La mayor parte de noticias que se tienen sobre Novaciano, provienen de los informes dados
por su adversario, el papa Cornelio, en carta al obispo Fabio de Antioquia. A Novaciano ya
obispo carismático, se le echaba en cara de haber recibido el bautismo con ocasión de una
enfermedad grave, sin los ritos complementarios. Lo habían objetado del clero y los laicos
que había tratado de oponerse a su ordenación presbiteral. Sin embargo, había llegado a ser
uno de los presbíteros más brillantes del clero romano, prestigiado por su ciencia teológica.
Cuando el papa Cornelio abrió las puertas de la penitencia a los arrepentidos, novaciano
protesto contra tal laxitud. Aunque no encaja con su postura anterior la acusación de que
llego a sostener que no había esperanza de salvación para los apostatas.
Novaciano se las arregló para conseguir tres ordenaciones episcopales italianas, encabezo un
cisma, en la que le siguieron por lo menos cinco presbíteros, se contaba que al momento de
dar la comunión reclamaba un juramento de fidelidad a sus partidarios.
Perdemos el rastro de novaciano poco después de su cisma, según el historiador eclesiástico
Sócrates Escolástico (primera mitad del s. v) , Novaciano murió mártir en la persecución de
Valeriano, más de un siglo después, Panciano de Barcelona en su confrontación epistolar
con el novacianista Simproniano, niega a novaciano la calidad de mártir por haber muerto
fuera de la iglesia.
Aunque en 1932 se descubrió en roma una inscripción con la dedicatoria “Novatiano
Beatissimo Marturi Gaudentius diac/fec”, podría proceder de un cementerio novaciano,
podría atestiguar una reconciliación tardía del cismático o tratarse de otro.
LA ECLESIOLOGÍA DE NOVACIANO
Novaciano juzgaba que había que excluir definitivamente de la iglesia de los apostatas y,
consecuentemente, también a los responsables de los pecados mas graves. No quería permitir
que la iglesia durante su peregrinación por el mundo se mantuviese un corpus mixtum.
Ya desde el cisma su doctrina sobre la iglesia se desvía lo corriente en algunos puntos. El
bautismo parece quedar como único sacramento de la iglesia de eficacia salvífica objetiva;
pero no entendido como remisión de los pecados sino, de modo unilateral, como
revitalización, participación del espíritu y destino de la vida eterna.
EL HOMBRE DE LETRAS
Su producción literaria es uno de los exponentes del paso del griego al latín como lengua de
la comunidad romana. Sus escritos tienen alta calidad literaria, numerosas reminiscencias de
Virgilio traslucen su educación escolar y maneja bien los recursos retóricos.
EL MONAQUISMO PRIMITIVO
Comienzo del monaquismo primitivo
En Egipto queda atestiguada a comienzos del s. IV la práctica de la vida solitaria separada
(anacoretismo), en las afueras de los poblados. El movimiento de retiro en el desierto
(eremitismo) recibió un gran impulso del ejemplo de Antonio. Pronto se dio el paso a la
agrupación de comunidades de anacoretas junto a los oasis del desierto. En el s. IV florecen
colonias monásticas en tres centros del bajo Egipto: Nitria, Sketis, Kellia, los primeros
prestigiados por Amun y Macario.
En el alto Egipto es Paconio quien toma la iniciativa de organizar el movimiento eremítico
en comunidades organizadas bajo unas reglas de vida común (cenobitismo).
Isidoro sucedió a su hermano Leandro en la sede de Sevilla. El otro hermano, Fulgencio, fue
obispo de Ecija en los primeros decenios del S.VII. Su hermana florentina se hizo monja y
Leandro se hizo monje Leandro antes había sido el obispo de Sevilla y se había hecho cargo
de la educación de Isidoro cuando este debía ser todavía un adolecente.
Debió recibir la primera instrucción en la escuela del monasterio de su hermano. La
institución escolar en la Hispania de s. VII representa un periodo intermedio entre las escuela
retoricas del bajo imperio.
Luego pudo recibir la formación intelectual y moral propia de las antiguas escuelas
episcopales, que combinaban la disciplina ascética, característica de los ambientes
monásticos, con una erudición intelectual que las hacia herederas de las escuelas municipales
romanas.
Es de suponer que pronto ejerció funciones clericales y que se dedicó con afán a la búsqueda
de libros y lecturas pues ya compone obras eruditas, de altura doctrinal y orientación
pedagógica, por los años en que llego a obispo. Es probable que adquiriese antes su
experiencia de maestro en la misma escuela episcopal de Sevilla.
El 599 sucedió como obispo metropolitano de Sevilla su hermano Isidoro, que mantuvo
estrechamente relacionado con los monarcas godos que ocuparon el trono de Toledo durante
su pontificado.
Buena parte de su actividad pastoral debió centrarse en la predicación catequética. Su
excelente formación oratoria y cualidades de comunicación le proporcionaban singular
prestigios.
Producción literaria
Su amigo y corresponsal san Braulio de Zaragoza es nuestro primer informador sobre la
producción literaria isidoriana.
Estudios bíblicos: aunque Isidoro no se encuentra entre los grandes exegetas de la patrística
latina, ha creado un género nuevo de manuales elementales de pedagogía bíblica y exegética.
Estudios eclesiásticos
El universo y La historia
Gramático y enciclopedia
EGERIA
En 1884 se descubrió un manuscrito, mutilado al comienzo y al fin, de un relato anónimo de
viaje por oriente. La identificación de su autor con la monja Egeria se debe a la carta en
alabanza de una virgen famosa que el anacoreta Valerio escribió para mojes del bierzo,
probablemente hacia el 680, y que luego incorporo una vasta colección hagiográfica. Evoca
peregrinaciones por oriente de su heroína, que coinciden con las del anónimo. No es seguro
su nombre pues se le ha llamado Silvia, Euquería Eteria o Egeria. (Nombre en que coinciden
los mejores testigos del texto de la carta). Se ha discutido también su patria, para unos la
Galia del sur, pero Valerio la presenta como nacida en el extremo de Occidente, la borde de
océano, lo que parece designar Galicia. El mismo Valerio es quien la presenta como monja.
Hay muchos indicios en el texto de que la autora esta familiarizada con un ambiente
monástico.
El texto comienza por el viaje al Sinaí, vuelta a Jerusalén, viaje a Siria y Mesopotamia y
regreso a Constantinopla. Describe la liturgia de Jerusalén, la cotidiana, la dominical, y la del
tiempo antes y después de la gran semana de pascua, pentecostés y tiempo posterior. Se
detiene también en la catequesis bautismal y la fiesta de la dedicación del lugar más venerado:
la basílica de la “Anastasis” (con el sepulcro en el centro), separada por un atrio de la iglesia
mayor, el “Martyrium” (con el Gólgota y la cruz).
Nació en Damasco, en la segunda mitad del siglo VII, en el seno de una familia cristiana.
Gran conocedor de la filosofía ingresó en el monasterio de San Sabas, próximo a Jerusalén,
fue ordenado sacerdote. Escribió numerosas obras teológicas sobre todo contra los
iconoclastas. Murió a mediados del siglo VIII.