Con miras a sus objetivos, las organizaciones y empresas trazan planes donde
detallan las acciones requeridas para cumplir con sus metas. Este proceso de elaboración,
puesta en marcha y seguimiento de los planes se conoce como planeación o planificación.
El área estratégica está formada por la mercadotecnia (marketing) y por las finanzas.
La mercadotecnia es la encargada de formular las alternativas estratégicas del negocio,
mientras que el sector de finanzas cuantifica las estrategias propuestas por la mercadotecnia.
En otras palabras, la planeación financiera define el rumbo que tiene que seguir una
organización para alcanzar sus objetivos estratégicos mediante un accionar armónico de
todos sus integrantes y funciones. Su implantación es importante tanto a nivel interno como
para los terceros que necesitan tomar decisiones vinculadas a la empresa (como la concesión
de créditos, y la emisión o suscripción de acciones).
Dentro del proceso de planeación financiera existen diversas ramas, donde cada una
se encarga de desarrollar una determinada labor. Por ejemplo, el proceso de planeación
presupuestal es el encargado de atender las cuestiones que tienen que ver con el dinero que
se posee y saber escoger dónde y cuándo invertirlo correctamente en un largo plazo de
tiempo. Por su parte, el proceso de administración del flujo de efectivo es el que se encarga
de la inversión de dinero a muy corto plazo, en un sentido meramente operativo e inmediato.
El desarrollo del programa financiero comienza con una planificación a largo plazo
donde se intentan materializar los objetivos de la compañía, aquello que se desea alcanzar y
la visión que se tiene en vistas al futuro.