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Fragmento tomado del libro: Cárdenas, J. (2009). Introducción al estudio del derecho. 1°
Edición. Colección cultura jurídica. México: Universidad Nacional Autónoma de México.
Instituto de Investigaciones Jurídicas. Nostra Ediciones.
Capítulo tercero
Definición de derecho
Es difícil definir el derecho por razones lingüísticas y no lingüísticas. Las definiciones
explicativas son más útiles porque intentan determinar el o los núcleos de mayor amplitud
significativa, de tal suerte que tengan claridad, rigor, nitidez y elasticidad. Las definiciones
que se han forjado a partir de la teoría tridimensional del derecho de Miguel Reale, son
explicativas, ya que pretenden definirlo determinando elementos del derecho como el de
norma, hecho y valor; sin embargo, nosotros nos adherimos a una definición
argumentativa de derecho.
En nuestro país, el doctor Enrique Cáceres explica cómo la pregunta ¿qué es el derecho? ha
preocupado a grandes juristas extranjeros y nacionales, pero que es una pregunta sin solución,
porque no existen las “esencias” de las cosas.113 El lenguaje es siempre un instrumento de
comunicación y las cosas nombradas por él responden ya sea a un acuerdo expresión de la cultura
de la época o a una práctica consuetudinaria, lo que significa que las personas podemos sustituir
los significados de las palabras si queremos. La pregunta sobre qué es el derecho es un
seudoproblema que se encuentra enraizado en nuestros hábitos de pensamiento desde que
Platón en su obra La República elaboró el mito de la caverna,114 que en términos simples remite a
la concepción de que el verdadero conocimiento, es aquel que se dirige a conocer las esencias y no
las realidades empíricas, las cuales constituyen reflejos imperfectos de aquéllas.
La pregunta ¿qué es el derecho? por irresoluble debe ser sustituida por otra más adecuada de la
forma ¿qué significa el derecho? La última pregunta no busca encontrar la esencia del derecho
que postule la correspondencia necesaria entre la expresión derecho y la realidad, y tiene por
ventajas que nos permite descender del nivel de la metafísica al del lenguaje, además de que
acepta que puede haber definiciones diferentes sobre lo que significa el derecho, sin que ninguna
de esas definiciones pueda considerarse la “verdadera”, la “única” o la “correcta”. Tampoco las
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Hay dudas también, y depende esencialmente del reconocimiento de cada país, por ejemplo de la
firma y ratificación de un concordato,118 si el derecho canónico, que es el derecho de la Iglesia
católica, podría o no ser derecho. Lo mismo ocurre con el derecho que proviene de otras
instancias diferentes a la del Estado, como el derecho indígena,119 que en muchos países no forma
parte de sus normas jurídicas, o de otros derechos que no tienen origen estatal, como el derecho
de algunas comunidades étnicas o de ciertos grupos sociales o políticos.120
Las diversas perspectivas sobre el derecho también hacen que su definición o sus definiciones no
sean tarea fácil. Por ejemplo, aunque se circunscriba el derecho al derecho del Estado, las
perspectivas de sus operadores son diversas. Para un legislador o funcionario de la administración
pública, el derecho está en función de los fines económicos, sociales o políticos que con su
aplicación busca conseguir. Un juez suele adoptar una visión más interna del derecho e intenta
prescindir de los fines externos y lo procura considerar un fin en sí mismo. Un abogado litigante
entiende el derecho desde una posición estratégica, como reglas de un juego en aras de ganar
litigios o de realizar la defensa exitosa de una persona.
Para los estudiosos del derecho, el derecho también presenta perspectivas muy diversas. Los
dogmáticos del derecho, que son los que elaboran ensayos y libros sobre cada una de las diversas
ramas del derecho estatal —civil, penal, administrativo, laboral, constitucional, etcétera—
estudian el derecho desde una visión interna semejante a la de los jueces. Los sociólogos, los
antropólogos, psicólogos, historiadores o politólogos estudian al derecho desde una concepción
externa, como una suerte de espectadores de un juego en el que no participan en su creación,
aplicación o modificación. Los teóricos del derecho lo estudian, no en relación con el derecho de
un país determinado, sino que tratan de encontrar los elementos comunes a todo derecho. Los
filósofos del derecho lo entienden principalmente en relación con los fines del derecho: la justicia,
la libertad, la igualdad o la seguridad jurídica.121
Además de las perspectivas profesionales o teóricas del derecho mencionadas anteriormente,
existen otras perspectivas sobre el derecho de carácter ideológico y metodológico. Por ejemplo y a
propósito de la ideología, en la obra de Gramsci se nos dice que la hegemonía es el modo a través
del cual un grupo social determinado consigue presentar como universales los que son sus propios
intereses particulares, obteniendo así el consenso y asegurando el establecimiento o la
reproducción de su situación históricamente dominante. La ideología es sólo una parte de la
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hegemonía y los aparatos de la hegemonía serán todas las instituciones intermedias entre el
Estado y la economía, esto es, la familia, la escuela, los medios de comunicación, los sindicatos, las
iglesias, etcétera, que permiten el ejercicio del poder a través de la producción del consenso, lo
que Foucault llamará más tarde, disciplinamiento o normalización. La cuestión de la hegemonía,
entonces, plantea la pregunta crucial acerca de cómo podrá enfrentarse el poder, cuando éste se
ha transformado en sentido común, cuando circula en nuestras prácticas cotidianas y se halla
inscrito en la propia textura de nuestra experiencia, en lugar de ser percibido como opresivo y
ajeno.122 Entre las perspectivas del derecho más comunes con sesgo ideológico habría
simplemente que referirnos a las iusnaturalistas, las positivistas, las realistas o las marxistas, entre
otras.123
Entre los iusnaturalistas, pues hay varios tipos de iusnaturalismo (clásico o helénico, medieval o
tomista, racionalista, de la “naturaleza de la cosa”, etcétera), el derecho del Estado debe guardar
correspondencia con un derecho justo de origen divino, racional, o derivado de la “naturaleza de
las cosas”.124 Si el derecho del Estado no se subordina a esa idea de derecho justo no es
derecho.125
Los positivistas, que también son muy diversos,126 opinan que el derecho está fundamentalmente
integrado por normas coactivas emitidas por el Estado, de carácter bilateral, heterónomo y
externo.127 Los realistas entienden el derecho desde la perspectiva de lo que hacen los tribunales,
para ellos el derecho son las conductas sociales institucionalizadas y prescritas por los órganos del
Estado que interpretan y aplican el derecho.128
Para los marxistas el derecho es un instrumento de control social, un mecanismo de la clase
dominante puesto a su servicio. El derecho es consecuencia de una estructura económica
determinada —una superestructura— y por ello expresa y sirve a los intereses del status quo.
Marx postuló que en la sociedad comunista, el derecho y el Estado desaparecerán, pues en ella, no
existirán clases sociales ni relaciones de producción que impliquen la hegemonía de una clase
sobre otras.129 Como establecimos al principio de este epígrafe, definir el derecho también es
complicado por su carácter práctico y valorativo. Lo práctico se refiere a la conducta, el derecho
regula la conducta de las personas pero también valora esas conductas. El derecho determina qué
conductas son aceptables y cuáles no. En los países democráticos, los juicios de valor sobre las
conductas de las personas que se derivan del derecho y de los órganos que lo aplican, coinciden
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aproximadamente con lo que piensa la mayoría de los ciudadanos, aunque no siempre porque la
mayoría así lo considere, esa valoración es la más correcta o aceptable. Como puede advertir el
lector, es difícil establecer cuáles son los valores plausibles y cuáles no, en ocasiones pueden
existir disputas jurídicas y sociales sobre los valores que deben prevalecer en esa sociedad y en el
derecho vigente. También el carácter práctico y valorativo del derecho, nos lleva a una cuestión
capital respecto a su definición, sobre si ésta debe ser descriptiva —cómo es el derecho— o
prescriptiva —lo que debería ser—.
Además de las razones expuestas, definir el derecho es difícil por la carga emocional y emotiva de
muchos de los fines que persigue. Se suele relacionar al derecho con valores como la justicia, la
libertad, la igualdad, la solidaridad, la seguridad, etcétera. Lo que significa que las personas
pueden utilizar la expresión derecho con esos sentidos y exaltarlos emocionalmente. Como
cuando decimos: ¡no hay derecho —no es justo— que mueran los niños en la calle!
refiriendo al estudio sobre el derecho. En el último supuesto aludimos a un juicio de valor sobre la
manera en que se desarrollan las elecciones.
Para evitar las ambigüedades, se acostumbra proponer algunas convenciones que podrían ser
útiles para evitar las confusiones. Así, para referirnos al derecho objetivo —conjunto de normas—
podríamos escribir la palabra derecho con mayúscula (Derecho). Si nos referimos a derecho como
facultad —derecho subjetivo— podemos usar la palabra derecho con minúscula. Si aludimos al
estudio del derecho podemos usar las expresiones “ciencia del derecho” o “dogmática”,
convención que permite distinguir este uso de la expresión derecho de los anteriores, pero
también de otras expresiones como la de jurisprudencia, en donde ésta última podría ser
empleada para aludir a las decisiones o sentencias de los tribunales que son obligatorias para el
Poder Judicial.132 Finalmente, cuando acudimos a la expresión derecho para juzgar
valorativamente una situación concreta, estamos aludiendo al derecho en su dimensión axiológica
o de justicia.133
En algunos casos, convenciones como las anteriores, que reducen la ambigüedad, no logran del
todo sus propósitos. Kelsen, por ejemplo, reduce el derecho subjetivo al derecho objetivo, en
tanto que según este autor para que exista una facultad se requiere de una norma que la
conceda.134 No obstante, podríamos decir, aun siguiendo la postura de Kelsen, que derecho
objetivo —norma— y derecho subjetivo —facultad— presentan la expresión derecho desde dos
ángulos o perspectivas diferentes. También hay que aclarar que cuando hablamos de derecho
como ciencia, es necesario distinguir entre los enunciados jurídicos que son las normas, esto es, la
materia u objeto de estudio del derecho, de las proposiciones jurídicas o normativas que versan
sobre las normas que son las que constituyen la ciencia jurídica o la dogmática.
La ambigüedad afecta a las palabras o términos y con ciertas convenciones es relativamente
sencillo superar, en cambio la vaguedad afecta a los conceptos y es más complicado solucionar. La
vaguedad se analiza en dos planos: uno intencional o connotativo y uno extensional o denotativo.
El primero tiene que ver con el conjunto de propiedades que caracterizan a un objeto. El
extensional hace referencia al campo de aplicabilidad del concepto (el conjunto de personas o
cosas que comprende el concepto). La intensión y la extensión son inversamente proporcionales.
A mayor intensión (características de un concepto) menor extensión (nivel de aplicabilidad del
concepto) y a menor intensión habrá mayor extensión de los conceptos.
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de las cosas reside en ellas y por ello las definiciones de las cosas deben reflejar las características
necesarias y universales conformadoras de la esencia de los objetos.136 Tomás de Aquino continuó
con la tradición aristotélica y sostuvo puntos de vista similares al estagirita.137 En el siglo xx, los
neotomistas y la filosofía fenomenológica mantuvieron la concepción esencialista.
Los esencialistas o realistas se equivocan porque las palabras y las definiciones de las cosas no
reflejan las propiedades esenciales de los objetos que representan.138 Las definiciones son
expresiones convencionales que dependen del contexto, por ejemplo de la cultura y de la historia,
y las usamos para designar y connotar las cosas. El lenguaje es un conjunto de símbolos, por lo que
pretender darle un carácter realista conduce a la identificación esencialista. Jorge Luis Borges en el
poema “El golem” se burla de dicha identificación:
Si (como el griego afirma en el Cratilo) el nombre es el arquetipo de la cosa, en las letras de
rosa está la rosa y todo el Nilo en la palabra Nilo.
En la Edad Media Guillermo de Occam139 entendió que las definiciones no podían ser esencialistas,
mantuvo que eran convenciones que usamos para designar cosas o conceptos. Los nominalistas
explican que nuestra experiencia nos permite exclusivamente captar especies concretas e
individuales como un perro o un naranjo, y que conceptos como “animal” o “árbol” constituyen
abstracciones de nuestra mente para designar de forma convencional a ese conjunto de
experiencias individuales y concretas. En fechas más recientes distintas escuelas como el “Círculo
de Viena”, la filosofía del primer Wittgenstein y la filosofía analítica, entre otras, en términos
generales mantienen que son imposibles las definiciones reales.140
Las definiciones nominales no buscan hallar el concepto “verdadero”, “único” o “correcto” del
derecho, sino determinar las reglas del uso lingüístico del mismo. Una definición nominal puede
ser de dos tipos: a) estipulativa, se trata de una convención en torno al uso futuro del lenguaje,
por ejemplo, se establece que en adelante, en un determinado contexto, una expresión como
“derecho” será empleada con un significado específico, y b) lexical, estas definiciones tratan de
dar cuenta de todos los significados de uso de una palabra a partir de la experiencia del uso que se
le da.
Se critica a las definiciones estipulativas porque pueden ser totalmente arbitrarias al no tener nexo
alguno con la experiencia. De las definiciones lexicales, se dice que en el caso del derecho, es
imposible recoger, en el tiempo y en el espacio, todos los usos y definiciones que se hacen de la
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palabra derecho y, en caso que se pudiera hacerlo con ayuda de una potente computadora, lo más
probable es que se encontrarían definiciones heterogéneas que no nos ayudarían a elaborar una
definición aceptable para todos. Finalmente se señala respecto a las definiciones lexicales que son
puramente descriptivas y no se pronuncian por la definición mejor o más plausible.
Ante las deficiencias de las definiciones ostensivas, reales y nominales, algunos proponen141
definiciones explicativas del derecho. Éstas se utilizan —como en el caso del derecho— cuando se
trata de conceptos que se hallan en los puntos clave de una cultura, sobre los que se condensan
los planteamientos y orientaciones fundamentales de la misma.
Las definiciones explicativas son intermedias entre las definiciones lexicales y las estipulativas,
buscan expresar los significados usuales de un concepto, los condensan y reelaboran, pues
pretenden establecer el núcleo de mayor importancia y valor operativo de la definición, para
ofrecer precisión y claridad en el contexto cultural en el que la misma será empleada. Las
definiciones explicativas pueden ser en sentido histórico o crítico. El primero pretende darle al
concepto una delimitación amplia y busca cierta elasticidad e irresolución para que se pueda
cubrir así la complejidad histórica en la que se ha desarrollado. El sentido crítico de carácter lógico
intenta conseguir mayor precisión, rigor y nitidez a través del análisis de modelos o definiciones
previas o posibles.
Como se advierte, las definiciones explicativas, a diferencia de las estipulativas, reducen la
arbitrariedad porque se basan en usos empíricos del lenguaje y, en relación con las definiciones
lexicales no intentan abarcar todos los usos o definiciones del concepto “derecho”, sino que se
busca establecer cómo debe ser utilizado el concepto de derecho en un contexto histórico
determinado para alcanzar el mayor nivel de precisión y sentido. Para lograr ese propósito se
acude a los análisis lógico-lingüísticos o históricos, tal como lo hemos descrito con el uso del
sentido histórico y crítico.
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A. Antecedentes históricos.
En 1810 inició la lucha por la independencia de México. Sin embargo, el primer registro legal
donde se establecieron los ideales del naciente Estado se remonta a octubre de 1814, al publicarse
el Decreto Constitucional para la Libertad de la América Mexicana, elaborado, entre otros, por
José María Morelos. A través de esta disposición se pretendió dar sustento constitucional al
movimiento independentista; sin embargo, nunca tuvo vigencia.
El 4 de octubre de 1824 se promulgó la Constitución Federal de los Estados Unidos Mexicanos,
mediante la cual se estableció una República representativa, popular y federal –dividida en
Estados libres y soberanos–, además de que se instauró la división de poderes y el Congreso con
dos Cámaras: la de Diputados y la de Senadores.
En sus inicios, la nación mexicana se regía por algunas leyes creadas en la época colonial, que
fueron gradualmente sustituidas por leyes nacionales.
Durante las dos décadas siguientes, los constantes desórdenes, el lento desarrollo económico y los
intentos de reforma liberal, motivaron que el Congreso expidiera las Siete Leyes Constitucionales
de 1835 y 1836 que pusieron fin al sistema federal y establecieron el centralismo, donde los
Estados se transformaron en Departamentos subordinados al gobierno central. Cabe señalar que
en esta Constitución se mencionan los derechos “de los mexicanos y habitantes de la República”,
precedentes de nuestras actuales garantías individuales.
En junio de 1843 se publicaron las Bases de Organización Política de la República Mexicana, en las
que se ratificó el centralismo; sin embargo, cuatro años más tarde, en 1847, se regresó al sistema
federal mediante la restitución de la vigencia de la Constitución de 1824, aunque con una serie de
reformas. En 1856 fue promulgado el Estatuto Orgánico Provisional de la República Mexicana, que
sirvió de base para que un nuevo Constituyente expidiera la Constitución Política de la República
Mexicana en 1857.
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De esta forma se estableció un gobierno liberal; sin embargo, a raíz de la publicación de las Leyes
de Reforma –donde se dispuso, entre otras cosas, la separación entre la Iglesia y el Estado, la
expropiación y secularización de los bienes de la Iglesia y la creación del Registro Civil–, los
conservadores apoya- ron la intervención francesa y la implantación de la monarquía. El
presidente Benito Juárez García se vio obligado a trasladar el gobierno al norte del país hasta
1867, año en que, después de una larga y desgastante lucha, se restableció la República.
Posteriormente, durante el gobierno de Porfirio Díaz se incrementaron la pobreza y la explotación
de muchos nacionales. Éstos y otros factores provocaron que el 20 de noviembre de 1910
Francisco I. Madero proclamara el Plan de San Luis, bajo el principio de “sufragio efectivo, no
reelección” y, con el llamado al pueblo de México a alzarse en armas, comenzara la Revolución
Mexicana.
Aún sin concluir la lucha armada, el 5 de febrero de 1917 fue promulgada la actual Constitución
Política de los Estados Unidos Mexicanos por el Congreso Constituyente convocado por
Venustiano Carranza. Dicho ordenamiento constituye nuestra Ley Suprema y da fundamento a las
leyes vigentes en nuestro país. Los hechos narrados forjaron los cimientos del actual sistema
jurídico mexicano.
artículo 14 constitucional, que dice: “En los juicios del orden civil, la sentencia definitiva deberá ser
con- forme a la letra, o a la interpretación jurídica de la ley, y a falta de ésta se fundará en los
principios generales del derecho”.
En México no existe un listado expreso de principios generales del derecho, porque su número
varía constantemente debido al perfeccionamiento de que son objeto. Así, queda a criterio del
juzgador determinarlos o deducirlos, siempre y cuando no desarmonicen o estén en contradicción
con el conjunto de normas legales cuyas lagunas u omisiones han de llenarse con la aplicación de
dichos principios.
las materias civil, mercantil e internacional privada, las que a su vez pueden admitir múltiples
divisiones.
Existen otras ramas del derecho, como la agraria, la económica, de seguridad social, del trabajo y
de asistencia social que, por sus vínculos proteccionistas, aspiran a la supremacía del interés
común sobre los individuales y conforman el derecho social. Además, debido a las
transformaciones sociales y culturales han surgido nuevas disciplinas, tales como el derecho
informático.
III. Ámbito espacial de validez
El ámbito espacial de validez de las normas se determina por el territorio donde éstas son
aplicables. La República Mexicana está compuesta de Estados libres y soberanos en cuanto a su
régimen interior, pero unidos en una Federación. Además, forma parte de ella el Distrito Federal,
que es la sede de los Poderes de la Unión y capital de los Estados Unidos Mexicanos. Por su parte,
los Estados tienen como base de su división territorial, organización política y administrativa, al
Municipio libre.
De esta manera, el orden federal comprende las leyes que son obligatorias en toda la República. El
orden local abarca las leyes que sólo obligan dentro de la entidad federativa –Estados o Distrito
Federal– en que se expidieron. Finalmente, las disposiciones de carácter municipal sólo son
aplicables en el Municipio donde fueron creadas.
Las Cámaras funcionan durante dos periodos de sesiones al año. En los periodos inter- medios,
denominados de receso, funciona un órgano que se denomina Comisión Permanente, integrado
por 19 diputados y 18 senadores.
En el ámbito Estatal, el Poder Legislativo se ejerce por las Cámaras de Diputados loca- les, las que
pueden expedir todo tipo de leyes, excepto en los casos que la Constitución Federal lo prohíbe
expresamente. En el caso del Distrito Federal, la facultad legislativa es compartida entre el
Congreso de la Unión y la Asamblea Legislativa del propio Distrito Federal, de conformidad con la
distribución de competencias establecida en la Constitución.
Poder Ejecutivo
Según el artículo 80 de la Constitución, en el terreno federal, este poder se deposita en un solo
individuo denominado Presidente de los Estados Unidos Mexicanos, quien es elegido por votación
popular, libre, directa y secreta, para un encargo de seis años, sin posibilidad de reelección. De
acuerdo con el artículo 89 de la Constitución Federal, algunas de sus atribuciones son:
(1) promulgar y ejecutar las leyes que expida el Congreso de la Unión, así como proveer en la
esfera administrativa a su exacta observancia –facultad reglamentaria–;
(2) nombrar a diversos funcionarios de la administración pública federal;
(3) dirigir la política exterior;
(4) conducir la administración pública federal, y
(5) promover ante el Congreso iniciativas de leyes o decretos.
En el ámbito local, según el artículo 116 constitucional, este poder lo ejercen los gobernadores de
los Estados, mientras que en el caso del Distrito Federal, de acuerdo al artículo 122 del mismo
ordenamiento, algunas facultades corresponden al Presidente de los Estados Unidos Mexicanos y
otras al Jefe de Gobierno del Distrito Federal. Tanto los gobernadores como el Jefe de Gobierno
duran en sus encargos seis años.
Poder Judicial
De acuerdo con el artículo 94 de la Constitución Federal, el ejercicio del Poder Judicial de la
Federación se deposita en una Suprema Corte de Justicia de la Nación, un Tribunal Electoral,
Tribunales Colegiados y Unitarios de Circuito y Juzgados de Distrito. La administración, vigilancia y
disciplina de este poder, con excepción de la Suprema Corte y del Tribunal Electoral, corresponden
al Consejo de la Judicatura Federal.
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Existen otros órganos encargados de la administración de justicia que no forman parte del Poder
Judicial, tales como el Tribunal Federal de Justicia Fiscal y Administrativa y el Tribunal Superior
Agrario.
En los Estados, el Poder Judicial se encuentra organizado según lo que establecen sus respectivas
Constituciones. Generalmente se integra por un Tribunal Superior de Justicia –o Supremo Tribunal
de Justicia–, Juzgados de Primera Instancia y Juzgados de Paz, llamados también menores,
municipales o de cuantía menor y, en algunos casos, por un Consejo de la Judicatura. En algunos
Estados los tribunales en materia electoral, administrativa, laboral –de los trabajadores del Estado
y Municipios–, o de menores, forman parte del Poder Judicial, mientras que, en otros, funcionan
de manera independiente.
En el Distrito Federal el Poder Judicial está organizado de conformidad con el artículo 122,
apartado C, base cuarta de la Constitución Federal. Se integra por un Tribunal Superior de Justicia,
Juzgados de Primera Instancia, Juzgados de Paz y un Consejo de la Judicatura.
Fragmento tomado del libro: Poder Judicial de la Federación. Suprema Corte de Justicia
de la Nación. (2006). El Sistema Jurídico Mexicano. Cuarta Edición. (pp. 25 y 26). México:
Autor
La profesión legal
I. La abogacía
Los abogados son profesionales que brindan asesoría y representación a sus defendidos en
cuestiones jurídicas. Entre sus principales funciones está: asistirlos para emprender acciones
legales y defenderlos ante los tribunales, así como asesorarlos en todo tipo de negociaciones.
Para ejercer la abogacía es preciso realizar estudios durante un número variable de años, en una
universidad o escuela de derecho autónoma o legalmente reconocida y obtener el título
correspondiente. El título que generalmente expiden las universidades es el de Licenciado en
Derecho, con el cual se puede ejercer la abogacía, previo registro ante la Secretaría de Educación
Pública, que otorga autorización para el libre ejercicio en todo el país.
La colegiación de abogados no es obligatoria, ya que de lo contrario se violarían las garantías de
libre asociación y de trabajo establecidas en la Constitución Federal.
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Cabe señalar que un elemento muy importante en la función profesional del abogado lo
constituye la especialización. El abogado puede especializarse con miras a conocer
particularmente una o varias ramas del derecho. Para ello, debe realizar una serie de estudios de
posgrado cuyas características son variables.
aspiren a pertenecer a éste. Dicha institución realiza, además, trabajos de investigación para el
desarrollo y mejoramiento de la justicia federal.
En el ámbito local, cada una de las entidades federativas cuenta con leyes que regulan la actividad
de los juzgadores. Además, en muchos de los casos también han establecido institutos de estudios
judiciales, sistemas de carrera judicial y escuelas judiciales, a fin de incrementar la
profesionalización de sus administradores de justicia.
Fragmento tomado del libro: Reyes, L. (2012). Unidad 2. En: Introducción al estudio del
derecho (pp. 26-40). México: Red Tercer Milenio. Disponible en:
http://www.aliat.org.mx/BibliotecasDigitales/sistemas/Introduccion_al_estudio_del_de
recho.pdf
INTRODUCCIÓN
La Unidad dos tiene como propósito que el alumno conozca la clasificación de las fuentes
formales, reales, históricas, así como las diferentes acepciones de la palabra Derecho, ya que éste
se clasifica en Derecho Positivo, Vigente, Objetivo, Subjetivo, Real y Personal.
Además, conocerá cómo se crea una norma jurídica de acuerdo con los procedimientos que marca
la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, y las facultades que se le confieren al
Congreso de la Unión.
La finalidad de esta Unidad es que el alumno tenga los conocimientos generales de la creación de
una norma jurídica y el saber sobre cómo nuestros doctrinarios clasificaron el Derecho y
diferenciar cada uno de los Derechos que han surgido con base en el comportamiento del hombre
en sociedad.
Las fuentes del derecho, generalmente se clasifican en fuentes reales, formales, e históricas,
mismas que se describen a continuación.
b) Discusión es el acto por el cual las Cámaras deliberan acerca de las iniciativas, a fin de
determinar si deben o no ser aprobadas, debaten sobre la proposición que se les ha hecho,
exponiendo los puntos de vista que existan a favor o en contra de ella y formulando los puntos de
vista que consideran pertinentes para el perfeccionamiento del proyecto.
Una vez que la iniciativa de ley ha sido estudiada, discutida y revisada por la Cámara de Origen, si
se considera que es prudente, se procede al siguiente paso del proceso legislativo: la aprobación.
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c) Aprobación, aquí los integrantes de la Cámara de Origen dan su autorización a la iniciativa para
que ésta se convierta en ley, una vez aprobada la iniciativa, se envía a la otra Cámara, a cual se
denomina Cámara Revisora, para que ésta también la discuta. La aprobación pude ser total o
parcial, la primera de ellas se da cuando aceptan que la iniciativa, una vez discutida y analizada,
fue autoriza por la Cámara de Origen para que se apruebe la ley; la segunda, se da cuando la
iniciativa de ley tiene observaciones, por tal motivo elaborarán la propuesta de reformas o
adiciones que se consideren pertinentes y sea discutida nuevamente.
d) Sanción, una vez que la iniciativa de ley ha sido aprobada por las dos Cámaras, se debe enviar el
Ejecutivo para que éste ordene su publicación, y es el acto por el cual el Presidente de la República
manifiesta, mediante su firma, la aprobación del proyecto de ley que le envían las Cámaras, a este
hecho se le llama sanción. Sin embargo, el Presidente de la República puede hacer observaciones,
y en este caso, la devolverá a la Cámara de Origen, en donde será discutido de nuevo, y su fuere
confirmado por las dos terceras partes del número total de votos de la Cámara de Origen, y pasará
otra vez a la Cámara Revisora, en la cual se analizarán las observaciones, y si la iniciativa también
fuere confirmada por la misma mayoría, el proyecto se declarará y será enviado al Ejecutivo para
su promulgación; así, en caso de que las observaciones sean aceptadas, el procedimiento será el
mismo para el caso de la revisión.
f) Promulgación, una vez que el proyecto de ley ha sido aceptado por el Poder Ejecutivo, se
procede a la promulgación, que es la aprobación expresa del Ejecutivo, donde se manifiesta la
orden de publicación y que se ejecute dicha ley.
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g) Publicación, una vez que la ley fue promulgada, ésta debe ser puesta en conocimiento de la
población. Se publica en el Diario Oficial de la Federación, que es el medio de comunicación que
utilizan las autoridades federales para dar a conocer a la población las resoluciones
administrativas, las leyes y otros avisos de importancia general. Respecto a la publicación de las
leyes que emiten los Estados, éstas se realizan por medio de la Gaceta de Gobierno del Estado.
h) Iniciación de la vigencia, aquí es donde la ley empieza a tener fuerza obligatoria para toda la
población. En México, existen dos sistemas para que inicie la vigencia de una ley, a saber:
El sucesivo consiste en que la ley entra en vigor tres días después de la publicación en el Diario
Oficial de la Federación, en los lugares en los cuales no se publiquen el diario oficial, se dará un día
más por cada 40 kilómetros o fracción que exceda la mitad de distancia entre el lugar de
publicación y el sitio donde habrá de iniciarse la vigencia. Este sistema está considerado en el
artículo 3 del Código Civil Federal, y es utilizada en el caso de que la ley no establezca la fecha en
que entrará en vigor.
El sincrónico es cuando la propia ley señala el día que iniciará su vigencia, en este caso, entrará en
vigor en todos los lugares de su aplicación en la fecha establecida, esto lo señala el artículo 4 del
Código Civil Federal.
La costumbre
Es la regulación de la conducta surgida espontáneamente de un grupo social y de observancia
voluntaria para quienes lo constituyen, sin que ante su infracción quepa la posibilidad de la
imposición forzosa por la autoridad, salvo que se encuentre incorporada al sistema jurídico
nacional. En otras palabras, la costumbre es una práctica implantada en una sociedad y
considerada por ésta como obligatoria, es el derecho nacido consuetudinario.
Asimismo, la costumbre puede presentar tres acepciones de acuerdo con su aplicación hacia las
normas jurídicas:
1) Con arreglo a derecho, el poder reconoce la costumbre que ésta va acorde con lo establecido en
la ley, un ejemplo sería la celebración del uno de mayo, cuando se conmemora el día del trabajo,
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ya que el artículo 74 de la Ley Federal del Trabajo consigna que es día de descanso obligatorio, es
una costumbre que marca la ley.
2) En contra del derecho. Aquí, la costumbre no tiene trascendencia jurídica, pues como lo
establece la ley, contra la observancia de una norma no se puede alegar desuso, costumbre o
práctica en contrario, un ejemplo sería el hacer huelga laboral todos los mineros cuando se llevó a
cabo el inicio de la Huelga de Cananea, este acontecimiento, no justifica en la actualidad sea
sancionado por la Ley Federal del Trabajo.
3) Como forma supletoria de la ley, en algunas ocasiones la costumbre puede suplir a la ley, o
mejor dicho complementarla, lo cual puede ocurrir cuando exista alguna omisión o laguna en la
ley, o cuando la misma remite a la costumbre, un ejemplo sería el que artículo 10 de la Ley Federal
del Trabajo, en él se consigna que el “patrón es la persona física o moral que utiliza los servicios de
uno o varios trabajadores. Si el trabajador, conforme a lo pactado o a la costumbre, utiliza los
servicios de otros trabajadores, el patrón de aquél, lo será también de éstos”.
La jurisprudencia
Es el conjunto de principios y doctrinas contenidas en las decisiones de ciertos tribunales. La
jurisprudencia puede ser de dos tipos: Interpretativas, ésta cumple con la función de interpretar a
la ley. E integradoras, su función es la de cubrir las lagunas que pudieran existir en las leyes. En el
sistema jurídico mexicano, la jurisprudencia está consignada en el artículo 192 de la Ley de
Amparo y señala que “la jurisprudencia que establezca la Suprema Corte de Justicia, funcionando
en Pleno o en Salas, es obligatoria para éstas en tratándose de la que decrete el Pleno y, además,
para los Tribunales Unitarios y Colegiados de Circuito, los Juzgados de Distrito, los Tribunales
militares y judiciales del orden común de los Estados y del Distrito Federal, y Tribunales
administrativos y del trabajo, locales o federales.
Las resoluciones constituirán jurisprudencia, siempre que lo resuelto en ellas se sustenten en cinco
sentencias ejecutorias ininterrumpidas por otra en contrario, que hayan sido aprobadas por lo
menos por ocho ministros si se tratara de jurisprudencia del pleno, o por cuatro ministros, en los
casos de jurisprudencia de las salas.
Material compilado sin fines de lucro, en beneficio de la educación. Prohibida
su reproducción o redistribución sin autorización de los autores originales.
También constituyen jurisprudencia las resoluciones que diluciden las contradicciones de tesis de
Salas y de Tribunales Colegiados”. Asimismo, en el artículo 193 de la misma ley, considera que “La
jurisprudencia que establezca cada uno de los Tribunales Colegiados de Circuito es obligatoria para
los tribunales unitarios, los juzgados de Distrito, los tribunales militares y judiciales del fuero
común de los Estados y del Distrito Federal, y los tribunales administrativos y del trabajo, locales o
federales.
Las resoluciones de los Tribunales Colegiados de Circuito constituyen jurisprudencia siempre que
lo resuelto en ellas se sustente en cinco sentencias no interrumpidas por otra en contrario, y que
hayan sido aprobadas por unanimidad de votos de los magistrados que integran cada tribunal
colegiado”.
La doctrina
Son los estudios de carácter científico que los juristas realizan acerca del derecho, ya sea con el
propósito puramente teórico de sistematización de sus preceptos, ya con la finalidad de
interpretar sus normas y señalar las reglas de su aplicación.
En el sistema jurídico mexicano, la doctrina no tiene gran valor jurídico, toda vez que no es
obligatorio para los jueces y magistrados apegarse a los que ésta señala, aunque sirve para
documentarse y ampliar la cultura jurídica de los estudiosos en el campo del Derecho.
Para distinguirlos mejor, se expone, con los siguientes ejemplos, la diferencia entre un derecho
real y uno personal:
• Un derecho real es el que tiene el dueño de un carro.
• Un derecho personal es el que tiene el arrendador del carro a exigir al arrendatario el pago
de la renta por el uso y disfrute del vehículo.
Material compilado sin fines de lucro, en beneficio de la educación. Prohibida
su reproducción o redistribución sin autorización de los autores originales.
Flores, L.L. (2014). Introducción al estudio del derecho. México: Grupo Editorial Patria
Disponible en: http://www.editorialpatria.com.mx/pdffiles/9789708171687.pdf
García, J. (2009). Introducción al estudio del Derecho. Colección cultura jurídica. México:
UNAM-Editorial Nostra.
Disponible en: http://biblio.juridicas.unam.mx/libros/libro.htm?l=3260