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relacionados con la arquitectura, escultura y pintura española del siglo XVI.
En lo concerniente a la pintura renacentista del siglo XVI hay que tratar a Juan de
Juanes, Alonso y Pedro Berruguete, Sánchez Coello, Juan Pantoja de la Cruz,
Luis de Morales "El Divino" pero muy especialmente el sublime y espiritual genio
del manierismo "El Greco".
ETAPAS HISTÓRICAS
Diferentes etapas históricas marcan el desarrollo del Renacimiento:
Quattrocento
Tiene como espacio cronológico todo el siglo XV, es el denominado Quattrocento,
y comprende el Renacimiento temprano que se desarrolla en Italia.
Cinquecento
La segunda, afecta al siglo XVI, se denomina Cinquecento, y su dominio artístico
queda referido al Alto Renacimiento, que se centra en el primer cuarto del siglo.
Esta etapa desemboca hacia 1520-1530 en una reacción anti clásica que
conforma el Manierismo.
ARQUITECTURA
Arquitectura del Renacimiento o renacentista es aquella diseñada y construida
durante el período artístico del Renacimiento europeo, que abarcó los siglos XV y
XVI. Se caracteriza por ser un momento de ruptura en la Historia de la
Arquitectura, en especial con respecto al estilo arquitectónico previo: el Gótico;
mientras que, por el contrario, busca su inspiración en una interpretación propia
del Arte clásico, en particular en su vertiente arquitectónica, que se consideraba
modelo perfecto de las Bellas Artes.
Produjo innovaciones en diferentes esferas: tanto en los medios de producción
(técnicas de construcción y materiales constructivos) como en el lenguaje
arquitectónico, que se plasmaron en una adecuada y completa teorización.
Otra de las notas que caracteriza este movimiento es la nueva actitud de los
arquitectos, que pasaron del anonimato del artesano a una nueva concepción de
la profesionalidad, marcando en cada obra su estilo personal: se consideraban a sí
mismos, y acabaron por conseguir esa consideración social, como artistas
interdisciplinares y humanistas, como correspondía a la concepción integral del
humanismo renacentista. Conocemos poco de los maestros de obras románicos y
de los atrevidos arquitectos de las grandes catedrales góticas; mientras que no
sólo las grandes obras renacentistas, sino muchos pequeños edificios o incluso
meros proyectos, fueron cuidadosamente documentados desde sus orígenes, y
objeto del estudio de tratadistas contemporáneos.
ESCULTURA
La escultura del Renacimiento en España tiene una clara influencia italianizante, a
la que no son ajenas al relación entre Aragón e Italia.
MIGUEL ANGEL
(Miguel Ángel Buonarrotti, en italiano Michelangelo; Caprese, actual Italia, 1475 -
Roma, 1564) Escultor, pintor y arquitecto italiano. Habitualmente se reconoce a
Miguel Ángel como la gran figura del Renacimiento italiano, un hombre cuya
excepcional personalidad artística dominó el panorama creativo del siglo XVI y
cuya figura está en la base de la concepción del artista como un ser excepcional,
que rebasa ampliamente las convenciones ordinarias.
Durante los cerca de setenta años que duró su carrera, Miguel Ángel cultivó por
igual la pintura, la escultura y la arquitectura, con resultados extraordinarios en
cada una de estas facetas artísticas. Sus coetáneos veían en las realizaciones de
Miguel Ángel una cualidad, denominada terribilità, a la que puede atribuirse la
grandeza de su genio; dicho término se refiere a aspectos como el vigor físico, la
intensidad emocional y el entusiasmo creativo, verdaderas constantes en las obras
de este creador que les confieren su grandeza y su personalidad inimitables.
La vida de Miguel Ángel transcurrió entre Florencia y Roma, ciudades en las que
dejó sus obras maestras. Aprendió pintura en el taller de Ghirlandaio y escultura
en el jardín de los Médicis, que habían reunido una excepcional colección de
estatuas antiguas. Dio sus primeros pasos haciendo copias de frescos de Giotto o
de Masaccio que le sirvieron para definir su estilo.
A pesar de que su padre se casó cuatro veces, sólo tuvo hijos (once en total, con
los que Leonardo acabó teniendo pleitos por la herencia paterna) en sus dos
últimos matrimonios, por lo que Leonardo se crió como hijo único. Su enorme
curiosidad se manifestó tempranamente, dibujando animales mitológicos de su
propia invención, inspirados en una profunda observación del entorno natural en el
que creció. Giorgio Vasari, su primer biógrafo, relata cómo el genio de Leonardo,
siendo aún un niño, creó un escudo de Medusa con dragones que aterrorizó a su
padre cuando se topó con él por sorpresa.
Era un joven agraciado y vigoroso que había heredado la fuerza física de la estirpe
de su padre; es muy probable que fuera el modelo para la cabeza de San Miguel
en el cuadro de Verrocchio Tobías y el ángel, de finos y bellos rasgos. Por lo
demás, su gran imaginación creativa y la temprana maestría de su pincel, no
tardaron en superar a las de su maestro: en el Bautismo de Cristo, por ejemplo,
donde un dinámico e inspirado ángel pintado por Leonardo contrasta con la
brusquedad del Bautista hecho por Verrocchio.
El joven discípulo utilizaba allí por vez primera una novedosa técnica recién
llegada de los Países Bajos: la pintura al óleo, que permitía una mayor blandura
en el trazo y una más profunda penetración en la tela. Además de los
extraordinarios dibujos y de la participación virtuosa en otras obras de su maestro,
sus grandes obras de este período son un San Jerónimo y el gran panel La
adoración de los Magos (ambos inconclusos), notables por el innovador
dinamismo otorgado por la maestría en los contrastes de rasgos, en la
composición geométrica de la escena y en el extraordinario manejo de la técnica
del claroscuro.
RAFAEL
Raffaello Santi o Sanzio; Urbino, actual Italia, 1483 - Roma, 1520) Pintor y
arquitecto italiano. Sus obras representan el paradigma del Renacimiento por su
clasicismo equilibrado y sereno basado en la perfección de la luz, la composición y
la perspectiva.
Su padre, que fue el pintor y humanista Giovanni Santi, lo introdujo pronto en las
ideas filosóficas de la época y en el arte de la pintura, pero falleció cuando Rafael
contaba once años; para ganarse la vida, a los diecisiete años trabajaba ya como
artista independiente.
No se conoce con exactitud qué tipo de relación mantuvo Rafael con Perugino, del
que unos lo consideran discípulo y otros socio o colaborador. Sea como fuere, lo
cierto es que superó rápidamente a Perugino, como se desprende de la
comparación de sus Desposorios de la Virgen con los de este último. Desde 1504
hasta 1508, trabajó fundamentalmente en Florencia, en donde recibió la influencia
del arte de Leonardo da Vinci y Miguel Ángel.
De entre sus obras de este período (El sueño del caballero, Las tres Gracias), las
más celebradas son sus variaciones sobre el tema de la Virgen y la Sagrada
Familia. Los personajes sagrados, dotados de cautivadores toques de gracia,
nobleza y ternura, están situados en un marco de paisajes sencillos y tranquilos,
intemporales. En estas telas, Rafael da muestras de su inigualable talento para
traducir a un lenguaje sencillo y asequible los temas religiosos. Su maestría en la
composición y la expresión y la característica serenidad de su arte se despliegan
ya en plenitud en la Madona del gran duque, La bella jardinera o La Madona del
jilguero, entre otras obras.
En 1508, el papa Julio II lo llamó a Roma para que decorara sus aposentos en el
Vaticano. Aunque contaba sólo veinticinco años, era ya un pintor de enorme
reputación. En las habitaciones de Julio II, conocidas en la actualidad como
Estancias del Vaticano, Rafael pintó uno de los ciclos de frescos más famosos de
la historia de la pintura.
Entre 1509 y 1511 decoró la Estancia de la Signatura, donde pintó las figuras de la
Teología, la Filosofía, la Poesía y la Justicia en los cuatro medallones de la
bóveda, para desarrollar de forma alegórica estos mismos temas en cinco grandes
composiciones sobre las paredes: El triunfo de la Eucaristía, La escuela de
Atenas, El Parnaso, Gregorio IX promulgando las Decretales y Triboniano
remitiendo las pandectas a Justiniano, estas dos últimas alusivas a la justicia. En
un espacio de gran amplitud, organizado con un perfecto sentido de la
perspectiva, Rafael dispone una serie de grupos y figuras, con un absoluto
equilibrio de fuerzas y una sublime elegancia de líneas. No se puede pedir mayor
rigor compositivo ni un uso más magistral de la perspectiva lineal.