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PINTAR CON COLORES VERDES:

Si hay un problema común en los aficionados con el color es pintar con verdes y si hay un color complicado a la hora de pintar es el verde. No conozco otro color o tono que se muestre con tantísimas

variantes en la naturaleza ni que cause tantos problemas a los que se inician en el arte de pintar. No es un caso único porque, al igual que le ocurre al verde, el resto de colores tienen también infinitos

matices y variaciones, pero no se que tiene el verde que lo hace distinto para el aficionado a la pintura.

Ya de entrada, y como si conocieran de esta dificultad para el aficionado, las distintas cartas de colores de los distintos fabricantes nos ofrecen más variedad de tonos verdes que de los otros colores

que componen el espectro de la luz.

Podemos encontrar tantos tonos como podamos imaginar; verde chartreuse, verde kelly, verde esmeralda, verde agua, verde agua marina, verde xanadu, verde jade, verde veronés, verde arlequín, verde

espárrago, verde oliva, verde cazador, verde cinabrio, verde oxido de cromo, verde permanente, verde marino, verde vejiga, verde cobalto, tierra verde, verde pino, etc.

Es, como si fabricasen un tono de verde distinto para cualquier motivo que nos podamos encontrar o que necesitemos pintar, identificándolos con nombres bien conocidos por cualquiera para que no

nos tengamos que molestar en identificarlo por nosotros mismos. Así el aficionado no tendrá problema alguno en encontrar siempre el que necesita. ¡Que tengo que pintar unos olivos, pues el verde

oliva!; ¡Que voy a pintar el mar, pues el verde agua marina o el verde marino!; ¡Que voy a pintar un motivo de caza, pues el verde cazador!, que ya es el colmo de los colmos.

Todo esto no hace más que confundir al aficionado en vez de ayudarle, es como si a un niño le pones en las manos un estuche de lápices de colores, siempre buscará el más parecido y nunca se

planteará hacer combinaciones o variaciones y mucho menos obtenerlos con otros colores distintos.

Estarás conmigo que esto no es pintar, es como mucho, colorear; y eso es precisamente lo que le ocurre al aficionado con los verdes, trata de no hacer más complicado el asunto procurando tener en su

estuche de pintura todo tipo de tonos de verdes para elegir en cada caso el que necesite.

¿Has visto tu estuche?, mira a ver cuántos naranjas tienes, ¿a que no más de uno o dos?, ¿y cuántos azules tienes?, ¿dos, tres, cuatro?, y ahora, ¿cuántos verdes tienes?. Si no tienes como mínimo cinco,

seis, siete o más, te felicito, si no, no te preocupes que estás en la media. Yo, solo tengo uno (el verde esmeralda) y la mayoría de profesionales a lo sumo tienen dos o tres.

Y entonces, ¿porqué pasa esto con los verdes y no con los azules o con los rojos?, pues si te digo la verdad no tengo ni idea. Quiero pensar que puede ser debido a una especial dificultad de nuestro

cerebro para interpretar las connotaciones o matices de este color, o que lo tenemos tan identificado que lo asumimos no como otro color cualquiera sino más bien como un concepto amplio de un tono

concreto.

Lo que sí se es que cuando veo a mis alumnos pintar con verdes en sus ejercicios “se pierden”, “lo pintan todo con el mismo verde” o a lo sumo “utilizan no más de dos tonalidades de verde” para

distinguir las zonas iluminadas de las que están en sombra.

Algo pues ocurre con este color que lo hace especialmente complicado de usar cuando pintamos. Me recuerda a cuando pintamos tonos “marrones”, todo es marrón aunque sean tonos totalmente

distintos y siempre buscamos entre nuestros cuatro tonos tierras que tenemos en el estuche. ¡¡Este es el que más se parece, pues venga… con este mismo!!
Si este es tu problema no voy a ser yo, como en la mayoría de webs que hablan sobre el tema, quien te deje un sinfín de mezclas posibles para que tu te puedas fabricar tus propios verdes, y no por otra

razón, sino porque sería interminable y no te ayudaría más que para facilitarte la tarea y seguir acomodando tu forma de pintar a “sólo lo que ves” en vez de enseñarte a obtenerlos en cada momento y

para cada caso por ti mismo.

Lo que si puedo hacer por ti, es darte unos consejos para cuando estés pintando zonas verdes de tus cuadros.

 Lo más importante: Antes de empezar a pintar piensa que el verde es, y tiene que ser, como cualquier otro color; es decir, puede ser claro u oscuro, cálido o frío, luz o quebrado.

 Evita siempre utilizar tonos verdes luminosos. En la naturaleza, a no ser que los tengas en un primer plano y muy cerca de ti, la inmensa mayoría de verdes se nos muestran o los percibimos como

quebrados.

 Plantéate trabajar y obtener todos los verdes que necesites con uno solo, el verde esmeralda. No necesitas más. Lo mejor sin duda sería ni tener ese verde y obligarte a obtenerlo con los tres azules

(cobalto, ultramar y Prusia) y sus respectivas mezclas con amarillo, ocre o naranja.

 El naranja y el ocre amarillo son fundamentales para obtener distintas tonalidades de verdes cálidos y no tanto el amarillo para así mantener en lo posible que nuestras mezclas de verdes se mantengan

quebradas.

 Siempre que aclares un verde con blanco ten presente que se tornará en un verde frío. Procura en este caso devolverle su calidez con ocre, amarillo o naranja.

 En cualquier zona arbórea o vegetal se intercalan verdes fríos y verdes cálidos. Aunque los veas todos iguales, no deben serlo al igual que ocurre en la naturaleza. Busca unos y otros. ¡Tienen que estar!

 Los verdes son precisamente los tonos que más varían en función del color predominante en la luz que reciben. Ten esto siempre presente para “deducir” si debes utilizar verdes más fríos o más

cálidos.

 Si pintas de una fotografía no te dejes llevar por lo que veas. Nuestros sentidos aprecian de la naturaleza más tonos de verdes que una cámara fotográfica.

 Ten en cuenta este principio básico “A MÁS LEJANÍA, MÁS FRIOS, MÁS GRISES Y MÁS CLAROS” debemos pintar los verdes del motivo.

 Esto es difícil de entender, pero otros colores como el violeta, el rojo y el azul deben de estar en esas amplias zonas de verdes que vemos en el motivo. Si no los ves, UTILÍZALOS, tus verdes serán

más creíbles.

 Cuando pintes árboles cambia de tono cada pocas pinceladas. Ahora con un poco más de azul, ahora con más ocre, ahora lo aclaro con un poco de blanco, ahora lo hago con un poco de amarillo, ahora

le añado violeta, ahora lo oscurezco con azul Prusia,… etc. etc.

 Los verdes se aclaran con amarillo y no con blanco si quieres mantener su luminosidad y tono natural. Si los aclaras con blanco los convertirás en verdes azulados.

 Si quieres oscurecer tus verdes tienes dos opciones en función de la luminosidad que necesites. Utiliza el mismo verde esmeralda (color que se comercializa muy oscuro) o el Azul Prusia. Si lo que

necesitas es un ver oscuro y quebrado, utiliza el carmín o el añil (ambos tonos muy oscuros) en función si lo quieres más cálido o más frío.
UN TRUCO PARA LOS QUE OS CUESTA VER LAS DISTINTAS TONALIDADES DE VERDES CUANDO ESTAIS PINTANDO:

¡Si Hangel…! te estarás diciendo… pero es que mi problema es que cuando estoy pintando trato de hacerlo con distintos tonos de verde, hago las mezclas en la paleta y cuando me voy al lienzo los veo

todos iguales.

Para eso, les enseño a los alumnos un “truco” que aprendí un día, hace ya bastantes años, y que facilita enormemente la labor de pintar zonas verdes a los que aún no dominan del todo el color o tienen

enormes dificultades con este asunto.

Mira este cuadro…

¿Ves algo anormal en las zonas verdes?, algo…, ¿algún color que no debería de esta ahí?.

El carmín entre los verdes. ¿Verdad?. ¿Qué hace un carmín ahí entre los verdes?. ¿A que cuando te hice la pregunta no habías deparado en ese carmín?.

Este cuadro es un ejercicio que hice con los alumnos precisamente tratando este tema.

EL TRUCO, consiste en iniciar la mancha de las zonas en verde del cuadro con una grisalla realizada sólo con carmín aclarando más o menos el tono con nuestra trementina o aguarrás (si más

trementina, más transparente haremos nuestro color carmín y por tanto más claro) y sobre nuestro fondo blanco del lienzo. Ya, cuando esté seca esa primera “capa” , nos ponemos a pintar encima con

nuestros verdes.
Parece una contradicción pintar los verde justo encima de su complementario pero créeme que haciéndolo así verás perfectamente todos los matices que de los verdes obtengas con distintas mezclas en

tu paleta. Además, si dejas que se entrevea algo de esa primera mancha en carmín le darás un toque muy artístico y distinto a las zonas en verde de tus cuadros.

Es un tema muy complejo como para tratarlo en un solo artículo, pero más o menos creo que lo que he referido hasta aquí es lo que debes tener en cuenta principalmente cuando pintes zonas verdes. Si

has leído mi libro de seguro que este ya no sería problema para ti, pero seguro que si has buscado información sobre este tema es porque tienes una especial dificultad con esta cuestión. Espero haberte

ayudado y respondido a tus dudas, pero si no ha sido así, te sugiero que dejes tu comentario y tus dudas y procuraré responderlas lo antes que me sea posible.

Si te gustó, COMPARTE.

Un cordial saludo. Hangel Montero

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