3° Semestre.
Grupo 9422.
Unidad 9, Actividad 1.
Uno de los atributos que la soberanía confiere a los Estados es su capacidad para entablar
relaciones con otros sujetos del Derecho internacional para integrarse a la comunidad
internacional, suscribirse a tratados y en general mantener una relación saludable con sus
vecinos. El ejercicio de esa competencia, al igual que cualquier otra competencia del Estado,
se hace por medio de órganos de gobierno que se encuentran regulados por el derecho interno.
Si bien entre cada Estado los órganos de gobierno pueden ser distintos tanto como lo pueden
ser las disposiciones del derecho interno, existe cierta homogeneidad al establecer 2 clases
de órganos para el ejercicio de la política exterior: Los órganos centrales, que tienen una
duplicidad de funciones al tener competencias tanto en el ámbito interno del Estado como en
el ámbito de las relaciones exteriores, y comprende al Jefe de Estado, Jefe de Gobierno y al
Ministro o Secretario de Relaciones Exteriores, y por otro lado los órganos exteriores o
periféricos, que tienen competencias dirigidas exclusivamente al ámbito externo y están
localizados fuera del territorio del Estado y se conforman por las misiones diplomáticas,
consulares, las representaciones permanentes en organizaciones internacionales, y las
misiones especiales.
Los órganos centrales se distinguen por tener funciones de representación del Estado en el
exterior, y por tener una función orientadora de la política exterior. Los órganos de Jefe de
Estado y Jefe de Gobierno en los sistemas presidenciales están presididos por la misma
persona.
a) Jefe de Estado: Tiene un carácter sumamente representativo. El principio ius
representationis omnimodae lo dota de la más alta jerarquía entre los órganos de
las relaciones internacionales y en el ejercicio de sus funciones en los sistemas de
gobierno con Jefe de Estado y Jefe de Gobierno su papel está centrado en
representar al Estado mediante visitas al extranjero y demás actos protocolarios,
aunque esto varía de acuerdo a cada orden interno, pudiendo tener un carácter
sumamente representativo y casi protocolario, o por otro lado, tener más
atribuciones sobre el envío de misiones diplomáticas o la adhesión a tratados. Lo
que es innegable es que sus declaraciones generan responsabilidad internacional
para el Estado.1
1
De Yturriaga Barberán, José Antonio. (2016). Los órganos del Estado para las relaciones exteriores. España:
Ministerio de Asuntos Exteriores y de Cooperación. p. 84.
2
Ibíd., p. 89.
acarrean responsabilidad internacional para el Estado.3 Al igual que los otros 2
órganos, sus funciones varían de acuerdo a las disposiciones del orden interno de
cada Estado.
Estos órganos guían su actuar en base a las directrices que dicta la política exterior del Estado
y responden directamente ante el Secretario o Ministro de Relaciones Exteriores. Sus
funciones varían de acuerdo al orden interno, pero existe una clara distinción entre las
misiones diplomáticas permanentes o ad hoc, que tienen funciones de representación,
protección y comunicación, y las misiones consulares que tienen un carácter más
administrativo.
3
Ibíd., p. 93.
4
Amandi Rojas, Víctor M. (2010). Las relaciones diplomáticas y consulares. México: UNAM. p. 98.
así como también participen de acciones que puedan acercar a los 2 Estados. En
su carácter administrativo, la misión sirve como una extensión de las funciones
del registro civil y administrativas que el Estado contempla para sus
connacionales en el extranjero. Entre esas actividades de carácter administrativo
se encuentra la expedición de pasaportes, visados para ciudadanos extranjeros,
algunas funciones del registro civil, como son los registros de nacimientos de hijos
de connacionales en el extranjero, y algunas funciones notariales como es el
registro de sucesiones y testamentos. Además de esto, la misión también puede
apoyar a connacionales que enfrenten dificultades económicas para subsistir, que
tengan alguna enfermedad o sean ancianos, o para volver a su país de origen,
como también tiene la responsabilidad de contactar con los connacionales en
casos de catástrofe o situaciones de violencia para conocer su situación. 5
d) Misiones especiales: Como su nombre lo indica, estas misiones son enviadas con
propósitos específicos, por lo que se distinguen de las otras misiones por su
condición temporal.6 Existen diversos motivos por los que se puede enviar una
misión especial, como puede ser destrabar una negociación comercial, localizar a
una persona desaparecida, aclarar asuntos aduaneros o militares, asuntos de
sanidad, y un largo etcétera. Al igual que las misiones diplomáticas, la misión
especial debe conducirse de forma lícita para recabar la información para enviar
5
De Yturriaga Barberán, José Antonio. Óp., cit., p. 276.
6
Ibíd., 360.
a su gobierno, por lo que las misiones especiales no deben considerarse o
utilizarse como instrumentos de espionaje.
Los representantes de ambos tipos de órganos gozan de ciertas “ventajas” que responden a la
necesidad de asegurar que sus funciones no sean interrumpidas por actos arbitrarios en los
que se pudiera emplear elementos policiacos para obtener información o entorpecer las
actividades de los funcionarios diplomáticos. En 1961 se celebró la Convención de Viena
sobre Relaciones Diplomáticas, con el fin de establecer reglas claras para la instalación de
las misiones diplomáticas y codificar los principios de inviolabilidad, antes conocidos como
“extraterritorialidad”. En primera instancia, los funcionarios diplomáticos gozan de
inmunidad de jurisdicción, por lo que no pueden ser llamados a declarar, ni sufrir de algún
arresto o detención. Así mismo, el edificio en que se instale la misión, aun siendo una
habitación de hotel, goza de inviolabilidad, por lo que no puede ser revisada o embargada ni
sujeta a ninguna orden de ejecución local.7 De igual forma, los medios de transporte, el
equipaje, el correo y la vivienda de los funcionarios goza de inviolabilidad, extendiéndose
esta condición a la familia del funcionario.
En nuestro país evidentemente no tenemos una distinción entre Jefe de Estado y Jefe de
Gobierno, esto debido al sistema presidencial, por lo que las responsabilidades de ambas
figuras recaen en la misma persona. Las facultades del presidente en materia de relaciones
exteriores están incluidas en el artículo 89, específicamente en las fracciones III y X, aunque
si bien no tenemos un sistema de gobierno con Jefe de Estado y Jefe de Gobierno, en nuestro
caso el Senado ejerce una función importante en los sistemas presidenciales que es el ser un
contrapeso del poder presidencial, por lo que podemos encontrar en el artículo 76 –que habla
sobre las facultades del Senado- que en la fracción I se refiere a que el Senado es quien
aprueba los tratados y convenciones a los que el presidente se suscriba, además de analizar,
y por consiguiente recomendar, sobre la orientación que se le da a la política exterior. Por
7
Ibíd., p. 100.
otro lado, todo lo referente al funcionamiento del Servicio Exterior Mexicano está contenido
en la Ley del Servicio Exterior Mexicano y en su Reglamento.
Referencias:
De Yturriaga Barberán, José Antonio. (2016). Los órganos del Estado para las relaciones
exteriores. España: Ministerio de Asuntos Exteriores y de Cooperación.