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OBRAS DE TEATRO CORTAS

Luna llena

Publicado por: Eva

Descripción: Damián es un hombre con un terrible secreto. Cuando hay noches de luna llena, un
instinto siniestro se despierta en él.

Personajes: Damián, Amelia, Doctor Perkins

PRIMER ACTO

Es una hermosa tarde en Londres. La escenografía muestra la icónica ciudad inglesa de fondo, con
un cielo que sugiere un atardecer. Damián y Amelia pasean tranquilamente, con ella aferrada a su
brazo.

Damián (inquieto): Ven, te llevaré a casa.

Amelia: ¿Por qué? Aún es muy temprano, ¿no quieres quedarte a ver la luna llena conmigo,
Damián?

Damián (nervioso): Amelia, hay algo que no sabes sobre mí.

Amelia: ¿De qué hablas?

Damián: Temo hacerte daño con esto. Desde que me perdí durante aquella cacería en el bosque,
las cosas no han vuelto a ser las mismas para mí.

Amelia (preocupada): ¿Por qué no? Creí que habías estado visitando al doctor Perkins desde
entonces, ¿es qué se te ha abierto alguna herida desde el accidente?

Damián: No es eso, sino algo mucho más grave que mis heridas…

Amelia: Damián, me estás asustando.

Damián: Venga, será mejor que te lleve a casa ya.

Amelia: Pero…

Damián: Vámonos.

SEGUNDO ACTO

El doctor Perkins se encuentra en su consultorio, revisando unos papeles con preocupación.


Amelia entra apresuradamente.

Amelia: ¡Doctor Perkins! Por favor, usted tiene que saber lo que está pasando con mi prometido.
Doctor Perkins: ¿Es que él no le ha dicho nada?

Amelia: ¿De qué está hablando?

El doctor Perkins se levanta y le toma una mano entre las suyas.

Doctor Perkins: Es algo terrible, señorita, algo malévolo. No podemos ayudarlo ni usted, ni yo. Lo
mejor será que se olvide de estar a su lado.

Amelia: ¡¿Pero qué dice?! ¡Yo amo a Damián! Tengo que estar con él, sea cual sea su enfermedad.
¿Es incurable, acaso?

Doctor Perkins: Sí, me temo que sí.

Amelia: ¡No! (Se cubre la boca con una mano y solloza).

Doctor Perkins: Lo siento, pero si yo fuera usted marcaría mi distancia. Está en un peligro
inminente.

Amelia: No piensa decirme que es lo que él tiene, ¿verdad?

Doctor Perkins: Lo lamento, no estoy autorizado para hacerlo.

Amelia se suelta y sale corriendo de escena.

Doctor Perkins (gritando): ¡Aún está a tiempo de salvar su vida! ¡Huya señorita, huya!

TERCER ACTO

Amelia entra de improviso en el despacho de su prometido. Damián se encuentra acurrucado en


un rincón, con la respiración agitada.

Damián (furioso): ¡¿Qué haces aquí?!

Amelia: He hablado con el doctor Perkins y sé que me estás ocultando algo, ¡Damián, yo quiero
ayudarte! ¡Dime qué es, por favor!

Damián: Nadie puede ayudarme, ¿es qué no lo ves?

Amelia lo mira, asustada. Su respiración es cada vez más agitada; Damián se comporta como si
estuviera a punto de tener un ataque.

Damián: ¡Vete! ¡Déjame solo! ¡Déjame…! (Se paraliza).

Amelia: ¿Damián?

Damián agacha la cabeza, gimiendo aterradoramente. Cuando la levanta, su rostro se ha


convertido en una cara grotesca de lobo, con afilados colmillos y llena de pelo (máscara). Sus
manos son ahora zarpas afiladas de lobo, (guantes).
Amelia grita de terror. El hombre lobo se abalanza sobre ella, acorralándola en un rincón mientras
suena una siniestra melodía de fondo. Finalmente, el lobo devora lentamente a la chica.

FIN

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