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RATMURI- 20 AÑOS

MEMORIAS
DESDE LAS
RAÍCES

DE LA RED ATACAMEÑA DE MUJERES


RURALES E INDÍGENAS

RESISTIENDO EN EL DESIERTO
DE ATACAMA, CHILE.

AÑO 2018
Memorias
desde las
raíces de
RATMURI
MAFALDA GALDAMES
VALESKA MORALES-URBINA

COPIAPÓ
REGIÓN DE ATACAMA
CHILE
ABRIL 2018

Colaboran:
Dedicamos este trabajo con mucho amor, esfuerzo y
humildad, a todas las personas que tengan en sus manos
este libro, especialmente a las mujeres asalariadas, que
día a día llevan el sustento a sus hogares.

Un libro creado por mujeres que dan una lucha


permanente, contra la explotación de nuestros cuerpos
y territorios en la región de Atacama.

RATMURI

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ÍNDICE

Prefacio.............................................................................. 4
Acróstico RATMURI
Por Sonia Ramos Araya ...................................................... 8
Capítulo I
Nuestra raíces y memorias .............................................. 10
Poema Pueblo Colla
Por Rosario Gómez Inóstroza .......................................... 20
Capítulo II
Nuestro Tronco e hitos políticos...................................... 22
Poema El Eslabón
Por Danitza Ortíz .............................................................. 38
Capítulo III
Nuestros frutos y ejes políticos ....................................... 40
Poema Abejita viajera
Por Dominga Suárez......................................................... 52
Capítulo IV
Nuestros frutos ................................................................ 54
Glosario ........................................................................... 60

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PREFACIO
Los tiempos apremian, y el vértigo de la vida no cesa. En
una ciudad como Copiapó, donde el fuerte productivo es
la minería, se evidencia en la vida de las personas, un
estilo de vida progresivamente más consumista e
individualista.
En este desenfreno de la actual vida moderna, se acercó
un grupo de mujeres pertenecientes a la Red Atacameña
de Mujeres Rurales e Indígenas - RATMURI, a la
Fundación para la Promoción y Desarrollo de la Mujer -
PRODEMU, en la región de Atacama, solicitando apoyo
para resguardar sus memorias, es así como surge este
libro “Memorias desde las Raíces” desde el potente deseo
de plasmar con palabras, estos veinte años de sus luchas
reivindicativas y sociopolíticas.
Fue así, como con un grupo integrado por diez mujeres
pertenecientes a RATMURI, más el equipo de Fundación
PRODEMU, nos fuimos reuniendo, semana a semana a
desenredar esa madeja de vivencias, recuerdos y
experiencias, como si fuera una madeja de lana que
comenzó a ovillarse un 22 de abril del año 1998.
Apoyamos su iniciativa, a través de un Taller Cultural con
enfoque autobiográfico-literario, el cual se desarrolló en
12 sesiones, en las que logramos ir reconstruyendo hitos
de la memoria colectiva de RATMURI, como también ir
creando de manera grupal lo que sería la recuperación de
esta memoria colectiva. De este modo, se elaboraron
metodologías de participación activa, para escoger los
temas, el nombre del libro, su portada, el índice, y los

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nombres de sus diferentes capítulos que integran su
contenido.
Luego, identificamos la necesidad de contar con recursos
para imprimir este material. Fue así como se postuló al
Fondo Alquimia, y afortunadamente, el trabajo de
RATMURI fue seleccionado para este proyecto, nacen
desde ya nuestros agradecimientos por apoyar a las
mujeres que creen en mujeres.
Como podrán notar en cada página diagramada, este es
un trabajo que nace gracias al amor, la solidaridad entre
compañeras, el sentido crítico, la escucha y el compartir
entre distintas organizaciones de bases de la región.
En este libro encontrarán testimonios y memorias, pero
sólo representan una pincelada de lo que significa esta
orgánica, que conglomera a 58 organizaciones que se
distribuyen en las tres provincias de la región de
Atacama. Por razones geográficas y de recursos, sólo
logramos acceder a las voces de las mujeres participantes
de la provincia de Copiapó, pero esperamos que este
material sirva de inspiración y aliento para seguir
resguardando y sistematizando sus experiencias, las que
representan el mayor tesoro testimonial de una
organización.
Siendo este, sólo el primer intento de sistematizar el
trabajo de RATMURI, que este año conmemora 20 años
desde su constitución. Agradecemos haber tenido el
honor, de compartir, escuchar y aprender de las
experiencias vitales de sus integrantes, quienes tienen en
común sus manos curtidas, agrietadas por el peso de la

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vida para mantener una familia y también mantener sus
convicciones firmes, su espíritu inquieto e incansable, sus
fuerzas para luchar por la justicia social y los derechos
de las mujeres asalariadas, por la defensa de la tierra,
agua y soberanía alimentaria en nuestro territorio.
También agradecemos que hayan abierto su corazón en
esta experiencia de dialogar sus memorias, en un trabajo
que germina en nuevos frutos, y sirve de inspiración a las
nuevas generaciones, para seguir trabajando por una vida
más digna.
Gracias al tiempo brindado por cada una de las
participantes del taller, y a los recuerdos que se fueron
removiendo, logramos hoy llegar a este libro titulado
“Memorias desde las Raíces”.
Raíces que se hunden en lo profundo de esta tierra, y que
como en un bosque de chañares, van creciendo juntas,
una a una, jamás en solitario. Apoyando, fortaleciendo e
inspirando a otras mujeres a confiar en sí mismas, alzar la
voz, y posicionarse en los espacios públicos.

Valeska Morales Urbina


Socióloga
Pf. Regional de Fundación PRODEMU

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pág. 7
ACRÓSTICO
Por Sonia Ramos

R iquezas que tiene Atacama, que no terminan jamás

A nidan las mujeres reeditando el néctar del saber,

para enseñar

T ienen por lema cuidar y sembrar la flora nativa,

M uchas de ellas salen a trabajar, dejando a sus hijxs

en otro hogar.

U n día se unieron en la pampa bajo el sol,

R ed de mujeres de la Región de Atacama

I ndígenas también se plegaron a esta organización.

RED ATACAMEÑA DE MUJERES RURALES E INDÍGENAS,

REGIÓN DE ATACAMA, CHILE.

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pág. 9
CAPITULO I
Nuestras raíces y memorias.
¿Quiénes somos?
¿Desde cuándo participamos de RATMURI?
¿Qué significa RATMURI en nuestras vidas?
El primer capítulo de “Memorias desde las Raíces” tiene
como finalidad dar a conocer la pluralidad de voces que
se fueron desarrollando en el taller cultural, con el apoyo
de fundación PRODEMU para la creación de este libro;
trabajo que nació gracias a la sistematización de
conversatorios realizados de forma colectiva entre los
meses de septiembre a noviembre del año 2017 con
diversas integrantes de RATMURI. Material con un
importante valor testimonial, porque haciendo memorias,
desde lo personal, pero unidas desde un quehacer y
mirada colectiva se refuerzan las ideas, se aclaran
recuerdos y situaciones que entre todas, es más posible
consensuar.
También, se propicia un espacio de confianza para iniciar
el relato desde sus historias individuales, llegando a
puntos de análisis reflexivos, con momentos que marcan
un antes y un después en las biografías de las
participantes, hitos que posibilitan un giro en sus vidas,
como por ejemplo: transitar con más autonomía y
determinación entre el espacio privado al espacio
público, tomar cargos de dirigencia, compartir
experiencias y conocimientos con otras participantes.
Estos conversatorios fueron protagonizados
principalmente por: Rosario Gómez Inostroza, Patricia
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Cortes Rivas, Mireya Aróstica Cordero, Soledad Romero
Astudillo, Doris Aróstica Cordero, Eliana del Pilar Vergara
Rivera, María Angélica Yañez Pasten, Florencia Aróstica
Cordero y Sonia Ramos Araya. Con la participación en un
taller de Mirna Cortés Salinas y Eliana Monarde Díaz. Y
algunas entrevistas llevadas a cabo en el marco de la
Mesa Regional de Mujeres Rurales del año 2017 en la
Comuna de Caldera.
Todas mujeres de sectores rurales y urbanizados de la
provincia de Copiapó, quienes narraron los hitos más
significativos de sus vidas como participantes de
RATMURI.
Para comenzar, pensamos que es indispensable que cada
una de las nueve participantes permanentes de los
talleres culturales/literarios, se presenten y den a
conocer su mirada sobre RATMURI:

1. MIREYA DEL CARMEN ARÓSTICA CORDERO: “Estoy


casada, tengo una hija y un hijo, y dos nietos.
Pertenezco a la RATMURI, desde el 22 de abril de 1998,
cuando nació la organización. La RATMURI para mí, es
una organización de mujeres esforzadas, luchadoras,
trabajadoras, que luchan por sus ideales”.

2. PATRICIA CORTES RIVAS: “Soy una mujer Changa, y


socia de la organización Leonora Latorre de Caldera.
Pertenezco a la organización RATMURI desde su
origen, soy una socia fundadora. Recuerdo que
empezamos casi nulas en la organización,
comenzamos por mostrar nuestros trabajos
personales, conociéndonos entre nosotras, e
pág. 11
identificando que todas las mujeres asalariadas
teníamos problemas similares. Yo tenía muchas ganas
de luchar por la igualdad para las mujeres, ya que yo
venía llegando del exilio desde la República
Democrática Alemana. Donde los problemas que
tenemos en este país, allá ya estaban solucionados
(trabajo, educación, salud y vivienda), era otra calidad
de vida, pero yo no me acostumbré a la cultura
europea, extrañaba mi tierra, mis raíces. Me impactó
mucho llegar a Chile, y ver a la gente tan adormecida.
En RATMURI encontré un refugio, y muchos
aprendizajes; de ser una mujer de puerto, sin
conocimientos de la cultura campesina, aprendí a
conocer la variedad de semillas, la importancia de la
soberanía alimentaria, y el trabajo con huertas
orgánicas”.

3. FLORENCIA ARÓSTICA CORDERO: “Pertenezco al


pueblo Colla, soy heredera de la Reforma Agraria, vivo
en Toledo, parcela 30, sector rural de Copiapó. Soy
promotora de la creación de RATMURI, y constituyente
tanto de RATMURI como de ANAMURI. En este
momento, soy la presidenta regional de RATMURI,
siendo esta organización una parte muy significativa
de mi vida”.

4. MARÍA ANGÉLICA YAÑEZ PASTÉN: “Nací y me crie en


la provincia de Copiapó, en mi amado Totoral, por
razones de estudio tuve que emigrar de la ciudad, mis
padres trabajaban recolectando güiro en la playa, y
mis abuelos me cuidaban en el campo. Viví la mejor
pág. 12
infancia gracias a sus enseñanzas. Lamentablemente,
cuando me fui a estudiar fuera no pude regresar, hasta
cuándo me casé, y volví a mostrar a mi familia de
dónde venían mis raíces campesinas, y ahí volví con
mis hijos y familia para mostrarles que nuestra tierra
era hermosa, que podríamos consumir lo que
sembráramos y fui maravillosamente feliz. Ahí conocí a
RATMURI, donde me enseñaron que habían más
métodos para sembrar, a conocer a las que tenían más
experiencia de todas las culturas, encontré gente
maravillosa que no tuvieron problema en entregarme
lo más preciado de ellas: su sabiduría. Aquí sigo
mostrando a las más jóvenes, que se puede vivir de la
pacha mamá, siempre tomada de la mano de mi
agrupación de base RATMURI”.

5. SOLEDAD ROMERO ASTUDILLO: “Soy una luchadora


desde siempre, feminista. Pertenecí al Sindicato de
Temporeras, también fui parte de la Pastoral de las y
los temporeros, en donde participé de las misiones.
También fui parte de la mesa agrícola regional, en
estos espacios me vinculé con las mujeres de
RATMURI, quienes me acogieron. Actualmente, llevo
más de diez años activa en la agrupación. Me siento
orgullosa de pertenecer a esta agrupación, ya que no
sólo yo he sido participe, sino que también mis hijos”.

6. ELIANA DEL PILAR VERGARA RIVERA: “Pertenezco a


RATMURI desde hace algunos años, soy dueña de casa
y tengo a mi pareja desde hace 32 años, el padre de
mis hijos. También soy temporera hace mucho tiempo,
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más de 30 años, y como toda mujer, he pasado altos y
bajos. Lo más doloroso para mí, fue perder a mi hijo de
veinticuatro años, eso ha sido lo más terrible de mi
vida. Luego de esta pérdida, recibí la invitación a
participar de RATMURI, y desde ahí he participado en
reuniones, ferias y escuelas de agroecología. Es algo
que me encanta hacer, y al mismo tiempo aprendo de
mis raíces, a cuidar la tierra, el agua y la naturaleza, y
todo eso lo aprendí gracias a RATMURI”.

7. ROSARIO GOMEZ INOSTROZA: “Copiapina, casada,


tengo dos hijas, y cinco nietos. Pertenezco a RATMURI
hace 16 años, quienes me han brindado la oportunidad
de capacitarme dentro y fuera del país. Para mí
RATMURI significa crecer, crecer juntas como mujeres,
aprender a defender nuestros derechos, y también los
de la tierra. Actualmente, soy parte de la directiva
nacional de la organización, encargada indígena
regional y directora de cultura a nivel nacional”.

8. DORIS ELIZABETH ARÓSTICA CORDERO: “Soy casada,


tengo dos hijos, y dos nietas, vivo en la parcela n°30,
herencia de nuestro padre, tierra que él adquirió en la
Reforma Agraria, en la que ahora estamos viviendo
varias hermanas y hermanos. Ingresé a RATMURI hace
como cuatro años, y me gusta mucho el compromiso
que tienen las mujeres con lo social, lo humanitario, y
la defensa que hacemos por la naturaleza contra los
daños sociales y ecológicos”.

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9. SONIA RAMOS ARAYA: “Nací en Copiapó hace sesenta
y un años, acudí a la escuela y egresé del Liceo de
niñas Mercedes Fritis. Durante mi vida estudiantil fui
dirigente y líder. Estudié un año pedagogía, pero debí
abandonar la carrera por un problema de salud de mi
madre, y falta de recursos. Soy madre de cuatro hijos,
que prácticamente, saqué adelante sola. Hoy, además
tengo siete nietos, que son mi alegría. Toda mi vida he
sido dirigenta social, di la pelea por el CESFAM de
Pedro León Gallo, una lucha de diez años. Inicialmente,
ingresé al Sindicato Las Temporeras del Desierto, y
después a la RATMURI, y luego a la ANAMURI”.

Las participantes del grupo de creación colectiva, tienen


en promedio cincuenta años de vida y once años
integrando la RATMURI, rango que oscila entre los cuatro
hasta los veinte años de participación. Constituyéndose
RATMURI como parte significativa de sus vidas, siendo un
impulso para empoderarse en el espacio público, y hacer
alianzas entre mujeres.
La sororidad, (solidaridad entre mujeres)es una palabra
que resuena entre sus testimonios, en voz de la Pili: “A mí
me gusta estar en la RATMURI, en la organización, ya que
voy conociendo de a poquito a la gente que hay allí,
porque son muchas y no las conozco a todas, pero si me
gusta porque te hacen sentir que son iguales, que no hay
diferencias: si tuvieses dinero o no tuvieses, si te vistes
bien o si te vistes mal, o si tú eres de un tipo de mujer. Ahí
aprendes que hay mujeres que no son mujeres, son
hombres en cuerpo de mujer o viceversa, entonces eso es
lo que a mí me gusta, porque no tengo que bajar la
pág. 15
cabeza aunque me hagan sentir mal, esa es mi
experiencia más que nada y por eso me gusta estar acá”
(Eliana del Pilar).
Ellas han logrado capacitarse, viajar, experimentar y
nutrirse de nuevos conocimientos para fortalecer la
organización y el espíritu personal como colectivo,
historia que se condensa en la voz de Rosario Gómez: “El
año 97 me encontré con Violeta [Palacios], y me llevó a la
Asamblea Regional que se realizaba en Huasco, donde
justamente al año siguiente se formó RATMURI y conocí
también a María Cartagena y de ahí ya no me separé
más de la RATMUR, me otorgaron una beca para hacer
un curso en EFAD después me mandaron a Paraguay a
estudiar. También tengo en mi haber la lucha por las
temporeras, por los comedores, recuerdo cuando
Florencia dio el discurso delante del empresario Jaime
Prohens, cuando puso clarito el tema de los derechos, ahí
se habló de los comedores. Después vino la formación del
Sindicato de Temporeras “Cecilia Ortiz” Todas las
demandas las hacíamos con una obra de teatro: el “Grito
de las Temporeras” También, por el agua y la Termo
Eléctrica Castilla, recuerdo que los carabineros nos
llevaron detenidas, ya desde allí iba a todas las
actividades, ya nadie me detenía” (Rosario Gómez).
“Para comprender el presente, es necesario hacer
memoria”
Más del 66% de las participantes fueron testigos
vivenciales de la dictadura cívico-militar chilena, algunas
de ellas fueron herederas del proceso de la Reforma
Agraria, en este contexto para muchas de ellas la Iglesia
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Católica constituyó su principal refugio, y un lugar desde
donde se podía intervenir en el espacio público. En voz de
una participante: “Entonces empecé a servir a la iglesia y
sentir seguridad también. Claro esa seguridad es porque
tu aceptas el mensaje y lo recepcionas” (Sonia Ramos).
“Desde ese momento, trabajé en la iglesia con la gente de
Paipote, así que yo les hablaba y les metía de mi cosecha
también, me daban raciones de alimentos, yo sacaba de
las raciones para darles a esas personas, hacíamos
talleres, un taller de pintura, podía ser un taller de tejido o
un taller de telar, pero yo les influía seguridad a las
mujeres, les decía ustedes tienen que ser así… no se
pueden dejar golpear por sus maridos, ustedes tienen que
pararse bien, ustedes no tienen que tener miedo… de esto
entonces hicieron una negociación, esas mujeres
negociaron esta población que tienen aquí en Paipote,
cuando trajeron todas las mujeres de Tierra Amarilla, de
Potrerillos, Los Leones, negociaron hasta las veredas”
(Florencia Aróstica).
“Durante la dictadura igual fui dirigenta y me enfoque en
la iglesia para entregar el pan de vida y la palabra porque
nosotras dábamos alimento en los fines de semana,
porque los niños/as, hijos /as muchos de la gente que
trabajaba en las temporadas comían solamente de lunes
a viernes porque sábado y domingo no había comida en la
escuela, así nosotras hacíamos pan o empanaditas de
queso y les dábamos con leche y llevaban todos una
botellita para llevarse la leche para la tarde - ¿ese era el
bar lácteo?- claro ese era el bar lácteo, de la parroquia

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San José Obrero esto fue más o menos de los años 73 al
80” (Sonia Ramos).
Desde estas biografías y miradas particulares
colectivizadas a través de este taller, se intentará conocer
cómo ha germinado la semilla de RATMURI durante estas
últimas dos décadas en el territorio, debemos considerar
que esta RED se compone de más de cincuenta
organizaciones, y este libro solo da cuenta de una
parcialidad, de la red global de RATMURI, abriendo
horizontes para futuras investigaciones, conversaciones,
círculos, tertulias, y un sinfín de espacios para compartir
en un diálogo de saberes.

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pág. 19
POEMA PUEBLO COLLA
Por Rosario Gómez

Nuestra propia identidad

está en mi pueblo olvidado,

que busca ser fiel a la tierra

y también a sus hermanos/as.

Hoy como ayer,

hay personas sin conciencia,

que engañan a mi pueblo,

¡ya se acabó la paciencia!

Como dice el tata inti, y la pachamama

Permanezcamos bien unidos

pues nos haremos nada

si estamos todos divididos.

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CAPITULO II
Nuestro tronco e hitos políticos.

El segundo capítulo, se centra los contenidos que le


otorga sentido a RATMURI, tanto su historia como hitos
que fueron marcando puntos de inflexión, como también
la misión declarada en sus estatutos, los objetivos y
principios políticos de la organización.
Sobre los orígenes de la RATMURI, nos habla la actual
presidenta y socia constituyente: “Nosotras constituimos
la RATMURI, el 22 de abril de 1998, desde aquí invitamos
a Francisca Rodríguez, quien dos meses más tarde, nos
invitó a constituir la Asociación Nacional de Mujeres
Rurales (ANAMUR) en la ciudad de Santiago. La Pancha,
como la Mafalda, habían venido antes a hacer una
exposición sobre género a Copiapó, cuando los servicios
públicos efectuaban estos encuentros masivos con
mujeres, estas asambleas que hacían anuales, entonces
aprovechamos nosotras para participar de una de esas
asambleas y dijimos: “¡es que no podemos estar siempre
esperando que los servicios públicos nos estén
convocando!, ¡si nosotras podemos construir una
organización! Eran estas asambleas que hacían el Víctor
Berrío del INDAP, el SERNAM, y Marta Fajardo de la
Municipalidad de Copiapó, en coordinación entre las
distintas instituciones se hacían esas asambleas anuales,
bien grandes.
Me acuerdo que hicimos una dinámica que se llamaba la
RED, y dijimos aquí está, nosotras vamos a formar una
red regional por eso le pusimos Red Atacameña de
pág. 22
Mujeres Rurales e Indígenas, de una de esas asambleas
salió la palabra red y constituimos la RATMURI. Pero que
se hacían todos los años, y todos los años nosotras nos
dimos cuenta que eran las mismas cosas, no había avance
en nuestras demandas, nada que cambiara, o avanzara
un poquito, o al menos decir revisemos las demandas del
año 96 y revisemos en que hemos avanzado y en que nos
hemos estancado, otra vez volvían a salir todas las
demandas de las mujeres y ahí quedaban las demandas
guardadas. Ahora, mirando hacia atrás, agradecemos a
las funcionarias que nos alentaron a gestar esta RED”
(Florencia Aróstica).
Como mencionamos anteriormente la Red Atacameña de
Mujeres Rurales e Indígenas se constituyó un día 22 de
abril de 1998, como producto de varios años de
encuentros de mujeres campesinas, a raíz de estos
encuentros que fueron liderados SERNAM (actual
SERNAMEG) Marta Fajardo y Víctor Berrio, del Municipio
e INDAP, respectivamente. A través de este proceso es
que nace la inquietud de las mujeres atacameñas de
formar una organización donde “pudiésemos plantear
nuestras necesidades y así contar con espacios propios,
autónomos para ser escuchadas en nuestras propuestas y
demandas específicas y hacer frente al modelo económico
neoliberal que aumenta las brechas de desigualdad
feminizando la pobreza” (Rosario Gómez).
Las mujeres rurales e indígenas de Atacama, conforman
un directorio regional el cual sale a todas las comunas
para formar organizaciones y agrupa a las mujeres

pág. 23
asalariadas, productoras, artesanas, crianceras,
pescadoras y cultoras de las tradiciones del campo.
En el ámbito nacional pertenecen a ANAMURI, y en lo
internacional regional a la Coordinadora Latinoamericana
de Organizaciones del Campo – CLOC, cuya instancia en
lo mundial es el movimiento La Vía Campesina, que se
encuentra en todos los continentes agrupando a diversas
organizaciones que representan principalmente la
agricultura campesina y a pequeños productores del
campo.
Aproximadamente, dos meses más tarde de constituirse
como RATMURI, un día 13 de junio de 1998, en el
pueblo de Buin a nivel nacional se constituyó ANAMUR,
con 43 socias, siendo elegida presidenta Francisca
Rodríguez.
Entre las socias constituyentes de ANAMURI, de esta
región se encuentran:
1. Violeta Palacios Cruz, Copiapó –de pueblo originario
Colla- socia constituyente Nº 3 y elegida Tesorera en
el primer directorio de ANAMURI.
2. Florencia Aróstica Cordero, Toledo –socia
constituyente Nº 7- Presidenta de ANAMURI en dos
periodos y actual presidenta de RATMURI.
3. María Silva Verdugo, de Huasco Bajo – socia
constituyente Nº 8 de ANAMURI.
4. Violeta Cisternas, Freirina- socia constituyente Nº 9 -
Trayectoria destacada.

pág. 24
5. Marta Fajardo Torres, de Copiapó- socia
constituyente Nº 22 y primera Presidenta ANAMURI
de la región.
6. Dominga Suárez Salazar, de Piedra Colgada -socia
constituyente Nº 25- Presidenta RATMURI.
7. Elizabeth del Carmen Arqueros Vicencio, de Diego
de Almagro- socia constituyente Nº 26 de ANAMURI.
8. Juanita Chávez Pulgar, de Piedra Colgada –socia
constituyente Nº 42 y Primera Presidenta de
RATMURI.

Biografías que fueron compartidas por grandes mujeres,


que no quisiéramos bajo ningún motivo invisibilizar,
mujeres que fueron apoyando con acciones concretas a
la organización, como: Patricia Cortes Rivas, Antonieta
Rubilar Alvarado, María Cartagena Ibacache, Gladys Cruz
Iturrieta, Vilma Rojas Alfaro, Basilia Santos Escalante
Escalante, Leonida Gerónimo Escalante, Emetería
Ardiles, Ximena Valdés Subercaseaux, Nelly Lemus Villa,
Mafalda Galdámes Castro, Francisca Rodríguez Huerta y
Sandra Tapia de la provincia del Huasco, entre muchas
mujeres, que se han ido tejiendo redes, en un proceso de
permanentes aprendizajes.

Desde el proceso de constitución de ANAMURI, como


Asociación Nacional de Mujeres Rurales e Indígenas, la
región mantiene una importante presencia, en palabras
de Florencia:
“Nosotras fuimos invitadas a la constitución de ANAMURI
y nosotras llevamos dos candidatas, quedando en el
primer directorio, en el cargo de tesorera Violeta Palacios,

pág. 25
y de Directora Marta Fajardo. Así siempre hemos tenido
directoras dentro de los directorios de ANAMURI, hemos
tenido tres presidentas nacionales, Marta Fajardo
primero, después yo y después Miriam Talavera de
Vallenar, en los diecinueve años de la organización,
hemos tenido once años la presidencia, fui elegida dos
veces en el cargo, estuve siete años en la presidencia”
(Florencia Aróstica).
¿Cómo nos formamos? ¿Para qué nos constituimos?
En el trabajo de los talleres las respuestas fueron
variadas, pero todas las mujeres tenían claro el origen de
la constitución de RATMURI. Patricia, constituyente de
Leonora Latorre de Caldera, señala:
“Nos constituimos en la Municipalidad de Copiapó un día
22 de abril de 1998, para realizar una asamblea
autónoma en Huasco y para hacernos cargo de la
Asamblea Regional. La primera presidenta fue Juanita
Chávez. El mismo año fuimos invitadas a la constitución
de ANAMURI y al año siguiente las hermanas indígenas,
nos sugirieron cambiar la sigla de ANAMUR, incorporando
la letra I en la sigla de ANAMURI en la segunda Asamblea
Nacional Chiloé” (Patricia Cortes).
Así a través de estos relatos la historia de RATMURI, esta
desde sus inicios estrechamente conectada con
ANAMURI, no se puede pensar a la organización regional
sin la existencia de la organización nacional. “Nos
constituimos en el Municipio de Copiapó y nos hicimos
cargo de la siguiente Asamblea Regional. La primera
presidenta fue Juanita Chávez, el mismo año fuimos

pág. 26
invitadas a la Constitución de ANAMUR y al año siguiente
en Chiloé se incorpora la letra I en la sigla a exigencia de
las mujeres indígenas, desde allí la organización nacional
pasó a ser ANAMURI” (Sonia Ramos).
“Constituimos la Red y salimos a formar organizaciones
ya habían unas organizaciones como Leonora Latorre de
Caldera, la otra era la Flor del Inca y las Rosas del Desierto
de Diego de Almagro y algunas otras más, que en este
momento se me escapan. Constituimos la red regional y
salimos con la hermana de Marta Fajardo, Mónica tenía
una camioneta ‘fiorino’ y conseguíamos además de su
participación, la camioneta para que ella nos llevara de
localidad en localidad, por ejemplo comprábamos
alimentos para comer en el trayecto, un pollo asado,
hacíamos una ‘vaquita’ (colecta de dinero) comprábamos
pan, frutas… yo creo que en el caso de Marta mucho de
su sueldo lo compraba en bebidas y comida, también
llevaba unos dulces de su casa porque su mamá la señora
Blanquita tenía una dulcería, hacía pan de pascua, hacia
dulces un montón de cosas y llevábamos eso, y cosas pal’
pan y nos íbamos a formar organizaciones toda la
semana, todos los sábados y domingos y alojábamos
donde nos pillara la noche”.
“Una vez alojamos allá en Canto del Agua, los moscos nos
picaron, pero para que te digo, llegamos con ‘tulucos´
(ampollas) por todos lados porque los zancudos nos
picaron. Íbamos así a Alto del Carmen sábado y domingo,
primero recorríamos San Félix, después recorríamos El
Tránsito y así fuimos haciendo organizaciones así
constituimos la REDMURUF de Freirina, Huasco. Todas

pág. 27
esas redes y nos veníamos por la costa, claro íbamos casa
por casa, hicimos el puerta a puerta también invitando a
las mujeres, nos reuníamos y si teníamos algunas mujeres
que eran como líderes ahí les pedíamos que ellas mismas
convocaran a las otras mujeres, vecinas de ellas, así ya
llegábamos nosotras armábamos la organización y le
poníamos nombres y que se yo, hicimos un trabajo muy
grande, ¡ah¡ también estuvo la Dominga, estuvo la Lalita
que es una mujer con una fortaleza grande, se llama
Gladys Cruz; estaba también, la Juana Chávez Pulgar ella
era la que manejaba y la primera presidenta de la
organización, la Lidia Tabilo, la Nelly Lemus Villa de
“Antofagasta” , éramos cinco las que andábamos y
subíamos arriba del vehículo y nos íbamos a armar
organizaciones y nos faltó Chañaral. En Chañaral se
constituyó hace poco, como dos años atrás se constituyó
Chañaral, pero el resto, por todos lados organizaciones”
(Florencia Aróstica).
La Misión de RATMURI: su principal misión la comparten
con ANAMURI, la cual es “Contribuir al desarrollo integral
de las mujeres rurales e indígenas, considerando los
aspectos laborales, económicos, sociales y culturales, a
través del estímulo a la organización y su fortalecimiento.
Todo su quehacer está sustentado en una ideología que
apunte a la construcción de relaciones de igualdad,
considerando la condición de clase, género y pueblos
originarios, en un medio ambiente de relaciones de
respeto entre las personas y la naturaleza”.
La misión para las mujeres que participaron en los talleres
se refleja en las siguientes afirmaciones: “La misión para

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mi es la autonomía de lo religioso y lo político no
partidista. Somos anti modelo neoliberal y anti modelo
mercantilista. Volver a nuestras formas de vida de
nuestros antepasados, a los trueques, tú me ayudas, y yo
te ayudo” (Eliana del Pilar Vergara).
“La misión es con autonomía en lo religioso e ideología de
los partidos políticos. Somos anti- modelo neoliberal y
rescatamos la solidaridad a través de los “trafquintu”
(Rosario Gómez).
Líneas de Acción: entre sus principales líneas de acción,
se encuentra la representación de organizaciones de
hecho, naturales y jurídicas de la región de Atacama,
representación, defensa y promoción de los derechos de
las mujeres, rurales, campesinas e indígenas en el
territorio regional, acogiendo la diversidad productiva de
las mujeres, aglutinando sus intereses y las demandas, de
manera autónoma de las creencias religiosas, los partidos
políticos, los organismos públicos y el Estado.
RATMURI, valora la generación de redes locales,
comunales y provinciales y el fortalecimiento de alianzas
solidarias con organizaciones sindicales mixtas y de
mujeres y ONGs que trabajan por el desarrollo de las
capacidades de las mujeres rurales e indígenas, la defensa
del medio ambiente y las redes de organizaciones
ambientalistas que luchan por los derechos del agua,
tierra y territorios. Entre sus principales áreas de trabajo
se encuentra la formación permanente de sus socias con
enfoque de género, para facilitar la comunicación y
generando espacios de mayor visibilización entre
mujeres, por las mujeres y para las mujeres.
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Los principales Ejes Temáticos Trabajados son:

 Soberanía Alimentaria,
 Derechos de las Mujeres Asalariadas Agrícolas,
 Reforma Agraria, Tierra y Territorios,
 Derechos Humanos,
 Capacitación y Formación, entre otros.

Entre sus ejes de capacitación y campañas permanentes


de trabajo se encuentran: La Soberanía Alimentaria y la
defensa de las semillas, como patrimonio de los pueblos
al servicio de la humanidad. La campaña permanente por
“NO más Agro tóxicos” en defensa de una mejor calidad
de vida, por una agricultura sustentable y agroecológica,
rechazando las semillas modificadas genéticamente y los
alimentos transgénicos en defensa de la salud de las
personas y por una alimentación sana para los niños y
niñas.
La Campaña “No más violencia hacia las mujeres en el
campo”, se inserta en el Área de Derechos Humanos,
rechazando todo tipo de violencia hacia las mujeres, ya
sea en el ámbito familiar, de pareja, sexual o institucional.
Es una Campaña lanzada por la Vía Campesina y las
organizaciones sindicales-rurales en el continente la han
asumido desde diferentes actividades que van desde
campañas comunicacionales hasta acciones directas.
Desde ANAMURI, se han realizado talleres de formación
para socializar esta problemática en las que han
participado dirigentas y socias de RATMURI.

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Eje temático de Derechos de las Mujeres Asalariadas
Agrícolas
Desde los relatos de las participantes, podemos obtener
que uno de los trabajos más permanentes de RATMURI,
ha sido el frente de Asalariadas Agrícolas, ha habido
constitución de sindicatos de trabajadoras temporeras
que han marcado una trayectoria para las mujeres
trabajadoras de este rubro, que han ingresado a los
sindicatos y/o al Frente de Asalariadas Agrícolas de la
organización regional y que desde el ámbito de la
representación han sido enviadas a participar en
ANAMURI, en la Comisión de Asalariadas Agrícolas
conformada a nivel nacional.
En los Tribunales Éticos que realiza ANAMURI, se exponen
los casos más emblemáticos del abuso patronal y las
situaciones extremas a las que se ven expuestas las
mujeres asalariadas agrícolas, particular importancia para
la RATMURI, tuvo el Tribunal Ético realizado el 25 de
noviembre del año 2008 en el marco del día Internacional
de la “No más violencia hacia las mujeres”. Y
explicaremos porqué este Tribunal afectó de manera tan
directa a la RATMURI.
Cecilia Ortiz Loaiza, más que un caso, una vida, una
familia...
La trabajadora agrícola Cecilia Ortiz Loaiza, de 34 años de
edad, falleció en el Hospital Regional de Copiapó, de la
Región de Atacama, el día 23 de enero del año 2008. El
motivo exacto de su muerte hasta la fecha no ha sido
aclarado. Cecilia, jefa de hogar y madre de tres hijas,

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trabajaba en el sector agrícola industrial desde los
dieciocho años, trabajadora muy eficiente se desempeñó
con responsabilidad para el predio Villa María, por lo que
en los tiempos en que transcurre esta historia, fue
ascendida a supervisora, llegaba al packing a las diez de
la mañana y no regresaba al hogar cuidado por su madre,
a las tres o cuatro de la madrugada. A veces también
trabajaba los días domingos.
Su responsabilidad consistía en supervisar a los
encargados, de limpiar y seleccionar el embalaje de uva
de mesa, controlar la higiene del personal y supervisar el
embalaje de la fruta en el frigorífico, su presencia es
requerida durante toda la jornada laboral. Esto comenzó
a traer consecuencias en la salud de Cecilia, debía
permanecer muchas horas de pie y los bruscos cambios
de temperatura (en el tránsito desde las salas de
embalaje del frigorífico hasta las salas de limpieza de las
uvas), situación agravada por la deficiente ventilación del
packing. El día 8 de enero del año 2008, se produjo una
abundante liberación de amoniaco producto de una
rotura en una válvula de la cámara frigorífica, en la que
ella se encontraba presente.
Llegó muy cansada a su trabajo y tuvo vómitos por la
noche, comenzó entonces una seguidilla de malestares
que la llevaron una y otra vez a los centros de urgencia a
los que tenía acceso : se le otorgó licencia médica en dos
ocasiones, pero a pesar de eso, el capataz de la empresa
le solicitó que se reintegrara a su labores por problemas
en el packing, nuevamente el 23 de enero la madre de
Cecilia debió llevarla a la posta rural de Tierra Amarilla,

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donde fue derivada al hospital Regional de Copiapó,
producto de sus malas condiciones físicas. Fallece a las
tres horas siguientes a su internación.
El caso de Cecilia, fue difundido ampliamente por la
prensa atacameña, la comunidad toda se estremeció con
su muerte, su madre quedó en la indigencia junto a sus
tres nietas, y la autoridad sanitaria de la región actúo de
forma irregular e inconsistente al justificar el NO
PROCEDE, de una investigación sobre la causa de su
muerte y su relación con el accidente no declarado de la
empresa.
Lamentablemente sucesos extremos como estos, siguen
sucediendo en el sistema laboral de la agro-exportación y
la madre de Cecilia no encontró respuesta a su clamor de
justicia. En homenaje póstumo a Cecilia cuando se formó
el Sindicato de trabajadoras de temporada se le puso su
nombre.
Primer Congreso Nacional de ANAMURI
Otro hito importante en la trayectoria de RATMURI, lo
constituyó la participación en el Primer Congreso de
ANAMURI, este gran evento nacional que también tuvo
mucha presencia de participación internacional, se realizó
en el Centro Cultural Estación Mapocho, entre los días 21,
22 y 23 de marzo del año 2007, pero este fue un proceso
de todo un año de discusiones locales, comunales,
provinciales y regionales que culminaron con la presencia
de más de mil delegadas de todo Chile en la ciudad de
Santiago, llenando de colorido y banderas
organizacionales las calles de las Región Metropolitana.

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Los sueños que llevaron las mujeres atacameñas en esa
oportunidad fueron:
 Seguir intercambiando experiencias “como dicen
nuestras hermanas indígenas, hacer un gran
trafquintu o trueque, con las mujeres collas, debemos
unirnos y ser una sola mujer, para defender con
fuerza y decisión nuestra agua, nuestra tierra y
nuestras semillas”.
 Ser protagonistas de nuestro propio desarrollo y de
nuestros pares, crecer y convertirnos en una red
consolidada, para representar a los sectores rurales
de todas las comunas y que la organización sea
interlocutora ante las autoridades.

El camino recorrido hacia el Congreso Nacional fue a


través de los Congresos locales realizados en Freirina, San
Pedro, Toledo, Caldera y Vallenar. Además se realizó un
Congreso Regional con las mujeres asalariadas agrícolas.
Los congresos Comunales se realizaron en Freirina,
Vallenar, Alto del Carmen y Copiapó. El Congreso regional
se realizó en la localidad de El Tránsito, en la Comuna de
Alto del Carmen, los días 23 al 25 de febrero del año
2007. Las mujeres indígenas y campesinas de Atacama
trabajaron el proceso desde el mes de agosto del año
2006, hasta llegar al Congreso Nacional.

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Los principales temas debatidos en esa oportunidad
fueron los siguientes:
 Contaminación de suelos, agua y aire por polvos y
productos químicos.
 Mujeres temporeras de productos del mar, sin
reconocimiento de enfermedades profesionales.
 El empleo precario y trabajo en condiciones de
explotación esclavizante.
 Pérdida del patrimonio y la diversidad ecológica,
cultural, social y de la memoria histórica de la
práctica de consumo y preparación de los alimentos
tradicionales y comidas típicas.
 El abandono del campo por los hombres y mujeres
jóvenes.
 La pérdida de la tierra hace que muchos campesinos
hayan pasado de productores a trabajadores. Ahora
son empleados/as de las transnacionales y
corporaciones mineras.

Causas de los problemas debatidos:


 Los recursos naturales son finitos, se acaban, y se
están explotando de forma descontrolada.
 La tierra es escasa y de baja productividad, por la
falta de agua, muchas veces no es posible seguir
cultivando.
 Mucha gente ha dejado de producir su tierra o la ha
vendido.
 Expansión de los monocultivos de parronales.
 Las mineras invaden nuestro territorio y acaparan
grandes cantidades de agua.
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 Abuso patronal e injusticia por parte de los
empleadores.
 Cierre de Escuelas Rurales.

¿Qué queremos construir? ¿Qué queremos sembrar?


¿Cómo queremos participar?
 Una mejor calidad de vida para las mujeres rurales y
sus familias, con salud, educación y trabajo digno.
 El reconocimiento de los derechos ancestrales, el
respeto a la diversidad cultural, el respeto a los hitos
o lugares patrimoniales y el reconocimiento de la
tierra con derechos asociados al agua.
 Crear conciencia sobre el cuidado y protección del
medio ambiente, en nosotras mismas, en nuestras
familias, en las comunidades y en las empresas.
 Con una Red fortalecida, creadora y que lucha por sus
derechos.

La consiga que recorrió el primer Congreso Nacional fue:


“ATACAMA RURAL Y CAMPESINA LUCHA POR EL AGUA Y
DEFIENDE LAS SEMILLAS”

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Poema el eslabón
Por Danitza Ortíz.

Adopto una semilla


Para llevarla a mi tierra
Y que bajo las estrellas
Germine y crezca bella
Sembrando con esperanzas
Con cariño y tesón
Te entrego en tus manos
Esa es mi misión
Para que la reproduzcas
Y la entregues a otras
Que no se corte la cadena
Llevando la hierba buena
El cilantro y la lavanda
Con un poco de matico
De trigo y de cebada
La tierra ya está lavada
Trae la pala y el azadón
Con cariño te resguardo
No cortes el eslabón

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CAPITULO III
Soberanía alimentaria y educación socio-comunitaria,
para el resguardo de nuestros frutos.
En el tercer capítulo, nos centramos en uno de los temas
más recurrentes en nuestros conversatorios, a saber, la
“Soberanía Alimentaria”. Era inevitable que se retomara
este tema, más aun cuando de las nueve mujeres
participantes de este espacio de creación biográfica-
literaria, tres de ellas estaban regresando de la
realización de la Segunda Escuela Nacional Agro-
ecológica- IALA de Auquinco “Sembradoras de
Esperanzas”.

¿Qué es Soberanía Alimentaria?


Desde la página de ANAMURI, encontramos su definición
que dice: “Soberanía Alimentaria es conservar las semillas
ancestrales para el patrimonio de generaciones
venideras, para que tengan una vida sana, para
entregarlas en la propuesta ecológica de cada hogar.
Estas nos permiten a las mujeres implementar y practicar
en terreno la soberanía alimentaria como propuesta de
producir alimentos sanos. Es el derecho de los pueblos a
producir su propio alimento, como alternativa al modelo
capitalista, desde la Vía Campesina, también se sostiene
que la agricultura campesina ayuda a disminuir los
efectos del cambio climático y ayuda a enfriar el planeta”.

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¿Qué nos dijeron las participantes?
Rosario, nos señaló: “La soberanía alimentaria
comprende Los productos nativos, los saberes sobre los
conocimientos ancestrales, los saberes y sabores, los
intercambios de semillas los procesos reflexivos
transformadores”.
Eliana planteó que: “La soberanía alimentaria es una
salida del modelo político actual, de producir al estilo
ancestral, nuestra respuesta es a las preguntas ¿para
quién producimos y porqué producimos?”
Mientras que, para Sonia: “la soberanía alimentaria es
una propuesta política, es una forma de producir la
diversidad de los productos. Yo fui siempre pobre pero
nunca pasábamos hambre. Cuando las compañeras
fueron a la Expo-Rural, expusieron en el Parque Comunal
de la Reina y llevaron el COPAO. Cuando yo estaba
embarazada tuve mucha leche gracias al copao”.
Mireya: “Yo recuerdo que me levantaba temprano a sacar
la leche, hacía los quesos, cuando se tienen animales no
tienes feriados, no tienes fiesta, ni nada de eso. Ahora me
da nostalgias, yo pasaba mucho tiempo en el campo,
sacábamos mucha leche, en el tiempo del Desierto Florido
era una maravilla porque sacábamos mucha leche a las
cabras, una no daba abasto”.

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Pero, ¿Qué es la Soberanía Alimentaria?
“Sin comunidades campesinas e indígenas no hay agricultura,
Sin agricultura no hay alimentos,
Sin alimentos no existe soberanía alimentaria
y soberanía política de los pueblos”.

La Soberanía Alimentaria es un principio acuñado por la


Vía Campesina en el año 1996, en contraposición al que
utiliza la FAO, denominado Seguridad Alimentaria. Y
Todas las organizaciones pertenecientes a Vía Campesina
han realizado múltiples encuentros, talleres y seminarios
en donde se ha reflexionado sobre la significación e
importancia de la soberanía alimentaria, y su definición
que será nuestro marco de referencia, es la siguiente: “La
soberanía alimentaria es el derecho de cada pueblo a
definir sus propias políticas agropecuarias y en materia de
alimentación, a proteger y reglamentar la producción
agropecuaria nacional y el mercado doméstico a fin de
alcanzar metas de desarrollo sustentable, a decidir en qué
medida quieren ser autosuficientes, a impedir que sus
mercados se vean inundados por productos
excedentarios de otros países que los vuelcan al mercado
internacional mediante la práctica del “dumping”... La
soberanía alimentaria no niega el comercio internacional,
más bien defiende la opción de formular aquellas
políticas y prácticas comerciales que mejor sirvan a los
derechos de la población a disponer métodos y productos
alimentarios inocuos, nutritivos y ecológicamente
sustentables” (Vía Campesina).

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Sobre el proceso de Formación en Agroecología IALA
El Instituto de Agroecología Latinoamericano - IALA,
denominado en Chile “Sembradoras de Esperanzas”.
Tiene tres años de proceso de construcción desde lo que
significa el espacio físico de la casona y lo que es en
paralelo el proceso metodológico implementado por el
Equipo Político Pedagógico - CPP que ha ido creando una
malla curricular que respeta los conocimientos
ancestrales a través del diálogo de saberes.
En esta segunda versión participaron en la escuela las
compañeras María Angélica de Copiapó, Danitza de
Vallenar, Mirna de Copiapó y Eliana del Pilar de Toledo. La
presidenta de RATMURI, nos cuenta que Mario Ahumada,
uno de los profesores del IALA, el día de la clausura del
curso con la entrega de certificados a las alumnas
participantes, le comenta: “te felicito Florencia por las
cuatro alumnas que mandaron”.
CAPACITACION PARA LAS MUJERES CAMPESINAS Y
RURALES
Otro de los Ejes de trabajo, considerados en la RATMURI
es la capacitación y formación permanente de sus socias y
dirigentas. Ya lo manifestaron en diferentes momentos
las propias directoras en los conversatorios relacionados
con este tema. La propia presidenta, lo destaca en su
entrevista, y lo manifiesta como un aporte invaluable
para el desarrollo personal, cuando nos dice que la
capacitación es un eje transversal y que tanto ella como
otras participantes de la RED han viajado a cumplir
diferentes misiones y a integrar procesos de formación en

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América Latina y el mundo conociendo otras experiencias
de organizaciones campesinas. En sus demandas públicas
ante el Estado manifiesta que aún quedan situaciones
pendientes que resolver, como la creación del Ministerio
Indígena y/o Consejo del Pueblo.
La capacitación nacional e internacional, les ha dado la
oportunidad de conocer otras mujeres, otras realidades
campesinas y otros procesos organizativos que aumentan
el conocimiento y capacidad de manifestarse en público
junto a sus pares y autoridades institucionales.
La participación y empoderamiento de las mujeres
La participación de las mujeres rurales e indígenas, en la
región de Atacama, les ha servido para adquirir seguridad
en sí mismas, y han logrado reconocerse y empoderarse
en la defensa de sus derechos.
El mayor conocimiento en las mujeres rurales e indígenas
también hace la diferencia en el manejo de la
productividad y los recursos naturales.
REFORMA AGRARIA
Una experiencia de empoderamiento por la defensa de
la Tierra, el Agua y el Territorio.
Las mujeres en ese proceso no fueron activistas
principales, ni portaron las banderas que flamearon a
favor de la sindicalización campesina, tampoco lideraron
las grandes marchas que pedían igualdad y justicia para
ese sector de nuestra sociedad, pero no lo hicieron
porque no quisieran, no lo hicieron porque si el

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campesinado era un sector postergado, mucho más lo
eran las mujeres que vivían en el campo.
No olvidemos que en el sector latifundista imperante en
aquella época aún se practicaban diversos tipos de
vejámenes a los derechos de humanas/os, como el
“derecho a pernada” que ejercían los patrones, violando
a las mujeres jóvenes, hijas de sus peones. Mientras que,
las mujeres en su etapa adulta, debían entregar su mano
de obra a la casa patronal en las tareas de lavado,
planchado, aseo, cocina y cuidado de los niños/as de los
patroncitos.
Le debían obediencia por el sólo hecho de pertenecer al
inquilinaje de la hacienda y recibir por ello un derecho a
una vivienda, sin las mínimas condiciones higiénicas, sus
hijos/as no tenían acceso ni derecho a educación, y
muchas veces las familias eran analfabetas.
Esas mismas mujeres, que por años fueron maltratadas
por los latifundistas, bajo el proceso de la Reforma
Agraria que comenzó en 1967, pudieron acceder a
conocimientos básicos sobre derechos sociales, laborales
y culturales, labores de costura y economía doméstica, a
socializar con otras en un plano de igualdad y de
relaciones reciprocas, como integrantes de las familias
que comprometían un proyecto futuro.
Esas mujeres que poco a poco se fueron organizando en
los Centros de Madres, en las tareas complementarias a
los Centros de Reforma Agraria (CERA) y a los futuros
sindicatos que las fueron integrando bajo un discurso

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nuevo en que hombres y mujeres tienen un lugar en la
historia, en su desarrollo y la construcción de país.
Por eso el compromiso de ANAMURI, es recordar la
memoria, “un pueblo que no tiene memoria no construye
su historia” y que falta le hace a este pueblo hoy en día
reivindicar esa memoria, por el pasado, presente y futuro
que trae otros cambios socioculturales cuando abre sus
puertas a la migración, sin tener políticas claras sobre ese
tema específico; Que recibe día a día mujeres migrantes
que llegan a integrar los cordones de pobreza de este país
y a recordarnos que hace 50 años, nuestras mujeres
campesinas vivían bajo otras circunstancias, pero con
similares características de hacinamiento, de pobreza y
discriminación en un medio en que la condición humana
se rebaja al extremo de la degradación y en que el poder
del capital se sobrepone y se ensaña bajo un sistema
individualista y mercantilista.
Ese dominio del poder que deja impune la corrupción de
quienes deben defender el orden y la justicia y deja
impune las grandes componendas político-empresariales
para afianzar candidatos que no tienen intención de
recordar, ni mucho menos aplicar leyes que reviertan
justicia a las grandes inequidades cometidas por décadas
a nuestros recursos naturales, al extractivismo aplicado a
la tierra y mar y a la usurpación de nuestros
territorios.*(Extracto artículo Mafalda Galdames,
publicado en el Boletín El Correo de las Mujeres del
Campo de ANAMURI).
En el conversatorio realizado sobre este tema, las
mujeres hicieron planteamientos que unen la temática
pág. 45
indígena con el tema de la Reforma Agraria, lo que nos
induce a pensar que una lucha por una nueva Reforma
Agraria, debe contemplar la problemática indígena,
incluyendo a los pueblos originarios, pagando de este
modo una deuda histórica que han mantenido los
sucesivos gobiernos que han transitado en el poder
ejecutivo de Chile.
Otro tema recurrente que salió en muchas de las
opiniones fue la entrega de tierras para las mujeres y los
jóvenes. Las opiniones de las participantes sobre la
Reforma Agraria, se reflejan en la siguiente iconografía:

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DERECHOS HUMANOS
Los derechos humanos ha sido un tema de relevancia
nacional en el periodo de la dictadura cívico-militar; El
primer gobierno de la “transición a la democracia” se
abocó principalmente a esclarecer los crímenes
cometidos, las desapariciones de las personas y a
dignificar, y reivindicar a los hombres y mujeres militantes
de los partidos de izquierda y muchas víctimas inocentes
que murieron en las sucesivas protestas nacionales,
(incluso niños/as menores de edad que fueron
brutalmente asesinados/as), sin juicios previos y bajo una
política comunicacional que acallaba sistemáticamente
los clamores de la gran mayoría de este pueblo que pedía
verdad y justicia.
Conocidos son los sucesos de Lonquén, Paine, Cuesta
Barriga, donde quienes fueron asesinados eran dirigentes
campesinos actores principales en la época de la Reforma
Agraria y quienes pagaron con sus vidas al creer en los
procesos de dignificación para las familias campesinas.
Hoy la lucha principal por tierra, territorios y autonomía
para los pueblos la llevan las comunidades mapuche, con
un alto costo e impacto entre las familias, pues la
represión por parte del Estado se ha instalado, ejerciendo
acciones militarizadas permanentes, soplonaje e
infiltración para producir la división, el desconcierto y el
temor permanente entre las mujeres y los
niños/menores.
Macarena Valdés, es uno de los ejemplos de esta
represión militarizada en concordancia con las empresas
forestales y las empresas de construcción de represas,
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pues ella se oponía terminantemente a la instalación de
una de ellas. Nadie cree en su suicidio, antes había sido
amenazada. Macarena tenía tres hijos pequeños, uno en
estado de lactancia materna. Podemos creer en una
determinación de esa naturaleza, ¿no nos recuerda eso el
“suicidio” de Gervasio?, el cantante opositor del régimen
militar, donde todo indica que fue asesinado. Ambos
casos permanecen en la impunidad.
Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica-TTP
Otro aspecto clave, tiene relación con la lucha contra el
acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica, para
las participantes este acuerdo representa una amenaza, y
lo cuestionan en más de una oportunidad “cómo
hacemos frente a la nueva oleada imperialista con
relación a los nuevos tratados de libre comercio, hoy
materializado en el Acuerdo Transpacífico de
Cooperación Económica-TTP.
Este es un acuerdo comercial que por estos días se
encuentra en el parlamento para ser votado, sin previa
consulta indígena. Es de suma importancia que tomemos
consciencia, estemos alerta y con una posición activa
frente a este flagelo que sería la peor de las catástrofes
que nos pudiera ocurrir como pueblos originarios y
sociedad en su conjunto, puesto que de ser aprobado se
pone en riesgo nuestros conocimientos tradicionales,
perderemos nuestro patrimonio cultural como las
semillas y con ellas todo el desarrollo productivo y
alimentario de nuestros pueblos” (Informe Político
Comisión Indígena ANAMURI) .

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“De ratificarse el TPP los futuros gobiernos y parlamentos
deberán legislar tomando en cuenta los intereses de las
transnacionales y de los grandes capitales, ya que
cualquier medida, ley o política pública que restrinja y
controle sus potenciales ganancias permitirá a las
empresas demandar al Estado Chileno a tribunales
privados extranjeros y el pago de multas millonarias que
implica los recursos de todos los chilenos. De ratificarse el
TPP entrarán también en conflicto los convenios que
Chile ha firmado con la OIT, especialmente el Convenio
169 referido a los derechos de los pueblos indígenas y
tribales resultarían aún más sojuzgados pudiendo su
aplicación ser calificada como “derechos especiales” y por
tanto también impugnables frente a tribunales privados
extranjeros y ser el país sancionado con suculentas
multas que irían a parar a los mismos bolsillos de los que
hoy nos explotan y despojan”.
Recuerdos sobre sabores y saberes:
En las conversaciones las mujeres se entusiasman,
comienzan a salir los consejos, las recetas y recuerdos
sobre los usos de los productos nativos, como el chañar
algarrobo, el churque, el tomatillo y el pimiento. Les
solicitamos que nos expliquen para qué sirve el churque
y los otros productos que ellas nombraron.
El Copao: es como un cactus de mediano tamaño, ese
sirve para prevenir la diabetes, antes se hacía mucha
recolección de copao.

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El Churque: Es un espino que crece en la Región de
Atacama, es un arbusto que florece y da frutos, su flor es
amarilla y muy fragante, atrae los insectos y cuando
germina le sale la semilla que se encuentra al interior de
una vaina dura de color café oscuro, sus semillas son
largas y duras.
De la semilla del churque se puede hacer harina. Se utiliza
para complementar con la harina del chañar y hacer un
pan de pascua rico en proteína natural. También se puede
producir una rica variedad de café con aroma y
energizante natural, no produce dependencia, pero,
ayuda a mantener despierta a las personas en las faenas
duras, “para el aluvión del 2015 sirvió para mantener
despiertos a los funcionarios del Hospital de Copiapó que
pasaron cinco días y cinco noches sin cambio de turno y
sin descansar”, “No es muy conocido a nivel nacional,
pero mejor porque si fuera así de seguro se ponen a
cultivarlo para exportar”. “El churque nació libre y así se
debe mantener, hay que cuidar sus semillas porque es un
arbusto ancestral, para que las generaciones venideras lo
puedan disfrutar, sus arbustos albergan los mejores nidos
para las tórtolas que crecen libres en los campos de
Toledo, San Pedro, Piedra Colgada, La Chimba y muchas
más” (opiniones de las participantes).
“Las semillas nativas poseen la riqueza de ser productos
sin contaminantes ni aditivos de agro tóxicos, Y las
mujeres rurales de nuestra región debemos difundir su
valor para defenderlo de la extinción” (Participante).

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Algunos consejos prácticos son:

 La salvia con raspadura de limón sirve para bajar la


fiebre.
 Para aplacar el principio de la meningitis se usaba el
la semilla del árbol algodón, empapada en leche
materna.
 Para aplacar la enfermedad del aire del estómago se
usa la raíz de Malva, especialmente para realizar el
lavado estomacal, con la hierba de malva.
 Para bajar la fiebre: con rosa del año (o la enredadora
de rosa). También se usa el tomate con sal, el limón
con miel y el limón con aceite y sal.
 El árbol del Pimiento, usando sus cogollos tiernos
sirven para curar la resaca y el dolor de estómago.
 Para mejorar la “Piria Calambre” nada mejor que el
agua de pimiento.
 El tomatillo reemplaza a los des-manchadores.
 La fecha de nacimiento de las “guaguas”(bebes)
Florencia cuenta que su madre sabía por la fase de la
luna cuando un bebé iba a nacer. Dice “mi mamá nos
decía en esa luna va a nacer”. Y por la luna sabía que
sexo iba a tener. Mi madre era curandera y partera.

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ABEJITA VIAJERA
Por Dominga Suárez

Abejita viajera

Tú que me acompañas en mi trabajo

Y vas de campo en campo

Viendo morir los charcos

Posando tus benditas patas

Sobre las flores que darán su aroma

Sabor y colores

Jugueteando con mis amores.

pág. 52
pág. 53
CAPÍTULO IV
Nuestras Semillas
Nuestras semillas, es el último capítulo de Memorias
desde las Raíces, que rescata una fracción de los
recuerdos y actividades realizadas de esta red de
cincuenta y ocho organizaciones de mujeres que
constituye RATMURI. Siendo este, sólo el primer paso
para seguir sistematizando las memorias de las mujeres
rurales e indígenas que resisten en el Desierto de
Atacama. Luego de culminar un año de trabajo, es
necesario reflexionar sobre las semillas, los legados que
ha sembrado esta organización en veinte años de trabajo.
Es momento de pensar sobre los relatos aquí analizados,
comprender los tiempos de altos y bajos, las decisiones
que fueron acertadas, como las que no lograron
concretarse en favor de una efectividad en las tareas
y/o responsabilidades frente a una labor dirigencial.
Veinte años de aprendizajes vitales, de sueños, de
encantamientos y desencantamientos. Veinte años de
organización, lucha, solidaridad y complicidad entre las
mujeres (sororidad) y rebeldías por tanta ansiedad y falta
de respuesta a las injusticias sociales, veinte años de
alegrías compartidas por la satisfacción de luchar por una
vida más digna, por un buen vivir y en fin, como dice la
canción en una de sus estrofas “Eso de jugar a la vida es
algo que a veces duele…“ (Amparo Ochoa, cantante
mexicana).

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En los talleres, las participantes plantean que, desde su
sentir-pensar, las principales semillas que siembra
RATMURI son:
 La participación y empoderamiento de las
mujeres.
 Las capacitaciones y formación.
 Redes con mujeres de todo Chile.
 Redes con campesinas/os e indígenas del mundo.
 Apoyo mutuo y contención.
 Un espacio para la escucha, cuarto propio.
 Propiciar saberes ancestrales, como el cuidado de
las semillas.
 Educar sobre la no violencia.
 Un espacio para mujeres de todas las edades.

Capacitarse para empoderarse


En el grupo, se establece que la principal semilla es “La
participación y empoderamiento de las mujeres rurales e
indígenas de la región de Atacama”, dado que las
participantes consideran que las capacitaciones
nacionales e internacionales, y los procesos vividos en
RATMURI, han permitido que las mujeres protagonistas
se liberen y junto con ello han logrado liberar las cadenas
de otras generaciones de mujeres y de sus familias.
Además, estos procesos les han servido para adquirir
seguridad en sí mismas, y han logrado reconocerse y
empoderarse en la defensa de sus derechos.
Al mismo tiempo, ha permitido hacer alianzas con
mujeres de otros territorios. En la palabras de una de las

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participantes: “Mi organización me da la fuerza para
creer, valorarme, desarrollarme y empoderarme como
mujer; para servir a quién lo necesita y aprender de otras
mujeres que están más informadas, para crecer como
persona, para dar capacitaciones a todas las mujeres y
fortalecer la organización. Estoy segura que la
organización me dio la oportunidad de servir”(María
Yañez).
“El viaje que he realizado desde la organización ha sido
como un tren, a cada problema he sumado un carro más,
con herramientas, según sea la lucha que vamos a dar.
Toda mujer debe tener más sabiduría desde lo popular
con sus conocimientos de cocina, arte, manualidades,
derechos ancestrales y demandas sociales”(Participante).
Es así, como las mujeres que han juntado sus experiencias
vitales y sus biografías en torno a RATMURI, se sienten
más fuertes, con más conocimientos y respaldo para
llevar a cabo las demandas sociales que afectan el
territorio.
El empoderamiento en las mujeres rurales e indígenas
hace la diferencia en la protección del medio ambiente, y
sus efectos sociales. En los tiempos actuales, es
apremiante el curso productivo que ha tomado la región
de Atacama, siendo la provincia del Huasco, la última
frontera verde del desierto de Atacama, que hoy se ve
amenazada por proyectos como Nueva Unión, Cerro
Blanco, Pascua Lama, proyectos que darán empleo por un
tiempo reducido en comparación con los grandes
desastres socio-ambientales asociados.

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Apertura a nuevas generaciones
Otro tema que se vuelve recurrente entre las mujeres de
la organización que participaron de este taller, tiene
relación con su preocupación por el recambio
generacional y la integración de mujeres jóvenes a la
organización. Desde el punto de vista de las
participantes, “se necesita renovación generacional e
ingreso de nuevas dirigentas jóvenes” (Mirna), dado que
de esta manera se resguardaría la continuidad de
RATMURI. En la misma línea argumental, interviene
Patricia, señalando: “hay que incentivar a las mujeres
jóvenes para el recambio de las dirigentas. Y tener más
fuerza para los cambios sociales, sobre la explotación
laboral y las injusticias que se cometen en contra de las
mujeres”. Y la apoya Doris: “tenemos que incentivar a las
mujeres jóvenes para que se hagan cargo de los
recambios en la organización y tener ideas más frescas”.
Desde el punto de vista de Eliana del Pilar, “es necesario
un recambio generacional y estar en grupos, estar en una
organización para tener más voces para ser escuchadas y
tener más empoderamiento las mujeres”. Finalmente,
sobre este tema también se expresa Sonia Ramos, quien
señala que: “el empoderamiento nos permite sembrar
saberes y derechos en las mujeres jóvenes y hacer que
ellas asuman los roles de lucha para generar cambios en
la historia”.
Se percibe la necesidad de compartir sus experiencias de
veinte años de lucha organizada, y sus saberes con otras
generaciones, son un grupo de mujeres generosas, que
sin miramientos, entregan lo más preciado: su sabiduría.
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Terminando, queremos dejar manifiesto dos grandes
temas recurrentes en las “conversaciones de pasillo”, Es
necesario destacar que en los conversatorios y grupos de
creación colectiva, elaborados con el objetivo de diseñar
este libro, prevaleció un sentimiento de malestar sobre la
clase política partidista, puesto que las mujeres señalan
sentirse “utilizadas”, mencionaron que llevan “años
haciendo demandas para la región, que fueron hechas
durante décadas atrás y no han sido escuchadas y/o
solucionadas por los sucesivos gobiernos de la
Concertación primero, o la Alianza de la Nueva Mayoría
después”(participante).
Otro tema que se queda en el tintero, y fue central
durante las conversaciones fuera de los horarios, en los
pasillos y cafés, tiene relación con la reconstrucción de
Atacama post aluvión, poniendo el duda el real uso de los
dineros destinados a la reconstrucción de la Tercera
Región de Atacama.
Finalmente, reiterar que este sólo es el primer paso, de
sistematizar y resguardar las memorias de una
organización que en veinte años y desde sus raíces como
ellas bien lo han manifestado ha creado brotes y dado
hermosos frutos en Atacama, siendo el principal: un
racimo de mujeres aguerridas, fortalecidas, capacitadas y
comprometidas con el ejercicio del liderazgo que procura
el bienestar social. Esperamos que este trabajo sirva de
inspiración para otras mujeres, y futuras generaciones.
Es muy complejo ponerle fin a este libro, que ha pasado
por tantos corazones generosos que han puesto una
semilla para que de él broten los más dulces frutos; frutos
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que propicien el amor, la unión y la sororidad entre las
participantes de RATMURI y en general para todas las
mujeres de Atacama.

DIRECTORIO 2016/2018
Red Atacameña de Mujeres Rurales e Indígenas

 Florencia Aróstica Cordero - Presidenta

 Inés Carvajal Rojas - Vice Presidenta


 Marcela Torres Bustamente - Secretaria

 Kiriaht Campillay López - Tesorera


 Mireya Aróstica Cordero - Directora

 Rosario Gómez Inostroza - Directora


 Elizabeth Trigo Carrasco - Directora
 Sonia Ramos Araya - Directora
 Maria Rivera Ortíz - Directora
 Luminda Carrasco Escobar - Directora

 Feliza Araya Barrios – Directora

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Glosario
•ANAMURI: Asociación Nacional de Mujeres Rurales e
Indígenas.
•CEDAW: La Convención sobre la Eliminación de la
Discriminación Contra la Mujer
•CEPAL: Comisión Económica Para América Latina y el
Caribe
•CLOC: Coordinadora Latinoamericana de Organizaciones
Campesinas
•FLACSO: Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales
•IALA: Instituto Agroecológico Latinoamericano.
•INSTRAW: Instituto de Investigación y Capacitación para
el Avance de la Mujer de las Naciones Unidas (nombre en
inglés)
•OIT: Organización Internacional del Trabajo
•ONU: Organización de Naciones Unidas
•PRODEMU: Fundación para la Promoción y Desarrollo
de la Mujer.
• RATMURI: Red Atacameña de Mujeres Rurales e
Indígenas.
•Trafquintu: trueque.
•SERNAMEG: Servicio Nacional de la Mujer y Equidad de
Género.
•Sororidad: hermandad, apoyo, unión entre mujeres.

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