Tomo I: 271).
(principio de relatividad)". (RODRÍGUEZ, 1987: 89-90). Dicho autor agrega que "... un acto se
encuentra viciado cuando no se observan las formas procesales y la sanción por esa inobservancia es
la nulidad. El acto debe contener los elementos esenciales para ser considerado tal, porque en caso
Maurino concibe a la nulidad procesal como "... el estado de anormalidad del acto procesal, originado en
la carencia de algunos de sus elementos constitutivos, o en vicios existentes sobre ellos, que
"a) Estado de anormalidad del acto procesal. Coincidimos con los autores que consideran lá nulidad
Colocamos el acento en la calidad de anormal de dicho acto, como antitético al acto sano, cuyos
sobre ellos. Esta expresión hace referencia a las causas de este estado de nulidad, centrando el
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problema en sus elementos constitutivos, ya sea que éstos falten (omisión) o padezcan vicios o
defectos. Al hablar de elementos constitutivos, nos referimos a los que congénitamente integran
el acto. Y ello porque queremos fijar nuestro estudio en el acto procesal en el momento de su
realización, para diferenciar la nulidad de otras hipótesis de privación de efectos de los actos -por
c) Que potencialmente lo coloca en situación de ser declarado judicialmente inválido. Ese estado
de nulidad procesal latente puede que no se materialice, ya por subsanación del vicio por
el que consagra que el acto nulo requiere declaración judicial. Mientras tanto produce sus efectos.
Por tal razón no hablamos de privación de efectos. Porque precisamente esas consecuencias
jurídicas, del acto en estado de nulidad, sólo se materializan con la declaración judicial de ella".
Por nuestra parte, compartimos el concepto de nulidad procesal esbozado por Maurino, aunque
debemos señalar que aquélla puede también ser vista como un medio de impugnación de actos
procesales: Un remedio strictu sensu dirigido a lograr la invalidación de los actos procesales que no
se encuentren contenidos en resoluciones (lo que no excluye que el pedido de nulidad pueda
adoptar la forma de un determinado recurso cuando el acto viciado sea una resolución). Esta es la
posición que adopta nuestro Código adjetivo (art. 356 del C.P.C.) que regula a la nulidad,
principalmente (pues existen artículos dispersos que tratan sobre ella, en el Título VI ("Nulidad de
los Actos Procesales") de su Sección Tercera ("Actividad Procesal"), en los numerales 171 al 178.
Según Gozaíni "... son los vicios una consecuencia del incumplimiento en los requisitos intrínsecos y
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extrínsecos necesarios para dar eficacia y validez a los actos jurídicos en general". (GOZAÍNI,
En opinión de Zinny "el vicio es la discordancia del acto con la norma que lo regula; se trata de una
irregularidad en el acto cumplido..." (ZINNY, 1990: 160). "El vicio es la discordancia que existe
entre el acto y las previsiones de la ley. El acto ha sido irregularmente cumplido cuando no se han
observado las exigencias legales, establecidas para el acto de que se trata". (ZINNY, 1990: 163).
Es de subrayar que la principal clasificación existente acerca de los vicios procesales es aquella que
procedendo; y
Los vicios in procedendo constituyen errores o defectos en el procedimiento, en las reglas formales.
Suponen la inaplicación o aplicación defectuosa de las normas adjetivas que afecta el trámite del
El vicio in procedendo o infracción a las formas acarrea, por lo general -si fuese insalvable-, la
nulidad del acto viciado. Ello condice al iudicius rescindens, de carácter negativo, que implica la
declaración de invalidez del acto cuestionado y, como efecto secundario, el retrotraer el proceso al
estado inmediato anterior al de aquel en que se produjo el vicio (siempre y cuando éste fuese
determinante en el proceso).
Los vicios in iudicando son aquellos defectos o infracciones que se producen en el juzgamiento, esto
es, en la decisión que adopta el magistrado. Tales vicios afectan el fondo o contenido y están
representados comúnmente en la violación del ordenamiento jurídico (sustantivo) que tiene lugar
cuando se aplica al asunto controvertido una ley que no debió ser aplicada, o cuando no se aplica la ley
que debió aplicarse, o cuando la ley aplicable es interpretada y -por ende- aplicada
error de hecho que afecta indiscutiblemente el fondo, formando también así parte del vicio in
iudicando. El último tipo de error tiene que ver con la apreciación de los hechos por el órgano
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jurisdiccional, la cual, de ser deficiente (como cuando no se valora apropiadamente un medio
probatorio), afecta la decisión del Juez (esto es, la declaración de certeza sobre los hechos) y
El vicio in iudicando genera la revocación, el iudicium rescissorium, vale decir, la rectificación directa
del vicio o error, dejándose sin efecto la decisión que ocasionó el agravio y emitiéndose otra -esta
De lo expuesto se puede colegir que los vicios que dan origen a la nulidad procesal no son otros sino
aquellos que afectan el procedimiento o las formas procesales, es decir, los vicios o errores in
procedendo, que giran en torno al aspecto externo o extrínseco de los actos procesales. (Aunque
también pueden incluirse los vicios del consentimiento en la realización del acto procesal como
Si bien, por lo general, la doctrina encuentra en los aspectos de forma los vicios que generan la
nulidad procesal, es de resaltar que no por ello se deben descartar a las anomalías intrínsecas del
acto o vicios del consentimiento o de la voluntad (dolo, error, intimidación y violencia) como causas
Los vicios intrínsecos "... son consecuencia de la falta de los requisitos determinados por las leyes
sustanciales para todos los actos jurídicos (discernimiento, intención y libertad)..." (ARAZI, 1991:
219).
Zinny justifica la invalidación de un acto procesal por vicios intrínsecos en su realización de este
modo:
"Las normas procesales son realizadoras del derecho sustantivo; constituyen un instrumento
adecuado para garantizar la actuación del derecho de fondo. No obstante la indiscutible autonomía
del Derecho Procesal, es un sistema normativo que tiene por objeto la plena vigencia de las normas
realizables. En tanto que las normas sustantivas constituyen un derecho estático que fija las
conductas y relaciones de los hombres que viven en sociedad, estableciendo sus derechos y
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obligaciones y que garantiza su regular observancia con la conminación de sanciones y asignación de
vigencia de las normas sustantivas, cuando ellas no son voluntariamente respetadas. En consecuencia,
no admitir que el acto procesal pueda ser invalidado por vicios en la voluntad, previsto como causal
de sancionabilidad por las normas sustantivas, implica subvertir el orden jurídico porque significa
consecuencia, en esta línea de pensamiento puede concluirse en que siempre que exista un vicio en la
voluntad y éste pueda ser demostrado, es posible la invalidación del acto procesal". (ZINNY, 1990:
171).
procesal de contar con actos que gocen de validez y firmeza. Es por ello que en caso de duda
respecto de la producción de algún vicio procesal el Juez deberá abstenerse de declarar la nulidad
(en caso de haber sido peticionada) y pronunciarse sobre la validez del acto en cuestión. La
declaración de nulidad tiene carácter excepcional y se resuelve como última ratio, por lo que
tendrá lugar sólo cuando se haya producido un estado cierto de indefensión o no sea el vicio de que se
los actos procesales frente a la eventualidad de ser declarados nulos, situación ésta que, reiteramos,
analogía dicha figura procesal. Así tenemos entonces que las normas referidas a la nulidad,
especialmente las concernientes a las causales de ésta, no pueden ser aplicadas por analogía. Se
puede apreciar que esta regla interpretativa tiene estrecha relación con la indicada en el párrafo
precedente, a tal punto que podemos afirmar, sin temor a equivocarnos, que no es sino consecuencia
de ella.
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4. CLASIFICACIÓN DE LA NULIDAD PROCESAL
La principal clasificación que se hace de la nulidad procesal es aquella que la distingue en absoluta
"... En materia procesal podemos hablar de nulidades principales y accesorias por ejemplo, o
primarias y secundarias, si se quiere, o mejor a nuestro parecer esenciales y eventuales y así las
llamaríamos, pero teniendo en cuenta las consecuencias que pueden acarrear las nulidades
procesales, vamos a calificarlas como nulidades absolutas y relativas". (AMAYA, 1947: 29).
En los puntos que siguen vamos a estudiar las diferentes clases de nulidades procesales, las cuales
y de forma.
Nulidad o invalidez de acto final y nulidad o invalidez de acto instrumental. Nulidad o invalidez
La nulidad procesal absoluta o esencial o primaria o principal o sustancial (aunque este último
término se presta a discusión) es aquel estado invalidatorio que se da cuando los vicios que afectan al
acto son tan graves que el proceso es violentado o distorsionado en demasía, como cuando producen
indefensión en la contraparte o se oponen a normas de orden público, lo cual hace que sea
insubsanable y susceptible de ser declarada no sólo a instancia de parte interesada sino también de
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oficio. Ejemplos de nulidad absoluta lo 'constituyen aquellos casos en los que el vicio repercute
A decir de Liebman "son (...) absolutas las nulidades que deben considerarse objetivamente
relevantes, por estar determinadas por la falta de un requisito que la ley considera indispensable a
la buena marcha de la función jurisdiccional: deben, por eso, pronunciarse por el juez de oficio y son
normalmente insanables, a menos que la ley no considere también respecto de ellas la posibilidad
Gozaíni indica que por nulidad absoluta "referimos a un supuesto de ineficacia o invalidez total. El
acto porta un vicio estructural que lo priva de lograr sus efectos normales". (GOZAÍNI, 1992,
A nuestro modo de ver el acto inexistente es aquel al que le falta los elementos indispensables para
existir como tal, aunque pueda aparentar ser un acto. No produce, por lo general, consecuencia
jurídica alguna, y no precisa de declaración judicial para determinar su invalidez, pues por sí mismo
es inválido. Así tenemos, por ejemplo, que los actos llevados a cabo para el examen de una
controversia ante una persona que no es Juez y las "resoluciones" que dicha persona expida no se
reputan procesales y no dan lugar a litispendencia o cosa juzgada. También pueden ser considerados
actos inexistentes aquellos que se producen en el curso de un proceso y que no cuentan con las
condiciones mínimas para gozar de presencia jurídica, verbigracia, una resolución judicial sin firma
del Juez o una demanda o escrito cualquiera no suscritos por la parte interesada (ni tampoco por el
letrado, en los casos en que la firma de éste sea suficiente). Advertimos, sin embargo, que los
últimos ejemplos dados de actos inexistentes suelen ser asimilados como de nulidad procesal
absoluta.
En opinión de Alsina "... son inexistentes los actos en los que la omisión o la violación de una
formalidad haya impedido su configuración jurídica, aunque de esa circunstancia ningún perjuicio
derive para las partes. La inexistencia no necesita ser declarada, pero puede ser constatada en
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cualquier estado del proceso y no admite convalidación". (ALSINA, 1956, Tomo 1: 653).
Para Serra Domínguez "... una primera `categoría de actos nulos lo constituyen aquellos en que
faltan los presupuestos esenciales para el propio nacimiento del acto procesal. El acto propiamente
no es nulo, sino más bien inexistente en cuanto no llega a nacer. Los actos inexistentes pueden
afectar bien al sujeto del proceso -el juzgador carece en absoluto de capacidad funcional y de
legitimación, p. ej., hipótesis de proceso seguido ante un particular desprovisto de función general o
concreta jurisdiccional-, bien al objeto del proceso -sentencia dictada en un proceso civil sin
previa audiencia ni solicitud de las partes o resolución emitida sobre un supuesto imaginario-, bien
a la forma de los actos -p. ej., un acto de parte celebrado fuera de la presencia del órgano
jurisdiccional y en condiciones que impiden pueda llegar a conocimiento de éste-, etc.". (SERRA
DOMÍNGUEZ, 1969: 460-461). Agrega Serra Domínguez que "... la inexistencia de un acto opera
por sí misma ineficacia. En todos los ejemplos citados, al faltar incluso una simple apariencia de
legitimidad del acto procesal, no será precisa ni tan siquiera una denuncia de oficio o de parte de
tal inexistencia. Sin necesidad de declaración expresa en tal sentido, el acto, aunque así se
juez ante quien se formulara la pretensión fundada en dicho acto deberá limitarse a prescindir
declaración judicial; en tanto que la nulidad no obsta los efectos jurídicos del acto procesal viciado,
los cuales permanecen vigentes hasta que aquélla sea declarada judicialmente.
incline por su "conversión", sobre todo cuando el acto inexistente es integrado por otro que sí reúne
las condiciones mínimas para su consideración jurídica); mientras que la nulidad sí puede ser
c) La inexistencia puede ser alegada por la persona a la que se le imputa el vicio; la nulidad,
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Si se trata de algún acto introductorio del proceso (como la demanda o la resolución admisoria de
ésta), la inexistencia de aquél no genera un estado de litispendencia; la nulidad del acto en cuestión,
sí origina dicho estado (el mismo que existe aunque el elemento sobre el que reposa se encuentre
viciado).
cuando las irregularidades que recaen en el acto cuestionado no tienen trascendencia, es decir, no
vulneran formalidades esenciales del proceso, por lo que el referido acto mantiene su vigencia si no
se declara judicialmente su invalidez. La nulidad procesal relativa puede ser objeto de subsanación y
convalidación, especialmente en aquellos casos en que los vicios que afectan al proceso no son
representación defectuosa del demandante, la misma que puede ser subsanada posteriormente
Suele decirse que las nulidades en general son de carácter relativo, esto es, se admite su
subsanación. Sin embargo, existen casos en que esta última no es posible (por lo que estaremos ante
- De orden público..
Liebman concibe como relativas "... las nulidades que pueden pronunciarse solamente a instancia de
parte interesada; son por eso nulidades esencialmente sanables, porque la falta de relieve de la
nulidad convalida el acto viciado; cuando un determinado requisito es establecido en interés de una
parte, la ley considera que la aquiescencia de ésta valga como síntoma suficiente para comprobar que
la falta de aquel requisito no ha lesionado en modo apreciable su legítimo interés y dispone por eso
que el acto mismo conserve su validez, como si hubiera sido perfecto". (LIEBMAN, 1980: 197).
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4.3 Nulidades procesales expresas o conminadas e implícitas o virtuales
Las nulidades procesales expresas o conminadas son aquellas que están previstas legalmente de un
modo claro y específico, vale decir, que se encuentran contempladas expresa o explícitamente en el
Las nulidades procesales implícitas o virtuales son aquellas que están sobreentendidas como sanción
determinación.
Véscovi anota que "la doctrina, no sin discrepancias, ha creado la categoría de las llamadas
nulidades implícitas, que contradice al principio (de especificidad o legalidad) puesto que admite
que, al menos en ciertos casos, existen nulidades que no están previstas en la ley expresamente,
pero que resultan de principios contenidos en el texto (aunque no explicitados). Así sucede cuando
se 'violan las garantías fundamentales del proceso' o 'el derecho de defensa y de la debida
1999: 264).
"... La distinción entre nulidades expresas o implícitas, a los efectos de su declaración, tiene un valor
relativo, porque lo que cuenta es el contenido de la forma. Es así que aun en los casos en que la
nulidad esté expresamente prevista, su declaración no tiene objeto, si no obstante el defecto que el
acto contenga el fin propuesto ha sido logrado (...). Recíprocamente, aun cuando no exista un texto
expreso, la declaración de nulidad es procedente si por la omisión de una formalidad establecida por
la ley o presupuesta para la validez del acto, se ha violado el derecho de defensa en juicio o se ha
En relación al tema Rodríguez Espejo subraya que "... hay imperfecciones que producen la ineficacia
del fondo de la actuación. Ejemplo, impertinencia de una prueba, mientras otras ocasionan la
proposición de prueba no hecha en forma. La distinción posee gran trascendencia, pues en tanto la
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invalidez de fondo da lugar a la definitiva anulación del acto imperfecto y la petición o decisión
contenida en el mismo no puede repetirse sin remover antes, mediante el cauce procesal de las
replanteamiento del acto nulo, siempre que lo autorice el juego de la preclusión". (RODRÍGUEZ
Las nulidades procesales saneables son aquellas que pueden ser subsanadas o convalidadas, ya sea
subsanación o convalidación.
Las nulidad procesal total es aquella que implica la invalidez de todo el proceso. La nulidad procesal
él.
Sobre las mencionadas clases de nulidades procesales Juan Carlos Mendoza manifiesta que "...
todos los requisitos de validez de un acto pueden estar viciados, o pueden estarlo solamente algunos
normalmente tendería a producir..." (MENDOZA, 1966: 165). Dicho autor agrega que "... la nulidad
total o parcial puede referirse a los elementos que constituyen un acto individual del proceso, a un
conjunto de actos procesales y aun a todo el proceso. Según el caso se mantendrán válidas las partes
establecer estas consecuencias, deberá tenerse en cuenta la relación en que se encuentran los
elementos de un acto o los actos entre sí: si son antecedentes, consecuentes o independientes. Los
primeros y los últimos no quedarán afectados; los consecuentes sí, entendiéndose que son tales en
cuanto vienen con posterioridad y se fundan en el elemento o en el acto viciado". (MENDOZA, 1966:
166).
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4.7 Nulidades procesales extensibles y no extensibles al trámite posterior del proceso
Las nulidades procesales extensibles al trámite posterior del proceso, llamadas también nulidades
comunicables, son aquellas que invalidan todo el procedimiento desarrollado después de producidas
por implicar la renovación de las actuaciones procesales afectadas, siempre y cuando los actos
procesales posteriores no guarden independencia respecto de aquellos que están viciados, porque, de
ser así, no alcanzará la respectiva declaración de nulidad a los actos que sean independientes del
acto u actos nulos. Esta clase de nulidad da lugar así a las llamadas nulidades derivadas. Así lo deja
entrever Morón Palomino cuando apunta que "si (...) la nulidad del acto procesal ocasiona la de aquellos
otros que le suceden y de él dependen, puede decirse que en estos casos se está a presencia de
En cambio, las nulidades procesales no extensibles al trámite posterior del proceso, denominadas
también incomunicables, están referidas a actuaciones cuya afectación no impide el desarrollo del
litigio, vale decir, que no influye en la validez o idoneidad de los actos procesales realizados
posteriormente.
Rodríguez Espejo, refiriéndose a la invalidez de acto final y a la de acto instrumental, dice que "...
convalidado por uno de los expedientes que el Derecho establece y regula con este fin,
contrario, automáticamente convalidable por el acto final perfecto, puesto que es la decisión última
del órgano jurisdiccional la que compendia, resume y da eficacia sustantiva a los actos procesales
Rodríguez Espejo, en relación a la nulidad o invalidez directa y nulidad o invalidez remota, apunta lo
siguiente:
"... De los actos instrumentales podría realizarse una clasificación ulterior basada en que su
anulabilidad ocasiona una privación directa o remota de los efectos jurídicos a que tiende.
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En efecto, el proceso comprende una sucesión de actos tendentes todos a obtener una resolución
jurisdiccional final. Por ello las actuaciones procesales intermedias se proyectan a conseguir un fin
inmediato directamente vinculado al acto procesal ulterior, al par que aspiran a obtener un fin
Pues bien (...), la imperfección del acto instrumental puede originar tanto su ineficacia directa cuando
sea privado del fin al que inmediatamente tendía; ejemplo, proposición de prueba inadmisible, cuanto
su ineficacia remota, cuando el acto sea desposeído de la eficacia mediata que aspiraba a conseguir;
El hecho de que hasta ahora los procesalistas se hayan ocupado con exclusividad únicamente de la
Lo que indica tan sólo es la verdad de estos dos hechos incontrovertibles: 1º Que desde el punto de
vista procesal es mucho más importante y grave el primer tipo de anulabilidad que el segundo. 2º
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