OBJETIVOS
- Ayudar a los niños y niñas a vivir el tiempo de Cuaresma como un tiempo de gracia y de pre-
paración para la celebración gozosa de la Resurrección de Jesús
El material de Cuaresma se compone de un cuaderno recortable para cada niño que contiene en su
primera hoja la base donde se asientan los elementos que se van trabajando semanalmente.
La segunda hoja tiene impresos los elementos a recortar y pegar sobre la base en el lugar indicado.
En ella aparecen las cinco posadas y las cinco imágenes de cada santo que se trabajan semanalmen-
te. Finalmente, la imagen del Resucitado que culmina el itinerario.
METODOLOGÍA
1. Cada niño debe tener su cuaderno recortable en el que irá realizando las actividades. Puede utili-
zarse en el aula escolar o en la catequesis de infancia.
2. Las actividades están pensadas para ser trabajadas previamente a la Eucaristía dominical, por lo
que el trabajo con los niños debe realizarse en la semana anterior al domingo correspondiente.
En aquel tiempo, Jesús, lleno del Espíritu Santo, volvió del Jor-
dán y, durante cuarenta días, el Espíritu lo fue llevando por el
desierto, mientras era tentado por el diablo.
Todo aquel tiempo estuvo sin comer, y al final sintió hambre.
Entonces el diablo le dijo:
-"Si eres Hijo de Dios, dile a esta piedra que se convierta en pan."
Jesús le contestó:
-"Está escrito: "No sólo de pan vive el hombre"."
Después, llevándole a lo alto, el diablo le mostró en un instante
todos los reinos del mundo y le dijo:
-"Te daré el poder y la gloria de todo eso, porque a mí me lo han
dado, y yo lo doy a quien quiero. Si tú te arrodillas delante de
mí, todo será tuyo."
Jesús le contestó:
-"Está escrito: "Al Señor, tu Dios, adorarás y a él solo darás culto"." Entonces lo llevó a Jerusalén y lo
puso en el alero del templo y le dijo: -"Si eres Hijo de Dios, tírate de aquí abajo, porque está escrito:
"Encargará a los ángeles que cuiden de ti", y también: "Te sostendrán en sus manos, para que tu pie
no tropiece con las piedras"."
Jesús le contestó:
-"Está mandado: "No tentarás al Señor, tu Dios"."
Completadas las tentaciones, el demonio se marchó hasta otra ocasión.
Los niños recortan la primera posada que contiene la frase “Para ser amigo de Jesús necesito...” que
deben completar. La respuesta de los niños ha de reflejar que están dispuestos a renunciar a algunas
actitudes para ser amigos de Jesús, así como manifestar que los discípulos de Jesús se dejan guiar
por él haciendo caso a los mandatos e indicaciones que nos hace en el Evangelio.
COMPAÑEROS DE CAMINO
Nació en el año 1182 en Asís (Italia). Pertenecía a una familia pudiente y creció como un joven
de su clase, rodeado de las comodidades que ofrecía su época, y en un entorno despreocupado y frí-
volo. Pensó en primer lugar en hacer carrera como militar, pero fue apresado en su primera batalla,
y estuvo prisionero durante un año. En este tiempo oscuro empezó a cuestionarse su vida, y el valor
de las cosas. Cuando volvió a su ciudad, y tras renunciar a otra aventura como militar, empezó a
buscar ratos de soledad, y a hacerse consciente de la pobre-
za que había a su alrededor. Primero pensó que la solución
podría ser vender las telas de su padre, lo que le acarreó
problemas con éste, pero finalmente descubrió el valor de
la pobreza, vivida voluntariamente como entrega total a
los demás; a la que Dios le llamaba. Cuando su padre le
llevó ante el obispo, para quejarse de su comportamiento,
Francisco se desnudó y le entregó a su padre todo cuanto
tenía de él, renunciando a cualquier posesión y también a
cualquier posición social, y se fue a buscar la forma de ayu-
dar a los parias de su época (leprosos, mendigos, etc.), si-
guiendo a la que denominó “dama pobreza”. Se dedicaba a
servir a todo aquél que encontraba y necesitaba de su ayuda.
Su ejemplo de entrega total pronto atrajo a otros, formándose un grupo numeroso que trataba de
seguirlo. Murió como nació a su nueva vida, desnudo sobre un monte, a la vista de su querida ciu-
dad, expresando así su absoluta desposesión, y entrega a los demás, en los que siempre vio a Cristo.
San Francisco de Asís es un modelo de discípulo, de amigo de Jesús que renunció a todo para poder
seguirle. En el trabajo con los niños se puede resaltar como Francisco renunció a todo para seguir a
Jesús y se dejó guiar por el Espíritu Santo.
En este domingo destacamos el acto penitencial de la Misa. En él los cristianos nos reconocemos pe-
cadores ante Dios y le imploramos su misericordia. Para destacar este momento, en la Eucaristía do-
minical, los niños pueden preparar unas peticiones donde pidan perdón por las cosas que no hacen
bien. En todo caso, dándoles un sentido positivo: para ser amigos de Jesús no podemos... (actitud
negativa) sino que... (actitud positiva).
Otro elemento que podría utilizarse es algún canto de carácter penitencial que fuera significativo y
que realzara el acto penitencial.
DOMINGO ENCONTRARÉIS... SI ESCUCHÁIS A MI HIJO
II
4-mar "Éste es mi Hijo, el escogido, escuchadle"
ESCUCHAR, implica atención, apertura al otro, espíritu de acogida, salir de uno mismo. A veces, nuestro
prójimo, lo único que quiere es que le ESCUCHEMOS, y desahogar sus preocupaciones en nosotros. Un buen
propósito para la Cuaresma sería aprender a ESCUCHAR a los demás. ¿Cuántas situaciones vivimos en las
que deseamos ante todo ser escuchados?. Pero sobre todo, en la Cuaresma debemos aprender a ESCUCHAR la
voz de Dios, que nos habla al corazón y que implica despejar la mente y el alma de otras voces y ruidos.
¿Cuáles son esos ruidos que tengo dentro y no me dejan escuchar a Dios? También es tiempo para aprender a
ESCUCHARLO en la Eucaristía. En la Eucaristía me habla con las palabras propias de la liturgia, en la lectu-
ra de la Palabra de Dios, en comunión con el resto de los hermanos. Pero también en la Eucaristía me habla sin
palabras. ¡Cuánto me dice Jesús en la Eucaristía sólo con mirarle! Y es que para comunicarse a veces no se ne-
cesitan palabras: Basta una mirada, una sonrisa, una caricia. Y hay que saber escuchar también esos gestos del
alma.
Los niños recortan la segunda posada que contiene la frase “Escucho a mi amigo Jesús cuando...”
que deben completar. La respuesta de los niños insistirá en los momentos de escucha en la vida del
creyente: la Eucaristía, la oración personal y las orientaciones que nos dan los otros, especialmente
padres y profesores.
COMPAÑEROS DE CAMINO
Nació de familia muy humilde en 1542. Sintió en su juventud la vocación de ser religioso y se-
guir estrictamente la regla de su orden. A los 21 años ingresa como carmelita, y en 1567 fue ordena-
do sacerdote.
Santa Teresa le conoce y le anima a ayudarle a reformar los carmelitas, para tratar de ser más fie-
les a lo que pretendían los fundadores de la orden religiosa. Con Juan "De la Cruz" y otros dos frai-
les fundó Teresa su nueva comunidad de Carmelitas descalzos varones en un convento muy pobre,
en el que practicaban a ultranza la contemplación y la austeridad. Viviendo en silencio y oración
dando origen a la nueva orden.
San Juan de la Cruz empezó a experimentar un período prolongado de dudas de fe: Sentía re-
chazo y disgusto por la oración y la meditación, todo cuanto tenía que ver con la religión y su voca-
ción de sacerdote le suponía un esfuerzo insufrible, y también sentía tentaciones que le llamaban a
todo lo que él había rechazado, y pensaba si realmente valía la pena lo que hacía, y si no estaría
equivocado en su vida. Este estado de turbación, que él denominaría Noche Oscura del Alma, duró
mucho tiempo, y coincidió con la persecución que sufrió por parte de aquellos que estaban en contra
de la reforma de la Orden Carmelita, que incluso le llevaron a pri-
sión durante nueve meses, hasta que pudo escaparse de allí, aun-
que su salud quedó dañada por el resto de su vida.
En san Juan de la Cruz queremos mostrar, sobre todo, su perseverancia en la oración, donde sentía
constantemente la presencia del Señor. Este santo nos guía en el camino hacia la Pascua señalándo-
nos la importancia de la oración personal y comunitaria. En el diálogo con los niños se puede tratar
de cómo es su oración, cuándo la realizan, qué rezan, y terminar rezando todos juntos.
Destacamos esta semana la Liturgia de la Palabra. Se podría traer el leccionario de modo solemne al
ambón, o que los niños lo besaran tras la proclamación de las lecturas.
DOMINGO ENCONTRARÉIS... SI OS CONVERTÍS
III EN OFRENDA PERMANENTE
Cuaresma es también tiempo para OFRECER, que siempre implica compartir voluntariamente y gratuitamen-
te, sin esperar nada a cambio, por puro bien de la persona a la que ofrecemos. ¡Cuántas oportunidades para
ofrecer! Ofrecer, no sólo bienes materiales, sino sobre todo, ofrecerse a sí mismo. ¿Cómo podemos ofrecernos a
nosotros mismos? ¿Cómo podemos ofrecer nuestro tiempo para los demás? En la cruz, Jesús se ofrece todo él
por nosotros. OFRECE su persona y se sigue ofreciendo en cada Eucaristía. Su sacrificio y su OFERTA, se
reviven perpetuamente hasta el final de los tiempos.
Los niños recortan la tercera posada que contiene la frase “Soy amigo de Jesús cuando...” que deben
completar. La respuesta de los niños tiene que ver con algo que ellos puedan ofrecer a Jesús: hacerle
caso, escuchar su Palabra, compartir con los demás, obedecer en casa, trabajar en clase,...
COMPAÑEROS DE CAMINO
Aunque de su vida se ignora casi todo, lo que se conoce muy bien es su martirio, que se hizo fa-
moso en la Iglesia de los primeros siglos. Se sabe que era diácono, ayudante, del obispo de Zarago-
za, San Valerio, y que éste, como tenía dificultades para hablar de forma elocuente, encargaba a Vi-
cente la predicación de la doctrina cristiana.
El gobernador Daciano, siguiendo órdenes del emperador, hizo apresar a Valerio y a Vicente y
les hizo ir prisioneros a Valencia. No se atrevió a juzgarlos en Zaragoza para que la gente de allí no
se rebelara, porque en esa ciudad se les quería mucho. En la cárcel les hicieron sufrir hambre y tor-
turas para que renegaran de su fe, pero ellos no lo hicieron. Cuando fueron llevados ante el tribunal,
Vicente habló con tal entusiasmo de Jesucristo, que el gobernador increpó a los carceleros por consi-
derar que no lo habían hecho sufrir bastante. El gobernador intentó ofrecerles favores si dejaban el
Cristianismo y se hacían paganos, pero Vicente, en nombre de los dos, dijo: "Estamos dispuestos a
padecer todos los sufrimientos posibles con tal de permanecer fieles a la religión de Nuestro Señor
Jesucristo". Entonces Daciano desterró al obispo y envió a Vicente a la tortura para que abandonara
su fe.
El primer martirio consistió en amarrarle cables a los pies y a las manos y tirar en cuatro direc-
ciones distintas al mismo tiempo. Vicente, fiel a su nombre, que significa "valeroso", aguantó este te-
rrible suplicio con la fuerza de la oración. El segundo tormento fue apalearlo, pero aún masacrado y
envuelto en sangre, siguió declarando que no admitía más dioses que el Dios verdadero, ni más reli-
gión que la de Cristo. El mismo jefe de los verdugos se que-
dó admirado ante su valor.
Tampoco quiso revelar dónde estaban las Escrituras, para
que no fueran quemadas, y entonces lo extendieron sobre
una parrilla erizada de picos al rojo vivo. Los verdugos
echaban sal a sus heridas haciéndole sufrir más, y pese a to-
do no quiso cambiar su fe. El tirano mandó finalmente que
lo llevaran a un oscuro calabozo cuyo piso estaba lleno de
vidrios cortantes y que lo dejaran amarrado y de pie hasta
el día siguiente para seguirlo atormentando para ver si
abandonaba la religión de Cristo. Murió en medio de este
castigo, sintiéndose pese a todo amado por Dios, que le
acogió en su perseverancia, dando un ejemplo tal a aque-
llos que lo rodeaban, que fomentó varias conversiones.
El caso de san Vicente, como el de todos los mártires, es una ejemplo extremo de ofrecimiento a
Dios, en el que la propia vida del creyente es ofrecida en testimonio del Evangelio. Se puede intro-
ducir a los niños en el sentido cristiano del martirio que es sobre todo ser testigo de Jesús en medio
de la vida aunque nos señalen y nos desprecien por ser amigos del Señor.
Para este domingo proponemos resaltar el momento del ofertorio de la Misa como ofertorio de la
propia vida. En la Eucaristía el pueblo de Dios se asocia a la ofrenda de Cristo significada en las
ofrendas del pan y del vino. Los niños pueden preparar una procesión de ofrendas donde, si se ofre-
cen otros elementos, debe quedar resaltado el pan y el vino. Puede acompañarse de una o varias
moniciones adecuadas.
DOMINGO ENCONTRARÉIS... SI ENTRÁIS EN EL BANQUETE
IV
18-mar "Se puso en camino adonde estaba su padre"
La palabra VOLVER, presupone antes una acción de irse, una separación, una marcha, un salir hacia otra par-
te, un no estar en donde debemos estar. Ahora, en estos momentos de nuestra vida ¿Estamos en nuestro sitio o
permanecemos huidos o lejanos de la cercanía del Padre? La Cuaresma es tiempo para VOLVER, para retornar
a nuestra casa, a la casa del Padre. Sólo junto a Dios estamos como en casa, sólo en Él encontramos la verdade-
ra y auténtica felicidad. Como el Hijo Pródigo, es tiempo para decidirse a VOLVER, recorrer el camino de
vuelta, y ENCONTRAR de nuevo la paz y la felicidad perdida. Jesús en la Eucaristía, espera a todos los hijos
pródigos. No violenta, no fuerza, no impone, no inquieta ni importuna. Como el Padre del Hijo Pródigo, sim-
plemente te espera.
Los niños recortan la cuarta posada que contiene la frase “Le digo a los demás cuánto quiero a Jesús
si...” que deben completar. La respuesta de los niños tiene que ver con el testimonio que aportan a
los otros niños y a sus familias cuando viven el Evangelio.
COMPAÑEROS DE CAMINO
Nació en una localidad del Norte de África el año 354, de padre pagano y madre cristiana. Pese a
los primeros intentos de su madre; Mónica, de presentarle la fe en Jesús, y a la continua oración de
ésta, no llegó a hacerse cristiano. Se dedicó a los estudios de retórica, y vivió en su juventud de for-
ma desordenada, llegando a convivir con una mujer y tener un hijo de ésta sin estar casados. Ade-
más, su búsqueda de respuesta a por qué existe el mal en el mundo le llevó a formar parte de una
secta maniquea.
Después de una discusión con el líder de la secta se fue desilusionando del maniqueísmo, se
trasladó más tarde a Roma y luego a Milán. Allí prosiguió su búsqueda espiritual, y conoció al obis-
po Ambrosio, quien llamó su atención porque era un intelectual, que hacía
hermosos sermones, no necesariamente por la doctrina cristiana que predica-
ba. Su madre fue con él a Milán, y estaba a su lado rezando por su conver-
sión, pero Agustín continuó llevando una vida disipada, dudando que el cris-
tianismo fuera realmente para él, y dudando sobre todo de que pudiera llevar
adelante la castidad. Finalmente, el ejemplo de los santos y de aquellos que le
rodeaban, y la lectura del Nuevo Testamento, sobre todo las cartas de Pablo,
que era converso como él, hicieron que su vida diera un vuelco, y sintiera la
necesidad de convertirse en cristiano, necesidad que expresó en sus escritos
como la vuelta a Aquél que siempre había estado a su lado: "Demasiado tar-
de, demasiado tarde empecé a amarte. ¡Hermosura siempre antigua y siem-
pre nueva, demasiado tarde empecé a amarte! Tú estabas conmigo y yo no es-
taba contigo. Yo estaba lejos, corriendo detrás de la hermosura por Ti creada;
las cosas que habían recibido de Ti el ser, me mantenían lejos de Ti. Pero tú
me llamaste. me llamaste a gritos, y acabaste por vencer mi sordera. Tú me
iluminaste y tu luz acabó por penetrar en mis tinieblas. Ahora que he gustado
de tu suavidad estoy hambriento de Ti. Me has tocado y mi corazón desea ar-
dientemente tus abrazos". Finalmente, el año 387 fue bautizado por el obispo Ambrosio.
Vuelto a su patria, dedicó su vida a la fe redescubierta, y fue elegido obispo de Hipona, además
de contribuir al patrimonio teológico de la Iglesia con sus muchos escritos. Con él se lega a la poste-
ridad el pensamiento filosófico-teológico más influyente de la historia. Murió el año 430.
En el camino hacia la Pascua, san Agustín representa la búsqueda. Toda su vida buscó a Dios y ayu-
do con su experiencia a que otros los encontraran. Los niños pueden reflexionar sobre las actitudes
necesarias y los momentos en los que podemos encontrar a Jesús, de modo especial, en el prójimo,
en el necesitado.
El momento de la Eucaristía a destacar este domingo es la procesión que se organiza hacia el altar en
la Comunión. Es difícil, de entrada, resaltar este momento porque pasa bastante desapercibido. Se
puede insistir en él mediante una breve monición mientras el sacerdote comulga. También sería in-
teresante que los niños que han de comulgar, llevando cirios, abrieran la procesión hacia el altar.
DOMINGO ENCONTRARÉIS... SI OS DEJÁIS TRANSFORMAR
V
25-feb "Tampoco yo te condeno. Anda, y en adelante no peques más"
Para encontrar a Jesús, es necesario TRANSFORMARSE, cambiar interiormente. Presupone una gran dosis
de humildad pues implica reconocer que no somos dignos del todo, que siempre hay cosas que cambiar. ¿Qué
aspectos crees tú que tienes que cambiar? Dios es nuestro alfarero, nuestro creador, Él nos ha dado forma. So-
mos nosotros quienes nos hemos deformado, con nuestro pecado y nuestro egoísmo. Y sólo Él es quien nos pue-
de TRANSFORMAR, quien puede recomponer los trozos rotos de nuestra alma y quien puede recrearnos, por
medio de su perdón, como lo hizo con la mujer adúltera del evangelio. El fuego transforma y derrite los corazo-
nes más férreos. Jesús Eucaristía es el fuego abrasador capaz de transformar nuestro duro corazón.
Los niños recortan la quinta posada que contiene la frase “Me parezco a Jesús si...” que deben com-
pletar. La respuesta de los niños ha de recoger las actitudes de misericordia que muestra el Señor en
el texto evangélico de este domingo.
COMPAÑEROS DE CAMINO
Teresa nació en Ávila (España) el 28 de marzo de 1515. A los dieciocho años, y en contra de la
voluntad de su padre, entró como monja en un convento carmelita. En aquella época, las comunida-
des religiosas no solían ser muy estrictas en el cumplimiento de sus obligaciones religiosas, y había
diferencias en el trato y la situación entre las monjas, según su procedencia social. Teresa se dejó lle-
var en un primer momento por este estado de cosas, pero llegó un día en que se dio cuenta de que
no había entrado en un convento para vivir así, que no estaba siendo fiel a su vocación en la vida
que llevaba en aquel convento. Por muy religiosa que fuera, se sentía viviendo una vida tan munda-
na como cualquier otra persona.
Esa convicción se fue abriendo paso, poco a poco, en su interior, a través de la oración, cada vez
más importante en su vida, y por la cual la necesidad de transformar su forma de vivir se le hizo
evidente. Pese a que significaba romper con todas sus seguridades y convicciones en las que se habí-
an basado sus primeros treinta y nueve años, se dejó transformar por Dios, y decidió con un grupo
de hermanas del convento fundar una comunidad donde se pudiera vivir realmente según el espíri-
tu de la orden, pues su transformación le pedía ir más allá de sí misma y ofrecer su nueva forma de
entender la vida a los demás: Ella y sus compañeras vivirían haciendo realidad el ideal de pobreza,
donde ninguna tuviera nada propio, en una comunidad pequeña, en la que la priora fuera quien
más sirviera a las hermanas (y ser superior no significara privilegio
alguno), dedicándose exclusivamente al trabajo y la oración.
El camino de la Cuaresma nos recuerda que hemos de crecer como amigos de Jesús para celebrar
con alegría la fiesta de la Pascua, la resurrección de Jesús. Santa Teresa creció durante su vida en
amistad con Jesús, sobre todo, con su entrega a Él. ¿En qué aspectos de la vida cristiana necesitamos
crecer para vivir con intensidad la Pascua?
Resaltamos en la Misa dominical el momento final de la Misa, cuando somos enviados a dar testi-
monio ante los demás de lo que hemos escuchado y celebrado. Se puede resaltar mediante una mo-
nición o bien un canto de envío que dé por concluida la Eucaristía.
ENCONTRARÉIS... AL QUE VIVE
Puede leerse el texto evangélico de la resurrección de Jesús e invitar a los niños a celebrar el Triduo
Pascual.
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