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S.E.P.

TECNOLÓGICO NACIONAL DE MEXICO

INSTITUTO TECNOLÓGICO
DE TUXTEPEC

MATERIA:

AHORRO DE ENERGÍA

PROYECTO:

“ANÁLISIS DEL AHORRO DEL CONSUMO


ELÉCTRICO ”

PRESENTA:

JOSÉ ANTONIO MERLIN AZAMAR

MIGUEL SALCEDO ANTONIO

JOSÍAS HERNÁNDEZ ANASTASIO

DOCENTE:

ING. FERNANDO HERNÁNDEZ MÉNDEZ

CARRERA:

INGENIERIA ELECTROMECANICA

ABRIL 2018
Objetivos
Objetivo general:
Analizar el ahorro y el consumo energético en las lámparas incandescentes,
ahorradoras y leds en una casa habitación.
MARCO TEORICO
Evolución de la iluminación
Basta experimentar un apagón de larga duración para que reflexionemos sobre la
importancia de la luz eléctrica en nuestra vida diaria. En los últimos cien años nos
hemos acostumbrado a tener siempre luz con el simple uso de un botón, tan así
que es impensable su ausencia.
Desde sus orígenes el ser humano ha necesitado fuentes de luz (Fig. 1). La
historia de la iluminación comienza con el uso del fuego hace unos 20 mil años [1].
Con el tiempo surgieron las primeras lámparas de grasa animal. Pero el progreso
de la tecnología de iluminación fue lento, y no fue hasta el final de la Edad Media
que aparecieron las primeras lámparas portátiles de aceite. La primera gran
evolución de la iluminación se originó con la Revolución Industrial. La necesidad
de extender las jornadas laborales provocó que se hicieran muchas mejoras en las
lámparas de aceite. Después se crearon las lámparas de gas. Esta importante era
de la iluminación termina de forma magistral con el desarrollo de la lámpara
eléctrica incandescente.
Desde 1802 se había demostrado que un alambre de metal emite luz al pasarle
una corriente eléctrica. Pero el alambre sólo duraba un pequeño instante. Fue
hasta 1879 que Edison desarrolló el primer bulbo incandescente que no se
quemaba. Sus primeras lámparas duraban unas 40 horas, muchísimo comparado
con un instante, pero poco comparado con los focos de hoy en día de 1000 horas,
los cuales usan la tecnología de filamento de tungsteno en espiral desarrollada en
los 30s.
Otra revolución en iluminación, específicamente en eficiencia, comenzó con el
desarrollo en
1936 de la primera lámpara fluorescente. Esta tecnología de iluminación se basa
en la lámpara de descarga de gas, la cual produce luz cuando una corriente
eléctrica pasa a través de un gas. Desde 1808 se había demostrado que una
corriente eléctrica que fluye entre un par de electrodos produce un resplandor.
Pero la emisión era principalmente ultravioleta (UV), por lo que no era práctico
usarla como fuente de iluminación. Fue hasta 1924 que el descubrimiento de los
fósforos, que convierten a luz visible la radiación UV de una lámpara de vapor de
mercurio, hizo posible su aplicación en iluminación. Las primeras lámparas
fluorescentes eran muy costosas, grandes, frágiles y tenían varios problemas
técnicos. Esto hizo muy lenta su aceptación en el mercado y fue hasta los 80s que
empezó con fuerza su comercialización con la introducción de las lámparas
fluorescentes compactas. Hoy en día, la lámpara fluorescente le ha ganado la
guerra a la incandescente en muchas aplicaciones.
La era del LED
La última revolución en iluminación comenzó en los 90s con el desarrollo de LEDs
súper brillantes. La luz LED se genera por emisión espontanea de luz (o
electroluminiscencia) cuando una corriente eléctrica fluye a través de la unión p y
n de materiales semiconductores dopados (Fig. 2). Esta forma de producción de
luz es extremadamente eficiente. Hoy en día se tienen eficiencias cuánticas
internas cercanas al 100 por ciento. El espectro de emisión de un LED depende de
la energía de banda prohibida (en inglés bandgap) del material semiconductor del
cual está hecho. De esta manera, al cambiar la composición del semiconductor se
puede obtener emisión de luz desde el ultravioleta hasta el infrarrojo. Por lo que
casi todos los LEDs azules y verdes están hechos con compuestos de nitruro de
aluminiogalio-indio (AlInGaN), y casi todos los LEDs que emiten luz roja usan
compuestos de fosfuro de aluminio-galio-indio (AlInGaP).
Perspectivas
El ser humano cambió la fogata por la antorcha buscando movilidad, pasó de la
vela a la lámpara de aceite queriendo mayor comodidad, después pasó a la
lámpara de gas mejorando así la calidad de iluminación (mejor reproducción de los
colores y mayor flujo). Muchos años después la humanidad dejo las lámparas de
combustible por la luz eléctrica incandescente por necesidad y comodidad. El siglo
pasado, poco a poco se fueron adoptando las lámparas halógenas, fluorescentes,
de sodio, mercurio y de halogenuros metálicos. Se buscaba bajar costos de la
electricidad, mayor vida de la lámpara y mayores flujos luminosos. Ahora se
avecina una nueva revolución, la era del LED [3]. Aunque es una tecnología
todavía en desarrollo, ya cumple con todas las ventajas de las otras tecnologías
de iluminación

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