Testigo Honesto
SI NO
SI NO
Es el testigo que sin ánimo de mentir, explica sus recuerdos en función de la exactitud de
su memoria. Generalmente es quien a sido víctima de un hecho a lo ha presenciado.
Un testigo presencial es aquella persona que ha podido observar un hecho, y por tanto
puede recordarlo más tarde. En este sentido, podríamos considerar como testigo
presencial tanto a la víctima como a aquellas personas que estuvieron en el hecho o en sus
cercanías. Generalmente, no existirá dudas de aquellos testigos que han sido víctimas o
De esta forma, asumir la importancia del testimonio presencial, supone asumir el riesgo
que implica asignar una excesiva confianza al testigo que presenta la declaración, dado
que éste por una parte, puede no querer ser honesto y mentir al prestar su declaración y
por otra parte, aún deseando ser honesto no pueda serlo, y su testimonio de cuenta de
hechos de manera distorsionada, debido a los efectos producidos por la información
recibida por el testigo después de presenciar los hechos sobre los que declara, al haber
sobre grabado nueva información (falsos recuerdos).
No obstante, la exactitud del testigo solo representa una parte del problema de los
errores judiciales, ya que, son justamente loe encargados de juzgar la exactitud del
testigo quienes deben evaluar tales aspectos. Existen numerosos antecedentes
relacionados con la influencia de la tasa de credibilidad asumida por jueves y jurados, en
relación a la identificación que realiza un determinado testigo, donde, por ejemplo, los
testigos alcanzan un 58% de acierto en la identificación de sospechosos versus el 80% de
creencia de exactitud que despiertan en el jurado.
Información Condicional:
Se relaciona con las condiciones del testigo en el momento del suceso (luz, lejanía, clima,
etc).
Corresponde a la tendencia de una persona a decir que recuerda algo sin tener en cuenta
las características de su huella de memoria, dado que la relación entre confianza y
exactitud de un testigo es nula, por lo que la seguridad no es un buen predictor de la
exactitud. Esto se puede evaluar a través de la información que sólo es conocida por el
testigo y el equipo investigador.
Es fundamental recordar que los recuerdos son influidos por el significado que damos a
los sucesos, por lo que al recordar algo, ese recuerdo no se encuentra afectado solo por
la experiencia sino que por las inferencias relativas a su significado.
Cuando uno presencia un hecho delictivo, y más aún cuando es víctima de ello, el
organismo tiende a desequilibrarse debido al quiebre que se produce en la realidad. Al
vivir o al presenciar un hecho traumático nuestro organismo desencadena una serie de
cambios fisiológicos y cognitivos, producto de la pérdida de la homeostasis que mantiene
el cuerpo humano.
Una de estas secuelas es el Trastorno de Estrés Post Traumático que lleva a la evitación
posterior de cualquier estímulo que recuerde el trauma o a la amnesia disociativa
(psicógena) que considera la incapacidad para recordar un especto importante del hecho.
La mayor parte de las investigaciones realizadas indican que los testigos víctimas son más
exactos que los testigos observadores en cuanto a la información relacionada con el
suceso y al descripción de características del sospechoso. Esto es porque las víctimas
experimentan una activación emocional mayor que los observadores, pese a que las
víctimas entreguen menos información en la medida que es más grave el delito; llegando
incluso a una crisis emocional, lo cual origina una percepción del suceso y del asaltante de
mala calidad (Ibabe, 2000).
Por otra parte el uso de armas de fuego en un hecho delictivo hace que el testigo víctima
u observador tienda a focalizar su atención sobre el arma y a no prestar atención a otros
estímulos.
Así, es normal que a los testigos que en un corto espacio de tiempo se le presentan una
amplia variedad de estímulos bajo una fuerte presión, usualmente, solo atienden a itemes
seleccionados según lo que creen más relevante, en detrimento de otros, utilizando
conceptos mas abstractos para categorizar la mayor cantidad de información posible, o
bien, huya o desvié la atención para salvaguardar la propia seguridad física. Así, lo que
sucede a nuestro alrededor lo interpretamos conforme a nuestra expectativas, motivos,
necesidades, estereotipos y sentimientos, de tal forma que los errores pueden ser
explicables a partir de estas distorsiones dado que no solo se distorsiona la información
en el momento de su codificación, sino que también a la hora de su recuperación y
comunicación tal como ya hemos visto (Burillo).
Identificación de Personas
Cuando una persona tiene que describir a otra persona o participar en la composición de
un retrato hablado, tiene que evocar el recuerdo de cómo era el autor del delito,
disociando sus características faciales. Sin embargo, la cara de las personas se almacena
como un todo y no cada rasgo facial por separado, por lo que el rendimiento en este tipo
de tareas es bajo (Ibabe, 2000).
En este sentido, es importante recordar que las personas tendemos a percibir el gestalt,
por lo tanto, no tenemos la predisposición para guardar los detalles de lo que percibimos.
La descripción física del autor de los hechos se va perfeccionando por ensayo y error
mediante l dibujo a carboncillo que se va haciendo, o ya sea usando laminas transparentes
o sistemas de rompecabezas (Urra, 2002)
En este sentido, la descripción en si puede ser un factor que afecte su propia exactitud,
ya que, una hipótesis que explica la baja correlación entre la exactitud de la descripción,
La descripción del color de pelo, los ojos y de la ropa de un sospechoso pueden ser
aspectos de importancia a la hora de identificar correctamente a un delincuente. Sin
embargo, existe una gran variedad de términos que describen tonos dentro de un mismo
color y las personas pueden atribuir designaciones diferentes a un mismo tono, esto sin
considerar que las fotografías y las grabaciones alteran los colores reales (Diges, 1998).
Son generalmente las víctimas de robos quienes realizan descripciones más completas
que las de violaciones o asaltos, y por su parte, los testigos víctimas recuerdan una mayor
cantidad de información relacionada con la apariencia física del delincuente que los
testigos observadores, los cuales dan un mayor numero de descripciones relacionadas con
la ropa.
Estereotipos
Por otra parte cuando los sujetos tienen que realizar la descripción de la apariencia física
de una persona y no tienen una imagen mental clara de las características globales,
recurren a los valores promedios de la población, vinculando o asociando de manera
arbitraria las cualidades. Es ese contexto son las personas con características
apreciadas como “Deshonestas” las que tienen una mayor probabilidad de ser
identificadas erróneamente, dado que se tiende a atribuir acciones o conductas
antisociales a personas cuyo aspecto físico no nos parece agradable o a codificar
inadecuadamente la imagen del autor debido a las ideas estereotipadas o expectativas
(Ibabe, 1999).
En este sentido, el “Retrato Hablado” o composición de caras es por lo tanto una tarea
mixta, ya que el sujeto tiene que recordar primero los rasgos del autor y al finalizar la
reconstrucción tiene que fijarse en la imagen creada para ver si recuerda al verdadero
auto.
Variables a estimar: Son aquellas que no son posible de ser manipuladas en situaciones
reales y sólo se pueden estimar a través de las declaraciones del testigo (Ibabe, 2000.).
Estas variables de relacionan con los factores que afectan los procesos de codificación y
retención, por ejemplo, el tiempo en que el sujeto permanece expuesto al material
estímulo (cara del victimario), donde no solo no se puede controlar el tiempo de
exposición sino que ni siquiera podemos asegurar que el testigo haya atendido por un
tiempo determinado al estímulo. Lo mismo sucede con el tiempo transcurrido entre el
momento en que el sujeto ve al autor del hecho y el momento en que debe reconocer al
sospechoso presentado por el tribunal o la policía., lapso que incide en el deterioro de la
huella y por ende de la calidad del recuerdo.
Otra variable a estimar es la que está relacionada con la relación que existe entre
confianza y seguridad del testigo con la predicción de su exactitud, dado que de ninguna
forma es un buen predictor. La creencia errónea de que la confianza que un testigo
manifiesta predice su exactitud, los profesionales del ámbito de la justicia pueden creer
a un testigo inexacto si manifiesta una confianza alta, y de esta manera se podría
condenar a una persona inocente (Ibabe, 2000).
Variables del sistema: Son las variables que están bajo el control del sistema judicial y
por tanto son manipulables (Ibabe, 2000.). Estas variables se relacionan con la fase de
recuperación de la información y las pruebas que el sistema judicial puede emplear para
optimizar los procesos. Entre estas se encuentran las pruebas a emplear; es decir si son
Esto posee una mayor probabilidad de ocurrencia cuando la persona inocente es vista a la
vez que el delincuente o casi al mismo tiempo, en especial cuando ambos comparten
ciertas características físicas comunes. Una vez que se ha cometido el error, es mucho
más probable que el testigo vuelva a señalar de nuevo a la misma persona como
sospechosa, sin ser culpable.
- Admitir en los juicios sólo las declaraciones dadas espontáneamente en la primera fase
de la investigación y no las que realice el testigo después de ver al inculpado, contemplar
sus fotografías o escuchar la declaración de otro testigo.
- Que sea un único testigo cada vez el que proceda a identificar al sospechoso, sin que
sus conclusiones sean oídas por los otros testigos.
- Que, entre las instrucciones impartidas a un testigo deba estar siempre la indicación de
que el sospechoso puede no estar entre los detenidos.
- Que ojalá sea realizada en una habitación por la que caminan los componentes de la
rueda, hablando entre ellos y moviéndose con entera libertad, lo que permite al testigo
fijarse en las maneras y formas espontáneas de actuar de esos componentes.
Ruedas de Identificación
Presentación Simultánea
serlo. Este juicio relativo, no es ni siquiera evitable haciendo notar al testigo que el
culpable pudiera no estar presente.
Presentación Secuencial
Esta alternativa emerge con un juicio más absoluto. La idea es que la persona evalúe el
parecido que presenta cada componente de la rueda con el hechor, tratando de decidir si
el parecido es suficiente como para poder identificar al ofensor. Se postula que el
procedimiento tiende a mejorar cuando el testigo no conoce de antemano el número total
de los componentes de la rueda. Esto es porque así se evita que el testigo se sienta
presionado a reconocer al ofensor cuando le quedan pocos componentes de la rueda que
observar.
Pruebas de Reconocimiento
Los reconocimientos por medios de set fotográficos tienden a ser más numerosos que en
una situación en vivo, por lo que se sugiere que existiría una mayor probabilidad de
realizar identificaciones falsas con esta forma de identificación.
En este mismo sentido, habría menos errores identificativos al ser presentados los
sospechosos en película y en vivo, que en fotografías y retrato hablado, dado que la
película tiene un mayor realismo y a su vez es, menos estresante que la presentación en
vivo. Del mismo modo no sería conveniente que se realice una prueba de identificación de
personas después que los testigos han visto un set de fotografías (Ibabe, 2000).
Hay que tener cuidado de que el sospechoso no sea diferente al resto de los
componentes de la rueda, evitando así el sesgo del acusado. Normalmente, se tiende a
tomar al sospechoso como el punto de referencia de la construcción de la rueda, cuando
en realidad el punto de referencia debe ser la descripción inicial del testigo y es esa
descripción la que debe guiar la elección de los distractores, dado que lo que se busca no
es un clon del sospechoso, sino que se reproduzcan las características dadas por el
testigo, teniendo cuidado de que tampoco deben diferenciarse en cuanto a vestimentas,
estatus social, raza, etc. (Valdivia, 2004).
Nunca hay que olvidar que el dictamen de la credibilidad parcial tiene como objetivo
poder determinar si un testigo presenta o no evidencias psicológicas de haber
experimentado lo que declara, procurando poder identificar las posibles interferencias
cognitivas, perceptivas, anémicas, etc. que podrían afectar su testimonio.
Bibliografía
6. Sobral, J. et al. Manual de Psicología Jurídica. Ed. Paidos. Buenos Aires, 1994.