a partir de esa fecha y hasta 1964, período en el cual incorpora otras dos ideas
fundamentales: pre-tarea y proyecto.
Según definió Pichon-Rivière: “La tarea es la marcha del grupo hacia su objetivo,
es un hacerse y un hacer dialéctico hacia una finalidad, es una praxis y una
trayectoria” (1970b. pág. 189).
No sólo los grupos están o no en tarea, también los sujetos. Pichon-Rivière (1964)
explicitó esta cuestión, con claridad, en “La noción de tarea en psiquiatría”. Tarea
es por lo tanto, una actividad individual o colectiva que se dirige desde ciertas
necesidades hacia ciertos objetivos.
Los objetivos a los que se dirige la tarea son siempre específicos y están en parte
fijados previamente por el encuadre (grupal y/o institucional). Sin embargo, cabe
aclarar, que los objetivos no son nunca del todo especificables, por lo menos antes
de que el proceso grupal o personal despliegue sus perspectivas y tome cierta
consistencia.
Hay tareas prescriptas y objetivos específicos a los que se dirigen los sujetos
individuales o colectivos. Pero los sujetos encuentran, a medida que se implican
en sus tareas, sentidos inadvertidos y en un sentido inadvertibles. Los significados
personales y grupales emergen y se revelan solo a través de la inmersión en la
tarea. Es necesario conocer la realidad concreta para transformarla pero también,
como es sabido, es necesario transformar lo real para crear las condiciones que
dan lugar al conocimiento.
Dijimos que tarea es multidimensional o, dicho en otros términos, tiene una gran
complejidad estructural. Pero su complejidad estructural (espacial) es también
complejidad temporal. El término tarea describe una actividad o trayecto que es
lineal (dimensión temporal) pero contiene a la vez una multiplicidad de tiempos:
avances y retrocesos, desarrollos desiguales y momentos caóticos y devenires
multidireccionales propios de un movimiento esencialmente dialéctico y crítico.
Cabe aclarar, porque hay quienes erróneamente lo afirman, que la tarea nunca es
el mero cumplimiento de una actividad prescripta. Si se reduce a ello la tarea, se la
vacía de contenido y se la desnaturaliza.
Existe en toda tarea una incertidumbre (imprescindible) que debe ser respetada al
riesgo caer en una actividad vacía y sin sentido. Esa incertidumbre permite, tanto
como la capacidad de centrarse en la tarea, mantener abierta la esperanza
presente en toda situación de tarea. Cada giro de la espiral dialéctica parece que
va a pasar por el mismo lugar que antes, pero pasa al lado; se desplaza, siempre
un poco más allá o un poco más acá. (Grieco, A. 2012). La tarea se da o no se da
en cada aquí-ahora-con otros y es esencialmente, un proceso creativo, singular e
irrepetible.
Bajo esta tarea explícita subyace otra implícita, que apunta a la ruptura, a través
del esclarecimiento, de las pautas estereotipadas que dificultan el aprendizaje y la
comunicación significando un obstáculo frente a toda situación de progreso o
cambio. (1969, p. 153.).
Como se habrá advertido a esta altura del artículo, la tarea no es cualquier tipo de
actividad ni una actividad cualquiera. El concepto tarea tipifica, no sólo una
trayectoria, sino un modo, un tipo, una calidad específica de trayectoria. Tarea es
una actividad y praxis compleja y multidimensional que supone el tránsito y
resolución positiva de contradicciones sucesivas (que se van presentando en
distintos momentos del proceso) tanto como simultáneas (que se presentan al
mismo tiempo en un momento específico del proceso).
Se analice un sujeto o un grupo, u otro tipo de colectivo social más amplio, como
podría ser una institución o una comunidad, es necesario tener en cuenta, por lo
menos, las siguientes dimensiones que intervienen en la tarea: los procesos de
comunicación y el ruido y malentendido; las dimensiones del aprendizaje y del
obstáculo; los procesos vinculares y grupales de afiliación y pertenencia (versus
serialidad); las alternativas de la cooperación y el saboteo; la tele positiva y
negativa; la dinámica de roles grupales; las ideologías en sus versiones
manifiestas e implícitas; los contextos institucionales y sociales intervinientes
(explícitos e implícitos); los avatares de la incertidumbre y la ambivalencia; las
necesidades y motivaciones en juego; los secretos grupales y los grados de
conciencia posible; los miedos (ansiedades paranoides y depresivas) y los
proyectos de cambio.
¿Qué es la pretarea?
La pretarea es un modo (estereotipado) de actividad individual o grupal que se
caracteriza por el uso cuasi meramente defensivo de las técnicas del yo. Estas
técnicas funcionan, durante la pretarea, casi exclusivamente al servicio de la
resistencia al cambio. Los sujetos evitan, a través de estas técnicas defensivas, el
enfrentamiento y abordaje del objeto de la tarea, eludiendo de ese modo la
elaboración de las ansiedades.
Debería quedar claro a esta altura, que la pretarea, concepto formulado por
Pichon-Rivière en 1964, casi diez años después de postular el término tarea como
concepto, no supone una “preparación” para la tarea. Pretarea es una instancia
lógica y no cronológica.
Aunque es cierto también que presupone algún tipo de antes (“pre” - tarea). Pero
se trata de un “antes” sólo en el sentido de que mientras predomina la pretarea, no
se hace posible abordar el objeto de la tarea. La pretarea describe un momento de
resistencia al abordaje del objeto de conocimiento y de resistencia, y también de
resistencia al esclarecimiento de las implicancias subjetivas y objetivas de los
sujetos. La pretarea, en tanto instancia lógica -y no cronológica-, puede darse –o
no darse- en cualquier momento del proceso grupal, en el inicio, el desarrollo o el
cierre.
Si los sujetos o grupos logran vencer los miedos y obstáculos que provienen de la
resistencia al cambio (ansiedades paranoides y depresivas que configuran el
miedo al cambio) y se produce una situación en la cual predomina la comunicación
por sobre el ruido, el aprendizaje por sobre el obstáculo, la pertenencia por sobre
la serialidad, la capacidad de cooperar por sobre el saboteo y la competencia, se
da, entonces, la pertinencia, definida como capacidad de centrarse en una tarea.
A modo de cierre.
Bibliografía.
FABRIS, F.; Les notions de tâche, prétâche et travail dans la théorie de Pichon-
Rivière. Nouvelle Revue de Psychosociologie 2013/1 n° 15. 336 páginas. Editorial
Eres (pp. 183-192
GOLDMANN, L.; 1973. Lukács y Heidegger. Hacia una filosofía nueva. Buenos
Aires, Amorrortu editores.
JASINER, G.; 2007. Coordinando Grupos, una lógica para los pequeños grupos.
Buenos Aires, Lugar Editorial.
KLEIN, R.; 2009. El trabajo grupal. Cuando pensar es hacer. Buenos Aires, Lugar
Editorial.
LEFEBVRE, H.; 1967. Obras (posteriores a 1958). Tomo I y II. Buenos Aires,
Editorial A. Peña Lillo.
MARX, K.; 1845. « Tesis sobre Feuerbach », en K. Marx, 1974, Obras Escogidas
Tomo I. Moscú, Editorial Progreso, pp. 7-10.
MOFFATT, A.; 1990. Psicoterapia del oprimido. Buenos Aires, Editorial Humanitas.
PICHON-RIVIÈRE, E.; [1956-7] 1985. Teoría del Vínculo. Buenos Aires, Nueva
Visión.
SCHERZER, A.; 1988. « Relación grupo- tarea. Aportes acerca de los grupos
humanos », en A. Scherzer, Emergentes de una Psicología social sumergida,
Montevideo, Banda Oriental, pp. 19-41.