De la llegada de los españoles a 1630 solo quedaban 750.000 indios de 25 millones que
habitaban en un principio, las tierras altas retuvieron a su población india durante más
tiempo y en mayores proporciones, al contrario de las tierras bajas. En Centroamérica fue
brusco el descenso, pero se detuvo a tiempo para que no se extinguiera como ocurrió en las
Antillas.
La distinción que el padrón de 1683 introduce por primera vez entre indios “originarios”
(sujetos a tributo) y los “forasteros (emigrantes y descendientes), autoriza a discriminar
tendencias y a calibrar las migraciones internas. A finales del siglo XVII, los originarios
constituían una fracción apenas mayoritaria de la población masculina.
La movilización de indígenas para mano de obra fue un factor importante, debido a que un
ejemplo extremo lo brinda Nicaragua hacia el Perú, esta masiva emigración forzada, contrajo
no sólo de momento, sino por largo tiempo, ocurriendo lo mismo en Yucatán y Honduras para
abastecer a Cuba. Además, fue requisada también localmente para servicios personales o de
las instituciones coloniales.
Con frecuencia se alega que las labores mineras provocaron la muerte de multitud de indios,
pero, la gran minería agravó el declive demográfico, pero no lo desencadenó. La conquista
importó un cambio de dieta a la vez que una alteración del modo de producción, ejemplo fue
la introducción del trigo, a estas causas materiales se sumaron motivos psicológicos,
facilitando la apropiación del suelo para producir bienes de consumo para la sociedad colonial
o para la metrópoli.
Inmigración y asentamiento
La mayoría de los españoles vivían en las ciudades principales, mientras los indios quedaron
relegados a los pueblos más pequeños.
Recuperación demográfica
Durante los siglos XVII y XVIII, los índices de mortalidad siguieron siendo altos, además de las
enfermedades y del hambre, calamidades naturales como los terremotos arrasaron de tanto
en tanto las ciudades. El retroceso de la muerte que puede observarse a fines del siglo XVIII,
tiene su resultado debido a que las autoridades emprendieron una ambiciosa campaña
cuasicontinental de vacunación.
El mestizo constituye el sector que creció más rápido, en esta fase de expansión demográfica,
se desplazaron considerables masas humanas, tanto a largas como a cortas distancias.
La corriente migratoria más voluminosa entonces fue involuntaria y procedía de África, una vez
levantada la prohibición de introducir esclavos (1640-1651), la corona busco la forma de tener
mano de obra y una retribución fiscal de los mismos, el boom de la segunda mitad del siglo
XVIII se debió a la expansión de los cultivos tropicales (azúcar)
Al concluir el periodo colonial, los indígenas representaban alrededor del 45%, la prole de los
conquistadores y de los inmigrantes subsiguientes seguía siendo minoría, la población blanca
no llegaba a ser la quinta parte de la población total y los negros tan solo eran el 4%. Nueva
España, albergaba la mayor proporción, sus 6 millones representaban el 44% de la población
total de Hispanoamérica.