*
Claude Zilberberg
(Centro Nacional de Investigación Científica de París, CNRS)
Recibido: 22/11/08
Aprobado: 19/01/09
Le mystère est que, dans le moment même ciencia modal (del “no poder hacer”)
où le langage est ainsi obsedé de lui-même, il para efectuarlo.2
lui est donné, comme par surcroît, de nous
E
M. MERLEAU-PONTY
locución: ¿para que sirve? deja entrever
l título provocador: ¿para qué sirve un fondo de escepticismo en el caso
la gramática tensiva? no nos perte- más favorable, si es que no de nihilis-
nece. Proviene de los brasileños L. mo, dando a entender que las cons-
Tatit, I. Lopes y W. Beividas. Desde el trucciones conceptuales son, como los
punto de vista subjetal, la locución seres de la naturaleza, perecibles, y
interrogativa: ¿para qué sirve? corres- que basta, en suma, con tener pacien-
ponde a la configuración del desafío, la cia, y que los libros perduran, con
cual, según Greimas,1 pone en duda la esfuerzos y cuidados considerables,
competencia del enunciatario para como plano de la expresión, pero no,
ejecutar el programa propuesto. Una ciertamente, como plano del con-
de dos: o el enunciatario no responde tenido. La locución ¿para qué sirve?, si
al desafío, y, en ese caso, queda desca- el enunciatario la recibe, se convierte
lificado; o acepta el desafío y su reali- en una invitación al heroísmo, o al
zación es actualizada, es decir, antici- ridículo si es que no logra el objetivo
pada como insuficiente por el enun- que se ha fijado: convencer a su con-
ciador [de la pregunta]: tendor en potencia.
El programa propuesto comporta
En el caso de la provocación por desa-
una segunda demanda no modaliza-
fío, que es la que nos interesa en este
da: el lenguaje y el sentido. Ambas
momento, el mensaje persuasivo del
demandas son muy diferentes. La pri-
sujeto manipulador que acompaña la
proposición de contrato consiste en
mera: el lenguaje y el sentido, es una
significar al sujeto que uno se prepara invitación a evaluar el grado de comu-
a manipular su falta de competencia: nicación que se puede establecer entre
el sujeto S2 es así invitado a ejecutar dos magnitudes que presentan, ya un
cierto programa (PN) y al mismo aire de familia, una relación de simila-
tiempo queda advertido de su insufi- ridad según Jakobson, ya una vecin-
* “El misterio reside en que, cuando el lenguaje se ve obsesionado por sí mismo, adquiere,
como por añadidura, la capacidad de abrirnos a una significación”.
1 GREIMAS, A. J. “El desafío”. Del sentido II, 1989, pp. 242-254. Como hace con frecuencia,
Greimas toma por punto de partida, por germen, la definición del diccionario: el desafío
es “una declaración provocadora por medio de la cual uno le hace saber a alguien que lo
considera incapaz de hacer una cosa”.
2 Ibídem, p. 244.
7 Ibídem.
8 Ibídem, p. 114.
9 Ibídem.
10 HJELMSLEV, L. Principes de grammaire générale, 1928, p. 56.
11 HJELMSLEV, L. “Essai d’une théorie des morphèmes”. Essais linguistiques, 1971, p. 173.
12 HJELMSLEV, L. Prolegómenos a una teoría del lenguaje, 1971, pp. 25-26.
13 Ibídem, p. 52.
14 Ibídem, p. 125.
15 Ibídem, p. 128.
16 Ibídem, p. 129.
17 Ibídem.
Si Fontanier hace del evento una fi- ¿Para qué sirve la gramática
gura, H. Focillon lo acepta como una tensiva?
categoría estética, o sea, como una
Quisiéramos, primero, llamar la aten-
magnitud metalingüística: “¿Qué es el
ción sobre la economía singular de la
evento? Acabamos de decirlo: una
teoría en las llamadas ciencias huma-
‘brusquedad’ eficaz”.24 El evento está,
nas. Anticipando un poco, considera-
pues, “en” el sentido y “en” la lengua:
mos que la sintaxis tensiva comporta
en el sentido, en virtud de las valen- dos vertientes: una sintaxis intensiva
cias extremas de tempo y de tonicidad que procede por aumentos y por dis-
que manifiesta, y en la lengua, en ra- minuciones, y una sintaxis extensiva
zón de la forma exclamativa o inter- que procede por selecciones y por
jectiva que selecciona: mezclas, las cuales no tienen nada de
peyorativo, puesto que presuponen,
Se dice en particular que la expresión respectivamente, análisis y síntesis.
“manitu” es empleada siempre que la Existen dos vías para que una teoría se
representación y la imaginación son
desarrolle: una aproximación axiomá-
excitadas por algo nuevo y extraordi-
tica que propone principios, de hecho
nario: si, durante la pesca, uno atrapa
definiciones, a partir de los cuales
una especie aún desconocida de pe-
deduce consecuencias que, por in-
ces, eso hace surgir de inmediato la
versión, se convierten en presuponien-
expresión de “manitu” […]. Las ex-
tes. Este acercamiento es el que se
presiones de “wakan” y de “wakan-
practica en Semiótica 1, especialmente
da”, entre los Sioux, parece que re-
en las entradas “densas” como “cua-
montan etimológicamente a interjec-
drado semiótico” y “recorrido generati-
ciones que traducen el asombro.25
vo”. Un segundo acercamiento, total-
mente diferente, consiste en mezclar-
Registramos una correspondencia, los, a partir de “deudas” y de présta-
una concordancia entre el sentido y la mos declarados. Eso es lo que nosotros
lengua de acuerdo con la condición hemos tratado de hacer en el estudio
indicada al comienzo por Humboldt: consagrado a la obra de Greimas en
los contenidos “se corresponden sin Raison et poétique du sens.26 Allí distin-
ser exactamente los mismos”. guíamos seis “herencias”: la herencia
ginebrina (Saussure), la herencia pra- Bajo estas premisas, las teorías pre-
guense (Jakobson), la herencia danesa sentan cierta analogía con los juegos de
(Bröndal y Hjelmslev), la herencia cartas. De un juego a otro, las mismas
rusa (Propp), la herencia francesa (Tes- cartas, afectadas de valores diferentes
nière), la herencia alemana (Husserl, (Saussure), son regidas por reglas
Merleau-Ponty). sintácticas diferentes. Cada juego tiene
Considerada en esa perspectiva, sus reglas particulares, su sintaxis, a
una teoría puede ser evaluada de veces sumaria, porque depende am-
acuerdo con tres criterios: el número, pliamente del azar, a veces sutil, que
el acento y la pulidez. El número de exige grandes competencias y una
los préstamos puede ser reducido o práctica continua. En El pensamiento
amplio. Por ejemplo, Hjelmslev no re- salvaje, Lévi-Strauss ha propuesto otra
conoce más que un solo predecesor: metáfora, la del bricolaje: del bricoler,
Saussure.27 Por acento, entendemos la Lévi-Strauss escribe que
selección del préstamo decisivo, aquel
[…] su universo instrumental está
que le da a la teoría su orientación; si
cerrado, y la regla de su juego consis-
comparamos Semántica estructural y
te siempre en arreglarse con los
Semiótica 1, esta última debe su orien- “medios que tiene a mano” es decir,
tación a la adopción de la epistemo- con un conjunto a cada instante finito
logía austera desarrollada en los Pro- de instrumentos y de materiales,
legómenos y no a la que se presenta en heteróclitos a lo sumo, ya que la com-
La categoría de los casos. Finalmente, la posición del conjunto no está en rela-
pulidez designa, para un observador ción con el proyecto del momento ni,
atento, la calidad de homogeneidad por lo demás, con ningún proyecto
obtenida, puesto que una mezcla es particular, sino que es el resultado
lograda si las trazas de las magnitu- contingente de todas las ocasiones
des en préstamo han sido borradas, que se han presentado de renovar el
stock o de conservarlo en buen estado
virtualizadas. Si ninguna teoría con-
con los residuos de construcciones o
sistente, o lo que es lo mismo, recibi-
de destrucciones anteriores.28
da, puede evitar esa dependencia res-
pecto de aquellas que la han precedi-
do, es porque las teorías, como los El análisis del bricolaje apela a la
productos del bricolaje en su orden, indulgencia. Otra metáfora apareció
aparecen como puntos de vista, lo que después, la del reciclaje. ¿La conse-
de ninguna manera las descalifica. cuencia? Se enuncia así: si todas las
27 Para Hjelmslev, “Un solo teórico merece ser citado como antecesor indiscutible: el suizo
Ferdinand de Saussure” (Prolegómenos a una teoría del lenguaje, 1984, p. 17).
28 LÉVI-STRAUSS, Cl. El pensamiento salvaje, 1984, pp. 35-36.
29 Según Hjelmslev, “En el dominio científico, se puede muy bien hablar de resultados defi-
nitivos, pero apenas de puntos de vista definitivos” (El lenguaje, 1968, p. 27).
30 MERLEAU-PONTY, M. La prose du monde, 1999, p. 81.
31 Longino. Traité du Sublime, 1995, p. 93.
Manifestada: la concentración
Manifestante: la redondez
[la rondeur]
33 Michelet escribe: “El pájaro, casi esférico, es ciertamente la cúspide, sublime y divina, de
la concentración viviente. No se puede ver ni imaginar siquiera un más alto grado de uni-
dad”, citado por G. Bachelard en Poética del espacio, 1997, p. 276. Véase ZILBERBERG, Cl.
“Portrait de la rondeur”, en PAROUTY-DAVID, Fr. y Cl. ZILBERBERG. Sémiotique et esthé-
tique, 2003, pp. 99-112.
fuerte
estallante
estallante
[brillante]
[brillante]
intensidad
intensidad
distribuido
distribuido
[opaco]
[opaco]
débil
extensidad
extensidad
concentrado difuso
37 Ibídem, p. 104.
plejo, donde las pequeñas ralentiza- De acuerdo con el uso, una gramá-
ciones y las pequeñas aceleraciones se tica comprende una morfología, es
encuentran ingeniosamente compen- decir, una semántica, y una sintaxis, es
sadas.38 decir, una lista probablemente finita
de operaciones simples.40 Para la se-
Bajo estas premisas, la compleji- miótica greimasiana, la morfología es
dad, la definición analizante y la divi- proporcionada por las estructuras ele-
sión se convierten en puntos de vista mentales de la significación, y a partir
recíprocos. de Semiótica 1, por el cuadrado semió-
tico. Dos reproches se le han hecho a
De la cantidad al intervalo esa asignación: (i) las estructuras ele-
mentales desconocen, de hecho si no
Hemos hablado de una cantidad no de derecho, la cantidad y la graduali-
numérica, fórmula que por el momen- dad; sin duda, las dos operaciones de
to participa del oxímoron. La canti- contradicción: [S1 → no S1] y [S2 → no
dad está por todas partes, y tal vez
S2] eran planteadas posiblemente
por eso le resulta fácil disimularse. Se
como graduales, pero en los hechos, es
encuentra en el corazón del elogio, es
decir, en los análisis concretos, no hay
decir, del género epidíctico, si vamos
nada de eso. Uno se puede preguntar
a creer a Baudelaire cuando hace el
si la atención y la importancia que los
elogio caluroso de actor [comediante]
semióticos han atribuido después a la
Philibert Rouvière:
aspectualidad no fue una manera indi-
[Las obras meditadas] contienen la recta de aborbar esa gradualidad que
gracia literaria suprema, que es la el cuadrado semiótico escondía. El
energía. Ocurre lo mismo con Rouviè- mismo Saussure deja entender en una
re: tiene esa gracia suprema, decisiva observación sibilina que el término de
– la energía, la intensidad en el gesto, “diferencia”, central en el Curso de
en el habla y en la mirada.39 lingüística general, se presta al malen-
tendido: “Diferencia, término incómo-
do, porque eso admite grados”;41 (ii) el
1 “ grande”
“grande”
grandor
grandor
“pequeño”
“pequeño”
00
00 pequeñez
pequeñez 1
S1 S2 S3 S4
trarios, mientras que [S1] y [S4] consti- trarios, pero difieren por la tonicidad;
tuyen supercontrarios. En segundo [S2] y [S3] se parecen en cuanto sub-
lugar, consideramos que [S1] y [S2] contrarios, pero se diferencian por la
habitan la región átona del continuum, tonicidad. Lo mismo que la rima fran-
y [S3] y [S4] la región tónica. Así: cesa de los cuartetos exige dos mar-
S1 S2 S3 S4
Proyección Proyección
de [S1 ÍÎ S4] sobre [S2 ÍÎ S3] de [S1 ÍÎ S3] sobre [S1 ÍÎ S4]
Ð Ð
déficit exceso
44 Para Wölfflin, la relación entre el arte del Renacimiento y el arte barroco se sitúa dentro
de la tonicidad y no entre la tonicidad y la atonía: “El clasicismo busca el grandor, no lo
colosal. […] La iglesia más enorme del clasicismo nos da esa impresión de mesura que la
iglesia barroca, incluso de dimensiones reducidas, no nos da ni quiere dárnosla” (Réfle-
xions sur l’histoire de l’art, 1997, p. 68.
Claude Zilberberg
Ð Ð Ð Ð Ð
semántica
intensiva Î
nulo
nulo débil
débil fuerte
fuerte supremo
supremo
semántica
extensiva Î
universal
universal común
común raro exclusivo
exclusivo
Sintaxisdedela la
Sintaxis intensidad:
intensidad:
Disminución deun
Disminución de un Disminución
Disminución de una
de una
aumento
aumento disminución
disminución
Disminución Î
atenuar
atenuar repuntar
repuntar
Sintaxisdedela la
Sintaxis extensidad
extensidad:
Mezclar
Mezclar mezclas
mezclas Mezclar
Mezclar una selección
una selección
Mezcla Î
fusionar
fusionar confundir
confundir
Seleccionar
Seleccionar una mezcla
una mezcla Seleccionar
Seleccionar una selección
una selección
Selección Î
detallar
detallar dispersar
dispersar
proceso Ð Ð
Ð
abrir Î abrir
abrir lo abierto
abierto abrir lo cerrado
abrir lo cerrado
cerrar Î cerrar
cerrar lo abierto
lo abierto cerrar
cerrar lo
lo cerrado
cerrado
exclusivo
exclusivo
fuerte
intensidad
intensidad
universal
universal
débil
concentrado difuso
extensidad
47 GREIMAS, A. J. “Un problema de semiótica narrativa: Los objetos de valor”. Del Sentido
II. Op. cit., pp. 22-56.
lo exclusivo lo universal
intensidad
intensidad lo supremo lo endeble
extensidad
extensidad la selección la mezcla
referencia
referencia la medida el número
dos regiones simétricas e inversas ba- gar que atribuimos a la densidad, los
jo la doble relación de la intensidad y dominios en los que interviene una
de la densidad coincide con la des- enumeración elevada justifican la al-
cripción de lo sagrado propuesta por ternancia entre valor de absoluto y valor
Cassirer en el segundo volumen de de universo. En primer lugar, la organi-
Filosofía de las formas simbólicas: zación social conoce bien esa tensión,
que con frecuencia ha tomado la for-
La distinción espacial primaria, aquella ma de un reparto entre una aristocra-
que no cesa de encontrarse, cada vez cia49 limitada, exclusiva y de gran bri-
más sublimada, en las creaciones más llo y el resto de la población, nume-
complejas del mito, es la distinción rosa y opaca. Bajo el Antiguo Régi-
entre dos provincias del ser: una pro- men, ¿acaso el aristócrata no se desig-
vincia de lo habitual, de lo siempre–
naba a sí mismo como un “hombre de
accesible, y una región sagrada, que ha
calidad”? La visión del mundo estaba
sido destacada y separada de aquello
constituida por el contraste entre una
que la rodea, que ha sido cercada y que
élite, a su vez desigual, es decir, que
se protege del mundo exterior.48
ejercía sobre sí misma una segunda y
severa operación de selección [tri], y
Ilustraciones al paso
una multitud, a la vez fuerte y débil
Nos limitaremos a algunas alusiones a en razón de su número.
situaciones concretas. En razón del lu-
brillo élite
élite
medida
medida
multitud
multitud
opacidad
restringido amplio
número
número