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INTELIGENCIA ARTIFICIAL
Es por ello que, en cuanto a las máquinas se refiere, abordar la posibilidad del
pensamiento autónomo en algún artefacto creado por el hombre para mejorar las
condiciones de vida de los humanos, la especificación en el ensayo de Turing de
“máquinas pensantes” es importante para aclarar a qué tipo de máquinas se ha de referir al
plantear este dilema. Turing afirma que no pueden ser creadas con cualquier técnica de
ingeniería, es decir, no cualquier máquina recibe el calificativo de pensante, solo aquellas a
las que se le puede llamar Computadora digital que contengan Almacenamiento-Unidad
ejecutiva y Control. (Turing, 1950, p.4) identificando el almacenamiento con el fenómeno
mental de la memoria; la unidad ejecutiva con la voluntad, y el control la racionalidad para
ejercer las instrucciones.
Así pues, teniendo como base estas especificaciones del padre de la Inteligencia
Artificial, el cual prevé lo que se vendría a finales del siglo XX: “cuando lleguemos a
finales de siglo, el uso de las palabras y la opinión educada general habrán cambado tanto
que uno podrá ser capaz de hablar de máquinas pensantes sin esperar ser contradicho”
(Turing, 1950, p.8) Esto, refiriéndose exclusivamente a las computadoras digitales, siendo
necesario considerar si en verdad el pensamiento es de carácter exclusivo o no del hombre.
Así, Alan Turing, afirma cómo el problema del pensamiento en una máquina se
debe a la capacidad de almacenamiento de información. Así lo afirma: “muchas de estas
limitaciones [discapacidades múltiples] se encuentran asociadas a la capacidad de
almacenamiento de la mayoría de ellas [máquinas]” (Turing, 1950, p.12) En este sentido, el
desarrollo de la ingeniería se ha de especializar en este punto para asemejarse cada vez más
al comportamiento humano.
Con esta reunión en Hanover (Estados Unidos) se abre una gama de posibilidades
para adelantar investigaciones en cuanto al asemejar cada vez más el comportamiento
humano al actuar de una máquina, mostrando con este punto cómo ya no solo la I.A es
objeto de la tecnología y de las ciencias de la computación y la informática, sino cómo
traspasa los límites al campo de otras disciplinas, tomando una connotación interdisciplinar
tales como la bioética, el derecho, la psicología, filosofía, entre otros.
Uno de los grandes problemas que emergen a nivel bioético, es el relacionado con la
creación, uso y manipulación de la tecnología, se han observado los avances que en
IA y los aspectos biotecnológicos del transhumanismo, que, en su fin último,
propician la extensión de las capacidades humanas, convergiendo entonces en un
punto de análisis para evaluar sus implicaciones en su uso o manipulación.
(Villalba, 2016, p.143-144)
De esta manera es necesario hacer un seguimiento de cerca por parte de la ética a los
avances que emergen de la tecnología y la informática, sin caer en extremos que impidan su
desarrollo, así como se afirmó en la VIII Convención de Directivos y Entrega de Premios
ADEA en 2017 en el Palacio de congreso de Zaragoza, “La estrecha vigilancia y las
consideraciones éticas deben estar presentes en la Inteligencia Artificial, sin poner límites
innecesarios que detengan la innovación y el progreso positivo”. (ADEA, 2017, p.6)
Así pues, en este punto, es necesario considerar la importancia de establecer normas
que regulen la robótica y la I.A. puesto que en la medida que su autonomía incremente,
“tendrán menor dependencia de los fabricantes, propietarios y usuarios” (Santos, 2017,
p.25) algo que marcaría un hito en la historia de la humanidad.
Por esta razón y por una futura convivencia, se hace urgente prever los efectos
directos e indirectos de la fase que se avecina en la historia de la humanidad que, según
Santos (2017) “va a consistir en que las cosas (robots) interactúen con el entorno de manera
autónoma e independiente del control humano, con la posibilidad de que incluso las
personas se combinen con robots para mejorarse (cyborg)” (p.27)
Al día de hoy solo existe vestigios de una regulación hecha en la UE del año 2016 la
cual fue aprobada en febrero de 2017: “El primer paso importante a nivel Europeo ha sido
la elaboración de un informe el 31 de mayo de 2016 en que se recogen recomendaciones
destinadas a la Comisión sobre normas de Derecho civil sobre robótica con el fin de
“asegurar que los robots estén y sigan estando al servicio de los seres humanos. Este
informe ha sido aprobado el 17 de febrero de 2017” (Santos, 2017, p.28-29)
Este informe sirve como modelo para llevar a cabo comités tanto de políticas
continentales como nacionales que se adelanten desde todo punto de vista a los retos y
desafíos que la I.A. con sus distintas manifestaciones puede traer, haciendo esto parte de lo
que denomina Sánchez Pascal (1995) como “la ética orientada al futuro” (p.9)
ADEA (2017). Inteligencia Artificial, el futuro ha llegado. VIII Convención de Directivos y entregas
ADEA. 1-24