Pulido-Martínez, H. C. (2011). Psicología y trabajo: una relación bajo examen. Psicología y Política Públicas. Aportes desde la Academia, 123-144
El propósito que el texto pretende es mostrar un análisis crítico de la relación
existente entre la psicología y el trabajo, vínculo que surge en el momento en que la disciplina promete aliviar aquella tensión entre las capacidades o habilidades del trabajador para cumplir con sus labores y la voluntad del mismo para realizarlas. Con el fin de cumplir con este objetivo, el conocimiento psicológico busca implementar estrategias psicológicas que controlen las ‘fuerzas internas’ del trabajador por medio de un proyecto de felicidad, el cuál conducirá a un aumento en la productividad y por lo tanto a el beneficio de las organizaciones que hacen parte de la sociedad liberal capitalista.
Pese a esta aceptación de la psicología en el mundo del trabajo, aparece una
pregunta relacionada con las transformaciones que el trabajo y las distintas maneras de emplear han tenido recientemente. La cuestión es: Si el empleo se reduce y aparecen nuevas condiciones laborales, ¿podría la psicología seguir teniendo un lugar en este mundo del trabajo? Como es bien conocido por todos, han surgido nuevas formas de trabajar en las cuales los empleos no giran alrededor de contratos permanentes o de pagos mensuales. También, ha ido desapareciendo la barrera que existía entre el trabajador como persona ajena de su empleo y las tareas que este realiza, lo cual se puede evidenciar cuando algunas empresas llevan a cabo visitas domiciliarias a sus trabajadores. Adicional a esto, la tercerización, que consiste en que las empresas usan ‘terceros’ para contratar a sus trabajadores lo cual elimina la relación directa entre estos últimos y la empresa, hace parte de las transformaciones que las formas de trabajar han sufrido y que en consecuencia cambian la forma de percibir la posición de la psicología en el trabajo. Para tratar de resolver esta cuestión, las visiones socio- construccionistas nos presentan una solución: La disciplina debe convertirse en una “tecnología más eficiente para “entender” la subjetividad fragmentada contemporánea y las “flexibles” realidades organizacionales que la enmarcan.”
De acuerdo con lo anterior, se puede decir que el vínculo psicología-trabajo está
cambiando. El cambio es notorio cuando se observa que en las empresas el papel de los psicólogos ya no consiste únicamente en aplicar estrategias psicológicas, y que el conocimiento psicológico tampoco tiene una relación exclusiva con la psicología. Por lo tanto, la psicología en relación con el trabajo lo que hace es mostrar arreglos tácticos que traten de crear individuos deseables para el mundo del trabajo flexible.
Desde mi punto de vista, la psicología en el trabajo debe saber adaptarse a los
cambios que han surgido y surgirán en las formas de trabajar, teniendo en cuenta siempre el bienestar del trabajador del cual depende en gran medida la existencia del sistema capitalista liberal. Sin embargo, aquel sistema puede conducir a un círculo de abuso al trabajador por lo que la disciplina no puede convertirse en una herramienta de manipulación.