreto 3164 del 6 de noviembre de 2003, a unos
hechos o situaciones ocurridos antes de su vigencia.

3º) El “mantenimiento de las líneas de


alimentación eléctrica”, corresponde a una actividad
ordinaria de la sociedad Ecopetrol S.A., por lo que es
solidaria en el pago de la condena.

Como se recuerda el artículo 1º del Decreto 284 del 7


de noviembre de 1957, no hace un enunciado taxativo de
las actividades que se consideran esenciales a la industria
del petróleo, razón por la cual es deber del actor probar que
las que desempeñó están relacionadas con dichas
actividades.

Tiene adoctrinado la Sala que la solidaridad se


presenta cuando la actividad ejecutada por el contratista
independiente cubre una necesidad propia del beneficiario
y, además, cuando constituye una función directamente
vinculada con la ordinaria explotación de su objeto
económico y que éste debe desarrollar.

Igualmente, ha enseñado que para su determinación


puede tenerse en cuenta no sólo el objeto social del

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contratista y el beneficiario de la obra, sino también la


actividad específica desarrollada por el trabajador.

Sobre la hermenéutica del artículo 34 del Código


Sustantivo del Trabajo, esta Corporación, en sentencia del
24 de agosto de 2011, radicación 40.135, sostuvo:

“Para resolver el cargo baste recordar lo que sobre la


solidaridad prevista por el artículo 34 del CST ha dicho la
Corte (…)

Así lo explicó en la sentencia del 2 de junio de 2009,


radicación 33082:

“Con todo, encuentra la Corte, como lo ha explicado en


anteriores oportunidades, que de cara al establecimiento de
la mencionada solidaridad laboral, en los términos del
artículo 34 del Código Sustantivo del Trabajo, lo que debe
observarse no es exclusivamente el objeto social del
contratista sino, en concreto, que la obra que haya
ejecutado o el servicio prestado al beneficiario o dueño de
la obra no constituyan labores extrañas a las actividades
normales de la empresa o negocio de éste. Y desde luego,
en ese análisis cumple un papel primordial la labor
individualmente desarrollada por el trabajador, de tal
suerte que es obvio concluir que si, bajo la subordinación
del contratista independiente, adelantó un trabajo que no es
extraño a las actividades normales del beneficiario de la

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obra, se dará la solidaridad establecida en el artículo 34


citado”.

El recurrente afirma que el Tribunal se equivocó


habida cuenta que “el mantenimiento de las líneas
eléctricas es un actividad ordinaria de Ecopetrol”, toda vez
que “entre las actividades ordinarias se encuentra la de
mantenimiento de las líneas de alimentación eléctrica
contratada(…) sin energía eléctrica no sería posible el
cumplimiento de ninguna de sus actividades propias,
esenciales u ordinarias. Se paralizaría toda su actividad
petrolera”.

Pues bien, la Corte no comparte los argumentos


expuestos por el recurrente ya que de esa sola
circunstancia planteada, no puede concluirse
forzosamente, como lo sugiere, que cualquier actividad de
mantenimiento de líneas eléctricas, indirectamente tenga
vinculación con el objeto social de Ecopetrol S.A.

A la verdad, esa correlación indirecta, que pretende


el recurrente adecuar, no es suficiente para considerar
que la labor ejecutada por el demandante sea inherente al
negocio de Ecopetrol S.A., o constituya una actividad
normal o permanente suya que habitualmente desarrolle,
para de allí concluir la existencia de los supuestos
exigidos por el artículo 34 del Código Sustantivo del
Trabajo y así inferir la solidaridad entre el contratista

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independiente y el beneficiario o dueño de la obra, vale


decir, entre Ingeltec Ltda y Ecopetrol S.A.

Aquí bien vale la pena memorar la doctrina sentada


por la Corte Suprema de Justicia en torno a que no basta
simplemente que con la actividad desarrollada por el
contratista independiente se cubra una necesidad propia
del beneficiario, como aquí puede suceder, para que opere
la solidaridad, sino que se requiere que la labor
constituya una función normalmente desarrollada por él,
directamente vinculada con la ordinaria explotación de su
objeto económico.

Así lo explicó la Corte en la sentencia del 10 de


octubre de 1997, radicado 9881, a la que pertenecen los
siguientes apartes:

“ Es protuberante entonces el error del Tribunal


cuando concluyó luego de un análisis teórico muy
superficial del tema que “..la responsabilidad solidaria de
contratista y beneficiario se debe a que la obra contratada
es inherente con la actividad ordinaria de PALMERAS DE
PUERTO WILCHES S.A, la construcción de un tanque para
almacenamiento de aceite se considera una actividad
normal de la empresa PALMERAS DE PUERTO WILCHES
S.A y no una labor extraña a las actividades normales de
esta...

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Radicado N° 40541

En efecto, se desprende claramente de las


pruebas reseñadas que el contratista independiente del
caso se dedica a un negocio diverso del que ocupa al
contratante y si bien con la obra contratada éste buscaba
cubrir una necesidad propia, ello no implica una actividad
permanente de aquel como para que deviniera en algo
inherente a la empresa del beneficiario, pues tan solo se
prolongaría hasta que se culminara la construcción del
tanque metálico.

No escapa a la Sala la posibilidad de que el Tribunal


haya partido de una errónea interpretación del artículo 34
C.S.T, a propósito de la hipótesis de exclusión de
solidaridad del beneficiario de la obra con el contratista
independiente en el evento de que la obra contratada
comporte labores extrañas a las actividades normales de la
empresa o negocio de aquel, pero ello no es dable
dilucidarlo dada la precaria motivación del fallo.

Con todo interesa aclarar que la solidaridad en


cuestión se excluye cuando el contratista cumple
actividades ajenas de las que explota el dueño de la obra,
porque lo que persigue la ley con el mecanismo de
solidaridad es proteger a los trabajadores frente a la
posibilidad de que el empresario quiera desarrollar su
explotación económica por conducto de contratistas con el
propósito fraudulento de evadir su responsabilidad laboral.
Esta situación por tanto no se presenta en el caso de que el
dueño de la obra requiera de un contratista independiente

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Radicado N° 40541

para satisfacer una necesidad propia pero extraordinaria


de la empresa, conforme acontece en el asunto de los
autos”.

De manera que la rigurosa correspondencia entre


las actividades desarrolladas por el promotor del proceso y
las de Ecopetrol no logró demostrarse, ya que la labor de
mantenimiento de líneas de alimentación eléctrica, si bien
puede servir de apoyo al negocio del beneficiario de la obra,
en estrictez no constituye su esencia, en la medida en que
es un soporte no inherente a su cabal desarrollo.

Es que no puede soslayarse que para la ejecución de


una obra normalmente se requiere del concurso y
colaboración de una serie de personas que permiten
cumplir con el objeto o finalidad de la misma, así como
también se necesita la prestación de servicios públicos tales
como agua, alcantarillado, aseo, luz eléctrica, teléfonos, etc.
Pero ello no significa que las faenas tendientes el
mantenimiento de estos servicios públicos se entienda, por
esa sola circunstancia, inherente o propia a la actividad o
labor que desarrolla quien se le está prestando la
asistencia.

En sentencia del 17 de junio de 2008, radicación


30.997, la Sala sostuvo que “tampoco cabe argumentar que
la labor de transporte del personal sea conexa con las
cumplidas por la empresa, porque es necesaria para cumplir
las actividades desarrolladas por esa, porque, en tal medida,
todas las actividades entrarían en lo que constituye la

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excepción, como lo serían, todas aquellas tendientes a la


adecuación o sostenimiento de la planta, relacionadas con el
aseo, pintura, construcción, etc., que igualmente son
indispensables para desarrollar el objeto social”.

Recapitulando, entonces: no obstante los yerros


jurídicos en que incurrió el juez de apelación, aunque
notorios, no son transcendentes, es decir carecen de la
virtualidad de variar el resultado de la decisión, porque no
está acreditado que las labores ejecutadas por el actor
correspondan a aquellas propias y esenciales de la industria
del petróleo, que son las que pudieran obligar a que
Ecopetrol S.A. sea solidariamente responsable en el pago
de los perjuicios ocasionados por el accidente de trabajo
que sufrió por culpa de su empleador, condena que debe ser
satisfecha por la firma Ingeltec Ltda., tal como lo dispuso el
juzgador de segundo grado.

A la mano de las anteriores reflexiones las acusaciones


no se abren paso.

De las costas del recurso extraordinario, no hay lugar


a ellas por cuanto si bien la acusación resultó fundada, los
cargos finalmente no prosperaron.

En mérito de lo expuesto la Corte Suprema de


Justicia, Sala de Casación Laboral, administrando Justicia
en nombre de la República de Colombia y por autoridad de

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Radicado N° 40541

la Ley, NO CASA la sentencia proferida el 10 de noviembre


de 2008, por la Sala Laboral del Tribunal Superior del
Distrito Judicial de Bucaramanga, en el proceso adelantado
por el señor HERMENEGILDO RIVERO GALVIS contra la
sociedad INGENIEROS TÉCNICOS ELECTRICISTAS –
INGELTEC LTDA- y, solidariamente, a la EMPRESA
COLOMBIANA DE PETROLEOS – ECOPETROL-.

Sin costas.

Cópiese, notifíquese, publíquese y devuélvase al


Tribunal de origen.

CARLOS ERNESTO MOLINA MONSALVE

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JORGE MAURICIO BURGOS RUIZ ELSY DEL PILAR CUELLO CALDERÓN

RIGOBERTO ECHEVERRI BUENO LUIS GABRIEL MIRANDA BUELVAS

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