Anda di halaman 1dari 131

UNIVERSIDAD NACIONAL DEL CENTRO DEL PERÚ

FACULTAD DE EDUCACIÓN

SITUACIÓN POLÍTICA Y ECONÓMICA DE LOS


CURACAS DEL VALLE DEL MANTARO DURANTE
LA CRISIS COLONIAL

ENSAYO
PRESENTADO POR LOS BACHILLERES

PEDRITO DELFÍN CHÁVEZ CHIPANA


HÉCTOR VILCATOMA FLORES

PARA OPTAR

EL TÍTULO PROFESIONAL DE

LICENCIADO EN PEDAGOGÍA Y HUMANIDADES

Especialidad: Ciencias Sociales e Historia

HUANCAYO – PERÚ

2014
1
ASESOR:

Mg. Wilmer MEDINA FLORES

2
ii
A nuestros seres queridos y al
hombre del ande por su lucha
constante en la búsqueda de su
libertad, autonomía y un mundo
mejor.

Pedrito y Héctor

3 iii
UNIVERSIDAD NACIONAL DEL CENTRO DEL PERÚ

FACULTAD DE PEDAGOGÍA Y HUMANIDADES

CIENCIAS SOCIALES E HISTORIA

RESUMEN

TÍTULO: SITUACIÓN POLÍTICA Y ECONÓMICA DE LOS CURACAS DEL


VALLE DEL MANTARO DURANTE LA CRISIS COLONIAL

AUTORES:

 Pedrito Delfín CHÁVEZ CHIPANA


 Héctor VILCATOMA FLORES

El presente trabajo histórico, plantea como problema: ¿Cuál fue la situación

política y económica de los curacas del valle del Mantaro durante la etapa de crisis

colonial?, pretende describir y explicar la situación política y económica de los

curacas del valle del Mantaro en la etapa de crisis colonial. Como hipótesis se

plantea que la situación de los curacas del valle del Mantaro durante la etapa de

crisis del régimen colonial español entre 1759 - 1824, fue de dependencia y declive

del poder político y económico. Se utilizó el método histórico para llegar a la

conclusión que el papel político de los Curacas del Valle del Mantaro al formar

parte de la estructura colonial, fue de aliados e intermediarios en el proceso de

explotación a los indígenas del común, en clara demostración de su dependencia y

servilismo al sistema colonial. Y la situación del poder económico Curacal durante

ésta etapa fue de crisis y decadencia,

4 iv
INTRODUCCIÓN

Señores miembros del jurado

Dejamos a vuestra consideración el resultado de nuestra investigación, titulada:

SITUACIÓN POLÍTICA Y ECONÓMICA DE LOS CURACAS DEL VALLE DEL

MANTARO DURANTE LA CRISIS COLONIAL, elaborada con la finalidad de optar el

Título de Licenciado en Pedagogía y humanidades como indica el Reglamento de Grados y

Títulos vigente de la Facultad.

El presente estudio aborda la situación de los curacas bajo el régimen colonial en

crisis, que constituye parte del contenido curricular del Área de Historia, Geografía y

Economía, que gracias al descubrimiento de las fuentes primarias en el Archivo Regional

de Junín hoy se tiene una visión de este importante sector social.

Su estructura interna se desarrolla conforme a los siguientes elementos que rigen la

investigación. Como el problema que se hace el siguiente interrogante: ¿Cuál fue la

situación política y económica de los curacas del valle del Mantaro durante la etapa de

crisis del régimen colonial: 1759-1824?; los objetivos son: Describir Explicar desde el

5
v
punto de vista histórico la situación política y económica de los curacas del valle del

Mantaro durante la etapa de crisis del régimen colonial, 1759-1824; como hipótesis se

plantea que: la situación de los curacas del valle del Mantaro durante la etapa de crisis del

régimen colonial 1759-1824, fue de dependencia, servilismo y declive de poder político y

económico.

Para la mejor comprensión del estudio, la investigación se ha dividido en seis

capítulos que son los siguientes:

CAPÍTULO I: PLANTEAMIENTO DEL ESTUDIO.-en este capítulo se plantea la

caracterización, los problemas, objetivos, justificación e importancia y finalmente las

limitaciones que se afrontó durante el desarrollo del estudio.

CAPÍTULO II: MARCO TEÓRICO.-En esta parte se toca asuntos pertinentes al

marco teórico (Antecedentes, teoría científica, bases conceptuales e hipótesis).

CAPÍTULO III: METODOLOGÍA DE LA INVESTIGACIÓN.-En el mencionado

capítulo se van a ver asuntos referentes a la metodología, procedimientos y técnicas

empleados, donde se describe y analiza los principales contenidos de las fuentes utilizadas

en el estudio como son los testamentos de los curacas del valle del Mantaro existentes en el

archivo regional de Junín.

CAPÍTULO IV: SITUACIÓN DE LOS CURACAS BAJO EL RÉGIMEN

COLONIAL.-en este capítulo se analiza de manera general la situación de los Curacas

desde la etapa anterior al establecimiento colonial español hasta la consolidación y caída

de este último. Para poder tener una idea generalizada de cómo ha ido evolucionando este

grupo social a los largo de la historia pre-hispánica e hispánica;

6 vi
CAPÍTULO V: SITUACIÓN POLÍTICA Y ECONÓMICA DE LOS CURACAS

DEL VALLE DEL MANTARO DURANTE LA ETAPA DE CRISIS COLONIAL.-es de

más trascendencia por ser el motivo de estudio del trabajo. Se analiza la situación de los

curacas del Valle del Mantaro durante la etapa de decadencia y crisis colonial que va desde

1759-1824, desde la dinastía Borbón (Carlos III) hasta a Capitulación de Ayacucho. Lo

cual para una mejor comprensión se ha dividido en cuatro partes: estudio del contexto

económico- social del medio geográfico, situación política, situación económica y

movimientos sociales dentro de la crisis Curacal en el valle del Mantaro.

CAPÍTULO VI: INTERPRETACIÓN Y ANÁLISIS DE LAS FUENTES

DOCUMENTARIAS Y BIBLIOGRÁFICAS.-en este capítulo se analiza y se pone a

discusión las fuentes documentarias y bibliográficas, los puntos de vista y conclusiones de

cada uno de los autores e investigadores sobre nuestro tema en las cuales hemos basado la

presente investigación; luego mencionamos a modo de crítica nuestro punto de vista y

proponemos los aportes que damos con este trabajo.

Antes de finalizar estas líneas introductorias queremos hacer público nuestro

agradecimiento a todos aquellos que hicieron posible la materialización del presente

trabajo y especialmente a nuestro asesor, Mg. Wilmer Medina Flores, que sin sus

oportunas indicaciones no se hubiera concluido este estudio.

Los autores

vii
7
ÍNDICE

Pág.

Portada i

Asesor ii

Dedicatoria iii

Resumen iv

Introducción v

Índice viii

CAPÍTULO I

PLANTEAMIENTO DEL ESTUDIO

1.1 Caracterización del estudio 12

1.2 Objetivos 16

1.2.1 Objetivo general 16

1.2.2 Objetivos específicos 16

1.3 Justificación e importancia del estudio 17

1.4 Limitaciones 18

8 viii
1.5 Delimitación de la investigación 19

1.5.1 Delimitación espacial 19

1.5.2 Delimitación temporal 19

CAPÍTULO II

MARCO TEÓRICO

2.1 Antecedentes de la investigación 20

2.1.1 A nivel internacional 20

2.1.2 A nivel nacional 23

2.1.3 A nivel local 27

2.2 Teoría científica que fundamenta el estudio 28

2.3 Bases conceptuales 32

2.4 Sistema de hipótesis del estudio 37

a) Hipótesis general 37

b) Hipótesis específicos 37

CAPÍTULO III

METODOLOGÍA DE LA INVESTIGACIÓN

3.1 Tipo y diseño metodológico de la investigación 38

3.2 Nivel de investigación 38

3.3 Modalidad de investigación 39

3.4 Método de investigación 39

a) Método general 39

b) Método particular 39

c) Método específico 40

3.5. Diseño de investigación 40

9 ix
3.6 Técnicas e instrumentos de recolección de información 41

3.6 Métodos y técnicas de análisis y procesamiento de información 41

3.7 Fuentes para el estudio de la situación de los curacas del valle del Mantaro,
durante la colonia 42

3.7.1 Registro de bienes y situación social 42

CAPÍTULO IV

SITUACIÓN DE LOS CURACAS BAJO EL RÉGIMEN COLONIAL

4.1 Situación política y económica de los curacas en la primera etapa: 1532-1572 50

4.1.1 Los Curacas en el periodo de los estados regionales: 1100-1470 51

4.2.2 Los Curacas en el periodo del Tawantisuyo: 1470-1532 52

4.2 Situación de los Curacas en la etapa de la consolidación: 1572-1759 55

4.2.1 El poder económico 57

4.2.2 El poder social 58

4.2.3 El poder político 60

4.3 Situación de los Curacas en la etapa de crisis colonial: 1759-1824 61

4.4 La economía colonial en el siglo XVIII 62

4.4.1 La crisis de la economía colonial 64

4.5 Las reformas borbónicas 66

CAPÍTULO V
SITUACIÓN POLÍTICA Y ECONÓMICA DE LOS CURACAS DEL VALLE
DEL MANTARO DURANTE LA ETAPA DE CRISIS COLONIAL

5.1 Situación de la élite Indígena 70

5.2 La implantación del régimen colonial en el Valle del Mantaro 71

5.3 Papel de los Curacas en el sistema de explotación 72

10 x
5.3.1 La explotación encomendera 72

5.3.2 Explotación minera 74

5.3.3 Explotación obrajera 75

5.3.4 Explotación en las haciendas 76

5.4 Situación económica del valle del Mantaro en el siglo XVIII 79

5.5 Situación política y social de los curacas del valle del Mantaro 82

5.6 Los curacas del valle y su participación en el proceso de producción 86

5.7 Actividad económica principal de los Curacas en el siglo XVIII 87

5.8 Crisis del poder político y económico (causas) 94

5.8.1 La caída de la industria textil y la decadencia del poder Curacal 98

5.9 Consecuencias de la crisis Curacal y los movimientos sociales en el valle del

Mantaro siglo XVIII. 103

5. 9.1 La revuelta del curaca Nicolás Dávila Astocuri, Jauja (1781) 105

CAPÍTULO VI

INTERPRETACIÓN Y ANÁLISIS DE LAS FUENTES DOCUMENTARIAS Y

BIBLIOGRÁFICAS

6.1 Puntos de vista y conclusiones de investigadores sobre el tema de estudio 112

6.2 Aportes y comentario crítico de la investigación 116

Conclusiones 120

Sugerencias 122

Referencias Bibliográficas 123

Documentos 129

Anexos 132

11 xi
CAPÍTULO I
PLANTEAMIENTO DEL ESTUDIO

1.1 Caracterización del estudio:

En la actualidad al estudiar la historia local, durante el régimen colonial

español, se carece del conocimiento de muchos procesos históricos más aún cuando

se quiere conocer el papel político y económico que desempeñaron los curacas del

Valle del Mantaro, sean Huancas o Xauxas, tras la invasión por los españoles,

también se carece sí estuvieron en vigencia o fueron suprimidos o cambiados por

las autoridades coloniales o si supervivieron hasta los albores de la emancipación.

De la misma forma se desconoce de qué manera actuaron en un régimen de

explotación colonial, si defendieron sus propios intereses o las de su pueblo y

cuáles fueron las causas para la caída del poder Curacal en el valle del Mantaro. De

cierta manera esto nos obliga, como educadores de Historia, a poder investigar y así

conocer el verdadero papel desempeñado por los Curacas del Valle del Mantaro

durante la etapa de crisis del régimen colonial: 1759-1824.

12
Otra necesidad que está latente es que actualmente los docentes de Historia

del Perú en el proceso americano y mundial en las instituciones educativas de la

educación básica regular del valle del Mantaro, afrontan la carencia de materiales

relacionados a la historia de los curacas Huacas y Xauxas, bajo el régimen colonial

español, en cumplimiento con el Proyecto Educativo Nacional al 2021 y en

concordancia a la necesidad de la diversificación de las capacidades, en la cual los

profesores deben incluir en su programación Curricular Anual, el proceso histórico

del ámbito en que se encuentra su centro educativo. Es por ello, que para lograr las

adecuadas capacidades en sus alumnos deben elaborar los materiales bibliográficos

necesarios que muestren el cuadro evolutivo de la sociedad en que se hallan

inmersos y dichos materiales deben formar, al estudiante, su conciencia histórica y

como forma prioritaria de explicar los procesos históricos locales-regionales, para

luego articularlos a los procesos nacionales e internacionales.

Partiendo del ámbito científico, la presente investigación se fundamentó

sobre la base del Materialismo Histórico, según la cual, el desarrollo de las

sociedades humanas y las formas de su realización en la actividad histórica de los

hombres están regidos por leyes generales y particulares, Lenin (1980, p.27)

Afirma que: “El materialismo histórico permitió por primera vez con exactitud el

estudio, de la naturaleza, de las condiciones sociales de la vida de las masas y de

los cambios experimentados por estas condiciones” lo cual es la manera correcta

de explicar los procesos históricos observando la relación de los hechos más

generales con los particulares. Como menciona Spirkin (1960, p. 4) “El

materialismo histórico es la única solución certera, científicos, a los problemas y

teorías metodológicas más generales, más cardinales, de la ciencia social, sin cuyo

13
esclarecimiento sería imposible explicar certeramente el desarrollo de la vida

social en su conjunto o de cualquiera de sus aspectos por separado”

Respecto a nuestro problema de investigación, existen algunos trabajos

relacionados a ella, tocan el problema de los curacas del Valle del Mantaro, las

mismas que fueron bases para la presente investigación, en ese sentido Samaniego

(1980)señala “que el valle del Mantaro en el tercer periodo colonial que comprende

desde la mitad del siglo XVIII, hasta los movimientos independentistas se

caracterizó por la transferencia de la propiedad de los curacas hacia otros sectores

sociales no ligados ya al linaje principal” pues los curacazgos del virreinato

peruano, entran en un proceso de desgaste y paralelo a ello comienzan a

dinamizarse las economías campesinas y el vacío del poder dejado por el curaca, es

asumido por el alcalde de indios.

El incremento del número de curacas, incentivados por la política colonial que

distinguía medallas, cargos y pensiones, a la vez que, de manera paralela, se

erradicaba el sistema hereditario de acceso a los Curacazgos. Esto generó que sus

puestos fueran detentados no sólo ya por mestizos sino inclusive por criollos,

teniendo como resultado la presencia de advenedizos e intrusos como Curacas.

(0´Phelan, 1997, p. 26).

De la misma forma Salas (1998) señala que “La etapa de crisis final de las

industrias textiles comprende el espacio temporal que es parte de la caída de la

institución curacal”.por ende en el valle del Mantaro los obrajes eran proveídos por

las estancias de ganado, que en el siglo XVIII, son conocidas en los documentos

como haciendas de ganado; tales como ingahuasi, Laive, Cachi Cachi, Canipaco y

Tucle.

14
Que “hacia fines del siglo XVII, éstas estancias pertenecían a linajes nobles

indígenas, pero durante el siglo XVIII, son traspasados a otros sectores étnicos-

sociales del valle” (Salas, 1998, p. 53).

Así mismo se menciona que:

“El régimen de los obrajes establecidos en el Valle del Mantaro tuvo un carácter

esclavista y estuvo encuadrado dentro del esquema de explotación colonial que

instalaron los españoles como resultado de la ocupación colonial del

Tawantinsuyo, estos obrajes están concentrados en manos de españoles y Curacas

Indígenas”. (Lázaro & Surichaqui, 1997, p. 98).

Por tales rezones el estudio intenta explicar parte de las incógnitas

históricas y cubrir el vacío histórico existente, brindando a los maestros y

educadores de ciencias sociales de un material que les permita explicar de manera

científica la situación que atravesó y el papel desempeñado por la clase social

dominante de la casta indígena en el proceso histórico- social de crisis colonial.

Además como estudiantes y a la vez educadores, es requisito fundamental

desarrollar trabajos de investigación apoyándonos en teorías científicas para

enriquecer el conocimiento; haciendo un análisis interpretativo para explicar los

hechos del pasado contrastando con los del presente y contribuir de esa forma al

conocimiento científico de nuestra realidad actual.

Nos sentimos comprometidos con la difusión de la historia local, por ello se

ha obtenido como una necesidad imprescindible, El de organizar los datos de los

hechos y acontecimientos, de manera descriptiva y explicativa para que los

15
docentes y estudiantes cuenten con un material educativo sobre este tema y su

enseñanza en las aulas; que hoy en día no se da, ni tampoco está plasmada en el

DCN y DCR, solo mediante la educación la población podrá revalorar su identidad

y su pasado común, juzgar o valorar a los personajes, sus hazañas y sus derrotas en

la dirección política, económica y social que marcaron la historia local; así como su

reconocimiento e identificación por parte de nuestra población , sus autoridades y

la nueva generación con su pueblo, su país, clase social y sus raíces campesinas.

Por ello el trabajo de investigación como problema general dio respuesta a

la siguiente interrogante: ¿Cuál fue la situación política y económica de los Curacas

del Valle del Mantaro durante la etapa de crisis del régimen colonial, entre 1759-

1824?

2.2 Objetivos:

2.2.1 Objetivo general

Explicar desde el punto de vista histórico la situación política y

económica de los curacas del valle del Mantaro durante la etapa de crisis del

régimen colonial, entre 1759-1824.

2.2.2 Objetivos específicos

a) Identificar el papel político que cumplieron los Curacas del Valle del

Mantaro dentro de la estructura colonial.

b) Identificar el estado en que se encontraba el poder político y económico de

los Curacas durante última etapa colonial.

16
c) Señalar la actividad económica principal de los Curacas del Valle del

Mantaro durante última etapa colonial.

d) Señalar la influencia de la caída de la minería de Huancavelica en la

decadencia de las manufacturas textiles del Valle del Mantaro y el ocaso del

poder económico de los Curacas.

e) Señalar la importancia de la creación de los cabildos en el debilitamiento del

poder político de los Curacas del Valle del Mantaro.

f) Explicar la manifestación de los movimientos sociales durante la crisis

colonial en el Valle del Mantaro

1.3 Justificación e importancia del estudio:

La Facultad de Educación y la Escuela Académico Profesional de

Filosofía, Ciencias Sociales y Relaciones Humanas de la Universidad Nacional

del Centro del Perú, por estar comprometido con la formación profesional; la

producción y difusión de conocimientos científicos a la región y el país, debe

basar ésta formación en la investigación científica para el conocimiento histórico

de nuestra región, que sigue siendo un problema latente hoy en día.

En ese sentido, el presente estudio se justificó desde el punto de vista

histórico porque pretende mostrar un cuadro evolutivo de un gran sector de la

sociedad indígena del valle del Mantaro, durante La etapa de crisis del régimen

colonial español. Este sector indígena de élite, si bien ha sido estudiado

parcialmente, no se presenta en su continuidad histórica. Quedando un vacío en

cuanto al conocimiento de la situación económico, político-social y factores que

condicionaron la pérdida de su poder en la etapa del tránsito del régimen colonial

17
a la república. Los historiadores que son los llamados a reconstruir la vida social

de este grupo no han entrado en particularidades sino han enfocado en forma

general, de tal modo que los docentes no tenemos una visión totalizadora y

minuciosa de la condición que presentaron, en la última etapa del régimen

colonial español, este importante sector de la sociedad en el valle del Mantaro.

Es importante el estudio de los curacas del Valle del Mantaro, porque a

través de ella se puede conocer el papel que desempeñaron los integrantes del

pueblo, es decir, la masa oprimida. Y, ante la ausencia de tales investigaciones, el

presente estudio, cubre el dicho vacío histórico.

Por otro lado, la presente investigación alcanzó importancia educativa

porque una vez elaborada el texto histórico será la base de la formación de la

conciencia histórica de los estudiantes. También será utilizado como material

educativo para los docentes.

1.4 Limitaciones:

En la ejecución de la presente investigación se identificó algunas

limitaciones como:

a) La investigación se limita sólo al conocimiento del papel político y económico

de un grupo social que vienen a ser la nobleza indígena del valle del Mantaro en

una etapa histórica que comprende la etapa de crisis colonial español.

b) Las posibles informaciones que se ha encontrado se ubican en diferentes

archivos y bibliotecas así como en distintos libros, folletos, ensayos, textos, como

apéndices de temas más generales

18
c) En la revisión e interpretación de documentación directa o fuentes primarias es

necesario una preparación académica necesariamente especial, es decir ser un

historiador.

d) La investigación es meramente descriptiva y analítica.

1.5 Delimitación de la investigación:

1.5.1 Delimitación espacial.

La investigación que se realizó se enmarca dentro del espacio

geográfico que viene a ser la región central del país específicamente el Valle

del Mantaro.

1.5.2 Delimitación temporal.

El Estudio comprende la descripción y análisis de la situación de la

élite Andina del Valle del Mantaro en la etapa de dominación colonial

español, específicamente la última etapa de la colonia es decir a partir de

mediados del siglo XVIII hasta la segunda década del siglo XIX entre los

años 1759- 1824.

19
CAPÍTULO II
MARCO TEÓRICO

1.2 Antecedentes del estudio

Respecto a nuestro tema específico, como indicamos antes, existen

algunos trabajos, que tienen cierta relación con el presente estudio, las mismas que

fueron bases para la presente investigación.

2.1.1 A nivel internacional

Aguirre R. (2006); en su investigación titulada “Los caciques en

las instituciones españolas durante el periodo colonial tardío”. Llega a

las siguientes conclusiones que tienen relación con el presente estudio.

En el siglo XVIII Hay una reivindicación de los caciques de centro

de nueva España, especialmente en las regiones de México y Oaxaca, en el

sentido de que fueron capaces de integrarse a estructuras hispanas y a imitar

formas de vida y expectativas como cualquier familia acomodada, en clara

demostración de dependencia y servilismo a los intereses de la

institucionalidad española

20
La presencia de hijos de caciques en los colegios, la universidad y el

sacerdocio fue una de esas vías de acomodamiento para la nobleza indígena

que tuvo un trato especial, al ser instrumentos clave en la instauración del

nuevo orden colonial: fueron excluidos de tributo al rey, pudieron usar

armas y caballos, pero sobre todo, se instituyó para ella la figura del

cacicazgo, una combinación de derechos y privilegios sobre tierras, mano de

obra, poder de heredar el título de “cacique” y ostentar escudo de armas, a la

manera de la nobleza hispánica, pero al mismo tiempo otros sectores de la

nobleza indígena a fines del siglo XVIII, se encontraban en un franco

empobrecimiento y declive, motivo por varios factores regionales.

Luque, M. (2002) realizó una investigación titulada “análisis

histórico-jurídico de la nobleza indiana de origen prehispánico”. Llegó

a la siguiente conclusión:

La nobleza indiana de origen prehispánico fue el grupo en torno al

cual se cohesionaron los recién creados "pueblos de indios". A pesar de su

progresiva asimilación a los usos y costumbres peninsulares, supieron

conservar sus rasgos identificativos más importantes. Ellos fueron quienes

sirvieron de nexo de unión entre los conquistadores y la masa de la

población indígena, facilitando así su acatamiento a la soberanía hispana y

su evangelización. Pero luego de su valioso papel inicial, la importancia de

este grupo social fue decayendo a medida que se fue consolidando el

régimen administrativo indiano.

Los familiares de los emperadores Motecuzohma II y Atau-Huallpa,

últimos soberanos de sus respectivos estados, gozaron, en virtud de este


21
parentesco, de especial consideración por parte de los monarcas españoles y

de las más importantes familias tituladas castellanas, siendo reconocidos

más tarde con títulos y diversas mercedes honoríficas de nobleza por parte

de españa. Si bien a lo largo de los siglos XVI, XVII y XVIII los nobles

indígenas reclamaron insistentemente el mantenimiento de los derechos

heredados de sus mayores, alegando entre otras cosas: la nobleza de sus

linajes, los servicios prestados por sus antepasados a la Corona y a los

conquistadores, su pronta evangelización, etc. No fueron los nobles

indígenas un estamento uniforme, y si bien hubo algunos que gozaron de

importantes riquezas, cultura y posición social, otros, por el contrario,

vivieron humildemente, conservando -en el mejor de los casos- como único

patrimonio el recuerdo de las pasadas grandezas.

Taylor, W. (1970) En su investigación titulada “Cacicazgos

coloniales en el valle de Oaxaca” llegó a las siguientes conclusiones:

Los caciques hereditarios del valle de Oaxaca, a pesar de la

decadencia de sus poderes económico y político, hacia el fin del siglo

XVIII, tenían una distinguida posición de prestigio y de autoridad.

Permanecieron siendo los más grandes terratenientes de Oaxaca, a lo largo

de toda la colonia, los caciques de Etla y de Cuilapan, por separado

abarcaban cada uno más tierra que la más grande de las haciendas españolas

del Valle.

La prominencia en la posesión de tierras por parte de los caciques

del Valle, a finales de la colonia, estaba aun estrechamente vinculada a las

confirmaciones explícitas de los principios sobre sus derechos al cacicazgo

22
y a la transposición y permanencia dentro de la colonia de una nobleza

prehispánica, poderosa y respetada que contaba con autoridad civil, moral y

religiosa.

La habilidad de los cacicazgos para retener bajo su control grandes

patrimonios territoriales, es más notable aún a la vista del carácter disperso

de sus posesiones y de los cambios socioeconómicos que hacia el término

de la colonia amenazaron y pusieron en entredicho el papel tradicional de

los líderes nobles. Tales propiedades fragmentadas, presentaban problemas

en cuanto al trabajo y la utilización y eran sumamente vulnerables a las

usurpaciones, y finalmente los caciques que perdieron sus propiedades y su

posición, al intentar recuperarlas dentro de la jerarquía política perdieron

también la influencia en sus cacicazgos .mientras que aquellos caciques que

aceptaron las condiciones del poder español se mantuvieron en sus

posesiones.

2.2.2 A nivel nacional:

Samaniego, C. (1980) en su investigación titulada “Campesinado

en el Valle del Mantaro” llega a las siguientes conclusiones que tienen

relación con el presente estudio:

Que el valle del Mantaro en el tercer periodo colonial que

comprende desde la mitad del siglo XVIII, hasta los movimientos

independentistas se caracterizó por la transferencia de la propiedad de los

curacas hacia otros sectores sociales no ligados ya al linaje principal, pues

los curacazgos del virreinato peruano, entran en un proceso de desgaste y

23
paralelo a ello comienzan a dinamizarse las economías campesinas y el

vacío del poder dejado por el curaca, es asumido por el alcalde de indios.

También el descenso de la producción de Huancavelica, hacia 1787,

que se había constituido en un importante mercado de consumo para los

productos regionales, trae como consecuencia un periodo donde se

generaliza un proceso de crisis de la economía de los curacas del Valle del

Mantaro.

Hurtado, C. (2006); En su trabajo titulado “Curacas, Industria y

Revuelta en el Valle del Mantaro (siglo XVIII)” llega a las siguientes

conclusiones:

Los curacas de Jauja fueron una élite indígena de las más potentadas

del Virreinato Peruano. Su poder se basaba en la posesión de chacras de

panllevar, haciendas azucareras, estancias, ingenios, obrajes y chorrillos.

Siendo éstas unidades productivas preponderantes en sus quehaceres

económicos del siglo XVIII, en el que se ve un reacomodo hacia ésta

actividad, como resultado de la diversificación de las propiedades de los

curacas principales, por lo que sus descendientes se involucrarían más en

este tipo de industria.

La Élite Indígena del valle del Mantaro participó en el proceso de

producción Como Propietaria de las Unidades Productivas y que la situación

social de éstos curacas durante la última etapa colonial fue de decadencia,

porque al poseer centros de producción agrícola, ganadera y textil, su caída

se debe a la crisis de ésta producción a finales del siglo XVIII.

24
Espinoza, W. (1969) en su estudio titulado, “La Genealogía de los

Curacas de Atunxauxa”.llega a las siguientes conclusiones:

A la llegada de los españoles quien regentaba el poder de Curaca

principal en Hatun Xauxa era don Apo Manco Surichaqui, luego sucedido

por su hijo Francisco Cusichaqui, Así mismo Hurin Huanca era regentado

por Apo Manco Guacrapaucar sucedido por su hijo Felipe Guacrapaucar

quien recibió del rey de España la real cédula en enero de 1564 donde se

prohibía la implantación de estancias y haciendas en el área huanca por su

ardua colaboración con los invasores Españoles, de ésta manera alcanzaron

privilegios de carácter formal, material y heráldico.

Al implantarse el sistema colonial los Curacas Huancas y de todo el

virreinato del Perú se convirtieron en los instrumentos más serviles que

velaban por los intereses de los encomenderos, corregidores, hacendados,

sacerdotes y la clase dominante. Se le compensaba permitiéndoles el uso de

ropa de corte español y otros adornos y comodidades bastantes

espectaculares (armas, caballos, cabellera larga, andar acompañando a

españoles, oír misa, etc.). Hasta se le añadió un salario, con lo que

convirtieron en auténticos empleados hereditarios en servicio del estado

colonial, por lo que siempre tenían que actuar en conveniencia de ellos,

listos para continuar con la explotación de los indios.

Pease, F. (1992); En su trabajo titulado “Curacas, Reciprocidad y

Riqueza” concluye que; los Curacas a la llegada de los españoles cumplían

diversas funciones políticas, económicas y religiosas; dentro de ellas la más

25
importante fue la dirección comercial y el intercambio de productos con

otros Curacazgos, Además éstos Curacas o Caciques del Área Andina

fueron los principales dirigentes del proceso productivo, éstos grupos

estaban fuertemente relacionados por lazos familiares, y comerciales con

otras etnias, siendo ,ésta élite el centro de poder económico a la llegada de

los españoles, pero con la implantación del virreinato perdieron su absoluta

hegemonía y poder económico, siendo desplazados por otras autoridades

españolas.

Temple, E. (1978); En su trabajo titulado “Los Apoayala”, estudia

a los Curacas Apoayala a partir del documento “averiguación de cacicazgo

de la provincia de Jauja”, realizada en 1571, por el visitador don Jerónimo

de Silva. Llegando a concluir que; la genealogía elaborada por los Apoalaya

entronca con Manco Cápac, Así mismo, muchos individuos familiares de

los curacas son que le asistan ningún derecho de filiación intentaron situarse

como descendientes directos de Apoalaya, Curaca que fue de Hanan Huanca

hacia 1532.

Por otro lado los curacas de Jauja fueron una élite de las más

potentadas en el Virreinato Peruano, su poder se basó en la posesión de

tierras de cultivo, obrajes y estancias ganaderas y su caída a mediados del

siglo XVIII se debe a la fragmentación de la propiedad de los linajes nobles,

con ello la intromisión de otros sectores no ligados al linaje como criollos y

mestizos en el control del proceso productivo en el valle del Mantaro.

26
2.2.3 A nivel local:

Lázaro, J. & Surichaqui, I. (1997) Realizaron una investigación

titulada “La Explotación Obrajera en el Territorio de los Huancas, Siglo

XVI a XVII” concluyen:

Que los centros obrajeros fueron instalados con la finalidad de cubrir

la demanda de textiles tanto a nivel local, regional y nacional, estuvieron

administrados por encomenderos. y que el régimen de los obrajes

establecidos en el Valle del Mantaro tuvo un carácter esclavista y estuvo

encuadrado dentro del esquema de explotación colonial que instalaron los

españoles como resultado de la ocupación colonial del Tawantinsuyo, estos

obrajes estaban concentrados en manos de españoles y Curacas Indígenas.

Castillo, J. & Huarcaya, E. (1999) En su investigación titulada “La

Mita en las Minas de Azogue de Huancavelica durante la Colonia”

Llegan a concluir:

Durante la colonia el indígena de la sierra central estuvo sometido a

un régimen de explotación esclava, mediante la Mita, por disposiciones del

estado colonial al ser empleado compulsiva e inhumanamente en la minería

del azogue de Huancavelica sin beneficio alguno y que los aliados de esa

explotación fueron los Curacas, que cumplían el papel de enlace con la

institución española, recibiendo a cambio de ello ciertos privilegios.

Yupanqui M. & Palomares E. (1997) En su investigación titulado

“La Guerra de los Huancas en el Valle del Mantaro (1532-1539)”

concluyen:

27
El estado huanca fue sometido tras una guerra expansionista

emprendida por los cuzqueños, frente a ésta agresión se enfrentaron contra

el invasor defendiendo su nacionalidad. y el tipo de guerra que desarrollaron

los cuzqueños para someter a los huancas, fue el de expansionista territorial,

a través del cual los cuzqueños consiguieron incorporar más fuerza de

trabajo, convirtiendo todo el territorio huanca en una provincia dependiente

del Cuzco, frente a ésta guerra expansionista Cuzqueña, los Huancas

formaron una unidad y opusieron resistencia en defensa de su vida y su

nacionalidad, aliándose con los invasores ibéricos, al concluir el proceso de

la lucha, quienes se beneficiaron con éste hecho fueron los Curacas

Huancas.

2.2 Teoría científica que fundamenta el estudio

La presente investigación se fundamenta sobre la base del materialismo

histórico, que “…es la ciencia de las leyes más generales del desarrollo social, el

método científico de conocimiento y transformación de la vida social, la base

teórica-científica de la política…” (Dynnik, 1963, p.202).

Según la cual, el desarrollo de las sociedades humanas y las formas de su

realización en la actividad histórica de los hombres están regidas por leyes

generales y particulares, y específicamente la sociedad del Valle del Mantaro

dentro del proceso histórico colonial no es ajena a éstas leyes, puesto que su

desarrollo y crisis, el tránsito de una sociedad a otra obedecen a ellas.

Así las leyes más generales que rigen para todas las fases del desarrollo

social, para todas las formaciones son:

a)la ley de la acción determinante de la existencia social sobre la conciencia

social, b) la ley de la acción determinante del modo de producción de los bienes

28
materiales sobre la estructura y desarrollo de la sociedad, c) la ley económica de

la obligada correspondencia de las relaciones de producción con el carácter y

grado de desarrollo de las fuerzas productivas, d) la ley de la acción determinante

de la base económica sobre la superestructura social, e) la ley de las revoluciones

sociales en el paso de una formación social a otra, f) la ley de la lucha de clases,

g) la ley de la correlación entre base y superestructura, (Cerrón, 2009, p. 11)

Con sus principios y que estos a su vez son parte indisoluble del

materialismo dialéctico. Lora, (1990, p.49) señala que: “Es la explicación

científica de la historia de la humanidad, integrado por un conjunto de principios

fundamentales: 1) la base y la superestructura; 2) ser social y la conciencia social

3) modo de producción 4) clases sociales y lucha de clases 5) estado y revolución

6) nación, masas y personalidades”

Los cuales son aplicados a la sociedad que posibilita no solo a la

interpretación sino a la transformación revolucionaria de la sociedad.

Konstantinov (1957, p. 9) Menciona que: “Permite comprender la historia de la

humanidad como un proceso de desarrollo progresivo y de avance, que va desde

la formas más bajas de la sociedad hasta las más altas a través de una serie de

contradicciones que surgen y se resuelven por medio de la lucha de las fuerzas

sociales nuevas y avanzadas contra las fuerzas viejas, reaccionarias y caducas, por

medio de las revoluciones sociales”.

Según el materialismo histórico, toda sociedad es una estructura

compuesta por niveles económico, político e ideológico, cada uno de los cuales

posee una autonomía relativa y una eficacia propia. Lo económico desempeña el

papel determinante en todo tipo de sociedad; sin embargo, el papel predominante

29
lo puede desempeñar cualquiera de ellas. Por otro lado considera que la historia se

ha desarrollado en función a la forma de cómo se ha ido produciendo en cada

época y el tipo de relaciones sociales que se ha establecido.

Lenin (1980, p.27) Afirma que: “El materialismo histórico permitió por

primera vez con exactitud el estudio, de la naturaleza, de las condiciones sociales

de la vida de las masas y de los cambios experimentados por estas condiciones”

Este materialismo histórico es la manera correcta de explicar los procesos

históricos observando la relación de los hechos más generales y los hechos

particulares. Spirkin (1960, p. 4) afirma que: “El materialismo es la única solución

certera, científicos, a los problemas y teorías metodológicas más generales, más

cardinales, de la ciencia social, sin cuyo esclarecimiento sería imposible explicar

certeramente el desarrollo de la vida social en su conjunto o de cualquiera de sus

aspectos por separado”

Sostenemos con respecto al estudio del desarrollo histórico de la sociedad

en palabras de Marx (1973, p.517). “en la producción social de su vida, los

hombres se encuentran ligados por ciertas relaciones indispensables,

independientes de su voluntad, por relaciones de producción que corresponden a

una determinada fase de desarrollo de sus fuerzas productivas materiales. El

conjunto de éstas relaciones de producción constituye la estructura económica de

la sociedad, la base real sobre la que se levanta la superestructura jurídica y

política”.

Esto nos hace ver que la historia del desarrollo de la sociedad es ante todo

la historia del desarrollo de la producción. La clave para el estudio de las leyes

sociales, ello no se debe buscar en las ideas y concepciones de los hombres sino

30
en el modo de producción que emplea la sociedad en cada uno de sus periodos

históricos.

Los cambios de producción se producen siempre por los cambios y el

desarrollo de las fuerzas productivas, y principalmente por los cambios de los

instrumentos de producción. Primero cambian y se desarrollan las fuerzas

productivas de la sociedad y después en consonancia con ellas, cambian las

relaciones de producción entre los hombres. Las relaciones de producción

influyen a su véz sobre el desarrollo de las fuerzas productivas.

El modo de producción de la vida material condiciona el proceso de la vida

social, política y espiritual en general. No es la conciencia del hombre la que

determina su ser, sino por el contrario, el ser social es lo que determina su

conciencia. Al llegar a una determinada fase de desarrollo, las fuerzas productivas

materiales de la sociedad entran en contradicción con las relaciones de

producción existentes, o lo que no es más que la expresión jurídica de esto con las

relaciones de propiedad dentro de las cuales se han desenvuelto hasta allí. De

formas de desarrollo de las fuerzas productivas, estas relaciones se convierten en

trabas suyas. Y se abre así una época de revolución social. (Marx, 1973, p.518).

Estas posturas de cada autor sobre el materialismo histórico son esenciales

para el presente trabajo de investigación, porque explica el papel de la clase social

terrateniente del Valle del Mantaro (Curaca) a fines de la colonia, a través de sus

leyes como la acción determinante de la base económica sobre la superestructura

social, la ley económica de la obligada correspondencia de las relaciones de

producción con el carácter y grado de desarrollo de las fuerzas productivas y la

lucha de clases entre la nobleza indígena y el pueblo y éstos con los españoles y

criollos, también a través de los modos de producción el cual se sintetiza en la

fuerza productiva que son campesinos indígenas del valle del Mantaro y su

31
participación de la producción en las minas, estancias agrícolas y ganaderas,

obrajes, chorrillos, etc. A través de relaciones de producción de dominación,

sometimiento y explotación; como forma principal la mita.

2.3 Bases conceptuales:

 Cacique: El termino cacique, también alude al jefe étnico, con privilegios y

muchas prerrogativas, pero se refiere a la región de las Antillas y

Mesoamérica, este término fue extendido al mundo andino por los primeros

invasores españoles, que lo emplearon para llamar por igual a los Curacas, los

cronistas confundieron igualmente la autoridad andina, cuando llamaron

“cacique” o simplemente “cuzco” al inca. (Pease, 1992, p. 150).

 Campesino.- Soporta el peso integro de todo el edificio social: príncipes,

funcionarios, nobleza, frailes, patricios y burgueses. El príncipe como el

varón, el monasterio como la ciudad, todos los trataban como mero objeto,

peor que las bestias de carga. (Engels, 1974, p.16)

 Capitalismo: formación económica social que sucede al feudalismo, en la

base del capitalismo se encuentra la propiedad privada de los medios de

producción y la explotación del trabajo asalariado, la ley fundamental de la

producción capitalista consiste en tener plusvalía, son rasgos característicos

del capitalismo la anarquía de la producción, las crisis económicas periódicas,

el paro forzoso crónico, la miseria de las masas, la competencia, las guerras.

(Rosental &Iudin, 2007, p. 61).

 Clases Sociales: Grandes grupos de hombres que se diferencian entre sí por

el lugar que ocupan en un sistema de producción social, históricamente

determinado, por las relaciones en que se encuentran respecto a los medios de

32
producción, por el papel que desempeñan en la organización social del trabajo

y consiguientemente por el modo y la proporción en que perciben la parte de

la riqueza social de que disponen, Las clases sociales son grupos humanos,

uno de los cuales puede apropiarse del trabajo del otro por ocupar puestos

diferentes en un régimen determinado de economía social (Lenin, T. II,

1948, p.388).

 Colonialismo: política de los estados capitalistas económicamente más

desarrolladas orientada hacia la esclavización y la explotación de los pueblos

de países atrasados en el aspecto económico...habiendo perdido el dominio

político, por la lucha de los pueblos sobre las colonias y semicolonias los

imperialistas pugnan por conservarlas en calidad de objeto de explotación

económica, con este fin recurren cada vez más activamente a nuevas formas

de colonialismo, incorporación de los ex países coloniales a bloques

agresivas, concesión de “ayuda” militar y económica (Borisov, et al, 1980).

 Curaca: Jefe político de un micro o macro etnia andina con grandes

prerrogativas económicas-sociales, Según Murra (1987) “es el jefe de una

familia muy extensa, quien con base siempre en el principio de reciprocidad,

retribuye las prestaciones recibidas por su numerosa parentela, y cumple así

funciones distintas y muchas veces simbólicas, como asegurar la paz interna,

organizar los ritos religiosos, velar por la redistribución de los productos al

pueblo”.

Eran dirigentes étnicos designados mediante tradicionales prácticas rituales

entre los miembros del grupo étnico, no era preciso una designación por el

poder central cuzqueño (…) no era un jefe hereditario, sino un hombre que

llegaba al cargo por medio de un proceso de selección ritual y que en

33
consecuencia, podía ser despojado del mismo mediante procedimientos

similares (Pease, 1992, p. 20-21).

En el valle del Mantaro, durante el tiempo de los Estados Regionales

(1100-1470) El Hatun Curaca tenía su residencia en Tumanmarca, allí vivía

rodeado de una gran corte. Durante esta época el curaca concentraba en sus

manos los poderes políticos-militares, ya que era la máxima autoridad de su

etnia. En lo económico tenía el privilegio de ser el señor universal de la

región, concentraba en sus manos el poder económico porque controlaba las

tierras, agua y mano de obra de la población. Tras la conquista cusqueña los

curacas fueron convertidos en Yanacuracas, es decir, en fejes étnicos

sometidos con muchos de sus privilegios, recortados y dependientes del poder

cuzqueño (Espinoza, 1971, p. 64).

 Feudalismo: “sistema económico político y social mediante el cual una

persona libre se encomienda a otra, bajo su servicio a cambio de protección,

donde se multiplican los lazos de dependencia personal; se caracteriza por la

fragmentación territorial y política; la propiedad de la tierra era el fundamento

de la soberanía”.(Falcón, 2010, p.140).

Formación económico -social que presenta el eslabón intermedio de un

proceso dialectico integral de cambio de las formaciones económico

sociales en el curso del progreso histórico del mundo, la época del

feudalismo está encuadrada entre el régimen económico del feudalismo, pese

a la diversidad de sus formas en distintos países y en épocas diferentes, tiene

como característica que el medio principal de producción- la tierra- es

prioridad monopolizada por la clase dominante, la de las señores feudales,

que en ocasiones se funde casi totalmente con el estado, mientras que la

34
economía se lleva a cabo con la tierra y los medios técnicos de los

productores pequeños, de los campesinos.( Rosental &Iudin, 2007, p. 176)

 Régimen Colonial: Es una forma de gobierno que los países metropolitanos

establecen en las colonias, a fin de llevar a cabo los planteamientos de la

economía del pillaje que consiste en la explotación rapaz y voraz de los

recursos naturales. (Lozano, 2010.p.27)

 Situación Política: Parte de la estructura social que se refiere al aspecto

organizacional del Estado, de los partidos y agrupaciones, labor de los

organismos del poder en correspondencia con los intereses del régimen

imperante. Durante la colonia el régimen imperante está dirigido y controlado

por los invasores hispánicos.(Lozano, 2010.p.25)

 Situación Económica: Parte de la estructura social que se refiere al aspecto

de la producción de bienes, control y administración del mercado en función a

los intereses del régimen imperante. Durante la colonia la situación

económica se caracterizaba por la explotación colonial del Perú, donde la

tierra y los indígenas se hallan bajo el poder de los invasores. (Lozano,

2010.p.26)

 Valle del Mantaro: Es una amplia extensión geográfica y micro climático

conformado por las tierras ubicadas en ambas márgenes del rio Mantaro. se le

denomina valle del Mantaro a la depresión interandina jauja- Huancayo que

está entre la cordillera oriental y la cordillera Ninanya (parte de la cordillera

occidental) y la alta meseta central en los andes centrales del país. (Dollfus,

1965). Es decir Para Mégard (1968) Se le llama valle del Mantaro a la gotera

de origen tectónico que se formó como depresiones axiales entre dos arrugas

sinclinales, formada a consecuencia de un ondulamiento general con un radio

35
de curvatura en la superficie puna, contemporáneo o algo posterior al

alzamiento de los andes.

“Ésta depresión tiene la forma alargada, con dirección NW-SE y

alcanza una longitud aproximada de 86.7 km. Entre divisoria de aguas y 70

km. En el fondo del valle, un ancho de 46.4 km. Entre divisoria de aguas y 18

km. Y 3 km. En el fondo del Valle” (Rodriguez.1996, p.4).

 Política: es la participación en los asuntos del estado, la orientación del

estado, la determinación de las formas, de las tareas y del contenido de la

actividad estatal…en la política encuentran su expresión los intereses

esenciales de las clases y las relaciones que entre ellas existen, asimismo

expresa las relaciones entre naciones y entre los estados (política exterior)

(Rosental &Iudin, 2007, p. 373).

 Revuelta: “alzamiento de breve duración, espontánea en la medida que no

responderá a un plan previo, local restringiéndose en términos de espacio a

una doctrina o un pueblo específico, motivada por un estímulo directo- el

corregidor, párroco, cacique, diezmero y sujeto a un fácil control por parte de

las autoridades coloniales. Su presencia será más del orden cotidiano que del

coyuntural” (O´Phelan, 2012, p. 26).

 Rebelión: una rebelión es aquella que alcanza una mayor permanencia

temporal, teniendo connotaciones regionales, estando en condiciones de

propagarse a varias doctrinas, corregimientos e inclusive provincias, las

rebeliones responden a un plan mínimo de organización y coordinación que

en muchas ocasiones está materialmente sustentado por comunicados, edictos

e inclusive programas políticos, no son por lo tanto, provocados por un

estímulo aislado, sino por una coyuntura rebelde, donde convergen y se

36
articulan más de una variable. El ataque no involucra entonces a una

autoridad concreta, sino es más bien dirigido contra las instituciones y

autoridades oficiales en su totalidad (2012, p. 26-27).

2.4 Sistema de hipótesis del estudio:

Mediante nuestra investigación, buscamos demostrar la siguiente hipótesis:

a) Hipótesis general:

La situación de los curacas del valle del Mantaro durante la etapa de

crisis del régimen colonial entre 1759-1824, fue de dependencia y declive del

poder político y económico condicionado por factores externas e internas en el

proceso de producción dentro de la región.

b) Hipótesis específicos:

 Los curacas del Valle del Mantaro políticamente en ésta etapa

continuaron bajo la dependencia de los invasores, sirviendo a los intereses del

colonialismo español, desempeñando un papel económico intermediario y

como propietaria de las fuerzas productivas (industrias textiles, tierra, mano de

obra, control de tributo, etc.).

 La crisis del poder político y económico de los curacas del valle del

Mantaro, en ésta etapa fue producto de la fragmentación de la propiedad de los

linajes nobles, creación de los cabildos, incursión de criollos y españoles en la

agricultura y ganadería, declive de las industrias textiles y caída de las minas

de Huancavelica importante mercado para los productos del valle.

37
CAPÍTULO III
METODOLOGÍA DE LA INVESTIGACIÓN

3.1 Tipo y diseño metodológico de la investigación

En función a su objetivo la investigación es de tipo histórico. “Lo cual

toma como base el método histórico y se orienta a identificar, describir y explicar

los acontecimientos histórico- sociales, se vale de fuentes primarias y

secundarias” (Sánchez & Reyes, 2006, p. 47).

3.2 Nivel de investigación

Descriptivo, al respecto (Sánchez & Reyes, 2006) “mencionan que

consisten fundamentalmente en describir un fenómeno o una situación mediante el

estudio del mismo en una circunstancia temporal- espacial determinada” (p. 57).

Seguidamente Carrasco (2009) señala que “en este nivel se conoce, identifica y

describe las características esenciales del fenómeno social en estudio,

respondiendo las preguntas: ¿Cómo es?, ¿cuáles son?, ¿dónde están?, ¿cuántos

son? Etc.;” (p.50).

38
3.3 Modalidad de investigación

Ensayo, lo cual “es un texto híbrido; es tanto un género literario en prosa

como un procedimiento para producir un tratado científico (…) Es un

procedimiento de investigación que consiste en que el autor observa, analiza,

valora, enjuicia, reflexiona y comenta sobre un tema concreto, la combinación de

objetivismo y subjetivismo es una de las características más destacadas” (Ñaupas

et al, p. 313).

3.4 Método de investigación

a) Método general: Método Científico, Al respecto Tecla & garza (1965) .citado

por (Ñaupas et al, p.92). Mencionan que “Es una estrategia global que

comprende la teoría, el método universal que es la dialéctica materialista y los

métodos particulares de cada ciencia específica”

El método científico es una categoría o un macro concepto, que engloba

principios, leyes, teorías y otros conceptos menores. Por tanto sus elementos

principales son los principios filosóficos, leyes universales del materialismo

dialéctico e histórico, las teorías específicas de cada ciencia, las reglas

metodológicas, los métodos especiales o las técnicas de investigación de cada

ciencia y los instrumentos de investigación (Ñaupas et al, p.93).

b) Método particular: Método histórico; que “consiste en un proceso de

indagación o recolección de información sistemática, así como la evaluación de

modo objetivo de los hechos pasados de un fenómeno social desde una

perspectiva histórica. El método histórico puede basarse en fuentes primarias y

fuentes secundarias” (Sánchez & Reyes, 2006, p. 57).

39
Es decir es un método que consiste en la explicación científica del

desarrollo de la sociedad en el tiempo, mediante la utilización de fuentes.

c) Método específico: bibliográfico-documental, al respecto (Sánchez & Reyes,

2006) “consiste en recopilar y sistematizar información de fuentes secundarias

contenidas en libro, artículos de revista, crónicas, publicaciones,

investigaciones, etc. Su propósito es sistematizar la información y hace uso de

procedimientos analíticos cualitativos, análisis de contenidos e interpretativos”

(p.57)

3.5 Diseño de investigación

Cualitativa, al respecto Sierra (1996) menciona que “Se orienta a descubrir

el sentido y significado de las acciones investigadas”, que “consiste en planificar

lo que se quiere realizar o lograr en un determinado tiempo, proceso que implica

la reflexión a partir de un marco referencial ya sea teórico-conceptual o desde una

realidad social, además los diseños cualitativos son flexibles” (Ñaupas et al, 2013,

p.336).

Para Hernández et al. (2010, p. 7) “La investigación cualitativa utiliza la

recolección de datos sin medición numérica y en ella se pueden formular

preguntas e hipótesis antes, durante o después de la recolección y el análisis de los

datos”. Asimismo “la investigación cualitativa es interpretativa, inductiva,

multimetódica y reflexiva y se interesa por la forma en la que la realidad social es

comprendida, por el contexto, por los procesos y por sus múltiples

interrelaciones”. (Vasilachis, 2006, citado en Ñaupas et al, 2013, p. 297)

40
3.6 Técnicas e instrumentos de recolección de información

Para realizar nuestro trabajo, en cuanto a la recolección de información se

empleó las siguientes técnicas e instrumentos:

TÉCNICAS INSTRUMENTOS
Fichaje y análisis Fichas bibliográficas, fichas de transcripción

bibliográfico textual y contextual, fichas de resumen y de

comentarios

Análisis documental Fichas de análisis de contenido

3.6 Métodos y técnicas de análisis y procesamiento de información

o Análisis bibliográfico documental: se hace el análisis de la situación de los

Curacas a nivel nacional desde la invasión española hasta el término de la

colonia por etapas, luego a partir de las fuentes documentarias primarias y

secundarias se contextualizó el estudio de la situación política y económica de

los Curacas del Valle del Mantaro durante la etapa de crisis colonial español

que comprende desde mediados del siglo XVIII hasta la segunda década del

siglo XIX (1759-1824).

o Deducción: se hace la deducción a partir del análisis de los documentos sobre

la situación de los Curacas del Valle del Mantaro durante la etapa de crisis

colonial español

o Comparación: se hace la comparación entre el aspecto político y el aspecto

económico de los Curacas y la relación de poder de éstos con los Españoles,

41
Criollos, Mestizos y la población indígena del Valle del Mantaro a fines de la

colonia.

o Hermenéutica: se realiza la interpretación del contenido de las fuentes en

función de la teoría y tema de investigación que se analizó.

3.7 fuentes para el estudio de la situación de los curacas del valle del Mantaro

A continuación se presenta los documentos trascendentales, ubicados en el

archivo regional de Junín sobre los curacas del Valle del Mantaro, es decir de

Hatun Xauxa, Hanan Huanca y Hurin Huanca, cuyos contenidos temáticos son de

una riqueza histórica que brinda información especialmente sobre genealogía,

bienes materiales y situación de dichos grupos sociales.

Los contratos que suscribieron los curacas se refieren a transacciones

comerciales como compra y venta de animales, locación de servicios, contratos de

préstamos de dinero, etc. Estos testamentos analizados corresponden a los Curacas

de Hatun Xauxa, Hanan Huanca y Hurin Huanca.

3.7.1 Registro de bienes y situación social

La ficha de registro de bienes y situación social se elaboró tomando en

cuenta el testamento de los curacas más representativos de cada repartimiento.

En dicho instrumento se registran algunos aspectos genealógicos que dan cuenta

de la ascendencia y descendencia de los curacas. Así mismo se registran los

bienes muebles e inmuebles que declararon poseer los curacas, al momento de

dictar su última voluntad. En la ficha se toman las declaraciones entre

comillados, entre sacados del manuscrito, respetando la ortografía de entonces.

Se tiene en cuenta así mismo las declaraciones sobre deudas a favor o a terceros,

42
así como el pago de papeletas de censos y cofradías, lo que evidencia un

movimientos considerable de dinero, indudable signo de su poder económico y

social durante la etapa de consolidación del régimen colonial español, pero que

durante la última etapa entraron en un proceso de crisis generalizada nunca antes

vistió, para luego desaparecer en los albores de la república.

a) Registro de bienes y situación social de don Cristóbal Surichac, Curaca


principal del repartimiento de Hatun Xauxa

Extraído de su testamento suscrito por el escribano pedro de Carranza. Año


1605. Archivo regional de Junín. Sección: protocolos notariales. Tomo: IV.
Folios: 444/447.

Descendencia

“declaro soy casado con doña Petrona Mormi, nuestros hijos lexitimos, don
juan Surichac y doña Sevastiana Surichac casada el día de hoy con don Carlos
Apoalaya. Y Francisca Josepha”.

Propiedades

“son quatro mil cavesas de ovejas y veinte y tres o veintey quatro bacas”

Deudas por cobrar

“Julio Paracae mesta debiendo dosientos y veinte pesos Francisco de Paz me


debe cinco pesos.

Alonso de Mercado me beve noventa y siete pesos

Don Cristobal Ticsi runa Atoc me debe mil y quinientos pesos de ocho reales

Me debe don Juan de Sandoval que fue corregidor que no me acuerdo de

donde estando en este pueblo y de partida para yca yce procure y le ciento y

sinco pesos y una tembladera de plata de tres marcos para que lo emplease en

será

43
Me deve Juan de soto viente pesos y otros teinta me deve pedro de ilegible

mando que no se cobren

Juan de Chaves el moso me es deudor de treinta y ocho o quarenta pesos

Me deben Antonio de Origuela dies pesos. Y Antonio cavesas dose reales y

diego hurtado otros dose y Alonso Hidalgo declaro que a un yndio llamado

Francisco Pedro Canchaya que tengo con un obrajillo le tengo dados

cincuenta pesos por el servicio de un año mando que cumpla el dicho servicio

conforme al consierto.

Me debe el alferes Juan de Quintanilla Aguilar diez pesos mando se cobren

Me debe juan Francisco Guerrero ochenta y seis pesos de ocho reales

Me deven Juan López residente en Tarma cincuenta y seis pesos. Y don Blas

Calderón diez y siete pesos y Juan Peres Guerrero diez pesos y don Joseph de

Jespe treinta y cinco pesos. Y estevan de lascanburu quarenta y tres pesos

mando se cobren de los suso dichos”.

Deudas por pagar

“devo al licenciado don pedro estevan de Ávila enrique dos mulas de carga”.

b) Registro de bienes y situacion social de don Carlos Apoalaya, Curaca y


gobernador del repartimiento de Hanan Huanca.

Extraído de su testamento firmado al diez días del mes de marzo de mil


seiscientos noventa y ocho años, ante el escribano Manuel de Marticorena.
Existente en el Archivo regional de Junín. Sección de protocolos notariales.
Tomo: XVI. Año: 1698.

Descendencia

44
Se casó con doña Sebastiana Surichaca, difunta. “tuve como hijos

legítimos a don juan suri, don Juan Apoalaya, don Cristóbal Apoalaya, don

Jacinto Apoalaya, don Juan Carlos Apoalaya, doña Ángela Apoalaya, doña

Juana Apoalaya que todos son difuntos. Estuvieron vivos doña Teresa

Apoalaya y doña Petrona Apoalaya, doña Teresa Apoalaya se casó de primer

matrimonio con don Lorenzo Suruichaca difunto y luego con su primo

hermano don Pedro Laurenzio Astucuri. doña Petrona Apoalaya se casó con

don Joseph Pomalasa”.

Propiedades

Éste Curaca fue propietario de varios bienes en todo el valle del

Mantaro incluyendo zonas altas como el Canipaco, éstos fueron los

siguientes:

- “Obraje y molino de Paucar (jauja)

- Un molino de dos paradas en Huancayo

- Una casa solariega en jauja.

- Unas casas principales en el pueblo de Chupaca.

- Unas casas en el pueblo de Santiago de chongos.

- Dueño de 130 vacas.

- Estancia de ynga guasi con veinte séis mil cabezas de ganado de castilla.

- Estancias de Yanacancha y Canipaco con mil bacas.

- Dos canchas en el pueblo de Huancayo con 350 ovejas de castilla.

- Una hacienda de caña en el pueblo de Cochangará.

- Tuvo mulas de carga y de silla.

45
- Controlaba en arriendo las estancias de bacas en Tarma.

- Fue dueño de hatos de ganado lanar en Huayucachi (300 ovejas), en paraje

de Tutupalca y (150 bacas) en Huancayo.

- Tuvo alfalfares, dos lotes de alfafares en Huancayo, que está en los dichos

alfafares son los que están en la banda del pueblo juntamente con otro

alfafar.”

Deudas contraídas:

Con “Manuel de Miranda quinientos pesos

Fernando de córdoba seis mil pesos

Fernando de herrera tresceintos”.

Deudas por cobrar:

“me debe Manuel Martínez en lima

Declaro que don juan rojas paramo clérigo presbítero me es deudor de mil
pesos en ocho reales”.

Estuvo “a cargo de las cuentas de las mitas que pertenecen al mineral de

Guancabelica las tengo todas ellas con claridad en el libro colorado donde

constara. Declaro que las cuentas que tengo así de tributos como de cuenta

particular con el general don Joseph de rosa corregidor de esta provincia las

tengo en un libro y otro de particulares por donde constara de ellas”.

Situación social

Fue “enterrado en la iglesia del señor san juan bautista del pueblo de

Chupaca, al pie de la primera grada del altar mayor junto al altar de las

benditas ánimas del purgatorio en tierra sin aparato de caja ni otra cosa”.

46
c) Registro de bienes y situacion social de don Gerónimo Nicolás de
Córdova, Curaca principal del repartimiento de Hurin Huanca y
gobernador de los siete pueblos de Hurin Huanca. Curaca del ayllu de
san Jerónimo de Tunán.

Extraído de su testamento suscrito ante el escribano Carlos Venegas de las


casas, año 1664. Existente en el archivo regional de Junín. Sección:
protocolos notariales. Tomo: IV. Folios: 431-439. Año: 1664.

Descendencia:

“Fue hijo legítimo de don Jacinto de Córdova Limapacagala y de doña María


Chuquinga, naturales de san jerónimo de Tunán”.

“fue casado y velado de acuerdo a la ley y bendición de la santa madre iglesia

con doña margarita de la cruz su mujer. Sus hijos lexítimos fueron don diego,

doña Tomasa, doña Antonia, doña Úrsula y doña María Manuela todas de las

edades que constara por la fe de sus bautismos declarados por tales sus hijas

lexítimos”.

Propiedades:

- “fue dueño de las casas de la morada del dicho difunto y otras en la

esquina de la plaza que eran de don arotito, dos cujas en blanco, dos mesas

grandes y vicario, quatro cuadros pequeños, un bufete chico un colchón

nuevo de rayadillo, un pabellón nuevo de algodón azul una frasada, quince

varas de cordellate otra, dos jubones de aguasca. Un almohada, una capa

albornos, un pretal de cascabeletes, una concha de silla, diez y siete ovillos

de lana, una capa y calson y gabardina de Altamira, un armador sin manga,

un raelí, una par de mangas de camelote, una valona, un acaja pequeña, una

ropilla y calson de paño una camisa de roan, un jubon blanco, lo tro

rayadillo, una valona de puntas, un sombreo, una sobremesa, un bestido,

47
calson, ropillas, gabardina de chamilote que esta empeñado y otro vestido de

paño de castilla que esta también empeñado”.

- “una casa a cuatro quadras de la plaza”.

- “fue dueño de sinquenta y siete mulas de carga una partida que son

cinquenta y ocho las quarenta dellas con quarenta enjalmes nuevas y viejas

y otras tantas sobre cubiertas de jerga de la medida hordinaria las veinte y

cinco dellas nuevas y las demás servidas siete con yerros grandes doblados

seis pequeños qatro jáquimas de viejo treinta y cinco ordinarios ochenta

sogas, lasos y sobre cargas por mitad y los odres que pareciera haber traido

bino más un caballo”.

- “fue dueño de quinientos ovejas machos y hembras de todas edades

estrenadas y por estrenar en el sitio del hay”.

- “fue dueño de ciento y quarenta y nueve cabezas de ganado mayor”.

“unas bacas en esta manera cinquenta y cinco bacas parideras grandes

quatro de seis meses nueve de año, diez y ocho maman dones de invierno,

quarenta y tres grandes y las veynte que no entraron al rodeo que a lo que

parece son boyes de arado”.

Deudas contraídas

“soi deudor de Cristiobal Gomes por el dicho libro de seiscientos y

cinquenta y un pesos, y quatro reales de a ocho. Y por otra parte fuera de los

pesos referidos le debo trescientos pesos de a ocho reales que hacen ambas

cantidades novecientos cinquenta y un peso y quatro reales de a ocho el

peso”.

48
“debo al señor corregidor don Cristóbal de la cueva de treinta pesos

de a ocho reales que juntos con los novecientos y cinquenta suman

novecientos ochenta y un pesos y quatro reales”.

“soy deudor a los vienes de don pedro milachami difunto y a su

albacea y tenedor dellos en su nombre y de resto de treinta y cinco mulas y

machos aparejadas desseata bajo en quarenta unas y madrina de todo al cual

debo quinientos y dos patacones de a ocho reales con más una sobre mesa

de sapadillo de seis baras”.

Entierro:

“mando que mi cuerpo sea sepultado en la capilla de Jesús

nazareno que está en la santa iglesia de este pueblo de san Gerónimo en la

misma sepultura parte y lugar donde fue enterrada mi padre don Jacinto de

Córdova”.

49
CAPÍTULO IV
SITUACIÓN DE LOS CURACAS BAJO EL RÉGIMEN COLONIAL

Para tener una idea clara sobre la situación político-económica de los curacas

bajo la etapa de crisis colonial, es importante hacer un estudio del periodo colonial

en general y en función a las demás etapas que duro la dominación hispánico:

primera etapa que abarca desde 1532 hasta 1572, segunda etapa que abarca desde

1572 hasta 1759 y finalmente la tercera etapa, tema de nuestro estudio que va desde

1759 hasta 1824, fecha en que legalmente termino la dominación hispánica en el

Perú.

4.1 Situación política y económica de los Curacas en la primera etapa: 1532-1572

La presencia de los invasores hispánicos en tierras Tawantinsuyanas

provocó en el mundo andino tal conmoción que alteró profundamente la

estructura política y económica del país, coyuntura que fue aprovechado muy

sutilmente por sus líderes, los curacas, especialmente de las zonas de la periferia

donde el proceso de “incanizacion” no había amalgado su dependencia con

50
respecto al Cusco. Estos curacas, obedeciendo tanto a intereses de profundo

patriotismo e intereses subalternos unos se plegaron a las fuerzas españolas y

combatieron con ferocidad a sus opresores cuzqueños y los otros cerraron filas

contra los invasores hispánicos. Para entender esta polarización social es preciso

analizar la situación de los curacas momentos antes a la invasión colonialista

española.

La situación es que el poder central cuzqueño, en su afán de expansión,

había dominado nuevos territorios, los Curacas de éstos nuevos territorios fueron

tratados de diversa manera, algunos bien y otros mal, los resentimientos y el deseo

de libertad de sus pueblos, les hicieron pensar en el deseo de liberarse y pelear

contra los cuzqueños; este afán de libertad fue aprovechada circunstancialmente

por los españoles.

4.1.1 Los Curacas en el periodo de los Estados regionales: 1100-1470

“El llamando periodo de los Estados regionales corresponde al

desarrollo social pre Tawantinsuyana comprendido entre los años 1100 y

1470 d.n.e.” (Cáceres, 1990, p.81). La arqueología andina también conoce a

este periodo con el nombre de Periodo de los Reinos y Señoríos. Durante

este tiempo, los curacas en toda la extensión del mundo andino tuvieron

grandes privilegios políticos y económicos como sostiene Espinoza, (1971)

en el sentido de que “los reyes antiguos de los Estados Regionales tuvieron

todo el poder en lo político, judicial y económico. Sus tierras les fueron

trabajadas en gran extensión; tuvieron yanaconas a su arbitrio, a los cuales

los heredaban sus hijos. Los productos de las cosechas fueron para ellos

51
solamente; con ellas se sustentaban y hacían regalos para mantener el

prestigio de Jatuncuracas”.

Esto quiere decir que los Hatun Curacas de aquel tiempo fueron muy

poderosos y no solo tenían el control económico-social sino también

buscaban el engrandecimiento de su etnia a través de las guerras y alianzas.

4.1.2 Los Curacas en el periodo del Tawantinsuyo (1470-1532)

Al irrumpir el Tawantinsuyo a lo largo y ancho del mundo andino,

los curacas sufrieron el impacto del avasallamiento cusqueño, en adelante se

trasformaron en dependientes de la administración incaica adquirieron la

condición de Yanacuracas (Vega. 1992, p. 31).

Los estudios realizados por Espinoza (1990) para el área del valle del

Mantaro nos dan una idea de la situación de los curacas bajo la dominación

incaica. Espinoza nos dice que: los Curacas Huancas, como otros del área

cultural andina, se rindieron al Cuzco involuntariamente; les dieron la

obediencia por miedo. Pero una vez vencidos, gracias a la astucia política de

los incas, losCuracas huancas y xauxas siguieron inamovibles en sus

puestos, aunque con la jurisdicción muy mermada. Dejándolos en sus

rangos de señores, por lo menos lograron la obediencia exterior de ellos y,

por consiguiente, la de las runas o pueblo. Pero la verdad es que ningún rey

huanca o Xauxa aceptó por convicción el dominio del Cuzco. Si es que se

mantuvieron callados fue por temor. No fue, pues, afecto, sino pavor al

Cuzco; y no hay que olvidar que a quien se teme se obedece. Es cierto, que

los incas respetaron a los señores huancas. Les permitieron sus tierras y sus

52
yanaconas; no quitaron el señorío ni a los Curacas principales ni a los

inferiores. Los dejaron con sus usos y costumbres y manera de gobierno.

Pero ahora, “los Jatuncuracas ya no fueron los reyes del Reino. Los reyes

huancas pasaron a ser vasallos del emperador Inca. Reyes-vasallos con el

poder político, económico y judicial muy disminuido” (Espinoza. 1990, p.

42).

Como puede entenderse los privilegios de que gozaban los curacas fueron

recortados. Entre las muchas limitaciones de poder que los incas aplicaron

a los Jatuncuracas vencidos, figura el de no matar por mano propia ni ajena

a ningún hombre. En tales casos se les castigaba con una terrible pena de

afrenta: se les golpeaba con una piedra en las espaldas, pero en la plaza

pública. Al curaca reincidente lo castigaban con la muerte. Sin embrago,

cuando alcazaba su perdón, se les desposeía del señorío, el cual se lo

adjudicaban al hijo más hábil del penado. El castigo funcionó aun en el

caso de que la víctima hubiera sido el verdadero culpable. También al

curaca negligente en el cumplimiento de las leyes consuetudinarias del

imperio, se les privo del señorío, y en algunos casos hasta fue convertido

en tributario (Ob. Cit, p. 43).

Además de todo ello, los curacas vivieron bajo una continua

vigilancia de gobernadores y de visitadores, listos para descubrirles y

denunciarles al más mínimo error y para aplicarles la sentencia merecida. La

privación del señorío total. Visitadores secretos recorrían las llactas y ayllus

indagando quienes se manifestaban descontentos con la política del Cuzco;

quienes evadían los servicios por el Inca; Averiguando qué curacas omitían

las leyes emanadas de la capital del Imperio (Ob. Cit, p. 43).

53
Entre los privilegios que aún mantenía el Curaca podía enumerarse

los siguientes:

- Mantenía su poder político, social y económico.

- Podía gozar del trabajo de sus súbditos.

- Podían mantener una poligamia.

- No pago del tributo personal en mitas. No trabajaban, pero si controlaban

el trabajo de sus vasallos en beneficio del Estado.

- Concurría a las campañas bélicas, en forma ineludible. Muchos curacas

fallecieron en los combates; no regresando jamás a sus tierras. Todos los

curacas iban a las conquistas y pacificaciones; absolutamente todos,

superiores e inferiores. En sus curacazgos y ayllus quedaban sus segundas-

personas, o sea el hermano de su padre.

La pérdida de su poderío absoluto engendró en ellos un profundo complejo

de dependencia y de inferioridad. Siendo estos hechos, que acabaron

creando un odio intenso contra los dominadores incaicos, rencor que, al

momento de la llegada del invasor español, minó por completo el poderío

del Cuzco y vulneró la esencia más íntima de la política imperial

(Espinoza. 1990, p. 44).

En el valle del Mantaro según Espinoza, (1990, p. 45) los

Jatuncuracas Huancas conservaron algo de su antigua posición señoríal,

administrativa y militar pero la política la perdieron íntegramente. El curaca

continuó respetado y querido por sus súbditos, pero, en cambio, anulad y

amenazado por el Estado Imperial. El hijo heredero del curaca era educado

en el Cuzco, pero con fines políticos, de interés estatal. Si llegaban a

54
realizar algún mérito, podían ser ascendidos a la categoría de Incas de

privilegio, pero sin poder ocupar puestos de incas de sangre, ni menos

casarse con una ñusta. En general, las prerrogativas y méritos de los curacas

fueron restringidos cada vez más. La educación no la recibían sino uno o

dos de los hijos del curaca. El primogénito y heredero era llevado el Cuzco.

Los demás quedaban en el Valle del Huancamayo, profundamente

resentidos. Esos viejos reyes Huancas, desposeídos de su poder y

atribuciones en forma casi excesiva, acosados por espías y funcionarios del

Cuzco, ardían de rencor contra sus opresores los orejones, quienes habían

absorbido a todos los reinos andinos. Los incas, desde luego, siempre

vivieron temerosos del estallido de aquella terrible ira acumulada desde

1460, año en el que aproximadamente fueron conquistados por el príncipe

Túpac Yupanqui, hijo de Pachacútec. Por eso, para evitar sublevaciones,

todas sus armas fueron confiscadas a favor del Estado. Desde entonces, no

se les consintió tener ninguna: fueron almacenadas en su totalidad, bajo el

cuidado de orejones y de Mitmas espías.

4.2 Situación de los Curacas en la etapa de consolidación Colonial: 1572-1759

Según los estudios realizados por Wachtel (1973), la situación de los

curacas durante la etapa de consolidación del régimen colonial tuvo las siguientes

características:

a) Se convirtieron en déspotas que ejercieron una tiranía sobre el pueblo. La

desaparición del Inca los habría transformado en algo así como incas locales,

con un poder ilimitado.

55
b) Se convirtieron en indios ladinos, los curacas actuaron como testaferros del

poder colonial, fieles sirvientes de los invasores, cumplieron un papel de

bisagra dentro de las relaciones sociales de explotación colonial. El poder

político pertenece en adelante a los españoles, que instalan un nuevo aparato

burocrático: como consecuencia, los curacas, incluso los de alto rango, se ven

relegados e un nivel inferior y arrastrados en la degradación de la condición

indígena. Sin embargo, el sistema español no puede funcionar sin la

colaboración de los jefes locales, que por eso continúan desempeñando un

papel de intermediarios en la percepción del tributo. Es cierto, no todos los

curacas se unen a los españoles, pero en la parte del Perú que se encuentra

sometida se obtiene generalmente la colaboración, ya sea espontanea o forzada.

A través de ella, los curacas conservan en cierto modo un status privilegiado.

Esta aparente contradicción se explica en las relaciones de producción

establecida entre españoles e indígenas, relación que tuvo mutuo beneficio. En

esta relación “Españoles-Criollos-Curacas”, los curacas continuaron con el poder

disminuido. Se convirtieron en dominados, dependientes de los invasores; afín de

no perder la totalidad de sus privilegios económicos y sociales, desde ya muy

disminuidos, se convirtió en cómplice de la explotación colonial. Sin embargo en

su relación “Curaca-Indios”, mantuvo muchos privilegios, se hallaba por encima

del pueblo oprimido, ejerciendo sobre la gran masa explotada una dominación

despótica. La desaparición del Inca y los funcionarios reales reforzó el poder de

los jefes locales, sobre todo inmediatamente después de la Conquista.

Esta situación de privilegio, con respecto a la gran masa dominada,

permitió a los curacas concentrar en sus manos un poder económico-social,

56
limitado sólo por el poder de los encomenderos y más adelante corregidores con

quienes a veces realizaron alianzas por el control del poder en algunas regiones.

4.2.1 El poder económico

El poder económico de los curacas proviene especialmente de la

apropiación de las extensas y ricas tierras del Inca y del sol que quedaron

sin dueño tras la caída del Tawantinsuyo, que los Curacas reclamaron como

suyos, o simplemente se apropiaron estableciendo una especie de “feudos”,

donde ejercían su mando. Los Curacas adujeron que tenían derecho de hacer

cultivar esas tierras por órdenes de Pizarro para el pago del tributo y para su

beneficio personal. Casi la totalidad de curacas no podían presentar títulos

de propiedad por escritos, porque en realidad no las tenían, dado que ellos se

habían apoderado de dichas tierras de hecho y no de derecho.

En la “Genealogía” de Sayri Túpac, se puede leer una evidencia

palpable sobre la apropiación del facto de las tierras. Se trata de las ricas

tierras del Valle de Yucay (Cusco), los testimonios del curaca Francisco

Chilche son muy claros. Cuando el visitador de tierras le preguntó por qué

se había apoderado de las tierras del sol y del Inca, porque los usaba para sí

“Dijo que porque el dicho marqués se las dio y les mando que las labrasen

para el dicho marques y para este declarante y para sus indios y que por esto

las sembraban y se metió en ellas y las han sembrado por hace lo que el

dicho marques les mandaba porque de otra manera ellos no se osaren a

entrometerse en las tierras del Inca y del sol”.

57
Le fue preguntando en qué mes dice que las tierras le dio el marqués

y si le dio título de ellas, dijo que: “no le dio de las dichas tierras por escrito

de mandárselo como su amo que las labrasen como dicho tiene”

(“testimonio dado por Benito de la peña. Libro 3, fs. 35”citado en Wachtel,

1973).

El poder de los curacas bajo el dominio español se caracterizó por el

inicial ascenso brusco inmediatamente después de la conquista, gracias a su

adhesión a Pizarro; luego vino una época de apogeo a comienzo de la

década de 1550, cuando domina al mismo tiempo tierra y hombres; luego,

una declinación lenta, cuando los españoles y sus descendientes se adueñan

de la tierras usurpadas por los curacas, mediante una ardid legalizado

denominado “composición de tierras”

4.2.2 El poder social

El poder social que concentraron en sus manos los curacas se debió a

que mantuvo su prestigio de gobernante y su ascendencia sobre la gran masa

de “indios” dominados. Dentro de la estructura social ocupaba la cúspide de

la pirámide social, los indios los tenían por sus líderes, costumbre que

provenía de los tiempos muy remotos que la presencia española no lo

prohibió más al contrario lo alentó y utilizo para mantenerlos dominados.

Los curacas a fin de tener dominio sobre los indios emplearon un

mecanismo sutil como el favoritismo. Según Wachtel, de acuerdo a esta

nueva forma de dominio el curaca exceptúa a un cierto número de indios del

pago del tributo a cambio de los servicios exclusivos que estos les deben a

58
partir de ese momento y, como los ha separado de su comunidad, les asigna

parcelas en sus propias tierras (o que él pretende suyas, ya que la mayoría

son usurpadas). De esta manera muchos indios buscan la protección del

curaca, a veces ofreciéndole sus mujeres, asociándose de esa forma a éste

personaje por vínculos de parentesco; otros soportan con menos agrado su

autoridad. De hecho el favoritismo fundado sobre lazos personales altera

profundamente la organización comunitaria tradicional. Los curacas falsean

en su provecho el antiguo principio de reciprocidad para así constituirse una

vasta clientela. Poco a poco, los curacas ejercían entonces un poder

“absoluto”, mientras que los indios ignoraban hasta la existencia de un rey a

quien pedir justicia.

A pesar del prestigio social que gozaban, eran conscientes de que

dicho poder había mermado en tiempos coloniales. Hay evidencias de la

queja unánime de los curacas por el descenso de su status, el caso de

Huánuco, demuestra el cambio de status de los curacas chupachus. Sus

declaraciones demuestran que en tiempos del inca estaban dispensados de

todo tributo, su tarea consistía en mandar. Ahora, al igual que los demás

indios, le deben obligaciones al encomendero.

Los jefes indígenas, obligados por un lado a tributar al encomendero,

ven, por el otro, como disminuye el tributo que ellos recibieran de sus

súbditos. En efecto, si bien los indios de las comunidades deben todavía

prestaciones a sus curacas, estas han disminuido considerablemente con

relación a la época del Inca.

59
4.2.3 El poder político

Éste grupo social durante el régimen colonial pone su autoridad al

servicio de los españoles: les sirven de intermediarios dentro del modo de

producción feudal que se implantó en el Perú, como el cobro del tributo.

Más aún: los curacas se alían con los españoles para explotar a los indios.

En el campo de los transportes los indios, por lo menos teóricamente,

reúnen ganancias complementarias para el pago del tributo; se alquilan a los

españoles para cargar diversas mercaderías. Pero también en ese caso, el

mercado entre españoles e indios tiene como intermediarios a los curacas,

que se quedan con los salarios.

Por eso, entre españoles y campesinos indígenas, los curacas ocupan

una posición estratégica. Aun los propios testigos reconocen que si no

tuvieran de intermediarios a los jefes indígenas, no obtendrían ningún

resultado.

Con ellos (los caciques) se hace concierto y si no se hiciese de esta manera

no mandarían los caciques hacer la ropa ni menos alquilarían los indios y

que si los caciques no alquilasen estos indios y recibáis en ellos plata y lo

dejasen a voluntad de los indios aunque todo el jornal se diese a los indios

no se alquilaría (Diez de San Miguel, 1567, f. 27 v. 28 r).

La autoridad de los curacas sigue siendo lo suficientemente poderosa

como para permitirles obligar a sus indios a ejecutar trabajos que no entran

dentro del cuadro tradicional de la reciprocidad: lo miembros de la

comunidad no reciben compensación alguna por los transportes ni por el

60
trabajo textil- el poder de los jefes indígenas se debilita por el mismo hecho

que estos lo utilizan en forma abusiva, sobrepasando el límite de los lazos

tradicionales. Hostigados por los españoles, se ven obligados a colaborar

con ellos en contra de los indios, con lo que pierden su prestigio, pues se

ven obligados a afirmar su autoridad en forma despótica. Finalmente, las

causa y los efectos se entremezclan: el debilitamiento del poder de los

curacas arrastran consigo la disminución del tributo que estos perciben, y su

empobrecimiento los obliga, si quieren conservar su prestigio, a buscar

ganancias en detrimento de los miembros de la comunidad; pero, al hacerlo,

aceleran la ruina de ese prestigio.

4.3 Situación de los Curacas en la etapa de crisis colonial: 1759-1824

Durante esta etapa de la historia colonial el poder de los curacas se fue

eclipsando a medida que el régimen de explotación colonial iba decayendo. Los

estudios de Natahn Wachtel evidencian que los curacas paulatinamente perdieron

sus privilegios políticos y económicos por el desplazamiento que sufrieron de la

estructura del poder por la presencia de los criollos y mestizos que coparon el

control tanto local como regional, manifestándose de esta forma la lucha de clases

dentro del sistema feudal.

El debilitamiento del poder de éste grupo social terrateniente fue también

determinado por la creación de los Cabildos Indígenas. Los indios son obligados,

por medio de la violencia, a abandonar sus pueblos y son reagrupados en nuevos

pueblos, como mecanismo de control para obtener la fuerza de trabajo de indígena

en beneficio del régimen de explotación.

61
Luego de la difusión de los Cabildos, los curacas fueron limitados, en el

rol de perceptores del tributo. Los alcaldes y regidores (elegidos teóricamente por

un año por el Cabildo precedente), ejercieron una autoridad judiciaria y

administrativa restringida, bajo la vigilancia del corregidor español.

Evidenciándose de esta forma la lógica de todo sistema de dominación

imperialista, de obtener mayor ganancia a toda costa, generando más

contradicciones dentro de la sociedad, condenando al trabajo físico y perpetuo a la

gran mayoría.

Hacia la primera década del siglo XIX los curacas perdieron el control de

la tierra entrando en un proceso de crisis generalizado, carcomido por el mismo

sistema colonial decadente.

4.4 La economía colonial en el siglo XVIII

Durante el siglo XVIII la economía del virreinato del Perú se desarrolló a

partir de la explotación de tres tipos de centros productivos: minas, obrajes o

talleres textiles, y haciendas. Geográficamente, las minas y los obrajes estaban

localizados en la sierra, mientras que las haciendas operaban en cualquiera de los

diferentes pisos ecológicos de la colonia, dependiendo del cultivo al que estaban

orientadas. El factor común que existía entre estas unidades productivas era que

todas ellas funcionaron como empresas locales, absorbiendo montos considerables

de mano de obra tanto en forma permanente, como en el caso de las minas y

obrajes, o estacionalmente como en el caso de las haciendas y plantaciones.

62
Sin embargo, desde los inicios del periodo colonial, la minería había sido

apoyada y estimulada por la corona, convirtiéndose en el principal sector

económico y en el eje de articulación entre los otros dos sectores.

Desde entonces, para muchas haciendas y obrajes resultó conveniente dirigir su

producción hacia el suministro de los artículos requeridos por la industria minera,

la cual junto con las demandas urbanas constituyó sin lugar a dudas en el más

importante mercado interno colonial (Assadourian, 1978, p, 73).

Es así que el oro y la plata ocuparon el total interés del invasor, como

menciona Cotler (1986)

Tal era la importancia que tenía para España y en general, para el conjunto

europeo el oro y la plata americanos, que la explotación minera fue eje de la

producción colonial, al que se articularon la agricultura, las artesanías y el

comercio (p.22).

En ese sentido se considera al sector minero como el polo de atracción

para los excedentes agrícolas y textiles de una determinada región y como su

principal consumidor. Por lo tanto “al estar la minería estrechamente vinculada

con las otras dos actividades económicas, el crecimiento o declive de la industria

minera provocaba serias fluctuaciones en los niveles de producción y mercado de

las haciendas y obrajes” (Chevalier, 1963; citado en O´phelan, 2012, p. 32).

Por ello cualquier desajuste en la producción colonial tenía impacto en la

esfera fiscal, en tanto las tres ramas productivas pagaban impuestos a la corona.

La producción minera estaba grabada con el quinto real; la alcabala o impuesto a

la compra- venta se cobraba sobre los textiles y productos agrícolas, y la sisa

63
gravaba el ganado y la carne. A grandes rasgos, este era el esquema fiscal

diseñado por la corona con el fin de obtener excedentes de las colonias.

Además los enclaves mineros podían florecer o desaparecer de acuerdo

con el nivel productivo de un determinado yacimiento, Así por ejemplo

La recesión minera dio lugar a que la población de Huancavelica disminuyera de

11 000 habitantes en 1775 a 5472 en 1782. Por el contrario luego de que las

minas de Huallanca (Tarma) fueron descubiertas, se estableció un pueblo de 500

habitantes en un lugar que hasta 1776 solo había sido habitado por vicuñas (Ruiz,

1931, p. 67).

4.4.1 La crisis de la economía colonial

En general la producción minera fue decayendo a finales del siglo

XVIII acarreando con ella una crisis a nivel político y social en la cual se

hallaban inmersas las élites indígenas (Curacas).

Como en el caso de la producción minera, la producción obrajera

también entró en decadencia durante el siglo XVIII, motivado por varios

factores que eventualmente contribuyeron al declive de las manufacturas

textiles. Éstos incluían la escasez y suministro de materias primas; las

fluctuaciones del mercado debido a alteraciones en la demanda de las minas y

el reparto; el comercio libre que comenzó a operar en 1776 facilitando la

introducción de textiles europeos y finalmente, la proliferación de los

chorrillos.

64
La producción de los telares dependía de los suministros de lana de las

estancias a los obrajes como dice O´phelan (2012) “cualquier desajuste en el

comercio lanero, como resultado de epidemias o de una baja en las

inversiones, afectaba directamente la producción de los obrajes”.

Es claro que las fluctuaciones regionales de la industria textil

inducidas por la apertura y el cierre de ciertos obrajes estuvieron directamente

conectadas a la actividad minera y a sus demandas coyunturales. Por lo tanto

se establece una relación entre la crisis de un determinado obraje, como

resultado del agotamiento de una mina que acostumbraba abastecer y su

consiguiente dificultad o incapacidad para hallar un mercado alternativo.

Pero el cierre de un determinado obraje también fue resultado del

descubrimiento de una mina importante en la misma área. Ésta aparente

contradicción nos da un cuadro de racionalidad económica seguida en la

organización de escasos recursos.

Para reducir los costos era más razonable utilizar la mano de obra local en

las minas y traer los textiles requeridos desde un obraje distante, antes que

hacer lo contrario. Como consecuencia de ésta política, el obraje

Huamalíes (Huánuco) abastecía las minas de Pasco con ropa de la tierra

mientras que los obrajes más cercanos ubicados en Jauja y Tarma se vieron

forzados a reducir su producción o a cerrar, a fin de evitar competir con

Pasco por la fuerza de trabajo local (AGN, Temporalidades, leg.283 en

O´phelan, p. 53).

Finalmente la caída en la producción de los obrajes también fue

motivada por la desaparición del mercado regulado por el reparto(monopolio

65
comercial) y cuando el comercio libre comenzó a operar con mayor eficacia,

permitiendo la indiscrinada introducción de textiles Europeos a precios más

baratos y a gran escala.

4.5 Las reformas borbónicas

Las reformas borbónicas fueron políticas económicas implementadas

luego de la guerra de sucesión en España, por la corona de dinastía Francesa

(Borbones) que había sustituido a la dinastía Austriaca (Habsburgo), con la

finalidad de obtener mayor ganancia de las colonias hispanoamericanas, tenían

por objetivo un mejor aprovechamiento de las colonias y el desplazamiento y

control de los criollos de la administración colonial. Estas se pusieron en práctica

durante el reinado de Carlos III de España, quien buscaba incrementar los

ingresos de la real hacienda mediante la reforma de varias ramas del tesoro. “Éstas

medidas estaban contenidas en el informe y plan de intendencias que fue

especialmente preparado en 1768 por el visitador José María de Gálvez junto con

el Marqués de Croix, virrey de nueva España” (Lewin, 1967, p. 84).

Como dice al respecto Escobedo (1976) “la alcabala era un impuesto

sobre la compra y venta que fue introducido inicialmente en1591 bajo el gobierno

del virrey García Hurtado de Mendoza. Estipulaba que en las colonias debía

cobrarse una contribución del 2% sobre el valor de las mercancías en cada

transacción comercial”. Pues como puede observarse su introducción provocó

protestas en el cuzco, Arequipa y Trujillo, que eran provincias sobre las cuales

recaía la mayor carga fiscal en la colonia.

En el caso del virreinato del Perú el programa económico se implementó bajo la

supervisión del visitador José Antonio de Areche, cuyas constantes quejas contra

66
el virrey Guirior indujeron a la corona a reemplazarlo por el virrey Agustín de

Jáuregui quien ocupaba el cargo de capitán general de chile, El 22 de julio de

1780, pocos meses antes de estallar la gran rebelión (Moore, 1966, p. 135).

Desde 1770 en adelante, las medidas fiscales incluidas en el programa

borbónico se introdujeron gradualmente en las colonias con el objetivo de drenar

al virreinato de la mayor parte de sus excedentes a través de impuestos y los

monopolios estatales, como puede observarse en el siguiente cuadro cronológico

de las reformas fiscales borbónicas.

CUADRO N° 2
Cuadro cronológico de las reformas fiscales borbónicas
1771: Ene. 21. Comienzan las averiguaciones que llevarán al establecimiento del
virreinato del Río de la plata.

1772: Mar.30. Se establece por decreto real un incremento del impuesto de la


alcabala del 2 al 4 %.

1773: los artesanos son llamados a contribuir con el 4% del impuesto de alcabala
por ventas y reventas.

1774: se establecen aduanas en Arque y Tapacarí (Cochabamba).

1774: Ago.2. Revuelta en la aduana de Cochabamba. Se impone la alcabala sobre


los granos.

1776: Mar. 11. José Antonio de Areche es nombrado por la corona “visitador
general” del virreinato del Perú, Chile y Río de la Plata.

1776: Jul. 6. Un nuevo incremento del impuesto de alcabala del 4 al 6 % es


ordenado por un decreto real.

1776: Jul. 26. Se ordena el establecimiento de una aduana en la paz.

1776: las “ordenanzas” concernientes al gremio de plateros son distribuidas entre los
gobernadores y virreyes.

1776: Ago. 15. El alto Perú es formalmente incorporado al nuevo virreinato de la


plata (Buenos Aires).

1777: Jun. 14. Un decreto real ordena se establesca un impuesto del 12 % sobre el

67
aguardiente.

1777: Jul. 8. El virrey Cevallos prohíbe la exportación de piezas de oro y plata del
virreinato de la plata al Perú.

1777: Nov. El virrey Guirior inicia una abierta campaña contra el contrabando de
oro y plata.

1778: Mar. 24. El nuevo impuesto del 12, 5 % gravado sobre el aguardiente es
aprobado por la corona.

1778: Jun.25. Se establece una aduana en Buenos Aires.

1778:Nov. 25. Se envía una circular a los corregidores para recordarles que cobren
la alcabala al 6%.

1779: Feb. 28. Como muchos otros productos, la coca comienza a estar sujeta al 6%
del impuesto de alcabala.

1779: Jun. El visitador Areche prohíbe la circulación del oro y la plata que no haya
sido sellado.

1780: Ene.14 y 26. Empiezan a apareceré pesquines, dirigidos contra el propósito de


eregir una aduana en la ciudad de cuzco.

1780: Mar. 12. Estalla una sublevación, dirigida contra la aduana de La Paz.

1780. Abr. 14. Se descubre la conspiración de plateros del Cuzco.

1780. Jul. 31. Un decreto real ordena que todos los artesanos deben pertenecer a un
gremio y deben estar registrados.

1780:Nov. 14. La rebelión de José Gabriel (Túpac Amaru II) estalla en Tinta,
Cuzco.

(En Scarlett O´phelan, 2012, p. 199- 200).

Como se puede ver, ésta política fiscal aumentó la presión sobre los

productores y comerciantes sin distinción. En 1779 incluso la coca fue incorporada a

la lista de mercancías sujetas a la alcabala. Ésta medida afectó más directamente a la

población indígena en tanto consumidores y comerciantes, pero indirectamente

también perjudicó a los dueños de minas y obrajes que generalmente éstos medios de

trabajo estaban en manos de grupos sociales como españoles, criollos y Curacas. Por

68
lo tanto todos se vieron perjudicados por las reformas borbónicas, emanadas desde la

metrópoli española, para evitar lo inevitable de un sistema de producción que por ley

estaba destinada a su desaparición, puesto que había generado contradicciones que se

manifestaron en todo los aspectos y que las luchas sociales se estaban dando en todas

partes.

En síntesis las reformas no mermaron sino por el contrario agravaron aún

más la situación económica, política y social, que culminó una época de lucha y a la

vez empezó otra con el estallido de la gran rebelión liderada por Túpac Amaru II.

69
CAPÍTULO V
SITUACIÓN POLÍTICA Y ECONÓMICA DE LOS CURACAS DEL
VALLE DEL MANTARO DURANTE LA ETAPA DE CRISIS COLONIAL

5.1 Situación de la élite Indígena.

El régimen colonial hispánico entró en un proceso, irreversible de

desmoronamiento a mediados del siglo XVIII, por las mismas contradicciones

generadas dentro de la sociedad de dominio y explotación, éstas contradicciones se

presentaron tanto a nivel general y particular, en lo económico por la intromisión

creciente del capitalismo industrial inglés que requería del mercado

hispanoamericano para captar los recursos naturales y colocar las mercancías

procedentes de sus fábricas, pues la sociedad feudal implantada en América y el

Perú, en el viejo continente ya estaba siendo sustituido por un nuevo régimen

económico y social, por el modo de producción capitalista.

En tales circunstancias dentro del régimen colonial a partir de mediados del

siglo XVIII, las contradicciones internas en todos los planos se agudizan más y el

poder de la élite indígena (Curacas) del Valle del Mantaro fue declinándose

70
motivado por varios factores especialmente regionales (causas internas) que más

adelante expondremos.

5.2 La implantación del régimen colonial en el Valle del Mantaro

Con el arribo de los españoles al territorio del Tawantinsuyo se inicia la

destrucción del sistema económico Andino basado fundamentalmente en la

agricultura, para dar paso a una economía predatoria.

Con la conquista, la agricultura prehispánica sufrió un duro golpe. En el sistema

incaico toda producción giraba alrededor de la agricultura que permitía recoger

excedentes abundantes para satisfacer ampliamente la vestimenta, alimentación y

producción de los vasallos y además sostener a la clase dominante; funcionarios del

despotismo Incaico, la clase sacerdotal y la nobleza local constituida por los

Curacas. (Choy, 1987, p. 285)

Desde su llegada al Valle del Mantaro los invasores se dieron cuenta de la

riqueza que poseía ésta región y las posibilidades de explotarlo conforme a la idea

de la fácil acumulación de riquezas. Los datos que ofrecen la documentación

española acerca de la opulencia del Valle pude leerse en diversas crónicas. En la

crónica del Perú de Cieza de León (1533), la carta de relación de la conquista del

Perú de Hernando Pizarro refiriéndose a Jauja dice “… es muy bueno é muy vistoso

é de muy buenas salidas llanas; tiene muy buena ribera…”. La carta del cabildo de

Jauja dice “…es muy rica y abastada de mantenimientos y muy poblada y en que

concurren todas las otras cualidades necesarias para poblar…” (Cartas del Perú,

1559, p. 67). Los documentos tardíos como la relación del descubrimiento y

conquista de los reinos del Perú de Pedro Pizarro (1571) y la descripción de la

provincia de Xauxa que hizo Andrés de Vega (1582), así lo confirman. De Vega

71
(1582) afirma que: “…este nombre de Xauxa se puso á este valle desde que los

españoles entraron en esta provincia, por que hicieron asiento en el pueblo é tambo

de Hatun Xauxa, é de allí se puso é como este valle de xauxa”(p.80)

5.3 papel de los Curacas en el sistema de explotación

La alianza político- militar que establecieron los Curacas del Valle del

Mantaro con los invasores facilitó para que de inmediato no se establecieran formas

de explotación colonial a lo largo y ancho del Valle, pero más tarde la voracidad del

régimen terminó incorporándolos al sistema de explotación que se manifestó de

varias formas y en ello el Curaca cumplió un papel contradictorio como menciona

Espinoza (1986, p. 215)

la colonia mantuvo sus cargos con un solo fin: el cobrar los tributos y el de enterar

las mitas, por cuyo trabajo debían percibir un salario personal; privilegios

inherentes a su investidura, fueron el no pagar tasas ni prestar servicios personales,

vestirse como españoles y ser educados en una de las pocas escuelas especiales que

funcionaban para ellos.

A éste personaje noble heredero del Tawantinsuyo se le considera como una

bisagra o un nexo entre las dos repúblicas que se establecieron durante la colonia,

contradiciendo y negando a su propio hermano de sangre, pues de él dependía toda

la riqueza colonial y a cambio de ciertos privilegios avasallaba al pueblo no

interesándole la situación de postración en la que los pueblos estaban.

5.3.1 La explotación encomendera

Una vez llegado los españoles, éstos procedieron al reparto de las tierras

y hombres bajo la denominación de encomiendas, como señala Porras (1950)”el

reparto se hizo del 28 de julio al 4 de agosto de 1534, para lo cual anteladamente

72
Pizarro había convocado a los Curacas de quienes tenía cuenta y noticia sobre el

potencial económico de las tierras sometidas” (p. 136).

Como es evidente las encomiendas fueron mecanismos de captación de

excedente de producción indígena vía el tributo tanto en especie como en

metálico. Por otro lado, el mecanismo productivo de las encomiendas debían ser

activadas mediante la captación de fuerza de trabajo indígena gratuita. En

consecuencia la población del Valle del Mantaro debió ser la rica fuente de

mano de obra en las encomiendas que en complicidad de los Curacas los

encomenderos controlaban y explotaban casi hasta el exterminio, mientras que

los Curacas vivían en opulencia, los indígenas campesinos del Valle fueron

sometidos a la más dura explotación colonial. Los documentos presentados por

Espinoza demuestran que los descendientes de los Guacrapaucar, los Surichaqui

y los Apoalaya gozaron de los privilegios emanados por la corona en su

condición de “indios amigos”, vivieron a la usanza española, vistieron ropa de

castilla y tuvieron pendón y escudo. Todo esto como recompensa a su

complicidad en la explotación de los miles de indígenas, como afirma Choy

(1987)

Los curacas fueron prostituidos en sus funciones, fueron convertidos en

reclutadores y mandoncillos pero no para sí, sólo fueron simples funcionarios

educados para acatar lo que los corregidores ordenaban; sino cumplían eran

azotados, como narra y pinta Huaman Poma de Ayala (p.322).

La economía encomendera establecida en el Valle, indudablemente

benefició a los invasores y sus descendientes que lograron acumular ingentes

cantidades de riqueza, a expensas de la explotación de miles de indígenas

73
5.3.2 Explotación minera

Fue una actividad basada en la mano de obra indígena a través de la mita,

aprovechando este sistema de trabajo de forma desmedida, logrando casi el

exterminio de los indígenas “… es evidente que la mita fue lucubrada en el

consejo de Indias cuya paternidad en ese invento es indiscutible; es claro que

ésta creación pudo funcionar aprovechando a la población que los incas habían

organizado” (Choy, 1987, p. 303).

De la misma forma Reginaldo de Lizárraga afirma sobre la explotación

minera que:

Vance disminuyéndose estos indios, a lo menos los varones por estar tan cerca

de Guancabelica…el asiento de las minas de azogue de Guancabelica ha

consumido y consume muchos indios tributarios, si no se me crea, véanse los

repartimientos más cercanos y pregúntese en el Valle de Jauja. La causa es

labrar las minas por socavón, por que no tenga repiradero al horno del metal, al

que no quiebra el azogue…y como no cura el pobre azogado, causándole

muchos dolores y muerte (Citado por Espinoza, 1973).

Como puede notarse la explotación de las minas de Huancavelica exigió

la concurrencia de abundante mano de obra por lo que los habitantes del Valle

del Mantaro de 15 a 50 años fueron reclutados para trabajar en los distintos

quehaceres de la mina de plata. No sabemos con exactitud si los Huancas y

Xauxas fueron trasladados a potosí; pero es posible, que se hiciera esto porque el

volumen de producción de esta mina exigió grandes contingentes de mano de

obra.

74
5.3.3 Explotación obrajera

Los obrajes fueron centros de producción textil que los invasores

implementaron con la finalidad de acelerar el proceso de acumulación de

riqueza. Al inicio los encomenderos se preocuparon en saquear el oro y plata

existentes en los templos y palacios; los adoratorios y las tumbas, no quisieron

dedicarse a la producción de tejidos, actividad que les parecía poco rentable en

comparación a la fácil acumulación de los metales preciosos y a la obtención de

los tributos que debían pagar los indígenas. Esta forma de apropiación de los

excedentes de producción les parecía más rentable y lucrativos que arriesgarse a

invertir sus capitales en la instalación de telares y la distribución de la mercancía

resulta de los obrajes, ésta forma economía se implantó justamente en el siglo

XVIII,

En el valle del Mantaro existieron seis obrajes durante el siglo XVIII. Es visible

que todos ellos no fueron instalados durante ese siglo. Sabemos dorrobora os de

ellos se establecieron en el siglo XVI: el de Sapallanga y de la Mejorada;y el de

Yanamarca en el siglo XVII…dos se fundaron en el siglo XVII: el de Páucar y

el de Cochangará; y el otro, en el siglo XVI; es decir el de Quichuay. Corrobora

esta afirmación, la descripción hecha del valle, en 1582, donde se menciona que

las únicas propiedades de españoles eran dos obrajes de jerga y uno de sayal

(Hurtado, 2006, p. 39).

De los cuales los obrajes que eran propiedades de los Curacas fueron el

de Páucar y el de Cochangará como señala Hurtado (2006) “los obrajes, el de

Páucar y el de Cochangará, estuvieron bajo el control de linajes nobles indígenas

(Curacas) durante la mayor parte del siglo XVIII. Ambos pertenecían al

75
mayorazgo de don Carlos Apoalaya hacia fines del siglo XVII; durante el siglo

XVIII, serán sus descendientes los que usufructúen estos bienes” (p.40).

En estos obrajes se producían diversos tipos de manufacturas de acuerdo

a la demanda local y regional, en muchos de ellos los propietarios contrataban

mano de obra de familias íntegras construyéndoles míseros ranchos para que

sobrevivan y de allí puedan prestar sus servicios ya sea por mita o por salario, lo

cierto es que el trabajo era inhumano en estos centros de explotación del cual

supieron aprovechar los Curacas en complicidad con los españoles.

5.3.4 Explotación en las haciendas

Los curacas apelando su participación en el proceso de la invasión

lograron a su favor, varias Cédulas Reales que le otorgaban ciertos privilegios

como ser exceptuados de la tributación y mantenerse en el poder político,

reteniendo el control sobre los hombres y las tierras.

Esto les permitió, adueñarse de las tierras y el ganado que antes

pertenecían al Estado Incaico, pasando ahora a sus manos y al de sus parientes

más cercanos. Los primeros terratenientes del Valle fueron los Curacas y sus

familiares y que para mover la maquinaria productiva explotaban la mano de

obra de los indígenas.

Cuando se inició la producción minera masiva de las minas de

Huancavelica, hubo gran demanda de productos agrícolas para el sostenimiento

de los mineros. Éste fenómeno permitió la valorización de las tierras y en

consecuencia originó el desplazamiento de la propiedad terrateniente.

76
Al inicio de la explotación colonial la producción agrícola del valle

estuvo dirigida a un mercado muy limitado.

La dinámica de la agricultura del terrateniente estuvo marcada por la demanda

del ejército español colonial y por la necesidad de seguir practicando la

reciprocidad andina; la dinámica de la agricultura de las familias de los ayllus

dependía, aparte de la reproducción de las familias de la aldea como un

conjunto, de la demanda de los encomenderos y del tributo (Samaniego, 1980,

p. 32).

Dentro de ésta maquinaria de explotación servil, el curaca tuvo un papel

intermediario entre los invasores y los invadidos. Sirvió astutamente a los

españoles y expolió a los congéneres, exigiendo la puntual tributación y

captación de la mano de obra para el cultivo de sus tierras y el cuidado de sus

ganados.

El incremento de extracción de azogue de las minas de Huancavelica

estimuló la demanda de mayor cantidad de mano de obra y de productos de pan

llevar para el sostenimiento de los miles de mitayos, fenómeno que cubrió no

sólo las zonas aledañas a las minas sino a las más apartadas.

Como consecuencia del auge minero Huancavelicano, en el Valle se

inicia un proceso de articulación agrícola en forma subordinada a la producción

minera. La propiedad terrateniente de los Curacas lentamente se transformó en

haciendas dedicadas a la producción de “producción de pan llevar” en las partes

bajas y a la ganadería en las altas. La mano de obra requerida para esta nueva

modalidad productiva proviene exclusivamente de los indígenas en condiciones

de explotación feudal.

77
La gran rentabilidad de las haciendas atrajo la atención de los españoles y de

los criollos que se asentaron en diversas partes del valle especialmente en los

pueblos de indios, como Huancayo y se adueñaron de las haciendas vía el

matrimonio, la compra o simplemente el despojo. De esto no se salvaron

incluso las tierras del común (Samaniego, 1980, p. 46).

Frente al auge de la agricultura “de pan llevar” los intereses de los

curacas y los criollos. Españoles entraron en franco conflicto. Contradicción que

se resolvió con la prohibición a los curacas del control de las haciendas del valle.

Hacia la época que se ubica nuestro estudio, los criollos y los mestizos

estaban desplazando a los Curacas de la propiedad terrateniente y se mantenían

en permanente contradicción con los campesinos indígenas a cuyas expensas

lucraban.

Éstos Criollos y Mestizos terratenientes contando con el apoyo del

aparato judicial colonial despojaron de sus tierras a los “indios” como se sabe,

periódicamente la corona española ordenaba la realización de visitas,

composiciones y repartimientos de tierras en sus dominios con la finalidad de

levantar catástrofes en determinados Valles.

A comienzos del siglo XIX, el valle del Mantaro forma parte del partido de

Jauja, de la intendencia de Tarma. En 1801 ya existían en el Valle 1 villa

(Jauja), 16 pueblos y 14 doctrinas, con una población total de 52,286 habitantes,

entre indios, criollos y mestizos (Espinoza, 1973, p. 232).

Como se observa, el poder económico y por ende el político de los

curacas del Valle en la época de crisis colonial, o conocido por otros autores

78
como época de la lucha por la emancipación, fue perdiendo cada vez más hasta

llegar al declive total, siendo desplazados en la explotación de la tierra por otros

grupos sociales como criollos y mestizos, más adelante estos grupos serán las

que dirijan el proceso económico y político que se concretiza en la lucha por la

emancipación que se manifestó claramente en el Valle del Mantaro, pero para

conocer este proceso se requiere de otra investigación, por ahora nuestro interés

está en el papel de la élite indígena en la producción económica y las tareas

políticas que desempeñaba en la época ya descrita.

5.4 Situación económica del valle del Mantaro en el siglo XVIII

Diversos estudios referentes al valle, coinciden en señalar como una de las

características de su evolución histórica la inexistencia del latifundio como

elemento definidor de la agricultura en la región. “La imagen generalizada del siglo

XIX que presenta a las haciendas expandiéndose vorazmente sobre inermes

comunidades campesinas, es inadecuada para entender el proceso del valle del

Mantaro” (Manrique, 1988, p. 115). Dicho autor explica que ésta característica era

un remanente de la colonia y, de acuerdo a ello, el asentamiento de relaciones

serviles ha sido más bien débil, punto ya enfatizado por Arguedas (s/f) en su tesis

sobre las comunidades campesinas.

De la misma forma Manrique (1981) propone que desde la época colonial

la presencia de la propiedad campesina es muy importante en la región: por ejemplo

en el valle del Mantaro un 90% de la tierra cultivable era propiedad de los

campesinos de comunidad, y sólo un 10% pertenecía a medianas haciendas durante

el siglo XIX.

79
Evidentemente, se han planteado hipótesis para explicar esta característica.

La más común es la que recurre a los beneficios obtenidos por los Huanca y los

Xauxa como resultado de su colaboracionismo hacia los españoles. Es en este

sentido que se inscriben, por ejemplo, los trabajos de José María Arguedas y

Waldemar Espinoza Soriano. Sin embargo Manrique (1988) considera que la real

cédula que prohibía establecer haciendas en el valle, de por sí no hubiese impedido

las mercedes de tierras en la región; es decir, ello no hubiese bastado para impedir

la existencia de terratenientes españoles en las tierras bajas del valle. Siguiendo este

planteamiento, Manuel Burga (1987) estima que la explicación de la inexistencia de

la gran propiedad en el valle por el colaboracionismo de los Huancas hacia los

españoles es un planteamiento endeble, y que la razón sería otra, aunque no dice

cuál.

Por su parte, Florencia Mallón ensaya otra explicación para la ausencia de

un sistema de hacienda. Según Mallón (1983) “ello se debería a que la ecología del

área no se adaptaba a los métodos agrícolas extensivos que caracterizaban el

latifundismo” (p.3). Finalmente, un planteamiento alterno es el que sostiene que:

La falta de desarrollo de haciendas agrícolas en el valle del Mantaro probablemente

se explique mejor por el hecho de que las exigencias de las operaciones mineras

tenían precedencia sobre la producción agrícola basada en las haciendas. …Así, en

comparación con las zonas que no estaban estrechamente vinculadas a la economía

minera, las zonas de valle de la sierra central mostraron relativamente poco

desarrollo de haciendas basadas en el sistema de al partir o de trabajo servil. Las

oportunidades de trabajo asalariado fuera de los pueblos hicieron que tales sistemas

80
de explotación de mano de obra fuesen relativamente inviables (Long & Roberts.

2001, p.63).

En efecto, en los documentos que hemos revisado en el archivo regional de

Junín, no se encuentra referencias de haciendas agrícolas en el valle. Más bien, se

menciona la existencia de estancias ganaderas (haciendas ganaderas) para el siglo

XVIII, aunque no podemos afirmar que dicha denominación se haya utilizado

también en los siglos precedentes. Es más, de todas ellas, por lo menos las más

importantes, estuvieron en manos de linajes nobles indígenas.

La región que aquí se considera como valle del Mantaro, no solamente

comprende la zona ribereña, sino también la zona altiplánica. Se acepta que la zona

ribereña era, esencialmente agrícola y la zona alta ganadera; la que

fundamentalmente abastecía de lanas a las fábricas de telas de la zona ribereña. De

ahí que, estas tres actividades, sumadas al comercio, eran las que fundamentaban la

economía de la región.

La agricultura de la zona ribereña, o del valle en general, ya se explicó que

no tenía las características del latifundio. A decir de Samaniego (1980) “Más bien

se caracterizaba por el funcionamiento de “chacras de panllevar”, controladas

principalmente por ayllus, a través de sus Curacas”.

Hemos establecido que el crecimiento de la producción minera de

Huancavelica y de Pasco, adicionado al incremento demográfico de zonas como

Jauja, Tarma y Ayacucho, estimuló el aumento de la actividad agrícola del valle, a

partir de la mitad del siglo XVII. Esta actividad se vio potenciada a fines de ese

siglo con el decaimiento de la agricultura de la costa central, que había gozado

81
prácticamente de monopolio en el abastecimiento de alimentos y de otras

mercancías a las ciudades y minas de aquella época, permitiendo el desarrollo de la

agricultura en los valles interandinos de la región central como el valle del Mantaro,

que se encontraban cerca de minas y ciudades.

Un aspecto fundamental en la economía de la región y que también ya ha

sido enfatizado, es el hecho de que,

El descenso de la producción de Huancavelica, hacia 1787, que se había

constituido en un importante mercado de consumo para los productos regionales,

trae como consecuencia un periodo donde se generaliza un proceso de crisis en el

valle de la economía terrateniente (Samaniego.1980, p.54).

5.5 Situación política y social de los curacas del valle del Mantaro

Los linajes nobles indígenas que regentaron el poder en el antiguo valle

del Mantaro, pueden ser comprendidos dentro de tres familias principales: los

apoalaya, para hanan huanca; los Limaylla para Lurin huanca los Surichaqui, para

Hatun Xauxa.

Cuando los españoles llegaron al valle, el poder en Hatun Xausa era regentado

por Apo manco Surichaqui, en Lurin huanca, por jerónimo Guacrapaucar y en

Hanan Huanca, por macho Alaya. Se aprecia entonces que, son los

descendientes de éstos curacas, quienes ejercían el poder en los tres

repartimientos del valle aunque el proceso de legitimación como tales en el

orden colonial, fue más complejo de lo que se puede suponer. (De la puente luna.

2004, p. 4).

82
La documentación que se ha revisado demuestra que los Curacas tenían

un poder social y económico aún mayor que el de los españoles que se

establecieron en la región. Ésta acumulación de riqueza se habría dado,

principalmente mediante una política endogámica de alianzas matrimoniales entre

miembros de la misma élite andina a la que en el siglo XVIII, se incorporaron

linajes de otras regiones. Como los Astucuri provenientes de Ayacucho.

Según Hurtado, (2000) “Hacia la tercera década de éste siglo, los curacas

de la región lograron unificar el poder en una sola persona: don Blas Astocuri de

Apoalaya, que llegaría a ser cacique principal y gobernador de los tres

repartimientos del valle” (p. 156).

Como se observa en las informaciones de los cronistas que han escrito

sobre la región, así como en los documentos publicados por Waldemar Espinoza

Soriano. Durante el periodo colonial, particularmente en la primera mitad del

siglo XVII, las familias de los tres curacas principales del valle del Mantaro

fueron las más ricas, tal como se percibe en la lista de propiedades pertenecientes

a don Carlos Apoalaya, último curaca titulado del repartimiento de Hanan

huanca. En esta lista se mencionan. Estancias de ganado menor y mayor, casas en

los diferentes pueblos del valle, solares, además de caudales en plata sellada,

labrada, oro, perla y diamantes. La mayoría de éstas propiedades no estaban en

manos de los linajes nobles cuando llegaron los españoles al valle; los pastos, el

ganado y los pastores Yanas, fueron propiedad del estado o de la iglesia inca que

pasaron a manos de los curacas principales durante y después de la conquista, por

vía legal o ilegal.

83
Lo propio sucedió con las chacras de pan llevar pertenecientes al estado y

a la iglesia inca, que fueron asimiladas a las propiedades de los curacas por razón

de su cargo. “Después de la conquista, todos estos recursos agropecuarios fueron

concentrándose en forma privada sólo en los principales curacas, los que fueron

formalizándose a través de sucesivas composiciones de tierras.” (Samaniego.

1980, p.36).

Las alianza matrimoniales significativas para el incremento del poder de

éstos curacas, se dieron hacia mediados del siglo XVII, con el matrimonio del ya

mencionado don Carlos Apoalaya, curaca titular del repartimiento de Hanan

huanca y doña Sebastiana Surruchaca; en quien recaían los derechos del

curacazgo de Hatun Xauxa. De éste matrimonio nacieron varios hijos, pero sólo

sobrevivirán hasta la edad adulta don Cristóbal, doña teresa y doña Petrona

Apoalaya.

De la puente, (2004) citado en hurtado (2006, p.94) menciona al respecto

que,

Los derechos del curacazgo recaían, como era lógico, en don Cristóbal, pero éste

desapareció súbitamente, y el curacazgo fue ocupado por doña Teresa tras la

muerte de su padre, en 1688. Ella regentaría el poder de los dos curacazgos hasta

la tercera década del siglo XVIII. Doña Teresa de Apoalaya casó, en primera

nupcias, con don Lorenzo Surruchaca, su primo hermano, pero falleció

tempranamente. Posterior a ello, contrajo matrimonio con don Lorenzo Astocuri

de quién tuvo tres hijos: don Blas, doña Sebastiana (quien murió sin

descendencia), y doña maría Astocuri y Apoalaya, luego tras la muerte de don

Lorenzo de astocuri, se volvería a casar con el español don Benito Troncoso de

Lira y Sotomayor

84
CUADRO N° 03

La nobleza indígena del valle durante el siglo XVIII

CARLOS SEBASTIAN
APOALAY A
A 1657- SURRUCHA
1698 C

1 1
CRISTÓBA PETRONA JOSEF FRANCIS
TERESA PEDRO LORENZ BENITO
L BENITA APOALA POMALA CO
LORENZO O TRONCOS
VELEZ DE APOALA YA SA ANTONII
APOALAY SURRUCH ASTUCU O DE
GARAY YA SURRUCH O
A AC RI LIRA
SURRUC AC XIMENES
SURRUCH
HAC DE
AC 1688 CISNERO
S

1
1 1 1 1
JUAN MARÍA 1
APOALAY
1 ALBERTA FERENA 1SEBASTI BLAS JOSEFA FRANCIS MARÍA FRANCIS
A VELEZ ANA ASTUCU ASTOC CO
IBAÑEZ DE NDO GABRIE CO
DE GARAY CASTRO CASTAÑ ASTUCU RI LA ANTONI URI 1
ANTONIO
RI APOALA APOAL XIMENES
EDA LIMAY O
APOALA YA XIMENE AYA
LLA
YA S

1 1
ANDRES 1
ADRIA MARÍA JOSEFA FRANCI
FAUSTI FRANCIS CATALI 1 JOAQUIN
APOALAY
NO
ASTOC 1JOSEFA
DE LA
ASTOC
URI 1
SCO
NO CO 1 NA
BENITO
A
JOSE
1 URI CRUZ LIMAYL
DÁVILA
CANCH 1
XIMEN ANTONI XIMENE
MARTIN
EZ DE
LA ES O Z
LIMAY O AGUIRRE
GABRIEL XIMENE
LLA HUAMA
ASTOCURI Z
N

1 J
1 1 1 MIGUEL
NICOLÁS 1MANUEL MIGUEL
ADRIAN 1
CURACAS 1 DÁVILA A DÁVILA
1 O
ASTOCUR
I
DÁVILA
ASTOCUR
1 ASTOCUR
I
MARTIN
EZ
PRINCIPALES I
XIMENE
Z

1
FUENTE (Temple, 1942 y hurtado, 2006).
1 1
J 1 85
1
J
Don Blas Astocuri de Apoalaya casó con doña Josepha Limaylla en quien

recaían los derechos del curacazgo de Lurin huanca con la cual tuvo tres hijos: el

licenciado don Adriano magno, quien siguió la carrera eclesiástica; maría de la

cruz, que murió niña en lima y doña Josepha Gabriela Astocuri Limaylla. Durante

este periodo don Blas regentaba el poder de los tres curacazgos, ya que su madre

doña teresa hacia la década del siglo XVIII, renunció los derechos de Hanan

huanca y Hatun Xauxa en su favor. (ARJ Protocolos notariales T.XXII, fs., 151)

Luego, como se puede ver en los testamentos de los respectivos curacas y

la proporción de datos por Temple (1942), Doña Josepha Astocuri que continuó

en la sucesión de los curacazgos, contrajo matrimonio con don francisco de

Dávila cancho Huamán, quien era corregidor de la provincia de Huarochirí. De

éste matrimonio salieron tres vástagos. Don Nicolás, doña manuela y don miguel

Dávila. Durante este periodo (fines del siglo XVIII), ya se encontraba en declive

el poder Curacal en el valle del Mantaro

5.6 Los curacas del valle y su participación en el proceso de producción

Los Curacas del valle del Mantaro participaron decididamente en la

producción económica a fines del siglo XVIII, siendo éstos propietarios de los

medios de producción como tierras, agrícolas y ganadreas, como también de los

obrajes, donde se desarrollaba una intensa actividad de producción de textiles para

cubrir la demanda de la región, de ello diversos estudios en la historiografía

peruana, para los casos de huamanga y cusco, han demostrado ésta actividad

como copada, básicamente por la casta española. Ésta característica puede

86
explicarse por el hecho de que huamanga y el cusco fueron ciudades que

albergaron una importante población española.

Ésta no fue la situación del valle del Mantaro. Una de las primeras cosas

sobre las que aclaramos es que aquí no existieron ciudades de españoles tan

grandes como en otras regiones del Virreinato Peruano, por lo que su población

peninsular era insignificante en relación a la indígena, situación que comenzaría a

variar desde mediados del siglo XVIII, se observa claramente su presencia como

inversionistas en industrias textiles. Pero en general, su participación nunca

alcanzó el nivel de importancia que tuvo la nobleza indígena de la zona; que como

se señaló, tenía un grado de influencia y poder tan igual y en algunos casos

superiores al de éstos españoles.

5.7 Actividad económica principal de los Curacas en el siglo XVIII.

La principal evidencia para demostrar lo afirmado líneas arriba, es la

participación de los curacas del valle del Mantaro en las manufacturas textiles

coloniales, sobre todo en el siglo XVIII. (Etapa de crisis colonial) los curacas de

jauja intervinieron decididamente en el desarrollo y la dinámica de la industria

textil del valle del Mantaro; Pese a no haber estudios específicos y

pormenorizados sobre la casta indígena como propietarios de obrajes en otras

zonas del virreinato peruano, es posible afirmar que el caso de la región del

Mantaro, no sea el único, toda vez que la actividad textil fue una de las más

importantes y rentables de la economía colonial.

Así, en su estudio sobre los encomenderos de Huánuco. Miguel León,

(2002, P. 101). Refiere que: “no sólo los encomenderos fueron propietarios de

87
obrajes, sino que muchos curacas y también las comunidades andinas poseyeron

obrajes aunque de menor cuantía.”

En el valle del Mantaro, si bien la principal ocupación de los linajes

nobles era la agricultura, mediante la explotación de sus tierras de pan llevar; no

es menor la explotación ganadera, ya sea con usufructo directo o arrendamiento;

pero se debe tener en cuenta también que sus actividades económicas incluían

otras, entre ellas la inversión en la producción textil.

Ello se observa en los bienes que se tasaron a doña teresa Apoalaya, hija

de don Carlos Apoalaya, (ver cuadro N°4). Dicha tasación data de 1731 y se

advierte que el capital más importante era el relacionado con el obraje de Paúcar,

a diferencia de las propiedades que pertenecían a su padre, donde primaban las

estancias de ganado.

CUADRO N° 04

Tasación de bienes de la Curaca Teresa Apoalaya

bienes Cifras en pesos

El obraje de Páucar, con todas sus casas, galpones, oficinas y demás


cosas de que se compone, con cien fanegadas de tierras de pan llevar y
regadío, junto con 16000ps. Que deben noventa indios del obraje.
41000ps.

La estancia de Canipaco, con veinticinco mil cabezas de ganado menor


de castilla, con pastos propios, casas, despensas y oficinas. 37000ps.

El hato nombrado punto con doscientas cabezas de ganado mayor, con


pastos propios, oficinas y casas
1400ps.

El molino de jauja con casas y demás anexos.


2500ps.

88
Otro molino en el puente Chupaca. 2200ps.

La estancia de Yanapampa con sesenta vacas, pastos propios y


1020ps.
cuatrocientas borregas.

Pariahuanca con casas, oficinas y trapiche, más cinco mil pesos que 13000ps.
deben veinte indios que tiene la hacienda.

1000ps.
El chorrillo de coba, con casas y demás cosas.

1500ps.
Las tierras de Monobamba, hacienda de cañaveral.

6100ps.
Dos casas en el pueblo de jauja.

Otra casa en el pueblo de Chupaca, que tiene cuatro cuadras, con


6000ps.
muchas oficinas, huertas, corrales.

Cuatrocientas fanegas de tierras de pan llevar, en los términos del pueblo


2500ps.
de Chupaca.

El chorrillo de tacana, con casas, oficinas y todo lo que le pertenece 4350ps.

En total montan: 121970ps.

(ARJ, protocolos notariales, T. XVI, fs. 431).

Sustentamos que una de las causas de ello, será el resultado del aumento

de los descendientes del curaca principal, es decir, de don Carlos Apoalaya y la

división que realizó de sus propiedades.

Éstos descendientes en el siglo XVIII, son los que invertían de manera

visible en las fábricas de telas al verse disminuido su patrimonio, además de una

estrategia empresarial

89
A fines del siglo XVIII, don Carlos Apoalaya divide sus propiedades entre

sus dos hijas: doña Teresa y Doña Petrona, aunque tuvo más descendientes pero

que habían fallecido tempranamente.

Aquí presentamos extractos del testamento de don Carlos Apoalaya curaca

principal y gobernador del repartimiento de Hanan Huanca, transcritos por

Hurtado y Solier (2003, p.36-37) del (ARJ, protocolos notariales, T.XVI, fs.227-

280).

“…declaro que fui casado según orden de la santa madre iglesia con doña

Sebastiana Surichaca difunta y durante el dicho matrimonio tuvimos por

nuestros hijos lexitimos a don juan suri don juan Apoalaya don Cristóbal

Apoalaya don Jacinto Apoalaya don juan Carlos Apoalaya doña Ángela

Apoalaya doña Juana Apoalaya que todos son difuntos y así mismo a doña

Theresa Apoalaya y doña Petrona Apoalaya que oy biben las quales son

casadas…a las quales nombro por mis herederas para que con la vendicion

de dios y la mia gozen mis bienes…Mando a la dicha doña Theresa de

Apoalaya la casa que tengo en el pueblo de jauja con sus entradas y salidas

a puerta cerrada con quadros oratorio y demás alajas que tiene que la

herede de doña Geronima de los santos…asi mismo herede de la dicha

doña Geronima ciento y treinta bacas que todo se lo cedi a la dicha doña

Theresa mi hija cuando se caso la primera vez y es mi voluntad lo goze de

más de la lexitima que a de heredar…Declaro que tengo en la estancia de

ynga guasi hasta veinte y seis mil cabezas de ganado de castilla a cargo de

don Pedro de Sotomayor quien tiene la quenta de ellas mando que las

90
dichas mis hijas doña theresa y doña Petrona Apoalaya las ayan y gozen la

una como la otra por yguales partes…declaro que tengo mil bacas en dos

estancias una nombrada Yanacancha y la otra Canipaco y esta de Canipaco

señalo para que la goze mi hija doña Theresa y la de Yanacancha señalo

para mi hija doña Petrona cuyas cabezas sean de partir

hermanablemente…Declaro que tengo en dos canchas en el mismo pueblo

de Guancayo cantidad de trecientas y cinquenta ovejas de castilla las

quales le mando a mi hija doña Petrona Apoalaya…unas casas principales

que tengo en el pueblo de Chupaca que son las en que bibo se las mando a

doña Theresa Apoalaya…declaro por mis vienes una hacienda de caña que

está en el pueblo de Cochangara ande de esta provincia la qual dejo para

mi hija doña Theresa Apoalaya.

Yten. Declaro que quando haga su chacra mi hija doña Petrona en el

paraje nombrado guaribamba le doy un fondo de cobre que tengo en los

altos de esta casa”.

Como se puede observar en el testamento de Carlos Apoalaya las estancias

y los terrenos altos fueron heredados por doña Petrona, mientras que los terrenos

de cultivo de la parte ribereña. Además de las unidades textiles de producción,

fueron heredados por doña teresa: en este caso el obraje de paúcar y el chorrillo

de Tacana.

A principios del siglo XVIII, es notorio un cambio en la orientación

rentística de las propiedades de los curacas. Dos obrajes (Paucar y Cochangará),

pertenecían a linajes nobles indígenas, descendientes del curaca principal,

teniendo como característica que eran administrados directamente por sus

91
propietarios. Este proceso es más claramente observable, Entre 1720 y 1750, con

una orientación hacia la propiedad de chorrillos.

En el cuadro N° 5 observamos que los obrajes que pertenecían a los linajes

nobles descendientes del cacique principal, se conservaban como propiedad de sus

linajes, tal es el caso de los Apoalaya y los Astocuri; mientras que, los que eran

segundas personas en su repartimiento, como es el caso de los Córdova, acceden a

éstas propiedades mediante arrendamientos y compras.

La característica saltante, era la primacía que le daban las llamadas

segundas personas a la posesión de chorrillos, siendo claramente identificable la

figura de don pedro de córdoba y don Joseph Astocuri, éste último hijo ilegítimo

de don Blas Astocuri; cacique principal de los tres repartimientos y el más

importante curaca en el valle del Mantaro durante el siglo XVIII.

CUADRO N° 05
Medios de producción (manufacturas textiles) en posesión de Curacas
(Siglo XVIII)

Obrajes individuo de linaje noble Año

Cochangará Don Blas de Astocuri y Apoalaya 1746


Doña Josepha Limaylla 1757?

Sapallanga Don pedro de Córdova (arrend.) 1746-1751

Paucar Don Carlos Apoalaya Macha ¿-1698


Doña teresa Apoalaya s. 1698-1733
Don Blas de Astocuri y Apoalaya 1737-1750
Doña Josepha Astocuri Limaylla 1750-1784
Don francisco de Dávila cancho

92
Doña manuela Dávila astocuri 1784-?
Don miguel Dávila

Quichuay Don Tomás de córdova (arrend.) 1741-1747


Don pedro de córdova 1751-1762
Don Thomás de córdova 1762-1794
chorrillos

Angascara Don Joseph de astocuri 1748-1757

Tacana Don pedro Lorenzo Astocuri ¿


Doña Teresa de Apoalaya
Doña Sebastiana de Astocuri 1730-1757
Doña Petrona de Apoalaya
Don Joseph de Astocuri 1757-1780

Quichuay Don pedro de Córdova 1737


Guayucachi Don pedro de Córdova (arrend.) 1747

Muquiyauyo Don pedro de Córdova 1758

Paucar Doña Josepha limaylla 1750


Don Blas de astocuri y apoalaya
Doña Josepha Astocuri Limaylla 1770

Putaca Don Carlos de Apoalaya ¿-1698


Doña teresa de Apoalaya 1698-?
Doña Petrona de Apoalaya ¿-1751

Pucucho Doña Gabriela Limaylla ¿-1751

(Hurtado, 2000, p. 163).

93
Como resultado de la distribución de la propiedad del curaca principal

entre sus descendientes, los linajes nobles se ven forzados a reinvertir en otras

actividades, no tan ligeras, ya a la Agricultura y la ganadería. Es en este momento

(al menos desde 1730 en adelante), que la inversión en unidades textiles de

producción toma relieve.

Aun no es posible determinar la importancia de los obrajes en la economía

de la élite del valle, durante los siglos anteriores, donde al parecer, lo

determinante fue la ganadería y la agricultura, de acuerdo a los periodos de

transformación social y económica vividos en el valle que establece Carlos

Samaniego, (1980). “Ésta inversión en la actividad textil por parte de los

descendientes del curaca principal, no habría tenido gran significación en cuanto a

la obtención de renta, sea mediante el arrendamiento o el usufructo directo, ya que

en este momento (mediados del siglo XVIII), la presencia de los españoles es más

acentuada”.

De éste modo la reinversión en la actividad textil por parte de los linajes

nobles indígenas habría tenido significación hasta mediados del siglo XVIII,

vinculándose este proceso con el siclo establecido por Samaniego; periodo donde

se empieza a hacer notorio el decaimiento del poder Curacal en el valle del

Mantaro.

5.8 Crisis del poder político y económico (causas)

El régimen colonial hispánico como ya mencionamos, entró en un proceso

de crisis y desmoronamiento a mediados del siglo XVIII, por la intromisión del

94
capitalismo industrial inglés que requería del mercado hispanoamericano para

captar los recursos naturales y colocar las suyas procedentes de sus fábricas.

Es tal la circunstancia que el poder de los curacas del Valle del Mantaro

fue declinándose motivado por varios factores especialmente regionales. (Causas

internas).

En primer lugar vemos la Declinación de las minas de Huancavelica y el

surgimiento de Pasco, Hacia 1787, la reproducción minera de Huancavelica

decayó en forma alarmante por la producción inestable de la plata y el

surgimiento de la producción de plata en Pasco. A pesar de que el mercado de

Pasco no fue de igual importancia que el Huancavelica altero seriamente la ruta

comercial hacia el sur .sin embargo, esta alteración coincide con la crisis

económico que sufre el régimen colonial.

Seguido de ello, la Segmentación creciente de la propiedad terrateniente.

es decir la sucesiva parcelación de las tierras ocurridas a lo largo del siglo XVIII

tuvo consecuencias dramáticas para la economía terrateniente posterior, la

mayoría de los curacas había visto reducirse sus propiedades, lo que a lo largo

traía el empobrecimiento, los descendientes de Carlos Apoalaya, los Dávila

Astucuri controlaban solo 84 Hectáreas de tierra en las partes bajas del valle en

los que son Chupaca, Ahuac e Iscos.

Los curacas empezaron a perder su rol político en el valle, especialmente

a partir de la segunda mitad del siglo XVIII.

95
Sus funciones que habían sido muy importantes dentro de la

administración colonial, como la distribución periódica de tierra del común y el

control de la fuerza de trabajo de los ayllus y del conjunto de pueblo de indios,

dejaron de ser monopolizados por los curacas. Éstas ya eran ejecutadas por

autoridades especializadas de la burocracia colonial y algunas habían

desaparecido o perdido su importancia, como la mita minera. Igualmente, para ese

periodo las autoridades locales cumplían ya a cabalidad sus funciones por lo

que los curacas habían perdido o ya no tenían control total de esas autoridades.

Otro de los factores fue, la incursión de criollos y españoles en la

agricultura y ganadería del valles. La crisis del poder de los curacas debió

iniciarse durante el decenio de 1760, debido a que durante este tiempo el valle

soporta una fuerte migración de españoles y criollos del sur del valle,

instalándose en algunas ciudades del valle como Jauja y Huancayo. Estos criollos

y españoles incursionaron en la agricultura mediante el arriendo de las tierras del

curaca a los que paulatinamente fueron accediendo hasta convertirse en los

nuevos dueños. Muchas veces utilizando medios vedados con la complicidad de

las autoridades coloniales.

Finalmente, el otro factor y la más principal dentro de las causas de la

crisis de la institución Curacal del valle del Mantaro, fue la caída y el cierre total

de las unidades productivas, como los obrajes y chorrillos que se encontraban en

manos de la élite andina, tales como los obraje de Paucar en el provincia de actual

jauja y Cochangará localizada en la doctrina de Pariahuanca, jurisdicción de la

provincia de Jauja que fueron los más principales, que hacia fines del siglo XVII

dichos obrajes eran de propiedad de don Carlos Apoalaya, tal como se puede

96
apreciar en la relación de propiedades pertenecientes a su mayorazgo y su

testamento. Y también los chorrillos de san Sebastián de tacana, Muquiyauyo

ubicado en las inmediaciones del actual distrito de Muquiyauyo (provincia de

jauja) san Lorenzo y el de Paúcar que se encontraba en el repartimiento de Lurin

Huanca en el actual cacerío de Paucar, distrito de Apata.

Todos estos factores sumados a ello las reformas borbónicas(causas

externas) que se gestaron desde España, conflictos de los curacas e indígenas del

valle que estaban en disputa por la posesión de bienes dejados por sus ancestros

que muchas veces llegaban a practicar muy a menudo la magia y hechicerías

como menciona de la puente, (2004) y el decreto ley que diera san Martín ya a

comienzos de la independencia siglo XIX, según el cual todos los que poseían

tierras de cultivo como simples usufructuarios, pasarían a ser dueños absolutos

por jure de heredad posesionaria. Manifestándose en el valle del Mantaro en la

expropiación de tierras de los curacas por los indígenas que laboraban amparados

en este decreto ley. Condicionaron el decaimiento y pérdida del poder político y

económico

Es así que Los curacas del valle del Mantaro durante la última etapa del

régimen colonial continuaron bajo la dependencia de los invasores formando parte

de la estructura política y económica en clara demostración de su servilismo, a la

vez que fueron perdiendo poco a poco el poder económico político y social que

poseían a la llegada de los invasores occidentales, crisis que obedeció a todo un

sistema de producción existente, culminándose con la caída del colonialismo

español y la inevitable sustitución por otra formación social y la vez la caída total

de la Élite indígena en el valle del Mantaro.

97
5.8.1 La caída de la industria textil y la decadencia del poder Curacal

El fundamento de la economía del valle del Mantaro era la agricultura en

las zonas ribereñas y la ganadería en las zonas altas, que abastecían a las

diferentes unidades textiles de producción. La tenencia de los terrenos cultivables

y los de pastoreo, consecuentemente la producción agraria y ganadera, habían

sufrido una serie de transformaciones a lo largo de la colonia en la región. En su

estudio sobre la parte sur del valle del Mantaro, Carlos Samaniego ha propuesto

tres periodos en ésta transformación de la organización económica y social

durante el periodo colonial que son de utilidad para establecer una correlación

entre la caída de la industria textil y la declinación del poder Curacal en la región.

Con respecto al tercer periodo o el periodo de crisis colonial en el Perú la

cual nos interesa en nuestro estudio, comprende:

“Desde la segunda mitad del siglo XVIII, hasta los movimientos

independentistas, singularizándose por la transferencia de la propiedad de los

curacas hacia otros sectores sociales no ligados ya al linaje principal.

Paralelamente comienzan a dinamizarse las economías campesinas.” (Samaniego,

1980, p. 33).

Ahora bien desde mediados del siglo XVIII, los curacazgos del virreinato

peruano, entran en un proceso de desgaste, el que se irá acentuando hasta su

suspensión decretada por bolívar en 1824. Como mencionamos líneas arriba para

el caso del valle del Mantaro, a nivel macro son varias las causas que se han

observado en la caída del poder Curacal en el virreinato peruano, siendo las más

notable, la más drástica política española como resultado de la gran rebelión de

98
1780 encabezado por Túpac Amaru II, sobre todo en las provincias que estuvieron

seriamente involucradas en la insurrección, la que jugó un papel determinante en

la redefinición de las atribuciones del curaca. Otro de los factores que habrían

contribuido a precipitar el ocaso de la institución Curacal, fue la legalización del

reparto de mercancías establecido en 1756. Se agrega a ello su indiscriminada

proliferación; es decir el incremento del número de curacas, incentivados por una

política colonial que distribuía medallas, cargos y pensiones; a la vez que de

manera paralela se erradicaba el sistema hereditario de acceso a los curacazgos.

“Esto generó que sus puestos fueran detentados no solo ya por mestizos,

sino inclusive por criollos, teniendo como resultado la presencia de advenedizos e

intrusos como curacas.” (O’ Phelan, 1997, p.68).

Otra de las causas que tuvieron relevancia aunque tardíamente en la

decadencia de la institución Curacal, fue el decreto de la constitución de Cádiz,

que erradicaba el tributo y los servicios personales; es decir que, oficialmente

quedaron suspendidas sus funciones como cobrador de tributos y proveedor de

mitayos, con lo que dejaba de ser pieza clave para el funcionamiento del sistema

colonial, después de casi tres siglos de actividad.

El caso del valle del Mantaro es distinto del resto. Aquí el debilitamiento

del poder Curacal fue un proceso que se había iniciado hacia mediados del siglo

XVIII, en la medida en que, a partir de ese momento, pierden esa especie de

monopolio que tenían sobre los terrenos cultivables y el conjunto de los pueblos

de indios. Ésta disminución se dio a consecuencia de la expansión de la familia de

los curacas principales y la consecuente fragmentación de los bienes que le

99
pertenecían (terrenos). A ello se tiene que sumar como sustentamos la caída de la

producción de las minas de Huancavelica, durante la octava década del siglo

XVIII, que constituía el principal mercado de los propietarios de unidades de

producción del valle del Mantaro. El floreciente mercado de Pasco, sin embargo

no pudo reemplazar al de Huancavelica.

Por lo expuesto es que durante este periodo se va manifestando claramente

una crisis irreversible de la propiedad privada de los curacas, acarreando con ello

la pérdida de su poder económico, social y político, que en reemplazo de ello sería

asumido por el alcalde de indios

Como menciona Burga, (1987, p.46) “paralelo a este proceso se da una

dinamización de las economías campesinas, y el vacío del poder dejado por el

curaca, es asumido por el alcalde de indios.”

Esto se explica por la ley de la acción determinante de la base económica

sobre la superestructura social, pues es evidente que el deterioro de la institución

Curacal que era parte de un proceso generalizado en la colonia, que se acentúa

hacia fines del siglo XVIII, influyó en la decadencia total de los curacas del valle

del Mantaro. Pero esto era una situación que al parecer, ya se había iniciado con la

crisis de la propiedad Curacal de mediados del siglo XVIII. Y la consecuente

disminución de su poder político, por lo que eran permeables a cualquier acción

judicial por parte de la población local, es decir la crisis económica

inherentemente conllevó a la crisis política de éste grupo social terrateniente.

Lo importante aquí, es que tanto la crisis de la industria textil en el valle,

que era el sustento económico principal a fines del siglo XXIII, así como el

declive de la institución curacal, son parte de un mismo proceso.

100
Con esta evidencia, se puede comprobar la relación existente entre la caída

de las manufacturas textiles en el valle y la decadencia del poder curacal,

principalmente en lo económico. Tal el caso de los Dávila Astocuri, descendientes

de los Apoalaya y los Surichaqui, que en este momento eran los curacas

principales de los repartimientos del valle del Mantaro.

“Don francisco Dávila cancho Huamán, como ya se expuso, esposo de

doña Josepha Apoalaya, falleció en 1781.” (Temple, 1942, p.160).

Desde luego debió sucederle en el cargo su hijo don Nicolás, pero debido

a que el derecho de sucesión se encontraba en litigio no se concretó, en éstas

circunstancias la nobleza indígena se hallaba en una severa crisis; por un lado

habían perdido la mayoría de sus bienes, que los habían hipotecado, entre ellos el

obraje de Páucar. Por otro lado, ese mismo año, don Nicolás Dávila es apresado

por una revuelta de la que fue protagonista, y su madre expulsada de la provincia

por el mismo motivo, falleciendo ambos al poco tiempo.

La que sigue en la sucesión es su hermana doña manuela Dávila, pero en

circunstancias por demás desfavorables. En 1786, eleva un auto. “Respecto a mi

notable orfandad y desamparo”, en la sumaria se realizan las siguientes

preguntas:

“1 primeramente digan si es público o notorio que soy una pobre mujer

sin padres hermanos y hermanas pensionada de un hermano pequeño de seis años

y meses cuya manutención y tutela corre a mi cuidado.

2Yten. Digan si es cierto que aunque soy casada con don Antonio Ugarte,

este se halla actual loco en la sujeción del hospital de san Andrés de la ciudad de

lima.

101
3Yten digan si es constante que mis finados padres han dejado muchísimas

dependencias por pagar, y que a causa de esto se han dinianado (?)Varios pleitos

por distintos sujetos, los que al presente estoy siguiendo por resarcirme de mis

haciendas que malamente me remataron.

4Yten digan si es muy útil y necesario que se venda el pedazo de tierra

titulados que tengo en el paraje de yacos en los términos del pueblo de jauja que

se compone de tres a cuatro topos poco más o menos para ayuda del fomento de

los pleitos que sigo por ser una pobre mujer y no tengo de dónde me entre dinero

alguno.

5Yten digan de público y notorio si es preciso y necesario que para el

sustento mío y alimentos de mi hermano menor Don miguel es útil y de grande

beneficio que volvamos a recoger nuestras haciendas quitadas y que rematándose

algunas quedarán libres y sin pensión los demás.”(ARJ, protocolos notariales,

XXVII, fs.370).

Son varios los motivos que parecen conjugarse en la desventura de doña

manuela. De la opulencia vivida por sus ancestros, aparentemente, ya no quedaba

casi nada. Se observa que el principal reclamo es el de recuperar sus haciendas

que refiere, malamente las remataron. Es evidente que hace referencia

principalmente al obraje de Paúcar. Este documento muestra, además que a pesar

de la severa crisis por la que atravesaba la institución Curacal en el virreinato

peruano, en una etapa de final declive, en el valle del Mantaro ésta no desapareció

por completo hasta que no hubiese cerrado su principal unidad productiva.

Como se puede ver en el ARJ, (protocolos notariales, XXVIII, fs.732) Así

en 1798, doña manuela Dávila ya había recuperado el obraje de Páucar,

102
arrendándolo a don Juan Romero Calvo, por esa misma época, en algunos

documentos se hace llamar cacica como menciona también al respecto Temple,

(1942, p.45).

Esto muestra que el hecho de haber recuperado su obraje le daba

legitimidad para hacerse llamar cacica, a pesar que ambas instituciones estaban

decaídas en ese momento. La situación debió prolongarse hasta el cierre total de la

unidad productiva; situación que debió acaecer en años posteriores, ya que de

ellos, es decir del obraje de Paucar y de doña manuela Dávila Astocuri, ya no hay

evidencia en los documentos.

5.9 Consecuencias de la crisis Curacal y los movimientos sociales en el valle del

Mantaro siglo XVIII.

Desde los años que siguieron a la legalización del reparto (1756-1758) los

levantamientos que estallaron en el virreinato del Perú estuvieron concentrados

principalmente en la sierra central, en provincias que aparte de estar gravadas con

tributos y repartos, también diezmaban y además mitaban, en este caso las

provincias de Tarma y jauja demostraron haber sido las más susceptibles al

descontento social en estos años, como en muchos casos el pago del reparto era

asumido por la comunidad en su conjunto, los indios tenían que controlar los

recursos comunales, especialmente las tierras. Por cierto necesitaban sus tierras

para cancelar el tributo así como el reparto, mientras que los hacendados y

obrajeros locales requerían tierras adicionales para expandir sus propiedades e

incrementar así el nivel de producción en este caso la lucha campesina por retener

sus tierras parece haberse tomado más decisiva tras la legalización del reparto,

103
debido a que los pagos que tenían que hacer eran también más abrumadores. Tal

es así que como dice O´Phelan (2012)

En 1755 los indios de jauja elevaron una queja contra los hacendados don Juan y

don Miguel Posada, acusándolos de haber ocupado tierras comunales. Los

choques que tuvieron lugar deben haber sido violentos, porque a consecuencia de

ellos murió uno de los seguidores de los Posadas, don Francisco Espinoza,

mientras que el cacique local, Juan Carlos Cusichaca quedó malherido (p.161).

Además señalamos que durante la rebelión sureña la sierra central fue

escenario de una interacción mucho más compleja de rebelión, subversión

ideológica y represión, en ésta parte la lucha de clases sociales estaba

desarrollándose claramente, en su más alto nivel de lucha armada 1780-1781,

pues cuando la rebelión de Túpac Amaru II en el sur se desarrollaba intensamente,

jauja fue escenario de por lo menos tres casos separados de rebelión. El primer

disturbio, aquel descrito por Guirior en su informe de julio de 1780, tuvo lugar en

Mito y alrededores, en la parte sur del valle del Mantaro, los primeros días de

julio (AGN, 1780, fs.12) como en muchas rebeliones del sur del Perú y de

Bolivia, los rebeldes concentraron su ira en el corregidor, Vicente de Séneca,

corregidor y comandante militar de jauja quien resultó herido.

Éste proceso de lucha sintetiza las contradicciones entre las fuerzas

productivas y las relaciones sociales de producción caducas dentro de la colonia,

es así como vemos el valle del Mantaro no se tranquilizó en el proceso de lucha

pues hacia fines de julio la revuelta de mito había inspirado violencia en otros

lugares, especialmente en chongos. Allí de acuerdo a varios testigos, una

muchedumbre armada con palos, rocas y cuchillos enarboló su propia bandera en

104
el edificio municipal, nuevamente los blancos de la multitud sugieren

resentimiento por los repartos mercantiles manipulados por los corregidores y sus

aliados comerciantes como menciona Stern (1990)

El gentío amenazó con quemar la casa de don Juan de Ugarte, el cajero local del

corregidor y matar a don Francisco Álvarez, prominente comerciante local. Sólo

las súplicas del cura local y de un alcalde indio disuadieron de cumplir sus

amenazas a los amotinados armados con piedras (p.83).

Los disturbios de chongos y Mito, aunque serios a nivel local, no parecían

presenciar un peligro más amplio o sostenido, estos disturbios se apagaron solos

aparentemente, antes del estallido de la insurrección de Túpac Amaru en

noviembre. Aunque en el fondo materializaban el rechazo a las medidas del

reparto y el alza de impuestos introducidos en la región luego de las reformas

borbónicas, sumado a ello las provocaciones del visitador general José Antonio de

Areche, cuando evidentemente el poder económico y social del curaca estaba

inmerso dentro de éste proceso de crisis generalizado del modo de producción

feudal- colonial. El ejemplo más claro explicamos a continuación.

5. 9.1 La revuelta del curaca Nicolás Dávila Astocuri, Jauja (1781)

Como sostenemos líneas arriba, los obrajes en las cuales se desarrollaban

las industrias textiles han jugado un papel primordial en la articulación de la

economía regional del valle del Mantaro. En el caso concreto de la revuelta que

ahora nos ocupa interesa destacar además la importancia que tuvieron las

manufacturas textiles en las actividades de los linajes nobles de la región, donde a

la vez sostenemos que existe una relación dialéctica entre el declive de éstas

105
unidades productivas y la decadencia de la institución Curacal, como resultado de

un mismo proceso dentro de las reformas borbónicas. Esta relación dialéctica en

el proceso productivo en el valle del Mantaro va a obedecer a la ley de la

correlación entre base y superestructura, y la acción determinante de la base

económica sobre la superestructura.

Establecida dicha vinculación, la revuelta de Dávila Astucuri se relaciona

con ésta crisis. Pues la razón es la siguiente:

Hacia fines del siglo XVIII, varias de las fábricas de telas en la región entran en

un proceso general de crisis, el obraje de Páucar, en 1774 fue embargado por la

junta de temporalidades al padre de don Nicolás Dávila, don Francisco Dávila

Canchuhuamán” (AGN, junta de Temporalidades, pp. 54 y 55) por Hurtado,

(2006).

Ésta propiedad no se recuperó hasta 1798, por la hermana de don nicolás,

doña Manuela Dávila Astucuri. En ésta coyuntura de crisis de la propiedad

terrateniente, éste hecho significó un duro golpe a la economía de la nobleza

indígena y también a su poder social e influencia política, además señalamos que

ésta élite nativa para ésta época estaba asentada en el territorio de jauja como

también tenía algunas particularidades en relación a los demás repartimientos del

valle. Es justamente en éste contexto que se desarrolla la revuelta de Nicolás

Dávila Astucuri, que es la síntesis de conflicto de intereses que obedece a la ley de

la lucha de clases sociales que se manifestó en el valle del Mantaro a fines de la

colonia.

Nicolás Dávila Astucuri era descendiente por línea materna de los Astucuri

Apoalaya, uno de los linajes nobles indígenas más importantes y potentados de la

106
sierra central peruana. Nicolás era hijo de don francisco Dávila Canchuhuaman y

doña Josepha Astucuri Limaylla, curacas principales del repartimiento del valle

del Mantaro. Hacia 1780, la familia se encontraba en litigio por la posesión del

titularato de los curacazgos del valle con Juan Apoalaya, hijo de don Cristóbal de

Apoalaya,a quien era al que legítimamente correspondía el curacazgo, pero por

haber abandonado la región, éste fue ocupado por su hermana doña Teresa, abuela

de doña Josepha. Según Temple (1942, p.160) “hacia 1780, don francisco Dávila

y doña Josepha Astucuri consideraban la causa perdida, excusándose repetidas

veces de contestar los proveídos”.

“A mediados de 1781, fallece don Francisco Dávila, y su esposa pide el

nombramiento como interino para su hijo don Nicolás, solicitud que se había

proveído denegándola” (temple, 1942, p.161).

La revuelta o tumulto, de la cual fue protagonista don Nicolás Dávila

Astucuri, se llevó a cabo el 6 de octubre de 1781. Según el AGN (1781, p.16)

citado por Stern (1990, p.85)

El conflicto llegó a su clímax el 6 de octubre, cuando amotinados apedrearon a

los soldados y ciudadanos reunidos en jauja por el corregidor para restaurar el

orden. Como explicó Ylzarve sus fuerzas tuvieron que abrir fuego para

defenderse de la lluvia de piedras. Pero media hora después de su huida,

enfurecidos amotinados regresaron con un gentío aún mayor. Sólo abriendo fuego

por segunda vez, las tropas del corregidor lograron finalmente dispersar la turba.

La causa sumaria contra Dávila Astucuri por éste hecho se encuentra en el

Archivo General de la Nación, proporcionada por Hurtado, Temple y Estern y es

la fuente principal con que contamos para explicar éste hecho. En el auto del

107
expediente se menciona que la provincia se encuentra movida enteramente y

expuesta a una universal conspiración a causa del influjo de Nicolás Dávila.

Según el documento, Dávila había quitado los pongos y las mitas, además de

haber provocado inobediencia en los indios en sus respectivas doctrinas hasta para

asistir a misa, además de que amotinaba los pueblos con crecida multitud de

indios.

En el interrogatorio del juicio se formularon cinco preguntas: en la primera

de ellas, se requería sobre si se había oído decir si la provincia de jauja estaba

conmovida; la segunda sobre si don Nicolás Dávila había recorrido los pueblos de

la provincia de noche con el fin de alterar los ánimos; la tercera, si se había oído

decir que Dávila era ebrio; la cuarta, si saben y consta que quitó los pongos y

mitas a los curas, oficiales y jueces con el mayor estrépito y bando, con tumulto

de mucha gente y finalmente si dicho Nicolás Dávila da providencias en asuntos

de indios y mestizos sin tener los correspondientes cargos de curaca.

Al interrogatorio se presentaron en total ocho testigos, como menciona

Hurtado, (2006) “el primero de ellos don Jacinto Mayta, curaca interino de la

provincia de Jauja; le siguieron los españoles; Manuel Gómez, Alejandro Bañón,

Joseph Solís, Juan Pineda, Antonio Solíz, Miguel Granados y el mestizo Francisco

Xavier Martinez.”

En relación a las respuestas que se dieron a la primera pregunta todos

coincidieron en señalar que la provincia se encuentra convulsionada; por ejemplo

el español Manuel Gómez, manifiesta que está “continuamente amenazado con

que lo han de matar con todos los demás europeos” otro de los testigos Joseph

solís, manifiesta que “lo tienen amenazado los vecinos inferiores de este pueblo y

108
que por lo que hace a los demás de la provincia ha oydo decir y aún le consta, la

ninguna subordinación de todos los indios, cholos y mestizos a la real justicia y a

todos los españoles”(AGN, sección causas civiles, fs. 6)en Hurtado, (2006,

p.121).

El curaca Jacinto Mayta manifestó que era cierto que se quitaron los

pongos y las mitas a los curas del pueblo, además de que habían oído a Dávila

Astucuri decir en la misma plaza que no tenían que temer a nadie y que estaba

como su cacique para defenderlos.

Las declaraciones de los testigos corroboran el hecho, finalmente ante la

quinta interrogante coincidieron en señalar que, Dávila Astucuri no tenía el

despacho de cacique, pero que había estado otorgando provisiones como tal,

quitando tierras a los indios. Como menciona el curaca Jacinto Mayta en su

declaración:

No sabe si en los demás pueblos de la provincia haya dado provisiones dicho don

Nicolás pero que en este de Jauja siempre ha estado escribiendo la casica su

madre al declarante para que de posesión de tierras a unos y las quite a otros y

que ha oydo decir a los parciales de su casa del dicho don Nicolás que breve se

sentaría por cacique en el trono. (AGN, fs.6).

Consideramos que ésta revuelta fue la manifestación de la crisis

económica y política de la institución Curacal en el valle del Mantaro, que antes

habían jugado un papel destacado en el entrelazamiento de la estructura de poder

hispano-andina. Pero que, “Debido a una compleja rivalidad entre nobles, se les

resquebrajó las redes de poder y llegó al límite con el aislamiento de Astucuri y su

esposo de la estructura regional de poder hacia 1779-1780”(Temple,1942,p. 161).

109
Que a pesar de su pasado conservador y servil al poder español el nuevo

giro de los acontecimientos convirtió a don Nicolás Dávila Astucuri con su madre

en líderes subversivos (Stern, 1990, p. 84).

Finalmente como menciona Temple, (1942) doña Josepha Astucuri fue

obligada abandonar la provincia en octubre de ese mismo año(1781) y se ordenó

que don Nicolás Dávila fuera enviado a la cárcel de la corte de Lima; aunque al

parecer por carecer de recursos se condujo al reo al pueblo de “Santa Rosa de

Quibe”, jurisdicción de Canta. Pero de acuerdo a otras informaciones, tanto doña

Josepha y don Nicolás, morirían de forma violenta en el pueblo de Apata.

Esto nos da a entender que en el Valle del Mantaro las contradicciones

sociales se expresaron en la lucha de clases sociales de toda índole, éstas

contradicciones se daban dentro del grupos sociales que pertenecían a la clase

social terrateniente como son los curacas-criollos y españoles, como también

terrateniente y campesinos indígenas pobres, que eran la gran mayoría que habían

sido despojados de sus tierras por el aparato colonial y repartidos entre invasores

en encomiendas, vendían su fuerza de trabajo o eran simplemente esclavizados en

las minas, obrajes y haciendas a través de formas de explotación inhumanas como

la mita, a la que ninguna ley emanada del estado colonial le amparaba.

Dentro de éste despojo y explotación colonial en todo el territorio invadido

los que cumplieron el papel de cómplices e intermediarios como en todo sistema

de dominación fueron los propios indígenas, sus propios hermanos de sangre, que

vienen a ser los Curacas.

110
Esta actitud también no es ajena al valle del Mantaro, porque también los

Curacas que fueron la élite indígena sirvieron de nexo a los intereses del régimen

establecido, pues no tuvieron una conciencia social de clase porque obedecía a su

existencia social privilegiada y se negaban a sí mismos siendo contradictorio su

accionar, que al fin y al cabo también el sistema que tanto defendieron les dio la

espalda y cayeron en crisis para desaparecer en los albores de la independencia

criolla, aquí se manifiesta claramente la ley de la acción determinante de la

existencia social sobre la conciencia social y la ley de la lucha de clases en el caso

concreto del valle del Mantaro dentro del régimen colonial.

111
CAPÍTULO VI
INTERPRETACIÓN Y ANÁLISIS DE LAS FUENTES DOCUMENTARIAS Y
BIBLIOGRÁFICAS

6.1. Puntos de vista y conclusiones de investigadores sobre el tema de estudio.

Los escasos estudios referentes a la situación de la élite indígena del valle

del Mantaro durante la colonia y más específicamente desde la segunda mitad del

siglo XVIII, hasta inicios de la república coinciden en señalar que la situación

económico, político y social de los curacas en ésta parte del ande fue de

decadencia motivado por varios factores nacionales y regionales, en ese sentido

Hurtado (2006); llega a concluir que las Unidades Productivas como obrajes y

chorrillos eran propiedades de la Élite Indígena y que existe una correlación entre

el Declive de la Actividad Textil y el Decaimiento de la Institución Curacal en la

Zona, esclareciendo que la situación social de los Curacas del Valle del Mantaro

durante la última etapa colonial fue de decadencia, ya que al poseer los medios

de producción agrícola y textil, su caída se debe a la crisis de éstas unidades de

producción a finales del siglo XVIII.

112
Por su parte, Waldemar (1990); ha estudiado la genealogía de los curacas

de Hatunxauxa, que cubre un lapso que va desde 1460 hasta 1602. Sin embrago

no estudia la tierra, ganados y otros medios de producción que controlaban los

curacas del valle y su articulación en la producción textil. En la última etapa

colonial, Tampoco analiza la forma cómo se captaba la mano de obra indígena y

su correspondiente.

Pero sí menciona con respecto a la situación de los curacas a inicios y

mediados de la colonia sosteniendo que la posición social por ende económico y

político fue privilegiado a consecuencia del apoyo mostrado a los españoles

durante la invasión y destrucción del Tahuantinsuyo. Privilegio que fue concedida

por la misma monarquía española mediante la real cédula dada en enero de 1564,

con la cual se prohibía la implantación de estancias y haciendas en el área Huanca.

Por otro lado Pease (1992); estudia a nivel macro sobre la situación de los

curacas concluyendo que éstos a la llegada de los españoles cumplían diversas

funciones, dentro de ellas la más importante fue la dirección comercial, del

intercambio de productos con otros curacazgos, y que los Curacas o Caciques de

ésta Área Andina fueron los principales dirigentes del proceso productivo, además

estaban fuertemente relacionados por lazos familiares, comerciales e intercambio

de productos con otras etnias, por lo tanto ,ésta élite fue el centro de poder

económico a la llegada de los españoles y mantuvieron durante toda la colonia el

papel político de enlace entre la institución española y el pueblo indígena. .

113
Mientras tanto Temple (1978); En su trabajo “Los Apoayala”, menciona

que la genealogía elaborada por los Apoalaya entronca con Manco Cápac, lo que

visto históricamente es falso. Así mismo, explica que muchos individuos

familiares lejanos de los curacas intentaron situarse como descendientes directos

de Apu Alaya, Curaca que fue de Anan Huanca hacia 1532. Sintetizando que la

institución Curacal en valle del Mantaro a fines de la colonia se encontraba en

crisis total y como consecuencia de ello se manifestó en revueltas y disturbios a lo

largo de los pueblos del valle. Estos Curacas que antes habían jugado un papel

destacado en el entrelazamiento de la estructura de poder hispano-andina. A fines

de la colonia se les resquebrajó las redes de poder debido a una compleja rivalidad

entre nobles indígenas y llegó al límite con el aislamiento y revuelta de los

Astocuri en jauja.

Samaniego (1980); concluye que el descenso de la producción minera de

Huancavelica, hacia 1787, que se había constituido en un importante mercado de

consumo para los productos de la región y la transferencia de la propiedad de los

Curacas hacia otros sectores sociales no ligados ya al linaje principal, además de

la expansión de la familia y la consecuente fragmentación de los bienes que le

pertenecían, trajo como consecuencia un periodo donde se generaliza un proceso

de crisis en el valle, la pérdida de flujos comerciales y el ocaso del poder Curacal.

Por su parte O´Phelan (2012); en cuanto a las causas de la crisis de la

institución Curacal a nivel nacional sintetiza que; desde mediados del siglo XVIII

los curacazgos del virreinato peruano, entran en un proceso de desgaste, el que se

irá acentuando hasta su suspensión decretada por bolívar en 1824. Para el caso del

114
valle del Mantaro, a nivel macro son varias las causas que se han observado en la

caída del poder Curacal en el virreinato peruano, siendo la más notable, drástica

política española como resultado de la gran rebelión de 1780 encabezado por

Túpac Amaru II, sobre todo en las provincias que estuvieron seriamente

involucradas en la insurrección, la que jugó un papel determinante en la

redefinición de las atribuciones del Curaca.

Además la autora menciona que otro de los factores que habrían

contribuido a precipitar el ocaso de la institución Curacal, fue la legalización del

reparto de mercancías establecido en 1756. Se agrega a ello su indiscriminada

proliferación; es decir el incremento del número de curacas, incentivados por una

política colonial que distribuía medallas, cargos y pensiones; a la vez que de

manera paralela se erradicaba el sistema hereditario de acceso a los curacazgos,

generando con ello que sus puestos fueran detentados no solo ya por mestizos,

sino inclusive por criollos, teniendo como resultado la presencia de advenedizos e

intrusos como curacas.

De la misma forma Stern (1990) concluye en cuanto a las consecuencias

que acarreó la crisis Curacal, que la sierra central y el valle del Mantaro durante la

segunda mitad del siglo XVIII fue escenario de una interacción muy compleja de

rebelión, subversión ideológica y represión, cuando la rebelión de Túpac Amaru

en el sur se desarrollaba intensamente. Jauja, Mito y Chongos fueron escenarios

de estas revueltas, como manifestación de la crisis externa e interna del sistema

colonial y también de las élites indígenas del valle del Mantaro.

115
Finalmente Lázaro y Surichaqui (1997) llegan a concluir con respecto a los

medios de producción y la forma de trabajo, que el régimen de los obrajes

establecidos en el Valle del Mantaro en la colonia tuvo un carácter esclavista y

estuvo encuadrado dentro del esquema de explotación colonial que instalaron los

españoles como resultado de la ocupación del Tawantinsuyo, estos obrajes

estaban concentrados en manos de españoles y Curacas Indígenas, pero no

menciona las causas de su caída.

6.2 Aportes y comentario crítico de la investigación.

Partimos de la premisa de que el modo cómo se produce en una

determinada sociedad es la que le da su carácter a cualquier sociedad pueblo o

nación.

Hoy en día, se carece mucho del conocimiento de los procesos históricos

sociales desarrollados en nuestra región tras la invasión española, más aún cuando

se quiere conocer el papel político y económico que desempeñó la élite indígena

en el valle del Valle del Mantaro, durante la colonia, cuál fue su situación

económico-social en el siglo XVIII, es decir durante la etapa de crisis colonial

hasta inicios de la república.

Todo ello fue el motivo para poder desarrollar y profundizar el tema en la

presente investigación, por lo cual desarrollamos el trabajo a partir de las fuentes

primarias encontradas en el archivo regional de Junín, documentos como los

testamentos, tasaciones y denuncias, arrendamientos, etc. de los curacas que

dejaron a sus descendientes y que hoy es un valioso fuente para poder estudiarlos

y comprender la verdad de los hechos ocurridos en el valle del Mantaro durante el

régimen colonial Español; además de otras fuentes secundarias a partir de los

116
trabajos de historiadores que aportan a nuestra investigación sobre la situación de

los curacas del valle del Mantaro durante la etapa de crisis colonial.

Por lo tanto como mencionamos en la investigación a modo de síntesis

sustentamos que la situación económico, político y social de la élite indígena es

decir de los curacas del valle del Mantaro durante la etapa de crisis colonial fue de

declive y decadencia motivado por varios factores externas como las políticas

fiscales implantadas por las reformas borbónicas emitidas desde la metrópoli, la

creación de cabildos indígenas por lo cual los indios son obligados por medio de

la violencia a abandonar sus pueblos para ser reagrupados en otros lugares y los

repartos que condicionaron desde el ámbito macro la caída del sistema colonial e

internas principalmente regionales como. El desplazamiento que sufrieron en la

estructura del poder, por la presencia de los criollos y mestizos que coparon el

control, tanto local como regional, La fragmentación de la propiedad de los linajes

nobles y la pérdida de su hegemonía en el valle, El declive de la extracción

minera en Huancavelica, que trajo como consecuencia la caída de las

manufacturas textiles que era el principal medio de producción de éste grupo

social en el valle del Mantaro, la pérdida de flujos comerciales y el ocaso del

poder Curacal Dentro de ésta crisis económica y política que se manifestaron en

los movimientos sociales en el valle, como reflejo de las contradicciones

existentes entre la población colonial y las diferentes autoridades locales

Esto nos hace entender la posición contradictoria que cumplía el curaca en

el virreinato actuando como cómplice de la explotación colonial, defendiendo sus

propios intereses sin importar las de su pueblo, pero que en un momento

determinado cuando ve afectada sus propiedades y medios de producción por la

117
misma política colonial se ve en la necesidad de defenderla porque sus funciones

que antes habían sido muy importantes dentro de la administración colonial,

como la distribución periódica de tierra del común y el control de la fuerza de

trabajo de los ayllus y del conjunto de pueblo de indios, dejaron de ser

monopolizados por los curacas. Éstas ya eran ejecutadas por autoridades

especializadas de la burocracia colonial y algunas habían desaparecido o perdido

su importancia, como la mita minera. Igualmente, para ese periodo las

autoridades locales cumplían ya a cabalidad sus funciones por lo que los curacas

habían perdido o ya no tenían control total de esas autoridades.

Por otro lado ponemos a consideración que La Facultad de Educación y la

Escuela Académico Profesional de Filosofía, Ciencias Sociales y Relaciones

Humanas de la Universidad Nacional del Centro del Perú, por estar comprometido

con la formación profesional; la producción y difusión de conocimientos

científicos a la región y el país, debe basar ésta formación en la investigación

científica para el conocimiento histórico de nuestra región, que aún sigue siendo

un problema latente hoy en día.

En ese sentido, el presente estudio se basó desde el punto de vista histórico

porque pretende mostrar un cuadro evolutivo de un gran sector de la sociedad

indígena del valle del Mantaro, durante La etapa de crisis del régimen colonial

español. Los historiadores que son los llamados a reconstruir la vida social de este

grupo no han entrado en particularidades sino han enfocado en forma general, de

tal modo que los docentes no tenemos una visión totalizadora y minuciosa de la

condición que presentaron, en la última etapa del régimen colonial español, este

importante sector de la sociedad en el valle del Mantaro. En esta parte tratamos de

118
demostrar que la teoría del materialismo histórico es aplicable para el análisis de

cualquier sociedad, puesto que en nuestro trabajo demostramos que la crisis

económica fue determinante para la caída de los curacas en el valle del Mantaro

acarreando con ello la lucha de clases sociales que se manifestaron en los

movimientos sociales a nivel regional y nacional que llegó al clímax con la

rebelión en el sur liderado por el curaca Túpac Amaru II.

Finalmente, la presente investigación alcanza un aporte de importancia

educativa porque una vez elaborada el texto histórico será la base de la formación

de la conciencia histórica de los estudiantes. También será utilizado como

material educativo para los docentes.

119
CONCLUSIONES

1 El papel político de los Curacas del Valle del Mantaro al formar parte de la estructura

colonial, fue de aliados e intermediarios en el proceso de explotación a los indígenas

del común, en clara demostración de su dependencia y servilismo al sistema colonial.

2 El estado del poder político y económico de los Curacas durante la última etapa

colonial, entre 1759-1824 fue de crisis y decadencia, porque Los Curacas

paulatinamente perdieron sus privilegios políticos y económicos por el

desplazamiento que sufrieron en la estructura del poder, por la presencia de los

criollos y mestizos que coparon el control, tanto local como regional y este proceso

de decaimiento se dio como resultado de la fragmentación de la propiedad de los

linajes nobles, y la pérdida de su hegemonía en el valle.

3 La actividad económica principal de los Curacas del Valle del Mantaro durante la

última etapa colonial fue el comercio textil, mediante la producción de paños y ropas

de lana a través de obrajes y chorrillos o manufacturas coloniales.

4 La caída de la extracción minera en Huancavelica, influyó drásticamente en la

decadencia de las manufacturas textiles en los obrajes y chorrillos del Valle del

120
Mantaro, trayendo como consecuencia la pérdida de flujos comerciales en la región

central y el ocaso del poder económico Curacal.

5 La creación de los Cabildos Indígenas fue también determinante en la pérdida del

poder político de los Curacas. Con ello los indios son obligados, por medio de la

violencia, a abandonar sus pueblos para ser reagrupados en otros lugares, los Curacas

fueron desplazados y limitados, en el rol de perceptores del tributo por los alcaldes y

regidores (elegidos teóricamente por un año por el Cabildo precedente), quienes

ejercieron una autoridad judiciaria y administrativa.

6 Los movimientos sociales en el valle del Mantaro, se manifiestan como reflejo de las

contradicciones existentes entre la población indígena y las diferentes autoridades

coloniales, la más clara evidencia fue la revuelta del Curaca Don Nicolás Dávila

Astocuri, que es parte de la situación por la que atravesaba la institución Curacal en

la región durante la crisis colonial.

121
SUGERENCIAS

1. A la comisión de DCN Y DCR, colocar en la malla curricular temas referidos al

estudio económica político y social del Valle del Mantaro y a los docentes y

estudiantes de la Facultad de Educación, E.A.P. de Filosofía, CCSS y RRHH,

profundizar investigaciones en el análisis de las relaciones sociales de producción

y la lucha de clases ocurridas dentro del Valle del Mantaro durante la colonia a

través de la documentación existente en el Archivo Regional de Junín.

2. Se debe incentivar a los protagonistas de la educación en la investigación y

profundización de los hechos históricos que nos permita conocer el verdadero papel

desempeñado por los Curacas y la relación de ésta clase social terrateniente con los

campesinos indígenas y grupos sociales del Valle del Mantaro durante el régimen

colonial español

3. Capacitar a los docentes en las universidades públicas del cómo se debe enseñar

correctamente la historia del Valle del Mantaro dándole nuevas estrategias,

métodos y técnicas, para poder hacer llegar la información de una manera fácil y

didáctica a los estudiantes, que permita forjar la identidad, conciencia histórica y

como forma prioritaria explicar a partir de una teoría y un método científico los

procesos históricos locales-regionales, articulando a los procesos nacionales e

internacionales.

122
REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS
ARGUEDAS, J. (1957) evolución de las comunidades indígenas. Lima: revista del
museo nacional, T. XXVI.

ACOSTA, A. (1982) Religiosos doctrinas y excedente económico indígena. En


historia N° 1, Vol. VI. Lima: Ed. Universidad católica.

ASSADOURIAN, C. (1978) La producción de la mercancía dinero en la formación


del mercado interno colonial: El caso del espacio Peruano, siglo XVI. Lima: Ed.
IEP.
(1982)El sistema de la economía colonial: mercado interno, regiones y espacio
económico. Lima: IEP.

BURGA, M. (1987) El Perú central, 1770-1860: disparidades regionales y la


primera crisis agrícola republicana. Lima: Revista peruana de ciencias sociales. Vol.
1, N°1.

BLABLOCK, H. (1970) introducción a la investigación social, México.

CÁCERES, J. (1990) las culturas pre hispánicas, Lima: Museo Antropológico y


Arqueológico.

CARRASCO, S. (2009) Metodología de la investigación científica. Lima: Ed. San


Marcos

123
CARRILLO, F. (1990) “Cronistas que describen la colonia”, Lima: Ed. Horizonte.

CASTRO, A. (1992) Hanan Huanca: Historia de huanca alta y de los pueblos del
valle del Mantaro. Lima- Chupaca.

CERRÓN, J. (2009) Leyes del desarrollo histórico. Huancayo, Ed. obregón.

CHOY, E. (1987) Antropología e historia, T.I-II, Lima: Ed. UNMSM.

DE LA PUENTE, J. (2004) Élite andina y hechicería en el valle del Mantaro


(mediados del siglo VII): Tesis de licenciatura en historia. Lima: Pontificia
universidad católica del Perú.

DE LA VEGA, A. (1981) la descripción que se hizo de la provincia de Xauxa por la


instrucción de S.M. que a la dicha provincia se envíe de molde: relaciones
geográficas de indias, España: Ed. Marcos Jiménez de la Espada.

DIEZ, C. (1977) El cacique en el virreinato del Perú: estudio histórico jurídico.


España: Ed. Universidad de Sevilla.

DYNNIK, M. (1963) Historia de la filosofía, México: Ed. Grijalbo, T.VI.

DOLLFUS, O. (1981) El reto del espacio andino. Lima: ed. IEP.

HERNÁNDEZ, S., et al. (1995) Metodología de la investigación, Colombia: Ed. MC


Grau Hill.

ESPINOZA, W. (1969) Lurinhuaila de Huacjra: Un Ayllu y un curacazgo Huanca.


Perú: Ed. Casa de la cultura de Junín.
(1971) Los Huancas aliados de la Conquista. Huancayo: Revista Anales científicos
Nº 1.
(1973) historia del Departamento de Junín. Huancayo: Enrique Chipoco editor.
(1988) La sociedad colonial y republicana siglos (XVI-XIX): En nueva historia
general del Perú; Lima: Ed. Mosca Azúl.
(1990) La destrucción del imperio de los incas (5ta ed.). Lima: Ed. Amaru.

124
FISHER, J. (1981) Gobierno y sociedad en el Perú colonial: El régimen de las
intendencias1784-1812. Lima: ed. PUCP.

HURTADO, C. & SOLIER, V. (2002) fuentes para la historia colonial de la sierra


central del Perú: testamentos inéditos de los curacas del valle del Mantaro (siglos
XVII-XVIII). Huancayo: Revista Antarki. Uncp.

HURTADO, C. (2000)”curacas y obrajes. Manufactura textil en el valle del


Mantaro: siglos XVIII”. Tesis. Lima: Universidad Nacional Mayor de San Marcos.
(2006) curacas industria y revuelta en el valle del Mantaro, siglo XVIII. Lima: Ed.
Halckon.
KONSTANTINOV, F. (1957) El materialismo histórico. México Ed. Grijalbo, S. A.

LENIN, V. (1948) Obras escogidas, T.II. Moscú: Ed. Lenguas Extranjeras.

LEÓN, M. (2002) paños e hidalguía: encomenderos y sociedad colonial en


Huánuco. Lima: Ed. Universidad Nacional Mayor de san Marcos.

LONG, N. & BRIYAN, R. (2001) Mineros, Campesinos y empresarios en la sierra


central del Perú. Lima: Ed. IEP.

LORA, J. (1990) Filosofía. Perú Ed. JAMIS.

LUQUE, M. (2002) Análisis histórico-jurídico de la nobleza indiana prehispánico.


España: Ed. (C.S.I.C.).

MALLÓN, F. (1994) “De ciudadano a “otro”: resistencia nacional, formación del


estado y visiones campesinas sobre la nación en Junín”. Lima: Revista andina, N° 1

MANRIQUE, N. (1987) Mercado interno y la región la Sierra Central 1820-1930.


Lima: Ed. Centro de estudios y promoción del desarrollo DESCO.
(1989) Yawar Mayu: sociedades terratenientes serranas, 1879-1910. Lima: Ed.
IFEA y DESCO.

MARX, C. (1973) obras escogidas: Tomo I. Moscú: ed. progreso.

125
MARIÁTEGUI, J. (1972) Siete ensayos de interpretación Peruana. Lima: Ed.
Amauta.

MATAYOSHI, N. (1982) los tesoros de catalina huanca. Huancayo.

MURA, J. (1964) una apreciación etnológica de la visita. Lima. En: visita hecha a
la provincia de Chucuito.

ÑAUPAS, H., et al. (2013) Metodología de la investigación científica y elaboración


de tesis. Lima. Ed. UNMSM.

O´PHELAN, S. (1997) kurakas sin sucesiones: del cacique al alcalde de indios Perú
y Bolivia 1750-1830.Cusco: centro de estudios rurales andinos “Bartolomé de las
casas”.

(1999) el Perú en el siglo XVIII.: la era borbónica. Lima: pontificia universidad


católica del Perú, instituto Riva Agüero

(2012) un siglo de rebeliones anticoloniales: Perú y Bolivia 1700-1783. (2da. Ed.).


Cusco: centro de estudios rurales andinos “Bartolomé de las casas”.

PEASE, F. (1992) curacas reciprocidad y riqueza. (1ra. Ed.).Lima: Ed. Pontificia


universidad católica del Perú.

PEÑALOZA, J. (1995) Huancayo, historia, familia y región, Lima: Ed. instituto


Riva Agüero.

PORRAS, R. (1956) Jauja capital mítica, Lima: Revista histórica, T. XVIII-

REYES, A. (1983) Contradicciones en el Perú colonial (región central 1650-1810),


Lima: UNMSM.

RODRIGUEZ, Z. (1996) valle del Mantaro: geomorfología-hidrología. (1ra. Ed.).


Huancayo.

RODRIGUEZ, F., et al (1984) Introducción a la metodología de las investigaciones


sociales. Cuba, Ed. Política.

126
RODRIGUEZ, G., et al (1999) metodología de la investigación cualitativa. Málaga,
s/e.

ROLDAN, J. (1986) Perú mito y realidad. Lima: Ed. Atlas del Perú.

RIVERA, J. (1987) Teoría y metodología de la investigación científica. Lima: Ed.


ATEI.

SAMANIEGO, C. (1980) “Campesinado en el Valle del Mantaro”. Perú: Revista


Estudios Andinos. Nª 16. Universidad del Pacifico.

SÁNCHEZ, H. y REYES, C. (2006) metodología y diseño en la investigación


científica. (4ta. Ed.).Lima: Ed. Visión universitaria.

SALAS, M. (1998) Estructura colonial del poder español en el Perú: huamanga


Ayacucho a través de sus obrajes, siglos XVI-XVIII. Lima: Pontificia universidad
católica del Perú.

SIERRA, R. (1988) Técnicas de investigación social. España: Ed. Paraninfo..

STERN, S. (1990) resistencia, rebelión y conciencia campesina en los andes: siglos


XVIII al XX. Lima: Ed. instituto de estudios peruanos.

SPALDING, K. (1984) De indio a campesino. Lima: Ed. IEP.

SPIRKIN, A. (1960) El papel de los individuos y las masas. México: edit. Grijalbo.

TAYLOR, W. (1970) “Cacicazgos coloniales en el valle de Oaxaca”: historia


Mexicana, México: ed.UNAM.

TEMPLE, E. (1942) “los Caciques Apoalaya”. Lima: Revista del Museo de la


nación. T. XI.

VALCÁRCEL, R. (1976) Entre la independiente y la república. Perú. s/e.

VASILACHIS, I. (2006) Estrategias de investigación cualitativa. España, Ed.


Gedisa.

127
VEGA, J. (1977 Túpac Amaru y la minería colonial, 1776-1824, Lima: Ed. IEP.
(1992) incas contra España. Lima: Ed. PEISA.

VILLANES, C. (1978) Loa dioses tutelares de los Huancas, Perú: Ed. San
Fernando.

VOSTRIKOV, A. (1970) Teoría del conocimiento del Materialismo Dialéctico,


Colombia: Ed. Sudamérica Ltda.

WACHTEL, N. (1973) sociedad e ideología: Ensayos de historia y antropología


andinas, Lima: Ed. IEP.

128
DOCUMENTOS
Archivo regional de Junín (ARJ)

Sección protocolos notariales

Tomo XIV

Inventario de los bienes que quedaron por muerte de don Francisco López de vera. 26 de
setiembre de 1719, fs.248- 255.

Tomo XVI

Arrendamiento del chorrillo pucucho. 27 de abril de 1730, fs. 48-49v.

Poder, doña Theresa de Apoalaya a don Fernando de Castañeda. 17 de noviembre de


1730, fs. 200-201.

Venta del chorrillo de Pucucho.25 de abril de 1731, fs. 352-354v.

Arrendamiento del chorrillo de huala.21 de enero de 1732, fs. 509-519v.

Tomo XVII

Convenio y finiquito, don Blas de Astucuri en nombre del común de indios de San
Jerónimo al maestre de campo don Sebastián de Santivañez.28 de enero de 1734, fs. 246-
247v.

Arrendamiento del obraje de la mejorada, la hacienda de Yla y las tierras de Coillor. 12


de noviembre de 1734, fs. 356- 360v.

129
Pago, don blas de astocuri al general pedro ortis de foronda.28 de febrero de 1737, fs. 47.
Tomo XVIII
Contrato de Arrendamiento del obraje de Paucar y estancia de Canipaco. 16 de marzo de
1737, fs. 47.

Tasación de bienes de doña Teresa Apoalaya.3 de octubre de 1740, fs. 593-596v.

Arrendamiento del obraje de Quichuay y chorrillo de cajas. 18 de febrero de 1741, fs. 609-
611v.

Tomo XXI
Censo sobre el chorrillo de Cajas. 26 de marzo de 1746, fs. 203-105.

Cancelación, don Manuel Carlos de Lozada a don Blas de Astucuri.24 de diciembre de


1748, fs. 283- 284v.

Obligación, don francisco de Sotomayor al gobernador don Joseph Gabriel de Astucuri.


11 de noviembre de 1749, fs. 475- 475v.

Inventario de las ditas del obraje de Quichuay. 18 de abril de 1750, fs. 584- 586v.

Tomo XXII
Testamento de doña Petrona Apoalaya. 22 de setiembre de 1751, fs. 131- 137.

Testamento de don Blas de Astocuri y apoalaya. 22 de octubre de 1751, fs. 151- 158.

Obligación, don Joseph Gabriel de Astocuri al señor marqués de casa torres. 20 de abril
de 1752, fs. 284-285v.

Tomo XXIII

Testamento de don Pedro de Córdova. 3 de setiembre de 1758, fs. 460-471.

Testamento del gobernador don Benito Troncoso de Lira. 28 de enero de 1760, fs. 790-
792.

Arrendamiento del obraje de Sapallanga. 8 de octubre de 1760, fs. 436- 442.

130
Tomo XXVII
Venta Doña Manuela Dávila a Don Silvestre Falcón. Junio de 1786, fs. 360-376v.

Arrendamiento del chorrillo de huala. 3 de diciembre de 1785, fs. 443- 446.

Tasación del chorrillo de Yacos. 3 de noviembre de 1786, fs. 545- 547v.

Tomo XXVIII

Compromiso, los herederos y albaceas de don Thomas de Cordova con don Vicente de
torres. 3 de julio de 1794, fs. 649-651v.

Arrendamiento del obraje de Paucar. 19 de setiembre de 1798, fs. 732v.

Tomo XXIX

Venta del obraje de Quichuay. 25 de octubre de 1795, fs. 225-227v.

Venta a censo del obraje quichuay. 22 de noviembre de 1799, fs. 467-473.

Obligación, don miguel y doña Manuela Dávila Astucuri a favor de don Juan Joseph
Romero. 25 de abril de 1804, fs. 1114v.

Archivo general de la nación (AGN)

Sección títulos de propiedad


Cuadernos 432, fs. 251.

Sección derecho indígena


Autos de fe y autos criminales: cuadernos 390, fs. 117; 397y 405, fs. 37.

Archivo Arzobispal de Lima (AAL)

Sección hechicería
Causas criminales

131

Anda mungkin juga menyukai