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Ensayo

Coraima Suárez

La queratina como base en la creación de biomateriales para


aplicaciones biomédicas.

Hay algo interesante con respecto a la Biología y sin duda es que cada
vez deja de ser una ciencia que se estudia netamente a los seres vivos,
también busca el empleo de estos con el fin de aportar a la sociedad
algo más que conocimientos; un avance biotecnológico. Las
condiciones actuales de nuestro planeta influyen en la avidez que
presenta la sociedad por la búsqueda de nuevos recursos renovables,
y aquí es cuando todo el conocimiento que se ha alcanzado con la
biología nos da un punto de partida para hallarlos. Por lo tanto, no es
extraño que el desarrollo de biomateriales este en auge y se dé
preferencia por su aplicación en la medicina, en base a esto podemos
observar a lo largo de la historia el arduo estudio alrededor de la
proteína que conforman la queratina del pelo humano, lana, pezuñas
y cuernos, así como métodos para su extracción y su aplicación en
diferentes biomateriales.

Un aspecto importante para el desarrollo de un biomaterial es conocer


su estructuración, el cabello humano está conformado por queratinas
duras, por lo tanto, su composición química rica en cisteína y azufre
le confiere fuerza y flexibilidad, esta composición suele perder azufre
conforme pierde fuerza. Lo cual nos indica que su función depende de
su estructura y su interacción con otras macromoléculas, la unidad
(Lactoferrina-Fe) es un buen ejemplo que presenta la misma
connotación interacción-función, la Lactoferrina al no interactuar con
el hierro es rígida, pero al estar este presente le otorga flexibilidad.
Por lo tanto, si queremos emplear queratinas menos resistentes solo
tendríamos que buscar en el vello fino de nuestros cuerpos, al
contrario de si queremos unas más resistentes pensaríamos en las
uñas.

Uno de los principales desafíos que presento la aplicación de la


queratina en la industria fue lo difícil de su extracción ya que esta no
es hidrosoluble, a pesar de que su estructura presenta varios
aminoácidos hidrófilos como: acido glutámicos, ácido aspártico,
arginina y lisina, esto es por su organización en estructuras  y  en
donde los aminoácidos se encuentran presentando interacciones tanto
internas y algunas externas; estas estructuras pueden cambiarse de
una a otra dependiendo de la concentración de agua en el ambiente. Al
inicio se emplearon métodos mecánicos para su aplicación (polvos) en
cosméticos, compuestos y recubrimientos de drogas, pero en 1970 se
desarrollaron nuevas formas de extracción empleando química
oxidativa, reductiva e hidrólisis enzimática, esto con el fin de romper
los enlaces disulfuro (mayormente presentes en las hélices alfa) e
hidrogeno de las láminas beta.

Para considerar un material idóneo en la aplicación biomédica es


necesario considerar factores como: biocompatibilidad intrínseca,
biodegradabilidad, durabilidad mecánica y abundancia natural. La
queratina presenta todos estos aspectos incluido la actividad biológica
intrínseca, regulación del comportamiento y reconocimiento celular,
características comunes en macromoléculas naturales. Al ser una
proteína presente en organismos vivos presenta funciones como:
apoyo mecánico, transporte, transmisión de impulsos nerviosos,
catalizadores, etc. Esto favorece a su empleo en ingeniería tisular y
medicina regenerativa, como base para hidrogeles.

En apenas siete años las aplicaciones de hidrogeles de queratina han


sido empleadas en varios ámbitos de la biomedicina, uno de ellos para
potenciar la actividad de células del sistema inmune en procesos como
reparación y cicatrización de heridas, ya que este biomaterial ayuda a
reducir las respuestas inflamatorias presentes en las primeras etapas
de la regeneración influyendo en una mayor producción de citoquinas
antiinflamatorias y disminuyendo las pro-inflamatorias (Fearing and
Van Dyke, 2014). Otro estudio se realizó en la aplicación de películas
de queratina para la reconstrucción de la superficie ocular, obteniendo
resultados semejantes al anterior estudio en relación a la
biocompatibilidad y la disminución del proceso inflamatorio (Borrelli
et al., 2015), así mismo ha sido empleado en más estudios relacionados
a la osteointegración (integración celular) observando una mejora de
la adaptación de los implantes al tejido del organismo (Duncan et al.,
2017).

En conclusión, la queratina es un material con mucho potencial para


la biomedicina ya que al permitir interacciones célula-célula y célula-
matriz, logra un aumento en la biocompatibilidad y desarrollo de
cultivos celulares, por lo tanto, desde mi perspectiva guiada hacia la
biomedicina regenerativa me es grato conocer las posibles
aplicaciones que puede presentar una proteína, además la importancia
de conocer la estructura y composición para identificar las diferentes
funciones en las que podría actuar y las modificaciones a las que
podría someterse para moldearla de acuerdo a nuestras necesidades
(Rouse and Van Dyke, 2010).

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