Anda di halaman 1dari 5

~1~

Ejercicios espirituales en Marco Aurelio.


Praemeditatio Malorum
“la denominada «previsión de males». Consiste en representarse de antemano los
acontecimientos que pueden acaecer, a fin de estar preparado para aceptarlos cuando
ocurran. Se trata, sobre todo, de acostumbrarse a pensar que si estos acontecimientos
acaecen no pueden considerarse males susceptibles de preocuparnos, puesto que no
dependen de nosotros; por ejemplo, si lo propio de la naturaleza mortal es morir, no
depende de nosotros impedir la muerte”

-Pierre Hadot, Manual para la vida feliz

Atención
Consiste en una continua vigilancia y presencia de ánimo, en una consciencia de uno mismo
siempre alerta, en una constante tensión espiritual. Gracias a ella el filósofo advierte y
conoce plenamente como obra en cada instante. Gracias a esta vigilancia del espíritu, la
regla vital fundamental, es decir, el discernimiento entre lo que depende y no depende de
nosotros, se encuentra siempre a mano. […] También puede definirse esta vigilancia como
una forma de concentración centrada en el momento presente.

-Pierre Hadot, Ejercicios espirituales y filosofía antigua

[Ejemplo]

“Por doquier y a cada instante depende de ti, aceptar piadosamente la presente


conjunción de acontecimientos, de conducirte rectamente con los hombres que
están presentes contigo, de aplicar a la presente representación las reglas de
discernimiento, a fin de que nada interfiera en una representación verdadera.”
(Marco Aurelio, Meditaciones, VII, 54)

En cierto sentido, los juicios de valor que nos turban se refieren siempre al pasado o al
porvenir. Nos agitamos por las consecuencias que tendrá para nosotros en el futuro un
acontecimiento presente, pero también un acontecimiento pasado, o tememos un
acontecimiento futuro.

En todo caso, en lugar de limitarnos a lo que pasa en el presente, nuestra representación


se desborda hacia el pasado y hacia el porvenir, hacia algo que no depende de nosotros y
que por lo tanto nos es indiferente.

[…] Esta delimitación del presente tiene dos aspectos principales, Se trata, por una parte,
de hacer soportables las dificultades y las pruebas reduciéndolas a una sucesión de
~2~

instantes breves; y se trata, por otro lado, de intensificar la atención dirigida a la acción o el
consentimiento en los acontecimientos que vienen a nuestro encuentro.

-Pierre Hadot, La ciudadela interior.

Meditación y memorización
[…]Conviene que uno mismo se formule la regla vital de la manera más dinámica y concreta,
debiéndose poner “ante los ojos” unos acontecimientos vitales contemplados a la luz de
esta regla fundamental. En esto consiste el ejercicio de memorización (mneme) y de
meditación (melete) [que] facilita el estar preparado para el momento en que una
circunstancia imprevista, quizá dramática, se presente. Uno debe representarse
anticipadamente los problemas propios de la existencia: la pobreza, el sufrimiento, la
muerte; hay que mirarlos de frente recordando que no son males, puesto que no dependen
de nosotros; en la memoria habrán quedado fijadas aquellas máximas contundentes que,
llegado el caso, nos ayudarán a aceptar esos acontecimientos que forman parte de la
Naturaleza.

-Pierre Hadot, Ejercicios espirituales y filosofía antigua

[Ejemplo]

Por la mañana habrán de examinarse, previamente, las actividades que se realizarán a lo


largo de la jornada, estableciéndose los principios que las gobernarán e inspirarán. Por la
tarde serán analizadas de nuevo para rendir cuenta de las faltas o los progresos producidos.
También los sueños deberán someterse a reconocimiento

La lectura, la escucha, el estudio y el examen en profundidad


La meditación se alimentará […] de la lectura de las sentencias de poetas y filósofos o de
apotegmas. Pero la lectura puede incluir también la explicación de los textos […]. Y se
pueden leer o escuchar en el marco de las enseñanzas filosóficas impartidas por un
profesor.

[…]No sabemos leer, es decir, detenernos, liberarnos de nuestras preocupaciones,


replegarnos sobre nosotros mismos, dejando de lado toda búsqueda de sutilidad y
originalidad, meditando tranquilamente, dando vueltas en nuestra mente a los textos,
permitiendo que nos hablen.”

[Definición física de las cosas]

“Fijar y describir siempre el objeto cuya imagen se presenta al espíritu, de suerte que se le
vea lúcidamente, tal como es por naturaleza, desnudo, uno bajo diversos aspectos; y decirse
a sí mismo su nombre y los nombres de los objetos que lo forman y en los cuales se
~3~

desintegrará. Porque nada es tan capaz de engrandecer el ánimo, como la posibilidad de


comprobar con método y veracidad cada uno de los objetos que se presentan en la vida, y
verlos siempre de tal modo que pueda entonces comprenderse en qué orden encaja, qué
utilidad le proporciona este objeto, qué valor tiene con respecto a su conjunto, y cuál en
relación al ciudadano de la ciudad más excelsa, de la que las demás ciudades son como
casas. [Debe analizarse] qué es, y de qué elementos está compuesto y cuánto tiempo es
natural que perdure este objeto que provoca ahora en mí esta imagen, y qué virtud preciso
respecto a él: por ejemplo, mansedumbre, coraje, sinceridad, fidelidad, sencillez,
autosuficiencia, etc.” (Marco Aurelio, Meditaciones III, 11)

[Ejemplo]

“Como es importante representarse, a propósito de los manjares buscados y de otros


alimentos de este género: «Esto es un cadáver de pescado, esto es un cadáver de pájaro o
de cerdo» y también: «Aquel Falerno es zumo de uva», «Aquel púrpura es pelo de oveja
mojado en sangre de marisco». Y, a propósito de la unión de los sexos: «Es una fricción de
vientres con eyaculación, en un espasmo, de un líquido pegajoso». Qué importantes son
estas representaciones (phantasiai) que alcanzan las cosas mismas y las atraviesan de una
parte a otra de modo que vemos lo que son en realidad.” (Ídem; VI, 13)

La mirada desde lo alto.


 El filósofo dirige desde arriba una mirada hacia la tierra y los hombres y los juzga en
su justo valor.

 Mirar las cosas desde arriba es verlas desde la perspectiva de los muertos;
considerarlas con desprendimiento, perspectiva, objetividad, situándolas en la
inmensidad del universo, en la totalidad de la naturaleza sin agregarles los falsos
prestigios que les atribuyen nuestras pasiones y las convenciones humanas.

 Las preocupaciones de la vida cotidiana se vuelven ridículas.

[Ejemplo]

«Preciso es que quien hace discursos sobre los hombres examine también lo que acontece
en la tierra, como desde una atalaya [Torre de vigilancia]: manadas, ejércitos, trabajos
agrícolas, matrimonios, divorcios, nacimientos, muertes, tumulto de tribunales, regiones
desiertas, poblaciones bárbaras diversas, fiestas, lamentaciones mortuorias, reuniones
públicas, toda la mezcla y la conjunción armoniosa procedente de los contrarios» (Marco
Aurelio, Meditaciones VII, 48).
~4~

La ciudadela interior o la disciplina del intelecto.


[Pierre Hadot, La ciudadela interior, pp, 187-225]

ibertad y representación. La phantasía tiene dos aspectos: (1)

L sustituye al objeto y se identifica con él y (2) resulta en una


modificación del alma. Las phantasiai no dependen de la voluntad y
por lo tanto no son libres. Por el contrario los asentimientos son
voluntarios y se juzgan mediante la voluntad de los hombres.
Etapas del proceso cognitivo: 1. Acontecimiento exterior 2. Primera
representación sin añadiduras 3. Discurso de la representación primera 4.
Enunciado que emite un juicio de valor.
 El hecho de recibir una representación es involuntario, no depende de
aquél que recibe la representación, pero el acto de dar el asentimiento está
en poder de aquél que la recibe.
 Las cosas no pueden penetrar en nuestra ciudadela interior, el reducto
inviolable de la libertad. Son “en ellas mismas” porque no se ocupan de
nosotros, no intentan influirnos, o turbarnos. Tomadas en si mismas, las
cosas no son buenas ni malas.
 Basta con suprimir el falso discurso sobre el valor de los objetos para
suprimir el falso valor que les atribuimos: Epicteto dice en, D. IV, I, 110:
“No te digas a ti mismo que estas cosas indiferentes te son necesarias y
ya no te lo serán”
Delimitación del yo: pasado y porvenir, curso de los acontecimientos,
emociones involuntarias. (II, 2) Ni el cuerpo ni el soplo vital que lo anima me
pertenecen propiamente, porque me fueron dados. Lo único que me pertenece
~5~

es mi voluntad delimitada en espacio y tiempo. Nos hemos apegado a las cosas,


vendido a ellas.
La delimitación del yo equivale a la delimitación de la facultad que tengo de dar
o rechazar mi consentimiento a los juicios de valor. El destino puede obligarme
a tener un cuerpo, ser pobre o estar enfermo, pero tengo la libertad de pensar lo
que quiera sobre esos estados.
os clases de libertad. «¿En nombre de qué, en virtud de qué juzgaré

D que el único bien es el bien moral, que el único mal es el mal moral?
Es aquí donde interviene el misterio de la libertad.
El yo que tiene la capacidad de juzgar y de elegir puede convertirse,
como apunta Marco Aurelio, en «fe, pudor, verdad, ley, buen daimón» o lo
contrario. Puede, si lo quiere, identificarse con la Razón Universal, con la norma
trascendente que plantea el valor absoluto de la moralidad.
 [La Razón universal es indiferente, la humana es pasional (E) Dialogar
con la razón universal]
Hay una diferencia entre la libertad de elección, gracias a la cual el principio
director tiene la posibilidad de hacerse él mismo bueno o malo, y la libertad
real, gracias a la cual, escogiendo el bien moral y la Razón universal, el
principio director consigue que sus juicios sean verdaderos, que sus deseos se
realicen y que sus voluntades resulten eficaces.
El principio director es, por lo tanto, una ciudadela interior inexpugnable, que
no se puede forzar si se niega, pero mucho más inexpugnable en tanto que
libertad real si, gracias a identificarse con la Razón universal, se libera de todo
lo que podría servir a sus juicios, sus deseos y su voluntad»
(VIII, 48) (IV, 3) (IV, 49, I)

Anda mungkin juga menyukai