Los piroclastos de caída son fragmentos expulsados al aire por un centro eruptivo y que, o bien
se depositan siguiendo trayectorias balísticas, o bien son transportados por las columnas
eruptivas y el viento, hasta depositarse como una lluvia de material volcánico. Se clasifican en
función de su tamaño en: cenizas, lapilli y bombas o bloques.
Hace referencia al producido por un flujo denso de fragmentos y agua, que desciende desde un
volcán debido a la remoción de los fragmentos presentes en depósitos volcaniclásticos. (Villance,
2000).
Bibliografía: