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Modelo de las Dimensiones dela Terapia de Juego

Visión General
Los cruces intersectan y nos conducen a nuevas direcciones

El modelo de las dimensiones dela terapia de juego es el resultado de muchos años de


experiencia clínica. Nuestra tentativa es integrar distintos modelos, enfoques y teorías de
terapia infantil y de juego. Nuestra filosofía se basa en que las necesidades de los niños se
deben enfrentar a partir de enfoques terapéuticos especializados en ellos,no en adaptar
modelos de terapia para adultos a niños. Creemos firmemente en su sabiduría interior,
mientras que al mismo tiempo reconocemos el rol fundamental de la relación terapéutica
para facilitar el cambio y optimizar el crecimiento del niño.

El modelo no es normativo, sin embargo tiene como fin proporcionar al terapeuta una
forma de conceptualizar el proceso de la terapia de juego. Es útil para la mayoría de los
terapeutas, ya que permite reflexionar acerca de numerosos modelos teóricos y sus usos. Se
considera entonces comoun modelo de naturaleza ecléctica. Además es una herramienta
para tomar decisiones y planear tratamientos. Guía al terapeuta a identificar por completo
elementos críticos en el proceso de terapia. Existen tres conjeturas fundamentales: primero,
cada niño es único en lo que respecta a sus habilidades y capacidades; segundo, todos ellos
siguen un camino evolutivo en común; y tercero, el terapeuta posee un rol fundamental en
la facilitación de cambio y optimización de crecimiento. Específicamente, el objetivo
definitivo del modelo es ayudar a los terapeutas a resolver las interrogantes qué, quién,
cuándo, por qué y cómo en el proceso de terapia de juego.

LAS DOS DIMENSIONES


El modelo de dimensiones de terapia de juego identifica dos dimensiones primarias: la
dimensión de laconsciencia y la dimensión de la directividad. La dimensión de la
consciencia refleja la representación de la consciencia del menoral jugar, mientras que la
dimensión de la directividad se relaciona al grado de inmersión y nivel de interpretación del
terapeuta. Ambas dimensiones serán exploradas.

La dimensión de la consciencia(figura 2.1) está representada por las actividades y


verbalizaciones del menor al jugar.Muchos niños tienen la necesidad de generar una
distancia emocional de los asuntos que están intentando reorganizar.Existe a menudo un
proceso de entretejido, representado por movimientos de arriba a abajo en esta dimensión,
variando desde niveles de consciencia mayores a menores, o viceversa. El jugar del niño
podría ser muy directo y literal, acompañado de verbalizaciones, indicando que está
funcionando con cierto nivel de consciencia. Otras veces, el niño necesita distancia y
protección de pensamientos o sentimientos problemáticos, utilizandoen el juego situaciones
y objetos de un modo menos consciente y más simbólico.

Wilson, Kendrick y Ryan (1992) se refieren a la dimensión de la consciencia relacionándola


con el juego simbólico y su rol en la terapia de juego. Se refieren además a la teoría
evolutiva de adaptación, asimilación y acomodación de Piaget (1977) relacionándola de
misma forma con el juego simbólico. Cuando los niños experimentan unadisrupción a raíz
de una experiencia externa, sus esquemas mentales en relación a cómo se ven a ellos
mismos y/o a otros, pueden estar distorsionados y en conflicto. A través del juego
simbólicopueden llevar sus pensamientos y sentimientos disociados al plano de la
consciencia. Los símbolos utilizados en el juego pueden facilitar la organización de
esquemas cognitivos, y el niño puede comenzar a asimilar nuevas posibilidades en una
representación del pasado, lo que en sucesión le ayuda a crecer y cambiar. La capacidad de
un niño de “estar consciente de” se debe observar desde una perspectiva evolutiva.
Mientras menor sea el niño, menor es la probabilidad de que muestre consciencia de forma
directa, debido a que el lenguaje y los esquemas cognitivos aún se encuentran en desarrollo.
Wilson y sus colaboradores (1992) observan:

El insight terapéutico en niñosserá principalmente a nivel semiconsciente o empírico


más que a nivel cognitivo; a menudo los símbolos poseerán un significado privado
más que uno social. (p.35)

“Seríamos negligentes si nos refiriésemos a la dimensión de la consciencia sin


darreconocimiento a teóricos de la psicodinámica y a la Terapia Analítica de
JuegoJungiana.” (Peery, 2003). Los niños proyectan su energía interna en los juguetes, a
pesar de que es posible que no siempre estén conscientes de ello. Estos objetos o materiales
de juego pueden entonces simbolizar aquellas energías. Lo que el terapeuta decida hacer
con dichas representaciones es otra interrogante. Un terapeuta de juego influenciado por
constructos Jungianos, identificará influencias conscientes e inconscientes y, en ocasiones
durante el juego, hará observaciones interpretativas e identificará distintos temas. Se
utilizaría el término desintegración (deintegration)para indicar una posible regresión para
así acceder a materia inconsciente más profunda. Ya sea, si un terapeuta se adhiere a una
perspectiva teórica que explore completamente el nivel de consciencia de un niño, o no lo
haga, todos los terapeutastomarán decisiones en cuanto a emitir comentarios que faciliten el
proceso, además de decidir si, cuándo, por qué y cómo iniciar el juego con un niño.

Consciencia

Alta consciencia: El niño expresa


conscientemente pensamientos y sentimientos
demostrando que presenta problemas.

Inconsciencia

Menor consciencia: El niño utiliza situaciones


y objetos de juego de forma simbólica y
metafórica.

Figura 2.1 Dimensión de la consciencia.

Aquellos terapeutas que trabajan con la dimensión de la consciencia, deben tener presentes
las estrategias que utilizan los niños para enfrentar los hechos traumáticos que han vivido.
Ejemplo de estos hechos traumáticos pueden ser momentos que pusieron en riesgo sus
vidas. A partir del análisis que hicieron Pynoos y Eth (1986) de niños que habían sido
testigos de homicidios, resumieron las siguientes estrategias observables de enfrentamiento:
represión, fijación por el trauma, sublimación, negación en fantasía (el niño imagina un
resultado positivo más que uno negativo) e identificación (se identifica a sí mismo con un
padre, o una figura útil). En su descripción de las sesiones con los niños de
Chowchilla(quienes habían sido “enterrados vivos” en un autobús escolar),Terr (1994),
observó repetición compulsiva de la escena del secuestro.
Las decisiones que se toman para facilitar mayores grados de representación consciente de
pensamientos y sentimientos disociados en el juego, son cruciales. Es posible que los
terapeutas directivosse queden con la representación simbólica del juego, pero que a la vez
comiencen a mencionar posibles sentimientos, comportamientos y acciones futuras durante
la sesión de juego. Otros terapeutas pueden estructurar actividades de juego, relacionadas
con los eventos que interrumpieron su vida normal. Algunos niños entran a terapia y el
terapeuta se da cuenta de que el niño necesita explorar abiertamente y hablar de sus
preocupaciones de forma directa, como en el caso de Annie. Durante las sesiones, Annie a
menudo dejaba de jugar y contaba historias en las que decía que su hermana era malvada
yle hacía daño. La terapeuta decidió ayudar a que Annie explorara sus sentimientos hacia su
hermana directamente, pidiéndole que dibujara una escena en la que recordara a su hermana
actuando de manera “malvada”. El primer dibujo que hizo la niña era de ella misma
acostada en compañía de su hermana tocándola sexualmente. Si el terapeuta no hubiese
hecho caso a los deseos de la niña de hablar sobre su hermana, se hubiese perdido la
oportunidad de descubrir por completo lo que ocurría con ella.

Aquellos terapeutas que trabajan en la parte inferior de la secuencia de consciencia (figura


2.1) no interrumpirían el proceso del niño, sino que seguirían hacia donde éste les guíe y
confiarían en el impulso interior del niño para reorganizar sus experiencias, sin utilizar
comentarios interpretativos para llevar sus problemas al plano de la consciencia.

La dimensión de la directividad(figura 2.2) representa la actividad del terapeuta en


relación al grado de inmersión y nivel de interpretación. Inmersión se refiere al grado en el
que el terapeuta entra y dirige el juego. En el nivel más bajo de directividad, el terapeuta
está siguiendo el juego a través de la observación y reflexión, y no involucrado en un juego
interactivo con el niño. En el extremo superior, el terapeuta ha entrado en el juego como un
co-facilitador, y forma parte de manera activa en la elaboración y extensión del juego.

No Directivo Directivo

Baja inmersión: Alta inmersión:

El terapeuta sigue la dirección del niño. El terapeuta es más activo y directivo.

En la figura 2.2, un terapeuta trabajando en el extremo izquierdo del diagrama, estaría


menos inmerso en el juego, y observaría al niño dirigirlo completamente. Muchos
terapeutas de juego han sido entrenados bajo enfoques no directivos. Por ejemplo,pioneros
como Axline (1969) seguían el enfoque Rogeriano (Rogers, 1951). Axline describió los
principios de la relación niño-terapeuta, en los cuales enfatizaba el rol del niño en la toma
de decisiones y en la obtención de cambios.

El terapeuta no intenta dirigir las acciones o conversación del niño de forma alguna.
El terapeuta no pretende apresurar el curso de la terapia, el terapeuta establece sólo
aquellas limitaciones que son necesarias para mantener la terapia anclada a la
realidad y hacerle saber al niño su responsabilidad en la relación. (Cattanach, 2003)

Otros profesionales, tales como Landreth y Sweeney (1999) enfatizaron aún más el trabajo
no-directivo de Axline cuando describieron el enfoque de juego de terapia centrado en el
niño. Se enfocan en la persona que es éste, en la participación del terapeuta que no es
normativa ni para emitir diagnósticos y destacan la capacidad innata que poseen los niños
para dirigir su propio crecimiento y sanación. La terapia de juego centrada en el niño se
basa en la filosofía, y el terapeuta trabaja para comprender la percepción que tiene el niño
de su propia realidad, más que para introducir su propia visión acerca de éste. Al igual que
Axline, Landreth sigue los constructos de personalidad Rogerianos de: 1) la persona, 2)
campo fenoménico, y 3) el concepto de “sí mismo”. Estos teóricos, entre otros, describen
los distintivos del extremo no-directivo de la dimensión de la directividad.

En el extremo derecho de la figura 2.2, el terapeuta estaría completamente inmerso, esto se


refleja por la participación del niño y el terapeuta en actividades estructuradas por el
terapeuta. A pesar de haber sido definida como menos “directiva” y más “activa” por
Kottman (2003), la terapia de juego Adlerianaexplica la dimensión directiva en cuanto a
los progresos de terapia. El terapeuta Adleriano puede trabajar con el niño de forma no-
directiva en un comienzo, pero a través del tiempo puede tornarse más directivo, a medida
que va modelando al niño y enseñándole habilidades pro-sociales para ayudarlo a
conectarse con otros. Adler (1937, 1954, 1958) afirmaba que los individuos son seres
integrados socialmente, orientados a metas, subjetivos y creativos. Las actividades
terapéuticas pueden incluir técnicas para dibujar a la familia, interrogar al niño acerca de
primeros recuerdos, ayudarlo a ganar insightpersonal y la utilización de la meta-
comunicación (en donde el terapeuta hace una interpretación directa de un patrón de
interacción observado). En este enfoque de terapia se destacan etapas estructuradas,
diferenciándose de los enfoques no estructurados y no-directivos de los terapeutas
influenciados por Rogers.

Otros enfoques teóricos, como el Gestalt (Oaklander, 2003), Theraplay (Munns, 2000), la
terapia de juego eco-sistémica (O’Connor, 1997) la terapia de juego cognitivo conductual
(Knell, 1999, 2003) y la terapia de juego normativa (Schaefer, 2003), pueden ser
representados en el extremo derecho del diagrama. Evidentemente, a medida que el
terapeuta tome decisiones a través del proceso de juego, el grado de directividad y de
inmersión podrá ir cambiando en cualquier dirección.

Las relaciones son recíprocas, como se demuestra en la dimensión directiva. Estructurar


una parte de la interacción del juego, no necesariamente debilita el proceso completo. Hay
momentos en los que el niño necesita escoger y dirigir la actividad. De todos modos,
también hay momentos en los que el niño se queda inmóvil, mirando al terapeuta para que
éste le dé una instrucción o estructura. La libertad con la que se puede ver la directividad, le
permite al terapeuta entretejer rápidamente roles y actividades, otorgando movimiento a lo
largo de la dimensión directiva. Cuando el terapeuta trabaja de forma estratégica, el niño
puede ser capaz de integrar o utilizar la intervención terapéutica de manera provechosa a
través de la liberación de tensiones, de la solución de problemas, o de nuevas formas de
verse a sí mismo. Esto ejemplifica el poder de la naturaleza interactiva de las relaciones
humanas en el marco de la terapia de juego.

LOS CUATRO CUADRANTES

A continuación se describirá brevemente los cuatro cuadrantes del modelo de dimensiones


de terapia de juego, que se muestra en la figura 1.1. Los cuadrantes otorgan una estructura
de organización al terapeuta. Sin importar en qué orientación teórica trabajen, serán capaces
de identificar los niveles en los que dirigen, sus niveles de inmersión, y el grado en el cual
facilitan que el niño esté consciente de lostemas y actividades de juego que van surgiendo.
A primera vista, uno puede interpretar los cuatro cuadrantes como un medio para identificar
distintas opciones para practicar como terapeuta. A pesar que esto se puede lograr, los
cuadrantes también son una ventana a la posibilidad de utilizar diversas intervenciones y
modelos de terapia durante una sesión o una serie de sesiones.Un mismo terapeuta puede
trabajar en todos los cuadrantes dependiendo de la forma de ser del niño, las necesidades
que presente, la capacidad que tenga para jugar y la etapa de desarrollo en la que se
encuentre. Los cuatro cuadrantes representan un modelo con la cualidad de poder realizar
desplazamientos dentro de él. El proceso de terapia podría partir en cualquier cuadrante,
dependiendo de las variables en la toma decisiones. No existe orden prescrita.

PRIMER CUADRANTE: UTILIZACIÓN ACTIVA (CONSCIENTE/NO-


DIRECTIVO)

En la esquina superior izquierda de la figura 1.1, se encuentra el primer cuadrante


de“utilización activa”.

En este cuadrante, el niño inicia el juego utilizando sus propias metáforas, símbolos y/o
verbalizaciones concretas. Este cuadrante se ubica en una posición no-directiva pero más
consciente en el diagrama. Es distinto a trabajar en el tercer cuadrante (que también se
ubica en el costado izquierdo) debido a las constantes observaciones interpretativasque
emite el terapeuta que dan como resultado respuestas conscientes del niño. En varios puntos
el terapeuta entra al juego con el niño y lo expande hacia el plano de la consciencia. Con
frecuencia se acude a la“utilización activa” de forma brevee imperiosa. En este cuadrante es
de gran valor contar con un modelo de interpretación. Aquellos terapeutas que valoran el
estado consciente del niño, creen en la importancia de las observaciones interpretativas y a
la vez piensan que poseen un rol importante a la hora de ayudar al niño a reorganizar sus
sentimientos, pensamientos y comportamientos disociados. Por ende, se encontrarán
trabajando a menudo en este cuadrante.

SEGUNDO CUADRANTE: DISCUSIÓN ABIERTA Y EXPLORACIÓN


(CONSCIENTE/DIRECTIVO)

El segundo cuadrante, ubicado en la parte superior derecha de la figura 1.1, es el de la


discusión abierta y exploración. A un terapeuta que trabaje en este cuadrante se le observará
iniciando y estructurando actividades de juego relacionadas a los problemas presentados
por el paciente. El niño puede haber sido enviado a terapia por hechos particulares, tales
como autocontrol, ansiedad, depresión, abuso sexual o agresión, entonces el terapeuta
someterá al niño a intervenciones concretas y a un alto nivel de consciencia. Al trabajar en
este cuadrante, el terapeuta estará principalmente utilizando enfoques de terapia de
desarrollo susceptible y cognitivo e involucrará que el niño procese sus asuntos de manera
consciente. Las actividades basadas en juegos estructurados pueden incluir juegos de mesa
terapéuticos, ejercicios de dibujo, actividades de externalización, juegos de roles,
reconstitución en la caja de arena, juegos con barajas de tarjetas que contengan
sentimientos, etc. El terapeuta podrá decidirse a trabajar en este cuadrante cuando el niño
requiera mayor estructura o sea incapaz de reorganizar eventos traumáticos en el curso
normal del juego. En el segundo cuadrante se observa al terapeuta introducirle al niño el
nivel más alto de consciencia y dirección. Algunos terapeutas fueron entrenados para
otorgar dirección y realizar actividades estructuradas para intervenir en el paciente. Así es
como funciona este cuadrante.

TERCER CUADRANTE: RESPUESTAS NO INTRUSIVAS (INCONSCIENTE/NO


DIRECTIVAS)

Se dice que un terapeuta está trabajando en este cuadrante cuando se observa al niño iniciar
y dirigir completamente el juego. Si el terapeuta trabaja principalmente en este cuadrante,
se dice que el juego posee un valor intrínseco y que está orientado a procesos. El terapeuta
generalmente facilita el juego siguiendo la dirección que el niño le indique. Puede que el
terapeuta escuche una serie de reacciones, tales como “ahora el bebé está siendo
alimentado” o afirmaciones reflexivas acerca de un personaje o un estado de ánimo. No
será un intento del terapeuta interpretar, hablar acerca de dichos asuntos ni traerlos a la
consciencia del niño. Si un niño solicita al terapeuta que se una al juego, dependerá de la
orientación del profesional si éste aceptará entrar o no. Si el terapeuta se une al juego como
resultado de la invitación del paciente, recibirá todas las direcciones del niño respecto a
cómo utilizará su personaje y qué lo que éste dirá. Se hace mucho énfasis en las habilidades
interiores que posee el niño para procesar asuntos traumáticos o estresantes a través del
juego, sin una intervención estructurada del terapeuta. El terapeuta se mantiene
completamente presente y atento mientras va siguiendo las secuencias y los temas del niño
al jugar, para hacer un análisis y reflexión una vez terminada la sesión. Este cuadrante es el
más parecido al segundo cuadrante, de “discusión abierta y exploración”. Pareciera que la
cantidad de terapeutas que han sido entrenados bajo enfoques de terapia directivos es
aproximadamente la misma que aquéllos que han sido entrenados bajo enfoques no
directivos. El modelo de dimensiones de terapia de juego considera importantes y útiles
aambos enfoques, y en ocasiones se puede utilizar ambos en una misma terapia, o en una
sesión determinada, dependiendo del paciente y del terapeuta.

CUARTO CUADRANTE: EL ROL CO-FACILITADOR


(INCONSCIENTE/DIRECTIVA)

El cuadrante del rol co-facilitador se encuentra en la esquina inferior derecha de la figura


1.1. Aquí, inicialmente se observa al niño como director del juego. La actividad que el
terapeuta ejecuta en este cuadrante hace que se diferencie de todos los cuadrantes
anteriores. Es aquí donde el terapeuta ha entrado al juego a solicitud del niño. Ha observado
y se ha mantenido al tanto de los distintos temas y patrones. Entonces toma la decisión de
evaluar una hipótesis o elaborar un juego en el que añadirá observaciones, acciones e
interpretaciones dentrodel contexto del juego. Lo que diferencia este cuadrante de los
otros, es que el terapeuta se mantiene en el juego y lo va elaborando para ayudar al niño,
evitando el looping(segmentos de juego incompletos y circulares) y la repetición
compulsiva. Las actividades de terapia de este cuadrante son más directivas que las del
tercer cuadrante, sin embargo el terapeuta no intenta discutir directamente o interpretar el
juego con el niño en el plano consciente. A través de los personajes y acciones de los niños
al jugar, el terapeuta puede evaluar distintas hipótesis referentes a lo que el paciente intenta
revelar. El terapeuta puede introducir nuevos personajesal juego (no para ser usados o
representados por el niño) que desempeñen funciones como personajes útiles, inútiles o
puede introducir incluso más de un personajea fin de que el conflicto interior del paciente
se manifieste. El objetivo de trabajar en este cuadrante es convertirse en un co-facilitador
del juego, con el propósito de abrir nuevos caminos para que el niño se exprese, procese y
diferencie emociones y experiencias internamente. Cuando se observa jugar al niño, esto
ocurre naturalmente. Cada niño se adhiere y elabora el juego del otro. Crean una historia y
proyectan a ésta nuevas ideas, temas, conflictos y soluciones. Es la naturaleza interactiva
del juego la que surge para hacerlo entretenido. La actividad en este cuadrante está más
asociada a quedarse en la fantasía y simbolismo del jugar del paciente.
FACTORES RELACIONADOS AL DESPLAZAMIENTO ENTRE CUADRANTES

El modelo de dimensiones de terapia de juego ayuda al terapeuta a considerar


desplazamientos desde los puntos originales a otras posibilidades de intervención. Muchos
terapeutas enfocan la terapia desde una orientación terapéutica específica, y, por
consiguiente, comienzan la terapia desde un cuadrante en particular. Algunos terapeutas,
como los centrados en el niño(Landreth, 2002; Landreth y Sweeney, 1999) permanecerán
trabajando en dicho cuadrante debido al fuerte respaldo filosófico que los lleva a hacerlo.
El modelo no asume que debe existir desplazamiento; sino que considera todas las
orientaciones teóricas como importantes y válidas. Por consiguiente, está destinado a
ayudar a que los terapeutas identifiquen y evalúen sus actividades con los pacientes. Por
ejemplo, si un terapeuta practicara la terapia centrada en el niño y por ende sólo trabajara
en el tercer cuadrante, esto se consideraría como un uso consciente del “sí mismo” en el
campo de las posibilidades terapéuticas.

Más que intentar sugerir que los terapeutas deben identificarse trabajando en alguno de los
cuatro cuadrantes, el modelo de dimensiones de terapia los invita a ver las actividades
terapéuticas como actividades dinámicas que se basan en un número de factores, como la
etapa del proceso terapéutico, las respuestas del niño al terapeuta, la capacidad de jugar del
niño, la conducción y dirección que el niño hace en el juego, el contexto del problema
presentado, plazos, y parámetros en el sistema. El modelo sugiere que el terapeuta puede,
pero no es deber restringirse a la práctica de un sólo enfoque; más bien, pueden considerar
sus roles y uso del “sí mismo” en las sesiones de juego como continuas y evolutivas, sesión
a sesión, momento a momento. El modelo permite a los terapeutas utilizar numerosos
estilos de intervención y elabora ideas presentadas en la terapia de juego normativa
(Schaefer, 2003). Schaeferse refiere a la idea de incorporar teorías y técnicas de distintas
escuelas de juegos de terapia. Se insta a los terapeutas que trabajan con la terapia normativa
a utilizar diversos modelos e intervenciones relacionadas, con el objetivo de abordar por
completo el espectro de problemas presentes. Entonces el terapeuta recurrirá a su vasto
conocimiento, así como también a estudios basados en la evidencia, para construir e
individualizar un plan de tratamiento. Posteriormente, se eligen las actividades que se
relacionan con la conceptualización de casos.

El modelo de dimensiones de terapia de juego considera los argumentos establecidos por la


terapia de juego normativa y otorga una visión del proceso,si es que el terapeuta hiciera uso
del “sí mismo” a lo largo de una serie de posibilidades. Es una vía para que el terapeuta
identifique el quién, qué, cuándo, por qué y cómo del proceso terapéutico. El profesional
también será capaz de analizar su propio desplazamiento entre los cuadrantes a través de la
evaluación de situaciones,como por ejemploevaluar el grado en el que él mismo es
directivo o interpretativo.

GRADO DE REORGANIZACIÓN: EL PROCESO DEL PACIENTE


¿Cómo sabe el terapeuta cuando el niño está progresando en la terapia? La mayoría de los
terapeutas coinciden en que no reconocerían con exactitud las variables que facilitan la
reintegración, reorganización y procesos de un niño. De hecho, quizás nunca sea posible
reconocer estas variantes, y tampoco es necesario hacerlo. Sí es necesario, conocer los
“desplazamientos” en los indicadores de reorganización en la terapia de juego. Un objetivo
común de la terapia de juego, pareciera ser ayudar al paciente a reorganizar y re-asimilar (o
asimilar por primera vez) los diferentes pensamientos, sentimientos y comportamientos con
el fin de generar un fortalecimiento personal y un crecimiento y desarrollo óptimos.En el
sondeo de 12 enfoques terapéuticos distintos que realizó Goldfried (1998), declaró que la
experiencia correctiva se consideraba esencial, crucial, y fundamental en el proceso de
cambio. El modelo de dimensiones de terapia de juego puede otorgar una estructura o
marco para observar y seguir el proceso de reorganización e integración del niño.

Durante la sesión terapéutica, las actividades que practica el terapeuta junto con la
dirección y el nivel de consciencia del niño,se pueden identificaren cada uno de los cuatro
cuadrantes antes vistos. Aun cuando el terapeuta se siente mayormente identificado con un
sólo cuadrante, en él, existe un nivel oscilante de directividad y consciencia. El modelo de
dimensión de la terapia de juego brinda al terapeuta un mapa en el cual se puede observar e
identificar las metas e impulsos de un niño. Existe un punto de encuentro entre las
dimensiones directivas y las no directivas, y también entre las conscientes e inconscientes.
Esta misma intersección es la que otorga al terapeuta una manera de categorizar lo que está
ocurriendo y así reaccionar de forma apropiada durante la sesión. Es posible optimizar el
aumento de reorganización del paciente al considerar actividades normalmente utilizadas en
otro cuadrante. Valga como ejemplo un niño que ha estado dirigiendo una un juego
altamente metafórico (tercer cuadrante, “respuesta no intrusiva”) y repentinamente se
escapa de este juego yde forma directa comienza a relatar hechos acerca de su vida y ciertas
circunstancias específicas al terapeuta. En ese momento, el profesional podrá elegir
desplazarse del tercer cuadrante al segundo, de “discusión abierta y exploración”. El
modelo de las dimensiones respalda los desplazamientos entre cuadrantes durante las
sesiones si es que el terapeuta tiene un buen motivo para hacerlo; y además, si es que se
consideran las necesidades, capacidad y desarrollo del paciente. Los terapeutas no pueden
prescribir ni organizar desplazamientos terapéuticos antes de una sesión; por el contrario, es
durante la sesión cuando el terapeuta debe permanecer flexible y dispuesto a conocer las
necesidades del paciente. Por ejemplo, un niño puede revelar repentinamente que sufrió
abusos, sin que este hecho se hayamanifestado en la primera entrevista. En la mayoría de
los casos, el terapeuta elegirá mudarse al segundo cuadrante para ayudar al niño a
expresarse acerca de las circunstancias que vive. Dentro de esta misma sesión, el terapeuta
puede devolverse al tercer cuadrante de respuesta no intrusiva, o al cuarto cuadrante de rol
co-facilitador. Cualquiera sea la dirección que éste escoja, el terapeuta posee el rol de asistir
en el proceso de reorganización. El hecho de permanecer en un sólo cuadrante o regirse
bajo un sólo estilo terapéutico no ayudará a optimizar el flujo de reorganización del
paciente.Frances, Clarkin y Perry (1984), describen el concepto de tratamiento diferencial y
señalan que cada paciente es único. Además afirman que es posible que un enfoque
terapéutico no sea efectivo para todos.Es por esto que el acceso a distintas formas de
trabajo para poderbrindar solución adistintas problemáticas, aumentará la eficacia de la
terapia.

El niño puede mostrar al profesional su proceso de integración de forma directa e indirecta.


Algunos niños, como en el ejemplo de más arriba, se presentan con la necesidad de abordar
directamente sus preocupaciones o problemas y a la vez buscan que el terapeuta les otorgue
una retroalimentación directa. Puede que esto sea una demostración de capacidad y
necesidad de un cierto nivel de consciencia. Otros demostrarán un nivel de fragilidad o de
estado defensivo que requiere tiempo y ser abordado de forma dirigida al niño, para obtener
un mismo fin. La reorganización puede ocurrir de distintas formas y no siempre requiere de
una discusión directa ni de ser llevada al plano de la consciencia o ser generalizada para
que resulte útil. De todas maneras, algunos terapeutas, creen que el cambio también se debe
generar a niveles verbales y cognitivos (además de la experiencia de juego simbólico) y
esto se logra parcialmente a partir del estímulo para generar insighty una variedad de
niveles de resolución de problemas (O’Connor, 2000). Generalmente los niños procesan e
integran nuevos conocimientos y significados a través del juego. Algunos tienen más
dificultades que otros para lograr todo lo que necesitan a través de juegosdirigido
porellos,debido a que sus niveles de capacidad para jugar son diferentes. Otros factores que
se deben considerar a la hora de evaluar la reorganización incluyen hacer seguimientos de
temas repetitivos, de segmentos de juegos incompletos e identificar los loops repetitivos a
los cuales falte dar solución o término. En caso de que se observen estos factores, el
terapeuta podrá escoger trabajar desde otro cuadrante, ya sea de forma momentánea, por
una sesión entera o por una serie de sesiones. Estas decisiones son del terapeuta, sin
importar cuál haya sido su entrenamiento. Eluso que hace el terapeuta de“sí mismo”, se
refleja a menudo por la naturaleza de su participación en el juego. Hay distintos grados de
inmersión, representados por lo que se observa en las actividades y comportamientos del
terapeuta durante la sesión. Durante una sesión determinada: ¿Está el terapeuta dentrode la
experiencia de juego interactivo? O, ¿Está el terapeuta presente de forma reflexiva y no
realmente involucrado en el mismo? No existe una versión “correcta” de inmersión, sin
embargo el profesional debe ser capaz de decidir cuándo, cómo y a qué grado realizar la
inmersión con el propósito de facilitar el crecimiento y cambio del paciente. El Grado de
Inmersión: El uso de la Balanza Personal del terapeuta, identifica cinco categorías de
inmersión que se describen en el capítulo 10.

Cada enfoque de terapia de juego describe roles del terapeuta. Las indicaciones y
contraindicaciones referentes al grado de inmersión en el proceso terapéutico soninherentes
a estas descripciones. Al describir el rol del terapeuta en la “terapia de juego eco-
sistémica”, O’Connor (2000) indicó un alto nivel de inmersión en el proceso terapéutico.
Desde un comienzo se enfrenta el establecimiento de un contrato de tratamiento específico
con el niño (y si es posible, con el tutor). La discusión abierta y la exploración,
ejemplificadas en el segundo cuadrante, son partes del enfoque de la terapia eco-sistémica.
Los terapeutas que se rigen bajo este enfoque, estarán continuamente tomando decisiones
en referencia a los objetos de juego y sus propósitos, mientras los relacionarán a las metas
de desarrollo identificadas en dicho contrato. En varios puntos, el terapeuta se encontrará
altamente inmerso en la sesión de juego, a medida que vaya ayudando a solucionar los
problemas del niño ya sea de forma abierta o secretamente.

Landreth describe el rol del terapeuta como facilitador y como una forma de compañía para
el niño. Por lo tanto, los terapeutas que se enfocan en terapias centradas en niños, no son
directivos, no participan en la resolución de problemas, no interrogan al niño ni le dan
explicaciones. El terapeuta que se centra en el niño, está menos inmerso y se enfoca
principalmente en el proceso terapéutico y en la dirección que el mismo paciente hace. En
el extremo inferior de la escala de inmersión, el terapeuta estaría participando a través de su
presencia física-emocional y facilitando respuestas. Esta forma de participación se
ejemplifica con el tercer cuadrante, de respuestas no intrusivas.

El uso del “sí mismo” en la terapia analítica de juego Jungiana, también se puede observar
desde el plano de la inmersión. Principalmente dirigida por el niño, esta terapia es sensata
respecto a cuán activo participa el terapeuta en el juego. El terapeuta, susceptible a temas
simbólicos y arquetípicos, revisa las hipótesis y es posible que en ocasiones elabore
interpretaciones, pero éstas se mantienen dentro de la metáfora del juego. El terapeuta
puede jugar con el niño si es que éste lo invita, pero imitará y coincidirá con la intensidad
que el niño establezca, independiente de cuál sea el contenido del juego. Será importante
considerar un ambiente de juego seguro, adherirse al inconsciente del niño y generar una
transferencia y contratransferencia de situaciones. Un terapeuta analítico Jungiano
generalmente se desplazará entre el primer, tercer, y cuarto cuadrante. El grado de
inmersión se basará en las actividades de comportamiento que el terapeuta elija en
cualquier momento de la sesión.

Los terapeutas Ericksonianos se abstienen a la utilización de etiquetas de diagnóstico y se


enfocan en la constitución única de cada niño prestando atención a los problemas o
situaciones del presente contra los del pasado, (Mills, 2001). El uso de “sí mismo” que
utiliza el terapeuta se basa en la búsqueda y en la identificación de patrones de convicción,
comportamiento y motivación de cada individuo. A menudo las intervenciones se presentan
de forma metafórica, tales como narración de historias (Mills), arte (Mills y Crowley 1986),
rituales y ceremonias (Mills, 1989; Gilligan, 1987) y metáforas (Mills y Crowley, 1986,
1988; Mills, 1999). El terapeuta Ericksoniano es generalmente no-interpretativo y el
sentido que se le otorga a diversas situaciones deriva del punto de vista del niño. Todo
cobra sentido cuando se crea una sensación de seguridad en la relación y estosucederá
exclusivamente cuando el terapeuta se haya sumergido por completo en el mundo del niño.
Los terapeutas Ericksonianosintercalan sus terapias con sugerencias que generan
conversaciones y actividades con sus pacientes. El propósito de brindar sugerencias es
generarles un impacto a nivel subconsciente. (Erickson, 1996/1980; Erickson y Rossi,
1980).

Los terapeutas Ericksonianos se identifican con el tercer y cuarto cuadrante, ya que valoran
extremadamente el poder del inconsciente para generar cambios en el paciente. En la mitad
inferior del modelo de dimensiones, los terapeutas que trabajan en el tercer y cuarto
cuadrante pasan más tiempo trabajando con los procesos inconscientes del niño. En cambio,
en el primer y segundo cuadrante el terapeuta se enfoca en llevar las situaciones al plano de
la consciencia del niño. Por lo tanto, los terapeutas Ericksonianos serán menos directivos y
estarán moderadamente inmersos en las sesiones, dependiendo de las necesidades del
paciente.

Los terapeutas Gestalt (Oaklander, 2003), se puedenconsiderar altamente inmersos y


activos en una terapia, o no. Ello dependerá de quién esté conduciendo el juego.

La interacción con el niño es de alto valor, por lo tanto cada sesión debe ser considerada
individualmente para identificar qué tan inmerso se volverá el terapeuta y por qué.Los
terapeutas cognitivo-conductual (Knell, 2003) se pueden considerar desde moderadamente
hasta altamente inmersos en el juego. Ya sea si se mantiene en la metáfora del juego
(utilizando objetos de juego), si se introduce directamente un ejercicio cognitivo escrito, o
si se desarrolla actividades; se considera que el terapeuta está altamente involucrado e
inmerso. El terapeuta de juego normativo se capacita bajo una variedad de enfoques
terapéuticos, y para tomar la decisión de cómo trabajará con un paciente en particular, se
basará en los estados o trastornos de éste (Schaefer, 2003). En este caso el grado de
inmersión que tendrá el terapeuta en el juego, dependerá de los problemas que presente el
niño. La inmersión del terapeuta podría variar desde muy baja a muy alta. Los terapeutas
Adlerianos estarán, en ocasiones, altamente inmersos en el juego. El uso del “sí mismo” de
un terapeuta Adleriano será a modo de profesor, compañero de juego, interrogador e
intérprete (Kottman, 2003b). Respecto a la creación de una relación, durante la primera fase
de le terapia, el terapeuta Adleriano estará menos inmerso en el juego ya que utilizará su “sí
mismo” de forma no directiva; mientras que, durante la segunda y tercera fase el terapeuta
estará altamente inmerso, en base a una exploración y discusión directa y en el uso de
estrategias interpretativas.

Existen diversos enfoques de terapia, y estos son sólo algunos ejemplos de los usos del “sí
mismo” que efectúan los terapeutas y de los grados de inmersión en los que pueden
trabajar. Existen variadas formas de “utilizar” el sí mismo en la terapia de juego. ¿Qué tan
inmerso está el terapeuta y por qué? Esta es una interrogante que se responderá al intervenir
atenta y conscientemente en niños y familias.

NIVEL DE INTERPRETACIÓN DEL TERAPEUTA


¿Qué tan interpretativo es el terapeuta? Esta interrogante se relaciona con elgrado de
inmersión del terapeuta. Cada enfoque de terapia lleva al terapeuta a considerar el contexto
y valor de la interpretación. Algunos enfoques son relativamente no-interpretativos,
mientras que otros son altamente interpretativos. A menudo se hacen interpretaciones
generales que forman parte de la conceptualización de caso, mientras que el emitir
comentarios o verbalizaciones forma parte del tratamiento en sí. Se pueden realizar
interpretaciones y mantenerlas dentro la metáfora del juego, dentro de la relación
terapeuta/niño, o generalizarlas a asuntos relacionados con el mundo exterior del niño. El
uso que dan los terapeutas a la interpretación, se considera como una forma de mecanismos
terapéuticos de cambio.

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