Si bien es cierto que, la minera Yananocha no fue la que propino dicho derrame
directamente, es su contratada RANSA, la que no tomó las medidas necesarias
para que el derrame de mercurio no ocurriera, además que en esos años, el Perú
no contaba con una ley que regule o que controle el traslado de elementos o
sustancias toxicas.
Hubo muchas opiniones contradictorias por parte de la población y por parte de las
autoridades de salud de Cajamarca. La población decía que los médicos les
aseguraron que el mercurio no era toxico, mientras que los médicos del hospital
de Cajarmarca decían lo contrario, que si les dijeron que el mercurio es toxico y
que a pesar de ello, los pobladores recogieron mercurio y lo guardaron en sus
casas. En este caso, ¿A quien se le puede creer?.
Lo que la minera Yanacocha debió hacer en ese momento fue conversar con la
población directamente y llegar a un acuerdo. Mediante el envío de médicos
temporalmente, un seguro de salud para las poblaciones afectadas pero de
manera igualitaria y no solo a las personas que tenían síntomas más notorios. Un
pago por la contaminación del lugar y un plan de remediación de suelo para el
mercurio.