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LA TUTELA JUDICIAL EFECTIVA EN LA CONSTITUCION ALEMANA Javier Barnés Vazquez Profesor Titular de Derecho Administrativo ‘SUMARIO: I. Lasraices DEL arricuLo 24.1 CE.—Il, INTRODUCCION. LATUTELA JUDICIAL COMO DE- [RECHO FUNDAMENTAL, GARANTIA INSTITUCIONAL Y DECISION VALORATIVA: 1. Elartfculo 19.1V como de- recho fundamental a la tutela judicial individual. 2. El articulo 19.1V como decision valorativa de cardcter objetivo. 3. Elarticulo 19.1V como garantta institucional (la garantta institucional de wna jurisdicciGn) —Il. EL CONTEXTO CONSTITUCIONAL DE LA TUTELA JUDICIAL EFECTIVA. EL ARTICULO 19.1V GG como ELEMENTO DE La CLAUSULA DEL Estabo DE DERECHO: 1. La garantia general de (a justicia, (la tutela judicial general) 2. Nivel de proteccin o de tutela judicial. 3. El articulo 19.1V GG y los derechos fundamentals. 4. La ubicacin sistematica del articula 19.1V GG.—IV. Los ELEMENTOS DDE LA TUTELA JUDICIAL EFECTIVA: 1. «Cualguier persona». 2. Ejercicio del poder piiblico. A) Poder ejecutivo, B) Poder legislative. C) Poder judicial. 3. La lesion jurtdica. A) Derechos subjetivos enel sentido del articulo 19.1V GG. 8) Acio piblicoilegal—V. La Via JUDICIAL DEL aRTicuLo 19.1V GG: 1. Elementos organizativos. 2. Técnicas de control judicial de la accion administrativa. A) La habilitacion para que la Administracion dicte resoluciones definitivas. Discrecionalidad admi- nistrativa y conceptos_juridicos indeterminados. a) Discrecionalidad administrativa (Ver- wwaltungsermessen). b) El margen o émbito de apreciacién (Beurtilungsermachtigung). ¢) Pre- rrogativas de evaluacién (Einschatzungsprévrogativen). d) La habilitacion para la prognosis (Prognoseermachtigung). e) La recepeion de reglas técnicas. Los llamados conceptos recepticios (Rezeptionsbegrffe.f) La discrecionalidad administrativa en el Ambito del planeamiento. g) La discrecionalidad en la produccion normativa—VI. LA APERTURA DEL PROCESO Y LA EFECTIVIDAD DE. La TuTeLA JuDIciAL: 1. El acceso a la via judicial. A) El principio o mandato de claridad y certi- dumbre respecto de la jurisdiccién competente. B) Limitaciones al acceso. a) Pérdida del de- recho a reeurrir Verwirkung prozessualer Befugnisse).b) Plazos preclusives (Prozessuale Aussch- luBtristen). c) La inimpugnabilidad de los actos administrativos firmes. d) Costas. Represen- tacién. C) La necesidad de impetrar justicia. D) Renuncia. E) Tutela judicial y procedimiento administrativo. a) Via administrativa de recurso (Vorverfahren). b) Notificacién y publicacién. ¢) El deber de motivar. d) Registro administrativo y vista del expediente.e) La preclusién pro- ‘cedimental (Verfahrenspriklusion). 2. La efectividad de la tutela judicial. A) Duracion del proce- 0. B) La tutela cautelar (vorlufiger Rechtsschut) y la tutela preventiva (vobeugender Rechtss- ‘chuta) C) La Sentencia—VIl. LA Via SUDICIA ORDINARIA DEL aRTicuLO 19.1V.2 GG.—VIII. EL aR- ‘TicuLo 19.1V GG ¥ LA MODINICACION DE LA CoNsTITUCION—IX. EL aRricuLo 103 GG: EL DERECHO DE Las raices del articulo 24.1 CE El articulo 24.1 CE, segtin sabemos, proclama que todos: «tienen derecho a obtener la tutela efectiva de los jueces y tribunales en el ejer- cicio de sus derechos e intereses legitimos, sin que, en ningtin caso, pueda pro- ducirse indefensién.» De esta forma, se reconoce el derecho formal a la defensa judicial de los derechos e intereses materiales de todas las personas. El contenido consti- tucionalmente garantizado, segtin tiene declarado nuestra jurisprudencia, reside en el poder juridico-subjetivo de acceder a la jurisdiccién para obte- 430 JAVIER BARNES VAZOUEZ ner —a través del sistema contradictorio— una efectiva resolucion fundada en Derecho. Comprende, pues, tres facultades: la de acceder al proceso; la defensa contradictoria; y la efectividad de la sentencia. Por su ubicacién sis- tematica, el derecho a la tutela judicial tiene el rango de derecho fundamen- tal y es protegible en amparo (art. 53.2 CE). Su genuino origen, como derecho constitucional, hay que situarlo en la segunda posguerra europea, como vigorosa reaccién frente a la tragica ex- periencia juridica de la época inmediatamente anterior al conflicto mun- dial (1); la idea dominante que surca el constitucionalismo occidental no es otra que la de fortalecer la tutela judicial de los derechos y libertades, habida cuenta de la inmediata historia precedente: procesos penales que no pasaban de ser simples simulacros y zonas de actividad administrativa in- munes o exentas del control jurisdiccional. Las nuevas Constituciones pre- tendieron frenar los embates del poder piiblico en los dos frentes mas ame- nazados: en materia penal y contencioso-administrativa. En cierto modo, a neutralizar el acoso en el primer frente se dirigieron las reglas procesales que, como las que lucen en el apartado 2.° del articulo 24 CE, estan inme- diatamente ideadas para los procesos penales; y, por contraste, para supe- rar el primitivo estadio en que se hallaban las jurisdicciones administrati- vas, se consagr% el derecho a la tutela judicial en sentido estricto (asf, nues- tro apartado 1° del art. 24 CE). El derecho fundamental a la tutela judicial efectiva en nuestra Constitu- cién se ha inspirado, obvio es decirlo, en el modelo alemén e italiano. Con todo —y quiza porque la norma sea mas sabia que el legislador— la Cons- titucién, ademas de modelarlo con su propia personalidad y de insertarlo en un tejido normativo propio, le ha atribuido un espesor técnico y un esténdar de proteccién superiores al de los modelos que le sirvieron de guia. De ahi que nuestra dogmatica no pueda ser por completo fiduciaria de sus fuentes y deba desarrollar una doctrina auténoma. La italiana de 1947 establece, también en su articulo 24, la tutela giuris- dizionale: «Todos pueden actuar en juicio para tutelar sus propios derechos e intereses legitimos. La defensa es un derecho inviolable en cualquier esta- do o grado de procedimiento» (2). La Ley Fundamental de Bonn (GG), de 1949, por su parte, proclama en el articulo 103.1 el derecho que tienen «to- dos a ser ofdos legalmente ante los Tribunales» a lo que afiade el articu- lo 19.1V —derecho a la tutela judicial efectiva (Anspruch auf tatsdchlichen Rechisschutz o Rechtsweggarantie o Rechtsschutz)— que «toda persona cuyos derechos sean vulnerados por el poder publico podré re- (1) Vid. L. Diez Picazo: Notas sobre el dere- cho a la tutela judicial efectiva, «Poder Judi- cial», nam. 587), 6 45. (@)’ El articulo 113 de la CI dispone que contra los actos de la Administracion pabli- cea se admitira siempre la tutela jurisdiccional de los derechos e intereses leg{timos ante los organismos de la jurisdicci6n ordinaria o ad- iipitrave, Diba tele uraccconal 0 ser excluida ni limitada a medios par- tculares de impugnacién o a determinadas categorias de actos..v, LA TUTELA JUDICIAL EFECTIVA EN LA CONSTITUCION ALEMANA 431 currir a la via judicial. Si no hubiese otra jurisdiccién competente para cono- cer del recurso, la via sera la de los tribunales ordinarios» (3). El precepto espaitol, sin duda, guarda una mayor similitud formal con el articulo 24 de la Constitucién italiana. Sin embargo, ésta no protege la tu- tela judicial con un recurso especial, como el de amparo espafiol o aleman. Elconocimiento mas detallado, por lo que ahora interesa, del modelo ale- man resulta en cualquier caso uitil y sugerente, entre otras, por las siguien- tes razones: 4) El caudaloso acervo doctrinal que ha inspirado la aplicacién del de- recho a la tutela judicial alemana (art. 19.1V GG) bien puede seguir sirvien- do de guia en nuestro ordenamiento. La dogmatica de aquel pais anuda al precepto cuestiones tan trascendentes como la clausula del Estado de Dere- cho; el alcance, la intensidad y las técnicas de control judicial sobre la ac- cién administrativa (conceptos juridicos indeterminados; potestades discre- cionales; el enjuiciamiento factico y juridico del acto impugnado) y la mis- ma forma de ser de la via judicial; la legitimaci6n para recurrir; la apertura y efectividad de la jurisdiccién; la duracién de los procesos; la tutela caute- lar o provisoria; las condiciones de la via administrativa de recurso; etc. 5) Latutela judicial efectiva alemana conserva el genuino sabor que dio origen a su consagracién constitucional: hacer frente al poder publico y a las amplias zonas de actividad administrativa inmunes o exentas de la re- vision jurisdiccional (de ahi que todos los esfuerzos doctrinales se hayan con- centrado en vertir el contenido del derecho sobre el ordenamiento adminis- trativo, con unos frutos evidentes). El articulo 19.1V, por contraste con el 24 de las Constituciones italiana y espafiola, no ha garantizado un derecho ge- neral a la tutela jurisdiccionai de todas las situaciones juridicas de ventaja reconocidas por el ordenamiento juridico; s6lo garantiza la defensa judicial frente a los actos que traigan su causa de los poderes piiblicos —en esencia, de la Administracién—. En otros términos: el derecho fundamental, residen- ciado en el articulo 19.1V, esta especializado en la justiciabilidad de la ac- cién administrativa. Por contra, los litigios juridico-privados y los procesos penales quedan a cubierto por a clausula del Estado de Derecho de la que emanaré la denominada tutela judicial general. IL. Introduccién. La tutela judicial como derecho fundamental, garantia institucional y decision valorativa El articulo 19.1V GG, el derecho a la tutela judicial efectiva, constituye la manifestacién més elemental de la cléusula del Estado de Derecho. Su ob- jeto no es otro que el de garantizar la mas completa y efectiva tutela juris- (3). Wird jemand durch die offentliche Ge- eit nicht begriindet ist, ist der ordentliche walt in seinen Rechten vertstst, so steht thm der Rechisweg gegeben, Rechisewg offen. Soweit eine andere Zustand 432 JAVIER BARNES VAZQUEZ diccional de los derechos ¢ intereses del individuo que sean lesionados por los poderes ptiblicos. El precepto, pues, no se limita a garantizar el acceso a la jurisdiccién, sino que asegura un nivel minimo de control o revision ju- risdiccional (4). La misma existencia de la tutela judicial efectiva obedece al explicito re- conocimiento de que los derechos e intereses que el ordenamiento juridico atribuye al individuo sélo son reales y efectivos en la medida en que pueden hacerse valer en caso de conflicto (frente al poder publico). La justiciabili- dad de las controversias que se susciten entre el ciudadano y los poderes pti- blicos es, desde luego, la garantia mas firme, el mejor barémetro de la juri- dicidad de todo un Estado. Es en este contexto donde ha de situarse el mas conocido de los elogios de que ha sido objeto la tutela judicial efectiva: es, afirmé Esers, «la coronacién del Estado de Derecho» (5). En su condicién de derecho fundamental, de caracter formal o procesal, el articulo 19.1V GG carece de tradicion en el constitucionalismo aleman y en el propio Derecho comparado. Sin embargo, est4 considerado como uno de los preceptos mas trascendentes del entero texto constitucional. Y es, sin duda, el que mayores efectos multiplicadores ha despertado. El derecho a la tutela judicial se ha erigido en el centro de la dogmatica del Derecho piiblico, en el motor del progreso juridico. Su proclamacién constitucional permite hacer frente a la «soberania del ejecutivo». Desde su consagracién constitucional, goza toda persona de una posicién mas segura y mejor defendida en sus relaciones con los poderes puiblicos. Sefialadamen- ie, el cotidiano hacer de la Administracion est4 sometido al control judicial con todo lo que ello entraiia. El articulo 19.1V GG, de este modo, ha tendido un puente entre la esfera del individuo y la del Estado. Ha de reconocerse, en definitiva, que la calidad del Derecho publico aleman debe mucho a la savia extraida del articulo 19.1V GG (6). (@) Clr. la jurisprudencia constitucional sessida co (rmo al articulo IFIV G6 en rundgesetz. Kommentar an Hand der Rechts- des Bundsesverfassungsgerichts, Ver- propia del Estado de la cuesti6n, sin limitar- ‘hos por consiguiente a una mera transcripcién dela mejor doctrina. fag, Dre Otto Schmidt KG. Koln, 1991, oi mae _ G3) Ch. Die Verwaltung-und Vefassin ridbebarklt fn Onteretchon a6 he Wale Fete, 1982, pag. 271. (6) Cire trabajo fundamental de E. ScumprAssuann Comentario al artieu: {0 191V G988) en Maune- Donic: «Kommentar um Grundgenets> (1983), pgs. 1-160, nus: ito juiio, es el autor que inefor ha exiudiado, desde uns panordmicd general y equllbrada, slarticulo 19.1V GG a euyo contenidomnosre- mr con tects rg de eas iinas, basicamente para recoger la juris: Prdenciaeonsttctonel por dl ada, fam en reprevicimosen parte a sistematca que cl autor sigue para nuestra exposicion. No Sbstante, aqui presentamos una elaboracion Sin perjuicio de las remisiones bibliografi- cas puntusles, veanse tambien, para una pri tnera aproxinacion, los breves comentarios de Janass-PIEROTH: Grundgesets fr die Bundes- republik Deutschland. Kommentar. Ed. Beck. Manich, 1589, pags. 289-298; WasSeIauann en Kommentar sion Grandgeses far die uous Publik Deutschland, Fomo {. Luchterhand, {84; Hexonicns, Comentario al arfcuo 13.7V en «Grundgesets-Kommentar», Band 1, Ed Beck, Munich, 1985; 1. Scrmasiu: Staats: techy, vol. I, Ed.C. Heymanns, Koln, Bonn, Berlin, Machen, 1988, pags. 283 y sigs, A: Burcxiann Stadtsrech I. Die Grundrechte, 32ed, Ed. C. Heymanns, Koln, Bonn, Berlin, deed dC Heymann, Koln, Bonn, Bein, pretension yprofindkdad HBr cchischuusgatanie gegen dic ffeniiche Ge- wwalten «Handbuch des Stanterecits der Bun- 1A TUTRLA JUDICIAL EFECTIVA EN LA CONSTITUCION ALEMANA 433, Ello no quiere decir, sin embargo, que se haya convertido en una pieza de museo, digna de ser admirada por las conquistas historicas que en su dia cosechara. La dogmatica de la tutela judicial, por el contrario, corre para- lela a su tiempo y tiene que adaptarse con toda plasticidad a los nuevos re- tos que la sociedad contemporénea le plantea, alcanzando en cada caso la efectividad (tambien en su version temporal) de la defensa jurisdiccional (7). No obstante, no seria licito erigir a la tutela judicial en el tnico pilar del sistema, relegando tantos valores, bienes y derechos que la Constitucién re- conoce. Por ello, han de tenerse en cuenta dos aspectos basicos a la hora de atemperar el mandato del articulo 19.IV GG a los nuevos retos: de una par- te, que el legislador ordinario es el protagonista en la definicién de los de- rechos e intereses y su ulterior defensa; en la atribucién de potestades ad- ministrativas; en suministrar pardmetros de examen y control a los jueces y tribunales. Su labor habré de ser tanto ms artesanal y elaborada cuanto mayores sean las posibilidades de difuminacién. La Constitucién, al fin y al cabo, no es sino una norma de contenidos minimos. No se ha constituciona- lizado todo el Derecho procesal. De otra parte, ha de recurrirse a la interpretacién sistematica y a la pon- deracién (de ahi el rechazo a las lecturas «segmentadas»). La dogmatica de la tutela judicial es el resultado del equilibrio o ponderacién de todos los va- lores y bienes con los que convive. El derecho a la tutela judicial se sitiia en un punto estratégico en el que se dan cita los mas importantes principios estructurales (division de poderes, Estado de Derecho...). Hay que proceder, pues, con sumo cuidado para no vaciar de contenido a las restantes piezas con las que guarda relacién, sobredimensionando sus efectos como conse- cuencia de una interpretacién asistematica. Superada una primera etapa de desarrollo y afirmacién del precepto (por cuya virtud el articulo 19.1V GG se ha hecho con una sélida dogmatica) la jurisprudencia constitucional y la doctrina més reciente vienen distinguien- do con mayor precision lo que pertenece al plano de lo constitucionalmente indisponible e inmediatamente aplicable (el contenido esencial) y lo que for- ma parte de la libre esfera del legislador (8), en un contexto, nétese bien, en ‘Esrepublik Deutschland», editado por P. Kir hol, Tomo VI, Ed Maller Juristicher, Heide beng. 1989, Para una sistematizacion actual zada de la jrlsprudencia constitucional, vid. Gramndgesets. Kommentar (nota). No obstante, la literatura juridica es abun- dantisima (se trata, al fin yal cabo, de uno de fos temas estelares de la doctrina semana) y posible ofrecer en ese breve comentario Siquiera una clasificacion bibliografica; baste para ello la relacin bibliogrfea que se con- Hiene en ls citados comentarios. (2)_ Entre los nuevos desaios que setala Ia doctign lena perianal de ‘jemplo, ls siguientes: Ia creciente interac. ‘lon de la aceign administeativa nacional en el extranjero; el generalizado uso de la infor- matica en la praxis administrativa; la inter- vencién del Estado en cuestiones de alta tec- nologia; los frecuentes procedimientos y pro- ‘esos «de masas» en los que participa un nti- ‘mero extraordinario de interesados frente a tuna tinica decision administrativa; los nuevos problemas medioambientales y de planifica- ién territorial; la proteccion de terceros inte- resados, ete (8)_ Seimpugnan aquellas interpretaciones rinalesy, en particular, jurisprudenciales ue «trabajan» directamenie la Constitucion el art, 19.V GG—, sin atender siquiera a la legislacion de desarvollo. La doctrina mis au- torlzada impugna, pues, la interpretacion 434 JAVIER BARNES VAZQUEZ el que la ley de la jurisdiccién contencioso-administrativa ha secundado con notable generosidad cuanto postula el precitado precepto. El contenido fundamental del articulo 19.[V GG se sustancia en la ga- rantfa de la tutela judicial, de inmediata aplicacién —sin més excepciones en su universalidad que las que la propia Constitucién disponga (9). El contenido del articulo 19.1V GG se disecciona en tres planos o niveles fundamentales: la tutela judicial como derecho subjetivo (subjetives Recht), como decision valorativa de cardcter objetivo (objetive Werbentscheidung) y como garantia institucional (institutionelle Garantie). 1. Elarticulo 19.1V como derecho fundamental a Ia tutela judicial individual En primer término, lo que prioritariamente contiene el articulo 19.1V GG es el derecho fundamental a la tutela judicial, efectiva e individual. Tal es su objetivo inmediato. Las dems vertientes no tendran sino un marcado ca- rActer instrumental o complementario al servicio de su dimensién subjetiva. Dos son los datos capitales que integran el contenido del derecho: la uni- versalidad o complitud de la revisién jurisdiccional, de un lado y la efecti- vidad de la tutela (tanto por el tiempo'en que se presta —lo que comprende una eficaz tutela cautelar—, cuanto por el andlisis factico y juridico que so- bre la medida impugnada se ejerce), de otro. La tutela judicial —o, si se quiere, la via jurisdiccional (Rechtsweg)— no se ha concebido como un mero instrumento de control de la legalidad obje- tiva. La raz6n de su existencia es la tutela individual, la defensa de los de- rechos e intereses individuales (Individualrechtsschutz) (10). La primacfa de la vertiente subjetiva, sin embargo, trae consigo —como la otra cara de la medalla— una mayor responsabilidad personal o, lo que es lo mismo, la idea de la diligencia exigible al justiciable (Io que la doctri- na alemana denomina «responsabilidad procesal» Prozefiverantwortung) (11). abusiva del 19.1V GG, con el decidido propé- Sito de que el legislador ocupe el lugar que le corresponds, Ademds, la mist necesidad de proteceion de los terceros interesados, por Sjemplo, o sus Telaciones de ‘vecindad Con tres principios constiucionales, entre otros factores, ponen coto a tales tendens pretaives Esta posiciin doctrinal moderada, —que postu nterprstacion ponderada del pre fo advert que po debe malinterpretar se'eltérmino sefestividads como si de'un co- thodtn o formule magica se watara, que sit wera de apoyo a cualguer deseo o aspracion procesal En tal sentido, el termino seficaz> press encarnar mcor i, igen del artic fo1s1V.GG. Of. Scmmunt-Assuans (nota 6), warn mang 8 (9) Tal es el caso de las escuchas telefoni- cas que pueden practicarse por motivos ex- teaordinarios(proteccion del régimen funda- mental dela democraciay dela fibertad: exis- tencla y seguridad de la Federacion o de un Land) (rts: 19.1V3 y 1011.2 GO) 10) “Consifiye, en tal Sentido, un bastion de la individualidad., Clr. SCHMIDT-ASSMANN {cota 6), nim. marg.8. (i) "Vo uebe fadace en esencla en acar ade impughar o litigar yen la regla de la pre Chusividad. Es obra de la reciente jurspruden- cia del Tribunal Constitucional Federal (TCP) el énfasis en esa otra cara del articulo 19.1V “ta diligencia exigible— que la dogmética ‘tradicional pocas veces observaba; cfr. BVer- GE, 60, 253 (268 y sigs); 61, 81 (115), Chr. E. Scinbr-AssMaNN (nota 6), pags. 15 y 77 [LATUTELA JUDICIAL EFECTIVA EN LA CONSTITUCION ALEMANA | 435 Naturalmente, no se opone al articulo 19.IV GG la defensa en sede jurisdic- cional de la legalidad objetiva, una vez garantizada la tutela subjetiva del individuo (12). 2. Elarticulo 19.1V como decision valorativa de caracter objetivo Elarticulo 19.1V GG, en cuanto principio de cardcter valorativo, hace re- ferencia al papel que tienen asignado los jueces y tribunales en el contexto general de las relaciones de los poderes piiblicos con los ciudadanos, lo que se traduce basicamente en su funcién de defensa frente a cualquier inter- ‘vencién publica. De ahi se deriva respecto del legislador un doble compor- tamiento —de abstencién, de una parte, y de complitud o desarrollo (de fo- mento de las posibilidades de la defensa judicial), de otra. La tutela judicial es un derecho de configuracién legal. Por consecuencia, el Estado —que os- tenta el monopolio de la justicia— debe poner a su servicio los medios per- sonales, materiales y organizativos que sean necesarios para hacerla real- mente efectiva (13). Desde esta perspectiva, el articulo 19.1V GG (14) simboliza y sintetiza la divisién de poderes cuyo resello y garantia se confia a los jueces y tribuna- les. Es a la jurisdiccién, en efecto, a la que compete asegurar, en tiltima ins- tancia, la efectividad de tal principio. La mision central del poder judicial reside en controlar tanto al legislativo cuanto, sobre todo, al ejecutivo. Re- presenta un instrumento de precisién, un broche de cierre, en el conjunto de los poderes puiblicos que la Constitucion reconoce; la jurisdiccién preserva el equilibrio de los tres poderes. Pero para hacerlo realidad es imprescindi- ble que la jurisdiccién no se exceda de sus funciones ni olvide el sentido que le dio origen. Al fin y al cabo, los jueces y tribunales no constituyen tampo- co las tinicas instancias de control, sino que se encuentran flanqueados por el legislativo, el ejecutivo y los controles sociales (15). (12) En tal sentido, el legislador debe ob- Sees eters ee eee uen arrears cae Sareea ae Teas ea apeked ee ee eae gene eee sini nnn ee ara a fensa individual y subjetiva de los ciudadanos See aa eae ebiemipecinay? neem oe erring aa oe alisreale ee he puede concebirse como un simple controla- dor; ha de mantenerse como instancia de tu- tela y defensa judicial. (13)_ Cr, BueRMEvER: Rechtschutsgarantie oo oak eee at eee manns, Colonia, Berlin, Bonn, Munich, 1976, mre (14)__En conexién con otros preceptos cons- titucionales, tales como los articu- los 14,111 GG, 34 GG, 93 GG y 100 GG. (15). Cfr. E. Scnmpr-ASsMANN (nota 6), ‘mim, margs. 10-13, En este contexto, afirma el citado autor, ha de retenerse que: — El artfculo 19.1V GG no convierte a los tpibunales en intancias de control untersa Sarantia de la tutela judicial se calea so- bre derechos subjetivos e intereses legitimos Lo que no incida sobre ellos queda fuera de este control. En la medida en que el articu- 1g 19.1V GG garantiza una completa tutela ju- diciai, sin lagunas, de la esfera Subjetiva —tu- tela individual, és evidente que no puede su- poner entonces un completo control de la Iministracién, puesto que muchas de sus aci ino repercuten sobre los derechos e intere- ses de las personas. — El articulo 19.1V GG no atribuye a los 436 JAVIER BARNES VAZQUEZ 3. Elarticulo 19.1V como garantia institucional (la garantia institucional de una jurisdiccién) El articulo 19.IV GG contiene, en fin, la garantia institucional de una ju- risdiccién como instrumento idéneo para atender las necesidades de protec- cién judicial. De la condicién de garantia institucional que tiene el precep- to, se sigue la obligacién del Estado de asegurar la efectividad de la senten- cia tanto por la profundidad y extensién de la resolucién emanada, cuanto por su obtencién en el plazo de tiempo adecuado a la naturaleza del litigio. Nada dice el precepto, sin embargo, acerca de cul haya de ser la juris- diccién competente (con cardcter subsidiario, segdin sabemos, esta abierta Ja jurisdiccién ordinaria). II. El contexto constitucional de la tutela judicial efectiva. El articulo 19.IV GG como elemento de la clausula del Estado de Derecho En la Ley Fundamental se distingue una tutela judicial general 0 comin de la que participan todas las jurisdicciones, y una tutela especifica, espe- cializada en la defensa judicial frente al poder puiblico, que es justamente Ia residenciada en el articulo 19.1V GG (16). El reconocimiento de la tutela general no se localiza en un concreto precepto sino en la misma nocién del Estado de Derecho. El articulo 19.1V GG, por su parte, lejos de ser superfluo 0 reiterativo respecto del principio del Estado de Derecho, otorga un plus de proteccién, tiene mayor estatura que la tutela judicial general (17). tribunales un control fotal de los restantes po- deres, sino un control vinculado o condiciona- do a los parémetros y jurtdicos. No pertenece, pues, al ambito de prateccién de Ia futela judicial la perspectiva econémica,o las azones de conveniencia o los juicios politicos ‘© de oportunidad. Hay que evitar que se intro- duzean clandestinamente, por ejemplo, a tra vvés del recurso al principio de proporcional {ad oa ta ponderacion de intereses Esta fu cién, como es notorio, corresponde al Parla- menio, vo a Rg tode est juridiicado, El artcu. lo resume la existencia previa de un ordenamlento juridico —en cuya base se encuentra la misma Constitucién— yen el que se insertan las relaciones juridicas del indivi- duo con el Estado. El articulo 191V GG no contiene un mandato de jurdificacion —esto ¢s, una obligacion de crear derechos ¢intere- seS— ni tampoco establece por sf mismo una implia reserva de ley. No se deriva, en efecto, de fa tutela judicial el deber de regular deter: minados sectores o de atribuir derechos o in- tereses a los ciudadanos. Es mas, afirma la doctrina, la tutela judicial en la préctica se ve més amenazada en ocasiones por una «sobre: Aosi» de normasjurdicas ave por I ausen- Gia de criteros 9 parametosjurdics, Ver en dl anicalo 191V G6 un maniato de jundil Cacion resltaria, ademas de superfio, qu Souo, puesto que, con tal sobreprotectény sc poco y se plesde mucho, Se pier lo que Ge respecifco tene cl articulo I9TV GG, Una Censtnaion/al ary sf cabe vivo cll joogs re fre de ss rstsons, bine ¥ ere cto, Ninguna de sus plezas puede siatetizar cis tos aloe oe G8). engase’ en cuenta que artculo 1911V.GG tege una msnor exension que mues- fo artcalo Bl CE i que ba obligado a dogmitien alemana a defarollar todo un cua dre de garantias que seinsertan en la claus itt Sado de esi Ete le dress tlementosy mateiaes que comaponen el prin Gipio del Estado de Derecho exote una rela clin ds complnnentetead te sua inte faccion “constitayen tin todo unitario ya ain Ii). Vid, K. Srenx; Das Staatrecht der Bundesrepublik Deutschland, Toro, Beck, Munich, P84, pags 838-842 {LATUTELA JUDICIAL EFECTIVA EN LA CONSTITUCION ALEMANA 1. La garantia general de la justicia (Ia tutela judicial general) La tutela judicial general postula que todos los conflictos juridicos se ven- tilen ante un érgano jurisdiccional. Tal garantia constituye, en efecto, el co- rolario del principio de heterotutela (18). No existiria el Estado de Derecho sin garantia judicial efectiva. La densidad y alcance de tal garantia, sin embargo, aunque resulte and- loga, no es tan rigurosa como la que se deriva del articulo 19.1V GG (19). 437 2, Nivel de proteccién o de tutela judicial La tutela judicial efectiva del articulo 19.1V GG, o tutela especifica, no condensa o sintetiza todas las prescripciones constitucionales sobre la jus- ticia, sino que, como hemos notado, se limita a regular un conereto y capi- tal aspecto: la justiciabilidad de la intervencién publica que incide en la es- fera subjetiva de los ciudadanos. La denominada tutela general por su parte, garantiza toda una suerte de elementos indisponibles, que son aplicables como comiin denominador— a cualquier orden jurisdiccional: independencia (art.97 GG); el derecho a ser ofdo (art. 103.1 GG); el derecho al juez predeterminado por la ley y la pro- hibicién de los tribunales de excepcién (art. 101.1 GG); ete. Seftaladamente, el derecho a ser ofdo ante los tribunales, o derecho a la defensa, que se localiza en el articulo 103.1 GG, es otra de las piezas funda- mentales del sistema (20). La tutela judicial efectiva (19.1V GG) y el derecho a ser ofdo (103.1 GG) tienen, desde luego, vida propia —no estan fundidos en un nico precepto—. De un lado, el artfculo 19.1V GG impone la apertura del proceso o acceso a la jurisdiccién. Sin embargo, es el articulo 103.1GG —el derecho a la defensa— el que garantiza un nivel minimo en lo que al modo de ser del proceso se refiere, puesto que asegura a los interesados unas amplias posibilidades de influir en la definicién de la litis. Se residencian en la esfera del articulo 103.1 GG cuestiones tales como la personacién de los interesados; la obtencién y valoracién de los hechos alegados; la vista o audiencia; la preclusividad de los plazos procesales; o la fundamentacién de la sentencia. Al articulo 19.1V GG, por su parte, le competen la extensién y densidad del enjuiciamiento jurisdiccional —técnicas de control— asi como las consecuencias y efectos de la sentencia; el procedimiento administrativo que precede al recurso contencioso; el acceso a la jurisdiccién y los requisi- (8) No es més que una consecuencia ne cesaria del Estado de Derecho y dela pros Senile ies sntrafa. Cir, BVerfGE 54,277 (91) ast como Inbibliograliacitada por J. Pama (nota 9), 1239, nota 29, (19) "Ea parania general en efecto, carece dela condicion de derecho fundamental, con las conseewenctas que ello enteaba (G0). Notese que nuestra Constitucién ha configurado en un solo derecho union ast- mida'y refrendada por la jurisprudencia— el Aerecho la tutela judicial efectivay a iater- diccion de a indefension (derecho a la defon- Sv. fea, 1 438, JAVIER BARNES VAZQUEZ tos de procedebilidad; la tutela cautelar y la preventiva; el restablecimiento o subsanacién de los plazos. La frontera entre el articulo 19.IV GG y el 103.1 GG, sin embargo, no es meridiana, como tampoco lo es en nuestro ordenamiento constitucional. Se trata de dos piezas esenciales del Estado de Derecho —intimamente relacio- nadas— que, en la argumentacién de la jurisprudencia se solapan con fre- cuencia, invocdndose conjunta y secuencialmente. Entre los ingredientes constitutivos de la tutela judicial general o comtin pueden también destacarse: la obligacién del drgano jurisdiccional de pro- porcionar claridad y certidumbre en los argumentos jurfdicos empleados para la resolucién del conflicto; el principio de buena fe, de lealtad, y de igualdad en las posibilidades de defensa (sefialadamente, cuando la relacién procesal es multilateral); los articulos 2.1 GG (todos tienen derecho al libre desenvolvimiento de la personalidad) y 3.1 GG (todos son iguales ante la ley), en conexién con aquellos elementos no escritos inherentes al Estado de De- recho que sirven para desarrollar y colmar las lagunas que eventualmente pueda presentar el Derecho procesal vigente; las clausulas de recepcién o in- tegracién de las experiencias procesales de otros ordenamientos (anglo-ame- ricano y, sobre todo, europeo-continental) (21). 3. Elarticulo 19.1V GG y los derechos fundamentales El articulo 19.1V GG guarda una relacién de complementariedad con los restantes derechos fundamentales, por cuanto les brinda una cualificada tu- tela (especialmente de cardcter judicial) en aquellos frentes en los que la secular experiencia demuestra que la amenaza es més insidiosa y de dificil contencién, esto es, ante la intervencién publica (22). Esta reciproca interac- cién se traduce en un sistema de garantias que se articulan o despliegan en torno a los siguientes puntos: 1. Por su parte, los derechos fundamentales materiales constituyen, en primer término, una importante fuente de derechos subjetivos e intereses le- gitimos, cuya defensa compete al articulo 19.IV GG. 2. Los derechos fundamentales proporcionan importantes parametros para el control judicial con los que contrastar la accién de los poderes pui- blicos que se somete a su consideracisn (piénsese por ejemplo en el derecho a la igualdad, que opera como criterio o canon que permite un mejor exa- men de las potestades discrecionales de la Administracion). Los parametros mis s6lidos residen en los derechos de libertad. Con frecuencia, su influjo se sintetiza en el principio de proporcionalidad, de una estraordinaria fer- (21) Cfr. Scmpt-AssMaNN (nota 6), 6) nim. marg.21. Para una sucinta vision pa- radi, margs. 18-20, noramica respecto de la rica dogmatica de los (23) En tal sentido se le ha calificado de derechos fundamentales, vid. v. gr, JARASS- derecho fundamental capital, de cardcterfor- PIEROTH (nota 6), pags. 8-12. mal» (F, KLEIN) Apud ScHAIDT-ASSMANN (nota [LATUTELA JUDICIAL EFECTIVA EN LA CONSTITUCION ALEMANA 439 tilidad a este propésito, tanto por la ductilidad de la que goza cuanto por su resistencia a la estandarizacién del legislativo y del ejecutivo, como correctivo individualizador, en suma. Sin el criterio de la proporcionalidad, no podria comprenderse el enorme influjo de los Tribunales sobre la vida pu- blica (pese a los riesgos que su uso —o abuso— entrafia, como mas arriba notabamos). 3. Los derechos fundamentales proporcionan el norte, los fines al dere- cho a la tutela (23). Abierta la via jurisdiccional, el ciudadano tiene el dere- cho fundamental a una efectiva proteccién judicial de sus derechos funda- mentales materiales; el tribunal debe hacerlos efectivos en el seno del res- pectivo proceso, lo que significa no sélo una obligacién de respeto, sino un deber positivo, Las normas procesales deben ser interpretadas y aplicadas a la luz del derecho fundamental en cuestion. Y entre las diversas posibili- dades de interpretacién habré de elegirse la més favorable a la efectividad del derecho fundamental. Fl proceso no tiene exclusivamente un mero fin ordenador, sino que sirve de medio o instrument al servicio del derecho fun- damental (24). 4, La ubicaci6n sistematica del articulo 19.1V GG A resultas de cuanto antecede, no es dificil concluir que el articu- lo 19.1V GG es uno de los preceptos més emblematicos de la Constitucién y que mayores efectos irradia sobre el entero ordenamiento. Elemento capi- tal, sin embargo, que debe insertarse en su contexto constitucional, habida cuenta de que se localiza en un punto neurdlgico del sistema, en el epicen- tro mismo del principio de division de poderes, como hemos observado. A modo de sintesis, podria subrayarse el alcance de la tutela judicial en el marco de las siguientes reflexiones ya apuntadas: — No cabe extraer una reserva absoluta de ley para el desarrollo del pre~ cepto. — El legislador ordinario goza de una amplia libertad en la configura- cién del control judicial. — Elarticulo 19.1V GG no genera, por si mismo, derecho subjetivo o in- terés legitimo de caracter material; los presupone. — Elarticulo 19.1V GG nose opone a la discrecionalidad administrativa. — El derecho a la tutela judicial exige mucho mas que una simple op- timizacién de la defensa jurisdiccional. (23) Cfr, Scumpr-AsswaNn (nota 6), sobre el artculo 19.1V en Grundgesetz. Korn- ni, mang. 22 sigs. ‘mentar (nota 4), nim. marg. 48. (2i)" CE. Ta Jurlprudencia consttucional 440 JAVIER BARNES VAZQUEZ TV. Los elementos de la tutela judicial efectiva La doctrina acostumbra a diseccionar los presupuestos de ejercicio de la tutela judicial en torno a los tres elementos que se describen en el precepto: «toda persona cuyos derechos sean vulnerados por el poder piiblico podra recurrir a la via judicial», es decir, etoda persona» (sujeto); ejercicio del po- der piiblico (elemento causal); y, finalmente, la «lesion jurfdica de derechos subjetivos» (elemento objetivo). 1. «Cualquier persona» Toda persona que sea titular de un derecho subjetivo —en sentido am- plio— es sujeto de la tutela judicial efectiva. Lo que incluye a toda persona natural (incluso el nascituris) aunque carezca de capacidad de obrar, y las personas juridicas de Derecho Privado —nacionales y extranjeras—, pese a que no gocen de personalidad juridica plena (25). La tutela judicial es, en efecto, un derecho humano, no ‘un derecho civil de los alemanes (26). Aunque resulte un tema debatido entre la doctrina, puede concluirse que las personas juridicas de Derecho piblico, por el contrario, no son titulares de derechos fundamentales y, en consecuencia, tampoco lo son del derecho a la tutela judicial (27). Interpretacién tan restrictiva se desvanece, por ex- cepcién, en aquellos supuestos en que la persona juridica persiga la inme- diata satisfacion o ejercicio de derechos fundamentales de los ciudadanos y su existencia sea independiente de la del Estado. Tales requisitos s6lo se cumplen en el caso de las Universidades y de la Radiotelevisin. Por contra, las Corporaciones locales no son titulares del derecho, ni siquiera en el ejer- cicio de sus funciones propias (28). 2. Ejercicio del poder publico La especifica tutela judicial que dispensa el articulo 19.IV GG se anuda exclusivamente a la accién lesiva del poder ptiblico. De ahi la trascendencia de precisar qué se entiende por tal. El articulo 19.1V GG ha asumido un concepto propio de «poder piblico», 25) Cr, ScHMIDT-ASSMANN (nota 6), _rechos 0 intereses por un poder piblico ale~ num. marg. 38 y sigs. H.J. PaPIER (nota 6) pags, 1242-43, 28) Dentro del término «toda persona» al que se refiere el precepto se incluyen los na- ) Se trata de conceptos juridicos indeterminados que se integran o com- pletan mediante la remision a ciertos elementos. Se utilizan con mayor pro- fusion en los sectores del ordenamiento mAs tecnificados, sujetos a una cons- tante evolucién cientifica (ordenacién del territorio; urbanismo; industria; etc.). Asf, ciertas leyes sectoriales establecen «cléusulas de recepcién» por cuya virtud se produce una recepcién de datos o de juicios externos a la nor- ma misma, anudandole determinadas consecuencias juridicas (otorgamien- to de licencias o autorizaciones; prohibiciones; etc.): «segiin el estado de la ciencia y de la técnica»; ede acuerdo con las reglas técnicas generalmente reconocidas»; etc. Con la remisi6n al enivel en que se encuentre la ciencia en cada momen- to», por ejemplo, se pretende «descargar» no s6lo a la ley de contenidos mu- dables y dificilmente normativizables, sino también a la propia Administra- cién y a los Tribunales. La cléusula de recepcién que se remite, v. gr., a «las reglas técnicas generalmente admitidas» asume, en su vertiente subjetiva, la opinion dominante entre los expertos; mientras que la mayor parte de las restantes formulas o clausulas como las que aluden al «nivel de la técnica» o al «nivel de la ciencia y de la técnica», por ejemplo se remiten objetiva- mente al grado de desarrollo de la ciencia o de la técnica. Naturalmente, los jueces y tribunales no tienen que resolver segtin sus propios conocimientos cientificos. Pero deberan indagar el grado de acepta- cién de una determinada opinién cientifica al objeto de verificar si se trata ‘no de la concepcién dominante. Respecto del contenido, tinicamente eje cern un control o juicio de evidencia cuando se encuentren con una mani- fiesta irregularidad, 452 JAVIER BARNES VAZQUEZ Tal restriccién del control judicial es compatible con la Constituci6n, gain tiene declarado la jurisprudencia constitucional mientras la resoluci6n administrativa se dicte bajo los presupuestos normativos que la legitiman y no sea arbitraria (56). La limitacién del control judicial, sin embargo, debe compensarse poniendo el acento en los aspectos procedimentales. {) La discrecionalidad administrativa en el dmbito del planeamiento El ordenamiento juridico le atribuye un amplio margen de libertad a la Administracién pablica en la labor de asignacién de usos al suelo —urba- nismo, ordenacién del territorio— a través del planeamiento, habida cuenta de la complejidad de intereses en juego, en cada tiempo y lugar. La Ley, ca- racterizada por las notas de generalidad, abstraccién y vocacién de perma- nencia, renuncia a una regulacién previa y uniforme, defiriendo el estatuto de cada porcién del espacio fisico al plan territorial. La Administracién goza, por consecuencia, de una intensa discrecionalidad. La revisi6n jurisdiccional del planeamiento es, por consiguiente, limita- da. De un lado, porque no toda infraccién procedimental resulta impugnable de modo inmediato (p. ej, piénsese en los tramites que carecen de eficacia externa). De otro, porque el contenido mismo del plan, en las determinacio- nes finales que contenga es fruto de la discrecionalidad administrativa. Su fundamento tiltimo, la raz6n de su existencia, radica en la denominada clau- sula de ponderacién de intereses, a cuya virtud la Administracién ha de so- pesar, evaluar y tener en cuenta el abigarrado conjunto de cuestiones que alli se dan cita. El hecho de que la discrecionalidad adquiera en esta sede una particular coloracién o intensidad no quiere decir, claro est4, que carezca de limites 0 de controles. Al planeamiento le es esencial Ia sujecién a la ley, como a los principios generales del Derecho. La jurisprudencia ha sabido inducir —de los preceptos legales atinentes a la discrecionalidad (57)— toda una suerte de criterios que densifican el par4metro jurisdiccional con el que enjuiciar la aplicacin administrativa de la clausula de ponderacién de intereses, se- gin el tipo de planeamiento de que se trate. No obstante, con cardcter ge- neral, la jurisdiccién revisa ademas de las cuestiones de procedimiento, la eventual arbitrariedad; la sujecion al fin 0 al objetivo marcado por el orde- namiento; su idoneidad, necesidad y proporcionalidad (principio de propor- cionalidad). (56), Apu Senmarr-Assuans (nota 6), nim. (57) Supra apartado a) de este epgrae. arg. 204. {LA TUTELA JUDICIAL EFECTIVA EN LA CONSTITUCION ALEMANA g) La discrecionalidad en la produccién normativa 453, Las leyes contienen frecuentes habilitaciones para que la Administracion ‘emane normas. En tal hip6tesis, la discrecionalidad administrativa es igual- mente de una marcada intensidad, puesto que la produccién normativa de la Administracién no consiste en una mera reproduccién de cuanto ha dis- puesto la ley. La esfera de libertad de la Administracién para la produccién normativa es siempre notablemente inferior a la del legislador; sin embargo, ha de no- tarse que el grado de discrecionalidad que pose la Administracién en esta sede es superior al ordinario. El enjuiciamiento del érgano jurisdiccional se centrara en las cuestiones de competencia y de procedimiento; ademés, re- visaré la justificacion misma de la norma conforme a los términos de la ha- bilitacion de que fue objeto; si la Administracién ha recabado los datos y ele- mentos de juicio necesarios para regular el ambito de que se trate, etc. No obstante, la revision judicial no puede entrar al micleo mismo de la discre- cionalidad. Al fin y al cabo, la produccién normativa presupune la existen- cia de una potestad discrecional y, en consecuencia, la ponderacién de los intereses en juego, lo cual s6lo en forma limitada es posible controlar judi- cialment. En todo aso, habré.que estar alos sérminos de ln habilitacion legal. VI. La apertura del proceso y la efectividad de la tutela judicial (58) La tutela judicial, en efecto, comprende el derecho a una defensa juris- diccional efectiva y real (59). De ah{ se siguen toda una suerte de consecuen- cias constitucionales respecto del acceso a la justicia, la configuracién del proceso mismo, la eficacia de la sentencia y el propio procedimiento admi- nistrativo que le precede. Para mejor medir el impacto que produce la tutela judicial en la confi- guracién legislativa del proceso, sefialadamente en lo que hace al acceso a la jurisdiccién, conviene retener que la libertad del legislador tiene su con- trapunto en el articulo 19.1V GG. El punto de partida reside en determinar en qué medida la regla o precepto legal de que se trate en cada caso hacen posible una tutela completa y efectiva. De ahi que —primera consecuencia— cl legislador no encuentre limite en el articulo 19.1V GG cuando pretende re- (58) Hasta el momento hemos apuntado _bargo, dos aspectos instrumentales —en cuan- cuales la naturalecajuridica de la tutela ju ial (cfr. nim. I); el Zontexto constitucional en el que se inserta (eff. nim, II); los elementos gue la integra (cfr, IV; yen fn as no- tas esenciales de la via judicial a la que se ac- cede —y que se condensan en la idea de un examen judicial lo mas amplioy completo por sible, desde el punto de vista facticoy jural- Son Gras eh Nesots enar de to sirven a la defensa judicial de los derechos « intereses de todas las personas— aunque de primera magnitud: cOmo garantiza el articu- {o 19.1V GG el acceso al proceso y en qué di- rectivas se sustancia y concreta la efectividad de la tutela judicial. (59) Chr. BVerfGE 35, 263 (274); 35, 382 (401); 61, 82 (110 y sigs). 454 JAVIER BARNES VAZOUEZ gular aspectos procesales que no dicen relacién directa con el derecho (p. ej. cuando crea una jurisdiccién u organiza su competencia). Por el contrario, Ia libertad del legislador tiene importantes limites a la hora de regular los obstaculos o reglas procesales que restrinjan el acceso a la justicia o tengan como consecuencia su exclusién (60). 1. El acceso a la via judicial La apertura del proceso se traduce en la libre entrada a los tribunales para la defensa de los derechos e intereses frente al poder publico, aun cuan- do la legalidad ordinaria no haya reconocido un recurso 0 accién concre- tos (61). Para atender cuanto dispone el articulo 19.1V GG, el acceso a la ju- risdiccion ha de ser real y efectivo. La posibilidad de acceder al proceso no ¢s, pues, s6lo teérica, sino que ha de ser recognoscible en la practica. El ana- lisis juridico se completa con el examen de la realidad (62). La razonabili- dad de las condiciones de procedibilidad termina alli donde efectivamente se impida el acceso a la jurisdiccién (63). susién que de hecho tiene sobre el actor. En otras palabras, una condi- ién o requisito de caracter objetivo podria (60), Para su andlisis, condensa BuERMEVER los criterios que sirven para determinar de la compatibilidad constitucional de los obstacu- cuestién y la rej los para acceder a la jurisdiccién; en tres su- puesto: Tr “El lpislador ostenta un amplio moargea de libertad para regular aquellos requisttos ‘que serefieren exclusivamenteal modo en que Fide reorrerse el proceso esponden al cdmo se aleanza Ia tutela judicial. Ej la organiza tion de una juredieten) 2 "Ta libertad del legslador, por contra, resulta mis esttecha cuando su normas Te: Befeien ge sr fntlidades de ere lel derecho (ver: presupuestos e bude) Tenn distinc ratamin fos Te ‘quisitos subjetivos aquellos cuyo. cumpi- ‘lento esta en manos del actor los de ca: rcter objetivo ~treatea los cuales earece al interesado de toda influencis-~. Los pres uestos de procedbilidad de cardcter subjeti- fo son compatibles con e-articao 19, GC, Sempre que sirvan adecuada y proporcional mente a la proteccion de otros bienes const- fuctonales I cumplimiento ce un plazo para Inpreseatacion dela demands, pe). Los pre- supuestn de caricer obi han despre misiiidad consituconal su stabs Iiento debe ser determinants para la protec- ion de otro bien constituclonale “S “Ha denotarse que, en el seno de tal sub- divisin, pueden existit diferencias entre la valoracion juridice de la norma procesal en producir los efectos de un presupuesto subje- fro. Enum cao tal el pardipetr ocrterio te termina de acuerdo con le reper cusion real y efectiva que ejerza sobre ef re- ecurrente, Cf. ob. cit. (nota 13), pags. 101-102. (61) Vid. Grundgesete Kommentar (nota 4) sndm, marg. 217 y, en particular, BVer{GE 27, 308; 57, 9.2, Hay'que conectar esta doctrina con el ariculo40 de Ley Jursdicconal ;wGO) que sienta el principio general de que In juriadigeln adminlstratia conoce de todos log asuntos de Derecho publico que no tengan naturaleza constitucional, y del que se des- vende que el ya rico sistema de acciones que la Ley contempla no esta tasado. Ni hay nu- ‘mers clausus ea los tipos de recursos 0 accio- nes ni, notese bien, ha de existir previamente un aco administrative para acceder ala Ju- risdiccién contencioso-administrativa. (62) Chr, Wasserstans (nota 6), pag. 1242. (63)_Cfr. H.J. Pavter (nota 6) 1256. EL mismo crterio se preica tanto de lanor- ma re jos requisitos o presupues- tos de procedbilidad cuanto de Inaplicacion einterpretacién que de la misma haga el juez. En caso de duda, habra de seguirse la inter: pretacién que atribuya al ciudadano un dere- sho o pretension, Gila jurieprudencia cons. titucional en Grundgesetz: Kommentar (nota. ‘ndims. margs. 468 y 236. {A TUTELA JUDICIAL EFECTIVA EN LA CONSTITUCION ALEMANA. 455 A) EL PRINCIPIO 0 MANDATO DE CLARIDAD ¥ CERTIDUMBRE RESPECTO DE LA JURISDICCION COMPETENTE. . Alarticulo 19.IV GG no le importa qué jurisdiccién sea la que entienda de los asuntos que enfrentan al poder ptiblico con el ciudadano. Sélo se ha pronunciado en favor de la jurisdiccién ordinaria para la hipétesis en que nada dispusiera la ley procesal. Pero el problema reside en ocasiones en determinar cusl es la jurisdic- cién competente para conocer de un concreto litigio, habida cuenta la com- plejidad que encierra su regulacién. Tal dificultad puede inducir, desde luego, fécilmente a error. Por ello, el articulo 19.1V GG se preocupa por im- poner un principio, que podriamos llamar de certidumbre o de claridad, en virtud del cual, como una intensa expresién del principio pro actione, debe- rf facilitarse el conocimiento de los preceptos procesales y de la jurisdic- cién que en cada caso sea competente. Son éstas también cualidades inex- cusables de las normas procesales de un Estado de Derecho. De ahi que por su virtud la jurisprudencia haya de extremar las posibilidades de interpre- tacion en el sentido mas favorable al acceso a la jurisdiccién (64). B) Limmractones at acceso Los extremos en que se enmarca la resolucién del problema resulian cla- ros: ilicitud de cualquier prohibicién de acceso a la jurisdiccién o al recur- so, de un lado; y legitimidad de los requisitos o limites legales en tanto que estén justificados en razones materiales, de otro (65). Los presupuestos de procedibilidad tradicionales no son, pues, incompatibles con el derecho a la tutela judicial efectiva; por el contrario, obedecen al principio de seguridad juridica o a la adecuada ordenacién del proceso, por lo que, en sentido am- plio, protegen al propio actor. La dificultad radica, sin embargo, en deter- minar el delicado punto medio. {62 ,Com odo Ia jurisprudencia noha con- siderado inconstitucionales complejos y con- fusos juegos de remisiones procesales, El ar- ticulo 19.1V GG, por su parte, no exige la for- ‘ma de acceso mas simple posible, ni le exone- ra al actor de su deber de asesoramiento. No delimitacgn de las jradiccones compete: tesj en eis, sera més importante el Gabe de lnkmackea, CH. SomastAssunot {cota 6) nim. marg. 231. Sin embargo, tiene declarado 1a jurispru- stant, es cierto que algunas simplificacio. nes son ‘exigibles constitucionalmente. para tritar que latutela judicial se convierta en un desagradable juego de confusiones. En la prictca, la fursprudencia ulliza esta max tha de claridad que se desprende del artcy- Io191V GO como una especie de formula compensatoria, por cuya virtud habré que l- Berar al actor de los posible peruicios tanto mas eanto mayores sean las dificultades de Pea ieee tate a ete ert epee ieee See teat thee ee eae ta jus, io io coando to sine rovedente ninguno de los remedios procesa fs que permite ef ordenamiento jrico, in cluida Ia jurisdiccion ordinaria a fa que se re- flere al propio arieulo 9.1 GG (65)_Jurisprudencia constant, vid. Grund- geste Kommentar (nota 4) nm marg. 316. 456 JAVIER BARNES VAZQUEZ a) Pérdida del derecho a recurrir («Verwirkung prozessualer Befugnisse») Nadie puede perder el derecho a la tutela judicial efectiva, en el sentido que contempla el articulo 18 GG (pérdida de algunos derechos fundamenta- les por su abusivo ejercicio en contra del orden constitucional). ‘Sin embargo, el ordenamiento juridico ha previsto algunos supuestos de acuerdo con los cuales se puede producir la pérdida del derecho a la juris- diccién en beneficio del principio de buena fe y de seguridad juridica (66) (Gi se dejan transcurrir los plazos para ejercer la accién, p. Su regulacién debe sujetarse al mismo criterio general que rige la aper- tura del proceso: son incompatibles con la Constitucién las restricciones 0 limitaciones que no superen el juicio de razonabilidad por carecer de justi- ficacién material (67). Es imprescindible, en términos constitucionales, que el plazo otorgado no sea en exceso breve y que las condiciones o presupues- tos sean tales que su presencia en plazo ante el tribunal sea posible, razo- nable y haya podido esperarse razonablemente (68). Compete a los jueces y tribunales, no al Tribunal Constitucional, examinar si se ha producido o no en el caso concreto la pérdida de un derecho (69). b) Plazos preclusivos («Prozessuale Ausschlupfristen») La preclusividad de los plazos impugnatorios no responde sélo al prin- cipio de seguridad juridica o a la proteccién de terceros, sino también a la idea de eficacia de la Administracion (la cual debe conocer el periodo de tiempo en que sus actos son impugnables y las consecuencias que de ello pu- dieran derivarse). Allegislador le esté vedado establecer plazos que sean excesivamente bre- ves. El actor tiene que disponer del tiempo suficiente para poder organizar su defensa de forma efectiva (para la reflexién, asesoramiento, articulacién técnica, etc.). El articulo 19.1V GG, sin embargo, no concreta mas. Como regla general, el plazo minimo no podria ser inferior a una semana (70). La adecuacién del plazo depende, en ultima instancia, de las particulares cir- cunstancias del caso concreto. El efecto preclusivo no est4 anudado necesa- riamente a la indicacién del recurso procedente. Pero, si asi se ha dispuesto (66) La idea de Ia seguridad juridica es profusamente utilizada por la jurisprudencia Sonstitucignal para justificr ls presupuesios de procedibilidad, particularmente en lo que los plazos se reiere. Vid. Cr. la jurispruden- cia constitucional en Grundgeset. Kommentar (nota), mims. mag. 377 y sigs. ejerico taro fete al principio de buene fe En ol Derecho Publico, hay ademas otros in- {ereses generales que justifican tal pérdida, ta- Jes como la paz juridica (ibid, num. 427-428), (68) Cir. la jurispradencia constit en Grundgesete, Kommentar (note 4), (67). Gir. Ia jurisprudencia constitucional en Grundgesetz.. Kommentar (nota 4) nim. Inarg 426, Conforme ala dociina dominante puede producirse la pérdida del derecho ma- terial y de las facultades procesales cuando su 430. (68) Ibid, nim, 431. (70)_Cir. BVeriGE 36, 298 (302 y sigs); 40, 237 (257 y sigs.); 41, 323 (326 y sigs); 42, 128 (30, Apu Scanaor-Assu (not 6), ims margs. 235-6. [LATUTELA JUDICIAL EFECTIVA EN IA CONSTITUCION ALEMANA 487 legalmente, es claro que su observancia seré determinate para el computo del plazo. Por regla general, se deriva del articulo 19.1V GG el derecho a que se res- tablezcan los plazos, cuando la pérdida no le sea imputable al recurren- te (71). En todo caso, tendra que acordarse su restablecimiento cuando la omisién obedezca a causas de fuerza mayor. ©) La inimpugnabilidad de los actos administrativos firmes Los actos administrativos no impugnados en tiempo y forma son inata- cables (72). Habida cuenta de las severas consecuencias que trae consigo esta doctrina, tendran que observarse siempre con particular escripulo los re- quisitos que la legitiman. En tal sentido, la falta de impugnacién debe ser en todo caso imputable al actor. Tal es la condicién que permite justificar los perjuicios derivados de la no interposicién del recurso dentro del plazo establecido. El criterio del conocimiento de la existencia del acto resulta, por consiguiente, decisivo para determinar si la pérdida del plazo le es 0 no imputable al actor. d) Costas. Representacién El articulo 19.1V GG no ha consagrado el derecho a una justicia gratuita. En principio, la Constitucién permite imponer costas procesales también en la primera instancia asi como su cobro anticipado (73). No cabe, por tanto, formular reparo constitucional alguno a la imposicién de costas ni a la tra- dicional forma de regular el beneficio de pobreza del ordenamiento aleman —euya concesin se hace depender de las probabilidades o perspectivas de (71) Chr BverGE 38, 35 (38); 43, 95 (98) 54,80 (83 y sigs). Tbtdem (72) Tal consecuencia, una de las institu- cones mas importantes del Derecho Adminis- tau alma, obedec en piper tecmio, al incumplimicnto de ls carga de impugnar, insta en a idea la dligencia exigibe al ust lable. La responsabilidad y la ciligencia se {raclacen efeetivamente en la carga de impug: "Es igualmente Ia seguridad juridica la que justifea los mismos plazos de recurso admi- Ristrativo y. del contencioso-administra {La jurispridencia constitucional en sez. Kommentar (nota 4), nim. marg. 378] con mayor razén, cuando concurren toda un ‘onstelacion de intereses encontrados de tet- ‘eras personas, en reaciones mulilaterales, El propio TCF ha tenido ocasion de poner de relleve en jurisprdencia reetente, el interés onstituciotal por que gane firmeéza el acto administrativo. Cfr. BVerGE 58, 300 (324); BVeriGE 60,253 270) idem. Vid. P. BADuRA tn Encusen Allgemeines Verwaltongsecht, Git, pigs 410412 La idea de la celeridad del proceso, timo, es otro delos argumentos emples Ja jurisprudencia para justficar insti como la dela firmeza y, en genera, la impor- tanta de fs plazos [La jurisprudencia cons- titucional en Grundgesett. Kommentar (ho 3, nm. arg. 375 (73) No obstante, en caso. de incumpli- miento el unico efecto que puede derivarse © ella paraliacon dl rae, Ce Buse tex (nota 13), igs, Tampoco es i= compatible con Ia Constitucion el criterio ob- jctivo del vencimiento, que s el que preside materia en la ley furisdiccional (ar. 116 \VwGO en relacion ene art. 114 de la Ley de Enjulciamiento Cri) 458 JAVIER BARNES VAZOUEZ triunfo del litigante (Erfolgsaussichten). La regulacién de las costas puede te- ner por objeto ademés impedir el recurso temerario o abusivo (mediante ta- sas minimas o condena en costas por temeridad o mala fe; etc.). Ahora bien, ninguna norma podra impedir de hecho el acceso como consecuencia de la capacidad econémica de litigante (74). La ley debe fijar la cuantia de las costas para que puedan conocerse an- tes de la interposicién del recurso. En la imposicién de las costas, se aten- deré al principio de la justicia material. La cuantia de las costas sera en todo caso razonable. En su célculo tienen que aplicarse los principios de equivalencia o proporcionalidad y de cobertura del gasto, de modo que no se supere el montante real. El legislador goza de un amplio margen de libertad para configurar la representacién procesal en los términos que tenga por conveniente. Pero debe ponderar las ventajas que de ello se derivan con los costes econémicos que trae consigo. Al actor le asiste el derecho a hacerse representar por un procurador de su eleccién (75). La Ley puede también disponer la obligato- riedad de la asistencia letrada. ©) LANEcEsiDAD DE IMPETRAR JUSTICIA La necesidad de impetrar justicia, de acudir a los tribunales (Rechtss- chutsbedirjnis), a la que la legalidad ordinaria condiciona el ejercicio del propio recurso, es un requisito de procedibilidad que responde al principio de buena fe. El proceso judicial es el tiltimo remedio que conoce el Derecho. De ahi que s6lo pueda deducirse el recurso en caso de que no haya otra so- lucién mejor (mas répida, econémica y eficaz). No cumpliria tal presupues- to una accién inatil, incapaz de surtir efectos practicos, o la que tan s6lo per- siguiera fines te6ricos (76). Con todo, no es un requisito que la jurispruden- cia exija con especial rigor (se convertiria facilmente en el talén de Aquiles de la jurisdiccién). El articulo 19.1V GG no modifica en nada tal principio. D) Reunca El interesado puede renunciar a la tutela judicial. El demandante podré desistir del recurso, una vez abierta la via judicial. Se condiciona a que el interesado sea consciente de las consecuencias y de los efectos que la renun- cia trae consigo. Requisito que, de ordinario, no se da hasta que el acto ya se ha dictado y se ha dado a conocer a los interesados. La renuncia previa ¢s licita si el acto se dicta finalmente en los términos previstos. (74) Gfr. 1a jurisprudencia constitucional (76) Cfr. K. StERN: Wenwaltungsprocessua- en. Grundgesetz: Kommentar (nota 4), niims. le Probleme in de offenlich-rechlichen Arbett, margs. $U1-412 62 edicin, Beck, Munich, 1987, pags. 136-148. (75) Vid. BUERMEYER (not: no (nota 13), pags [LA TUTELA JUDICIAL EFECTIVA EN LA CONSTITUCION ALEMANA. 459 Es posible renunciar a la accién desde el momento en que haya nacido el derecho del afectado a acceder a los tribunales. No seria valida una re- nuncia general y a priori, en blanco, es decir, antes de que el poder puiblico haya vulnerado algain derecho o interés legitimo y, por consiguiente, antes de que haya nacido el derecho a la tutela judicial (77) E) TUTELA JUDICIAL Y PROCEDIMIENTO ADMINISTRATIVO El proceso judicial y el procedimiento administrative guardan una es- trecha y equilibrada relacién, como ya hemos notado. Constituyen un com- plejo entramado con efectos recfprocos. Corresponde al legislador ordinario su concreta articulacin. a) Via administrativa de recurso («Vorverfahren») La causacién de estado, el agotamiento de la via administrativa para ac- ceder a la justicia, no es un obstaculo incompatible con la Constitucién (78). Sin embargo, la tutela judicial ejerce su influjo también sobre el proce- dimiento administrativo previo cuya concreta configuracin no puede im- pedir o establecer limites irrazonables para acceder a los tribunales. La re- solucién administrativa que ponga fin al procedimiento nunca podria ex- cluir el ulterior recurso jurisdiccional. Si el recurso administrativo no pro- porciona tutela alguna —por no ser posible su estimacién, v.gr—, no es ne- cesaria su interposicién puesto que, de lo contrario, constituiria un retraso incompatible con el articulo 19.1V GG (79). Tampoco impone el articu- lo 19.1V GG, obvio es decirlo, la existencia de un procedimiento administra- tivo previo en el que se ventile la legalidad y la oportunidad del acto impug- nado (80). Naturalmente, la apertura de la justicia no puede condicionarse a la re- solucién del recurso administrativo. Consumado el plazo pertinente sin que legue a producirse resolucién expresa, el interesado podra interponer la lla- mada acci6n de inactividad (81). Las circunstancias del caso concreto po- (71) HJ. Parte (nota 6), pag. 1257. (78) El recurso administrative obedece, bisicamente, alos siguientes fines: la protec: cién del ciudadano (como instrumento que ga- rantiza la legalidad y la oportunidad del acto impugnado); la defensa de los intereses de la ‘Administracién (por cuanto permite el auto- control de sus propios actos); y la desconges- tin de los tribunales (a través de su eventual estimacién y consiguiente arreglo extraju ial). No obstante, su funcién primordial es la de servir de instrumento de control de la galidad y oportunidad del acto administra 0, por lo que les de vulnerar el derecho a In eitela judicial efectiva lo fortalece. (79) As sucede en procedimentos interad- ministrativos de mere autocontrol, BVeriGE 40,237 G30). (60) Chr. BVeriGE 35,65 (73); 60,253(291); 69,1, 48. Scraapr Assim (nota 6), im. ‘marg’20, Senmaaa (nota 6), pag. 289 (G1). El ariculo 75 de la Ley de Jo conten- cioso-administrativo (VwGO), se refiere a este punto, en los siguientes terminos: Cuando no Sc haya resucito materialmente el reeurso ad ministrativoo la solicitud instando quese dic. te un acto admlnistrativo dentro de un plazo 462 JAVIER BARNES VAZQUEZ 2. La efectividad de la tutela judicial El articulo 19.IV GG garantiza no sélo el teérico acceso a la jurisdiccién sino la efectividad del control judicial, tanto desde un punto de vista juri- dico como factico (87). Los ciudadanos tienen el derecho sustancial a una tu- tela efectiva y real en todos los procesos ¢ instancias que el legislador haya puesto a su disposicién (88). La vulneracién de sus derechos e intereses debe repararse igualmente en forma efectiva. La sentencia haba de gozar del va- lor de cosa juzgada. Compete al legislador la concrecién y complitud de este contenido esquematico que la Constitucin salvaguarda. Veamos con mayor detalle los aspectos que encierra la «efectividad>. A) DuraciOn DEL PRocESO Tal es, sin duda, el problema capital que tiene planteada la justicia de nuestro tiempo. Constituye la mayor amenaza para la efectividad de la tu- tela judicial. El Tribunal Constitucional Federal ha reiterado la necesidad de obtener justicia en el plazo adecuado, como elemento esencial del articu- lo 19.IV GG. «Tutela judicial efectiva significa sobre todo una justicia a tiem- po» (89), en sintonia con el Tribunal Europeo de Derechos Humanos y otros Tribunales Constitucionales, como el nuestro. Sin embargo, epor qué subsiste entonces la excesiva duracién de los pro- cesos? Para la doctrina (90), las causas son estructurales y residen en los pro- pios fundamentos del sistema. El problema no se resuelve con una simple apelacién a los presupuestos generales o a una sutil construccién doctrinal. La jurisdiccién —y con ella, el articulo 19.IV GG— es victima de su propia solidez, de su peculiar fisiologia. Los jueces y tribunales, en efecto, tienen que resolver los asuntos de que conozcan con profundidad y perfeccién. Y ello exige tiempo. Al fin y al cabo, representan para el ciudadano el iiltimo baluarte frente a la accién del poder piiblico. La resolucién de los conflictos se difiere a los tribunales y a su especifico modo de arreglo. Notese, en tal sentido, que la decision jurisdiccional no es eaccién», sino «pensamiento» 0 «reflexién». Es ésta una de las notas que caracterizan al poder judicial y a su forma de trabajar por contraste con la que es inherente a los otros pode- res piiblicos: su producto tipico, en efecto, es un sistema argumental, un con- junto de pensamientos. Con todo, del articulo 19.1V GG se infiere un mandato o principio de ce- leridad. No obstante, el legislador es libre de establecer un recurso judicial frente a su incumplimiento. El articulo 19.IV GG no garantiza un recurso (87) Asi, siel juez o tribunal aceptara los _(88)_Cfr. Grundgesete. Kommentar (nota 4), hechos detérminantes de a resolucign admi- nim, marg 446. nistrativa, sin revisarlos, estaria vulnerando (89) _BVerfGE 35, 382 (405); 40, 237 (257), el articulo 19.1V GG. Cir, la jurisprudencia etc constitucional en Grundgeseiz. Kommentar (90) Vid., por todos, ScMipT-AssMaNN (nota 4), nium. marg. 466. (nota 6), nim, margs, 262-263. LA TUTELA JUDICIAL EFECTIVA EN LA CONSTITUCION ALEMANA. 461 Derecho impone también el deber de motivar los actos administrativos de gravamen. Es el legislador, en primer término, el que debe concretar los tér- minos en que se sustancia la obligacién que tiene la Administracién de mo- tivar sus actos (86). Por su parte, el articulo 19.1V GG demanda que, en el seno del proceso, la Administracién ponga de manifiesto los motivos razones que le llevaron a dictar el acto administrativo ahora impugnado. No es posible restringir este elemental postulado mas alla de los supuestos excepcionales de mate- rias especialmente reservadas o protegidas por el secreto. El tribunal puede estimar el recurso por el mero hecho de que la Administracién se niegue a manifestar los motivos que le indujeron a dictar el acto impugnado. 4) Registro administrativo y vista y examen del expediente La Administracién ha de registrar y archivar aquellos documentos y ex- pedientes que dicen relacién con los ciudadanos. Tal exigencia se fundamen- ta no solo en la racionalidad y eficacia del trabajo interno de la administra- ci6n, sino en el derecho del recurrente a examinar el expediente administra- tivo, ©) La preclusion procedimental («Verfahrenspraklusion») La preclusion en el seno del procedimiento administrativo, a resultas del incumplimiento de los tramites previstos o de la no formulacién de alega- ciones dentro del plazo establecido, es una institucién de capital importan- cia, tradicional en el proceso judicial. Hay procedimientos administrativos complejos —tales como los de elaboracién de planes urbanisticos— en los que, con frecuencia, su practica resulta imprescindible. La preclusion (en unién con la doctrina del acto firme) conecta de nuevo con la idea de la di- ligencia exigible al interesado y con la posible pérdida de sus derechos en caso de incumplimiento. Por lo demés, se trata de una institucién auténoma por cuanto no incide sobre el acto administrativo, sino que se mueve en la fase previa del procedimiento, antes de que se adopte acto alguno. Por su ca- rcter restrictivo o de gravamen, su establecimiento esta reservado a la ley. La existencia de plazos preclusivos es compatible con el derecho a la tu- tela judicial, siempre que permitan realmente la oportuna defensa y el in- teresado sea restablecido en sus plazos cuando la pérdida no le sea impu- table. (86) La motivacién no tiene que hacerse siempre por escrito. Clr BVeriGE 40, 272 (286). {A TUTRLA JUDICIAL EFECTIVA EN LA CONSTITUCION ALEMANA 463 propio o independiente a tal efecto. En los supuestos de manifiesta dilacién, le asiste al interesado la posibilidad de interponer el recurso de amparo (piénsese, por ejemplo, en el incumplimiento de los medios legalmente pre- vistos para hacer efectiva la celeridad del proceso) (91). La profusa utilizacion de Ja tutela cautelar en Alemania (bien sea me- diante la suspensién del acto impugnado; o mediante la adopcién de medi- das positivas) mitiga la excesiva duracién de los procesos (92). B) LA TUTELA CAUTELAR (VORLAUFIGER RECHTSSCHUTZ) ¥ LA TUTELA PREVENTIVA (oneucenbeR REcHTSscHUTZ) La efectividad de la tutela impone asimismo, en términos constituciona- les, la adopcién de cuantas medidas cautelares sean necesarias para asegu- rar la eficacia de la resolucién final (93). Las exigencias del articulo 19.IV GG son superiores en este terreno a las que dimanan de la clausula de la ga- rantia general de justicia que deriva de la nocién del Estado de Derecho. La tutela judicial efectiva debe garantizar el objeto litigioso mientras pende la sentencia. Es éste, desde luego, uno de los postulados mas elemen- tales que emana del articulo 19.1V GG. En nada quedaria convertido el ci- tado precepto, con todo lo que ello implica, si no fuera siquiera capaz de ase- gurar la pervivencia y conservacién del objeto litigioso en tanto se sustancia (@1)_ Chr. Scammpr-Assuany (nota 6), nm. 263; HJ. PAMER (nota 6), pag, 1267, ete. La GG no ha establecido un derecho — auto ‘nomo— a un proceso sin dilaciones indebidas, como es. nuestro caso. Extrae el mandato, como hemos visto, de la efectividad de la tute- Ta. (92) Vid. J. Barnes: La tutela cautelar y fa en la justicia administrativa alemana. Cronica de las nuevas ia legislativas, “Revista Andaluza de Administracion Publi- ca», nim. 3 (1990). (33) La cuestion de Ia tutela cautelar ha merecidoenjundiososestudios: Por todos, bas- fe iar eee orig fechtschute im. Vervaltagssiritverfanren. Ed. Beck, 3ed., Munich, 1986; ala extensa obra de F. Scuocn: Vorlufiger Rechisschute lind Risikoveteihang im Verwaltungsrecht. Ed Rev, Deckers, 1986. (Una panordimica de la institucon en todos ios procesosalemanes, en Ia obra eolectivas Handbuch des Rechisschutses. Einsweliger Rechisschute, in ‘len wichtigen Verfahrensarten. Ed. Rehr, Mu Tarieinaesanttonipends elas fa visa mis sooética puede vesen en Kor: Verwatungsgerichsondnung. Ea. Beck, Music 1389 (Comentario al ait $0, 91841019, v art 1477-1508), Fite: Vewalungspoceenecht, Ba. Boek, Munich, 1987, pag. 364-387); 0, mas reciente- tmente, F. Sciocs Grindffagen der vera tungseertchlichen vorlufigen lechisschutses, ‘Verwaltungs-Archiv®, num. 2, 1991; En cualquier caso, abundan los estudios monogrifics en los que se abordan con todo detalle a practica dela tutela cautelar en dit versos sectores materiales. Asi, por ejemplo, den verse: J. LMBERCER: Probleme des vor: lufigen Rechtsschutses bei Groprojekten. Ed. Duncker-Hunblot, Berlin, 1985; R. MOLLER- Giost: Die Verwalungsgerichtiche Rontrole ‘xdministrativer Immisions Ed. 0. ‘Schwart-Gottingen, 1982; W. R. ScHENKE: Rechusschutz bel normativen Unreclt. sd. Dun: keer-Humblo, Berlin, 1979. Por lo demés, para conocer el sistema de tu- tela cautelar que dispensa a Ley dela juris diccion contencioso-administrtiva. general, pueden consultarse: J. BARNES (nota 92); y, Inds recientemente, K. Repexex: Die Neuges- faltung des worlaufigen Rechtsschutzes in der Verwaltungegerichtsordnung. «NVwZ>, nim, 6, 1991-4 para el contentoy significado general dela reforma parcial habidaen locon- {Sncioso alemin, vid P. SrexxeNs: Das Gosete Sur Neuregelng’ des venvaltungsferichtichen Verfahrens (4: VicGOtndG).Des Ende einer Re- form? «NzZIVw>, ném. 3, 1991 464 JAVIER BARNES VAZQUEZ su arreglo. La tutela cautelar es, pues, uno de los temas nucleares de la dog- matica del articulo 19.1V GG. Precepto que, por demas, no es indiferente a las posibles medidas provisorias que puedan adoptarse, puesto que lo que garantiza es la eficacia real de las técnicas de proteccién cautelar. En tér- minos constitucionales lo determinante no es sino la efectividad de la me- dida provisoria. Con todo, la doctrina ha sabido advertir al mismo tiempo de los riesgos que la tutela cautelar también presenta: el peligro de prejuzgar el fondo del asunto; la mayor duracién del proceso hasta obtener una sentencia defini tiva; su dificil aplicacién en los procesos multilaterales. La garantia consti- tucional de la tutela cautelar decae cuando el proceso principal no pretende mis que la defensa objetiva de la legalidad (94). El efecto suspensivo automatico de que goza, en términos generales, el recurso administrativo y jurisdiccional (de carécter impugnatorio) (95) plan- tea algunos interroganies a la doctrina, El mas elemental en esta sede resi- de en determinar hasta qué punto se deriva el sistema instaurado por la Ley de la Jurisdicci6n contencioso-administrativa (VwGO) —Ia suspensién auto- matica como regla general— del propio articulo 19.1V GG. Se trata, desde luego, de una cuestién debatida, de no facil resolucién. En términos consti- tucionales, cuando menos, no es posible garantizar siempre el efecto susper sivo, puesto que el interés general puede exigir en ocasiones la inmediata ej cucion del acto impugnado (96). La Constitucién, por su parte, no impone un sistema unfvoco de proteccién cautelar. Sin embargo, seria inconstit cional establecer un mumerus clausus de medidas cautelares (97). La juris prudencia ha puesto de relieve la capital importancia que, bajo el perfil cons- titucional, posee la suspensin como instrumento determinante y decisivo para hacer efectiva la tutela judicial (98). En cualquier caso, a la Constitu- (94) Gf. Sera. Assuay (nota 6), mis, arg. 273 y sigs. (5) , Para una sintética exposicign del sis- tema de medidas cautelares, vid. BARNES (nota 92). (66). Cfr. la jurisprudencia constitucional ‘en Grundgesetz.. Kommentar (nota 4). Asimis- mo, SCHMIDT-ASSMANN (nota 6, nim marg. 274), FINKELNBURG-JANK subrayan que la suspen- sion automatica a la que se refiere la Ley ju- risdiccional es expresion de la tutela judicial efectiva. El efecto suspensivo, recuerdan con palabras de la propia jurisprudencia, const tuye un «principio esencial del proceso en el ‘que se resuelve un litigio juridico-pablico» y tence a unos dels elementos esenciales a tutela judicial ‘Sin embargo, afirman, el legislador no est& obligado a mantener el sistema del efecto sus- sivo automiatico. En cualquier caso, habria, faranizarge gue el tibutal pudiera cono- cer acerca del electo suspensivo antes de su ejecuicién, de modo que confirmara la preva- lencia del interés general. Para obtener el aprobado constitucional la decision judicial bra de producirse a tiempo. Seria incom- patible con el articulo 19.10 GG cualquier me- Bid que a tal propésito dificltara el acceso al tribunal. 7) El TCF considers incluso conveniente aplicar otras medidas y drdenes cautclares *Piiversas de Ia suspension que no estaban ep anistomctal peor tee liileyjursadiecto- fal Of. BreriGe 46,166 y sigs, inspirdndose enclartieul 125 dela VO dispuso susp acion analogica a la jursdicesOn socal (98), Cir. BVerfGE! 35, 263 (274), 35, 382 (401); 46, 186 (178), et. Bi efecto sus {el recurso ‘contercioso-administrativo, en fect, resulta decisivo en términos consita lnm habid cuenta de a arg darn ic todo proceso sin cuya exstencla no podria hhaber una verdadera tutelajudital frente ala ‘Administracion. Y tambien? el efecto suspen: Sivo del recurso administratvo'y del conten- Cioso-adininistrativo constituye una adeeuada expresion de Ia gavantia constituctonal de la [LATUTEIA JUDICIAL EFECTIVA EN LA CONSTITUCION ALEMANA 465 cién no le importa tanto la técnica de la que se haga uso, cuanto el resulta- do efectivo (99). En principio, el derecho a la tutela judicial efectiva no exige, en esta sede, més que un examen general y sumario de las posibilidades de éxito o de triunfo del asunto de fondo (Erfolgsaussichten) (100). Un juicio mas detenido requerirfa del juez un tiempo adicional que harfa peligrar la eficacia misma de la medida provisoria (101). La denominada tutela preventiva o ex ante es otra de las consecuencias de la efectividad de la tutela judicial: se proyecta sobre el acto administra- tivo antes de que emane de la propia Administracién, cuando el procedi- miento esta todavia abierto, tanto para evitar un dafio irreparable cuanto para obtener la tutela en el plazo oportuno. La efectivida de la tutela judicial, en efecto, no se circunscribe a las le- siones presentes 0 consumadas. Hay hipétesis en las que la violacién de los derechos subjetivos es inminente, aunque no se haya producido todavia (. ¢j., porque la norma requiere de un acto de ejecucién: en el planeamien- to territorial; etc.). El articulo 19.1V GG puede imponer, en su caso, una tu- tela preventiva o ex ante (102). Ello implica la intervencién del érgano ju- risdiccional en el seno de un procedimiento no cerrado de otro poder publi- co. Habida cuenta de que las denominadas «reservas judiciales» tienen en la Constitucién un cardcter excepcional y tasado (art. 13.11, para el registro domiciliario; 104, para la puesta a disposicién judicial del detenido), la tu- tela preventiva no forma parte del contenido o estandar normal de protec- cién que dispensa el articulo 19.1V GG y requiere, en consecuencia una es- pecial justificacién material que la legitime. tutela judicial efectiva. Cfr. la jurisprudencia constitucional del articulo 19.1V GG en Grundgesetz. Kommentar (nota 4), miims. "449, 450 y 452 (99). Cfr. BVerfGE 51, 268 (285). Apud ScHMIDT-ASSMANN (nota 6), nim. marg. 274; asimismo, H. J. PaPter (nota 6), pag. 1272. Basta aj articulo 19.1V GG que el efecto sus- pensivo del acto impugnado se mantenga en {anto el érgano juristiceional se pronuncia so- bre la adopcién de la medida cautelar. Tam- bign podria el legislador fijar, en lugar de un sistema casi automiatico (como el vigente), un modelo judicial que remitiera la solucion de ada caso a la resolucién jurisdiecional Cabria igualmente mantener la suspension hasta la primera instancia y, en caso de obte- ner una sentencia desestimatoria, concluir el efecto suspensivo, que podria volver a acor- larse por el tribunal de instancia en atencién alas cireunstancias del caso concreto. No obs- tante, en la reciente reforma de la Ley de lo contencioso de 1960, se ha desechado expresa- tente tal posibilidad. El efecto suspensivo perdura hasta que la sentencia sea firme En odo aol tela cautlar abr de er tanto més eficaz cuanto mayor sea la car ‘que se le impone al cludadano y mas perdi. able sean sus efectos (como por ejemplo, en lcaso del derecho de aslo). Cr. a jursprue dencia constitucional en Grundgestt. Rom mentar, im. marg. (nota 4), 480 (100) Cf. Scnar-AssMaNn (nota 6), nm. arg. 276, Cuando ol ecu result Ban estamente infundado podra acordarse la eje- ccucion inmediata del acto impugnado, (101) Cf. Scumr-AssuaNw (nota 6), nam. marg. 227 li0d,Conseounsia generalente adm . tanto por la jurispridencia cuanto por la docirina mayoritariay clr. BVexGE 14, 523 G28), vid la doctrina citada por ScHiDT- SSMANN, 0B. cit, pag. 152, nota nim. 160 466 JAVIER BARNES VAZQUEZ ©) LaSentencia El articulo 19.1V GG no s6lo garantiza una amplia revision desde el pun- to de vista factico y juridico, sino la obtencién de una resolucién judicial que por sus efectos y alcance repare la lesién sufrida (103). La apertura del proceso tiene un mero cardcter instrumental, como resulta evidente: no pre- tende mas que la obtencién de una efectiva resolucién sobre el fondo del asunto. El articulo 19.IV GG no concreta las clases o los efectos de las sen- tencias 0 de acciones procesales. El contenido minimo que ha de tener la sen- tencia es el declarativo (pronunciandose sobre la existencia o no de una le- siOn juridica). Para constatar qué otros efectos pueden derivarse de la lesin producida, hay que remitirse al propio Derecho material. Para la resolucién de tal interrogante, han de combinarse criterios ma- teriales y procesales. En tal sentido, el legislador —que goza de un evidente margen de actuacién— debe ponderar los diversos intereses constituciona- les en juego —v.gr-: la protecci6n de la confianza y de la seguridad juridica; Ja firmeza de los actos; la eficacia administrativa; ete —. Por ello, podria cen- trarse en el cardcter declarativo de la sentencia como regla general, pues el articulo 19.IV GG contiene s6lo una garantia para la defensa judicial; no im- pone en todo caso la anulacién del acto impugnado. Del articulo 19.1V GG s6lo cabe derivar la nulidad del acto administrativo —en términos de obli- gatoriedad— para los supuestos de especial gravedad. En cambio, para las normas juridicas, la nulidad habré de ser la regla general. Tal reaccién del ordenamiento es la que mejor se compagina con los efectos generales que se desprenden de las normas juridicas. Natural- mente, no todos los vicios desembocan en la nulidad. En esta sede, slo de forma excepcional, podria el legislador atribuirle prioridad a la seguridad 0 a la confianza juridicas para conservar la norma. El articulo 19.IV GG postula la armonizacién del Derecho material con el procesal. La accion declarativa que tiene por objeto la declaracién de que el acto impugnado es contrario a Derecho puede ser suficiente de cara a la reparacién del derecho lesionado. En cierto modo, la sentencia declarativa confa o difiere la efectividad de la tutela a la buena voluntad del poder pi- blico contra el que se dicta. Sin embargo, ello no empece a lo dispuesto por el articulo 19.1V GG. De ordinario, pues, la garantia de la tutela judicial se satisface sin tener que recurrir a una sentencia anulatoria o a los medios de ejecucién forzosa. Sélo en la medida en que no quedara suficientemente ga- rantizado que el poder piblico va a extraer todas las consecuencias necesa- rias de la declaraci6n, podré imponer el articulo 19.IV GG una formula mas severa. En principio, la fuerza de cosa juzgada impide que los efectos de la sen- tencia se circunscriban al proceso singular. Sin embargo, cuanto mayor sea (103) “Cfr. la jurisprudencia constitucional en Grundgesetz. Kommentar (nota 4), nim. rmarg. 296. [A TUTELA JUDICIAL EFECTIVA EN LA CONSTITUCION ALEMANA. 467 la amplitud de sus efectos més problemética resulta, puesto que el derecho a la defensa exigirfa dar audiencia a todos los interesados (art. 103.1 GG). La fuerza de cosa juzgada no sélo afecta a la Administracién demandada, sino a todas aquellas Administraciones que puedan dictar iguales resolucio- nes. La ejecucién de las sentencias condenatorias de la Administracién no plantea, ni en la dogmatica ni en su aplicacién practica, problema especifi- co alguno. VII. La via judicial ordinaria del articulo 19.1V.2 GG El articulo 19.IV GG, como ya hemos notado, contiene una cléusula su- pletoria, en virtud de la cual la jurisdicci6n ordinaria conocer de los liti- gios que enfrenten al ciudadano con el poder piblico, cuando las normas pro- cesales nada dispongan sobre !a jurisdiccién competente. En tal sentido, el articulo 19.1V GG no ha querido plantear dudas sobre su aplicabilidad y eficacia. Su significado practico, sin embargo, resulta es- caso, puesto que el ambito de que conoce la justicia administrativa es de tal amplitud que apenas deja espacio a la supletoriedad de la jurisdiccién or- dinaria. La existencia del recurso de amparo constitucional disminuye atin mis las posibilidades de la jurisdiccién ordinaria (104). A nuestros efectos, se entiende por jurisdicciénordinaria, a civil, la penal y la urisdlecién vo- luntaria. VIII. El articulo 19.1V GG y la modificacién de la Constitucién El articulo 79.3 GG, atinente a la modificacién de la Ley Fundamental, sustrae ciertas materias a la reforma constitucional (division de la Federa- cién en Lander, principio de cooperacién; los principios de los arts. 1 y 20 GG). El articulo 19.1V GG, por su parte, no est excluido de la reforma y, por consiguiente, puede modificarse, en los términos y en las condiciones que dispone el citado precepto. No obstante, el principio del Estado de De- recho pertenece a las materias indisponibles; de ahi que no sea posible re- nunciar por completo a la garantia del acceso a la jurisdiccién que en aquél hunde sus raices. Con todo, la reforma de la Constitucién podria sustituir el control judicial de ciertas materias por otro tipo de controles siempre, claro est, que lo legitimara un especial interés general (105). (104) Chr. H. J. Parte (nota 6), pag. 1268; trol de ciertas intervenciones —p.¢)., sobre el ‘Sciupr-ASsMANW (nota 6), mim. margs. secreto de correspondencia y de las comuni- PE cmc phrnalls aciones— 5 confiara, bajo determinades re are la Constituci6n, quisitos, a crganos pariamentarios, sustrayén- enefetto,enlsentido de permicirquecicon: dolo dei contol jusical " 468 JAVIER BARNES VAZQUEZ. IX. El articulo 103.1 GG: el derecho de audiencia o derecho a la defensa El articulo 103.1 GG, segiin sabemos, afirma que todos tienen derecho a ser ofdos legalmente ante los tribunales. Se trata de un derecho fundamen- tal, conceptual y normativamente auténomo del derecho a la tutela judicial efectiva (cfr. nim. IT.2). El derecho de audiencia o de defensa consiste basicamente en la posibi lidad que le asiste al justiciable de alegar cuanto tenga por conveniente, tan- to desde un punto de vista factico como juridico, antes de que se dicte la ‘oportuna resolucién (106). Como ya hemos notado, constituye también una genuina expresién del principio del Estado de Derecho y se encuentra estrechamente relacionado con el articulo 19.1V GG. Son nuierosas las instituciones y reglas procesa- les que se apoyan en uno y otro, de modo que su infraccién —sea legislativa en su aplicacién— termina por lesionar ambos derechos. Naturalmente, no toda infraccién procesal en esta materia tiene relevan- cia constitucional. Segiin la jurisprudencia, se lesionard el derecho a la de- fensa, basicamente, en los siguientes supuestos: 1) cuando la interpretaci6n practicada por el organo jurisdiccional conduzca a un resultado que, de es- tar expresamente previsto en la norma, habria de tacharse de inconstitucio- nal (107); 2) cuando la aplicacién que haga de la legalidad sea manifiesta- mente injusta (108), 0, 3) abusiva (109). Por lo demas, es inmediatamente aplicable aunque las leyes procesales hubieren omitido su regulacién. El derecho a la defensa comprende las siguientes facultades: 1). Derecho a ser informado. Las partes, en efecto, tienen derecho a una completa informacién acerca de los asuntos del proceso. La interpretacin que de este derecho ha hecho la jurisprudencia es lo mas extensa y amplia posible. Comprende el conocimiento de las alegaciones de la parte contraria (incluyendo los anexos documentales); la informacién de aquellos hechos que, aunque fueren manifiestos, pudieran ser desconocidos a una de las par- tes; los hechos y los medios de prueba admitidos por el tribunal; el atestado policial; los hechos constatados que tengan su origen en otro proceso; etc. Corresponde al tribunal hacerlo efectivo, sin que sea necesaria instar la in- formacién. La vista y examen del expediente se localiza igualmente en el marco de este derecho. La notificacion y entrega de la informacién tiene por objeto hacer viable el derecho a la defensa. (106) Las tres cuartas partes de los (107) Cfr. BVerKGE 74, 228/233 y sigs sos de amparo consttucionalalegan a vila- (108) Clr: BVerfGE 69, 145/149. gional derecho’ a Ia densa —o'a ser odo (109) “Clr. BVaHIGE 69, 1261139; 75, icin cnn expesion ds etch 530230 sig. bon a Ufa gus contin ardeulo 1031 GO? Gcasidual ents ol ter ba ap ‘agelado ala cupa el primer ugar entre los motivas dere: sito de que la splicacion de a egalidad ord ‘cursos estimados por el Tribunal Constiucto. aria sea arbitraria: BVerfGE 69, 126/139 nal Rederal: Cir BEROTH, ob. cit, pag. O41. ysige 74, 228/234 {LA TUTELA JUDICIAL EFECTIVA EN LA CONSTITUCION ALEMANA. 469 2) El derecho a hacer alegaciones. Las partes tienen la facultad de ale- gar cuanto estimen conveniente a su defensa —tanto desde un punto de vis- ta factico como juridico—, en relacién con el objeto del litigio. Cuando me- nos, las alegaciones habran de vertirse por escrito (no existe, en terminos constitucionales, el derecho a una audiencia oral). La idea de la diligencia exigible al justiciable emerge de nuevo en esta sede, y por su virtud el ejer- cicio del derecho es una cuestién que incumbe al interesado (el cual debera hacer uso de las posibilidades que le ofrezca el proceso de que se trate). Pier- de su derecho de no hacerlo valer en su momento oportuno (ello no quiere decir, claro esta, que el articulo 103.1 GG permita resoluciones sorpresivas). Los plazos que el tribunal establece para presentar las alegaciones de las partes deben ser suficientes y proporcionados a la defensa del justiciable, en términos objetivos al fin que persiguen (p. ej. no satisface tales condiciones un plazo de tres dias laborales, o de 6 dias, incluyendo un fin de semana; ni tampoco cabe un dia respecto del proceso sobre medidas cautelares). Y para restituir los plazos que se han dejado transcurrir tampoco pueden exagerar- se los requisitos (asi, en caso de ausencia por vacaciones no es necesario exi- gir condicién alguna; tampoco le son imputables los retrasos del correo). 3) El derecho a que se tengan en cuenta cuantas manifestaciones se pro- duzcan en el seno del proceso. El articulo 103.1 GG postula que el tribunal tome en consideracion y pondere todas las alegaciones que las partes hayan formulado. No quiere ello decir, sin embargo, que la sentencia tenga que ha- cer referencia expresa a cada uno de los puntos de manifiesto (las alegacio- nes fundamentales, por contra, deben tener un tratamiento especifico en la argumentacién de la resolucién judicial).

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