Anda di halaman 1dari 30

PSICOLOGÍA AMBIENTAL

UNIDAD I: INTRODUCCIÓN A LA PSICOLOGÍA AMBIENTAL

1.1 Aspectos Conceptuales

Precisar lo que se entiende por Psicología Ambiental no es una tarea fácil; incluso algunos
autores afirman que definir una disciplina tan joven podría impedir su desarrollo. Aun así, nos
ha parecido importante hacer un recorrido panorámico por su historia, exponer la problemática
que gira alrededor de su definición y mencionar los temas que abarca.

Inicialmente podríamos decir que la Psicología Ambiental es la disciplina que se ocupa de


analizar las relaciones que, a nivel psicológico, se establecen entre las personas y sus
entornos. Se ubica dentro de dos referentes disciplinares: las Ciencias Sociales y las
disciplinas que estudian el medio ambiente, ya sea natural o construido.

Generalmente se reconoce que la Psicología Ambiental empieza a establecerse como


disciplina a partir de 1960, pero antes de esta fecha es importante reconocer algunos
antecedentes. Como por ejemplo La Escuela de la Gestalt, que al tener en cuenta una
concepción holística para explicar la conducta, permitió dar un salto cualitativo en la materia.
También, los estudios que realizaron Roethlisberger y Dickson en 1939, para averiguar cómo
impacta el medio físico sobre la conducta, fueron un valioso aporte.

Fue hasta después de la mitad de los años cuarenta, cuando aparecieron varios
investigadores que marcaron el campo desde donde surgiría definitivamente la Psicología
Ambiental. En 1948, el psicólogo Edward Chace Tolman realizó sus trabajos sobre mapas
cognitivos. Este concepto tendría un fuerte desarrollo posterior a través de las investigaciones
de Kevin Lynch. Luego, en 1957 el psiquiatra Humphry Fortescue Osmond, estudió la manera en
cómo la distribución del mobiliario facilita o dificulta la interacción entre sujetos que están
en la misma estancia. Para 1959, el antropólogo Edward T. Hall escribía The Silent Language,
donde mostraba la utilización del espacio en diferentes culturas. Y en ese mismo año, el
profesor de psicología Robert Sommer publicaba sus estudios sobre el espacio personal.

Finalmente, a partir de la década de los sesentas, la Psicología Ambiental empieza adquirir


identidad propia dentro de la psicología, iniciando así su periodo de institucionalización. La
aparición de las revistas: Journal of Environmental Psychology y Human Behavior and
Environment: Advances in Theory and Research, Handbook of Environmental Psychology,
contribuyó para que después de 1980 fuera posible hablar de la Psicología Ambiental como una
disciplina establecida.

Pero a pesar de su instauración como campo de estudio, todavía existen varias dificultades en su
definición. Esto debido a varios aspectos. Primero a la existencia de múltiples disciplinas
interesadas en el estudio de las relaciones entre el ser humano y el medio ambiente, lo
cual ha provocado que la Psicología Ambiental sea un campo interdisciplinar de difícil
delimitación.

En segundo lugar, las disciplinas que confluyen en la Psicología Ambiental, fomentan la


aparición de numerosos conceptos y leyes provenientes de otros campos como: la Geografía, la
Biología, la Arquitectura, el Urbanismo, entre otros, que impiden la definición de un área de
estudios coherente.

Para Aragonés y Amérigo, las definiciones de Psicología Ambiental enfatizan en el estudio de


las relaciones entre la conducta humana y el ambiente físico, admiten una bidireccionalidad entre
el individuo y el entorno, y por lo general, determinan el tipo de ambiente al que se refieren.

De esta manera, ambos autores llegaron a definir la Psicología Ambiental como: la disciplina
que estudia las relaciones recíprocas entre la conducta de las personas y el ambiente sociofísico
tanto natural como construido.

Son muchos los temas que abarcan los estudios de Psicología Ambiental: van desde las
investigaciones sobre el conocimiento del medio, hasta el diseño para poblaciones especiales.
Tratar de mencionar todas estas temáticas se sale de los alcances aquí planteados; Campos
temáticos dentro de la psicología ambiental (Según Handbook of Environmental Psychology
,1987):

 Procesos de transacción persona-ambiente:


 Cognición ambiental.
 Personalidad y el ambiente físico.
 Emoción y ambiente.
 El ambiente físico y el desarrollo del niño.
 El ambiente y la edad.
 Análisis conductual aplicado y Psicología Ambiental.
 Conducta espacial humana.
 Territorialidad.
 Hacinamiento
 Estrés ambiental
 Niveles de análisis ambiental: situaciones, escenarios y lugares
 Escenarios de conducta reconsiderados: escenarios temporales, recursos, dinámicas
internas, contextos.
 Ambientes residenciales.
 Ambientes escolares y en el aula.
 Ambientes laborales oficinas y fábricas.
 Conducta humana, cognición y afecto en el ambiente natural.
 La perspectiva de la Psicología Comunitaria en la Psicología Ambiental.
 Los ambientes externos e inusuales.
 Aplicaciones de la Psicología Ambiental a los problemas comunitarios
 Evaluación del ambiente.
 Diseño para poblaciones especiales: personas retardadas mentalmente, niños, visitantes
de hospitales.
 Hacia una Psicología Ambiental del desorden: delincuencia, delito y temor al delito.
 Contribuciones psicológicas al transporte.
 Gestión de los ambientes naturales.
 Gestión de escasez de recursos naturales.
 Respuesta a los riesgos ambientales: percepciones y tomas de decisión

3La constante búsqueda por comprender cómo se ajustan psicológicamente las personas a los
distintos espacios arquitectónicos, demuestra un vínculo importante que une a la Psicología
Ambiental con la arquitectura. Para la arquitectura, los diversos estudios de Psicología
Ambiental pueden constituir una herramienta útil que le permita al arquitecto enriquecer su
práctica profesional.

Prestar atención a este nexo psicológico usuario-arquitectura, puede impulsar a que el hacer
arquitectura trascienda hacia una mejor compresión tanto del ser humano como del medio
ambiente, porque como dice Heidegger: Habitamos no porque hayamos construido, sino que
construimos y hemos construido, en cuanto habitamos... La relación recíproca entre el ser
humano y su entorno siempre va a permanecer junto a la arquitectura.

1.2 Desarrollo Histórico de la Disciplina

El recorrido de la psicología ambiental a lo largo de su historia pone de manifiesto cómo


una disciplina científica es siempre una respuesta a determinadas condiciones sociales.
Ello permite perfilar cuáles son o cuáles han sido los objetos y los objetivos de la
psicología ambiental así como sus formas de abordaje, sus identidades, y por lo tanto permiten
discutir cuándo se puede hablar de una psicología ambiental, y en qué términos.

1.3 Orientaciones Teóricas

Una de las características que definen a la Psicología Ambiental, como el resto de disciplinas
aplicadas, es la multiplicidad de orientaciones teóricas utilizadas.

Perspectiva individualista o del rasgo: es la perspectiva que menos atención dirige hacia las
variables ambientales ya que la unidad de análisis se centra en la PERSONA: sus
procesos psicológicos, características cognitivas y rasgos de personalidad. Así, las
características personales constituyen la base para la explicación del funcionamiento
psicológico con relativa independencia de las variables provenientes de los contextos
físicos o sociales.

Así pues, la perspectiva del rasgo se caracteriza por explicar el funcionamiento psicológico
únicamente a partir de características personales (procesos cognitivos, rasgos de
personalidad, etc.) obviando el contexto físico y social en el que estos procesos tienen lugar,
por lo que de entrada es un enfoque incompatible con los objetivos de la Psicología Ambiental.
Las teorías clásicas del instinto serían un ejemplo de este tipo de orientación, aunque también en
el resto de la Psicología actual, no sólo en Psicología Ambiental, es difícil encontrar ejemplos
con una perspectiva exclusiva del rasgo.

Perspectiva interaccionista: La perspectiva interaccionista parte de la consideración de la


persona y el entorno como unidades separadas con interacciones entre ellas. La unidad de
análisis en este caso sería "LA PERSONA Y EL ENTORNO" y su objetivo la búsqueda de
relaciones causa-efecto entre variables para estudiar un fenómeno a través de un sistema
asociativo de antecedentes y consecuentes orientado a la predicción y control de la conducta y los
procesos psicológicos.
Generalmente los objetivos de investigación desde esta perspectiva tratan de analizar el efecto
de los factores ambientales (variable independiente o predictora) sobre la conducta y los
procesos psicológicos (variable dependiente o criterio), reflejando así una visión causal, o al
menos unidireccional de los fenómenos.

Ejemplos en psicología ambiental de esta perspectiva los encontramos en los estudios sobre
hacinamiento, ruido y temperatura, en percepción y cognición ambiental, o en algunos aspectos
de la conducta territorial y el espacio defendible. Sin embargo, es justo reconocer que no sólo
se realizan análisis unidireccionales del ambiente sobre la conducta. Podemos encontrar
trabajos en los que se incluyen los efectos de la conducta sobre el ambiente, por ejemplo los
estudios sobre conducta ecológica responsable o sobre el uso y mantenimiento de los espacios
públicos.

Perspectiva organísmica o sistémica: La característica principal de esta perspectiva es la


consideración holística tanto de la persona como del entorno, que pasan a definirse como
elementos dentro de un SISTEMA INTEGRADO con interacciones entre las partes.

Perspectiva transaccionalista: La perspectiva transaccional define la Psicología como "el


estudio de las relaciones cambiantes entre los aspectos psicológicos y ambientales. La
diferencia fundamental con la perspectiva organísmica es que en este caso el todo no se compone
de elementos separados, sino que se trata de una "confluencia" de factores inseparables que
dependen unos de otros para su definición y significado. Se enfatiza además la importancia
del tiempo y el cambio para comprender un fenómeno, por lo que estas variables deben
convertirse en elementos indispensables de cualquier análisis psicoambiental.

Por último, otra importante característica de este enfoque es el papel que adopta el investigador.
Desde esta perspectiva, el observador forma parte del propio fenómeno que observa, es
inseparable de él, y su papel, perspectiva y localización deben entenderse como un aspecto de
dicho fenómeno.

En resumen, esta aproximación parte de cinco premisas básicas:

1. La unidad de análisis es la PERSONA "EN" EL ENTORNO.


2. Tanto persona como entorno se DEFINEN dinámicamente y se TRANSFORMAN
MUTUAMENTE a lo largo del TIEMPO, como dos aspectos de una unidad global
3. La estabilidad y el cambio coexisten continuamente.
4. La dirección del cambio es EMERGENTE
5. En consecuencia, es importante buscar tanto las fuentes del cambio como la forma en
que el cambio a un determinado nivel afecta a los otros niveles, creando nuevas
CONFIGURACIONES DE PERSONA-ENTORNO.
UNIDAD II: RECEPCIÓN AMBIENTAL

2.1 Cognición Ambiental y Mapas Cognitivos

La información almacenada en nuestra memoria nos da elementos esenciales para destacar


aquellos aspectos del entorno que son necesarios o importantes en un determinado momento,
por ejemplo, ante la constatación de encontrarse perdido. Como veremos, la orientación, la
capacidad de planificar itinerarios y, en definitiva, la posibilidad de ser eficaces en nuestros
desplazamientos (rápidos y seguros) son los principios que han regido la investigación sobre uno
de los principales tópicos en cuanto a cognición espacial se refiere: los mapas cognitivos. Sin
embargo, existen otras razones para prestar atención a la cognición espacial.

Analizando como incorporamos y usamos la información ambiental podemos dar pistas a


urbanistas y diseñadores urbanos para elaborar intervenciones más acordes con nuestra
manera de interactuar con el entorno.

Algunas investigaciones han aportado evidencia de la relación entre procesos cognitivos-


ambientales y evaluación o juicios ambientales. Así, a través de técnicas cognitivas puede
analizarse el espacio y distinguir, desde una perspectiva geográfica, áreas estéticamente más
o menos agradables, áreas más o menos familiares o áreas más o menos seguras.

Cuando empezamos una jornada, construimos un plan de acción, es decir, una estrategia de
desplazamiento o itinerario. Nuestro plan deberá incluir cierta información sobre localización
de espacios; sin ella vagaríamos a nuestra suerte de una forma poco eficiente. Si el
entorno es nuevo o poco conocido dependeremos de referencias físicas como un mapa o
las instrucciones de alguien. Cuando podamos "visualizar" las direcciones, y asociándolas con
características del paisaje y determinados puntos clave o señales ambientales, podremos
desarrollar nuestra orientación y desplazamiento. En ausencia de información, entonces
tendremos que echar mano de información espacial contenida en nuestra memoria, es decir, de
nuestro mapa cognitivo.

La mayoría de ocasiones realizamos este proceso anteriormente descrito (u otro muy


similar) en la mayor parte de nuestros desplazamientos, aunque de hecho, tenemos tan
automatizados determinados hábitos espaciales que no somos conscientes de ello. Sin
embargo, os invito a reflexionar un momento sobre todo el proceso de planificación,
secuencialización y reconocimiento espacial que habéis tenido que llevar a cabo para,
saliendo de vuestra casa, llegar hoy a vuestra facultad. Pensad también, en la última
ocasión que tuvisteis de visitar una ciudad desconocida (o poco conocida) y tuvisteis que
llegar a algún punto concreto de ella: qué tipo de información utilizasteis (reconocimiento
visual, mapa, instrucciones verbales de alguien, uso de un rudimentario mapa cognitivo,...).

Qué es un Mapa Cognitivo: Características y Funciones

Bell, Fisher, Baum y Green (1996) definen un mapa cognitivo como una representación
muy personal del entorno familiar que nosotros experimentamos, es decir, una
representación de nuestra personal comprensión del entorno. Se trata de un constructo
del cual no tenemos experiencia sensitiva.
Página personal de Roger M. Downs

"El mapa cognitivo es un constructo que abarca aquellos procesos que posibilitan a la gente
adquirir, codificar, almacenar, recordar y manipular la información sobre la naturaleza de su
entorno. Esta información se refiere a los atributos y localizaciones relativas de la gente y los
objetos del entorno, y es un componente esencial en los procesos adaptativos y de toma de
decisiones espaciales."

Siguiendo a Aragonés (1998), los mapas cognitivos poseen una serie de características:

El término "mapa" actúa como una metáfora ya que funciona como si de un mapa
geográfico se tratase. En otras palabras, el mapa cognitivo es inobservable; se conoce su
función pero no su naturaleza.

Los mapas cognitivos se forman dependiendo de cómo sean los procedimientos de


selección, codificación y evaluación de la información.

El mapa cognitivo es función de la información que recibe la persona de su entorno y de


la acción que desarrolla en él, es decir, está en permanente cambio mientras el poseedor
está en interacción con el entorno.

Las tres dimensiones fundamentales de información que contiene y que definen cualquier punto
del espacio son: el tamaño, la distancia y la dirección.

Las principales funciones de los mapas cognitivos son:

 proporcionar un marco de referencia ambiental; la persona que no es capaz


 de relacionar el lugar en el que se encuentra con su contexto se encuentra perdida
 organizar la experiencia social y cognitiva
 influir en la organización del espacio
 ser un dispositivo para generar decisiones acerca de acciones y planificación de secuencias
de acción
 contribuye a generar una sensación de seguridad emocional

La orientación geográfica, es egocéntrica y está centrada en la propia acción. El niño se orienta


en un primer momento en el ambiente físico utilizando ejes y planos definidos totalmente con
respecto a su cuerpo. El niño representa fundamentalmente en este primer nivel las rutas
próximas a su casa, que recorre diariamente y que, por tanto, le son familiares.

La cognición ambiental trata de comprender el conocimiento que el sujeto tiene sobre espacios
concretos, cotidianos, como su casa, su barrio o su ciudad. Se trata de estudios que suponen
una perspectiva ecológica que contempla la interacción del individuo con su entorno específico.
El observador es una parte interactiva del ambiente y no un mero observador. Este tipo de
representación entorno al sujeto recibe el nombre de mapa cognitivo.

Los sitios: elementos básicos del mapa, son aquellos que llaman especialmente la
atención o aquellos puntos del entorno que se perciben y se recuerdan, alrededor de los cuales se
coordinan las acciones y las decisiones del niño. Constituyen puntos estratégicos desde los cuales
y hacia los cuales se mueven las personas y nos sirven como instrumentos para mantener el
rumbo.

Las rutas: el método que nos permite ir de un sitio a otro es una ruta. Siegel define una ruta como
una rutina sensoriomotora que permite moverse de un sitio A a un sitio B. Un sujeto posee una si
tiene un sitio específico al comienzo y sabe que encontrará una serie de sitios en un
orden determinado si sigue en una dirección concreta.

Las configuraciones: Son un medio por el cual podemos almacenar toda la información que
nos permite la localización dentro de un entorno en una sola estructura cognitiva, constituyendo
una especie de minimapas.

2.2 Percepción Social del Riesgo (PSR) y Comportamiento Humano en los Desastres

Muchos de los problemas surgidos de fenómenos naturales están vinculados con el


comportamiento humano, por ello es conveniente apoyar el trabajo multidisciplinario en las
ciencias sociales, a fin de fortalecer las medidas adoptadas por los gobiernos para hacer
frente a esta realidad que afecta al individuo y a la sociedad, afirmó Lucy María Reidl
Martínez, directora de la Facultad de Psicología (FP) de la UNAM.

Al inaugurar el Primer Coloquio sobre las Dimensiones Psicosociales del Cambio Ambiental
Global, donde también estuvo presente Jorge Tamés Batta, director de la Facultad de
Arquitectura (FA), la funcionaria destacó que las ciencias sociales y del comportamiento
tienen un papel importante porque ayudan a fortalecer las prescripciones que en cualquier
nivel de gobierno se establezcan para tratar ese tipo de problemas.

En su oportunidad, Roberto Quaas Weppen, director del Centro Nacional de Prevención de


Desastres, recalcó: "Si no cooperamos todos los sectores de la sociedad, ni fomentamos estos
espacios de discusión multidisciplinaria, no podremos afrontar los problemas ocasionados por el
cambio general global".

A su vez, Virginia García Acosta, directora del Centro de Investigaciones en Antropología


Social, aseguró que los desastres son procesos multicausales y como tales deben ser entendidos,
aprendidos y tratados. Por ello, celebró que esto se empiece a ver desde una perspectiva
multidisciplinaria. No obstante, destacó, en realidad se trata de un conjunto de fenómenos que se
vincula con muchos otros campos de conocimiento, entre ellos el psicosocial.

Considérese, por ejemplo, que buena parte del aceleramiento en los procesos del cambio
ambiental tiene su origen en causas antropogénicas, es decir, su móvil principal es el
comportamiento humano, ya sea individual, familiar, colectivo o comunitario, es decir, los
estilos de vida son los ejes que mueven las actividades cotidianas, las cuales a su vez generan
o agudizan las transformaciones del entorno.

Si bien este es un evento pionero, de aquí podemos obtener iniciativas de trabajo conjunto
entre disciplinas que nunca o casi nunca se han acercado. Si se propicia que en sus futuros
proyectos los especialistas de un campo se acerquen a los de otro para realizar esfuerzos, los
logros obtenidos serán por demás importantes
En la conferencia Estrategia local de acción climática, Claudia Sheinbaum Pardo, secretaría de
Medio Ambiente del Distrito Federal, sostuvo que la principal vulnerabilidad de la Ciudad
de México está asociada a las inundaciones y, en este sentido, los escenarios orientan a que
va a haber más precipitaciones pluviales.

De hecho, destacó, se requieren alrededor del 15 mil millones de pesos para poder resolver este
problema. Sin embargo, estas inversiones se han venido retrasando: primero, por la falta de
inversión en la metrópoli y, segundo, porque si bien el gobierno del DF ha erogado en este rubro,
no ha sido suficiente para prevenir desastres de este tipo.

La investigadora del Instituto de Ingeniería de la UNAM mencionó que si aún en este momento el
mundo estabilizara sus emisiones, de todas maneras el incremento en la temperatura y lo
que significaría el cambio climático, con episodios como los vistos recientemente, afectarían el
planeta. Comentó que México es el décimo tercer país en términos de emisión de gases de efecto
invernadero, es decir, "nuestra contribución por este concepto es considerable, porque
estamos entre los 15 países del mundo que más bióxido de carbono liberan a la atmósfera".

Las emergencias y los desastres son dos consecuencias que nos recuerdan a diario cuan
vulnerables seguimos siendo a la materialización de las amenazas sean propias de los
fenómenos de la naturales (terremotos, erupciones volcánicas, los deslizamientos, lluvias
torrenciales, etc.) o sean provenientes de la tecnología (plantas nucleares, depósitos de materiales
peligrosos, accidentes vehiculares y de aviación entre otros).

Hoy en día estamos convencidos de que de que los seres humanos no estos indefensos ante las
amenazas sino más bien somos nosotros los que nos hacemos cada vez más vulnerables a las
mismas basta recordar los accidentes nucleares de Three Mile Island (1982), Chernobylil
(1986), las avalanchas de Venezuela (1999) producto de la deforestación y el crecimiento
desorganizado de las ciudades, la destrucción de la central hidroeléctrica de MachuPichu
(1998), destruida por un deslizamiento que tomo su antiguo cause en el cual estaba
construida la central a esto se debe de añadir los cientos de personas que mueren a diario
producto de los accidentes automovilísticos, ferroviarios o de aviación.

Los desastres no solo afectan la economía y la infraestructura de un país sino que comprometen a
la misma estructura social de las comunidades afectadas y a la salud física y mental de sus
integrantes.

En este sentido diversas disciplinas han ido adaptando sus conocimientos y técnicas a estas
situaciones extremas y por consiguiente la psicología no a podido ser la excepción, tanto en el
campo de las emergencias así como de los desastres la presencia del profesional psicólogo se ha
ido haciendo cada vez más necesaria como en el caso de las salas de emergencia
hospitalaria y reclamada y reconocida en los grandes desastres como el caso del terremoto de
México (1985),

En el presente artículo analizaremos y sustentaremos porque la Psicología en emergencias y


desastres sería una nueva especialidad.
2.2.1 Comprendiendo a las emergencias y los desastres

Los desastres no son emergencias de gran magnitud podemos decir que las emergencias
son situaciones inesperadas que comprometen la vida y la integridad física de una o de
varias personas y que demandan una intervención especializada, la respuesta de la comunidad
por intermedio de sus propios equipos de primera respuesta es suficiente.

Por su parte los desastres son alteraciones intensas en las personas, los bienes, los servicios
y el medio ambiente, causados por un suceso natural o generado por el hombre que
excede la capacidad de respuesta de la comunidad afectada.

Solo recientemente se ha empezado a estudiar y analizar el manejo de las emergencias y


desastres en forma sistemática como una secuencia cíclica con etapas interrelacionadas, dichas
etapas son conocidas como la prevención, la mitigación, la preparación, la alerta, la respuesta,
la rehabilitación y la reconstrucción, a su vez cada una de estas se pueden agrupar en tres
grandes fases de estudio estas son: el antes, el durante y el después, estas son de carácter
cíclico es decir que una preside a la otra y cada una demanda la Implementación de
técnicas y estrategias propias de trabajo desde la utilización de tecnología de punta para
monitorizar volcanes y fallas geológicas hasta la aplicación de estrategias psicosociales y
sociológicas para sensibilizar a la población, manjar la información, comprender la conducta de
la población ante las alarmas y durante el impacto así como recomponer las redes de
soporte social preexistentes.

Esto es solo una perspectiva muy reducida de la amplia doctrina que se viene revisando y
actualizando permanentemente en todo el mundo dando nacimiento a lo que en el futuro
cercano se conocerá como "desastrología"

2.2.2 Antecedentes históricos

La psicología en emergencias y desastres se sustenta en un amplio bagaje de investigaciones y


constructos teóricos que datan desde principios del siglo XX y que han ido evolucionando desde
los estudios eminentemente descriptivos e individuales hasta trabajos de corte
sociológico y estadísticamente significativos hasta la propuesta de técnicas específicas de
intervención, a continuación presentaremos una muy breve síntesis de algunos trabajos
realizados con el único propósito de que el lector se de una idea de los diversos aportes
realizados en esta nueva especialidad:

Los inicios, enfoques descriptivos, clínicos-psiquiátricos El interés por el estudio del


comportamiento humano en situaciones de emergencias y desastres podemos decir que se
remonta a principios de siglo con el trabajo de Eduard Stierlin (1909) de Zurique el cual
investigo a 21 sobrevivientes de un accidente en una mina en 1906 y a 135 personas dos
meses después del terremoto de Messina Italia en 1908.

Sin embargo el estudio que se considera pionero es del Médico psiquiatra E. Lindermann (1944)
EU el cual trabajo con los sobrevivientes y sus familias de las víctimas del incendio del Club
Nocturno Coconut Grove en Boston. Su informe clínico sobre los síntomas psicológicos de los
sobrevivientes se convirtió en la piedra angular para las teorizaciones subsecuentes sobre el
proceso del duelo.
Las investigaciones descriptivas van descubriendo posteriormente que las reacciones de las
víctimas no son iguales durante el impacto del evento y posterior a este en este sentido
Friedman y Linn (1957) EU, trabajando con los sobrevivientes del barco "Andrea Dorian" describe
que al tratar con víctimas de sucesos traumáticos se debe de tener en cuenta sus diferentes
respuesta a las fases de "Choque inicial" y la "Recuperación" en una situación de desastre.

Lifton Robert (1967) EU, empieza a describir la conducta que se presenta en las fases o periodos
posteriores al impacto del desastre iniciando su inquietud con el estudio de los problemas
psicológicos a largo plazo que se presentaron después del bombardeo atómico en Hiroshima. La
Asociación de Psiquiatría Americana (1970) publica un manual de "Primeros Auxilios Psicológicos
en casos de Catástrofes" el cual es traducido y adaptado en el Perú por el Médico Psiquiatra
Baltazar Caravedo, Asesor en Salud Mental de la Dirección General de Servicios Integrados de
Salud del Ministerio de Salud del Perú; en el cual se describen diversos tipos de reacciones
clásicas a los desastres así mismo se exponen los principios básicos que se deben de tener
en cuenta para la ayuda a las personas "perturbadas emocionalmente".

2.2.3 El enfoque sociológico y psicosocial

Entre 1950 a 1954 el Consejo de investigación de la opinión publica realizo una investigación
orientada al estudio del comportamiento humano en situaciones de desastre, entre los
resultados obtenidos contra todo tipo de creencia se describe que el pánico no es la conducta
típica esperada, ante esta situación el gobierno de los EU por intermedio de la Academia Nacional
de Ciencias entre 1953 a 1963 realiza también un estudio similar llegando a iguales resultados.

Erikson (1976) EU en su investigación realizada en la inundación de Búfalo Creek llamo


"SEGUNDO DESASTRE" a las consecuencias de tipo emocional que se derivan de la desorganización
social y física de una comunidad por la acción de un desastre natural.

Las investigaciones en el campo sociológico se han extendido al estudio de los grupos


sobrevivientes en las primeras horas del impacto de un desastre, influidas por los trabajos
del Dr. Quaranteli uno de estos estudios es la Investigación realizada en el vecindario de
Analco, Guadalajara, México, en el cual se produjo una explosión de gas el 22 de Abril de 1992.

Se corroboro los hallazgos de la investigación de Norris Johnson (1987) y Baker (1960)


sobre el comportamiento de la gente en situaciones extremas.....las víctimas bajo las
condiciones tan difíciles como las de ser enterradas vivas, a veces en peligro inminente de
muerte, continúan siendo seres sociales y los sobrevivientes se organizan en función de las
redes sociales preexistentes.

2.2.4 Modelos de respuesta

Los primeros esfuerzos se realizan con los damnificados del Terremoto de Managua-
Nicaragua en 1972, cuando un psicólogo y un psiquiatra, viajan en 1973 a Nicaragua con la
finalidad de desarrollar un proyecto de salud mental para los damnificados,

En Enero de 1982 una tormenta inunda la Costa de California, originando que más de 100 familias
quedaran sin hogar, al término de varios días se puso en marcha el proyecto COPE (Counseling
Ordinary People in Emergencies) que coordino los servicios de más de 100 profesionales
particulares en salud mental, con los recursos de los gobiernos federal y local, trabajando
durante más de un año, proporcionando asesoramiento individual y en grupo sin costo alguno
para el que lo solicitara.

El 19 de Setiembre de 1985 se produjo un violento terremoto en la Ciudad de México causando la


muerte de unas 5,000 personas aproximadamente, ante esta realidad la facultad de Psicología
de la Universidad Autónoma de México, con asesoramiento Israelí, El Instituto Mexicano de
psicoanálisis y el Instituto Mexicano de seguridad Social dieron inicio a un programa de
intervención en crisis con el propósito de ofrecer apoyo psicológico a las víctima y damnificados de
la tragedia

En 1989 a consecuencia del terremoto de Loma Prieta en California la Asociación de


Psicología de California con el apoyo de la Asociación de Psicología Americana desarrollaron
un proyecto en 1991 con la posibilidad de establecer una red nacional de psicología para dar
servicios y ayuda a las víctimas y trabajadores en situaciones de desastre; esta iniciativa
tubo su presentación formal con el entrenamiento de psicólogos para trabajar
directamente con la Cruz roja Americana, con una certificación luego de un entrenamiento
de dos días que los califica como elegibles para participar conjuntamente con la CRA en sus
esfuerzos de ayuda; desde 1992 aparecen Asociaciones de Psicología en 32 estados y provincias
con la participación de la APA

2.2.5 Bases teóricas

El conocimiento, comprensión e interpretación de las reacciones psicológicas de las víctimas


sean estas como sujetos individuales o en su conjunto como colectivo de una sociedad se
basan en un conjunto de constructos teóricos que van desde el modelo explicativo del
estrés basado en las respuestas psicológicas de los individuos durante situaciones de
desastres o eventos traumáticos elaborado por Janis (1954), pasando por los
descubrimientos clásicos de Selye y su Síndrome General de Adaptación(1976), el enfoque
taxonómico de las consecuencias del estrés de Cox (1978), que abarca los efectos subjetivos,
conductuales, cognoscitivos, fisiológicos y organizacionales, hasta los últimos descubrimientos
del Estrés Trauma

Otra de las columnas vertebrales que sustentan la estrategias de la intervención en


emergencias y desastres tiene que ver con la teoría de la crisis de Gerald Caplan (1964),Baldwin
(1979), Lazarus (1980), Slaikeu (1984) entre otros y dentro de la teoría general de la crisis el
concepto de las "crisis circunstanciales de la vida" descrito por Lidermann (1944) y Karl Slaikeu
(1988) que la describe por su carácter de ser inesperada, tener calidad de urgencia, tener un
impacto potencial sobre comunidades enteras y e incluir los conceptos de peligro y oportunidad,
todos estos elementos son comunes a las situaciones de emergencias y desastres. Así mimo
junto con los conceptos de la crisis están los de las teorías sobre el manejo del duelo
(Kubeler-Ross 1969),la experiencia del trabajo con pacientes terminales estan los postulados
de clasificación de las víctimas sostenido por Taylor y Frazer (1981-1987) los cuales
conceptúan como víctimas de primer grado a las que sufren el impacto directo de las
emergencias o desastres, sufriendo pérdidas materiales o daño físico, las víctimas
secundarias serían los familiares o amigos de las anteriores, las víctimas de tercer grado
serían los integrantes de los equipos de primera respuesta, las víctimas de cuarto grado sería
la comunidad que se ve afectada en su conjunto, las víctimas de quinto grado las personas que se
enteran de los sucesos por medio de los medios de comunicación y las víctimas de sexto
grado son aquellas que no se encontraban en el lugar de los acontecimientos por diferentes
motivos en ellos son los sentimientos de culpa los principales los principales causantes de los
problemas psicológicos desde el punto de vista psicosocial están los aportes de los conceptos
del "soporte social" o "Redes de soporte social" y su importancia para ayudar a las personas
a superar situaciones de crisis y facilitar la rehabilitación y reconstrucción posterior a un desastre

2.2.6 Conceptualización de la psicología en emergencias y desastres.

Entendemos A la Psicología en emergencias y desastres como aquella rama de la psicología


que se orienta al estudio de las reacciones de los individuos y de los grupos humanos en el
antes, durante y después de una situación de emergencia o desastre, así como de la
implementación de estrategias de intervención psicosocial orientadas a la mitigación y
preparación de la población, estudiando cómo responden los seres humanos ante las alarmas y
como optimizar la alerta, evitando y reduciendo las respuestas inadaptativas durante el
impacto del evento y facilitando la posterior rehabilitación y reconstrucción

Objeto De Estudio

El objeto de estudio de la Psicología en emergencias y desastres está en función a los


conceptos teóricos anteriormente planteados y son las víctimas en sus seis amplias categorías y
en función a los grupos etarios a los que pertenecen así como los grupos poblacionales
involucrados en cada una de las tres fases de los desastres y en cada una de sus etapas
interrelacionadas.

Campos De Interacción Psicológica

La Psicología en emergencias y desastres interrelaciona con la psicología clínica, la psicología


de la salud, la psicofisiología y la psiconeuroinmunología para poder comprender mejor los
efectos a corto mediano y largo plazo del estrés trauma.

Se interrelaciona con la psicología del desarrollo para poder comprender mejor las características
del desarrollo bio-psico-social de los seres humanos y poder identificar los grupos más vulnerables
al impacto de las crisis circunstanciales. Se interrelaciona con la psicología social al asumir la
importancia de las redes de soporte social su dinámica y su configuración y el rol que juegan
como estrategia de supervivencia ante las situaciones de crisis.

Así mismo usa los conceptos relacionados a la distorsión de la comunicación social como el rumor
y su efecto en los colectivos humanos, y los conceptos ligados a las actitudes, la motivación, y
las conductas colectivas.

Usa a sí mismo los conceptos ligados a la psicología organizacional relacionados al


comportamiento organizacional, la comunicación organizacional, la motivación en el
trabajo, el liderazgo, el trabajo en equipo, el clima laboral y el trabajo bajo presión, todo esto
aplicado a los equipos de primera respuesta.
2.2.7 Conocimiento complementarios

Al igual que en todas las especialidad de la psicología contemporánea que requieren de un


conjunto de conocimiento complementarios los psicólogos que se desempeñan en el área de las
emergencias y los desastres deberán tener conocimientos relacionados a la administración de
desastres o gestión de riesgos, la administración de los servicios de salud en emergencias y
desastres, la evaluación de daños y análisis de las necesidades posdesastres, la atención
prehospitalaria para víctimas en masa, administración albergues temporales y refugios,
saneamiento ambiental, control de vectores, ayuda internacional.

Deberá también desarrollar conocimientos referenciales a la organización de la organismos


nacionales, internacionales y no gubernamentales ligados a la atención de la población y
las personas víctimas de situaciones de emergencias y desastres como son la Defensa Civil, la
Cruz Roja, el Cuerpo de Bomberos, etc.

Es también recomendable que se esté entrenado en primeros auxilios, técnicas de transporte de


heridos, triage, prevención de incendios, soporte básico de trauma y reanimación
Cardiopulmonar así como la organización de simulacros.

2.2.8 Técnicas de intervención

La psicología de emergencias y desastres viene utilizando estrategias de intervención


psicológica adaptadas para la ayuda a las víctimas en todas sus amplias categorías pudiéndose
mencionar algunas de ellas:

Primeros auxilios psicológicos

Terapia de juego para niños en albergues, escuelas o centros comunales

Manejo psicológico del duelo en emergencias y desastres

Técnicas de Debrifing, Defusing y desmovilización psicológica para el manejo de incidentes críticos

Técnicas de afrontamiento del estrés para la prevención del síndrome de Bournut

Terapia y dinámica de grupo para adultos en albergues y refugios

Técnicas de intervención comunitaria orientadas a la recuperación de las redes de soporte social y


solución de problemas

Estrategias psicosociales para la neutralización del rumor y el manejo eficiente de la comunicación.

2.2.9 Campos de desarrollo

La psicología de emergencias y desastres como especialidad abre nuevos campos


ocupacionales relacionados al área de su interés de esta manera tenemos que los psicólogos
emergencistas pueden desempeñarse en:

Los equipos de primera respuesta integrándolos como psicólogo del equipo participando en
sus programas de capacitación, diseñando programas de contención psicológica en las
operaciones ayudándolos en la vuelta a la rutina del trabajo y del hogar posterior a la
participación en emergencias y/o desastres.
En las emergencias hospitalarias y en sus diversas áreas como el triage, recepción,
observación, cuidados intensivos, cuidados intermedios, hospitalización, aplicando las
técnicas de intervención en crisis y primeros auxilios psicológicos tanto a los pacientes como a
los familiares de estos, así como orientándolos en la consecución de ayuda complementaria y
asistencia social, finalmente trabajando con los equipos de salud en la prevención del
síndrome de Bournunt.

Como especialista en el área de la prevención de accidentes en el campo organizacional y


fuerzas armadas, desarrollando programas de sensibilización y motivación destinados al cambio
cognitivo comportamental con la finalidad de que se incorporen los principios de la seguridad en
su trabaja diario.

Como consultor en el sector educación en temas relacionados a la Defensa Civil en Centros


Educativos, organizando la capacitación para docentes y alumnos, asesorando en la
implementación de estrategias psicoeducativas para la enseñanza de la Defensa Civil, así
como la atención a los niños y adolescentes víctimas de emergencias y desastres.

Como docente especialista en las escuelas de formación de paramédicos, bomberos,


voluntarios de la Cruz Roja y Brigadistas de la Defensa Civil, así como en programas diversos
de capacitación de entidades gubernamentales y no gubernamentales.

Como especialista consultor para la Defensa Civil, Cruz Roja, y otras organizaciones
ligadas a las emergencias y desastres.

2.2.10 La percepción social del riesgo ante situaciones de desastres: consideraciones teóricas y
metodológicas

La percepción puede ser estudiada desde diversos puntos de vista y, probablemente la


consideración de todos ellos sea importante para explicar la misma y evaluar adecuadamente el
comportamiento de los individuos ante situaciones de desastres.

Las valoraciones de los individuos y grupos difieren frente a un mismo hecho y constituyen un
producto de la percepción de quienes viven situaciones concretas de riesgo. Los criterios de
valoración que juzgan los propios actos humanos, los fenómenos naturales y sus consecuencias
así como la tecnología existente y los riesgos que esta comporta, son portadores de sentido
y significación relativa al enmarcarse en condiciones históricas y sociales diferentes e incluso
hasta contradictorias.

La percepción es el proceso activo mediante el cual el individuo adquiere información sobre


el ambiente que le rodea. La actividad perceptiva construye representaciones estables del
ambiente a partir de patrones característicos de actividad neuronal en el cerebro, y facilita la
supervivencia del individuo en su entorno a través de dos vías: dotando de contenidos al
resto de actividades cognitivas y guiando las acciones del individuo.

La percepción es un proceso cognitivo, de carácter espontáneo e inmediato, que permite


realizar estimaciones o juicios más o menos básicos, acerca de situaciones, personas u
objetos, en función de la información que inicialmente selecciona y posteriormente procesa la
persona (Pastor, 2000). Sin embargo, pueden aparecer factores de diversa índole que alteren la
percepción de una situación, provocando que las inferencias perceptivas de unas personas
difícilmente coincidan con las de otras. Por lo que, a la hora de hablar de riesgo es inevitable
tomar a las personas como seres cognitivos que buscan y procesan racionalmente la
información, en tal sentido fue significativo el desarrollo de la psicología

UNIDAD III: INFLUENCIA DE LOS FACTORES FÍSICOS MEDIOAMBIENTES DE LA CONDUCTA

3.1 Medio Ambiente Atmosférico

3.2 Medio Ambiente Luminoso

Astrónomos y organizaciones ambientalistas unen sus esfuerzos para luchar contra la dañina
contaminación luminosa que afecta hoy en mayor o menor medida a muchos asentamientos
humanos alrededor del mundo. No se trata de vivir a oscuras sino de emplear la iluminación
con criterios de eficiencia y suficiencia.

Actualmente, vivimos en una época marcada por enormes avances tecnológicos y


científicos. La necesidad cada vez más imperiosa de generar energía ha evolucionado desde la
máquina de vapor y el motor de combustión interna, hasta las megacentrales eléctricas, térmicas y
nucleares.

El relativo bienestar de que disfruta hoy escasamente una cuarta parte de la población
mundial, ha sido posible a causa del empleo indiscriminado de los combustibles fósiles
(petróleo, gas y carbón) y nucleares. Ello ha permitido, entre otras muchas cosas, que las
actividades humanas no se limiten al horario de iluminación solar y que en alguna medida
nuestra vida diaria sea más segura gracias a la instalación del alumbrado público, las luces
exteriores de las casas, los parqueos, etc.

Se reconoce que el consumo energético es un factor que contribuye al deterioro del medio
ambiente. Por otra parte, en muchos países está creciendo el número de personas que
comprenden que paralelamente a la dañina contaminación ambiental producto de la emisión,
entre otros gases, de dióxido de carbono (principal causante del efecto de invernadero),
dióxido de azufre (que al precipitarse da lugar a lluvias ácidas), que se produce debido a
las enormes cantidades de combustibles fósiles que anualmente se queman para generar
electricidad, ha surgido también una contaminación luminosa que crece a un ritmo galopante.

La contaminación luminosa se puede conceptuar, de forma breve como una brillantez


artificial del cielo producida por una iluminación exterior inadecuada y exagerada que conduce a
un despilfarro energético y económico.

Para combatir e intentar minimizar la contaminación luminosa sin comprometer en lo absoluto


nuestra seguridad y protección nocturna, existen algunas propuestas como las siguientes:

 Usar la iluminación nocturna sólo cuando sea necesario, apagando las luces externas
cuando no se necesiten.
 Emplear sólo la cantidad de luz requerida.
 Utilizar luminarias que dirijan la luz hacia abajo.
 Emplear, siempre que sea posible, lámparas de vapor de sodio de baja presión,
pues estas son las lámparas de mayor eficiencia energética que existen.
Todas estas medidas contribuyen en mayor o menor medida a la protección del cielo, pero tienen
también implicaciones en el mejoramiento de la calidad de la iluminación, el ahorro de energía
eléctrica y recursos económicos, así como en la cuestión medioambiental.

Debemos preocuparnos y ocuparnos en resolver este problema de la contaminación


luminosa, del cual nuestro país y sobre todo las grandes ciudades tampoco escapan. Este
problema, aunque afecta directamente a los astrónomos y a todos aquellos que disfrutan de
apreciar el cielo nocturno, tiene aristas que colindan con la educación ambiental, energética y
económica.

Tenemos que educar a las nuevas generaciones por medio de procesos pedagógicos de
formación de valores éticos y morales, incluyendo los ambientalistas, que les permitan
apreciar que el futuro requiere de un desarrollo sostenible basado en un consumo eficiente
y moderado; ello permitirá a la humanidad transitar por el camino del progreso hacia un
verdadero bienestar para todos en armonía con el medio ambiente.

3.3 Medio Ambiente Acústico

Según los expertos, en las últimas décadas los niveles de ruido en nuestro país han subido de
forma alarmante. De hecho se calcula que más de de 9 millones de españoles soportan cada día,
unos niveles medios de ruido que superan el límite aceptable, establecido en 65 dB por la OMS.

Una cuestión que no es difícil de entender si tenemos en cuenta que el sonido que emite un
televisor a un volumen elevado alcanza los 75 dB, y que según el INE un 30% de las viviendas
en España sufren problemas de contaminación acústica. Si nos vamos a la calle, las cifras
aumentan, ya que el sonido del tráfico o las obras pueden alcanzar hasta los 130 dB, el
equivalente a un motor reactor.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) nuestro país es de los más ruidosos del mundo,
ocupando el segundo lugar después de Japón. Lo que nos lleva a que cerca de un 30% de los
españoles califique su ciudad como bastante ruidosa y un 14% como muy ruidosa. Además,
un 6% se queja del sonido que emiten las sirenas y un 2% del ruido que producen las
obras del vecindario.

Datos que deben tenerse en cuenta, ya que la contaminación acústica puede causar importantes
problemas de salud. Desde un aumento de las pulsaciones, estrés, dolor de cabeza o insomnio
hasta un mayor riesgo cardiovascular, hipertensión, úlceras o pérdida al cesar el ruido, una
exposición continuada a niveles superiores de 90 dB puede producir una pérdida auditiva
irreversible.

Los ruidos de nuestro entorno. Algunos de los ruidos más comunes a los que estamos expuestos
en nuestro día a día son tan ruidosos como un avión al despegar o una calle con tráfico
intenso, lo que supone una agresión constante para nuestro sentido auditivo.
NIVEL DE RUIDO ACTIVIDAD SENSACIÓN
60 dB Conversación tranquila Normal
Despertador Produce molestia
75 dB
TV. a volumen elevado
Secador de pelo Produce molestia
80 dB
Calle con tráfico intenso
Claxon de un coche Sensación molesta
90 dB
Metro
100 dB Sirena de patrullas Sensación molesta
Reproductor MP3 a alto nivel Sensación molesta
110 dB Discoteca
Bebé llorando
120 dB Concierto de rock Sensación dolorosa
130 dB Carrera de coches Sensación dolorosa
140 dB Despegue de avión a 25 m Dolor y daños auditivos
Petardo estallando Dolor agudo y riesgo de
150
sordera permanente

La diferencia básica entre sonido y ruido es que el ruido es un sonido no deseado, generalmente
de nivel alto y molesto.

La contaminación acústica nace de la actividad humana, normalmente asociada a una actividad de


tipo industrial.

Los efectos negativos de exposición continuada al ruido producen alteraciones fisiológicas y


psicológicas más o menos conocidas.

El problema del ruido es intangible de forma que si el ruido desaparece, también desaparece el
problema.

Acústica Integral está dedicada al estudio y aislamiento de toda manifestación de ruido, ya sea de
tipo aéreo o estructural, para obtención del cumplimiento de las normativas a aplicar en cada
caso.

Las acciones preventivas para el conocimiento, evaluación y análisis del ruido se centran en las
siguientes acciones:

 Mediciones e informes acústicos.


 Mapas de ruido.
 Estudios acústicos.
 Ayuda al desarrollo de planes de viabilidad contra el ruido.

Las acciones correctoras a realizar para atenuación de niveles de ruido son las siguientes:

 Acondicionamiento acústico.
 Aislamiento acústico.
 Cerramientos, cabinas y barreras acústicas.
 Puertas y visores acústicos.
 Tratamiento de entradas/salidas de aire, chimeneas, etc.
 Control de la vibración estructural.

UNIDAD IV: EFECTO DE LA CONDUCTA EN EL MEDIO AMBIENTE

4.1 Actitudes hacia el Medio Ambiente

Las creencias y valores sobre el medio ambiente han surgido como una forma alternativa de ver
el mundo y de relacionarse con la naturaleza. Al conjunto de creencias y valores que
caracterizarían esta nueva visión de la realidad se le ha denominado «Nuevo Paradigma
Medioambiental» (Dunlap y Van Liere, 1978). Según Milbrath (1986), la idea del Nuevo Paradigma
Ambiental representa un conjunto de creencias y valores que se refieren principalmente a la
valoración de la naturaleza, la compasión por las otras personas, la limitación del
crecimiento económico y demográfico, la evitación de riesgos tecnológicos y, en general, la
participación, cooperación, el posmaterialismo y los estilos de vida sencillos. El Nuevo
Paradigma Medioambiental definiría una nueva forma de organizar y concebir las relaciones
sociales que gradualmente puede incorporar sus concepciones al sistema social dominante.

Entre la población de nuestro país, un alto porcentaje de sujetos se muestra preocupado


por el medio ambiente, manifestando un fuerte compromiso en la protección de la naturaleza
aunque ello exija aceptar sacrificios y arriesgarse o dicen estar dispuestos a cambios de
comportamiento personal y de valores humanos como forma de proteger y conservar el medio
ambiente. Sin embargo, un número muy reducido de personas lleva a cabo conductas
concretas como no arrojar basuras al suelo, ahorrar agua o reciclar. Aunque las actitudes
ambientales podrían predecir las decisiones cotidianas del individuo en relación con el uso,
cuidado y conservación del medio ambiente y de los recursos naturales, la realidad sugiere
una escasa relación entre la «preocupación ambiental» y la «conducta ecológica
responsable»

4.2 Conducta Ecológica Responsable

Se define la conducta ecológica responsable como el conjunto de actividades humanas cuya


intencionalidad es contribuir a la protección de los recursos naturales o, al menos, a la reducción
del deterioro ambiental (Grob, 1990). La conducta responsable agrupa una serie de acciones
individuales específicas, relativas esencialmente al ahorro de recursos, el consumo y reciclaje de
productos, la contaminación y la reducción de residuos.

Disímiles

4.3 Educación Ambiental


UNIDAD V: PRIVACIDAD, TERRITORIALIDAD Y HACINAMIENTO

Hemos podido analizar cómo los seres humanos captamos el entorno, cómo percibimos sus
características físicas, informacionales, cognitivas y simbólicas, y también cómo todo ello nos lleva
a elaborar actitudes o juicios en relación con el espacio que, aunque no determinan
completamente, contribuyen sin duda a explicar cómo nos comportamos en él y respecto a él
Pero los seres humanos no tenemos tan solo la necesidad imperiosa de relacionarnos con nuestros
entornos. También necesitamos con la misma intensidad relacionarnos con nuestros semejantes,
es decir, desarrollar comportamiento social. Y ello tanto para configurar nuestra identidad propia
como para mantener experiencias relacionales positivas y crecer como personas como para
situarnos en el mundo y vivir ajustados a contexto.
Este mundo del que hablamos está compuesto tanto por dimensiones físicas como personales y
sociales, lo que nos llevaba a hablar entonces de " entorno sociofísico " donde lo ambiental y lo
psicosocial coexisten sin solución de continuidad y se definen mutuamente uno a otro.
Dos ideas muy simples y contundentes se desprenden de lo dicho hasta el momento y son, a su
vez, el leitmotiv de la unidad que ahora empezamos -y nos atreveríamos a decir, de toda la
psicología ambiental:
a) el ser humano es un ser social, y
b) el ser humano es un ser ubicado.
La primera idea, el ser humano es un ser social tiene extraordinarias implicaciones puesto que es
tanto como decir que sin el contacto social con los demás no podríamos pensar en nosotros
mismos como seres humanos singulares. En otras palabras, necesitamos de la interacción social
para configurar nuestra identidad, sea entendida ésta en un sentido más individual o más social. Y
también necesitamos la interacción para situarnos correctamente en nuestro mundo, entenderlo y
formar parte activa de él.

La segunda idea, el ser humano es un ser ubicado implica que estamos permanentemente
interactuando con nuestro entorno físico, a veces de manera más consciente, otras veces sin
darnos casi cuenta de ello. Pero nuestro sistema sensorial, nuestras capacidades cognoscentes o
nuestra afectividad siempre están en contacto con un conjunto de variables físicas y nuestra
experiencia vital depende en gran medida de nuestra experiencia ambiental, llámese percepción,
cognición, significado o comportamiento ambiental ... o todo a la vez.

Si aunamos estas dos ideas tan simples se desprende que el entorno físico es un elemento
fundamental en la interacción humana. Sin embargo, la psicología -y la psicología social- ha
adoptado habitualmente esta idea de forma muy restringida, de manera que si lo importante era
estudiar los procesos mentales o la interacción social, el entorno físico suponía un conjunto de
variables potencialmente distorsionadoras de los fenómenos psicológicos "puros". Así, y
especialmente en la investigación de corte experimental, el entorno era completamente
controlado, experimentalmente anulado o, como mucho, considerado el "escenario" donde se
desarrolla la interacción humana.

Sin embargo, para buena parte de la Psicología Ambiental, el entorno físico no es sólo un
escenario donde se desarrolla la interacción, sino un elemento más de la interacción social
humana. De esta manera, las características, disposiciones o configuraciones ambientales
contribuirán a definir la interacción social, los roles de los interactuantes o el propio contenido de
la interacción.

5.1 Concepto y Función de la Privacidad

La privacidad (privacy) es una necesidad importante para el ser humano y, como tal, aparece
explícita o implícitamente en gran parte de nuestro comportamiento.

Todavía hoy se constata un considerable nivel de confusión y ambigüedad en este importante


campo de investigación (Newell, 1995; Pedersen, 1997). Ello posiblemente es debido a que la
privacidad es entendida y analizada desde campos tan diversos como la antropología, la etología,
la política, la sociología, el derecho o la psicología y en cada uno de ellos toma perspectivas y
matices distintos.

Inicialmente, pueden considerarse dos acepciones comúnmente aceptadas y utilizadas del término
privacidad. Privacidad puede referirse a la idea de estar solo, alejado físicamente de otras
personas o de algunas -ya que el elemento de referencia puede ser la persona o el grupo. Por otra
parte, se considera una situación de privacidad cuando la persona o el grupo puede regular
efectivamente la información que ofrece ante los otros.

Como hemos podido observar, la idea de privacidad engloba diversas acepciones, pero en todas
ellas se intuye un claro componente psicosocial: la privacidad se refiere a la manera que tenemos
de relacionarnos con nuestros semejantes. Es pues uno de los conceptos más claramente
psicosociales de los aquí tratados, aunque, como veremos, tiene también un fuerte componente
ambiental.

A pesar de que en términos genéricos podemos definir junto con Newell (1994) la privacidad como
la "separación del dominio público", la definición más completa y aceptada desde la psicología es
la ofrecida por Irwin Altman: la privacidad es “el control selectivo del acceso a uno mismo o al
grupo al que uno pertenece” (Altman, 1975, p. 18).

Así, el autor captura en la definición los dos aspectos esenciales de la privacidad:

1. el control selectivo de la interacción social y


2. el control selectivo de la información ofrecida a los otros (sin que ello signifique
necesariamente aislamiento y reserva respectivamente).

Ello implica controlar la interacción tanto al nivel de “entradas” como de “salidas”, es decir en un
sentido bidireccional. Además, la definición entiende la privacidad referida bien a la persona o
bien a un grupo determinado (desde una pareja hasta la familia o el grupo de amigos, por
ejemplo).

Así pues, desde la Psicología Ambiental es necesario referirse a la privacidad como la capacidad de
la persona o grupo de personas de regular o controlar selectivamente la cantidad e intensidad de
contactos o interacciones sociales en un contexto socioambiental determinado, así como el flujo
de información que se produce en tales interacciones, todo ello en función de las necesidades
concretas de la persona o grupo de relacionarse con el mundo social en un momento y situación
determinados.
Diversas son también las formas en las que la privacidad puede manifestarse. En este punto es
necesario referirse a los estudios pioneros de Alan Westin (Westin, 1967). Este autor propone
cuatro dimensiones de la privacidad: Soledad, Intimidad, Anonimato y Reserva.

Trabajos posteriores en este ámbito han ido en la línea de confirmar los resultados iniciales de
Westin. Especialmente importante, y por ello nos referiremos a él a continuación, es el trabajo de
Darhl Pedersen (Pedersen, 1979, 1982, 1997). A partir de diversos procedimientos de análisis
factorial, Pedersen completa la tipología de Westin y la amplía a seis dimensiones o, si se quiere
entender así, seis manifestaciones o formas de privacidad.

 Las primeras dos dimensiones se refieren básicamente al control de la interacción por


parte de la persona: SOLEDAD y AISLAMIENTO
 Las dos dimensiones siguientes guardan estrecha relación con la capacidad de controlar
selectivamente la información en situación de interacción: ANONIMATO y RESERVA
 Por su parte la INTIMIDAD es una forma de privacidad que toma como referencia no a la
persona sino al grupo. Aquí cabe distinguir entre INTIMIDAD CON LA FAMILIA e
INTIMIDAD CON LOS AMIGOS

Las primeras dos dimensiones se refieren básicamente al control de la interacción por parte de la
persona.

 La Soledad

La dimensión SOLEDAD se refiere a la acepción directa de “estar solo”, es decir, estar en una
situación donde el resto de la gente no puede acceder a lo que haces o dices.

 El aislamiento

Similar a soledad, el AISLAMIENTO se refiere a alejarse de los otros para obtener privacidad. Sin
embargo, mientras aislamiento implica irse lejos de la gente para estar solo (por ejemplo, ir a vivir
a una montaña), soledad significa encontrarse solo en una situación donde existe gente alrededor
(por ejemplo, encerrarte en tu habitación mientras el resto de la familia está presente en la
vivienda).

Las dos dimensiones siguientes guardan estrecha relación con la capacidad de controlar
selectivamente la información en situación de interacción.

 El anonimato

La dimensión ANONIMATO se refiere a involucrarse en una situación social determinada pero sin
permitir ser identificado, es decir, pasando inadvertido entre la multitud.

 La Reserva

Por su parte, la dimensión RESERVA se refiere a controlar informaciones de carácter personal en


una interacción social, especialmente si nos relacionamos con extraños.

Por su parte la intimidad, tal y como la describe Westin (1967), es una forma de privacidad que
toma como referencia no a la persona sino al grupo (desde una díada hasta un grupo social), cuyos
miembros tratan de llevar al máximo sus relaciones personales y el flujo de información que se
deriva de esta relación. Por su parte, Pedersen (1979, 1982, 1997) distingue entre:

 Intimidad con la familia

Se refiere a estar solo con la familia y con exclusión de otra gente. Generalmente la Navidad o las
celebraciones como cumpleaños o efemérides familiares son un buen momento para desarrollar
este tipo de interacciones.

 Intimidad con los amigos

Igual que con la familia pero en este caso referido al grupo de amigos, por ejemplo, en la
celebración de una fiesta privada.

En este caso, como en el anterior, las convenciones y comportamientos más formales socialmente
hablando suelen substituirse por códigos de comportamiento específicos del grupo (bromas,
canciones, motes, etc.)

La privacidad cumple cuatro funciones principales:

1. Posibilidad de establecer una comunicación limitada y protegida durante la interacción


2. Favorecer un sentimiento de control y de autonomía personal
3. Favorecer un sentimiento de identidad
4. Posibilitar la liberación de emociones

Sin embargo, de una manera más comprehensiva, podemos establecer dos grandes grupos de
funciones que cumpliría la privacidad, cada uno de ellos con tres funciones principales asignadas,
como se muestra en el siguiente esquema:

FUNCIONES DE
LA PRIVACIDAD

INTERACCIÓN Y IDENTIDAD
ORGANIZACIÓN PERSONAL Y
SOCIAL GRUPAL

Orden y Autonomía
Autoidentidad: personal:
Regulación Gestión de la estructura, Autoevaluación
de la grupal/social: permite libertad de
información: establecer un
:
interacción: proporcionar a las elección de la
establecimie personas recursos sentido de este elemento
cumple una persona en su
permite la nto de una para poderse identidad relación con el
planificación comunicación mantener dentro personal, función de
de estructuras relación entre medio como
de la limitada y autodefinirse y concepto clave
grupales autoposicionars el yo y los otros
interacción protegida, imprescindibles para entender
e la privacidad
para su desarrollo.
5.2 Concepto y Función de la Territorialidad

Supóngase la reacción de alguien cuando al regresar a la butaca, en una sala de cine, observa que
el sitio está ocupado por otra persona o si, de repente, un desconocido entra en casa sin el propio
consentimiento.

Probablemente en ambos casos, en mayor o menor medida, se producirá una sensación de


disgusto o enojo; ejemplos, en otras palabras, del fenómeno de la territorialidad

Este término, inicialmente, se fundamentó a partir de estudios de animales y especialmente del


campo de la etología (Eibl-Eibesfeldt, 1970; Lorenz, 1966; Wynne-Edwards, 1962). Ello explicaría
en gran medida el desarrollo de la territorialidad de una forma no tan ligada a la privacidad y sí a la
territorialidad animal. Pero, por otro lado, el concepto también ha sido explicado a partir del
control y la regulación de la interacción humana (Altman, 1975; Brower, 1980), destacándose en
este caso el aspecto sociocultural, más que el biológico.

Definida por Howard en 1948, la territorialidad se hizo más popular a partir del libro “The
Territorial Imperative” de Robert Ardrey, en 1966. De forma general, tiene que ver con la
consistencia en la forma en que personas y animales regulan el espacio que les envuelve.

Existen numerosas definiciones de territorialidad. En suma, las diferentes definiciones conllevan la


inclusión de otros conceptos como defensa, espacio físico, posesión, exclusividad de uso, señales,
personalización, identidad, dominación, control, seguridad, vigilancia; por citar los más
destacables. Ahora bien, existen ciertos elementos comunes y con mayor consenso en el conjunto
de definiciones de la territorialidad. En este sentido, Gifford (1987), de forma similar a Altman
(1975), menciona los siguientes elementos:

 defensa ;
 conducta relacionada con un lugar ; y por último,
 control por parte de un individuo o un grupo.

Con la intención de ofrecer una definición de territorialidad que abarque la mayoría de aspectos,
Gifford (1987) la define como

“un patrón de conductas y actitudes sostenido por un individuo o grupo, basado en el control
percibido, intencional o real de un espacio físico definible, objeto o idea y que puede conllevar la
ocupación habitual, la defensa, la personalización y la señalización de éste” (p. 137).

La territorialidad puede ser también entendida en relación directa con la privacidad. Desde esta
perspectiva, la territorialidad es un mecanismo para conseguir el grado de privacidad deseado,
pero no el único. Por otro lado y como ya se apuntó en su definición, la territorialidad se halla
asociada con la posesión u ocupación de un lugar o una área geográfica por parte de un individuo
o un grupo. La posesión de un territorio supone, entre otras cosas y no la única, preservar y
regular el grado de privacidad. De esta forma la privacidad, entendida desde la territorialidad, es
un objetivo que se consigue con la posesión u ocupación de un territorio.

La privacidad, en esencia, no conlleva unos límites físicos, a diferencia del territorio. Una
persona “puede sentir una pérdida de privacidad cuando el territorio es invadido y en este sentido
los conceptos se solapan, pero la privacidad es el control sobre el acceso, el cual va más allá de
límites geográficos, como pueden ser fotografías, rumores, acontecimientos pasados e incluso
futuros y muchas otras dimensiones no contenidas en el concepto de territorialidad”

Una característica importante de la territorialidad es la forma de infracción de los diferentes tipos


de territorio (Lyman y Scott, 1967).

 La más común es la invasión, lo que significa entrar físicamente en el territorio,


normalmente para controlarlo.

 Pero puede darse el caso de una incursión temporal sin la finalidad tan directa de control.
En este caso se trata de la violación del territorio que puede ser fruto de la ignorancia (por
ejemplo, entrar en el lavabo equivocado) o deliberada, con la finalidad de dañar o
molestar (vandalismo). Tampoco es necesario que la violación se efectúe personalmente
(por ejemplo, subir el volumen de nuestra radio).

 Por último también existe la contaminación, por la que el infractor, además de ensuciar el
territorio, puede provocar algún mal mayor. Por ejemplo, una empresa química que
deposite sus residuos en un lugar no adecuado con lo que pueden filtrarse a las aguas
subterráneas, o dejar un objeto nuestro a alguien y que nos lo devuelva estropeado
(Gifford, 1987).

Las funciones de la territorialidad tanto en humanos como en animales básicamente consisten en


la regulación de la organización social y la protección, difiriendo en su forma. En primer lugar, la
protección o más concretamente toda una serie de aspectos que se hallan relacionados
esencialmente con la supervivencia -apareamiento, refugio, distribución de la población,
alimentación, etc., - es más notoria en el caso de los animales, mientras que en el caso de los seres
humanos es más flexible.

En segundo lugar, también hay que matizar la función de organización social en la territorialidad
humana. En tercer y último lugar es necesario referir otras funciones exclusivas de los humanos.

Gifford (1987) plantea que la territorialidad funciona como un proceso central que incluye la
personalización y la señalización de los territorios, la agresión y la defensa territorial y los aspectos
de la jerarquía o dominación y el control.

Pero con el objeto de ofrecer una visión más sistemática de las funciones de la territorialidad
humana, Veitch y Arkkelin (1995) mencionan las funciones relacionadas con la organización social ,
la identidad personal -la señalización y la personalización del territorio principalmente- y lo que
denominan beneficios psicológicos pero que también se refieren a aspectos de la identidad grupal
-beneficios por el hecho de ocupar una área percibida como “nuestra” y que dan sentido a la
identidad personal y grupal-.

En definitiva, recogiendo éstas y otras aportaciones al tema y de manera similar a como hemos
procedido con la privacidad, podemos agrupar las funciones de la territorialidad humana según el
siguiente esquema

Desde aquí podéis acceder a un esquema en el que se relacionan las principales funciones de
la PRIVACIDAD y de la TERRITORIALIDAD
INTERACCIÓN SOCIAL AUTOIDENTIDAD
GESTIÓN DE INFORMACIÓN AUTOEVALUACIÓN
ORDEN Y ESTRUCTURA GRUPAL AUTONOMÍA PERSONAL

PRIVACIDAD

INTERACCIÓN / IDENTIDAD
ORGANIZACIÓN PERSONAL/GRUPAL
SOCIAL

TERRITORIALIDAD

DOMINACIÓN/CONTROL PERSONALIZACIÓN

ORGANIZACIÓN DE ACTIVIDADES APEGO/APROPIACIÓN


COTIDIANAS
SEÑALIZACIÓN
REGULACIÓN AGRESIÓN
ESPACIO DEFENDIBLE

5.3 Concepto y Efectos Producidos por la Experiencia de Hacinamiento

De entre los mecanismos ambientales implicados en las relaciones sociales, la distancia


interpersonal es posiblemente uno de los mecanismos que utilizamos de manera más automática,
aunque sin ser siempre conscientes de ello. Efectivamente, una manera de regular la interacción
social con los demás es manteniendo más o menos distancia con la persona con la que hablamos,
o simplemente con la que estamos compartiendo un determinado espacio.

De entre las imágenes más conocidas que utiliza Hall para explicar el espacio personal están, sin
duda, la comparación entre el espacio que dejan las palomas al posarse sobre un cable y el espacio
que guarda la gente entre si al hacer fila.
De hecho, no mantenemos la misma distancia con alguien conocido que con un desconocido. Ni
tampoco es igual la distancia que se mantiene con la pareja, con algún familiar lejano o con un
compañero de trabajo. A pesar de las variaciones de la situación, el género de la otra persona, las
pautas culturales o el grado óptimo de privacidad, entre otras variables, existe una especie de
"fronteras" entre distancias reservadas para distintos tipos de interacción. No es lo mismo una
conversación íntima con alguien a quien hacemos una confidencia, que estar de palique en la
parada del autobús con alguien a quien no conocemos, ni la distancia entre un conferenciante y su
público. De esta forma, la distancia física entre personas acaba siendo un elemento esencial de la
interacción social.

Sin embargo, en ocasiones el mantenimiento de una distancia óptima no siempre es posible. En


este casos las personas pueden sentirse invadidas por los demás o pueden estresarse ante la
imposibilidad de hacer una determinada tarea por falta de espacio. En estas ocasiones hablaremos
de hacinamiento o crowding fenómeno cuyas consecuencias son realmente perjudiciales para la
vida social, especialmente en entornos en los que el espacio es un bien preciado, como ocurre en
las ciudades

La distancia interpersonal también se suele denominar espacio personal. Uno de los precedentes
en el estudio del espacio personal fue Hall (1966), quien denominó proxemia al estudio científico
del espacio como un medio de comunicación interpersonal. Sommer (1969) definió el espacio
personal como un área con “límites invisibles” que rodea a la persona.

Las analogías que se han utilizado para explicar el espacio personal son variadas. Hay quien se ha
referido a una concha o un caracol, otros hablan de un aura. Pero lo más habitual es hacer
referencia a una metafórica burbuja que nos acompaña en todo momento, para aludir a la zona
que rodea a una persona, en la cual no se puede entrar sin autorización so pena de verse
amenazada.

Este anuncio refleja con bastante exactitud la metáfora de la burbuja

https://www.youtube.com/watch?v=oWhvp0gppkk

Como podemos ver, esta “burbuja” no siempre tiene el mismo diámetro; su tamaño varía en
función de la situación social y la percepción del tipo de interacción social que se mantiene. Sin
embargo, es importante destacar que el concepto de espacio personal se refiere explícitamente a
la distancia física entre dos personas que interactúan, la cual puede ser medida en metros y
centímetros. De esta forma se configuran varios tipos de distancia interpersonal.

Por ejemplo, cualquiera sabe que cuando una persona se acerca a un animal, normalmente solo lo
puede hacer hasta cierta distancia en la que el animal se siente amenazado. Esta es la distancia de
huida. Esto lo saben bien los ganaderos, quienes deben acercase a los animales en un
determinado ángulo para conseguir que se desplacen en una determinada dirección.

Por otra parte, una vez sobrepasada esta distancia entramos en la zona crítica que es la fina línea
que separa la zona de huida de la zona de ataque. En esta última el animal ve la amenaza lo
suficientemente cerca como para reaccionar.

http://www.grandin.com/spanish/zona.fuga.html
Este es una caso claro de conducta animal que ejemplifica el concepto de espacio personal de las
personas y que nos permite distinguir entre territorio y espacio personal: así como el territorio se
define como una porción de espacio fijo y explícitamente delimitado, el espacio personal se
desplaza con la persona y sus límites son más variables y no explícitamente delimitados. Además
las personas pueden entrar y salir de su territorio mientras que no lo pueden hacer de su espacio
personal. Por último, los territorios pueden llegar a tener una extensión que sobrepase en mucho
los límites de interacción directa de la persona mientras que el espacio personal se mantiene
siempre en una dimensión vinculada a una interacción social concreta y específica.

Por otra parte, tanto territorialidad como espacio personal hacen referencia a porciones físicas de
espacio (es decir, pueden ser “traducidos” en términos de distancia física) mientras que el
concepto de privacidad no tiene este referente tan concreto sino que se vincula al tipo y control
de la interacción social. En este sentido, tanto la conducta territorial como el establecimiento del
espacio personal pueden ser considerados mecanismos de regulación de la privacidad.

TIPOS DE DISTANCIA

DISTANCIA ÍNTIMA

Se sitúa entre 0,45 m y el contacto físico.

Es la distancia a la que se expresan sentimientos intensos (ternura, amor, consuelo, enojo,


contrariedad,…). Es la distancia en la que tienen lugar las confidencias y las prácticas amorosas.
La vista recibe gran cantidad de información (sonrojo, miradas amorosas o de enfado, etc.), pero
los otros sentidos también entran en juego de manera intensa: podemos sentir el calor corporal y
la textura de la piel a través del tacto, el olor de la transpiración o del perfume, el diálogo tónico…
La voz puede tener un papel secundario y, en muchas ocasiones, no pasa del susurro.

DISTANCIA PERSONAL

Se sitúa entre 45 y 120 cm.

En esta distancia la vista empieza a tener un papel más preponderante y aunque puedan todavía
influir algunos sentidos (podemos percibir todavía olores), éstos pasan a un plano secundario. Por
otro lado el lenguaje no verbal (gestos, tono postural, etc.) tiene aquí un papel fundamental. El
contacto físico solo se da cuando alguien deliberadamente lo provoca. El tono de voz es bajo, ideal
para confesiones, confidencias y cuestiones de carácter personal. Esta es la distancia en la que se
da la interacción entre amigos íntimos y las conversaciones entre conocidos.

DISTANCIA SOCIAL

Se sitúa entre 1,2 y 3,5 metros.

Es la distancia para los contactos sociales de carácter formal, relaciones entre desconocidos,
reuniones de negocios o fiestas de compromiso. El contacto físico es totalmente formal (por
ejemplo, darse la mano), el tono de voz es más elevado y la actitud ante la interacción es más
distante.
La definición hacinamiento está estrechamente relacionada con
la percepción de la distancia interpersonal, están el concepto de
hacinamiento o crowding (también overcrowding). Este es un
fenómeno muy vinculado con un estilo de vida urbana
caracterizado por una alta densidad de personas en espacios
restringidos. Esto lleva inicialmente a considerar como
sinónimos densidad y hacinamiento. Sin embargo esta relación
no es tan clara ni fácil como inicialmente parece.

Dan Stokols (1972) propone utilizar densidad en relación con los aspectos físicos objetivos de una
situación espacial (es decir, cantidad de personas por área de espacio) mientras que hacinamiento
se utilizaría para hacer referencia a los aspectos psicológicos o subjetivos de una situación (es
decir, percepción negativa de la restricción espacial).

De hecho, no siempre que existe una alta densidad de personas se considera hacinamiento ya que,
o bien la propia definición de la situación social o bien la percepción subjetiva no conllevan efectos
psicológicos negativos ni percepción negativa de la situación. Por ejemplo, una manifestación
exitosa en la calle o un buen concierto de rock se caracterizan, sobre todo, por que atraen a una
gran cantidad de gente que se ubican y relacionan en un contexto de altísima densidad, sin que
por ello sea percibida la situación como negativa, sino más bien lo contrario.

EFECTOS DEL HACINAMIENTO SOBRE LAS PERSONAS

Un primer conjunto de efectos tiene que ver con el hecho de que una situación de hacinamiento
suele ser generadora de estrés. Toda situación de estrés tiene una serie de correlatos a nivel
fisiológico (alteraciones del ritmo cardíaco, de la presión arterial, de la segregación hormonal, de
los niveles de adrenalina, etc.) y también psicológico (baja tolerancia a la frustración, aparición o
acentuación de trastornos mentales, alteraciones del sueño, etc.).

Los estudios realizados muestran que, para tareas de cierto nivel de complejidad o para aquellas
que requieren interacción social, el hacinamiento influye negativamente en el rendimiento.
Además, como una variable estresora más, los efectos negativos pueden aparecer como efectos
secundarios retardados como baja tolerancia a la frustración, déficit en los niveles de atención y
bajo rendimiento en tareas con resultados a medio o largo plazo.

A nivel psicosocial, el hacinamiento incide sobre diversos fenómenos sociales.

AGRESIÓN
Muchas situaciones cotidianas que implican el contacto con situaciones de hacinamiento se
asocian con sentimientos de frustración y disgusto. Y las propias teorías psicosociales (Bandura,
1963; Dollard, 1939; Miller, 1941) relacionan estos sentimientos con el comportamiento agresivo.
Sin embargo, esta relación es compleja e implica tanto factores situacionales como diferencias
individuales y culturales.

http://www.cronica.com.mx/notas/2015/936662.html

AISLAMIENTO
Otro de los efectos en relación con la conducta social es la tendencia al aislamiento en condiciones
de hacinamiento. Efectivamente, estudios tanto de laboratorio como de campo demuestran que
cuando la densidad aumenta las personas tienden a aislarse de las demás, y ello se manifiesta en
conductas como alejamiento físico, aumento del espacio personal o evitación del contacto ocular.

ALTRUISMO
Una consecuencia de este aislamiento social es la afectación sobre la conducta altruista. Un
considerable cuerpo de investigación indica que la creciente densidad social puede reducir la
tendencia de las personas a ayudar a los demás, fomentando estrategias individuales de
supervivencia y, por tanto, la reducción del comportamiento altruista.

Algunos psicólogos ambientales han señalado que las consecuencias negativas del hacinamiento
se derivan de las limitaciones que la alta densidad social impone a la libertad de conducta de las
personas. Proshansky y colaboradores han añadido que lo esencial para que la persona perciba
hacinamiento es que el número de personas que participan en una determinada situación restrinja
la libertad de elección de la persona, o que ella lo perciba como tal.

Uno de los ejemplos más vergonzosos de estos efectos se produce en las cárceles sobreocupadas,
donde, más allá de las limitaciones de conducta propias del régimen penitenciario, la alta densidad
repercute sobre todo tipo de conducta con multitud de efectos negativos.

UNIDAD VI: TIPOS DE AMBIENTE NATURAL Y CONSTRUIDOS

Los ambientes son espacios que resultan de la combinación de dos tipos de elementos: los
naturales, comprenden el clima, el relieve, los ríos, el suelo la flora y la fauna. Los construidos,
estos comprenden todas las trasformaciones que los integrantes de la sociedad realizan mediante
sus actividades.

6.1 Espacio Natural

Se define ambiente natural lo que no ha sido alterado por el hombre, pero esta definición no es
dogmática, puesto que, supongamos, si un hombre se interna en una selva y toca o afecta un
árbol, ello no lo transforma automáticamente en un ambiente artificial o antropizado. De este
modo, la definición dada tiene un solo sentido relativo.

Los espacios naturales se clasifican en parques, que pueden ser parques nacionales, regionales y
naturales. También 30en reservas naturales que pueden ser integrales y finalmente se clasifican
en paisajes naturales protegidos.

6.2 Medio Urbano

6.3 Ambiente Residencial

6.4 Ambiente Laboral

6.5 Ambiente Escolar

6.6 Ambiente Institucional

Anda mungkin juga menyukai