CONDUCTA PROVOCADA, HABITUACIÓN Y SENSIBILIZACIÓN

MARÍA ALEJANDRA SÁNCHEZ LÓPEZ

SANDRA VIVIANA ARBOLEDA GIL

JOSÉ HUMBERTO JARAMILLO ÁLVAREZ

Presentado a: PEDRO AGUSTÍN GARZÓN VANEGAS

Asignatura: Sistema Comportamental

UNIVERSIDAD DE MANIZALES

FACULTAD DE CIENCIAS SOCIALES Y HUMANAS

PROGRAMA DE PSICOLOGÍA

MANIZALES, FEBRERO 11 DE 2013

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 INTRODUCCIÓN

A lo largo de este trabajo se hará la revisión de los principios contemporáneos del aprendizaje y
la conducta, con una descripción más detallada acerca de lo que es la conducta provocada, es
decir, la que ocurre en respuesta a estímulos ambientales específicos; dichas respuestas
provocadas varían desde los más simples reflejos, hasta las respuestas emocionales y la conducta
dirigida a metas o teleológica.

Para ello será importante tener presente que las respuestas provocadas también participan en dos
formas básicas y comunes de cambio conductual: la habituación y la sensibilización; de ahí que la
conducta no sea del todo flexible, pues los organismos nacen con sistemas y tendencias
conductuales preexistentes que establecen unos límites a la hora en que ocurre el aprendizaje.

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 NATURALEZA DE LA CONDUCTA PROVOCADA

Desde algo que se mueve en nuestro campo de visión, hasta un trozo de comida en la boca que
produce salivación, son claros ejemplos que buena parte de la conducta ocurre en respuesta a
estímulos, es decir, es provocada. Para llegar a un mejor entendimiento de ésta, se hace necesario
describir su forma más simple, la cual se conoce como conducta refleja.

Un reflejo involucra dos eventos relacionados: un estímulo provocador y una respuesta

correspondiente, los cuales se encuentran conectados. La presentación del estímulo es seguida
por la respuesta, y es raro que ésta ocurra en ausencia de un estímulo. Esta relación E-R es una
consecuencia de la organización del sistema nervioso. En los vertebrados, incluidos los seres
humanos, intervienen un mínimo de tres neuronas en la organización de los reflejos simples: el
estímulo ambiental activa neuronas sensoriales o aferentes que transmiten el mensaje hasta la
médula espinal, desde ahí los impulsos neuronales se transmiten a neuronas motoras o eferentes,
las cuales elaboran la respuesta observable; sin embargo, las neuronas motoras y sensoriales no se
comunican directamente, por el contrario, los impulsos se transmiten de unas a otras a través de
las llamadas interneuronas, las cuales están dispuestas de tal forma que un conjunto de neuronas
sensoriales, se conecte sólo con un conjunto de neuronas motoras.

Debido a esta conexión restringida entre neuronas sensoriales y motoras concretas, la respuesta
refleja sólo es desencadenada por un conjunto limitado de estímulos; es así que las neuronas
aferentes, las interneuronas y las neuronas eferentes, constituyen lo que se conoce como arco
reflejo.

En los vertebrados, este arco reflejo representa el mínimo de conexiones neuronales para la
acción refleja, no obstante, en la elicitación o provocación de reflejos, suelen intervenir
estructuras neuronales adicionales, de ahí que si una persona está muy activa después de ver una
película de terror, no es de extrañar que se sobresalte fácilmente si otra persona le da un golpe
detrás del hombro. Esto demuestra que los reflejos se han desarrollado para proporcionar un
ajuste comportamental rápido, facilitando el bienestar y la supervivencia del organismo. Este es
el caso de los recién nacidos, quienes no han aprendido como deben responder ante los
acontecimientos ambientales y, tienen que sobrevivir gracias a las reacciones innatas a los
estímulos.
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Normalmente, los reflejos son respuestas muy sencillas, pero existen algunas más complejas que
indican cadenas de respuesta simple.

Patrones de acción modal: Existen respuestas que una vez iniciadas, acaban siendo
independientes de sus consecuencias y, dada la naturaleza fija de estas respuestas, han recibido el
nombre de patrones de acción modal (PAM).

Los que inicialmente identificaron los PAM fueron los etólogos Konrad Lorenz y Nikolas
Tinbergen, quienes se referían a ellos como patrones de acción fija para poner el acento en que
las actividades asociadas tenían lugar más o menos de la misma manera en todos los miembros de
una especie, sin embargo, investigaciones posteriores dieron a conocer que en realidad no se hace
lo mismo, pues no son patrones específicos.

Dentro de los PAM se encuentran ciertos estímulos señales o desencadenantes suficientes para
provocar su activación, no obstante, una determinada pauta de acción puede estar controlada por
varios rasgos del estímulo en forma aditiva.

Organización secuencial de la conducta: Las acciones individuales se organizan en secuencias de

comportamiento efectivas, haciendo que toda conducta motivada o dirigida a metas, involucre
secuencias organizadas. Los etólogos la denominaron conducta apetitiva a los primeros
componentes de la secuencia del comportamiento y, conducta consumatoria, a los últimos
componentes, así la conducta consumatoria es una acción que concluye una secuencia de
respuestas típicas de una especie y, la respuesta apetitiva, sirve para poner al organismo en
contacto con los estímulos que desencadenan la conducta sumatoria.

Generalmente, las conductas consumatorias son altamente estereotipadas, pues son conductas
específicas de cada especie que tienen estímulos provocadores específicos. Por el contrario, las
conductas apetitivas son menos estereotipadas y pueden tomar formas diversas de acuerdo a la
situación; y es que las respuestas consumatorias terminan siendo PAM específicas de la especie.

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 HABITUACIÓN Y SENSIBILIZACIÓN

Para hablar acerca del proceso o de la teoría del proceso dual de la habituación y de la
sensibilización, es necesario hablar de la existencia de diferentes procesos neurológicos
responsables del aumento y disminución de la emisión de dispositivos para la estimulación,
entendiéndose como un cambio interno en el sistema nervioso.

En lo que concierne a la habituación, entendemos por esta, la reducción de la capacidad del

estímulo para producir una respuesta. En cambio, la sensibilización produce aumento en los
dispositivos para efectuar una respuesta.

Es llamada teoría del proceso dual porque estos dos procesos pueden darse de una manera
concomitante o simultáneamente, pero alguno de estos proceso debe prevalecer, esto se
determina debido a que proceso es más fuerte, es decir, que proceso tiene mayor ayuda a nivel de
estímulos.

Estos dos procesos tienen origen en partes distintas del sistema nervioso, la habituación actúa con
un sistema estimulo- respuesta (E-R) o un arco reflejo, ya que se aprende a generar respuestas
especificas desencadenadas.

Por otro lado, la sensibilización es catalogada un sistema de estado, en donde están involucradas
otras partes del sistema nervioso, que determinan el nivel general de sensibilidad del organismo o
su disponibilidad para responder; Dicho sistema mantiene inactivo durante el sueño y solo se
activa cuando hay un cambio en el estado emocional o las drogas estimulantes.

Hablando de la presentación de la habituación y a la sensibilización es necesario referirnos a los

conceptos de intensidad y frecuencia, donde entendemos por frecuencia el número de
presentación del estímulo en un tiempo determinado y a la intensidad es la fuerza con la que se
emprime el estímulo.

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 BIBLIOGRAFÍA

Domjan, M. (2010). Conducta provocada, habituación y sensibilización. Principios de

aprendizaje y conducta, (pp. 31-64). México: Cengage.

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