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Me OE L, Dr AS: €.3 FLACSO DOCUMENTO DE TRABAJO a PROGRAMA FLACSO-SANTIAGO DE CHILE NUMERO 153, Julio 1982. REGISTRO Y ARCHIVO 108 IDEAL SOCIALISTA Y TEORIA MARXISTA EN CHILE: RECABARREN Y EL COMINTERN. Augusto Varas i6n Ideologias Revolucionawias y Yovinientos Seen @nérica Latina, del Comité de Investigacion "Yovi- ‘ialisno”, “Congreso Internacional dé Socio- Togia, Ciudad de México. 16-21 de agosto. 1982. ae Esta Serie de Documentos es editada por el Programa de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO), en Santiago de Chile. Las opiniones que en los documentos se presentan, asi como los andlisis e interpretaciones que en ellos se dontienen, son de la responsabilidad exclusiva de sus autores y no refleja\ necesariamente los puntos de vista de la Facultad. * S22) Las expresiones socialistas de comienzos de siglo se carac- terizaron por una original ideologia en la que coexistian, coherentemente, elementos socialistas ut6picos junto a una ree- ciente, teoria marxista sobre el estado laborada, aunque insu y la politica. Este ideal socialista, representado por Recabarren, se ve confrontade a una nueva forma de entender la emancipacién so- cialicta. La teoria politica implicita en las orientaciones del Comintern para Sudamérica bloquea las capacidades moviliza~ doras del ideal socialista native. Su papel iconoclasta no permite la sustitucién de los elementos ideales que movili- zaban a esas fuerzas. El resultado de esta contradiccién es el cada vez més re- ducido peso de los sectores nucleados en torno al PC local, situacién que permanecer& hasta que la politica de los Frentes Populares los rescate de su aislamiento. ak “Esperar. Y durante siglos es- pero que se forme otra capa geo- légica con el detritus de los millones de vidas que dicen que existen, para que sepulte de nuevo mi nost. José Donoso, El Obsceno Pajaro de_la Noche. La construcesén histérica’del discurso socialista en Chile, la forma mis alta de autoconsciencia de sus portadores*/, “ha mostrado gran parte de sus posibilidades, pero también muchas de sus limitaciones. Por ello, parte de la izquierda renueva hoy las bases teéricas y politicas de su propia identidad so+ cialista: Esta catarsis es el punto de partida en la nueva etapa que comienza a imaginar. Fl'temprano'desarrollo de las ideas y organizaciones so- cialistas, esa masiva nostalgia por un nuevo orden social, se frustré una vez més en el pais. Sin embargo,’ los: extravios de su razén politica antes, durante y después de la Unidad Fo- pular2/, no son sino consecuencias de-la inconelusa formulacién @el ideal para realizarlo“/, La constatacién de estas Limitaciones re~ ocialista y de los mecanismos y. organizaciones aptos mite nuestro anélisis a sus fuentes originarias. Si reconocemos que el tiempo histérico no es homogéneo y que cada “hecho” social se forma en temporalidades diversas, podemos concebir el proceso de masificacién del ideario soci: lista’ como uno de longitud o “cuenta larga". ‘Tanto por su di- ficultosa relacién con las cambiantes condiciones nacionales, como por su naturaleza contestataria, alternativa a un orden ya existente. Asi, el remontarse a sus determinaciones origi- narias es ponerse nuevamente en ese momento inicial que actual mente se reitera como nuestro contemporanes. c fun cuando gran parte de-las rémoras al pleno despliegue. de la fuerza creativa del socialismo chileno pueden encontrar- se en el ‘terreno de su practiéa politica, ésta es sélo una ma- nifestacién de una falla genética en su discurso, por lo'tanto, del sujeto politico correspondiente, asi comé delianélisis y de 10$ conceptos usados en la caracterizacién del proceso de enancipacién socialista. El descubrimiento del nuevo principio organizador de la nacién, de sus relaciones cén los sujetos histéricos y de las formas: para ieanalizar, su aceién®/, es el perfodo en el cual el socialismo’ chileno revela. sus principales componentes. ideo- * légicos. Pero, 21 mismo tiempo, muestra que sus vertientes : utépicas, su instbumental mic "cientifieo" y su convocatoria de masas no lograron desarrollos equivalentes, mostrando mas j, bien reiterados desencuentros.£/ £2 aligneismo de corto plazo . ||¥ su pasién por alquimias programAticas?/ fueron sustitutos ll recurrentes frente a su decreciente capacidad de direccién ideal ii de la sociedad. A fin de cuentas, hubiera’ sido dificil encontrar otros desarrollos en la medida que el ideal socialista de 1a izquierda chilena fue tributario de la‘ forma como se combinaron las in- fluencias utépicas finiseculares, reactivas al individualismo posesivo liberal, con una subdesarrollada teoria marxista sobre el estado y 1a politica®/. Paradojalmente, a pesar de estos desencuentros, la izquierda se reproduce en un medio de masas altamente movilizadas. Esta contradiccién parece explicarse por el hecho de que la’ temprana.ampliacién del espacio politico interno permitié que estas masas se expresaran, si bien con di- ' ficultades, en términos estatales a.través de representantes - politicos Radicales o Demécratas en el Parlamento de la época. 7 Esta caracteristica propia del estado demoliberal que se gesta 6 [on ot pais en el siglo pasado posibilita que en el momento de || ascenso de masas e1 movimiento popular no se enfrente a un des- |potisio de clases desnudo, sino a un sistema mis evolucionado \|que Jovhabilitaba para desplegar su iniciativa dentro de é1. Por tales'razones, 1a izquierda socialista pudo tener representantes - propios en la primera década del siglo actual y mostrar niveles de actividad politica muy superiores a los observados, en otros paises,-a pesar dela limitada teorfa politica que la informaba, gracias al despliegue de su fuerza ideal de masas. En el fondo actuaba una. especial combinacién, implicita y difusa, entre una fuerza utépica capaz de movilizar amplios sectores sociales y una teoria politica iconoclasta que la li- mitaba y que no daba cuente cabalmente de 1a peculiar realidad nacional, siendo incapaz de sustituir los elementos ideales que ella misma se encargaba de negar. Esta ibdesarrollada teorfa politica al ostentarse en puroeracia partidaria termina por expropiarle a la organizacién social su capacidad de direccién ideal de masas, encontrando en el "leninismo" criollo gu éxacerbacién. En consecuencia, los erratismos,aciertos y fracasos de la izquierda socialista hallan en este desencuentro parte de su explicacién, asi como las pistas para su propia reformulacién. No se trata de desen- terrar el "pecado original" de la izquierda chilena identifi- cando la causa de todas y cada una de sus limitaciones, como tampoco se intenta endosarle 1a "culpa" de una catastrofe iire- parable. Nuestro propésito mis bien sera el mostrar como en el Partido Obrero Socialista (POS), especificamente en el dis- curso de, Recabarren, se encuentran elementos de una versién inédita del ideal socialista. Trataremos de iden- original e tificar los temas tedricos pertinentes, subdesarrollados en la teorfa marxista de la época, asf cono larelectura que de ellos hace Recabarren'a la luz de un sentido comfin' de masas pre-exis- tente. De acuerdo a estas intenciones nuestro andlisis no se re- ferird a.la factibilidad hist6rica de un proyecto politico de- terminadg, sino que, se circunscribird a leer, desde la actual problemitica. de 1a izquierda, el discurso socialista de Reca- barren en cuanto expresién ideal del horizonte politico de ma- sas de ese momento particular. En consecuencia, nuestra recons- truccién tratara de poner en relacién fragmentos ideolégicos existentes en ese discurso, conceptos claves articuladores de esa utopia, m4s que la re-produccién’ fiel:de una época histérica pasada. Esta recuperacién de un Recabarren, que aparece como contemporfneo bajo las actuales circunstancias, nos’ servird para re-editar una temtica que por mucho tiempo aparecié ago- tada en la izquierda chilena, tal es la necesaria fuerza ideal utépica que requiere su proyecto histérico para terrenalizarse. Marx y Engels sobre la politica en el estado demoliberal La formacién de la fuerza social de masas que el socialismo margista posteriormente dirigiré, se realiza en torno a dos pro- cesos que se combinan histéricamente: la organizacién auténoma de las clases trabajadoras y el uso de las posibilidades abier- tas como consecuencia de la lucha liberal anti-olig4rquica por el sufragio universal no censi’ Este movimiento de masas encuentra en la organizacién mu- tualista de mediados del siglo pasado su pariente més lejano. Sociedades de socorros mutvos y mutuales fueron los medios gre- miales para enfrentar corporativa y cooperativamente los ri. gores de un capitalismo dependiente que dificilmente sobrevivia a la concurrencia de pafses m4s desarrollados. Los problemas de vivienda, salud, educacién, produccién y empleo intentaban solucionarse a través de las propias organizaciones de tra- bajadores y artesanos. El estado afin no comenzaba a desempefiar sus funciones reguladoras de la fuerze laboral. Desde 1853, bajo la influencia de organizadores como iento mutualista tiene una amplia Fermin Vivaceta, el movi gama de logros}' los que se proyectan ‘hacia‘las primepas dé- cadas de’ éste siglo en las sociedades de vesistenciéa y:uniones de proteccién del trabajo. El paso m&s grande dado: a este réspecto: és su unificacién en mancomunales/, las que cumplirdn funciones ‘de asistencia y socorro, mutuo,' .movilizando -grenial- mente a sus asociados en.momentos de huelga y constituyéndose en importantes frentes de masas para algunos partidos, como el Demécrata, que basarfn en ellas parte de-su electorado. Por su parte, la ampliacién del espacio polftico de, tem~ prana ocurrencia en el pafs.fue, contrariamente..a algunos an&- -lisis, una de las consecuencias que tendria la derrota de las fuerzas liberales en 1830. Esta, posteriormente se convierte en una incesante lucha por recuperar los avances democriticos que habian sido realidad ‘durante el corto perfodo de vigencia de. lanConstitucién liberal de-1828. - Uno de los temas reivin- dicados por agrupaciones politicas como Liberales Democratices, Deméeratas, Radieales e incluso Conservadores (que deseaban "territorializar” el poder latifundiario frente al omnimodo control liberal del estado), fue el sufragio uni- versal y un conjunto de leyes electorales limitativas del mo- nopélico ‘control eleceionario-gubernamental, el que impedia una fluida alternancia en el poder, Adin cuando la plena li- bertad electoral sélo se viene a lograr en 1970 cuando se ha- bilita.a los analfabetos y mayores de,18 afios para votar, los principales hitos de este proceso se producen en torno a la ampliacién del sufragio a todo elector que supiera leer y es~ cribir (1874) .y a las mujeres (1949), eon la. introduceién de la cédula Gnjes (1958) y-el registro electoral, obligatorio (196236 1 a 1) 4% Con:todo, la eliminacién del sufragio censitario en 1874 amplia considerablemente el espacio de los acuerdos politicos posibles. Entre 1872-1875, por ejemplo, se duplica el nfimero de votantes calificados y, entre 1873-1876, més que se triplica el ntsiero de votantes: efectivos.22/ A partin de ese momento la posibilidad de introducir cambios politicos. de significaci6n aumentan corresporidientemente, lo que de alguna manera ayuda, a explicar ‘cémo pudo llegarse a.confrontaciones tan agudas “ como‘en 1891 o bienra categéricas redefiniciones en las dos : primeras décadas del siglo, fenémenos ambos verdaderamente de : masas. En esta ampliacién relativa del espacio politico inter- no radicard uno de los factores m&s importantes de la estabi- lidad institucional del pats!’ y una de las caracteristicas ee ee eee eer epee 1 ee cliceit nents 2. Novobstante, la. fuerza ideal del socialismo aportada, por sus vertientes: utépicas y la existencia de.masas organizadas auténomamente observan, con posterioridad, momentos de entra- pafiientoval no ser fertilizados’ por una teorfa politica. capaz de limar sus afirmaciones mas gruesas y permitir una compren- sién mis cabal de la excepcional realidad politica del pafs. Este primer momento de bloqueo se expresar4 con toda: su’ fuerza durante el perfodo de vigencia'de la politica maximalista del Comité Ejecutivo de la III Internacional Comunista: el Comin- tern. Sin’ embargo, con anterioridad a éste la teoria politica we sta Sobre el estado no sé6lo estaba subdesarrollada en Europa q mar a fines del siglo pasado y comienzos del actual, sino que en~ J frentaba serias limitaciones como para que pudiera realizar una transferencia simple de sus. principales conceptos.a la yealidad nacional. Desde un primer momento, en consecuencia, coexistiré una concepeién o teorfa de 1a revolucién socialista que moatrard diffciles: puntos de .encuentro con laifuergza: utdpica y de masas del movimientd popular chileno.de;.La: época,. ye -7- Tal-como lo ha mostrado Carlos Franco, el paradigma euro- céntriéo de Marx, su desarrollismo capitalista y etapismo po- Litico: inherente, mAs, que’ facilitar el trabajo teédrico y po- Litico en AméPica"Latina ha tendido'a dificultarlo. Cierta- mente“fio era ‘posible esperar que Marx resolviera la "tarea’ de formular ‘teérica y pricticamente los problemas vinculaios al desarrollo, 1a constitucién de la nacién y la, promocién det soeialismo tal y. como se presentan en América,Latina de hoy", El'carfcter finito de 1a teorfa polftica marxistal/viene:a ser un argimento decisivo en esta misia direccién. Sin embargo, no es menos cierto que las limitaciones del pensamiento mar- xista, especialmente aquél sobre el estado democr&tico liberal y la politica tanto en Europa como en la periferia capitalista, obstaculizaron el desarrollo y descubrimiento en cada caso par- ticular del "pr- ipio politico organizador de la nacién". Especialmente relevante es esta limitacién en pafses como Argentina, Chile y Uruguay en los cuales el estado se consti- tuye en un temprano elemento organizador dela nacién.. En el caso chileno, el subdesarrollo de la teoria marxista sobre la politica en estados demoliberales de paises subdesarrollados no sélo se tradujo en una valoracién sesgada de la democracia loeail®’, sino que bloqueé 1a comprensién de un'sistema que habia logrado ampliarse sin que ello significara, como’ en el caso argentino, la pérdida de control y desestabilizaciénpo- 1ftica de las fuerzas propietarias. Esta desaprensién por un tema como-el indicado de alguna. manera ’responde a los escasos y poco sistem4ticos .esfuerzos., que’el propio Marx hizo sobre el tema del estado demoliberal, Siguiendo las-lineas interpretativas de Stanley Moore®/ res- pecto del pensamiento de Marx sobre las t4cticas que debfa seguir el socialismo revolueionario, queda. relativamente claro el hecho de que sus: hipStesis estuvicron. fuertemente eondicio- nadas por‘la“estimacién dél efecto: que: tendris €¢1 desarrollo capitalista ‘sobre las masas trabajadoras de Europa. Asi, en el anélisis"que éste*hacé-en’ La‘Lucha de Clases:en Francia,’ ” . afirma gue la-capacidad revolucionaria del proletariado esta! . en directa relaéién’con el ‘nivel de! desarrollé que 2a propia burguesia‘ industrial! pueda alcanzar, tanto en sus:fronteras nacionales ¢oio en'ultpathar. ‘Por ello indicaba que. "él de+ f sarrollo ‘del -proleta#iado" industrial est4 condicionado, en: ge- nepal, por el deSaProllo de!la burguesia industrial: «Bajovla déminacién de ésta;’adquieré una. existencia en escala:nacional que ‘puedé elévar su révolueiéh aPevolucién nacional; crea Jo moderfios medios de’ produccién, que han dé convertirse en otros tantos medios para 6u emancipaéién revolucionaria” .22/ De edte modo el norizonte: politico! de"1a‘clase obrera queda encadenddo al desarrollo’ que’ tenga 1a‘propia. fraceién indus+ trial del capital frente al resto de sus congéneres. En la medida que en’ Francia la burguesfa inéustrial,'y por ende'el proletariade’"tipico ideal revolucionario", no estaba lo suficienteménte desarrollado, 1a posibilidad'de éste para convertir’su revélucién en nacional debfia teder "el puesto a la consigna audaz'y revolucionaria: iDerrocamiento dela 1/ia tesis de la burguesia! jDi¢tadura de“ la'clase obrera revolucién minoritsria, determinada por el andlisis del nivel de desarrollo de 1as fuerzas productivas del capital industrial e influida por los escritos de’ Buonarroti sobre Babeuf y 1a‘” lectura clasista que hace Blanqui al respecto, perfila a la reVolticién permanente comd una primera idea central y avla admiraéién por el perfiodo jacobino’de la Revolucién, Francesa como' gu, adtitud basica. En conseciencia* enfatiza el desarrollo de una organizacién polftica independiente del proletariade, asi como un programa y plan de trabajo propio y distinto del burguesesia Ge ‘los’ liberales burgueses y demdcratas pequeifi ESta perspectiva se manifiesta en’ los" éstatutos de la Sociedad establece que “el propésito de la asociacién es el derroca- miento de las clases privilegiadas, su.sometimiento a 1a dic- tadura del proletariado, y 1a continuacién de la revdlucién permanente hasta el logro del comunismo, él cual serd la dl- tima forma de la sociedad humana’. Estas ideas son'simé- tricds a las de Blanqui, quien todavia insistfa en 1670, que la demanda por el sufragio universal en 1848 habia’ sido-una traicién deliberada.20/ La introduceién dé este procedimiento electoral en Ingla- terra (1866), Francia (1870).y-Alemania (1871), junto con la constatacién de que él desarrollo capitalista era un.proceso acumulativo capaz de generar una diversificada capa de empre- sarios-propietarios y de un abultado proletariado, redefine las tesis politicas inicales y la tactica de la clase obrera en Marx, valorando éste la posibilidad de actuar en el sis~ tema a través del sufragio universal. Esta nueva realidad ‘es destacada por Miliband cuandé sefiala que “lideres ‘conservadores con visién de largo plazo com Disraeli y Bismark entendieron bien, el sufragio también introdujo en el proceso politico una masa'de nuevos votantés en los cuales se podfa confiar qué darfan su apoyo electoral a las elites tradicionales".4)/ De esta forma, era inevitable que la nueva actitud politica “de las clases dominantes’ implicara una revalorizacién de los medios politicos "legales” de lucha para la obtencién de‘ul-“ teriores objetivos de emancipacién socialista, “Sin embargo, esta apreciacién dél mecanismo electoral sigue supeditado & la estimacién de los efectos que’ tendr& el proceso de concen- tracién y centralizacién de la propiedad capitalista sobre la politica obrera. Asi, en el andlisis que hace Marx sobre’ la ley general de la acumulacién capitalista afirma que, "por una parte, entonces, con el progreso de la acumulacién; una mayor parte del capital variable pone mas trabajo en accién - 10 - sin contratar m4s trabajadores; por la otra, un capital varia- ble de la misma magnitud pone en aced6n nfs, trabajo; y, final- mente, un mayor nfmero de fuerza de trabajo inferior es despla- zada por una superior".22/ La creacién de un.ejéreito indus- trial de reserva y una sobrepoblacién relativa producto del propio desarrollo capitalista vuelve a mostrarle a Marx, las a del proletariado. Por esta raz6n, la vias de accién polt tesis de la revolucién minoritaria, la dictadura proletaria, es reformulada en términos del necesario uso de la fuerza que el proletariado, una vez en el poder a través del sufragio, deberfa hacer para enfrentar la eventual insurreccién del aparato purocrético-militar. El Manifiesto de la Asociacién Interna- cional de Trabajadores (1864), redactado por Marx, constata un aumento de 1a miseria de las masas obreras y valora la ley de las diez horas. laborales concibiéndola como una forma de "gontrol de la produccién social por,la accién y 1a previsién colectiva que forma -lo- esencial de la economia politica de la clase obrera".23/ Las afirmaciones posteriores respecto de que "el gran deber de: 1a clase obrera, es conquistar el poder po- iiticon24/, retoman algunas de las ideas centrales de la fcter politico de de la Filosofia, en la, cual. recalcaba ¢l ca toda ‘transformacién social. Posteriormente, en La Guerra Civil en Francia aprecia el sufragio universal como mecanismo para gestar un nuevo estado, pero no 1o concibe: como parte de un sistema polfticd que tiende a.estabilizarse limando sus aristas represivas y excluyentes-m4s agudas, transitando,desde un des- potismo clasista a:la Dickens hacia un.modo de dominacién que sustituiria el “castigo por el disciplinamiento". En conse- cuencia, al definir el sufragio, universal solamente como un medio para la destruceién del estado demo-1ibera12®/ no puede dar cuenta de: la profunda transformacién politica que éste. im- plica y de los efectos que el mismo,,tendr4 sobre el propio de- sarrollo: del capitalismo. iseria & “de estado./. Asi, la réspuesta de Marx frente al problema de la poli- tica proletaria eh sociedades evolucionadas como las europeas dé las Gltimas décadas del Siglo pasado, concentra su atencién en él’nivel de posibilidades que tiene la accién socialista en un contexto de reproducci6én capitalista ampliada. Las vias visualizadas son, por lo tanto, cursos de accién fundamental+ mente econémicos tales como el desarrollo dooperativo, el qué destada junto con la valoracién de las sociédades por acciones. Simultdneamente con manifestar su reconocimiento por los aportes de Owen y estimuldr su lectura por parte de los dirigentes o- breros europecs, Marx indica én el Manifiesto a la Asociacién Internacional de Trabajadores, que “para poder liberar las adoras, el sistem: cooperativo debe ser desarrollade a escala nacional, lo que implica que disponga de los medios 28/ Feta forma de transformacién social nacionales (para ello)". y econémica a partir de las propias fuerzas obreras es refor- zada por la constatacién de una amplia proletdrizacién y el desarrollo de sociedades anénimas, las cuales son identificadas én EL capitalista dentro’del propio modo de produccién capitalista, una contradiccién autodisolvente, la cual representa prima facie una mera fase de’transicién hacia una nueva forma de pro- 27/ ital como formas de "abolicién del modo de produccién duecién" La conéeptudlidacién de Marx sobre el estado nunca su- pevard su définicién como "el comité de administradién de los asuntos comunés del'conjunto de la burguesia". Esta tipica concepcién ‘del Manifiesto Comunista sé1o mostrar4 alteraciones de caracter secundario, tal como bien lo muestra Balibari En definitiva, la "rectificacién” que éste descubre no es otra que la diferenciacién qué introduce Marx entre poder y aparato 28/. sin embargo, 14 funcién intermédiadora de los representantes politicos entre el’ poder burgués y el estado, “ai como ‘la intermediacién del estado entre el poder burgués y mina el carfcter esencialmen- el conjunto de 1a sociedad, no eli te dictatorial del mismo. .Estas modificaciones conceptuales incluso podrian leerse como-un -reconocimiento del. "refinamiento" as politico de-1apropia burguesfa, AGn.cuandé: tales constata- ciénes“sirven para avalar la accién politica desestatizada de las fuerzas socialistas, poco o nada:ayudan al -an4lisis del estado capitalista modeyno (keynesiano o néo=liberal)22/ y.ai- ficulta la comprensién del carficter dela dominacién ejercida por el estado en una formacién social periférica,~ Una -de ‘las consecuenciad.ms visibles de este tipo de anflisis es 1a rei+ teracién, por ejemplo, del cardcter de las instituciones cas~ trenses ‘como "brazo armado de 1a burguesfa", enfoque que ya ha mostrado toda su esterilidad. Estas limitaciones del an4lisis-de Marx sobre las nuevas caracteristicas del estado demoliberal se traducen en una va~ cilacién inteléctual que va desde un inevitable reconocimiento del-:nuevo y fundamental dato de la mutacién politica de la burguesfa europea, hasta la plena subvaloracién del -estado como instrumento de dominacién que debe ‘desaparecer, idea que se ve refonzada por la Comuna. Entre ambas actitudes no hay una estimacién del nuevo cardcter dél estado, ni una elaboracién + de las implicancias a nivel estatal de una eventual sociali- “«. zacién del poder. Posteriormente, la experiencia de la gestién . buroerStica de los socialismos realmente existentes ha aportado una experiencia hist6rica invaluable para una teorfa del es- tado en sociedades evolucionadas y complejas como ‘las economfas desarrolladas centralmente planificadas?2/3:no obstante, esta realidad era inimaginable en 1883+ ros t Sin embargo, Marx es especialmente recéptivo-s.éstos cam- bios. Si bien asume una cdutelosa postura inicial?!/ y anéloga el.sufragio universal a “otras charlatanerias de Bismark"=2/, fretite @ su evidente importancia, en 1866 tratar& de incorporarlo - 13 - como parte’constitutiva de la reivindicacién dé la clase obrera inglesa33/ La consideracién de estos nuevos antecedentes, junto con en 1864, de algunos socialistas ut6picos como Owen y el reconocimiento: de la Valoracién que hace en el Manifiesto a la AIT formas alternativas de transito al socialismo en paises fuera de 1a Eufopa Occidental (como la comuna rural rusa),=/permi- teh ‘conjetwur el inicio de una nueva fase ei él andlisis de la politica y el estado en el pensamiento de Marx: : Con todo, &sta no alcanzaré a materializarse producto de 1a édicién del primer volfmen de El Capital (1865), siendo posteriormente anu- lada por el impacto de la Comuna y la disputa contré la ten- dencia anarquista en la Internacional. Tal confrontacién “lleva a Marx a’ sobreenfatizar ia destruccién de las relaciones capi- talistas de produccién en el nivel econémico, como respuesta a la unilateral po: in de sus oponentes singularizada en la mera lucha contra el estado y toda forma de autoridad. El caso de Engels’ es diferente. En sus trabajos encon- tramos una categérica minusvaloracién del tema electoral y una desconsideracién de los efectos que podria tener sobre la po- 1ftica obrera tal ampliacién del espacio politico interno. Para Engels el tema del sufragio universal era “un’ asunto. de vida o muerte para la burguesia industrial (inglesa), que puede interesar inicialmonte en forma directa a la baja clase media", 2°/ Sus referencias a éste como "una suerte de sufragio universai"2®/, 37/ o de’ "fanfarronada de sufragio universal por parte de Bis- mark’, deja posteriormente paso a una definicién instrumental para los propésitos obreros, una vez que tales reformas elec~ toralds ‘son-un hecho consumado. Theluso' en ese contexto tiende a tbicar ‘conceptualménte el tema en relacién a las "esferas de 1a agitacién y Ia!\propaganda"22/y" 6 como un avance en la “libertad de movimiento (prensa, ‘asémblea, asociaciones, eli- S50) -minacién de 1a vigilancia policial, ete.)"22/, La naturaleza de este cambio polftico se desdibuja en los andlisis de Engels y en ellos aparece con més fuerza, a pesar de haber sobrevi- vido para: apreciar el desarrollo del sistema, el carécter del estado como despotismo burgués, la necesaria destruccién, de éste y.el.establecimiento de la,dictadura proletaria. La influencia. de Engels en la II. Internacional, especial- mente sobre Kautsky y Bebe122/, permite que su forma de anali zar las. relaciones entre la economia y la politica, en defini, tiva el problema del. estado capitalista desarrollado, se con- = ‘ta.en una de las principales ideas que orientard, la accién de gran parte de sus asociados, de Lenin en particular. Su concepeién del estado como epifenédmeno, la que se clarifica en la confrontacién con Bakunin ("eliminese el capital... y el estado caer4 por sf s6lo", decia Engels. en 1e65%4/), adquiere carfcter consensual en los origenes de 1a II Internacional,. especificamente cuando critica al programa de Erfurt, donde ineluso cuestiona de hecho el cardcter progresista que Marx habia. visto en la sociedad por acciones.~2/ No obstante, es preciso reconocer que en este mismo dis- curso tan categérico, Engels reconoce la posibilidad del so- cialismo sin dictadura proletaria en aquellos paises "donde la. representacién popular .concentra en sus manos todo el poder". Al final de su vida recoge algunos.nuevos. elementos y pule al- gunas nociones, especialmente aquellas respecto a la importan- eia del accionar del estado y los gobiernos sobre,el desarrollo econémigot2/, ast como la existencia de influencias ree{procas entre los. fenémenos econémicos, politicos e ideolégicos.14/ A pesar de estoy le sobrevivir& la concepeién que subvalora la nueva realidad politica generada al interior del estado demo- liberal, generalizfndose en algunos cfrculos la idea del es- tade, como, una superestructura susceptible de ser eliminada por eas = : la simple accién econémica expropiatoria. Tesis qué’ tendr4 importantes consecuencias en los socialismos reales, cuando en ellos quede en evidencia que tales expropiaciones no con- ducen a la autom4tica desaparicién del estado y qué, por el contrario, lo pueden fortalecer. Estas diferencias con Marx adquieren especial relevancia toda vez que ellas reforzarén los 1f{mites conceptuales para el desarrollo, al interior del campo teérico marxista, de una teorfa del estado que de cuenta dé las nuevas realidades politicas tanto en la Europa contemporfnea de un Lenin, o en la América Latina de un Mella, Mariftegui o Recabarren. “Asi, Marx y Engels no s6lo dejan abiérto el campo de es- tudio de la politica y de’ lo politico en estados capitalistas desarrollados con sistemas demoliberales semicompetitivos, sino que, al mismo tiempo, lo contaminan de un economicismo y un obrerismo radical en el cual el estado es, por una parte, “nada m&s que un despotismo militar policialmente resguar- dadont8/ parecer, y, por la otra, es visto com"una manifestacién simple el cual consecuentemente debe ser destruido y desa- del proceso productivo que serf barrido a medida que avance el proceso de socializacién de la propiedad. Estas ambigue- dades y contradicciones no son elementos suficientes para cons- truip uha teorfa politica y de alguna forma explican el hecho de que’ ésta haya sido sustituida por un discurso dogm&tico’al- ternativo, caracteristico del Comintern. 18/ mas al1é dé cos mentarios siempre marginales o de intercambios epistolarés,: ni Marx ‘ni Engels éfectfian avances sistem4ticos que permitan responder, por ejémplo, preguntas como las formuladas por Mac- phergon sobre las nuevas bases morales legitimadoras de una sociedad posesiva dé mercado con sufragio universal. los band o Laclau han co- posteriores trabajos de Poulantzas, Mi: menzado 1a construccién de un espacio teérico con respuestas ms 0 menos provisorias. Deciamos-inicialmente que en los origenes del ideal socia- lista en Chile se fundian dos: grandes vertientes ideolégicas; el socialismo utépico decimonémico y una insufienciente teorfa politica marxista. Sin embargo, hemos encontrado que ambos elementos también.se expresan de manera a-sistem&tica y. parcial en las formulaciones de Marx sobre-los problemas del estado capitalista desarrollado, la emancipacién socialista y sus po’ sibilidades en la periferia capitalista. En consecuencia, no es de extrahar que tales influencias se manifiesten en Chile cuando las fuerzas sociales portadoras de esta fuerza ideal comiencen a adquirir presencia politica, en particular en los momentos fundacionales del socialismo chileno. En estos casos, les ideas fuerzas aptas para movilizar una gama heterogénea de sectores. sociales y enriquecer una teoria marxis- ta, quedaran sitiadas por una, concepeién del estado y la poiftica que no es capaz. de subsidiar. el componente utépico que ella misma se esfuerza en desacralizar en aras de una comprensién cientifica de la realidad. En ¢1 caso. de Recabarren, su discurso politico echa las bases ideolégicas de la primera expresién popular del ideal so- cialista en este. siglo, organizada en partido auténomo, En la medida que éste, "nacionaliza” el marxismo en el pais, in- : troduce las, limitaciones, inherentes a su, subdesarrollada, teoria politica. ;.Con todo, el, desarrollo de masas.y ja presencia ¢ de elementos. humanistas y utépicos.en su discurso, le permitiran vedefinin, en,la prictica, conceptos fundamentales de ella. El conoeimiento que adquiere de ésta en los. viajes a Argentina, Bélgica y Franeia.en 1906, y 1908 lo habilitar4n para revisar es- pecialmente aquellos aspectos relativos a la caracterizaci6n de las fuerzas revolucionarias en paises dependientes o neo-colo- niales, la&é formas y vias originales de accién y lds alternati- vas de émaficipacién socialista en ellos. SnOoLgtéxisténcia de un movimiento de masas. organizado y movi- lizado en torno a sus metas gremiales -mutualistas y mancomu- nales - fue determinante para el aparecimiento de estas nuevas concepeiones.. Estos movimientos si bien incorporaron desde tem- prano un ideario igualitarista producto de las influencias de Bilbao y Arcos, por ejemplo, sélo a comienzos de siglo, cuando la capacidad de reproduccién ampliada del capitalismo chileno se vea trabada por la‘competencia internacional, desplegar4n su fuerza renovadora en la perspectiva de la fundacién de un nuevo orden social. Es.precisamente allf donde comienza a actuar Recabarren y donde se puede encontrar ia confluencia de las dos grandes vertientes constitutivaé del ideal socialista nativo inicial. in el pensamiento de’Recabarren se expresa indudablemente el peso de masas del movimiento mancomunal. Su discurso tiende’a movilizar y ampliar la capacidad de inclusién de éste, desta- cando precisamente ‘aquellos aspectos m4s ligados a la situacién de vida de las clases. trabajadoras. Su fundamentacién del so- cialismo se realiza, én consecuencia, a partir de’ una critica badical del sistema ¢ ideclogia liberal, pero sin una mayor com- prénsién de la evolucién de las estructuras y procesos m4s,de fondo que estaban ocurriendo en.el pais. Quizés esta comprensién @ra una necesidad imperiosa en ese momento de masas, sin: embargo, al“no producirse esa teorfa.en forma explicita’ se, posibilita la expresién de una concepcién socialista utépica.fuertemente, foure- nianai. La posicién de Recabarrem es, en.consecuencia, la,mezcla de una postura ideolégica democrAtica reactiva al liberalismo, junté a un manejo original de algunas categorias de anAlisis marxista, todo ello en el contexto de un movimiento de masas én ebullicién. Tales caracteristicas se manifiestan en la des- eripeién que hace de la realidad laboral del pafs en la cual des- taca como aspecto central las condiciones de sobreexplotacién de la mano. de obra empleada en la minerfa del Norte. Sus consi- deraciones sobre "el trabajador de 1a pampa (que) es un verda- Gero esclavo (y) que siempre vive en 1a niseria"#!/, sintetiza gran parte de sus apreciaciones. Por estas razones la unidad en torno’a la mancomunal y 1a huelga se constituyen en los prin- cipales mecanismos politicos a ser.impulsados en ese contexto. Es aparentemente. eontradictorio el que junto con valorar de esta forma a la mancomunal’ como mecanismo de emgneipacién social, Recabarren afirme ya en 1905 la colectivizacién. como meta de ese-movimiento.4£/En 1a medidaque ésta implica une teorfa mis acabada de la. emancipacién sogialista, se diferencia del anarquismo de Bakunin quien identifica la destruecién del estado como el objetivo central de la acci6én obrera. No obs- tante, -simultdheamente con la afirmacién del propésito expro- piatorio declara convencidamente que."1la mancomunsl nos sal- varé de la pobreza", y que "cuando. estemos todos unidos empezare- : mos a:ser felices y vivir contentos"“2’, En el fondo, ambos “, conjuntos de conceptos son una.sola forma de aproximarse al : probléma politico y de clase de las.capas trabajadoras de ma- o nera no contradictoria. La’ausencia de una oposicién esencial entre éstos es posible en la medida que 1a fundamentacién del ideal socialista se hace en funcién,de.su definici6n como un humanismo superior al contenido en la,doctrina abe ea ee ‘consecuencia, el humanismo socialista, de Recabarren no es una primera fase inmadura que ser4.posteriormente superada en evo- luciones ulteriores de su pensamiento, m4s bien es un componen- te esencial de él. Esta relacién se puede apreciar ‘en todo un conjuito de conceptos que articulan su discurso, enel cual las metas de lograr unas "costumbres mis perfectas", de obtener la "fel. cidad humana", la “perfecta justicia, verdadero amoP, progre- "eli sivo perfeccionamiento individual y moral", as% como cla minacién de las desgracias" y 1a consecuéién de. "los goces perpetuos", son fundamentos de una concepcién del hombre en el fondo de la cual se devela una naturaleza basicamente bon- dadosa. Serd este humanismo el que fundamentaré su concepeién del socialismo como aquella emancipacién que "aspira-a que la humanidad sea un hogar feliz y dichoso, donde todo'sea amor, arte, justicia, libertad... El socialismo quiere que la huma- nidad sea una colectividad de hombres que vivan como hermanos amantes, donde todos ‘trabajen para aumentar siempre las como- didades y goces de todos". La apelacién al "derecho natural, aceptable por toda persona que no tenga maleados sus senti- 51/ mientos” es el argumento decisivo para que el ideal socia- lista sea aceptado por las clases trabajadoras. Engels ya habia dado cuenta del sdcialismo utépico cuando denunciaba que esas "expresiones de verdad, razén y justicia absolutas tienen que ser descubiertas para conquistar el mundo en virtud de su propio poder. Como una verdad absoluta’es in- dependiente del tiempo, espacio y del desarrollo hist6rico del hombre, es un mero accidente cufndo y dénde ellas:son deseu- biertas”.52/ No obstante, para Recabarren 1a fundamentacién de estas "verdades", su descubrimiento, es posibilitado por la’ propia estructura de las relaciones sociales de produccién en el pafs. Ellas; al exacerbar 1a sobreexplotacién del tra- injusto", su "inmoralidad" ba- si¢ay ‘La causa’de "tantas desgracias" es encontrada, en con bajador’ denuncian su carécter " secuencia; en el tiempo y en el-espacio,’en una formacién.so- cial especifica en la cual el capitalismo sélo“puede scbrevivir a costa de una mayor expoliaci6én mostrando tendencias regre- sivas similares a las primeras fases de su desarrollo indus- trial en Europa. En consecuencia, si bien el discurso socia- listaide Recabarren no,es idéntico al de los tipicos socia- Listas utépicos, en la medida que junto con la afirmacién de esas "verdades*eternas" identifica "las causas finales... de la revolucién politica... en la economia de su época par~ ticular"®2/, su fuerte compromiso humanista le otorga a su discurso una originalidad que amerita mayor profundizacién. A diferencia de Marx, que hace depender la capacidad re- volucionaria de la clase obrera del propio desarrollo y do- minio del capital industrial, Recabarren identifica los limi- tes de la accién econémica de la oligarquia para, después de constatar su incapacidad como clase, proyectar las tareas de transformacién socialista a partir de las propias fuerzas de-1a clase trabajadora. La "causa de tantas desgracias", radicada en el monopolio de 1a propiedad, también encuentra explicacién en la falta de industriosidad de la clase domi- nante. “Nadie podré alegar", decia, "que la tierra es poca y que no alcanza para todos, porque est4 a la vista que hay tierra en abundancia y en abandono, tierras improductivas que la burguesia se ha aduefiado para dejarnos a nosotros en 1a 4/ miserfa"®!/, Aci,.frente a la molicie burguesa®®/, 1as clases : trabajadoras deben enfrentar la tarea de la transformacién so- cialista con sus propios esfuerzos. La construccién del socialismo es concebida, en este con- texto como la consecuencia del desarrollo de un. vasto: movi- miento ‘cooperativo que finalmente desplazar4 a la propiedad burguesa al mostrarse. como una forma’ de produccién mas. efi- ciente. . Bn la medida que el movimiento mancomunal se expande fundando cooperativas, Recabarren asume esta tendencia y la considera capaz de transformar al conjunto de la sociedad. - 21 - "Para:el socialismo, posiblemente los medios: de caracter eco- némico que adopta y adoptar4 ser4n los'de mayor potencia para llegar a.la vedlizdcién de los ideales.'s La accién econémica del proletariado, es €l poder de mas potencia y quizds su- perior al medio politico". El grémio.y:posteriormente la coo- perativa serfri el "medio m4s eficaz yen el porvenir sera un gran poder de transformacién y de verdadera socializacién co- lectiva que absorbera por completo toda la vida econémica y financiera del mundo... Cuando el progreso de las cooperati~ vas llegue al mayor grado de riqueza y de poder, ird motivando la clausura de industrias y del comercio burgués y de esta ma- nera se habr4 reemplazado al actual régimen industrial burgués por el régimen industrial socialista en el cual, progresando también por grados, irf desapareciends toda forma o vestigio de explotacién, hasta que llegue e1 momento en que cada tra- pajador reciba el fruto integvo de su trabajo" .22/ fn cuando é1 objetivo socialista no lo encadena al desarrollo de la propia burguesfa industrial, muy incipiente en ese perfodo, Recabarren repite el sesgo economicista del anflisis politico de Marx y Engels, asi como el de los primeros afios de 1a II Internacional, al sobrevalorar las posibilidades de cambio de las relaciones sociales de producci6én a partir del des- pliegue de nuevas fuerzas productivas, sin tomar en cuenta las ‘tentes entre la economia, complejas relaciones sociales exi el estado y la politica. Desconsiderar4 la accién econémica del estado, el que en su concepto sélo existe bajo su forma policial (el mismo que posteriormente desempefiar4 un papel clave ‘en el proceso dé industrializacién del pais y- en.el propio desarrollo de la clase obrera). De aduerdo a tales conviceiones, la politica que propone Recabarren al. movimiento popular enfatiza el uso de los medios legales: de lhicha.:)En la medida que. frente al fracaso burgués se érige una mayorfa nacional capaz de transformar de cuajo,al conjunto de 1a sociedad, Recabarren no debe convertir Su.con- signa, tal como lo indicaba Marx para la minoria de los comu- neros, en "{Derrocamiento de la burguesfa! iDictadura del pro- letariado!" -Por el contrario, su esquema revolucionario es el del copamiento por parte de las mayorfas nacionales de los puntos nodales de la gestién econémica y politica de la so- ciedad: "Todas las acciones del presente tienden, pues, a reducir toda violencia", afirmaba, para insistir en que "el socialismo cada dia acoge més a la accién revolucionaria legal, obrando directamente, como puede, sobre la legislacién, la fiscalizacién y la administracién desde las ya numerosas ban- cas que ocupa.en los diferentes paises”. Reiteraba que la aceién del socialismo "jam4s ser4 ilegal", valorando los me- 37’ ya concepeién del dios de la propaganda y la conviccién" trfnsito pacifico al socialismo, de algfin modo sostenido por Engels en la Critica al Programa de Erfurt ("Se puede concebir que la‘vieja sociedad pueda evolucionar pacificamente hacia la nueva, en los paises donde la representacién popular con~ centre todo el poder, donde, segfn la Constitucién se pueda hacer lo que se quiera, toda vez que se tiene detras de si ala mayorfia de la nacién") y recogida por la II Internacional : que conoce Recabarren en Europa, se manifiesta en su discurso a al plantear el ideal socialista como una reivindicacién del . conjunto de la nacién; no como una aspiracién corporativo-cla- . sista estrecha. "No es nuestra una accién egof{sta, sélo en beneficio-de una parte de sus ciudadanos", aclaraba, "sino en toda’ la comunidad, de.toda la nacién, si,excepceién de ninguna 58/ clase" Desde este punto de.vista, el fenémeno de la vio- lencia es extrafio al discurso de Recabarren y sélo se incor- pora a 61 tal coo Marx lo integra en su Gltimo perfodo de re- flexién sobre e} estado demoliberal, esto es como respuesta obrera a una oposicién minoritaria de la burguesia o del aparato burcerdtico-militar. "La oposicién que opone y oponga la bur~ guesfa ala marcha de este movimiento", argumentaba en el pro- yecto’ dé RepGblica Federativa", es lo finico que producira choques doloroses".- Incluso, en tal caso, Recabarren reafir- © la revolucién con todas sus violencias no a que'"la fuerza habré de ser el Gnico medio de que se pueda valer el prole~ lo organizado para expropiar el régimen capitalista ... taria hay otros médios, como ser la huelga parcial o general, y el boicot". Por estas razones, habia inicialmente planteado al respecto que "sélo estas dos fuerzas:la huelga y la ley - der vada de nuestro voto - puede darnos la moderna organizacién social". Hasta aqui el argumento es redondo, coherente, ligando orgdnicamente mayérias nacionales, la nacién en su conjunto, la via pacifica y la accién parlamentaria. No obstante, de- bemos mencionar qué junto con este argumento central de su proyecto politico, Recabarren introduce una nota, en tono me- nor, que muestra como 1d influencia de la revolucién rusa ha- pia comenzado a influir’parte de sus escritos. Esta inclusién a-sistem4tica queda muy claramente identificada en el mismo texto anteriormente comentado, cuando a pesar de haber reitera- do el papel del voto’ mayoritario y la ley, indica que "de las c4maras| legislativas nada, absolutamente nada, se puede o Se debé esperar... jam4s permitir4n. que triunfe una mayoria~ obrera... Este’ proyecto de Constitucién que entregamos a la.» consideraci6n popular no ser4 ley jam4s por un parlamento burgués... todas las organizaciones de lucha (son) quienes deben“constituirse en Congreso y hacerla ley..'.. imponiéndola con la fuerza y ld’ violencia de 1a huelga general"... En este contexto aparece una de las pocas referencias a la dictadura del proletariads que "significa obligar ala burguesia a so- metersé'a la voluntad del pueblo... (1a cual) :cesar4:por si sola. ‘Copijtodc, este elemento no constitucional se encuentra ans enmarcado en los grandes par4metros de su pensamiento tales son las ideas de someter 1a voluntad burguesa a través de una mayorfa expresada electoralmente. Si bien-el_"parlamento purgués" jam&s entregarfa tales leyes, si un parlamento con una mayoria sepresentativa de.los trabajadores lo podria hacer. Por -tales razones, pensamos que la temtica de la dictadura proletaria.coiq estrategia de minoria nunca estuvo presente en el pensamiento de |Recabarren como elemento politico e ideo- 1égico de-una importancia equivalente a los otros antes.mencio- hados. Esta tesis de una revolucién mayoritaria y paci ca,se explica en el contexto de la ampliacién del espacio politico interno, consecuencia de las reformas electorales de fines de siglo. El sufragio universal, a pesar..de sus restricciones iniciales, le abria a Recabarren 1a, ppsibilidad de formular una politica-para la construccién,del socialismo en un pais en el cual el desarrollo industrial,no habia aleanzado los um- prales que lo "calificaban" para pensar en un proceso de eman- eipacién: socialista...La apelecién a una amplia mayorfa nacio- nal capaz de movilizarse dentro del sistema en la perspectiva de su transformacién logra en.Recabarren uno de.los pocos mo- mentos de sistematizacién en el. pensamiento marxista,latinoa- mericano.. Sin embargo, al no contar con un cuerpo conceptual mAs” desarrollado,. sus orientaciones y propuestas pierden efec- tividad mostrando sus rasgos utépicos mds limitativos, Es asi como la propuesta de una Rep&blica Federativa de Chile, constituida en torno a asambleas industriales, sus 6r- ganos b&sicos, muestra al mismo tiempo una concepcién de la revolucién socialista como pacifica y mayoritaria, al igual que un inevitable sesgo economicista el que hace poner todo el peso de 1a acci6én transformadora en la alteracién de las relaciones de produccién. Estas asambleas, que cubrirfan la totalidad de las actividades sociales y que generarfan una asamblea nacional, a través de una estructura de municipali- dades con funciones estatales nininas, representan 1a culmi- nacién’ de su ideal cooperativista.22/ Esta forma de concebir la génesis y estructura del poder (asi como su convencimiento de que a medida que se produjeran los cambios econémicos, el Ejército y la Marina se disolverfan por.inGtiles) muestra que las influencias engelsianas en-el. pensamiento, de Recabarren le impiden desarrollar una concepeién politica que vaya mas alld del estado como érgano represivo o brazo del despotismo burgués., Por estas razones, el mismo Recabarren tiende a com- partir da idea de que en la medida que se tambien las condicio- nes econémicas de-la sociedad, ese estado quedarfa obsoleto. En este marco conceptual justifica la dictadura del proletaria- do en la Rusia soviética, calific&ndola como una medida provi- soria que "desaparecer4 por si sola cuando las rafces del sis- tema capitalista hayan desaparecido completamente", 52/ Finalmente, un aspecto central en el discurso socialista de Recabarren es el tema de la desaparicién del salario. En la medida que las categorfas mercantiles son elementos consti- tutivos del régimen capitalista y que dentro de ellas el s lario es aquella categoria que a su juicio permite extremar. las condiciones de explotacién de los trabajadores,. su elimi- nacién es uno de los propésitos bésicos de una revolucién so- cialista. Sus afirmaciones de que "el salario es la forma de la esclavitud del presente.. +, una ley infame", ayudan a en- ‘tender sw concepeién del socialismo como.una forma, de organi- zacién.en la cual estas categorfas dejarian de existir, desa- paveciendo y-siendo sustituidas por. una, "alta. moralidad".o2/ Porvestas razones, su defensa de. la NEP se reduce,a la imperio- sa necesidad histérica; que por lo demfs, seria a.su juicio de cardcter provisorio. £2/ ‘AGH Guahdd encontramos en Recabarfen’una explicable in- genuidad ‘sobre algunas de las m4s importantes materias polf- ticas, tales como 1a idea de la destruccién del sistema mer- @antil capitalista a través de 1a ampliacién del movimiento eooperativista, asi como su concepcién de que el estado caeria en desuso y obsolecencia después de este cambio, es necesario : rescatar su concepcién del socialismo como un proceso posible de ser desarrollado o intentado afin bajo condiciones de domi- nacién ecapitalista En ‘la medida que Recabarren le otorga al ideal socialista un-contenido humanista le asigna una vigencia inmediata. Por esto 16s esfuerzos por transformaciones post-revolucionarias mas de fondo no difieren fundamentalmente en su naturaleza del’ conjunto de las posiblés tareas democratizadoras y de or- El socialismo ganizacién del movimiento popular ex-antes es asi concebido como una cotidianeidad que permite que ese © ideal utépico se transforme en una fuerza efectiva de direceién ideal dela sociedad en el mismo momento que comienza:a des- plegarse. Atn cuando 14 propuesta cooperativista puede no re- presentar en la actualidad el mejor ejemplo de esta conversién y potenciacién cotidiana del ideal socialista, en ella ericon- tramos una forma diferente de pensar el socialismo. Ya no como el banquete de los triunfadores después de una cruenta guerra dé clases, sino como 1a multiplicidad“de grandes y pequefias i tareas, acciones, organizaciones, iniciativas y valores que pugnan por redefinir desde sus cimientos al conjunto de 1a sociedad, siW’esperar’ el advenimiento de un ajeno proceso po~ Litico dé -asalto al poder. Quiaés sus principales limitacio- nés fuéron ‘él no haber sigtematizado este aspécto original de du édnéépeién politica, m4s que el haber imaginado esa forma especifica de superacién del orden capitalista- Igualmente, junto con esa potenciacién del ideal socia- lista a través de la cotidianizacién de la utopia, és posible recuperar la concepeién politica de Reeabarren en dos aspec- tos adicionales. £1 primero dice relacién con la caracteri- zacién del sistema de contradicciones observados en el pais. Si bien no tiene una teorfa politica desarrollada, se da cuenta de que el socialismo es tarea de amplias masas trabajadoras m&s que el titanico y solitario esfuerzo de una inexistente clase obrera revolucionaria "tipica ideal”. La contradiccién entre propietarios, ineptos para producir en funcién de la sa- tisfaccién de las necesidades del conjunto de la poblacién y la gran masa asalariada le permite identificar como fuerzas potencialmente socialistas a la suma de esa poblacién margi- nada de la propiedad. La unién de 1a mayorfa de los asalaria- dos no-propietarios al alcanzar incluso a pequefios propietarios y artesanos, hace que su concepeién pluralista de socialismo no requiera del expediente de la dictadura proletaria como es- trategia de minoria. Afin caando subvalora la-reaccién de los aparatos del estado y de la propia burguesia contra las fuerzas socialistas, no es menos cierto.que sus conceptos implican una vevisién a fondo de algunos elementos constitutivos de la sub- desarrollada teorfa politica marxista de comienzos'dé siglo. Asi, junto con 1a recuperacién de hecho de los medios legales de lucha politica, Recabarren idea al socialismo como funda- mentalmente democraticos asumiendo el sufragio universal y la alternancia en el. poder como uno de los rasgos caracter{sticos del.nuevo orden socialista. on todo, 1a desconsideracién de fenémenos propiamente politicos y del posible papel que desempefiaria el estado le. impiden relacionar las ideas sobre la ,socializacién del poder con la existencia de un conjunto de otras capas sociales y gru- pos que en el marco del sufragio universal no tenfan cabida en su proyecto de sociedad. Nos referimos a toda la compleja trama deila burocracia estatal 1a que se constituye en uno de los pilares.el amplio espectro de clases medias en este pais. De tal forma; el humanismo socialista que articula-y uni- fica las influendias utépicas y marxistas en el discurso po- litieco de Recabarren se convierte en el elemento que posibi- lita la existencia de una posicién coherente - pero-a-sistem4- tica - capaz de movilizar una parte considerable de 1a socie- dad chilena. Visto desde otro Angulo, este discurso no es sino la metamorfosis de los diversos elementos ideolégicos, existentes en el seno del movimiento mancomunal de la época, en un sentido comfin socialista de masas, el cual recupera y asuhe la diversidad de determinaciones no propiamente clasis- tas ‘que sé encontraban a la base ¢ impulsaban esa movilizacién popular. : on todo, Recabarren no logra apreciar el orden de mag- nitud de-la transformacién que estaba propugnando. En la medida que sus propuestas no consideraban la compleja rela~ cién de la politica con ese estado demoliberal evolucionado y la diffcil erradicacién de las relaciones sociales ‘¢ ideo- légicas capitalistas, su humanismo socialista le permite pro- yectar fuerzas sociales pero dificilmente lo habilitan para materializar un proyecto ‘politico factibles Esta critica justa, sin embargo,!no serfa pertinente en una reconstruccién' del discurso socialista de Recabarren no conio proyects polftico- programitico, sino como proyecto utépico, como ideal socia- lista, Visto desde’ este filtimo Angulo, su discurso politico adquiere coherencia y*el humanismo"inherente se revela como su-principal ejé articulador. “En ‘¢ohsecuencia, el caracter’ fundacional’ del'socialismo en Récabarren’ lo encontramos es- pecialmente, ‘en’ su nivél utépico, idéal,‘en“aquella propuesta - 29 - condenada a su irrealizacién pero capaz de movilizar amplias mayorias tras ese siempre distante horizonte de nueva sociedad. Proletarizacién y bolchevizacién del _socialismo La afiliacién del POS a la ITI Internacional y su trans- formacién en Partido Comunista (1922). no significé la autom4-~ tica y sibita conversién del ideario socialista de Recabarren en "leninismo". Por el contrario, en ese primer momento el PC chileno le presenta al Comintern, especialmente al Secre- tariado Sudamericano, una realidad politica y organica que ste se esforzar4 por modificar en los afios siguientes. En el desempefio de este papel dirigente, el Secretariado comienza a transferir una teorfa politica que se opone y bloquea la capacidad utépica y de masas que el POS habfa logrado exhibir bajo el liderato de Recabarren. Entre 1921 y 1927, el Comintern formula una politica para | América Latina que se impondr4, junto con toda la fuerza moral que respalda y fluye de la revolucién bolchevique, a través de un conjunto de medidas orientadoras de los PC locales. En consecuencia, los partidos comunistas de la regién tratar4n de ajustarse y de seguir tales recomendaciones como forma de acercarse a ese modelo triunfante de partido revolucionario. En noviembre de 1926 el Secretariado Sudamericano del, Comintern | envia una Directiva para la Bolchevizacién del PC Chileno, la que se enmarca en la politica general para 1a regién y mues- Oe) tra como las tésis del "frente tnico proletario" se ligan in- disolublemente con las tareas de la "bolchevizacién" y la po- Litica "anti-imperialista"®2/, Una vez consolidado el poder soviético después de la guerra civil, su politica en Europa y el resto del mundo se _ orienta a encontrar contrapartes equivalentes en cada uno de los paises dei orbe.58’ sin éiibargo, como 16 menciona caballero, las masas trabajadoras én las cuales la III Internacional bus- caba influencia de la II Internacional Social. Demécrata. En conse- ;poyo Se encontraban en ese momento en su mayoria bajo la cuencia, la politica que sigue el Comintern es tomar contacto con-esd base social en la ‘perspectiva de ganarla para sus po- siciones, integrSndola al'frente finico proletario. Esta polt- tica se ve complementada con acercamientos formales con la II Internacional y 1a llamada IE 1/2 Internacional de Faure y Bauer. Por las mismas razones, el frente Gnico proletario exigia que los PC que asi operaran alcanzaran cuanto antes niveles superiores de bolchevizacién, lo cual fortaleceria sus fronteras organi- zacionales de modo de enfrentar esta tarea sin quedar sujetos a lainfluencia reciproca de la socialdemocracia en sus propiasfilas Asi, ld bolchevizacién se constitufa en parte integrante del frente fnico proletario, y el modelo m4s apto para lograr tales metas era la "leninizacién" de los PC afiliados al Comintern en Sudamérica, Igualmente, a partir de la puesta en prdctica de estas dos orientaciones el Comintern podia impulsar su poli- tica anti-impetialista, la que sé expresaria tanto bajo las tesis de la revolucién mundial hasta 1924, como, posteriormente, en la reformulaciéh de Stalin después de la muerte de Lenin, . perfodo de vigehcia del “socialismo en un solo pais". : En este contekto de preocupaciones politicas, el Secretaria- * do Sudamericano caracterizar4 la situacién. del. continenté cons- tatando una debilidad comatosa de las burguesias locales, ‘las que son vistas inclin4ndése ineluctablemente hacia el’ fascismé. La Directiva define el momento que vive el Chile de la épota afirmando que "la burguesia est4 dividida’ bajo la influencid! © bien de 1a competencia imperialista que la obliga a buscar el apoyo de las masas trabajadoras y seguir una politica’ dema- gégica, o bus¢ar al fascismo, como medics’ para mantener y cén- solidap’su"péder". La conclusién que saca’ el Secretariado’ de esta situacién es que la extendida crisis econémica, con su secuela de pauperizacién de las masas trabajadoras, debia ser combatida a través de una polftica anti-imperialista que evi- tara, ‘simultameamente, que la -burguesia nativa fuera Llevada hacia el-fascismo. Todo esto requerfa, segin la Directiva, "la fnidasalvacién para las masas trabajadoras, tal es la de tener un.gran Partido Comunista". En esta perspectiva el Secretariado analiza la situacién politica y orgénica del PC chileno mostrando sus principales logros y destacando crfiticamente aquellas insuficiencias que a su juicio debian ser corregidas. £1 documento subraya dos grandes lineas de rectificacién: la bolchevizacién del partido y la profundizacién de su linea de frente finico proletario. A consecuencia de estas dos grandes rectificaciones el Comintern se encargar4 de reducir la fuerza de masas de esa izquierda, sin proporcionar una alternativa al ideario socialista cons- truido a lo largo del trabajo politico de Recabarren. Asi- mismo, los conceptos expresados en la Directiva implicaran la transferencia de una nueva teorfia politica que tratar4 de sus- tituir los fragmentos ideolégicos originales del movimiento popular redefiniendo a partir de ellos su sentido comin socia- lista de masas. La bolechevizacién del PC pasaba, de acuerdo al Secretariado, por-una. vinculacién de nuevo tipo, especialmente entre el par- tido y las masas obreras y campesinas. Esta.relacién debia . , ser estructurada en torno a una reorganizaci6n del PC y und," nueva forma de relacién entre el partido, los sindicatos y la representacién parlamentaria. Todas estas reformas estaban orientadas hacia un mayor control y liderazgo centralizado de la inigixtiva politica, ideolégica y de masas del movimiento popular. - En primer término, la Directiva enfatizaba que en términos organizacionales "el Partido no est4 organizado por células Esta defi- . de f@brica, la base para todo Partido Comunista" ciencia era la que explicaba su pobre desempefio para enrolar nuevo = contingente. Sin embargo, m&s grave que esto era "la base pro- letaria absolutamente inadecuada del Partido”, La critica al- canzaba al Coxité Ejecutivo Nacional por tener "un concepto : insuficientemente claro de la necesidad de crear uh partido de 'masas, con una seria hase proletaria, lo cual es agravado por la confusién reinante sobre el papel del Partido. y el trabajo de los comunistas en las organizaciones sindicales". .Una poli- tica leninista y la "enérgica oposicién a todo tipo de desvia- cionés protegerian al Partido de caer en el camino socialdemé- erata y'lo habilitarfan para avanzar por el sendero de la bol- chevizacién". En suma, el-Secretariado postulaba que el mayor némero de militantes y su organizacién celular evitarian que el PC sé convirtiera en una mera “organizacién.electoral” o en una reducida "secta politica’. En segundo término, el documento se encargaba de dar cuenta de las supuestas. veleidades de los representantes parlamentarios del. PC, la-Mamada fraccién parlamentaria. En la medida que el Secretariado reconocia el poder electoral del PC especialmente en el Norte del pais, hacia hincapié en denunciar las tendencias personalistas en el seno del partido. "La situacién m&s anormal", indieaba, "desdeun punto de vista organizacional, fue la posi- cién de le” fraccién parlamentaria del Partido". Enfatizaba que cénsideraba totalmente refiido.con las pr&cticas leninistas el’ que 168 candidatos al Parlamento fueran elegidos a través de un proteso electoral al interior de las seccionales partidarias, para después’ contar los votos para cada candidato y asi designar las candidaturas respectivas. lLigado a esta aberracién politica, smo de estos representantes los que se mencionaba e] autono! disponian libremente de sus ingresos como congresales sin incor- corporarlos inmediatamente a la caja partidaria. Todas estas anormalidades se explicaban, segin el Secretariado , por la existencia de una actitud basica que desconocfa el caracter coordinador y resolutivo del Comité Central en todas las ma- terias de competencia parlamentaria. "Estas deficiencias or- ganizacionales llevan a situaciones absolutamente inadmisibles, intolerables en un Partido Comunista ‘en las cuales la fraccién parlamentaria trata de transformar- insistia el documento, se a si misma objetivamente en un segundo centro de direccién del Partido, y en las cuales la fraccién parlamentaria se de- fine a si misma frente a las masas como. los Gnicos represen- tantes del Comunismo". Esta ausencia de direccién centralizada, no sdlo en el frente parlamentario sino también en la juventud y.en,el.frente femenino, era vista como un atentado a la cons- titucién de un 1iderazgo centralizado, lo que "impedia al Par- tido desempefiar su papel de estado mayor general del movimiento proletario’, La bolchevizacién pasaba por la puesta en pr&e- das disciplinarias hasta el punto de excluir a los camaradas que tengan tales conceptos"; imple- tica de “estrictas me mentary "estrictos mecanismos de control", y, en el caso espe- cifico de la fraceién parlamentaria, "modificar la forma de elegir los candidatos a través de la puesta en prdctica de una propuesta por parte de los comites de seccionales y la no- minacién definitiva por parte del Comité Central" Una tercera via de bolchevizacién exigia la redefinicién de las relaciones partido-sindicatos. A pesar de ser vista como una crestién puramente organizacional, el Secretariado en este punto contradice categéricamente la anterior practica, gel, POS en sus relaciones con el movimiento popular. La Directiva establece que tales relaciones "son anormales entre. el partido y los sindicatos, (existiendo) una.confusién entre el trabajo del partido y las organizaciones sindicales", anormalidad que respondia basicamente 4 la falta de “fracciones comunistas sin- dicales. El documento se encargaba de indicar “como una ‘tarea concreta en este dominio, el Partido debe erear fracciones sin- ‘ dicales comunistas que deben ser dirigidas por las comisiones tee sindicales de las seccionales comunistas y deben estar bajo-la direceién de la Comisién Sindical del Comité Ejecutivo Nacio- : nal. La "normalizacién" de las relaciones partido-sindicato era una medida urgente para restablecer un orden politico y orgénico que habia sido trastocado, "situacién (que) implica el peligro de subordinar la accién del Partido’a aquellas or- ganizaciones de masas sin partido". La ruptura de las rela-~ ciones histéricas entre partido y sindicato era vista como fun- damental para otorgarle al Partido la capacidad de dirigir la organizacién sindical sin quedar sometido’a la libre concurren- cia de mayorfas y minorias laborales que no respondieran al 1iderato centralizado del Comité Central. El Secretariado se réfiere, finalmente, a los principales problemas de linea politica’ que mostraba el PC, pero en términos menos destacados que los problemas orgnicos y de disciplina recién indicados, Su opinién politica se va especificando a lo largo de"1a amplia critica a Manuel Hidalgo (Senador. por Tarapacé y Antofagasta), Abraham Quevedo (Diputado por Valdivia) y Ramén Sepfilveda Leal (Diputado por Valparaiso). Los concep- tos vertidos por cada uno de ellos en circunstancias diversas merecieron ‘la franca reprobacién del Secretariado; develando ste los principales elementos constitutivos de la nueva Linea politica y denuhciando’ la "desviacién" de los parlamentarios. La Diréctiva’ indicaba' que la posicién de Hidalgo sobre-el pro- ‘ue no-revolucionaria y no- blema ‘de’ TaeHa y! Arica "no sdlo clasista, sino que llev6é al Partido'a una posicién reformista | que conducfa al fortalecimiénto del aparato estatal y la bur- guesfa, Esta falta de una posicién de clase sobre la cuestién del estado burgués representa una tendencia burguesa y refor- mista muy marcada". Lo mismo era denunciado frente a Quevedo por haber argumentado que 1a represién gubernamental debfa cesar en virtud de conceptos tales como los de "dignidad de 1a na~ cién", “una posicién constitucional” y una politica contra "los | abusos de la autoridad”, todes los cuales implicaban asumir po- siciones democréticas burguesas. Igualmente, la posicién de Quevedo de exigir medidas de proteccién para la industria nacional y justificar el reconoci- miento del nuevo estado bolchevique a partir de las necesidades industriales del pais, en un momento de quiebra del principal producto de exportacién, le parecia al Secretariado una abdica- eién teérica conducente a la m4s clara bancarrota ideolégica. En esta misma linea se critica a Hidalgo por su postura in- dustrial proteccionista y por arguir en funcién de los intereses | ca nacionales, lo que no tomaba "en cuenta que la finica polf proteccionista que un comunista debe defender es la politica | proteccionista del estado proletario para su propia industria socialista. 51 proteccionismo de un estado burgués para su in- dustria capitalista significa el agravamiento de la explotacién | de las masas trabajadoras". Finalmente, se referia a los conceptos de Sepiilveda indi- cando que isu argumentacién sobre las tareas de su representacién basada en su deseo de “contribuir a la repfiblica democrdtica perfeceionando,.sus métodos de administracién y gobierno" le parecfa una "concepeién errénea que. no requiere mayor ,comen- tarios de nuestra parte”. La exigencia de enmarcar toda la politica del PC en torpo al frente finico prol¢tario lleva al Secretariado a. denunciar industrial ya :tales “concesiones" al estado..y a da, burguesi enfatizar.que su actividad m4s.bien debia orientarse hacia ebreros urbanos y rurales, artesanos y. pequefios propietarios agricolas. .Con estas orientaciones de la Directiva, el Seere- tariado Sudamericano del Cominternpensaba estar “ayudando, a los camaradas chilenos contribuyendo a...-1a posterior dis~ cusién de una linea politica correcta". Utopia e ideal socialist: El choque entre dos: concepeiones tan diferentes sobre la politica, el socialismo y las formas que debian adoptar las acciones emancipadoras de las clases trabajadoras, perso- nificadas en Recabarren y en el Comintern, no s6lo ponen de manifiesto; una teorfa politica y un ideal socialista radical- mente opuestos a los del fundador del POS, sino que muestra 1a concepeién que el Comintern tenia respecto de las relaciones y jerarquizaciones de los partidos comunistas del 4rea, asi como Jos vinculos entre éstos y la clase trabajadora. Claudin muestra que la concepcién original del Marx so- bre;a Internacional y,el "partido politico. proletario (era) extremadamente flexible, sensitiva y abierta: democr4tica en el sentido filtimo m4s radical de democracia.., En la concep- cién de Marx, el agente real de la accién histérica, en la re- volucién, es la clase"®2/, sin embargo, encontramos que el Comintern altera los términos de la ecuacién y, tal como lo explicita, trata de\constituirse en "estado mayor. general! de la movilizacién popular. La consecuencia m&s grave de esta politica es la desna- cionalizacién que ésta produce. tanto del marxismo,, como de las organizaciones que coordina a nivel regional. En,la medida que el, esfuerzo de Recabarren de nacionalizar una visién marxis- ta de la sociedad pasaba por modificar: aquellos conceptos no pertinenteda la situacién chilena y crear otros nuevos al in+ terior del bropio campo marxista, el Secretariado Sudamericano objeta esta forma de concebir la politica y el socialismo, lle- vando al PC chileno a convertirse, antes de la nueva orienta~ ~ cién de constituir frentes populares, en un factor politico i? poco relevante revirtiendo la tendencia de masas en ascenso : observada en los tiempos de Recabarren. Por oposicién al pensamiento de éste se destaca la carac- terizacién que la Directiva hace de las fuerzaspevolucionarias. Al atacar las’ posiciones de los parlamentarios, el Secretariado desvaloriza todo esfuerzo para llevar’ adelante acciones tendientes al desarrollo de la industria nacional, sea a través de una politica proteccionista o como consecuencia de una diversifi- cacién del comercio internacional. Su extemporaneo anti-esta- tismo y la rotunda negacién del desarrollo industrial como pro~ plema nacional, se ligan al clasismo radical que confiesa al concebir la politica obrera exclusivamente en términos de los intereses politicos del PC, definidos por el propio Secretariado. Su politica de proletarizacién hubiera encontrado ¢n la indus- trializacién uno de los’ 'tépicos m4s movilizadores, siendo ésta la Gnica alternativa viable en una sociedad como la chilena de la época, en la cual 1a mayoria de las clases asalariadas es- taban constituidas por campesinos, sectores medios y burocracia estatal. En el fondo, esta ambiguedad de la politica expresada en la Directiva obedece a una teorfa politica que pone el énfasis en una concepoién de la revolucién isocialista basada exclusi- vamente en la clase obrera dirigida por la vanguardia prole- taria. El frente. finico proletario de esta forma se autolimita, pory ejemplo,. al mal -identificar Ids ‘esfuerzos de la oficialidad joven'de 1a época, tendientes a una rapida industrializacién, ementos anarco-sindicalistas no habfan logrado desplazar a los de las organizaciones de masas; y, final#ente, no eran capaces de trabajar simultincamente en el campo legal e ilegar.28/ En tales. condiciones la politica de los frentes populares apro- | bada porel VII Congreso en 1935 viene a réscatar a los PC del area de su irremediable aislamiento. No obstante, 1a confron- tacién ideolégica de heche entre el pensumiento heredado del POS y'las nuevas tesis del Comintern, deja profundas huellas en esa primera manifestacién fundacional del socialismo chileno. Uno de los efectos m&s importantes producidos como secuela de este "disciplinamiento" ideolégico es 1a drAstica recons- truceién del ideal socialista nativo, redefinido por el prisma con que el Secretariado incorpora el nuevo hecho de la revolu- eién bolchevique. Esta forma de aprehender la primera revolu- cién socialista termina encorsetando el ideal socialista local vistiéndolo con un atuendo inexpresivo para estas latitudes. La fuerza ideal del socialismo chileno mas que beneficiarse por la ampliaci6én de la interaceién politica con otros sectores revolucionarios, pierde su carfcter utépico, ideal, para ob- jetivarse o alienarse en una experiencia histérica singular que lo vendrfa 4 sintetizar. En sus limitadas y particulares fronteras debia expresarse toda la rica y diversa gama de an- helos liberadores del resto del globo. Esta materializacién del ideal socialista en un s6lo proceso de transformacién so~ cialista - cualquiera que hayan sido sus resultados -, al mismo tiempo que los des-utopiza, lo encadena a los avatares de su propia evolucién politica. De este modo, tal forma de conce- bir el internacionalismo proletario ya no s6lo despotencia la capacidad novilizadora del ideal socialista nacionalmente cons- truido, sino que lo desnacionaliza al fijarlo en una revolucién especifica. = 43-6 1/ Cfr. Ernesto Lacléu iGonsideraciones sobre la crisis del marxismo: discurso, hegemonia y politica", Socialismo y Participacién, N°16, Diciembre 1981, pag. 4%. s ‘2/-°Un-analisis panoraémico del desarrollo del socialismo . narxista.cn América Latina, en: Michael Lowy, Le Marxisme en Amerique Latine de 1909/2 nos. Jours... Hasperoy Paris, > -T980- 3/_ Cfr. Augusto ‘Varas, Felipe Aguero y Fernando Bustamente, TLACSO, Santiago, 4 198d. 4/ Por ideal socialista entendemos, junto con Adolfo S&nchez. ("Ideal Soeialista y Socialismo Real", Teoria N°7, 1982) "la aspiracién a realizar condenada a su teFealizacién". 0, como lo define Manheimm (Ideologia y Utopia, Aguiler, Madrid, °1966) "Aquellas orientaciones que trasciendan la realidad 'y que, al informar Ja conducta humana, tiendan a destruir, parcial o totalmente, el orden de cosas pre- dominante én aque] momento"; pag. 261. Cf. Carlos Franco, De Latinoamericano. ‘CEDE o Eurocéntrico al Marxismo > Pag. 87. Sobre este desencuentro entre el marxismo y América La- tina, ver: José Aricé, Marx y América Latina. CEDEP, * Lima, 1980. Un andlisis de las estrategias politicas de los partidos Socialista y Comunista en las filtimas décadas, en: Tomas “Lineas Estratégicas.de la Izquierda: 'Frentismo', Populismo, Anti-reformismo. 1933-1973". Documento de Trabajo, FLACSO, 1982. 8/ Sobre este punto, ver, Adolfo SA4nchez, op. cit. 9/ Un amplio andlisis histérico e ideolégico, del movimiento mandomunal en Chile, en: Eduardo Devés,’E1 Movimiento ~~ el Norte 5. 1901-1907. CLACSO, Santiago, 1961. Igualmente, ver: Gonzalo Vi de _Cliile 1891-1973. Editorial Santillana, Santi especialmente Tomo II, capitulo 18. 44 = Cfr. Atilio Borén, "La evolucién del régimen electoral y sus efectos en la representacién de los intereses popu- lares, el caso de Chile", Revista L: joamericana de Ciencia Politica, Diciembre, 1971. Sobre €1 efecto de estabilizacién de los sistemas politicos europeos 2 través del sufragio universal, ver: Adam Przeworski, "Institutionalization of. Voting Patterns, or Is Movilization a Source of Decay?", The American Poli- tical Science Review, March 1975. Bara €1 caso chileno: Angel Flisfisch y José Sulbrandt, "Movilizacién electoral: Cambio y permanencia", Documento de Trabajo, FLACSO, 1976. En el caso de Argentina, la ley de Saenz Pelia que ampliaba el espacio politico interno (1912), no fue el inicio - como en Chile - del establecimiento de un mareo politico y estatal relativamente consensual. Carlos*Franco, op. cit., p. 65. Cfr, Louis Althousser: "El problema del Estado" en: Varios autores: La.Crisis del Marxismo. Universidad Auténoma de Puebla, México, 1973, Tal como lo plantea Aricé, op. cit. Cf. Stanley Moore, Three T: New York, 1963. tics. Monthly Review Press, Carlos Marx, Las Luchas de Clases en Francia de 1848 a 1850, Ed, Ateneo, Buenos Aires, 1972, pp. 52-53. Ibid., p. 73. Stanley Moore, op. cit., pag. 28. Ibid; pag. 21. Ralph Miliband, The State in Capitalist Society: Weidehfeld and Nicholson, “tendon, T3969, pag. 193. \ Carlos Marx, Capital, International Publishers, New York, 1968, pag. 635. Friedrich Engels, Karl Marx, Le Parti de Classe. Maspero, Paris, 1973, Tomo Ily.pq 89. Ibid, pag. 90. = 4S - a_al Programa de Gotha,’ define al estado. "como nada n despotismo militar, policialmente custodiado" International Publishers, New York, pag. 19. ze/ Engels, Marx, Le parti de classe; pAg. 90. 27/ Cir. C. Marx, Capital, vol. IIT, p&g. 438. 28/ Etienne Balibar; Cine. Etudes du Matenialisme Historique, Maspero, Paris, 197%, pag. 95. 23/ Un anflisis del cambio de las. condiciones de la clase obrera europea en el siglo veinte y 1a funcién del estado en relacién a ésta, en: Suzanne de Brunhoff, Etat et Capital. Maspero, Paris, 1981, También ver: Christine ~Buei-Glucksman y Goran Therborn, Le Défi Social-Democratic Maspero, Paris, 1981, ful El problema del estado en sociedades evolucionadas y com- =. plejas, con economfas centralmente planificadas, en: Rudolf Bahro, La Alternativa, Alianza Editorial, 1979. Igualnente:' Juan Carlos Portantiero, "Ei socialismo como construe: de un orden politico démocrético”, Socia: y Participacién, N°15, diciembre, 1981. 31/ Marx a Engels, Febrero 11, 1865, Selected Correspondence, ishi 197. Foreign Languages Publishing House, Moscow, s.f.; pag. 32/ Marx a Kugelmann, Febrero 23, 1865, Ibid. p. 203-206. 33/ Marx a Kugelmann, Enero 15, 1866, Ibid, pag. 213 34/ Marx a Vera Zasulich, Marzo 8, 1881, Ibid, pag. #12. 35/ Engels a Weydemayer, Febrero 27, 1852, en: Marx-Engels, Letters to Anericans. International Publishers, New York, 1353, pag. wi 36/ Ibid., Marzo 10, 1865, p&g. 70. 37/ Engels a Marx, Abril 13, 1866, en: Selected Correspondence; pag. 214, 38/ Engels to.the Spanish Federai Council of the International ix” Workingmen's Association, Febrero 13, 1871, Ibid. p. 315. 39/ Engels a Turati, Enero 26, 1894, Ibid.; p&g. 553. ae le i A eS | = = 7 a7) 4g/ 49s o/ sus 58/ { - 46 - Marx-Engels, Critique des Programmes de Gotha et D' Erfurt. Editions Sociales, Paris, 1950; pag. 77. Engels a Cuno, Enero 24, 1872, Selected Correspondence, ne pag, 335. £ Marx-Engels, Critique des programmes..., pag. 82-83. Cfr. Engels a Schmit, Octubre 27, 1890; y, Engels a Danielson, Junio 18,.1892. Engels a Starkenburg, Enero 25, 1894, Marx, Critica ‘al Programa de Gotha. Un andlisis de la politica del Comintern en: Ferriando Claudin, The Communist Movement: from Comintern to Comin- form. Penguin, London, 1975; Manuel Caballero, La Interna~ gional Comunista _y América Latina, La seccién venezolana. Tuadernos de Pasado y Presénte, Siglo XXIT, México, 1978; Un andlisis de.las versiones latinoamericanas: de. Lenin, en: Tom4s Moulian, "Cuestiones de teorfa politica marxista: una. critica de Lenin", Documento de Trabajo, FLACSO, 1980. El Trabajo, 21/2/1904, citado por Devés, op. cit., pag. 48. El Proletario, 8/4/1905. Ibid. p. 66. El Trabajo, 9/4/1905. Ibid. p. 68. El Maritimo, 2/9/1905. Ibid. p. 83. El Pensamiento de Luis Emilio Recabarren. Austral, Santiago, eee. ee ee dee F. Engels, Socialism: Utopian and Scientific, en: K, Marx ne and F. Engels, Selected Works, International Publishers, New York, 1969, p. 409. Ibid.; p. 417. El Proletario, 11/4/1905, Devés, op. cit.,"p. 65+ Un anflisis de 1a cultura del ocio en: Luis Barros y Ximena Vergara, El Modo de ser Aristocr4tico. Aconcagua, Santiago, 1978. ee L.E. Recabarren, op. cit., Tomo I, pp. 51-55,56. 52/ Ibid.; p. 23,63,72. ' a $3/ Ibid., pp. 135 a 162. Ibid., Tomo II, p. 192. 60/ 61/ Ibid., p. 29 y 34. / Ibid., Tomo II, p. 192. §3/ Segtin Gonzalo Vial, op, cit., parte de las fuerzas inte- grantes de la FOCH habfan sido desarrolladas al alero de la Iglesia y algunos dirigentes conservadores, p. 882. AGn cuando posteriormente la FOCH asume una posicién cla- ta mis nitida, tales antecedentes muestran la capacidad de integrar elementos ideolégicos dispersos en el seno del movimiento popular. Stephen Clissold, Soviet Relations with Latin America: 68. Oxford University Press, New York, 1970, p. 119. Referencias bibliogr&ficas y un an4lisis al respecto en: Augusto Varas, “América Latina y la URSS: relaciones inter- estatales y vinculos politicos", Documento de Trabajo, FLACSO, 1981. Claudin, op. cit., p. 629 Citado por A. Varas, op. cit., pp. 6-7. a6 -hicf i 4 : Sf « whe oy

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