Reestructuración
MARÍA DEL ROSARIO BRAMBILA ROJO
NOHEMI HERNÁNDEZ RAMÍREZ
1
Introducción
Este espacio curricular debe entenderse como una construcción autonoma en situaciones
de interacción social, de las personas que hoy aprenden en la escuela y que mañana
serán ciudadanos y ciudadanas, quienes procurarán profundizar en la democracia y
construirse con base en el pluralismo de niveles progresivos de justicia, solidaridad,
equidad y sean promotores y defensores de la dignidad y el reconocimiento de la igualdad
de condiciones.
Los valores deben añadirse a criterios que guíen el establecimiento de las condiciones
para la acción y la práctica pedagógica del docente. Son tres los criterios necesarios para
convivir en sociedad: promoción del pluralismo, respeto a la diferencia y ejercicio
democrático; como una manera de vivir cotidianamente y de crecer como personas tanto
individual como colectivamente.
2
que caracterizan la organización política de México, desde el municipio hasta la
federación y el fortalecimiento de la identidad nacional.
Las competencias para la vida representan la capacidad integral de cada individuo (y/o
grupo social) para enfrentar al menos satisfactoriamente situaciones de la vida real, bajo
diversos contextos y condiciones. Su adquisición y aplicación requiere de la conjugación
armónica de al menos cinco ejes instrumentales esenciales, denominados capacidades
básicas: saber (conocimiento), saber hacer (habilidades), poder hacer (actitudes), querer
hacer (actitudes) y saber convivir (valores)
Saber convivir, también lo marca la UNESCO como aprender a vivir juntos, aprender a
vivir con los demás y lo considera uno de los cuatro pilares de la educación con “una
3
Propósito General
Contenidos
Valores
Identidad
Tradiciones y costumbres
Cultura
Comunidad escolar
Trabajo colaborativo
Escuela y comunidad.
Civismo
Ética
Moral
Derechos Humanos
Competencias
4
Aprovecho la diversidad cultural de la comunidad educativa para promover
relaciones de tolerancia, respeto y equidad.
Indicadores de desempeño.
Propicio que mis alumnas/os valoren y respeten las diferencias (género, etnia,
religión, creencias, apariencia y capacidad física, intelectual, emocional, entre
otras) para un enriquecimiento mutuo y permanente.
5
Propicio que mis alumnas/os se sientan orgullosos de ser mexicanos al conocer la
historia, la geografía, las costumbres y las lenguas de nuestro país.
Enfoque
6
Evaluación
Calificación y Acreditación
7
Sesión 1
La Educación y el contexto social.
8
LA ESCUELA UN ESPACIO SOCIAL
Otro de los problemas de la educación, tiene que ver con el tipo de diálogo que la
escuela ha establecido con la comunidad a la que sirve.
9
Los procesos de socialización manifiestan el carácter de las relaciones de la
sociedad en general. El estudio de la socialización, aborda como un proceso social
constituido tanto por prácticas como por acciones donde éstas se realizan, se
llenan de contenidos reales, de situaciones concretas y cotidianas, puede ser un
buen punto para entender cómo, por qué y hasta donde las acciones educativas
contribuyen a la reproducción y transformación social. La eterna lucha entre “hay
que explicar los porqués” y “hay que saber cómo…” se encuentra latente en este
planteamiento. Las condiciones macrosociales se insertan y se explican en
acciones donde se conforman. La escuela, en un sistema capitalista, responde a
las necesidades de legitimación y reproducción del orden existente. Este hecho
trastoca a la acción educativa. Los maestros, los alumnos, los contenidos
académicos, etc. son lugares donde se manifiesta el carácter de la lucha que está
presente en todos los campos y espacios sociales. El encuentro entre los distintos
elementos institucionales y las prácticas educativas da lugar a procesos de
confrontación desigual y asimétrica entre los diferentes participantes. La escuela
es un medio para, el servicio de… y responde a necesidades distintas. Cuando
decimos que la escuela la contribuye a la reproducción social, como un espacio
donde se reproducen las relaciones de clase, cuando señalamos que la escuela
es un lugar que prepara para el trabajo de manera diferencial, para reproducir la
estructura de la producción y cuando hablamos de que en la escuela se
conforman y reproducen hábitos de clase, estamos haciendo referencia a una
relación entre estructuras y prácticas educativas. En la escuela los elementos más
estructurales, aquellos que regulan, organizan, norman, jerarquizan, es decir, lo
que le da estabilidad y permanencia, se constituyen en el contexto que delimita los
espacios de la acción humana. En las prácticas sociales, los individuos actúan en
el marco que la realidad estructural delimita, pero donde la gama de posibilidades,
el espacio de las alternativas posibles, se conforman, a su vez, las prácticas que
reconstruyen y trasforman esa realidad, la convierten en realidad vivida, es decir,
histórica.
10
La escuela es un espacio dividido y jerarquizado, responde a formas de ordenar, a
una organización interna donde sustenta su legalidad y en la cual se delimitan sus
funciones. Los elementos estructurales se convierten en acciones cotidianas o
extraordinarias, en prácticas a través de las cuales se vive y especifican estos
elementos estructurales. Estudiar la escuela implica delinear el espacio social, el
contexto donde la acción pedagógica se lleva a cabo. Cada una de sus jerarquías,
de sus personas, de sus momentos y funciones, etc. se dan en la confrontación
entre estructuras y prácticas que van delimitando las posibilidades de la misma
acción pedagógica. Cuando un niño entra en la escuela sabe que entra a un
espacio dividido y a un tiempo diferente, muy bien organizado, con tiempos
marcados. Estas formas de ordenar son parte de la disciplina y del aprendizaje.
El niño de primer año tendrá que ir aprendiendo que hay un lugar y un tiempo
para cada cosa, que tiene que aprender el hábito de ordenar sus actividades; el
salón es un lugar para aprender y el patio es un lugar de juego; que a la maestra
se le obedece por el hecho de ser maestro(a). En todas estas prácticas él va
aprendiendo la necesidad de ordenamientos jerárquicos. Cualquier espacio o
cualquier momento, son arbitrarios: hay tiempo para comer, para divertirse, para
hacer la tarea escolar, para jugar, para hacer el “quehacer” en casa etc. la vida
diaria del niño se realiza a partir de la organización de los tiempos y de los
espacios. Sin embargo, en la escuela, estas formas de ordenar vinculan, muy
estrechamente, a jerarquías y deberes de un orden mayor. En el hogar, el niño
también obedece a ordenamientos jerárquicos; “el padre es la autoridad y un niño
no le falta al respeto a sus mayores…” también en su casa le son marcados sus
derechos y obligaciones “te toca lavar los platos y no puedes salir a jugar hasta
que termines la tarea…” sin embargo en la escuela, la vida cotidiana se realiza en
prácticas ritualizadas donde estas divisiones y clasificaciones son altamente
definidas y exacerbadas, es decir, muy bien delineadas. La rigurosidad de las
clasificaciones se relaciona con ordenamientos estructurales mayores. En la casa,
por el contrario, las clasificaciones se dan en marcos más relajados y donde los
elementos no estructurales –el afecto, el descanso, etc-, tienen una mayor libertad
11
de expresión. Cuando el niño llega a sexto año, demanda el respeto a estas
clasificaciones de roles, tiempos, ritmos, momentos y otros. Estas disposiciones
son el resultado de un lento aprendizaje en el que intervienen las clasificaciones
del escenario, las divisiones de los tiempos, el establecimiento de las rutinas y las
formas de relacionarse entre las personas de acuerdo con divisiones
jerarquizadas. Quién es quién, cuándo se hace qué, cómo debe hacerse, son
parte de la rutina, son elementos clave en la conformación de hábitos, de
disposiciones permanentes aplicables a cualquier espacio; muy útiles y necesarios
en la disciplina del trabajo. Estos espacios y estas clasificaciones son, también
espacios de transgresión, lugar donde el diálogo se establece.
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buen maestro no sólo lo define su “vocación” o sus “habilidades” magisteriales;
también lo hace ser la mayor o menor capacidad de controlar los recursos que
pueden asegurarle el éxito en su actividad docente. Las demandas y expectativas
frente a su actuación también son diferentes. El alumno demanda a la maestra
atención y afecto. Ellos quieren aprender y la forma en que la maestra se
comporta es importante en este proceso. Los niños quieren ser calificados,
orientados, enseñados y escuchados. Una maestra que no les enseña no es
buena maestra (aunque sea muy buena gente). La maestra es mediadora entre
los conflictos infantiles. “mire maestra, el me quitó mi lápiz…” a ver, aquí no deben
pelearse…” los niños demandan cercanía, no sólo eficacia.
Los padres de familia también elaboran su punto de vista muy particular de lo que
es un buen y un mal maestro. El maestro debe estar allí y no faltar, si no va a la
escuela los estudiantes no hacen nada o son regresados a sus casas. El maestro
debe ser enérgico y también escuchar y entender el punto de vista de ellos, sobre
todo frente a las dificultades para cumplir con las exigencias de la escuela:
uniformes, materiales escolares, etc. Las demandas de la directora son de otro
tipo: ser puntual, no faltar, colaborar con la autoridad, ser materia siempre
dispuesta, tener al día los planes y programas debe enseñar, mantener al grupo
en silencio y disciplinado, etc. todas estas demandas presionan y están presentes
en la vida diaria del maestro. La realidad institucional y las demandas facilitan o
dificultan la actuación de los maestros. Los contenidos y técnicas pedagógicas
están envueltos en este ropaje a través del cual se desarrollan las prácticas de
aprendizaje. Estas prácticas no responden solamente a la habilidad individual de
un maestro, sino a todo este tipo de condicionantes que van delimitando el
espacio de lo posible. El maestro tiene que vigilar que los estudiantes vengan a la
escuela con uniforme completo y el material necesario. Al mismo tiempo, se
enfrenta a lo que los alumnos son y a sus carencias. Las condiciones de trabajo
de los maestros, la propia formación recibida muchas veces no constituyen
factores que contribuyen al desempeño de su trabajo; tampoco la adquisición,
13
entendimiento y uso de “nuevas formas de trabajo” que, a nivel institucional, se
quieran imponer.
Carta a Katia
2 de octubre de 1962
Querida Katia:
Este verano, el día que en el pinar, al término de una excursión que se nos había
trasformado en una controversia, decidiste matricularte en la escuela de
magisterio para estudiar la carrera de maestra, yo te prometí que te mandaría el
dossier de trabajo que se fuera desarrollando en mi clase, de manera que tú
pudieras comparar la teoría de tus libros de texto con un estudio de los niños tal
como son en el colegio. Y, como lo prometido es deuda aquí me tienes dispuesta
a contarte lo que ha sucedido estos dos primeros días más adelante te mandare
un ejemplar del diario, las diapositivas en colores de las diapositivas en colores de
las pinturas y las cintas grabadas. Cuando vengas lo discutiremos.
Paso a las noticias. Tengo, por el momento, un primer curso con nueve alumnos
tres niños y seis niñas. Nunca había tenido tan poco chiquillos en una clase pero
tal vez vengan pronto otros tres y más todavía, después de San Martín. Como ya
sabes, se instalan provisional y definitivamente familias de campesinos que dejan
sus casas aisladas en el campo o en sus aldeas para venir a vivir a un sitio donde
los alquileres son más baratos. Estas familias equilibran, en parte, en vacío que
deja el éxodo de los campesinos locales, que parece que se ha frenado un poco
últimamente, aunque no de forma definitiva.
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entre nosotros en estos problemas educativos de no fácil solución. Pero al fin y al
cabo este es nuestro oficio y tenemos que hacer frente a cualquier situación con
las técnicas más adecuadas.
Tengo, pues, una clase reducida después de tantos años de grupos numerosos y
heterogéneos, una clase ideal la temible aula-celda que cada año acoge al grupo
menos numeroso, este año es para nosotros. Ayer que debía ser el primer día del
colegio y en cambio fue fiesta porque caía en jueves, fue a verla mide 4.70m por
5m. Pensé cuantas clases parecidas a esta deben existir por el mundo, para meter
en ella niños de la edad en la que más necesidad de espacio libre, de naturaleza,
de sol, de movimiento. Cajas de ladrillos. Hay un paralelismo aterrador entre las
aulas de los colegios y la celdas de una vieja prisión: la misma fijeza obsesiva en
las estructuras perceptivas (colores, formas, superficies) la misma monotonía
psicológica. Durante el recreo de la mañana al bajar los chicos al patio desnudo de
toda vegetación, vigilado por los maestros, me da la impresión de encontrarme
entre presidiarios que salen a airarse.
Queda una diferencia: el presidiario en su celda vive solo con sus pensamientos;
en la escuela, en cambio, cada aula tiene un maestro que no ni los niños ni sus
familias han escogido, que obliga a los niños a repetir lo que dice y premia a los
que se le someten mejor. Todo el mundo manda a los niños y por lo tanto él ésta
justificado: los padres les mandan en casa, el cura en la iglesia, el maestro en la
escuela; luego les mandara el dirigente en el partido o el sindicato, el sargento en
el ejercito, y finalmente el amo en la fábrica. Un hombre que se cría así, se
compensa mandando a la mujer y a los hijos, y como consecuencia a la larga
cadena que ya nadie se atreve a romper, porque todo el mundo se conforma con
su papel de carcelero. Creerás que exagero, pero no hay nada como las
instituciones para ver que consideración merece el hombre. A mi entender el que
inventó estas escuelas parecidas a las cárceles no tenía en cuenta la libertad de
su prójimo.
15
Con base en la lectura anterior y en tu experiencia docente señala lo
siguiente:
16
Sesión 2
La Interacción Social y la necesidad de la Ética, la Moral y el Civismo.
Convivir
17
esfuerzos, cada día de nuestras vidas, a superar conflictos, armonizar voluntades,
alcanzar acuerdos, hacer concesiones, supeditar nuestra voluntad a la de otras
personas, o imponerla sobre ellas. Es tan notorio que el conflicto es endémico
entre nosotros como que sin ponerle coto o superarlo la convivencia sería
terriblemente difícil cuando no imposible.
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Interacción Social
Aún cuando las experiencias físicas ocupan la mente del niño, la interacción verbal
con compañeros y maestros les da experiencias adicionales que pueden promover
el crecimiento cognitivo, ofrece oportunidades no solamente para el trabajo
individual sino también para el trabajo en grupo. El maestro debe propiciar que los
alumnos hablen entre sí y organice encuentros verbales para que los educandos
involucrados en una actividad cotidiana donde puedan compartir opiniones. Un
verdadero intercambio de pensamientos y discusión inevitablemente llevaría a los
niños a justificar explicaciones comprobar hechos, resolver contradicciones o
ajustar actitudes. Estar consciente que otros niños comparten puntos de vista
diferentes a los propios juega un papel importante en conseguir que piensen de
nuevo sus ideas y los ajustes, las acomoden, hasta alcanzar un nivel más
coherente de entendimiento. Piaget afirma:
Cuando hablo de “activo”, hablo de esto en dos sentidos, uno actuando sobre las
cosas materiales; otro en colaboración social, en esfuerzo de grupo. Es una actitud
mental crítica; una donde los niños deben comunicarse entre sí, factor esencial en
todo desarrollo intelectual. Cooperación es en realidad cooperación (…) El
intercambio cooperativo tiene como potencial de desarrollo actitudes críticas y
“reflexión discursiva”. Así también debe haber oportunidades de interacción
espontánea e intercambios intelectuales organizados (…)
19
de un razonamiento grupal, con el que complementan, esclarecen y enriquecen su
aprendizaje.
¿Consideras que la interacción grupal constituye un medio a través del cual los
niños adquieren un conocimiento más amplio y claro de ellos mismos y de la
realidad? ¿Por qué?
¿De qué manera propiciaría una estrategia grupal que los niños intercambien sus
conocimientos y experiencias sin entrar en conflicto. Descríbela brevemente.
20
IMPORTANCIA DEL ESTUDIO DE LA ÉTICA
La ética nos ilustra acerca del porqué de la conducta moral. Los problemas que la ética
estudia son aquellos que se suscitan todos los días, en la vida cotidiana, en la labor
escolar, en la actividad profesional, etc. Problemas como: ¿qué es un comportamiento
bueno o uno malo?, ¿ Se es libre para realizar tal o cual acción?, ¿Qué es el
responsabilidad?¿quién nos obliga a realizar esta acción?, entre estas dos acciones, ¿
cuál se debe elegir y por qué?, etcétera.
Toda ciencia tiene un objeto de estudio llamado campo de investigación, factum (hecho
del cual parte), materia de estudio, etc. ¿Cuál es el campo de investigación de la ética? EI
objetivo de la ética radica en el estudio y comprensión del territorio cultural llamado moral.
De acuerdo con esto, puede afirmarse que ética es la ciencia filosófica encargada de
estudiar o reflexionar sobre la moral. Pero como la moral tiene un carácter humano y
social, puede ampliarse esta definición, diciendo: La Ética es la disciplina filosófica que
estudia el comportamiento moral del hombre en sociedad. Respecto de su carácter
21
filosófico, ya se dijo que la ética es una de las disciplinas filosóficas fundamentales.
Algunas ramas de la filosofía se han separado de su tronco, como la psicología. Sin
embargo, la ética sigue considerándose como una ciencia filosófica, como parte de la
filosofía, pero no de una filosofía metafísica y apriorística desligada de la experiencia y de
los fundamentos históricos y concretos que ofrece la cultura.
A fin de explicar un poco más nuestra definición, podemos señalar las siguientes
características básicas contenidas en la misma.
Muy acertadamente el filósofo José Luis Arangueren observa que "Ios profesores de ética
olvidan con demasiada frecuencia que la ética no crea su objeto, sino que se limita a
reflexionar sobre el. La ética no puede prescindir de la historia de la moral concreta, pero
esto no significa que se pueda confundir con ella. La moral y la ética son diferentes de la
misma manera que son diferentes, por ejemplo, la biología y los fenómenos vitales que
estudia. Unos son objetos de investigación; la otra (Ia biología) es una ciencia cuya tarea
es precisamente estudia aquellos fenómenos. De la misma manera debe entenderse la
22
ética: esta es una ciencia, mientras que la moral es el objeto de esta ciencia. Esto
significa que la moral no es ciencia, pero ello no impide que pueda convertirse en el
objeto de una investigación científica. Es muy importante reparar en estas diferencias, ya
que a menudo se suele afirmar que la moral es ciencia, bien, utilizar la palabra "ética"
como sinónimo de moral. Así, por ejemplo, la expresión ética profesional es equivoca,
porque generalmente se refiere a un código moral que debe observar un profesional, y no
a una ciencia como es la ética. Entonces, se debe tener presente lo siguiente: ética es
la ciencia de la moral, mientras que la moral es el objeto de estudio de la ética.
DEFINICIÓN DE MORAL
En cuanto a la definición de moral, muchos son los conceptos que se han formulado
acerca de ella, entre los cuales están los siguientes.
23
Elementos esenciales de la moral
24
¿QUÉ ES EL CIVISMO?
En este libro hemos intentado analizar y poner de relieve los rasgos fundamentales del
civismo y de la ciudadanía. No hemos querido establecer un código de preceptos o de
mandamientos básicos, sino más bien dar razones que expliquen por qué sigue siendo
esencial ser bien educado o considerarse sujeto de deberes. Por que conviene
trabajar competentemente y entender que también es trabajo el trabajo doméstico
relegado desde siempre a las mujeres. Por qué hay que recuperar una virtud
aparentemente tan anacrónica como la de la templanza. Por qué y cuándo es buena la
rebeldía y hasta que punto no contradice la participación política. Por qué hay que
preocuparse cívicamente del entorno y cuáles deben ser los límites de tal preocupación.
Razones que, a fin de cuentas, se resumen en algo muy evidente: nuestra condición es
la vida en común, la convivencia. No podemos vivir en solitario. Esa condición
obliga a pensar en el otro con delicadeza y respeto. Dejar de hacerlo sería mostrar
desprecio por la humanidad y, en definitiva, por nosotros mismos. EI amor propio
acaba siendo la razón última de nuestra dignidad y, en consecuencia, del
comportamiento cívico.
La palabra civismo proviene del latín “cive”, ciudadano, y se refiere también a la ciudad:
un lugar complejo, construido por el hombre, en el que conviven pacíficamente gente de
25
la más variada condición. La fuente ciudadana, por así decirlo, de la palabra civismo nos
recuerda un hecho elemental, sobre el que se fundamentan estas reflexiones: mujeres y
hombres -es decir el hombre, en abstracto, un sustantivo masculino que nada tiene que
ver con la masculinidad son esencialmente animales cívicos. Son, para usar la raíz
griega, animales políticos. (Polis, en griego, significa ciudad: y fue un griego, Aristóteles,
quien para siempre nos definió a los seres humanos, con gran acierto, como animales
políticos.) Ello quiere decir que, cuando conviven, los hombres necesitan formar
relaciones en las que entra una interacción de voluntades y un intercambio - o colisión- de
intereses diversos que, a su vez, les obligan a gobernarse. EI civismo entraña el buen
gobierno de nuestra convivencia, pero no desde un centro de autoridad, desde el
gobierno, sino por obra y gracia de todos los que participamos en ella.
La noción de civismo posee dos acepciones: La más corriente, y que todo el mundo
entiende de buenas a primeras, es la de conducta correcta y respetuosa entre propios y
extraños. Incluye los buenos modales, la buena educación. A veces se restringe a la
necesaria convivencia cívica que entraña respeto a los demás: el motorista que pasea por
las desiertas calles de una población con el escape libre de su moto y despierta con su
estruendo a los ciudadanos que descansan; el excursionista que hace fuego en el bosque
y lo deja perdido de inmundicias; el funcionario que contesta de mala manera a las
consultas del público, son considerados justamente como ejemplos de falta de civismo.
(Solo los necios los consideran triviales.) también se incluye en esta acepción de la
noción de civismo ciertos delitos- no pagar los impuestos al erario público, por ejemplo-
que representan una profunda falta de respeto hacia quienes cumplen la ley.
Hay otro sentido de la palabra, algo más sutil, que nos parece fundamental: civismo es
también la cultura pública de convivencia por la que se rige, o debería regirse, una
determinada sociedad. Según este significado el civismo esta formado por un conjunto de
procederes de interacción humana sin los cuales la convivencia es difícil o imposible. Son
normas emparentadas de algún modo con lo que entendemos por etiqueta social o
protocolo, pero son distintos de estos: el civismo es un bien compartido o a compartir por
todo el pueblo, este es su atributo esencial. Pero el civismo- he aquí una afirmación que
consideramos crucial para nuestro argumento a lo largo de todas estas observaciones- no
es sólo un conjunto de normas o modos de proceder -es decir, no es solamente
procedimental- sino que incluye también un contenido moral: expresa unos determinados
26
valores morales y unas creencias acerca de la sociabilidad humana, que iremos
explicando poco a poco. Por eso decimos que es una cultura, y no únicamente un
conjunto de modales, usanzas y buenas maneras sin contenido.
No hay quien escape a esta situación: el mundo es así, como es también inexplicable
mantener una relación constate con los demás. Esa relación es necesaria además para
que alcancemos nuestra condición de seres inteligentes y plenamente humanos. No
llegarías nunca a serlo si no estuviéramos siempre entre nuestros semejantes, con cuya
convivencia aprendemos casi todo lo que sabemos del mundo y de nosotros mismos. Ese
proceso de aprendizaje, así como la propia convivencia, tienen una doble dimensión.
Algunos de nuestros prójimos causan nuestra desesperación y nuestra desdicha: algunos
son nuestros enemigos, otros nos martirizan o incomodan, otros nos traicionan, y otros,
finalmente, mandan y ordenan contra nuestra voluntad. Muchos son meros rivales que no
actúan premeditadamente contra nosotros, pero como tales los percibimos. (pensando en
todos ellos opinó lapidariamente un filósofo, Jean-Paul Sartre, que <EL INFIERNO SON
LOS OTROS>, los demás) pero también en otros casos se manifiesta la otra cara de la
convivencia: en nuestros prójimos buscamos y hasta a veces encontramos la dicha.
27
Nuestros amigos, amantes, familiares queridos, aliados, o simplemente las gentes
amables que nos premian con su reconocimiento o su agradecimiento por algo que
hacemos, guardan los resortes de nuestro contento. AI igual que, en no poca medida,
tienen en sus manos la causa de nuestro descontento. En todo caso buscamos siempre
en los demás aquello que nos puede hacer felices. Para unos será la riqueza, para otros
los honores, o el simple reconocimiento de sus esfuerzos. Y para casi todos, de los
demás depende el goce de la mera convivencia gregaria o de la compañía entre seres
queridos, el ejercicio placentero de la convivialidad. Todas estas son manifestaciones
formas de sociabilidad.
Victoria Camps y Salvador Gines.
Manual de Civismo
En este sentido, como nos proponemos hacer aquí una contribución más para la
consecución de dicha realidad, consideramos necesario precisar, inicialmente, algunas
cuestiones básicas en torno a la problemática conceptual que nos ocupa.
Conferencia magistral dictada en el Primer Foro de Educación Preescolar, promovido por el Colegio de Educadoras en Preescolar de
Baja California, A.C., Tijuana, B.C., 31 de mayo de 1996.
Socióloga, investigadora titular de la Universidad Pedagógica Nacional, Ajusto.
28
En primer lugar, aunque para algunos autores los términos moral y ética son usados como
sinónimos1 o incluso para otros, como Savater,2 la ética engloba la moral, se refieren a
realidades distintas. Como señala el filósofo Adolfo Sánchez Vázquez, la ética es el
estudio filosófico de la moral y esta es:
Sin confundir o superponer los planos que corresponden a la moral –lo normativo- y a lo
fáctico –la moralidad-, usaremos el primero para referirnos a ambos, siguiendo una vez
más las indicaciones de Sánchez Vázquez. Por moral consideramos, entonces, en
síntesis, toda acción realizada por cualquier sujeto, que puede ser juzgada, que se orienta
por ciertos criterios que son los llamados valores. Dichos criterios o valores pueden ser
convertidos, o no, en máximas para orientar en el futuro las acciones individuales y
colectivas, de esta dimensión normativa de la moral se desprenden los deberes que se
imponen al sujeto y a los grupos sociales. O sea que toda norma está justificada por
determinados valores y funda un deber.4 Cualquier referencia a los valores o a la moral
implica la consideración de la relación entre tres factores: lo simbólico o lo que se valora;
el sujeto –quien valora- y la acción o el soporte objetivo de lo valorado.
1
Cfr. Arnaldo Córdoba. “Lo bueno y lo malo en la política”, en Nexos, México, Abril, 1996, núm. 220.
2
Fernando Savater. Ética para amador. Barcelona, Ariel, 1991.
3
Adolfo Sánchez Vázquez. Ética, México, Grijalbo, quincuagésima primera edición, 1993, p. 21-55
4
Cfr. Pert Bornheim. “O sujeito e a norma”, en: Adauto Novaes (coord). Ética. Sao Paulo, Campanhia das Letras, Secretaría Municipal
de Cultura, 1993, p. 247-260.
29
que incluso se constituye en torno a las mismas un verdadero campo de contradicciones. 5
Diferentes acercamientos teórico-metodológicos construyen diferentes objetos de estudio,
con características y propiedades particulares. Por lo tanto hay una multiplicidad de
objetos que resultan de las distintas perspectivas a través de las cuales se mira la moral
desde las ciencias sociales como son la historia, la sociología, el derecho, la antropología,
la pedagogía, la psicología, la economía, la filosofía y aún las artes.6
1. La moral tiene que ver “con la acción, más específicamente con la acción de un
ego, self o sujeto que relaciona su acción con la acción de otro o de otros.
Concebida esta acción como resultado de la interacción entre dos o más sujetos,
pasa a ser un tema de interés de la sociología.
2. La moral puede ser leída con criterios de juicio según los cuales la propia acción o
la acción de los otros es analizada, criticada o juzgada. Ese análisis de la acción
presupone un sujeto consciente, una conciencia moral, capaz de juzgar lo cierto y
lo errado, lo bueno y lo malo, lo justo o lo injusto. Esta preocupación se constituye
en un tema de interés de la filosofía.
3. La moral supone una causa de acción, una explicación para las razones que llevan
al sujeto a actuar así y no de otra manera. Se buscan entonces las razones, los
motivos y la intencionalidad del actor. En el momento en que procuramos explicar
una acción localizando su origen en la psique, en el alma, en la voluntad, en la
razón del sujeto, en este momento la moral para a ser un tema de interés de la
psicología.7
5
Cfr. Adauto Novaes. “Cenarios”, en: Adauto Novaes (coord). Ética. Sao Paulo, Campanhia das Letras, Secretaría Municipal de Cultura,
1993, p. 7-8.
6
Ibidem, cita núm. 5
7
Bárbara Freitag. Itinerarios de Antífona: a questao da moralidade. Campinas, Sao Paulo, Papirus, 1992, p. 12.
30
representación, si se realiza de manera multidisciplinaria y tomando en cuenta el recorte y
la conceptualización que sobre esta realizada ha elaborado cada una de las ciencias.
Cuando nos referimos a los valores es necesario considerar, por un lado, que éstos no
son necesariamente juicios y que sólo lo son cuando se refieren a cuestiones de orden
moral y, por otro lado, que los valores siempre están presentes en cualquier acción
cultural, sean estos valores positivos o negativos.
Por los mismo, cualesquiera que sean los contenidos de los valores que transmite la
escuela se derivan y están íntimamente relacionados con los ideales o con las
significaciones imaginarias que cada grupo o sociedad elabora históricamente, tanto de sí
misma y de sus integrantes, como de lo que espera de ambos con miras a garantizar, a
partir de su reproducción, un futuro común.
En consecuencia los valores que forma la escuela no son neutrales, ya que en una
sociedad atravesada por las contradicciones de clase y los fines, principios y métodos
definidos para la educación, tienen matices ideológicos y son también expresión de las
disputas entre los intereses políticos de los distintos sectores sociales. 10
Al ser el individuo un ser social, integrante necesariamente de grupos sociales cada vez
más diferenciados, actúan no según sus propios impulsos, sino dentro de los límites de
los valores, reglas, normas y leyes establecidos por estos grupos y sus instituciones. Por
8
Consciente en el sentido de ser intencional y no consciente como obedeciendo los impulsos que llevan al sujeto a actuar incluso en
contra o de manera contradictoria a su voluntad o a sus intereses conscientes.
9
Cfr. Risieri Frondizi. ¿Qué son los valores? México, Fondo de Cultura Económica, undécima reimpresión, 1992.
10
Cfr.Guadalupe Teresina Bertussi “Globalización, cultura y valores”, en Intríngulis. Universidad Pedagógica Nacional, Unidad Mexicali
y el Instituto de Servicios Educativos y Pedagógicos de B.C., núm 16-17, jul.-dic de 1995.
31
lo tanto el individuo es libre para elegir, pero esta libertad está circunscrita al abanico de
posibilidades que la sociedad le ofrece y le permite. En este sentido el sujeto, como
señaló Foucault, no es libre sino está sujetado por todo tipo de restricciones impuestas
por los sistemas de poderes y saberes.11
Por último, en términos operativos es necesario considerar que los valores que se forman
en el ámbito escolar se refieren a las múltiples esferas de la conciencia: la del
conocimiento, la instrumental, la esfera de lo personal, la de la convivencia social privada,
la esfera de la convivencia social pública y la esfera de lo político, y que se expresan y
pueden ser racionalmente verificadas y controladas a través de las motivaciones y de las
actitudes interactivas de los alumnos.
11
Cfr. M. Foucault. Las redes del poder. Buenos Aires, Almagesto (Colección Mínima), 1992.
32
Las razones de este desdibujamiento, sobre todo entre los maestros, son muchas. Cabe
destacar entre ellas, por un lado, la falta de formación y de conocimiento sistemático
sobre los valores y la confusión conceptual y teórica entre los conceptos de valor, moral,
ética y religión y, por otro, la frecuente referencia a los valores como parte solamente del
ámbito de lo privado, de los particular, de lo religioso o del foro íntimo de los individuos.
De otra parte, está el desconocimiento ante el hecho de que todo proceso de socialización
de conocimiento está necesariamente mediado por la transmisión-interiorización de
determinados valores instrumentales, como son, por ejemplo: la motivación hacia lo que
se está conociendo; el respeto a la lógica interna de la construcción y exposición del
conocimiento; el acatamiento de sus reglas; la internalización de las mismas por medio de
su repetición hasta convertirlas en un hábito. En otras palabras: la reproducción de las
reglas generales que el manejo de determinado saber exige.
Por último interviene, también, el no tener en cuenta que la enseñanza de los valores
ocurre tanto en aquellos procesos considerados directivos como cuando los mismos no
están explicitados, ya que igualmente se hacen presentes en el llamado currículum oculto.
La transmisión, el reforzamiento y la negación de los valores son parte de todos los
procesos de interacción, y no solamente entre los alumnos y sus maestros sino también
en la cotidianidad con sus colegas, entre los demás alumnos, con otros maestros y con
los demás miembros de la institución escolar.
Estas son algunas de las condiciones en que fue incluida la enseñanza de los valores en
la asignatura de civismo en los nuevos planes y programas establecidos por la Secretaría
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de Educación Pública a partir del Acuerdo Nacional para la Modernización de la
Educación Básica en 1992. Esta medida, que podría haberse constituido en un buen
estímulo para la construcción de un espacio que contribuyera a cambiar las situaciones
arriba mencionadas, presenta para ello, sin embargo, algunas limitaciones.
Tal como está presentada la medida, su concepción responde todavía a una cierta
epistemología positivista que fue criticada en las discusiones sobre el tema al principio del
siglo, como ya lo señalamos. Para esta epistemología es posible y suficiente la formación
en valores, restringida al cumplimiento y al espacio de un contenido formal en el
currículum, y apoyada en la disciplina escolar como estrategia pedagógica de inculcación.
Esta concepción es afín a la postura conductista, para la cual la problemática de la
socialización del conocimiento en el espacio no es más que una mera cuestión de
adecuación entre método y técnicas pedagógicas.
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del sujeto específico, por lo que exige una didáctica especial. En el caso de la formación
del sujeto moral implica, además y necesariamente, considerar que es por medio de la
interacción de los alumnos con el conjunto de la comunidad y en todos los espacios y
tiempos escolares, que ellos conforman determinada conciencia e introyectan ciertos
valores que se expresan de manera práctica en comportamientos específicos.
O sea que la formación del sujeto moral rebasa el mero cumplimiento formal de un
programa con contenidos distribuidos progresivamente en tiempos previsibles, y apoyado
en la realización de actividades medibles mediante procedimientos convencionales. Es
más que esto, es la permanente posibilidad el ejercicio combinado y consecuente de
conocimientos, conciencia y comportamiento que exige concepciones y prácticas
pedagógicas particulares.
Los planteamientos anteriores puedes ser enriquecidos aún con las aportaciones de la
llamada sociología de la resistencia, para la cual la restricción de la enseñanza de los
valores a un espacio curricular delimitado también presenta limitaciones, ya que el
proceso de socialización que propicia la escuela no es una operación convencional y sin
ambigüedades, toda vez que los aspectos de transmisión e interiorización no siempre
coinciden. Por lo mismo, el proceso de socialización de los conocimientos no puede ser
garantizado únicamente por el desarrollo de los programas del currículum. En cualquier
proceso de socialización actúa como condición el conjunto de las experiencias
vivenciadas por el individuo en las diversas esferas en que se desarrolla su existencia.
Así, en el espacio escolar juegan también activamente las historias personales y sociales
tanto de los alumnos como de los maestros, mediando de manera activa (como
currículum oculto) todo el proceso de socialización de los conocimientos.
Por medio de las cuestiones anteriores podemos percatarnos de cómo se asoma todo un
conjunto de dificultades conceptuales, teóricas y metodológicas a las que, de hecho, se
están enfrentando cotidianamente los maestros en su salón de clases en relación con su
desempeño en la formación valórela de sus alumnos.
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Sesión 3
Resolución de conflictos
Al día siguiente, sin embargo, fue a verle un estudiante para informarlo de que la
ganadora de la bicicleta no había participado en la cuestación. Lo ocurrido era que
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Tiwana había recibido el billete d Clarabel, que había recaudado una buena
cantidad de dinero, como prueba de su amistad. La queja del estudiante puso a
Ted ante un dilema ético. ¿Tiwana tenía derecho al premio solo por estar en
posesión del billete ganador? ¿Era justo que recibiera el premio pese a no haber
participado en la cuestación?. El rumor corrió como la pólvora por la escuela, y los
padres no tardaron el llamar para preguntar sobre la situación.
Ted estaba bloqueado. No veía una forma justa de salir de aquel embrollo sin
echar a perder los buenos sentimientos que había generado la cuestación y el
sorteo de premios, sentimiento que ya estaba desvaneciendo ante la inquietud
provocada por aquel imprevisto. Estaba tan angustiado que no podía dormir
dándole vueltas al asunto y pensaba en las opciones: Tiwana se queda la
bicicleta; Clarabel se queda la bicicleta; se vuelve a sortear la bicicleta, con el
billete de Tiwana en manos de Clarabel; Tiwana resuelven por su cuenta de quién
es la bicicleta, se compra otra bicicleta y se sortea al siguiente billete que salga de
la caja.
Ted no quería celebrar otro sorteo (pues en si había sido justo) ni comprar otra
bicicleta (de este modo, mermaba la cantidad destinada a la beneficencia) había
hablado con las dos chicas y sus respectivos padres, y todos salvo uno estaban
dispuestos a resolver la situación de una u otra forma. Pues el padre de Clarabel
se mostraba inflexible: la bicicleta era de Clarabel. Aún así, la intuición de Ted no
le permitía darse por satisfecho con ninguna de las opciones mencionadas. Quería
tomar la decisión más correcta y busco consejo ético para llegar hasta ella.
Roce Social
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que la interacción sea pacífica-integradora-constructiva o bien conflictiva-
desintegradora-violenta (destructiva).
Para que la tención devenga en conflicto se requiere que los actores sociales:
a) Perciban sus valores como incompatibles y/o sus intereses como
irreconciliables, es decir que la satisfacción de las necesidades de cada
parte es alcanzable solamente a través del perjuicio inevitable de la otra
(modelo Ganar/Perder).
b) Una o ambas partes ejerzan alguna clase de violencia para orientar
coercitivamente las relaciones en un sentido determinado; ejemplo la
imposición de valores o modos excluyentes en la distribución de los
recursos.
c) Se genere una dialéctica de acciones y reacciones (contestataria).
Conflicto
Es un tipo de interacción social, surge cuando las partes consideran que tienen
objetivos y/o valores incompatibles y se expresa como un comportamiento
antagónico (a nivel de pensamiento, palabra o acción directa) que generan la
dialéctica contestataria.
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Conflicto y paz
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e) Colaborar; el enfoque menos usual; se da cuando uno busca satisfacer sus
propios deseos y además está dispuesto a que se satisfagan también en
alto los de la otra parte. Para mediar un conflicto, la clave radica en
abandonar comportamientos catalogables como evitar, competir o
acomodar en beneficio de otros, como colaborar o negociar.
Muchas veces nos encontramos ante situaciones críticas que necesitan ser
resueltas con inteligencia, rapidez y sensatez. Esto pone a prueba la fortaleza
moral y espiritual de la persona y promueve l desarrollo del carácter la templanza.
En una isla vivía la mamá y la novia, y en otra isla vivía el novio y el amigo del novio. Ambas islas
estaban cerca una de la otra, pero era imposible cruzarlas nadando, porque las aguas estaban
infestadas de tiburones y la única forma de llegar a la otra era por medio de una lancha. La novia
tenía que pasarse a la otra isla para casarse con su novio, por lo que fue a ver al lanchero (única
persona con lancha en la isla) y le pidió que la llevarla a la isla. El lanchero le dijo que sí lo haría,
pero siempre y cuando pagara el precio que consistía en tener una relación sexual con ella. La
novia regresa con su mamá y le cuenta lo sucedido, y la mamá le dice: “hija yo te he educado y tú
sabrás tomar tu propia decisión”. La novia decide pagar el precio y, posteriormente, al llegar a la
otra isla, le cuenta al novio lo sucedido. El se pone muy molesto y decide romper toda relación y
compromiso con ella. La novia se retira llorando, pero el amigo se le acerca y le dice que él se
casará con ella, porque siempre la ha amado, pero nunca se lo había dicho porque era novia de su
amigo.
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1. Enumera a los cinco personajes de esta historia, asignándole el número 1 al
que consideres que actuó mejor. Asigna el número 2 al siguiente, y así
sucesivamente hasta el número 5, que será el que consideres que actuó peor
de todos.
2. Argumenta porqué
3. Señala que valores morales están en juego
4. Describe qué otra solución podría darse al problema.
Analízalo a nivel de grupo.
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Sesión 4
Promoviendo valores
Instrucciones:
Completa lo que se te pide a continuación.
Conducta 1:
Conducta 2:
Conducta 3:
Conducta 4:
Conducta 5:
Conducta 1:
Conducta 2:
Conducta 3:
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Conducta 4:
Conducta 5:
5. Normas de convivencia para el resto de las instalaciones:
Norma 1:
Norma 2:
Norma 3:
Norma 4:
Norma 5:
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existente. En suma, la socialización y la enculturación son procesos ciegos en
relación con el futuro.
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comunicativas, y, por otra, que dichas interacciones deben tener como pauta
aquellos ideales que están implicados en las finalidades educativas, de manera
que si lo que se desea es formar individuos respetuosos, veraces, participativos,
críticos, creativos, democráticos y justos, las interacciones deben favorecer
justamente la realización de estos valores de manera que el educando se forje una
identidad de nivel posconvencional. Es decir, no se trata simplemente de que el
educando internalice formas de regulación y forje determinadas motivaciones de
manera inconsciente; de lo que se trata es de que esas regulaciones sean
conscientes y libremente asumidas y las motivaciones se constituyan a partir de la
adhesión libre a determinados principios.
Todo esto hace necesario que la práctica docente sea lo suficientemente creativa
para colocar al educando de cara al futuro y estimular que se forme como un
orientador de su propia vida y como un crítico que busca transformar la realidad
para hacer efectivos los derechos y dignificar la vida.
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planetaria. Sólo asumimos de esta manera, los procesos educativos contribuirán a
oponer resistencia a la barbarie y a dignificar la vida.
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Sesión 5
Los valores y la educación
Sylvia Schmelkes
La formación valoral aparece como una clara exigencia de la sociedad al sistema
educativo. Adquiere diversas formulaciones según las épocas y los contextos geográficos.
Algunas de las razones más representativas que se aducen para plantear la necesidad de
una formación valoral o ética se relacionan directamente con la temática de esta
publicación, y en concreto con la perplejidad humana ante los rápidos cambios de la
sociedad global. Son, entre otras, las siguientes:
Hay una preocupación generalizada por los nuevos problemas éticos que surgen
debido al desarrollo de la ciencia y la tecnología (la bioética, la geoética, por
ejemplo). Ello debiera encontrarse incorporado en la educación, de manera que
tanto los niños como los adultos sean informados de los nuevos descubrimientos
y tengan también la oportunidad de considerar las consecuencias de estos
desarrollos desde un punto de vista ético. Ambos aspectos tiene que ver con la
calidad de vida actual e inclusive con el futuro de la humanidad.
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convierta en una fuente de riqueza en lugar de una fuente de tensión y conflicto.
El respeto universal a los demás, especialmente ahí donde existe diversidad
cultural, debe incorporarse a la actividad educativa de todo niño y adulto.
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corazones de los hombres para fincar principios y valores que auguren una
convivencia justa y fraternal.
1 .Una razón muy importante es el hecho de que los fundamentos teóricos de los
procesos de formación en el terreno socioafectivo se han desarrollado mucho
menos que los pertenecientes a los procesos formativos en el terreno
cognoscitivo. Existen, por tanto, asideros menos sólidos para los planteamientos
pedagógicos propios de la formación valoral. Por ello, las fronteras entre el
quehacer pedagógico que forma individuos autónomos capaces de estructurar
sus propios esquemas valóricos, y el quehacer pedagógico de carácter
adoctrinador, no siempre son del todo claras. El temor a caer en el
adoctrinamiento explica la resistencia de muchos actores a asumir
responsabilidades en el campo de la formación valoral.
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La cuarta razón tiene que ver con la distancia que media entre los desarrollos
teóricos relacionados con la formación valoral -que entre otras cosas enfatizan los
aspectos evolutivos del proceso- y la magnitud de las exigencias sociales que se
plantean a la escuela... Estas exigencias son en general demasiado ambiciosas,
se plantean de manera abstracta y difícilmente pueden convertirse en objetivos
evaluables.
La quinta razón, es que la escuela no puede por sí sola. Esto significa que la
escuela tendría que desarrollar su capacidad de estrechar los vínculos con las
agencias socializadoras de la comunidad con las que es posible hacerlo. Pero
también implica la necesidad de que la escuela introduzca sistemáticamente lo
que ocurre más ampliamente en la sociedad como objeto de análisis y como
problema, a lo que conviene buscarle solución colectivamente. Nuevamente se
requiere romper con un estilo de operar, tanto de la escuela como del aula, a fin
de convertir las competencias o incomunicaciones en sinergias favorables entre
agencias socializadoras.
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Actividad:
Tipos de discriminación Su influencia en escuela Posibles acciones
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Actividad:
Elabora una estrategia para promover entre tus alumnos valores morales y/o
cívicos con el propósito de ponerla en práctica, anotar los resultados
(obstáculos y posibilidades) y compartirlos con tus compañeros de grupo la
próxima sesión.
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Sesión 6
La práctica de los valores
Estadios del juicio moral de Kohlberg
Cada uno de estos tres niveles de juicio se divide a su vez en dos estadios que
expresan distintos momentos de madurez en el razonamiento moral. Estos
estadios consideran básicamente dos aspectos: los modos generales de definir lo
que es bueno y el tipo de razones que se utilizan para defender su
reconocimiento.
Nivel preconvencional
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En el segundo estadio predomina una moral instrumental e individualista. El niño
de entre ocho y doce años sigue las reglas cuando le reportan algún beneficio
inmediato. La razón para hacer lo que se considera correcto es satisfacer las
propias necesidades, reconociendo que las demás personas tienen también sus
propios intereses y entendiendo que en algunas ocasiones tales intereses son
incompatibles entre sí. La reciprocidad y equidad son elementos valorados en
términos de relaciones de mercado: intercambio concreto, trato o convenio.
Nivel convencional
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sociedad se impone a la autoridad personal característica del estadio anterior. Lo
correcto es cumplir con los propios deberes, defender las leyes sociales, mostrar
respeto por la autoridad y mantener el orden social establecido, que es
considerado como un valor en sí mismo. Las leyes son consideradas justas por
definición, mientras no entren en conflicto con otras leyes sociales, y se entiende
que éstas garantizan la justicia y la igualdad entre las personas.
Nivel posconvencional
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TOLERANCIA
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