William T. Cavanaugh
I. El hambre y el mercado
Adam Smith pensaba que esta distracción se debe al hecho de que cada
persona está "por naturaleza, en primer lugar y principalmente, dedicada a su
propio cuidado."3
Creo que tengo ahora una idea de por qué habría sido un error dar dinero a
Rosalinda por el pájaro. Se habría anulado el regalo y lo hubiera convertido en
un intercambio. Yo habría restablecido los límites entre lo suyo y lo mío, y por
tanto habría reforzado los límites entre ella y yo. La Eucaristía nos cuenta una
historia diferente acerca de lo que somos en realidad - los hambrientos y
saciados - y hacia dónde vamos.
1. Agustín, Confesiones, trad. Henry Chadwick (Oxford: Oxford University Press, 1991), 29-30
[Libro II, § 10].
3. Adam Smith, La Teoría de los sentimientos morales, ed. AL Macfie y Rafael DD (Oxford:
Oxford University Press, 1976), 82 [II.ii.2.1].
4. Ibíd., 86 [II.ii.3.4].
5. Ibíd., 81 [II.ii.1.7].
10. San Juan Crisóstomo, Homilía en Corintios I, no. 24 La Eucaristía: Mensaje de los Padres de
la Iglesia, ed. Daniel J. Sheerin (Wilmington, Del.: Michael Glazier, 1986), 210.
11. Sacrosanctum Concilium 8, en los documentos del Vaticano II, Austin Flannery P., ed. (Grand
Rapids, Mich. Wm B. Eerdmans Publishing Co., 1975), 5.