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_AWANN DF on6A MeMbaved Ga 16 Cocleve- MER EO Avi EP 7, ECONOMIA E INSTITUCIONES Anelics Re On awignenus WAVE, COLLER. ‘Muchos cientificos sociales utilizan hoy en dia un enfoque neoinstitu- cional aunque parten de presupuestos epistemolégicos distintos, Hay neoinstitucionalistas que trabajan desde e} individvalismoo metodelégi- co, mientras otros prefieren cmplear variables sistémicas, colectivas 0 de orden cultural en sus investigaciones, inspirados en sociologias de corte constructivista. En el plano del andlisis también se observan di ferencias notables. Hay neoinstitucionalistas que estudian sectores of- sanizacionales o intentan desvelar las pautas genevales de evolucién. ene! modo de gestidn y gobierno de las empresas, mientras que otcos trabajan af nivel de la organizacin misma, entendiéndela como un nnexo de contrates, o intentando modelizar el tipo dle conductaestraté- gica que una organizacién parece empefiada en sepuir. La raaén de esta dispar es fil de explica. Aleededor de los aos setenta del siglo xx yen tres disciplinas distintas (economia, ciencia politi caysociologia), comienzan a desarrollarse de forma simulténea pero inde- ppendience rues paradigms tesricos queen fs tres casos yaungue spe- nas tuvieran nada en comin, se dieron en llamar “neoinstitucionales”. Asi se originé ur (0 mas bien dos) neoinstitucionalismo(s) en ciencia politica, otro (que en relided tema Fucron dos} en eeonome y otto en socioio ‘fa. Eo los tres casos se emplea el término “neoinstitucional” para diferen- ciar ol paradigona emerpente del entonces dominante en cada disciplina, procursndo ep cada caso recuperar algunas de las premises biscas clos viejosinstitucionalismos de a ciencia politica, la economia yla socioogia ‘AGENTE, PRINCIPAL Y COSTES DE TRANSACCION En ciencia politica, el enfoque dominante desde los aiios chiarenta se dedica en su mayor parte al estudio de los comportamientos y actiti- anit polticay ocioogl, * Sobre los nuevos iasttucionatisaos en econ véase ol trabajo de DiMaggio y Powel (1991). mom insticiones n des politicas. Bl rechazo a este enfoque da lugar a una reevaluacién, del papel de fas insticuciones (fundamentalmente ef Estado} y fas re: plas del juego politico. El objetivo es entender o explicar de forma Ins cabal ladistribucin del poder politico, los modes de accin co- lective, de aticulacién y definicién de intereses, y el origen, cardcter y resultados de las politicas pablicas (March y Olsen, 1984). Se originan asi dos tipos de institucionalismo. Por un lado, e llamado “institucio nalismo histético”, dedicado «estudiar la medica en que las decisiones politicas vienen determinadas por unas estructuras institucionales his- téricamente contingentes. Estas instituciones tienen, a la vez, dos ca- sacteristicas, Por un Jado, son matrices de sanciones ¢ incentivos que orientan © dirigen las esttategias de accién de las personas. Por otra parte, las instituciones son estructuras normativas y cognitivas que re- prodiicen yisiones particulares del mundo y las ratinas 0 convencio- nes propios de las organizaciones implicadas en un area de decisi6n conereta (Hall y Taylor, 1996:937-942). Por atro lado, tenemos un neoinstitucionalismo mas analitico y cercano a la teoria de la accién racional. Se entiende las instituciones ‘como sistemas de reglas procedimentales que determinan las opcio- nes estatégicas de los actores y, asf, los posibles resultados a los que pueden llegar dads aquellas replas, y que no necesariamente son los mas favorables (u éptimos) (Shepste, 1989). Una vex que dentro de este segundo institucionalismo se empieza a incorporar la dimensién cultural y normativa de las instiniciones, se ggnera una agenda de in- vestigacién mis convergente con los nuevos institucionalismos socio: Jégicos, tal como ocusre en e} caso de la economia (Peters, 1999:141- 151; Theleni1999). En teorfa econémica, los neoinstitucionalisimos surgen con el ob- jetivo de ampliar, en un caso, 0 de susttuir, en otro, algunos de los postutados de fa economia neoctisica.[ntentan revitalizar algunas de Jas premisas del viejo institucionalismo econémico de Veblen y Com- mons que aiin hoy en dia cuenta con seguidores?. En una primera fase, se distingue entre un “ouevo insticucionalismo econémico” y un “geoinstitucionalismo econémico” diferentes en cuanto al modelo de accién racional empleado: mientras que en el primero se mantienen Jas premisas basicas del modelo neoclésico de la acci6n racional (que implica unas preferencias dadas y consistentes), el segundo emplea el ¥ Véased trabajo de Hodgson (1994), eee Kavier Collery Roberto Gari modelo de racionalidad limitada (Eggertsson, 1990)?. Estas diferenci ‘quedan desdibujadas al entenderse que, dependiendo de la pregut de investigaei6n, la opcién por uno u otro modelo de accién rational «es una cuestidn de conveniencia y utilidad prictice» (Eggertsson, 1996:18). Por ello, se utiliza un término Gnico, “neoinstitucionalismo: econémico”, para referimnos a esta corriente. EL neoinstitucionalismo econémico es una exteinsién del modelo neoclasico. Los neoclésicos entienden que no exisien costes de tran saccién‘. Asumen que los agentes econémicos disponen libre y gratul: tamente de informacién veraz acerca de les vaciabiles del mercado y del comportamiento estratégico de los otras agentet que operan en él Entienden también que los derechos de propiedad «stan bien defini dos y salvaguardados, Pore] contrario, el neoinstitucionalismo incor- pora costes de transaccidn ¢ informacién positives y tinos clerechos cle propiedad nunca delineacs perfectamente. Es agesé donde enttat Jas instituciones. Mientras que cn ¢! modelo cconoinico neoclisico el mercado es suficfente para explicar los comportamientos econdmicos, € el neoinstitucionalismo las instinuciones —forniales e informales- explican los comportainientos y los resultados econémicos, Estas ins- tituciones pueden ser de orden juridico, social o politico (de un perio- do histérico, de un sector de actividad! eoncreto, 0 de un pais en an momento), y conforman lax reglas del juego o los modlos de coopera 6p econdmice que hacen que unas w otras transacciones sean mas 0 ‘menos costosas, que la informacisn circule mas 0 menos rapida, libre y verazmente, 0 que los derechos de propiedad queden més 0 menos delimitados y salvaguardados. El neoinstitucionalismo econémico parte de tres premisas. Por un lado, se entiende que las personas actian racionalmente, lo que quiere deci que dados sus objetivos o preferencias (cuslesquiera que scan) cestudian los cursos de accién que tienen abicrtos y cligen la estrategia que les parece mas eficaz para alcanzar sus objetivos. Por otra parte, Jas personas hacen todo esto en el seno de unas instiruciones que pue- epwetasfavorecer t obstaculizar.unos u otros cursos de accién, pero en ningtin caso detetminarlos, pues elas mismas cambian o mudan si- det diferente mado de conde ita ye! mca clon lel accin racional véase el capitulo cuarto. * in términos penerals, los costes de tansuccin gon los costes derivadoe de laex- lracion y evaluacién de los agentes que operan en el mereado con quienes pueden gar a cstablecerseintercambios econémices. Tarabiénincluyen extos costes los foverzos necesurios par vig al complimiento de los acuerdes sleancades zonomia einsttuiones B suiendo unas trayectorias relativamente abiertas. Estas trayectorias son el resultado de infinided de experimentos que realizan unas per- sonas empefiadas en levar adelante sus planes de vida dentro de fas instituciones. En tercer lugar, las personas no se embarcan en estos ex- petimentos de forma caprichosa, sino estratégica. Para ello suelen te- ner en cuenta los siguientes factores: preferencias de otros individuos. y los cursos de acci6n que éstos pueden emprender dads las oportu- nidades de que disponen; Ia informacién més o menos fragmentada ue tienen acerca del resultado de experimentos anteriores (rutinarios ‘0 innovadores); el grado de maleabilidad de las instituciones; y la for- mae que és pueden servir para respaldar los acuerdos 1 que unos yeotros puedan Hegar para alcanzar sus objetivos. Fruto de este hormi- {gueo incesante de acuerdos y transacciones aparece un tepertorio de instinaciones de trayectoria contingente. La trayectoria de cada insti- tucién no ¢s necesariamente la opcién éptima para quienes intervie- fren cn su desarrollo, pero cs refativamente estable cuando quienes ac tuando estratégicamente dentro de ellas piensan que tienen mis que perder si cambian sus pautas de accidn. Fistos nitcvos institucionalismes incorporan de forma variable la teoria de juegos, el modelo de accién racional limitada y una visién de las instituciovves como una mattiz de oportunidades y limitaciones. De manera silenciasa pero continua, estas incorporaciones se trasladan a su vez a In sociologia, dando lugar a un neoinstitucionalismo sociolé- ico, diferente al que se veri en el apartado siguiente, y que se desa- rolla con més extensidn en la sociologia histdrica comparaca, la so- ciologia econdmica y la socialogia de las organizaciones (Coleman, 1994; Nec Ingram, 1998), En Jo guc sespecta al andlisis de Jas onganizaciones, este nevinstitu- cionalismo rienc, bisicamente, dos tipos de aplicaciones. Una primera, mas cercana «la economia politica positiva (Alt y Shepsle, 1990), en la que el objetivo es explicar decisiones ae de las organizacio- nes empleando Ja tcorfa de juegos (Murighan, 1994; Riss y Vislie, 1995). La segunda aplicacién tiene por objeto dar cuenta del gobiesno de las organizaciones (o la evolucién en el modo de gobernarlas) a partir de fa economia de los costes de transaccién. Algunos autores explican la creacién de organizaciones, los cambios en su estructura formal y en su estrategia (integraciones verticales, fusiones, creacién cde empresas satélites) como el resultado de decisiones orientadas a re- ducir los costes de transacci6n (Williamson, 1981, 1994; Barney y Qu- chi, 1986). La idea es que la emergencia y persistencia de las organi- m4 aver Collery Roberto Gara zaciones reduce la incertidumbre y los costes que se derivan de las transacciones entre agente y principal (empresas o individuos) en el mereaild. Dos investigaciones referentes a Espafia ilustran muy bien este tipo de analisis organizacional. La primera, desde la teoria de juegos, intenta explicar las estrategias de Era desde los inicios de la transi. cién hasta la ialidad. La segunda, haciendo un uso informal de la teoria de la agencia, intenta explicar por qué, desde la segunda mitad del sigho xix y hasta finales det xx, ef consumo de lotetia (irracional desde las premisas de teoria econémica ortocoxa) es mayoren Espaiia queen cualquier otro pais del mundo, TEn Jos capftulos centrales de £74 contra cf Estado, Sanchex-Cuen- cca analia la estratepia de la organizacién tervorista desde los inicios de la transicién basta principios de los aios noventa atilizando ef mo- ddelo de fa guerra de desgaste. Fste modelo tiene una soluci6n o equi hario simétrico cuando ninguno de los dos jugadores es eapaz de con. vencer al otro de que no se va a rendir en ninguna cizcunsta estas condicianes los dos jugadores siguen jugando (es dec actuando) intentando mostrar la mayor firmeza, Jo que les obliga a asumir cierios costes en cada ronda det juego (muertos en atentados, encarcelamiento o muerte de tertoristas en enfrentamientos con la po- lici, et.). Careviendo de informacién sobre el nivel de resistencia del contrario, cada jugador sigue jugando hasta donde considere que es ioitil seguir haciéndolo, esto es, hasta que se convence de que no me- rece la pena seguir papando los costes del juepo 3, al fin y al cabo, el 120 va a guna En otras palabras, gana el juego quien antes convence al otro de que su capacidad de resistencia ¢s mayor. Este andlisis per- mite explicar, por ejemplo, a virulencia mayor de los atentados de ’4 (con los atentados indiseriminados), y los cambios en la sclec- cidn de sus victimas (ya no sélo militares 0 policias), que se abserva a partir dela segunda mitad de los aijos ochenca del siglo xx, Mas debi- ficada entonces, con este cambio de tactica FTA intenta aumentar los ‘costes que para el Estado supone sepuir jugando el juego, a la vez que ‘con ello procura mostrar una determinacion mayor a seguir adelante. Del inismo modo, esta modelizacién del escenario estratégico en el ry el Estado estuvicron enredados sive también para evaluar ifidal que para sno u otto contendiente pueden tener las conver- saciones 0 negociaciones. Si por un lado éstas permiten conocer mas de cerca el nivel de resistencia del contrario, también suponen una pérdida de eredibilidad por parte de quien tome la iniciativa, al intex- noni astitacones » pretar el contrario que esa voluntad negociadora es une seal de debi- lided o de falea de capacidad de resistenci Aplicada al andlisis del comportamiento estratégico de las organi zaciones, y entendidas éstas como un actor (colectivo) racional, se cri- tica en ocasiones que la teorfa de juegos deja al margen muchas de las variables empleadas comtinmente en la sociologia de las organizaci nes come son, por ejemplo, Jos cambios en le percepcidn def entomo, ios conflictos internos, © la cultura organizacional (Murnighan, 1994:90-94), Esta critica puede ser cierta en algunos casos pero no Io es necesariainente en cuanto que sobre ef modelo analitico empleado pueden superponerse (y a yeces es necesario hacerlo) otras variables que ayuden a perfilarlo y darle un contenido més real (Schazp!, 1997:69-96). Sigwiendo con ef ejemplo de las estrategias de eTA, San- chez-Cuenca reserva un capitulo de su libro a explicar lo que el autor llama la “psicologia organizativa” de ETA’. Intenta averiguar las raz nes que conyierten a ETA en una organizacion “autista”, cetrada en si misma y sin eapacidad alguna pata enjuiciar su propia visién de la rea- lad (un Pais Vasco invadide por fucraas de ocupacién extranjeras) ia vista de multitud de datos que la cuestionan (resultados de las nes, fur jento dc las insttuciones de autogobiero, plu- ralismo de la sociedad vasca). Es smo de era, segin se deduce del modelo de la guerra de desgaste empleado, favorece su capacidad de resistencia en el juego. Entre Ins razones de este autism, Siinchez-Cuen ralismo democnitico de ETA (un sister de decisiones {que premia el autoengafo), el control estricto sobre organizaciones paralelas (18, sus sucesores 0, en genera, su “entomno”), asf como las ‘opciones con que cuenta la organizacidn para evitar que las disiden clus individuals se transformen en una oposicién organizeda (que van desde el simple “ajusticiamiento” ejemplat, como en el caso de Yoyes, «la posibilidad que ofrece el Estado de beneficiarse delas poli- ticas de seinsercién, que permiten la salida a quienes de oo modo se verian obligados a organizar su voz critica dentro de la organizaci6n). Para el autor, la “psicologia organizativa” de E74 es una variable imprescindible: ¢s «fundamental a a bora de unatizar fa estrategia de * Otros autores se reeririan en términes mss cisico ala "peiologiaoxpanizativa™ ‘como “cultura organiativa”, “estilo de lidernego",telacisn entre “organize ‘ny su entorno", contol de la "estructura informal”, modo de “adaptacién al en- % Keer Caller y Roberto Gara EA cen la guerra de desgaste. El modelo organizativo en el que ETA basa garantiza que el umbral de resistencia de la organizacién se co: rresponila con el del sector con un umbral mas alto, el sector de los! duros, Aunque este grupo sea minoritario dentro de ETA, nadie dis- ‘cute sus decisiones en el imterior, pues la vor es cuuramente castigada E..J. La ausencia de desalios internos permite que la linea estratégica oficial se aplique indefinidamente. En Is prictica, estas constricciones! fool son ventajosas para Eta» (Sénchez Cuenca, 2001:176, cursivas afiadidas). Ev Ia investigacién sobre loterias se emplea la teoria de la agencia para explicar por qué, adi a pesas de todos los cambios econdmicos, J sociales y politicos de Fspaiia desde la segunda guerra carfista hasta el Sihisno gobiemo de Felipe Gonzalez, este pais es durante todo este pe- soda él mayor consumidor de loteria en el mundo. La explicaci6n de este hecho peculiar tiene que ver con lo que en el siglo x1x se llamaban “compaiiias” y hoy se denominan “pefias” de jugadores. En una pefia siempre existe fa posibilidacl de engaiio por parte de quien conserva el Dillete origins! de loterfa, que pueste cobrar cl premio y negarse a re- ppartitlo con sus socios. Por decirlo en términos de teoria de la agencia, ‘en una peda de jugadores hay incentivos claros para la conducta opor- tunista, de modo que, actuando racionalmente y procurando evitar fer engasado, un jogador de loeda sempre piclerid jugar indivi cdualmente antes que en una pefia. Pero en siglo XIX Ins pevias se extienden més ripidamente en Espaiia que en otto pals curopeo. Esto se explica, en primer lugar, por el precio relative de los billetes de loteria. Ei algunos paises, precio de un billete de loteria era can barato que no era necesatio for- mar una pefla para poder jugar. En otros paises ios billetes eran tan ccaros que surgié una oportunidad de mercado para fa venta de parti- ipaciones de loteria a an precio minimo, que permitia jugar a la lote ria a quien quisiera hacerlo comprando una participacién a un inter- mediatio, En Espaiia, sin embargo. el precio no era tan alto como para due surgiera un mercado de participaciones, ni tan bajo que todo el mundo pudiera comprar directamente su pprapia biflete. En estas condiciones, para muchos, la Gnica forma de participar en cl juego cera.a través de una pena o compaitia de jugacotes. En segundo lugar, y también a diferencia de otros paises, la jurisprudencia espaiiola fa cilité la creacién y extensidn de estas peiias al ampararjudicialmente los contratos verbales entre sus miembros. Asi, en Espaiia se extiende nds que en otros paises fa costumbre de jugar a Ia Joteria con amigos, zoncmiaeinstvuciones 7 familiares o compaiieros de trabajo. Esta forma de jugar a la loteria, compartiendo el mismo niimero obillete con otras personas, tiene un impacto directo sobre el consumo de loeria: hay quien compra loteria con fos amigos con a intencién de ser un miembro mas de ese grupo, ‘o quien decide comprar por si acaso toca. En Espatia se compra mis loteria por la forma en que se hace: en pefias y no individualmente, Esta costumbre de jugar juntos a la loteria se explica histéricamente por los incentivos y facilidades que encontraron los jugadores espa- oles a la hora de conjutar el riesgo de las estrategias oportunistas (Garvia, 2004). Los modelos de la teoria de juegos, la teoria de los costes de tran- saccidn o la teoria de la agencia son parte de este nuevo instituciona. ismo en el anilisis de las organizaciones. Todos ellos parten del indi- vidualismo metodolégico y de un modelo de accidn racional. Pero este neginstitucionalismo no es cl nico existente en sociologia de las organizaciones. Existe of0 neoinsttucionalismo que, como se explica a continuacién, parte de premisas radicalmente distintas. Este es ef que algunos denominan “neoinstitucionalismo sociolégico”, aunque son cada vez ms los socidloges que cultvan el tipo de neoinstitucio- nalismo mas préximo 0 influenciado por la teoria econémica, LEGITIMIDAD, MITOS E ISOMORFISMO En ciencias sociales existen dos formas de explicar el orden social Desde posturas tedricas més cercanas a la economia, el orden social se cexplica por li existencia de unas instituciones que sefialan cules son Jas vegas del juego vigentes en ese momento y que las personas siguien- do sus propiosintereses y preferencias, acatan, ignoran, o cambian. Es- tas instituciones no estin diseiadas por un demiurgo 0 ingeniero so cial, ino que son fruto histbtico dees experimentos de ensayo y error ‘con que distintas sociedades intentan resolver sus conflictos econdmi- cosy politicos, Desde otras tradiciones de corte més sociolégico, el or- den social se explica por el efecto de las normzas (que definen lo que es Kicito y no lo es) y las formas de entender 0 consttuic la realidad, esto cs, las estructuras cognitivas que definen lo que esta “ahi fuera. En tuna misma sociedad, las personas comparten normas y estructuras cognitivas, lo que les permite dar sentido, entender y valorar tanto sus propias acciones ¢ intenciones, como las de las demas. Esto propor- % Xavier Collery Roberto Gari ciona cierta estabilidad y predictibilidad al ujo de interacciones 50 ciales en las que se ven envueltos en su vida cotidiana. La Segunda forma de entender ef orden social caracteriza a este ‘otro instizucionalismo: «el nuevo institucionalismo E...] implica un re- chazo a los modelos del actor racional, un interés en las instituciones como variables independlientes, un giro hacia explicaciones cle carie- ter cultural y cognitivo, y un interés en [..} as unidades de andlisis su- ppraindividuales, que no son meros ayrepados, ni tampoco consecuencia directa de las caracteristicas, atributos © motives de los individuos> (DiMaggio y Powell, 199128). Este institucionalismo de corte ms 0- iol6gico cobra carta le nateraleza « finales de los aiios setenta (Me yer y Rowan, 1983). Del mismo modo que los nevinstitucionalismos «en ciencia politica y economia surgen por oposicidn a los enfoques te- 6ricos dominantes en cada una de estas disciplinas, el nuevo institu cionalismo sociolsgico se desarrolla en contraste con la tradicién par- ‘soniana y en la misma direccién que Ia sociologia constructivista de Berger y Lackmann (1967) y la corrientes de la fenomenologia y eno: metodologia. Este enfoguc incorpora ademas fas aportaciones de la rucionalids rconia de la estructuracién de Giddens un offmaniano porlos ritales de a vida eotidiana en las organi- zaciones (DiMaggio y Powell, 1991a:19-28; Jepperson, 2001:2-6)° ii este nuevo institucionalismo busca “explicaciones de caricter cultural y cognitive”, son estas iihtimas explicaciones las que mis inte- resan, puis «no son las normas y los valores, sino los modos de hacer las cosas que se dan por supuestos, lis replas y las clasificaciones de las que estan hechas las instituciones» (DiMaggio y Powell, 19914: 15). Una institucién, pues, es una especie de convencién que sitve de pur to de referencia y conduce a las personas a pensar y actuar de mane- ra determinada. Lo que interesa al nuevo institucioualisme es la ho- mogeneidad que existe en ef mundo de las organizaciones como el resultado de las acciones de personas filtradlas por esquemas coppi tives, normas, formas de actuar y creencias que se dan por supues- tas, Si estos elementos culturales configuran ef entorno de las orga- nizaciones, es esperable una cierta semejanya estructural en fas ‘organizaciones. A esta semejanza se le denomina isomorfismo es- tructurel, “ Una excelente revisién de exte neoinatitacionalismo aplicedo al andisis de ls ongaizaciones esl libro de Seet (1993). Bcouemiaeinstitnsones v El nuevo institucionalismo esté interesado en explicar por gue las ‘organizaciones se parecen tanto entre ellas”. Goncluyen que fa bis: queda de la eficicneia per se no es un elemento explicative, Antes bien, se centran en los procesos de isomorfisino que ocutren entre las ‘rganizaciones de un mismo campo organizativo (DiMaggio y Powel, 1991b:63). El campo organizativo es el conjunto de organizaciones cconectadas entre elas y que configuran ¢} mazeo en ef que se desen- ‘welve la vida institucional de una onganizacién, Fate campo se estruc- uea como resultado de tres factores clave: la competencia, el Estado y las profesiones. Los tres elementos contribuyen a que organizaciones que se enfrentan a entomos parecidos se comporten de manera similar y.terminen adoptando formas parecidas también, Esta homogeneiza- 1 0 isomorfisng no es el resultado dle la biisqueda de la eficiencia ‘por parte de las organizaciones, sino del intento de ganar legitimidad en cl campo organizativo. ¢Cémo obtienen legitimad fas organizaciones? Este institucionelisme sefiala que en el proceso de racionalizacién de lis sociedades modemas se han ido construyendo reglas, procedi- iientos o formas de ordenar y entender el mundo que se dan por su- puestis, que operan como “mitos racionalizados", y que las organiza- ciones incorporaa en sus procedimientos, rutinas y teenologias a fin cde obtencr legitimidad, pues de no hacerlo, o de bacer cosas distinas, carren el riesgo de ser percibidas como “negligentes, irracionales o in- necesarias” (Meyer y Rowan, 1983:31; Score y Meyer, 1994). Puede ocurrir, sin embargo, que organiza las actividades del mod en el que s¢ da por supuesto que se debe hacer puede sesultar perudicial para Una veri sci del nuevo inscitacinalsno enlaiz la necsidad de estu- iar ambit as diferencias cise onganivacones prestando atin al entora ist teciona, Por eemplo, Mauro ¥ Guillén 2001) tela ua esto comparado en el «que stn d modelo de desarrollo de cada pais que extn (es decir, as pots inst icionales qoe hn favored un modch oir) came el elemento que genera inita- clones, free opostanidaces, facia recursos y vas de atuacin pan ues organ Saciones se comport de wa manetydescrminada y,eonsecuenterentc,adopten Jee feos, jen, na otic de dear que for ivein “tanjerapromoveri a presencia de apres midtinacionas. Sia politica vo acon paada de inicinvas ga liniten la sustiticin def prodosn de bienes por sui portacidn, entonces Horecerin las onganizaciones medianas y pequetas (a veces Trabajo en re) como socas de is eultnacionakes Pore contraro, una politica ‘entes como fs “grupos” en Eepaiiay Argentian chaebol en Crea del Sur, empresas ‘tates, mulinacicnales y empresas pequetissy » nie Caller y Reborn Gers el logro de los objetivos de la organizacién. La solucién es entonces desconexionar (decouple) la estructura de la organizacién de sus acti- vidades. Por poner un ejemplo, el prestigio que la profesién de econo: mista adquiete en lax sociedades complejas puede hacer recomenda- bie, en el caso de algunas organizaciones, que étas incorporen en su estructura un departamento de anilisis econométvico, Puede que po- cos lean, entiendan, creap en su utilidad y tomen en cuenta los infor ies de estos especialistas, pero su incorporacisn refuerza la legitimi- dad de Ia organizacién desde el punto de vista de los inversores potencisles, dientes,o:inclsn miembros de la org a. Siocurre ‘qa la organizacién entra en dificultades, ésta podria mostrar que ha seruado racfonalmente, encee otras cosas, porque tenia, como no podia set de ott manera, un departamento «le economettia (Meyer y Ro- wan, 198332). Pero mientras tanto, las actividades de ese departa ‘mento no repercuten necesariamente en el diano de la organizacisn; el funcionamienta real de Ia organizaciOn esta, en rea- Ticlad, conexionado débilmente con su estructura. Tolbert y Zucker (1996) estudian la obtencisn de legitimidd como ef proceso a través del cual aparece una innovacidn ex ef campo Corganizativo y se termina incorporando a la onpanizacién. Tal innova ign puede ser una nueva tecnologia, una manera nueva de organizar cltrabajo, o un departamento nuevo que se convierte en lo que se de- nomina “mito racionalizada” *. Seftakan las autoras (1996-17) que Ia primera fase es de babituacién, lo que implica que aparece lt solucién 4 un problema de la organizacién (la innovacién) y se formaliza, incor- porindose a la vida normal de esa organizacién. depende de quic las personas que toman decisiones en la organizacién comparian ereencias y esquemas copnitives. De otra maness Ia inne- vvacion peteceni. La seguncta fase ex h de la objetinizariée, que implica que la innovacién se cosnienza a valorar como una respuesta adectrada al problema organizaciooal y, como consecuencia, empieza set adop- tada por ottas organizaciones en el campo (Tolbert y Zucker, 1996.21). Esto implica que se genera un cierto consenso acerca del valor (de a ido- nneidad) de la innovacién, Tal consenso, stgieren los autores, es la conse- * Sobre ln profes de ecomomirta ys letinizacidn en las sociedades moderns, éese trabajo de Guillen (1989). * Les atresia innovations dl spe dk bs cicals decal, conshons intesnos para lis orgunzaciones, grupos de eabyjo, programmes ce asistencia xk x pleas, scnsciny de beh en fos aviones. 0 politens de estabilidad del empleo et les iversidades, comomin estitucones * ‘cuencia de la observacién de los resultados que la innovacién produce ce las organizaciones que la ineorporan y de una cierta tarea ce teori- zacion de la utlidad de la innovacién para todas las organizaciones similares ala primera quc la ineorpors. La tercera fase es lade la se ‘entacion, que sucede cuando la innovacién se extiende por el campo Organizativo y su valor se da por supuesto. Las autoras sefialan que fa sediimentacién depende de tes factores. Por un lado, la existencia de ~2ctores que scan capaces de mevilizarse contra la innovacién porque puede afectarles negativamente. Por otro lado, que el conjunto de ac- tores que la defiende sea capaz cle articular discursos que la justi ‘quen y legitimen. En tercer lugar, que existan unos resultados que se asocien ala innovacién. Las tres fases de las que hablan Talbert y Zuc- ker reflejan, también, la manera en que se introducen cambios en las organizaciones. Los “mitos” suelen tener una naturaleza doble. Por un lado son ‘nstincionales en cuanto se da por supuesto que han Je esta ahi, in- dependientemente de su impacto sobre la eficiencia de la organiza- eign. Por otro lado, son racionafzados en cuanto que los propésitos sociales a los que hacen referencia se tralucen a un lenguaje 6 conjun- to de presctipeiones técnicas 0 “racionales”. La necesidad de incorpo- rar en la estructura formal de las organizaciones estos *mitos” no es la misma para todas las organizaciones, in un extremo estén aquellas «que operan en mercados competitivos y emplean tecnologias n0 ambi zuas y cuya supervivencia dlepende mas directamente de su eficacia aque de la meclida en que incorporan los mitos racionalizados. En el ol extrema, se enewentean aquellas organizaciones que operan en entornos instivucionalizades feomo colegios u hospitales), y emplean zecrologis ambiguas, pero donde no es posible evaluar directa u ob- jetivamente su eficiencia. Se juzga a estas organizaciones por su dil gencia ala hora de incorporar estos mitos racionalizadlos en su estruc- ura antes que por sus resultados; esto es, por el grado en que son ceapaces de satisfacer las expectativas (socialmente construidas) acerca cde emo deben ser y proceder estas onganizaciones, En la medida en {que lo hagan obtienen mayor 0 menor legitimidad y, asf, una mayor 0 menor probabilidad de supervivencia (Meyer y Rowan, 1983:36). Estos tipos de organizaciones reflejan los des tipas de entornos que dan lugar también a dos formas de isomorfismo: el competitive y ef institucional. El nuevo institucionalismo se fija mis en el segundo queen el primero. E] isomorfismo institucional consiste en quc las or- sanizaciones que operan en un mismo entorno tienden a asemejarse 2 Xavier Colley Rebrto Garin tunas a otras. Ocurre isomorfismo porque, buscando legitimidad, las ‘organizaciones terminan reconociende e incorporando lis rutinas, tecnologias y planes de actuacién que responden atlas expectativas propias del sector organizacional al que pertenecen. Para ef nuevo institucionalismo, existen tres mecanismos a través, de Jos cuales se genera un cierto isomorfismo (DiMaggio y Powell, 1991b:67). Por un lado esté el Estado, cuyas leyes y normas de obliga do cumplimiento pueden conducir a las organizaciones a adopta pricticas similares, Se trata de un ésomorfismo cnereitivo®. Hs el caso, por ejemplo, de normas que obligan «ta contratacién dle grupos socia- les desfavoreciclos. Par otra parte, esi tos competiiores de fas ons nizaciones, que pueden convertinse en un espejo en el que una organ: iin se mite y trate de imitar. Se texia lel somorfisona neimético, y suele tener lugar en organizaciones que se enfrentan a cierto grado de incertidumbre proveniente del entorno, Es el caso de las empresas que adoptan, por ejemplo, fos circulos de calidad porque otras empr sas ins eficientes y mais legitimadas los ulizan. Lin tercer lugar tene- mos. fas profesiones 9, mejarfa profestonalizacion d ‘nas que toman decisiones en las organizaciones. DiMaggio y Powell (1991b), la prolesionalizacidn de las direcciones de las organi zaciones (por ejemplo, a través de his eseuclas dle negocios que impar masters) implica una socialfzaci6n similar, lo que redunida en que 5 directivos terminan teniendo una fornza parecida de pereibir, in terpretar, entender y sokucionae los problemas a los que-se enfrenta fa ‘onganizacidn. Ps devis, erminan desarrollando esquemas cognitivos similares desde los que desarvollan pautas dle comportamiento pareci- das y aportan soluciones también similares. Se trata del ésammorfismna mortuativ. El nuevo institucionalismo entiende qu las organizaciones no son actores puramente racionales, ya que su estructura no es mis que un puzzle cle elementos que (contribuyan no a la eficiencia de le ongant zaciéa) o nal pone a su disposicién y fuerza a corporacidn. La difusién de estructuras institucionales racionalizadas en la sociedad contribuye a que las organizaciones formales sean un Ure variant domo coercive ng yu esc ampere suo engin qe sets econ de depends iMate etl Camo més depos unnaac yo cano ma eta steno ream prea, probaidas hy qe ste open er ‘evan une orma nar alarpanzacion denna ele recon } j i i t Fermi inttuones ws fendmeno mis comin y, a la vex, mis complejo. Estas instituciones son mitos que hacen quc kas organizaciones formales sean mis laciles de crear y las convierten en mis necesarias. Ocurre asi porque «los clementos o médulos (building blocks) en spc consisten las organiza ciones estan dispersas en el escenario social [...], Dado que estos mé- mo adecuados, convenientes, racionales y evitar ser cconsidleradasilegitimas» (Meyer y Rowan, 1985:26). La hiptesis de que las organizaciones no son aetores puramente racionales, relativamente aislades y constrenidos casi exclusivamente por demands dk eficiencia pe ‘ginatriamente al moxlelo ins- titucionalista dle Selznick (1949), Gouldner (1954) y Zald (1970). EL nuevo institucionalismo, sin embargo, se distingue del de Selaick en cineo aspects fundamentales", Lin primer lugar, el viejo lismo de la sociologia de las organizaciones subraya los factores polit cos a la hora de explicar el comportami 1. Seni jo institucionalismo, log intereses y kas preferencias de los eto ro y fuera de la osganizacidn) fuerza var adelante estrategias de cién (0 cooptacién) que tienen como objetivo evitar concuetas hostiles en su contra y garantizat supervivencia, ‘ionalisino, por el contrario, tiende ‘oninizaciones tanto mas cuanto sin cognitiva entre quicnes eamplean este confogue EL angierionta es que las organizaiciones eben su feitinn inci), al modo y difigencia con que incorporan las tivas socialmente construichss (o mitos racionalizadlos) que di- cn e6ino tleben hacers¢ las cos apenas hay espa io para atendera fos conffictas de intereses o hs lucas de poder a las que lasorgsn esdchen hacer frente y que, afin dle cuentas, pue len tambien legitimarla, aunque no tanto en tésminos puramente cog nitivos, como normativos o valorativas (Mizrachi y Fein, 1999; Alva ex, 1997)". 1 En seyundo lugar el viejo institucionalismo localiza las fuentes de iracionalidad de la organizacién en su estructura informal y en la presi6n de los intereses externos a la organizaci6n que era necesario nto oiganizac Repo a enter dterenc 11991) ySetnick (1996), Véase también el aticulo de DiMaggio (19889, donde el autoe anima a quienes ‘tbujan dente de este fou aincuirls dimensin del poder cn ts investigations. se sigue las reflexiones de Powell y DiMaygio 4 Xevien Colley Rebero Garcia cooptar. El nuevo institucionelismo, por el contratio, localiza la fuente de la itracionalidad en Ja misma estructura formal de la organizacién, en Ja que €incorporan elementos insitucionales con el fin de mante- nex o reforzar la legitimidad y no necesatiamente la eficiencia de fa or ‘ganizaci6n, 7 Eniercer lugar, el entorno desemperia ur papel importante a la hora de explicar ls conducta de la orgenizacién en el viejo institucio- nalismo. El entorno se entiende com el conjunto de intereses locales ue pueden eprender acciones hostiles contra la oxganizacién, Para cl nuevo institucionatisino, por el contrario, el entorno se compone de. Jos clementos institucionales cacionalizados que se encuentran y di fandlen a nivel secrorial principalmente, lo que explica el isomorfismo corganizacional. Fn otras palabras, mientras que para el viejo institu: cionalismo los elementos del entorno se cooptan (con el fin de neutra- Tizailos), para el nuevo institucionalismo éstos penctran en la organi- racién., _. En cuatto Juger, si para el viejo institucionalismo es la organi: ta que se institucionaliza al convertirse en una entidad cargada de valores, para el neoinstitucionalismo la institucionalizacién ocurre en tun plano interorgani las estructuras, reglas, tecnologias y procedimientos se institucionalizan en el campo organizacional, for- zando a las organizaciones integrar estos componentes que definent sueniomo relevante. 77 Por ltimo, en el plano del comirot de a conducta individual i vie- {6 institucionalismo supone que wna organizacién ya institucional dda puede definir las preferencias de sus miembros por medio de me- canismos normatives y valoratives, Se subrayan Fendmenos como la interiorizacién de los objetivos de la organizaci6n, o los procesos tie socializaci6n a que se sameten los nuevos miembros. Para el nuevo institucionalismo, por el contrario, la previsibilidad de las conductas, se origiaa en un plano colectivo-cognitivo ». Lo que regula las con- ‘ductus no son normas y valores, sino guiones de conducta,reglas, cla- sificaciones, o “modos de hacer las cosas” que se dan por supuestos. En otras palabras, no es el caso de que las organizaciones tratan de-es- timular lealtedes © compromisos emocionales para regular Ja conduc- ta de sus miembros, sino que ésta queda en gran parte regulada por mecanistios institucionales sobre los que !a organizacién no ticne nin- Véaose, por ejemplo, os trabajos dhe Zucker (1991), Seon (1995358 60), Mery Jepperson (2900) Economia csticones VOI a {gin control y que actian a mado de prescripciones impersonales, rt. ionalizadas y consideradas vilidas por sf mismas. = Segdin Mizruchi y Fein (1999:67), este nuevo institucionalismo, «cs, claramente, la perspectiva dominante entre los sociélogos esta dounidenses de las organizaciones». Cierta 0 no, esta afirmacin es sorprendente si se toma en cuenta la enorme ambigiiedad —tanto te6- rica como en el plano de la investigacién empirica— que existe toda- via dentro de este enfoque, y que a veces se reconoce abiertamente: «hay muy poco consenso en la definicién de los conceptos fundamen- tales, sobre el tipo de indicadores o métodos de investigaci6n dentro de esta tradicion te6rica (.. el [nuevo) institucionalismo no ha desa- rrollado un conjunto de variables esténdar, tampoco se asocia a una etodologia estandar 0 incluso a unos métodos determinados» (Tol- erty Zucker, 1999:168). ‘Ain asi este nuevo institucionalismo sf que genera una agenda de investigacién propia centrada fandamentalmente en dos cuestiones. Por un lado, las personas que trabajan en esta linea de investigacin se interesan por el proceso de institucionalizacion de estructuras 0 ruti- nas organizacionales y, en particular, l papel del Estado y los grupos profesionales en este proceso. En segundo lugar, os investigadores explican fa difusion de estas estructuras o rutinas y, como tesultado, el isomorfismo organizacional, Esto explica el dominio dentro del nuevo institucionalismo de investigaciones de caracter histérico en campos ‘organizacionales, lo que, a su ve?, implica el uso de distintas téenicas de inyestigacién. Asi, por ejemplo, hay investigadores que emplean cuestionarios para medir el grado de institucionalizacién de una deter- sminada ting 9 proceso organizacional, preguntando a los entrevista- dos la medida en que consideran que es necesaria su incorporacién para mejorar la eficiencia de Ja organizacién. El andlisis de contenido de los documentos de archivo de la organizaci6n puede servir para es- tndiar también este proceso a lo largo del tiempo. Al contrario, puede también investigarse la historia natural de una ruting, estructura pro: ‘ceso organizacional (los cfrculos de calidad, las normas y agencias de acreditacién como las 10, 0 las politicas de prevencién de riegos la- borales, por ejemplo), y los avatares de su extension y dfusi6n en dis- tintos sectores o campos organizacionales 0, mejor atin, en los mismos sectores pero en distintos paises (Tolbert y Zucker, 1999:178-180).

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