Hace un tiempo atrás la mayoría de las neveras o frigoríficos
domésticos empleaban como fluido refrigerante gas Freón-12 (CF2Cl2 -
diclorodifluormetano), excepto algunos que empleaban también amoníaco para producir frío. Debido al efecto perjudicial que tienen los escapes a la atmósfera del gas Freón, relacionado con la destrucción de la capa de ozono que nos protege de los rayos ultravioleta (productores de cáncer de piel), su uso se ha prohibido como gas refrigerante, sustituyéndose por otro más respetuoso con el medio ambiente, conocido como HFC-134a (tetrafluoroetano).
El primer paso del ciclo de refrigeración de una frigorífico
doméstico es comprimir el fluido o gas, en este caso el HFC-134 con un compresor acoplado a un motor eléctrico o motocompresor.
Seguramente en algún momento usted habrá utilizado una bomba
de aire para neumáticos de bicicletas. Una vez que ha terminado de llenar el neumático, si palpa la parte por donde sale el aire, notará que está caliente. Este calentamiento se produce no sólo por efecto de la fricción del émbolo al bombear, sino también porque al reducirse el volumen de la masa de aire en el interior de la bomba estamos comprimiendo las moléculas del aire, obligándolas a ocupar menos espacio y que desprendan energía calorífica, lo que incrementa su temperatura.
Por esa misma razón cuando el motocompresor del frigorífico
comprime el gas refrigerante su presión y temperatura se incrementa. A continuación el gas comprimido a alta presión sale por el conducto de descarga del compresor en dirección al condensador o radiador del sistema. Allí el gas transfiere su calor al medio ambiente y su estado cambia de gas a líquido por condensación, manteniendo alta la presión. Cuando el líquido refrigerante a alta presión abandona el condensador, atraviesa un filtro secador encargado de extraer las posibles impurezas y humedad que pueda haber arrastrado del sistema de refrigeración y a continuación atraviesa el tubo capilar en función de válvula de expansión. Este tubo capilar posee un diámetro menor que el resto de los tubos del sistema. Una vez que el líquido refrigerante abandona el capilar se expande en otro tubo de diámetro mayor en forma de serpentín situado dentro del congelador, donde pierde presión y se enfría. Durante su recorrido por el congelador el líquido frío a baja presión absorbe calor de los alimentos que se encuentran dentro del frigorífico y el congelador. A la salida del congelador, el gas refrigerante caliente por el calor que arrastra consigo es succionado por el motocompresor para comprimirlo otra vez y comenzar un nuevo ciclo, que se mantiene ininterrumpidamente mientras el motocompresor se mantenga funcionando.