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Imagen dialéctica y discontinuidad histórica (aportes para una

filosofía de la pintura en Walter benjamín)

Peralta Darío

Abstract:
Se analizarán tres problemas relacionadas al concepto de “imagen
dialéctica” en Walter Benjamin. Primero ¿en qué medida la concepción
dialéctica benjaminiana se diferencia de método hegeliano –en especial del
progreso que implica este último? Segundo, dado que en la dialéctica
hegeliana hay una imbricación entre el conocer y el ser ¿cuál es la ontología
que comporta la concepción histórica de Benjamin? Y tercero, ¿cómo
comprender la detención dialéctica desde el punto de vista ontológico del
tiempo? Se sostiene que la comprensión estética –en particular pictórica-
resulta fundamental para superar la noción hegeliana de dialéctica. Para
desarrollar el estudio de estas tres cuestiones se analizará brevemente la
noción de imagen pictórica en la filosofía de la historia de Benjamin. Por último,
se relacionará la noción de imagen dialéctica con la discontinuidad histórica.

Palabras claves: imagen dialéctica, pintura, tiempo-ahora, discontinuidad


histórica.
Introducción: diferencias con la dialéctica hegeliana
En primer lugar se analiza las críticas de Theodor Adorno y de Walter
Benjamin frente a la dialéctica hegeliana. De acentuarán los puntos de
acuerdo, pero también las divergencias entre los dos miembros de la Escuela
de Frankfurt.
El hegelianismo sostiene una perfecta sistematicidad filosófica que
conlleva un movimiento dialéctico de todo lo real. De allí que esta filosofía se
resuma en la sentencia todo lo racional es real y todo lo real es racional1. Lo
cierto es que la dialéctica hegeliana implica un progreso en el desarrollo
histórico de lo real y a la vez, del conocimiento científico2. En otras palabras,
las determinaciones dialécticas conllevan un despliegue conceptual, así como
también diferentes modos de existencia empírica de la libertad autoconsciente.
Y por último, conlleva a la comprensión de que su figura empírica y su figura
abstracta son una y la misma cosa.
Ahora bien, entre las numerosas críticas que ha recibido el hegelianismo,
se podrá retomar el sentido eurocéntrico de su filosofía del derecho centrada
en la legitimización del Estado3. En la historia se revela la astucia de la razón
que usa a las pasiones individuales en favor del espíritu del pueblo 4. Pero los
pueblos son singularidades históricas que permiten al Espíritu absoluto el
autoconocimiento. Existe en cada época un pueblo dominante, el cual lleva a
su más alto grado de perfección la concepción del Espíritu5.

1 HEGEL, G. W. F. Filosofía del Derecho o compendio de Derecho natural y ciencia del Estado.
Madrid: Biblioteca Nueva. 2000b. “Lo que es racional es real y lo que es real es racional. En
esta convicción se encuentra cada conciencia ingenua, así como la filosofía, ya si mismo esta
parte de allí en la consideración tanto del universo espiritual como del universo natural.”, p. 74.
2 HEGEL, G. W. F. Enciclopedia de las ciencias filosóficas en compendio, Madrid: Alianza,

2000a. “El momento dialéctico constituye, pues, el alma motora del progreso científico y el
principio en virtud del cual sólo se introducen en el contenido de la ciencia la conexión
inmanente y la necesidad;” p. 184. En HEGEL, G. W. F. Filosofía del Derecho… “La dialéctica
superior del concepto consiste en (…) producir y concebir desde él el contenido positivo y el
resultado en cuanto solamente así es desarrollo y progreso inmanente.”, p. 110.
3 HEGEL, G. W. F. Filosofía del Derecho… “Los alemanes en cambio son más pensantes, y

donde ellos, el mismo contenido adquiere la forma de la universalidad.”, p. 228.


ABBAGNANO, Nicolás, Historia de la filosofía III, “Hegel excluye así mismo, por la misma
causa, el principio democrático de la participación de todos en los asuntos del Estado.” p. 120.
4 HEGEL, G. W. F. Enciclopedia … “La sustancia que se sabe libre y en la que el deber-ser
absoluto es igualmente ser, tiene realidad efectiva como espíritu de un pueblo.” p. 549
5 HEGEL, G. W. F. Lecciones sobre la filosofía de la historia universal. Madrid: Tecnos,

2008."El espíritu particular de un pueblo está sometido a lo transitorio, pasa, pierde su


importancia para la historia del mundo, cesa de ser el portador del concepto supremo que el
espíritu ha conquistado de sí. El pueblo del momento, el dominador, es, en efecto, a la vuelta
del tiempo, el que ha concebido el más elevado concepto del espíritu. Puede suceder que los
Tanto en Benjamin, como en Adorno, la crítica marxista no ha de
reducirse al campo de la infraestructura, porque la dominación es reforzada en
las distintas esferas sociales. Ambos autores se preocupan por la crítica
cultural y la cuestión de la tradición. Puesto que la crítica no se reduce a las
novedades mercantiles y su base fetichista. Para Adorno, la aparición de un
cultura de masas y para Benjamin la reproducción de la obra de arte
imposibilitan una verdadera experiencia estética. La obra de arte tiene una
relación sutil con el juicio de la historia, no debe ser anticuada, allí la ruptura
con el pasado puede ocultar nuevas formas de explotación social 6. Benjamin
rechaza del historicismo, la empatía con el pasado cuando éste se centra en
las “victorias del pasado que perduran en el presente, destacando
aquello del pasado que explica la identidad actual y no lo que la interrumpe” 7.
Allí la relación con el pasado crea una identidad forjada en una continuidad
temporal. Puesto que la imagen del tiempo es la una eternidad sin cambio, en
una linealidad homogénea. En cambio la imagen dialéctica propia no una
identificación empática entre pasado y presente, sino una constelación que
implica la diferencia y la resonancia forjadas por la discontinuidad histórica 8.

Lo que le preocupa a Adorno es que en el proyecto fenomenológico


hegeliano, el objeto en lugar de manifestarse abiertamente, su aparición está
determinada a priori por las categorías conceptuales9. Así pues el idealismo
vacuo y formalista termina por imponer su identidad sobre el campo de la
realidad material. En este movimiento se elimina la conciencia de lo particular
en favor de lo universal en la historia10.

pueblos portadores de conceptos no tan elevados continúen existiendo. En la historia del


mundo son apartados a un lado", p. 135.
6 ADORNO, T. Minima moralia. Ante los reclamos de igualdad de géneros, las luchas de las

mujeres se ven envueltas en nuevas formas de explotación laboral y sexual. “difaman todo tipo
de reflexión que choque con el ideal de feminidad propagado por la industria cultural y se
abandonan de grado y por entero a la esclavitud, en la que ven la realizaciónde su sexo. (…)
Anticuado sólo lo es lo que fracasó, la promesa rota de algo nuevo” p. 91-92.
7 HABER, Magalí. El pasado, el presente y la reproducción de la tradición en Walter

Benjamin. Question, 2011, vol. 1.


8 Ibíd. “El pasado es propiamente pasado, y detiene la presencia del presente a sí mismo, sólo

si entre las épocas o tiempos que entran en constelación hay cesura.”, p. 2.


9 ADORNO, T. Dialéctica negativa, trad. J. M. Ripalda, Madrid: Taurus, 1992, “en Hegel el

pensamiento nunca saca de sus objetos sino lo que él ya es en sí; se contenta en sí mismo a
pesar del programa de la enajenación”, p. 35.
10 Ibíd. “Una grandiosa y funesta petitio principii la filosofía se hace con la realidad hasta tal

punto que ésta se pliega a la represiva identidad con ella. (…)La simple dicotomía de lo
Para Benjamin, los acontecimientos históricos son los que determinan las
imágenes dialécticas y no a la inversa. Y bajo la advertencia adorniana de no
convertir al pensamiento (a través de su poder de abstracción) en una
ontología, es posible plantear el interrogante acerca de la relación entre los
conceptos (constelación, nómada) y los datos empíricos (recordación, tiempo-
ahora, discontinuidad). Tanto Benjamin, como adorno comparten el principio
metodológico de una dialéctica concentrada en explicar las contradicciones,
pero no que tenga la obligación de resolverlas. Puesto que cada superación
hegeliana “muestra al desarrollo histórico como orgánico y cerrado”11. En una
lectura atenta de los textos de Marx, tampoco es posible hallar una
especificación de lo que debería llegar a ser el comunismo futuro12.
Un último punto en común entre ambos autores es la relación con el
mesianismo judío. Agamben señala en un extracto de Minima Moralia, la
deflación del momento redentor de la filosofía adorniana a una mera
apariencia. Ligada a concepción neokantiana, la filosofía considera a las cosas
como si se presentaran en la perspectiva de la redención [Erlösung]13. La
lectura de Agamben enfatiza el sintagma “como si” que conduce a momento
redentor a la pura indiferencia entre si realidad o irrealidad14. A pesar de ello,
es necesario preguntar ¿es posible la redención sin mesianismo?
Una primera distinción entre estos autores, es que para Benjamín la tarea
del materialismo histórico es doble: por un lado, la crítica de los objetos
culturales en su arraigo y propagación de la cultura burguesa dominante; por el
otro, el rescate de aquellos fenómenos culturales que puedan ser beneficiosos
para la lucha de los oprimidos y la politización del arte. Desde esta óptica no
hay diferencia entre cultura de masas y cultura de elites, mientras que para
Adorno, los bienes culturales de orden masivo no tienen ningún potencial útil

temporal y lo eterno en plena concepción (…) de la dialéctica en Hegel está conforme con el
primado de lo universal en la historia de la filosofía.”, p. 328-329.
11 DÍAZ, Ariene. Dialéctica e historia…, p. 101.
12 BENSAÏD, Daniel. Marx intempestivo: grandezas y miserias de una aventura crítica.

Herramienta, 2013. Marx “se niega tanto a ennegrecer los borradores del porvenir como a
avivar el fuego bajo las marmitas del futuro. No traza los planos de una sociedad perfecta que
charlatanes de escasa virtud liquidarán con gusto en el mercado negro de las reformas al por
menor. Se contenta con deslizar el pie para dejar entreabierta la puerta por donde se filtra el
fulgor vacilante del mañana”, p. 59.
13 ADORNO, T. Minima moralia, Madrid: Taurus, 2001. “El conocimiento no tiene otra luz

iluminadora del mundo que la que arroja la idea de la redención”, p. 250.


14 AGAMBEN, G. El tiempo que resta…, p. 43.
para la toma de conciencia. Adorno sólo defenderá aquellas expresiones
artísticas que no estén al servicio de la ideología dominante, que hayan podido
manifestarse como arte autónomo15. Esta defensa del arte autónomo se
concretiza en el proyecto modernista de la década del 30, mientras que la
polítización del arte defendida por Benjamin toma cuerpo en el último período
del surrealismo.
La principal diferencia entre Adorno y Benjamin está dada en el punto que
-el primero- niega que la validez de la teoría marxista dependa de la praxis
revolucionaria16. En cambio, para Benjamin: “La clase que lucha, que está
sometida, es el sujeto mismo del conocimiento histórico.”17. Así pues, la imagen
dialéctica puede generar una negatividad intensificada18 que Adorno jamás
admitirá, que radica en la identificación entre experiencia de cognición y
experiencia revolucionaria.
Tanto Adorno como Benjamin se introducen al pensamiento marxista a
través de Georg Lukács. El marxismo dialéctico consiste en demostrar el
contraste entre configuración de la conciencia con las condiciones materiales
de existencia en una sociedad en una época determinada19. El concepto de
“totalidad histórica” es el que revela al proletariado como heredero de la
conciencia revolucionaria20. La dialéctica negativa de Adorno no admite la
posibilidad de una totalidad histórica, y de allí se deriva su rechaza frente al
proletariado como clase revolucionaria21. Adorno conserva de la crítica de

15 DELBUENO. Horacio, D. “Walter Benjamin, redimiendo el materialismo histórico…” “la crítica


a la música wagneriana, a la cual considera como un divertimento y por lo tanto le atribuye las
mismas intenciones que la cultura de masas.”, p. 35.
16 BUCK-MORSS, Susan. Origen de la dialéctica negativa… “Adorno jamás fincará sus

esperanzas en el proletariado. (…) se negaba (…) a permitir que la validez de la teoría fuese
de algún modo dependiente de la existencia de un sujeto revolucionario colectivo o de la
posibilidad de su aplicación directa en la praxis política.”, p. 71.
17 BENJAMIN, W. Discursos interrumpidos, (tesis 12), p. 186.
18 LÖWY Michael. Progreso e historia. La concepción de la historia de Walter Benjamin.

https://marxismocritico.com/2014/06/11/progreso-e-historia. “A esta visión lineal y cuantitativa,


Benjamin opone una percepción cualitativa de la temporalidad, fundada por un lado en la
rememoración, y por otro en la ruptura mesiánica/revolucionaria de la continuidad.”, p. 5.
19 LUKÁCS, George, Historia y conciencia de clase, La Habana, Cuba: Editorial de Ciencias

Sociales del Instituto del Libro, 1970. “La dialéctica materialista es una dialéctica
revolucionaria.”, p. 36.
20
BUCK-MORSS, S. Origen de la dialéctica negativa… “Para Lukács, el marxismo era un
método cognitivo que conducía a un programa de acción.”, p. 73.
21 LUKÁCS, G. Historia y conciencia… el obrero debe ser instruido y conducido por una

vanguardia. En consecuencia, el Partido deriva en el verdadero agente histórico. “En este


proceso, que el partido no puede ni provocar ni evitar, le incumbe, pues, el elevado papel de
Lukács la noción de reificación aplicada a los objetos de conocimientos, en la
medida de que para una conciencia burguesa se encontraban desconectados
de su formación socio-histórica. La lectura adorniana de Lukács logra separar
la identificación entre método cognitivo y ontología del proceso histórico (que
incluye al proletariado como agente revolucionario).
Ahora bien, aquí se sostiene que la diferencia de Benjamin con Adorno,
es que el proyecto filosófico del primero radica en mantenerse fiel a Lukács sin
abandonar el proceso crítico de la Escuela de Frankfurt. ¿Cómo Benjamin logra
rechazar la totalidad histórica y afirmar al proletariado como agente
revolucionario? La convergencia entre la discontinuidad histórica e imagen
dialéctica es la que permite mantener el equilibrio entre posiciones que en
apariencia parecen irreconciliables.
Antes de avanzar se ahondará en la cuestión de la teología en la filosofía
de la historia y en la filosofía política de Benjamin. Puesto que la apelación al
mesianismo es una forma criticar la mirada economicista que domina en el
marxismo a principios del siglo XX, sino también al hegelianismo. Porque para
Hegel la superación en lo absoluto no deja espacio para una específica
diferencia entre religión y filosofía, mientras que para Benjamin aunque
complementarias son ámbitos distinguibles22. La relación entre el enano
jorobado y el autómata es una representación figurativa de aquella que se
entabla entre la filosofía y la teología. De allí surgen dos interpretaciones, una
que enfatiza la pequeñez y fealdad, dado que sólo es útil como un medio para
el desarrollo de pensamiento filosófico. Pero bien puede destacarse que el
materialismo histórico sólo es un gigantesco aparato mecánico sin movimiento
propio, que si no presta atención y da a lugar a la teología no la fuerza vital
necesaria para alcanzar sus fines. Durante el Iluminismo y más aún con el
positivismo, la teología fue vituperada con todo tipo de infamias, y hoy sólo se
mueve entre las sombras bajo una tarea ingrata sin ningún reconocimiento 23.

ser el portador de la conciencia de clase del proletariado, la conciencia de su misión histórica.”


[cursivas del original], p. 72.
22 CATANZARO, Gisela. Materialismo y teología en el pensamiento de Walter Benjamin. Utopía

y Praxis Latinoamericana, 2009, pp. 79-92. “ese pensamiento “está empapado” de teología
porque es gracias a esa discontinuidad anunciada por la teología que puede establecer la
separación entre ambos sin confundirlos, persistiendo en su radical heterogeneidad.”, p. 89.
23 CASTILLA URBANO, Francisco. “Walter Benjamin, Una filosofía de la historia entre…”. “Esta

postura no deja de ser una manifestación implícita de que la razón, en contra de las creencias
básicas del dogma ilustrado, no puede desplazar en su totalidad a la religión.”, p. 454. Sin
La función de la teología que puede brindar al historiador materialista es la
exigencia metodológica de configurar la imagen dialéctica basado en el acto de
la recordación [Eingedenken]. La esperanza no es una expectativa que sería
concentrada con un proyecto progresista de la historia, sino que se la encontrará
cuando el presente se conecte en una constelación con las luchas sociales del
pasado24. La lucha actual por la revolución necesita recordar las injusticias que el
discurso histórico dominante pretende enterrar en el olvido. Un discurso contra-
hegemónico de la histórica es una parte fundamental de la lucha de clase llevada
adelante por las clases oprimidas. Es por ello que el historiador materialista
requiere de nociones teológica tales como redención y justicia pendiente.
Ahora bien, vuelve a presentarse el problema de que aquello que llega a
ser recuperado por la memoria colectiva, corre el riesgo de recaer en el sistema
de representación dominante, en una tipificación legada por el poder estatal y
su formalidad legal25.
A parte de las diferencias con la dialéctica hegeliana, es relevante
analizar la distinción con la representación que el propio Marx realiza del
pasado en función del proyecto revolucionario. Erika Lipcen advierte que en El
dieciocho Brumario, se afirma que la revolución proletaria sólo es posible si se
deja de lado ““toda adoración supersticiosa del pasado”26. En particular, la
crítica va dirigida contra los discursos políticos que amalgaman los proyectos
de la burguesía con las luchas del pasado, así pretenden hacer pasar un
interés de clase bajo una lucha universal en favor de la libertad humana. Esta
postura ha sido recalcada en contra de las tesis benjaminianas, principalmente

embargo, aquí se rechaza la idea de un sentido escatológica en la filosofía benjminiana:


“Benjamin quiso reflejar en ella la insuficiencia de la explicación filosófica para una tarea que,
en la medida en que es escatológica, precisa ser afrontada en buena parte con elementos
teológicos.”, p. 453.
24
Ibíd. “Benjamin quiso reflejar en ella la insuficiencia de la explicación filosófica para una tarea que, en
la medida en que es escatológica, precisa ser afrontada en buena parte con elementos teológicos.”, p. 471.
25 COLLINGWOOD-SELBY, Elizabeth El filo fotográfico de la historia. Walter Benjamin y el

olvido de lo inolvidable. Santiago: Metales Pesados, 2009. “(…) aquello que puede ser incluido,
reconocido y tipificado únicamente gracias a las formas y hábitos de percepción de
representación del presente.”, p. 37.
26 MARX, Karl, El dieciocho Brumario de Luis Bonaparte, Buenos Aires: Need, 1998, p. 16.

“cuando se disponen a sublevarse y sublevar el estado de las cosas, a crear algo inusitado en
estos tiempos de crisis y rebelión es precisamente cuando, con miedo, conjuran en su auxilio
los espíritus de ataño, se disfrazan con sus nombres, sus consignas de guerra, sus
vestimentas, para interpretar una nueva escena de la historia universal con ese traje de vejez
respetable y esas palabras prestadas” p. 14. ver LIPCEN, Erika. Pasado y revolución en Karl
Marx y Walter Benjamin. Griot, Bahia v.11, n.1. Junio 2005, pp. 133-142., p. 134.
por Horkheimer27. La discusión puede llevar a cuestionar si Benjamin se
mantiene fiel a los textos marxistas, o su adhesión es un efecto superficial de la
época (una moda académica)28. En cambio, E. Lipcen argumenta que citar al
pasado no siempre conlleva a una mistificación. El materialismo histórico
sostiene su crítica al fenómeno de plusvalía, no sólo por el sufrimiento actual
de la clase obrera, si no en las injusticias producidas en el pasado –lo cual ha
sido demostrado bajo la noción de “acumulación primitiva del capital”. El
historiador materialista tiene la tarea de desmitificar las referencias al pasado
que actúen como una moda, reproducen las desigualdades sociales como una
novedad agradable29. El problema no es que un proyecto político se conecte
con el pasado, sino en ver si esa conexión produce un efecto conservador o
una imagen dialéctica ligada en el presente con cambio revolucionario.

Tesis de historia
La imagen es un estado intermedio entre el fenómeno, en tanto intuición
empírica de la sensibilidad, y el concepto empírico, producto sintético del
entendimiento. La imaginación no es un estadio previo a la formación de los
conceptos, por el contrario, es una potencia que sustenta a todas las demás
facultades de conocimiento, en especial oscila, entre las sensaciones y las
categorías analíticas. La imagen se distingue de la intuición empírica en la
medida que ya está atravesada por la lógica analítica y discursiva. A su vez, se
distingue de los conceptos, en la medida que no poseen la generalidad
abstracta de la lógica, siguen siendo un aquí y ahora. Cierto es que puede la
imagen actuar como alegoría o cualquier tipo de analogía, pero no quita que

27 HORKHEIMER, M. “El Estado autoritario” en Teoría crítica, Barcelona: Barral, 1973. “las
posibilidades frustradas, la felicidad que se dejó escapar, el asesinato con o sin procedimiento
jurídico, aquello que el gobierno hace a las personas, es irrevocable” p. 105.
28 SAZBÓN, José, “Historia y paradigmas en Marx y Benjamin” en Historia y representación,

Buenos Aires: Universidad Nacional de Quilmes, 2002. El autor sostiene que el fracaso de la
Revolución Francesa se debe a conectar su legitimiación discursiva con las libertades de la
Antigua Roma. Este artilugio retórico, al igual que la moda actúa como “una propensión
mixtificadora” p. 126. La postura opuesta es defendida en REYES MATE, Medianoche… para
este autor, Benjamin se aleja claramente las críticas del Dieciocho Brumario, “los pasa por alto
para poner a Marx de su parte”, y aunque puede ampararse en la Carta de Marx a Ruge (sept.
1843); lo cierto es que “el cambio revolucionario sí extrae su poesía del pasado” p. 232.
29 LIPCEN, Erika. “Pasado y revolución…”, “El historiador materialista tiene la tarea de

desmitificar las referencias al pasado que actúen como una moda.”, p. 141.
sea una existencia única e irrepetible. La imagen es una diferencia pura, en
cuanto que tal, su carácter material se expresa como fuerza intensiva del
pensamiento y se accede a ella únicamente como experiencia aurática.
El pensamiento benjaminiano ha de ser entendido como un complejo y
sofisticado diagrama de cuadros filosóficos. Éste no se presenta como una
proyección progresiva y sistemática de orden cinemático30. Hay allí todo tipo de
imágenes: oníricas, artísticas, literarias, pictóricas, epistémicas, gnoseológicas
etc. Los cuadros de su pensamiento generan todo tipo de conexiones con
ordenaciones aleatorias. Se configuras como fragmentaciones y síntesis de
montajes literarios. Se afirman allí únicamente lo heterogéneo y la multiplicidad.
Las imágenes se conectan con conceptos científicos, filosóficos y teológicos
sin dificultad, y permiten desarrollar explicaciones de la realidad humana con
un elevado grado de consistencia y rigor intelectual31.
En cuanto al orden dialéctico que asumen las imágenes históricas, su
función no radica en la capacidad comprensiva de mundo social, sino en su
fuerza explicativa de las causas de la violencia, de la injusticia y de la praxis
revolucionaria32. La imagen dialéctica aparece como un iluminación profana,
pero ello no implica que se trata de que desde el pasado se arroje luz al
presente, o a la inversa; por el contrario, se debe atender a la proyección
mental que puede captar en un mismo instante las fuerzas, deseos e intereses
de las luchas pasadas y observarlas como horizonte de experiencia para las
luchas políticas-sociales del tiempo presente. Este fenómeno tan especial sólo
es posible de alcanzar cuando la imagen es comprendida como mónada.
La imagen dialéctica se encuentra ligada no sólo a la iluminación profana,
sino también se descarga sobre una base mesiánica, se trata de una
constelación que posibilita la apertura del tiempo-ahora [Jetztzeit] pero no debe
ser entendida como un significado trascendental33. Si bien se trata de una

30 LÖWY Michael. “Progreso e historia…” Toda tentativa de sistematización es por lo tanto,


problemática e incierta.”, p. 1.
31 AGAMBEN, G. El tiempo que resta “Bild es pues para Benjamin todo aquello (objeto, obra

de arte, texto, recuerdo o documento) en lo que un instante del pasado y un instante del
presente se unen en una constelación”, p.138.
32
JOCHAMOWITZ, Eduardo. Observaciones a “Sobre el concepto de historia” de Walter Benjamin.
Estudios de Filosofía, 2013, vol. 10, p. 113-121. “Una nueva conciencia histórica reclama una
revolución.”, p. 120.
33 BIALAKOWSKY, Guillermo. Memoria y discontinuum. Hacia una filosofía política de la

historia. En (AAVV) Walter Benjamin en la ex ESMA. Justicia, Historia y Verdad. Escrituras de


dialéctica de la detención, lo que se suspende allí el tiempo cronológico,
homogéneo, lineal y progresivo. Si bien el pensamiento se detiene en su
movimiento, esto no implica una pasividad absoluta, sino por el contrario radica
en un impulso intempestivo. Un impulso mesiánico con una fuerza que supera
el vendaval progresista que llevaba al ángel de la historia contra su voluntad
hacia el futuro. Una historia a contrapelo, intempestiva, requiere de una
creatividad sorprendente para formar las constelaciones, una conexión por
mímesis que trabajan en la crítica para no olvidar las voces de los oprimidos34.
Así pues la praxis revolucionaria es una acción de resistencia contra el
explosión de actos de barbarie como elementos esenciales a la modernidad35.

El progreso es ante todo una representación ilusoria, por su carácter


teleológico, fatalista y mecánica que tergiversa el transcurso de los hechos
histórico. Es el relato inventado por la cultura burguesa, en tanto que historia de
los vencedores. Los avances en el bienestar de la población, incluso lo que hay
de pensamiento crítico en la filosofía de la Ilustración son hechos que bien
pueden comprenderse dentro de la objetividad del materialismo histórico. Pero
para que ello ocurra debe responder a un horizonte de expectativas
configurado como un resultado fáctico de las luchas de clase pretéritas. “Ilusión
burguesa de eternidad” (Benjamín, 2009: 146). El progreso es la ilusión del
arribo a un último estadio, a una instancia superadora de las oposiciones
dialécticas precedentes. Ninguna de las formaciones sociales, históricas,
materiales, culturales tiene un cierre. La teoría de la historia de Benjamín no
puede ser caracterizado como progresista, pero tampoco como conservadora 36.
Esta crítica del progreso no un dato que sólo se observa en las Tesis, ya en
sus escritos de juventud, Benjamin cuestiona aquel discurso histórico que
enfatiza las tendencias progresistas, mientras que la verdadera historia retoma
del pasado imágenes utópicas tales como el reino mesiánico o las ideas de la

la memoria. Buenos Aires: Prometeo, 2013. “El autor se propone la paradójica tarea conceptual
de introducir un cierto modo de trascendencia en al ámbito de la historia.”, p. 99.
34 Ibíd. “podemos afirmar que la noción de Eingedenken implica un lenguaje mimético-

productivo depositado en la dialektisches Bild.”, p. 100.


35
VILLENA FIENGO, Sergio. Walter Benjamin o la historia a contrapelo. Revista de Ciencias Sociales (Cr),
2003, vol. 2, no 100. “la obra de Benjamin puede considerarse como una acción de resistencia
contra la barbarie desencadenada por la modernidad”, p. 33.
36 LÖWE, Michael, “Walter Benjamin y la crítica del progreso” en Cohen, E. Resistencias

minúsculas. “Un nostálgico del pasado que sueña con el futuro.”, p. 19


revolución francesa37. La ideología del progreso se sostiene como optimismo
delirante, mientras que Benjamin prefiere un pesimismo activo que conduzca a
la praxis revolucionaria.38
La pintura como toda obra de arte constituye un legado cultural para las
futuras generaciones. Ella afectará la capacidad receptiva de cada hombre en
tanto ser social, y la vez su sentido se irá acrecentando o modificando por las
interpretaciones de cada momento que la contemple. Su pasado afecto la
comprensión del momento presente, y volverá a ser reinterpretada por el futuro.
Pero este devenir o mejor dicho, este transcurso material no implican ninguna
teoría evolutiva, ningún presupuesto de desarrollo progresivo en su comprensión,
ni ninguna posibilidad de dar un cierra a su sentido y su ser histórico.
Así como Althusser critica la teoría descriptiva del Estado, Benjamin critica
aquello que hay de positivismo ingenuo en el marxismo. Todo ello no es más
que otra hoja en la vulgata. El historiador marxista debe hallar al interior de los
principios materialistas los preceptos que permitan establecer las
discontinuidades históricas. Puesto que cada momento histórico es el resultado
de un proceso de diferenciación intensiva, y que a la vez, no deja de establecer
relaciones diferenciales con cada presente. Estas relaciones son denominadas
por Benjamin como “constelaciones”, síntesis de conexiones entre “este
fragmento del pasado con este preciso presente” (Benjamin, 2009: 147). Es por
ello mismo que las historias de los vencidos, de los desarrapados aparecen
como una profunda inquietud para el historiador marxista.
En cada presente se corre el peligro de que el discurso histórico
dominante conduzca al olvido de aquellas experiencias de lucha y militancia
por parte de las minorías políticas y étnicas. La discontinuidad histórica permite
hacer saltar aquellas constelaciones críticas, frente a la cosificación de la
continuidad histórica. En este salto se efectúa la comprensión de las luchas

37 BENJAMIN, W. “La vida de los estudiantes”, 1915, en Obras libro II / Vol. 1, Madrid: Abada,
p. 77. LÖWE, Michael, “Walter Benjamin y la crítica del progreso “el materialismo histórico no
va a sustituir sus intuiciones “antiprogresistas” de inspiración romántica”, p. 22. LICEAGA,
Gabriel. Variaciones mesiánicas: reflexiones a partir de Sobre el concepto de Historia. Revista
Otros Logos, Universidad Nacional del Comahue, 2012, p. 174-189. “Benjamin indica que lo
constitutivo de la experiencia humana no es el reino mesiánico sino el llamado a su
construcción aquí y ahora.”, p. 187.
38 LÖWE, Michael, “Walter Benjamin y la crítica del progreso…, p. 24. En LÖWY Michael.

“Progreso e historia. La concepción de la historia…” se distingue a Benjamin tanto del


optimismo progresista, propio de los partidos liberales, incluso de la social-democracia, como
también del pesimismo ultra-conservador de Carl Schmitt, p. 2.
actuales y su relación con las militancias pretéritas. Con ello logran ser
comprendidas a la vez como espacio de experiencias, y como horizonte de
expectativas.
En el historicismo positivista, su ingenuidad –que no es inocente, ni
inofensiva- radica en presentar una imagen del pasado como eterna, esto es,
como un relato cerrado y que ya no afecta al presente. Este discurso responde
al modelo de la épica, que consiste en construir héroes y villanos, y así
reconfortar y legitimar el status quo.
Para el caso de la pintura y de otra obra de arte, Benjamin procura
establecer una crítica de la historia de la recepción. Pero aún más relevante es
pensar la función del Mesías, como consumador del acontecimiento histórico
(Benjamin, 2009: 141). El mesianismo benjaminiano no debe ser confundido con
un sentido escatológico. En el historicismo, el telos es un bien que dirige y da
sentido al transcurso de los hechos. Este telos es denominado como “meta”
[Ziel], y se lo distingue de un fin o “término” [Ende]. La función del “ende” es el
sentido de interrupción, detención y discontinuidad histórica (Benjamin, 2009:
141). Cuando Nietzsche se comparaba con Cristo, lo hacía este sentido, cómo
aquel que ha logrado romper la historia en dos mitades desiguales y asimétricas.
La relación entre el enano –genio del ajedrez- y el autómata, es decir, la
relación entre la teología mesiánica y el materialismo histórico no debe ser
entendida como base determinante y superestructura, dotada de autonomía
relativa. Lo que ha de guiar a los signos mundanos es la idea de felicidad, y no
el reino de Dios. No son una misma cosa, no hay determinismo ciego de orden
teocrático. ¿Qué es lo que orienta al pensamiento histórico? Para Benjamin
hemos de orientarnos hacia aquellas acciones de carácter profano que puedan
favorecer el advenimiento del Mesías, aunque estos dos fines sean totalmente
diferentes uno de otro. Lo más difícil de este postulado, es que el sentido de lo
profano es alcanzar la felicidad como su meta [Ziel] y la intensidad mesíanica
conduce a la infelicidad como su fin [ende]. Y por cierto, que una vez alcanzada
la meta se logra la caducidad de lo profano, y ello redunda en beneficio de la
intensidad mesiánica. Aquella es una meta propia de una política nihilista
(Benjamin, 2009: 142). Ester Cohen refiere que el propósito de Benjamin es
generar un aproximación entre el orden profano que tiene por objetivo la
felicidad y el orden mesiánico que busca la redención; Benjamin lo describe
como un quedo acercamiento39. Lo mesíanico es lo que llena de vitalidad a la
política y la historia, en rigor, para Benjamin, llena intensidad el corazón de los
hombres40. Así lo profano se encuentra ligado a lo efímero del tiempo, y este se
constituye como tiempo perdido que solamente por medio de una experiencia
de memoria involuntaria puede ser redimida. Por ello, es necesaria la detención
dialéctica para observar en el horizonte el relámpago, como instante de su
cognoscibilidad. Con la lectura de Proust, logra comprender que las
constelaciones de tiempos y diferentes también intensidades permite conectar
el ahora con lo sido, y lo eterno con lo temporal41.

Cuando se define el aura de la obra de arte como la proximidad de una


lejanía es necesario atender la referencia al narrador en el campo literario –
cualquier intento de aproximación no implica una cercanía, sino por el contrario
el acrecentamiento de la lejanía. Aunque lo que allí se alude es a la
imposibilidad [que padecen todos y cada uno de los que volvieron de la Guerra]
de narrar sus experiencias.
Es llamativo que la idea romántica de arte implica necesariamente la
imagen del arte como un continuo incesante. Implica una comprensión artística
del arte, o una comprensión poética de la poesía. Forma mística de la obra de
arte. Tanto la crítica como la obra son ambas intrínsecas a un mismo proceso
de producción intelectual. Pero todo comienza cuando el poeta descubre que
su primera libertad se juega dentro de una historia material, en la historia de la
lucha de clases. Él ha de decidir si su producción artística sirve para entretener
a la burguesía, o sirve para empoderar al proletariado42.

39 COHEN, Esther. Walter Benjamin y Franz Kafka: dos pepenadores en busca del mesianismo
profano. Acta poética, 2007, vol. 28, no 1-2, p. 49-71. “podemos decir entonces, sin temor a
equivocarnos, que es el quedo acercamiento entre el orden de lo profano y el orden de lo
mesiánico lo que produce esa felicidad de la redención.”, p. 69.
40 VARGAS, Mariela. El problema del tiempo histórico y la imagen dialéctica en Walter

Benjamin. Revista latinoamericana de filosofía, 2012, vol. 38, no 1, p. 85-108. “Lo mesiánico es
reinterpretado por Benjamin como una “intensidad”, es llevado a la interioridad del hombre”, p.
92. Ver BENJAMIN, W. Discursos interrumpidos, fragmentos teológicos políticos, “Mientras que
la inmediata intensidad mesiánica del corazón, de cada hombre interior, pasa por la desgracia
en el sentido del sufrimiento.”, p. 194.
41 VARGAS, Mariela. El problema del tiempo histórico… “Es la eternidad como un aspecto del

espesor temporal de la imagen.”, p. 99.


42 La tendencia política correcta implica la calidad literaria de una obra porque incluye su

tendencia literaria.
¿En qué sentido un pensamiento dialéctico (el pensamiento en general)
puede ser productivo cuando está detenido? Benjamín siempre comprenderá
que el abordaje no-dialéctico conduce a vaciamiento del pensamiento. El
ejercicio dialéctico si ha de detenerse, no lo hará en un objeto aislado y de por
sí estático. Sea cual sea el objeto de estudio, éste debe ser conectado con “el
conjunto vivo de las relaciones sociales”. Pero el procedimiento dialéctico no
debe llevar a una definición tajante como si es reaccionaria o revolucionaria.
Este mecanismo es arduo y se acerca lentamente a estas respuestas, por
medio de otros interrogantes. Sin embargo, será necesario interrogar ¿por qué
una tendencia literaria se mide como correcta si progresa o no en relación a la
técnica literaria de una época? O por otra parte ¿es necesario entender que
este discurso está dirigido a un auditorio que todavía mide la comprensión del
materialismo histórico en términos de progreso? Pero la detención o el
suspenso dialéctico tienen que ver con la interrupción de la acción en el teatro
épico de B. Brecht. En la estética aristotélica la empatía es necesaria para la
catarsis. En el teatro épico la interrupción de la secuencia en lugar de acercar
la obra al espectador, produce el efecto contrario lo coloca en una lejanía
máxima para su observación objetiva.

En la comparación entre cine y pintura, frente a ésta, el espectador no


asume una posición puramente pasiva pues la contemplación es la condición
para elaborar todo tipo de asociaciones. En cambio para el cine, la continua
variación de imágenes le impide concentrar su atención en un punto destacado.
No obstante, la técnica cinematográfica genera otro efecto positivo, a partir del
shock libera al espectador de las ataduras morales dominantes43. Lo cierto que
este arte moderno corre el peligro de la manipulación sobre las masas sociales
en manos de una política fascista. Habermas considera que los aportes
benjaminianos en la teoría del arte aunque sean de carácter crítico sólo
desarrollan una operación de descripción del estado de cosas 44. Esta
consideración no parece ser fiel a la propuesta de Benjamin de la “politización

43 HABERMAS, J. Perfiles… “En la asimilación de estos shocks por la atención observa


Benjamin la disolución exotérica de la magia cultual con la que, en virtud de su carácter
afirmativo, la cultura burguesa envuelve al espectador.”, p. 302.
44 Ibid. “Se limita a describir el proceso efectivo de destrucción del aura, en la que el arte

burgués funda la apariencia de su autonomía. Es decir, procede de forma descriptiva.”, p. 303.


el arte”45. Incluso en la noción de “alegoría” se observa el potencial crítico
frente al idealismo burgués centrado en el triunfo del individualismo que
conquista la libertad y felicidad subjetiva. Otro tanto ocurre con la comprensión
del arte surrealista y su rechaza de los ideales de la vida burguesa. La
diferencia insalvable entre Habermas y Benjamin, es que para el primero la
política parte de la autoridad que emana de la libre decisión de cada individuo;
mientras que para el segundo, la acción política es ya una respuesta a un
pasado que el discurso histórico dominante ha pretendido ocultar en el olvido46.
Así mismo para Habermas el aura le otorgaría a la obra de arte un
carácter de individualidad, (y que la reproducción técnica vendría a tranformar
para siempre). No obstante, en Benjamin el aura no remite a una individualidad
corruptible, sino a una experiencia, a un acontecimiento “irrepetible aparición
de una lejanía”. La unicidad de la obra no depende de su materialidad óntica,
sino de su conexión o ensamblaje con la tradición. Benjamín comprende a la
tradición como una fuerza viva, “extraordinariamente cambiante”47. La unicidad
de la obra depende de que persista en ella su función ritual, en ella radica su
valor cultural. Incluso en el mundo profano, persiste como ritual secularizado.
Por ello, el aura no remite a una individualidad, puesto que tanto el original
como cada una de las copias son perfectamente individuales. La individualidad
no es lo que otorga duración y singularidad, sino su carácter de irrepetible. La
reproducción masiva hace que el valor artístico que se promueve en las copias
sólo sea fugaz. Tenga sólo un valor exhibitivo,

El principal punto cuestionable en la interpretación habermasina de tesis


sobre historia radica en considerar que Benjamin plantearía una concepción
eminentemente conservadora de la historia48. Y esto se debería que la mirada
histórica sobre el pasado requiere una redención. Ahora bien, Habermas no
lograr interrogar sobre la posibilidad de si toda relación con el pasado consiste
en una configuración política conservadora, o más bien, lo innovador en el
45 BENJAMIN, W. La obra de arte en la época… en Discursos interrumpidos, p. 57.
46 MATE, Reyes. Sobre la actualidad política de Walter Benjamin. Constelaciones. Revista de
Teoría Crítica, 2016, vol. 2, p. 375-377. “Con Benjamin habría que pensar la política teniendo
en cuenta el tiempo, es decir, como deuda y duelo.”, p. 377.
47 Ibid., p. 25.
48 HABERMAS, J. Perfiles… “Esos derechos sólo se pueden satisfacer por medio de un

esfuerzo crítico de la mirada histórica sobre un pasado necesitado de redención; y este


esfuerzo, que hay que renovar sin cesar, es conservador en sentido eminente” p. 305.
pensamiento benjaminiano es remitir a una constelación que logre conectar las
luchas políticas del pasado con el sentido de la lucha de clases en el tiempo
actual. Habermas parece entender que existe una única tradición, aquella
registrada en la historiografía positivista. La tradición corre el peligro de ser
subyugada. Y es por ese motivo que el Mesías no sólo viene como redentor
sino también como vencedor del Anticristo. Benjamin remite explícitamente a la
tradición de los oprimidos49.

El presente artículo tiene como hipótesis comprender la noción de


“tiempo-ahora” en relación directa con la noción de constelación crítica 50. El
procedimiento benjaminiano para construir la comprensión de la historia no
consiste en detener el tiempo. Las nociones tales como dialéctica en suspenso,
o detención mesíanica del acaecer, no remiten a imagen de la eternidad. Si
bien Benjamin rechaza el tiempo vacío y homogéneo, y el progreso en un
continuo, el tiempo ahora radica antes bien en una intensificación vital de la
existencia humana: “constelación saturada de tensiones”, intensificación vital
aquí remite a un acontecimiento que marca un valor diferencial en la historia, a
un acontecer revolucionario, acaecer mesíanico, que rompe la historia en dos.
Habermas insiste en la idea de la continuidad de la tradición, una tradición
basada en el descencantamiento51. Pero para hacer justicia, Habermas acierta
al considerar que la noción de imagen dialéctica no pertenece a la crítica
ideológica. La imagen dialéctica consiste en la tarea de descifrar una
semántica, y junto con ella todas las características culturales inherentes que
son amenazadas de caer en el olvido 52. Aunque la crítica habermansiana
considera que esta tarea debe alejarse de la praxis política.

49 BENJAMIN, W. Discursos interrumpidos, “En toda época ha de intentarse arrancar la


tradición al respectivo conformismo que está a punto de subyugarla” p. 180. “La tradición de los
oprimidos nos enseña que la regla es el «estado de excepción» en el que vivimos.”, p. 182.
50 BENJAMIN, W. Historia y coleccionismo, Eduard Fuchs, en Discursos interrumpidos,

“Inquietud por la exigencia que se hace al investigador para que renuncie a la actitud tranquila,
contemplativa frente a su objeto, para hacerse consciente de a constelación crítica en la que
dicho fragmento del pasado se encuentra precisamente con el presente.” p. 91.
51 HABERMAS, J. Perfiles…” p. 308. En esta estructura reconoce el signo de una detención

mesiánica del acaecer, o dicho de otra manera: de una coyuntura revolucionaria en la lucha en
favor del pasado oprimido.”
“esa crítica se cerciora de los momentos en los que la sensibilidad artística obliga a detenerse
a un destino con ropajes de progreso y pone en cifra la experiencia utópica en una imagen
dialéctica: lo nuevo en lo siempre igual.”, p. 307.
52 Ibíd., p. 322.
Para Reyes Mate hay un pasaje entre la imagen onírica y la imagen
dialéctica. Los rasgos culturales dominantes se han inscripto en el discurso
histórico por medio de los valores liberales proclamados desde la Ilustración en
adelante. Incluso el positivismo ha mantenido los sueños de una sociedad que
progresa pero de manera ordenada. Sin embargo, el decurso de los hechos
fácticos ha demostrado el fallido de este programa socio-político. Los ideales
del progreso se han materializado en fenómenos catastróficos para la
humanidad: la shoah, las bombas atómicas en Hirozima y Nagazaki, las
deportaciones a Siberia, las dictaduras que posibilitaron la introducción del
neoliberalismo en el Tercer Mundo, etc. Reyes Mate afirma que esos sueños se
reflejan en el fracaso al que han conducido y persisten dormidos 53. La imagen
dialéctica promueve una doble tarea: primero, rechaza el progreso ciego al que
las clases dominantes han conducidos a los pueblos, pero también se exhorta
a recuperar los sueños de los sectores sociales que han sido acallados por el
discurso histórico-político vigente. En aquel fracaso catastrófico también
duermen los sueños de los olvidados y desarrapados de la tierra. La imagen
dialéctica promueve la tarea de despertar por medio de la rememoración. Ya en
una de sus primeras publicaciones el estudiante Benjamin, pretende contribuir
a que la juventud despierte54. Si pueblos enteros hoy permanecen adormecidos
por la ideología y otras tecnologías de poder, Benjamin conmina al presente a
devenir en un tiempo-ahora, a dejar de rechazar el asedio fantasmal de las
voces oprimidas del pasado. Con la imagen dialéctica se trata de configurar
una constelación del despertar, un desplazamiento del punto de mira y a la vez,
una “activación del potencial revolucionario de la generación presente”55.

Las técnicas reproductivas en el arte, pero también el avance irrefrenable


de la innovación técnica del sistema capitalista tienen entre sus funciones
indómitas y barbáricas el hecho de destruir los sueños de una sociedad mejor,
en favor de un mundo más desigual, más empobrecido, sumido en el

53 REYES MATE, Medianoche… “Los sueños de un mundo mejor gracias a la técnica laten
dormidos en su fracaso.”, p. 38.
54 BENJAMIN, WALTER, “Bella durmiente”, en Obras completas, libro II, vol. Madrid: Abada. p. 7.
55 BALCARCE, Gabriela. Walter Benjamin y la aporía de los dos mesianismos. Revista de

Filosofía, 2015, vol. 70, p. 7-26., p. 24.


escepticismo y la apoliticidad. El aporte benjaminiano a la crítica marxista
consiste en combinar el análisis de los perjuicios provocados por un lado por la
alienación, y por el otro, con la producción de fantasmagorías. Es por este
motivo que no basta con la crítica ideológica, pues éste radica en advertir que
los intereses que se sostienen en el programa de la economía-política en lugar
de ser de orden general, sólo benefician a las clases dominantes. El progreso
de la técnica lejos de promover la emancipación social profundiza la
explotación clasista y lejos de suscitar la creatividad del trabajador ahonda en
la conducta robotizada. Por otra parte, aparece la fantasmagoría ligada a las
ensoñaciones impuestas conscientemente por la sociedad de consumo56.
Benjamín complejiza la noción de “fetichismo de la mercancía”, la noción de
fantasmagoría implica la necesidad de repensar la crítica materialista, -ya no al
estilo de Lukács, que pretendía comprender la totalidad del sistema social.
Benjamín toma del surrealismo el mecanismo de fragmentación de objetos y
montaje literario. Todo ello, produce un shock en la percepción de lo cotidiano
desde una nueva óptica, y con una mirada que señala a las ruinas que genera
el progreso de la Burguesía57. La imagen onírica es de carácter surrealista,
implica un horizonte configurado por una conjugación de experiencias ligadas a
lo mágico, lo poético, la alucinación, y el ensueño58. La crítica materialista
radica en advertir que la fantasmagoría no es resultado de una perspectiva
subjetiva del historiador, sino que es un dato objetivo producto del sistema
capitalista. Es este régimen productivo y de consumo el que genera una
mercancía y casi de inmediato lo convierte en obsoleto. Genera con todo ello,
un montículo cada vez más prominente de mercancías carente de valor de uso,
mercancías consumidas y desechadas, convertidas en sueños perdidos, en
fragmentos de ideales, en fantasmagorías que revelan el sinsentido de una
renovación incesante de las técnicas de producción fruto de la competitividad
salvaje en cada área empresarial.

56Ibíd. “Los sueños que le animan de hecho son los de los escaparates.” p. 40.
57 BENJAMIN, W. Pasajes… “Con las sacudidas de la economía centrada en la mercancía
comenzamos a reconocer como ruinas los monumentos de la burguesía ya antes de que se
hayan derramadas.”, p. 79.
58 ZAMORA, J. “El concepto de fantasmagoría…” “los objetos son liberados de su contexto

funcional y por medio de una combinatoria azarosa y de constelaciones absurdas reunidos en


un montaje.”, p. 132
Por su parte, la imagen dialéctica tampoco es de orden subjetivo –el
historiador materialista las encuentra como resultado de complejos procesos
históricos, sólo debe esforzarse para promover su comprensión en un momento
de peligro59. Pero se trata de principios metodológicos que buscar evitar todo
rasgo de subjetividad, y perspectivismo ingenuo en la producción de la imagen
dialéctica basados en el montaje literario surrealista60. La fantasmagoría es la
represión que se repite en el sueño como revolución no realizada.
Löwe define a los aportes benjaminianos como un marxismo gótico, la
lucha de clase no se resume a la explotación económica, sino a uso y usufructo
del material cultural. De allí su énfasis por la politización del arte, que desde su
lectura la encuentra en la última etapa del surrealismo. Sin embargo, esta
ligazón no conduce a un marxismo que recae en los impulsos irracionales, sino
desde una postura romántica61. Con el surrealismo, Benjamin comparte una
mirada pesimista frente a la modernidad, y la conciencia de ser parte activa del
cambio social. En resumen, se trata de un nihilismo revolucionario. Benjamin
no deja de buscar nutrientes vitales para fortalecer al marxismo, sean estos
que se hallen en la teología o en la literatura o en la pintura. Löwe define esta
provisión de fuerzas como una experiencia única: “Rausch” intoxicación o
ebriedad. Pero en última instancia aquella experiencia es compleja y ha de
concluir en una intuición particular: la iluminación profana62.

Löwe afirma que el huracán o tempestad que sopla contra el ángel para
empujarlo hacia el futuro, no sólo personifica al progreso (103), sino que nos
aleja del paraíso perdido. Ese paraíso sería el comunismo primitivo entendido
como una sociedad sin clases. Lo difícil de comprender es “desde el Paraíso
sopla una tempestad”.

59 BENJAMIN, W, Discursos interrumpidos… “Al materialismo histórico le incumbe fijar una


imagen del pasado tal y como se le presenta de improviso al sujeto histórico en el instante del
peligro.” (Tesis 6), p.180.
60 Ibíd. “No voy a sustraer nada valioso, ni apropiarme ninguna formulación ingeniosa. Pero sí

los harapos y los desechos: no pretendo inventariarlos, sino hacerles justicia de la única
manera posible, esto es, empleándolos.”
61 LÖWY, Michael. Walter Benjamin y el surrealismo: historia de un encantamiento

revolucionario. Acta poética, 2007, vol. 28, no 1-2, p. 73-92. “se entienda en su acepción
romántica, es decir, la fascinación por el encantamiento y lo maravilloso así como por los
aspectos “embrujados” de las sociedades y de las culturas pre-modernas” p. 77.
62 Ibíd. “una forma superior, llevada a cabo por el surrealismo en sus mejores momentos: la

iluminación profana,” p. 82.


El ángel mira hacia el pasado, lo cierto es que el pasado se cifra en dos
sentidos. La autora Florencia Abadi, analiza las consecuencias políticas de
ambos sentidos y su complementariedad. Primero, aquel pasado que corre el
peligro de ser olvida, éste es el que el historiador debe prestar sus oídos, allí
permanecen enmudecidas las voces. La presente generación ha heredado una
“débil fuerza mesíanica” que reclama redención. Segundo, es la idea de un
pasado primitivo, del matriarcado que fundaba un comunismo primitivo 63. Esta
idea de pasado ha sido defendida por “las utopías socialistas previas al
1848”64. En Benjamin, la rememoración más allá de los fundamentos teológicos
tiene una función política65. La redención en tanto que expresión mesíanica
tiene como función una transformación revolucionaria66.
La redención se fundamenta en la experiencia que busca comprender que
en el tiempo presente rige como regla el estado de excepción. Además, frente
a este status quo es necesario construir un acontecimiento revolucionario
entendido como verdadero estado de excepción. El derecho burgués legitima la
violencia no para mantener las garantías de las libertades individuales, sino
para defender al propio derecho positivo67. Pero también es necesario pensar
como el poder Estatal se asocia a un discurso histórico positivista que venga a
legitimar esta violencia.
La relación entre lo sido y el ahora no es lineal, sino es dialéctica. Una irrupción
del orden cronológico y de su comprensión, puesto que la linealidad del
significante tampoco puede ser admitida. Se trata de una irrupción de un
elemento extraño que permite la reapropiación de fragmentos temporales que
habían sido reprimidos por la memoria68. Así, en términos freudianos, la

63 ABADI, Florencia. Pasado inconcluso y pasado primitivo… “Para Benjamin se trata, en


cambio, de descubrir la «signatura histórica» del entrecruzamiento entre el presente y la
imagen de una primitiva sociedad sin clases.”
64 BENJAMIN, W, Discursos interrumpidos… (tesis 11), p. 185.
65 ABADI, Florencia. Pasado inconcluso y pasado primitivo… “La perspectiva de Benjamin no

es fundamentalmente científica ni ética: la rememoración asume una función política, coincide


con la acción revolucionaria.”, p. 55.
66 Ibíd. La autora criticas las lecturas que pretenden asimilar la función ética y apriorística de

redención en Adorno, con la defendida por Benjamin. “No se trata de hallar un ámbito desde el
cual criticar lo existente, sino de los modos en que se conducen y liberan las fuerzas que
operan en la realidad.”, p. 61.
67 ARAYA MORENO Carlos, Para una crítica de la Historia del Estado... “El texto liga

inexorablemente el derecho a la violencia no como el inevitable medio en el que debe operar,


sino como su fundamento y modo de conservación más esencial.”, p. 4.
68 CONDE, Ana Carrasco. ¿De qué es síntoma el ángel de la historia descrito por Benjamin?.

Daimon Revista Internacional de Filosofía, 2015, no 65, p. 53-61. “(…)la irrupción e interrupción
comprensión de la diferencia en la repetición es la posibilidad de liberación de
lo reprimido69. El acecho de los fantasmas se expresa por medio de las
imágenes dialécticas.

¿Qué es lo que hace posible a la violencia? ¿Qué es lo que hace posible


responder a ese interrogante? ¿En qué tipo de derecho se ampara quien la
ejerce? La violencia viene a salvaguardar al derecho mismo, y lucha contra
aquel poder que tiene fines antijurídicos. Lo que Benjamin caracteriza como
gran delincuente obtiene la afición de las multitudes plebeyas, en cuanto tal
amenaza al derecho vigente. Pero sólo es una singularidad aislada, y en su
accionar carece de todo derecho. En cambio, la clase obrera tiene derecho a la
huelga y aunque no parezca una acción, sino un no-obrar, no deja de ser una
amenaza en las relaciones sociales de producción. De este modo, si la huelga
general revolucionaria amenaza todo el sistema se convierte en hostilidad
contra el orden jurídico vigente. Esta hostilidad se funda en el poder de alterar
todo el sistema de jurisprudencia. Y aunque sea poco visible en el derecho a
huelga, es patente en el derecho a guerra, pues allí la victoria contiene el
potencial de crear un nuevo sistema de derecho. La conclusión es que “existe
por lo tanto implícito en toda violencia un carácter de creación jurídica.” 70. Este
tipo de violencia creativa, Benjamin la define como divina, y Judith Butler la
califica de anarquista, porque se halla más allá de todo principio vigente71.

de lo extraño en un instante súbito que hace saltar los fragmentos reprimidos o suprimidos en
la aparente continuidad de una acción.”, p. 57.
69 Ibíd. “la repetición conduce a la liberación el pasado oprimido.”, p. 59.
70 BENJAMIN, W. “Para una crítica de la violencia”. En Estética y política, Las Cuarenta,

Buenos Aires, 2009, p.39.


71 BUTLER, Judith. Walter Benjamin y la crítica de la violencia. En Caminhos divergentes:

judaicidade e crítica do sionismo. São Paulo: Boitempo, 2017, p. 75-102. “Quisiera sugerir que
este sagrado o divino sentido de vida está también aliado con lo anarquista, con aquello que
está más allá o fuera de principio.”, p.80. ver también: DAHBAR, Victoria; BASSO, Ianina
Moretti. “El largo trueno que después retumba. Detención en la historia para una crítica de la
violencia”. En El laberinto de arena, 2015, vol. 2, no 4, p. 278-293. “Por eso, a la violencia
mítica que habilita al poderoso a ejercer violencia podrá oponérsele una violencia divina, como
la encarnada en la figura de la huelga general revolucionaria.”, p. 291.

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