Bases de la conducta
20 DE ABRIL DE 2018
JOSE DANIEL SANTIAGO CEJAS
Criminología y Criminalística
El psicoanálisis criminal
El delito para los psicoanalistas, supone un fenómeno de inadaptación social en
que la parte ancestral de la personalidad anímica vence al superyó (suponiendo
que los delincuentes tienen un superyó criminal, o en aquellos, muy
excepcionales, en que carecen de yo superior.)
¿Por qué la mató? ¿Por qué los mató? ¿Cómo se atrevió a hacerlo? ¿Qué es lo
que hace que una persona llegue a realizar semejantes actos por demás
inhumanos, aberrantes? ¿El asesino nace, se hace? ¿Cuáles son sus tendencias?
¿Cómo poder identificar “señales de alarma” antes de que un crimen suceda?
¿Cómo prevenirlo? ¿Cuál sería su opinión respecto al crimen de..? etc. etc.
Preguntas como éstas, y muchas otras, nos son dirigidas a quienes trabajamos en
el campo de la psicología, y en particular en el campo del psicoanálisis, o a
cualesquiera que se ubica en el campo del estudio de los humanos y sus
relaciones, después de que un crimen ha resonado con fuerzas las “palancas” de
los medios.
Pero lo cierto es que pocas veces se investiga a detalle un caso criminal, por lo
que termina en reducirse en pura condena y deslinde.
Una vez que los artistas no quieren explicar, ni adoctrinar a nadie, ni mucho
menos controlar bajo premisas médicas, psicológicas o psiquiátricas, ni prevenir,
advierten un sinfín de cosas, preciosos detalles ¡El chiste está en el detalle! –bien
lo saben los artistas, bien lo supo Freud (por ejemplo: Cfr. Freud, S. “Sobre un
caso de Paranoia descrito autobiográficamente, AE, OC, Tomo XII) así como
Jacques Lacan (Ver. Lacan, J “Motivos del crimen paranoico: el crimen de las
hermanas Papín” en “De la psicosis paranoica en sus relaciones con la
personalidad, México: Ed. Siglo XXI, p.338 y sigs. Lacan, J. “Introducción teórica a
las funciones del psicoanálisis en criminología” Escritos I, México: Siglo XXI) no
por nada éste último advertía, que el artista adelanta al psicoanalista, y éste no
tiene que andarle haciendo al psicólogo, ahí, justamente, donde el artista le
esboza el camino.
Nicéforo, escribe un breve capítulo con el título “Una palabra sobre la psicología
profunda”, en el que se hace cargo de la “ingeniosa teoría” del yo de varios pisos
construida por la escuela psicológica de Viena, y trata de demostrar que en lo que
es esencial la doctrina, la prioridad pertenece a la escuela criminológica italiana.
La escuela italiana ha demostrado que se llega al crimen cuando (por esta o
aquella causa biológica o social) los impulsos provenientes del yo inferior (delitos
naturales) no son detenidos o transformados y convertidos de algún modo en
legítimos por la influencia inhibitoria del yo superior. El psicoanálisis, a su vez,
cree que en una muy grande categoría de delincuentes (los que llama neuróticos)
el gesto antisocial es el último resultado de un conflicto psíquico y por ello de un
tratamiento psíquico, que se ha producido la mayor parte de las veces en la época
de la primera infancia, cuando precisamente los instintos primordiales infantiles
venían a tropezar con la censura familiar.
La psicología profunda afirma que no basta con conocer los artículos de los
códigos que no son más que fórmulas, sino que es preciso que el juez sepa
analizar al hombre.
Según Nicéforo, varían las explicaciones sobre la existencia de los distintos yo.